Al día siguiente todos se habían levantado muy temprano, con algunos gritos de por medio por parte del alemán menor… ¿la razón?, simplemente el italiano se había quedado dormido y era el último en alistarse, además de que se empezó a dormir mientras cocinaba cosa que espanto a…prácticamente todos.
Ya una vez con todo el equipo listo y arriba de su medio de transporte todos se encaminaron a su destino en una mini caravana, el trayecto duro alrededor de cinco horas y media, después de todo su objetivo estaba algo retirado de la capital y tomando en cuenta que llevaban algo de equipo pesado para lo que realizarían en su destino. Desgraciadamente para el germánico le había tocado entre sus compañeros de viaje al italiano quien no dudo en usarlo de almohada temporal
Ludwig trataba de soportar el arrima miento que de vez en cuando hacia el italiano, podría despertarlo, pero…por una parte sería muy bruto de su parte tomando en cuenta que este era doncel y, por otro lado, lo prefería bien dormido a casi incendiando el hotel o haciendo otra catástrofe.
Mientras Feliciano descansaba a gusto abrazando de forma leve el brazo del alemán, sus latidos le calmaban hasta cierto punto, lo bueno era que podía controlarse todavía, odiaba la soledad y por ello prefería suprimir sus instintos a terminar solo de nuevo, claro podía estar con su familia…si tan solo esta no amenazase en alejarlo solo porque ya era mayor para cuidarse solo.
Ludwig al ver que llegaban a su destino miro al italiano que yacía recostado sobre su hombro medio abrazándolo, para ser más pequeño que la tenía bastante fuerza pues había intentado al menos unas dos o tres veces que lo soltase, pero ahora ya era tiempo de bajar – Feliciano ya llegamos – indico mientras lo movía leve para despertarle
Feliciano: mm… 1 hora más ve~ -expreso aun dormido, acomodándose mejor sobre el alemán
Ludwig: nada de una hora más, hay que bajar Ya -hablo con más firmeza logrando que el italiano se quejase y se acomodara mejor en su lugar
Feliciano: pero Ludwig es cómodo para dormir
Ludwig: ¡¿Qué dijiste?! -pregunta ahora si ya arto de la personalidad del italiano
Feliciano asustado por el grito se alejó mientras lagrimas salían de sus ojos - ¡!p- perdón!! no me hagas nada por favor -expreso sacando un banderín de quien sabe donde
Ludwig: no te are nada a menos de que bajes YA
Y dicho y hecho el italiano salió casi corriendo del vehículo antes saltar siendo sostenido por Francis al estilo nupcial… solo que este se encontraba extrañado por lo que acababa de pasar mientras el italiano temblaba de terror.
Francis: jejeje tranquilo feliciano ya estas a salvo con tu hermano de otra madre -dijo para que este se calmase, después de todo prácticamente había pasado la mayor parte de su infancia juntos…claro que el italiano era un poco menor que el
Roderich: bueno ya que hemos llegado…explíquenme… ¡¿Por qué nuestro último destino es una iglesia?! -pregunto asustado pues estaría realizando una labor muy llamativa en un lugar para el público, además de sagrado
Yao: no creo que podamos continuar aru
Francis: non, es aquí… este es nuestro punto de referencia -dijo antes de bajar al italiano y entrar al lugar, siendo seguir por los demás aun extrañados, empezando a dudar de la estabilidad psicológica del francés
Roderich: ¿seguros que aún sigue cuerdo? -preguntó en voz baja a los demás
Ludwig: no lo sé…pero parece que no
Yao: y yo que pensaba que haríamos algo más interesante aru~
Francis: ¿feliciano… podrías ayudarme con esto? -pregunto al italiano mientras señalaba una estatua en específico, muy alta como para que alguien llegue a tal altura sin una plataforma o al menos una escalera doble
Feliciano calculo la distancia, era pan comido para el -me deveras una pizza después -menciono tranquilo, pero ya notando lo que no concordaba de la estructura
Francis: we, we, te lo pagare después
Una vez finalizado el italiano tomo algo de carrera para así en un buen impulso correr un poco en la pared para seguido brincar y llegar a la base de la figura y agarrar algo que parecía ser parte de la corona de la estatua…solo que con un buen ojo se podría ver que no pertenecía a esta en su totalidad.
Gilbert silbo leve – el pequeñín sí que tiene sus truquitos -exclamo ante la agilidad del italiano
Ludwig: ¡hey! ¿Seguro que eso está permitido? -preguntó preocupado por qué fuesen a meterse en problemas
Kiku: con cuerdo con Ludwig-san -expreso…aun manteniendo una mirada de póker
Francis: no se preocupen, no hay nadie cerca y feliciano ya está acostumbrado
Mientras hablaban el italiano terminaba de retirar una hoja que había encontrado al inspeccionar la pieza, había tenido éxito al subir…pero no para bajar
Feliciano: lo tengo Francis, ¡es lo último que que…waaah! -había resbalado, estaba esperando el gran golpe, pero este no llego, al abrir sus ojos pudo ver al alemán sosteniéndolo y con su rostro lo suficiente mente cerca como para mirar mejor sus ojos celestes
Francis: ¡¿feliciano estas bien?! -pregunto preocupado
Feliciano: eh…s-si estoy bien…-explico antes de ofrecer el fragmento de papel al francés quien lo leyó con detenimiento
Francis: bien al norte de esta iglesia esta nuestro destino, buscaremos donde hospedarnos cerca de nuestro destino
Gilbert: cool…-mira a su hermanito que aun cargaba con el italiano- hey west, tu principito estará bien si lo bajas -bromeo cosa que hizo que el menor se tornara rojo de la vergüenza
Ludwig: deja de molestar gilbert – estaba avergonzado y enojado al mismo tiempo, sin embargo, eso no impidió que bajase al italiano con cuidado, después de todo no debía desquitarse con el doncel por las burlas de su a veces tonto e impulsivo hermano mayor
Feliciano: ¡gratzie -mira al alemán antes de sonreír – Doitsu!
Ludwig: ¿eh? -mira extrañado al italiano
Gilbert: ¡kesesesese~! Al parecer ya te engancho hermanito -menciono con más burla al oír el sobre nombre del italiano hacia el menor de los hermanos
Ludwig solo suspiro -por favor señorito feliciano no me llame de esa manera -pidió amable tratando de tenerle paciencia al albino mayor
Feliciano: no, considérelo un agradecimiento por evitar que cayese desde tan alto -dijo sonriente y quitado de la pena, después de todo podría ser despistado…pero tampoco era tonto…bueno a veces si desconocía algunas cosas -pero, alégrese de que conozco un poco de su cultura como para respetar su espacio personal y no abrazarle -encono un tanto pícaro y coqueto, después de todo los italianos podían ser expresivos, dependiendo del lugar donde naciese
Con calma el italiano retomo su camino hacia con el francés con algunos brinquillos como si de una danza se tratase…aunque podrían compararse con algunos movimientos infantiles, peor así era el, ya después iría a cazar al alemán como fuese debido…ahora lo importante era ser el apoyo de su hermano de otra madre
Yao: ¿entonces… el señor Ludwig gusta de feliciano aru~? -pregunto un tanto extrañado el mayor de los orientales
Kiku: así parece yao-san -concordó el nipón
Gilbert: kesesesese~ ya escucho las campanas
Ludwig, paciencia…¡¡que alguien le de paciencia para soportar esta larga travesía que le deparaba a lado de su molesto hermano mayor!!
Roderich hacia caso omiso a la conversación de los demás y miraba un tanto sospechoso tanto al italiano como al francés, los demás pasaban desapercibido dos cosas, 1. ¿Qué tan importante era ese “tesoro” como para que el ancestro principal del francés dejara muchas pistas esparcidas por medio Europa y cacho de norte América? Y la otra cosa la no. 2. El italiano había dado un gran salto de al menos 5 metros o más sin esfuerzo alguno…sabía que podría lograrse pero con ayuda de un trampolín, además para lograr eso a la carrera que realizo el italiano… los otros quizás no lo notaron pero su ojo entrenado en artilugios también le favorecían en ciertas circunstancias y esta no era la excepción, el italiano movió a una muy inhumana velocidad sus piernas para lograr “correr” leve en la columna…ningún humano podía realizar eso.
Y no estaba tan equivocado el austriaco…sin embargo eso solo era una parte de la gran aventura en la que se encaminaría nuestro grupo, mucho por excavar, mucho por descubrir y mucho que aprender de una historia que años atrás quedo enterrada pero que esos eventos fueron inmortalizados en una leyenda que pronto pondrías sus vidas de cabeza.
la hora cero, estaba por comenzar para una experiencia que revelaría que la ficción tiene la más pura realidad, el detalle era seguir las pistas y a las personas correctas para ver lo oculto ante nuestros mortales ojos.
------------------Pov. normal --------------
8 días después de iniciada las excavaciones
Zona: norte de la Catedral de York, ultima construcción cercana al bosque
Después de haber dado con la ubicación del lugar habían descansado, pero vaya sorpresa que se esperaban, ya Francis había solicitado un permiso para realizar dichas labores, había inventado la excusa de un posible descubrimiento arqueológico, por lo que le cedieron el permiso, claro que no de los sujetos estaba en contra junto al sacerdote de la catedral.
Nuestro querido grupo ignoro las advertencias, por mayoría de voto, por una “absurda” leyenda del lugar, claro estaba que el regidor de esa ciudad había destacado este detalle “solo es una leyenda, pero si algo tiene de verdad baldra la pena tener reconocimiento de ello”. Claro que durante el proceso de investigación resulto que feliciano había sido de gran ayuda, pues en uno de los momentos en que analizaron el terreno uno de sus pies se había atascado, vaya drama que había hecho.
Al investigar un poco más notaron que el pequeño hueco tenía una profundidad considerable por lo que decidieron iniciar por ese punto, para esto habían pasado dos días desde su llegada, claro que entre descansos y en lo que recorrían la ciudad habían podido conocer la leyenda de dicha zona y que muchos la asociaban con un lugar de energía oscura, otros solo una exageración y otro tanto de la población lo consideraba un lugar mítico en su momento.
Para Francis, la leyenda concordaba con algunos detalles que mencionaba su tátara abuelo en sus diarios, aunque en ninguna de las paginas mencionaba la leyenda, sentía que había una muy fuerte conexión en esa historia y lo que vivió su tátara abuelo, había muchas preguntas, pero dentro de aquella cueva se encontraba la respuesta a sus dudas.
Lo que no sabía era que este lugar le daría más preguntas que respuestas.
Ludwig presiono un botón rojo desde una distancia prudente para después verse una ligera explosión dentro de una zona a las afueras de la ciudad en la que se encontraban, gilbert que manejaba la maquinaria pesada movieron cuidado los restos que quedaban del bloqueo a una de las extensiones de la antigua cueva.
Una vez retirados los escombros necesarios Francis se acercó junto a su experto en el terreno de la zona, obviamente este traía a su equipo de refuerzo, algo que incomodaba un poco a Francis, pues, aunque sonara mal prefería el crédito al equipo que el escogió, pero condiciones eran condiciones.
Al asegurarse que la entrada era segura tomaron el resto de la mochila y equipo e ingresaron a la cueva, sin embargo no podían entrar todos en caso de un derrumbe imprevisto por la condición en que forzaron la cueva por lo que del equipo no deseado del experto en la zona solo habían entrado el jefe y tres de sus subordinados más capaces, en cuanto al equipo de Francis entraron casi todos, los únicos que se quedaron afuera habían sido Gilbert, Yao y Roderich…este último iba a entrar pero, por cuestiones de “higiene” había decidido cambiar lugar con Kiku.
Además, el día amenazaba con llover, así que solo podrían entrar, explorar y sacar lo más importante, el resto lo irían sacando poco a poco, aunque esto dependía que tanto encontrasen. Durante el recorrido dentro de la cueva todo el grupo se percató de tres cosas, había signos de que en su tiempo la cueva había contenido murciélagos y quizás algunos túneles o ranuras aun los contuviesen, por lo que decidieron hacer poco ruido.
La segunda que la estructura se veía sólida y hasta cierto punto comenzaba a verse más pareja, esa cueva no era lo que parecía del todo. Por ultimo y la tercera…había un ligero aroma como a putrefacción…por lo que según el experto en la zona podría deberse a dos cosas, o sea cueva había sido usada como fosa, oh era presencia de gases naturales.
Estas suposición final y alternativa había molestado en demasía a Francis, ¡¡el gas natural no tiene olor!!, a veces en verdad odiaba a la gente ignorante, por suerte fuese lo que fuese ese olor no era nada grato, pero lo que llamaba la atención de Francis eran unos anillos incrustados en la pared de roca…no era fácil verlos pues ya estaban muy desgastados, pero c cuando podía se detenía para observarlos a detalle, esos aros eran bases…bases antiguas donde podían colocarse las antorchas, como en los castillos, pero con el paso del tiempo y el lugar esto se habían oxidado demasiado.
Claro como toda cueva era obscura todo el equipo llevaba además de cascos protectores, también llevaban linternas (pos obvio si esperaban que fuesen sin protección, ni con que ver :v) además llegado a un punto….
Feliciano se detiene abruptamente mientras cubría su nariz y boca con su mano, ya llevaba rato así, pero esta vez el olor no era lo que le impedía avanzar mas
Francis: feliciano por favor no te quedes atrás o si no te perderás -pidió el de cabello rubio mientras detenía al resto del equipo
Feliciano: lo siento, pero no puedo continuar más -hablo lo mejor que pudo
Francis extrañado por el comentario del oji miel quien por primera vez se despejaba del costado del alemán oji azul - ¿te da asco el aroma? -pregunto siendo lo más obvio…para todos
Feliciano negó levemente -no es solo eso…solo…no puedo seguir…los espero aquí, no debe faltar mucho, pero…hasta aquí puedo llegar – el pequeño rizo que siempre se mantenía con ímpetu en su cabello pronto se había empezado a torcer, señal de que se encontraba asustado
Francis conocía que feliciano desde muy pequeño era sensible a ciertas vibras, y a veces esta se manifestaba, pero eran realmente raras las ocasiones, si su habilidad estaba dando efecto eso quería decir que ya estaba más cerca
Jefe: oh por favor, ¿nos vamos a detener solo porque un mocoso tiene miedo? -menciono el hombre de algunos 30 o 40 años, algo gordo y con una barba muy descuidada aun para estar corta y un olor que…solo era superado por el que se encontraba en la cueva, siendo este el jefe del equipo proporcionado con respecto al terreno por parte del regidor de la ciudad
Francis miro molesto al sujeto, no era alguien de su equipo, pero eso no significaba que tenía el derecho de hablarle así – Ludwig, quédate con él, gritaremos si necesitamos de tu ayuda
Ludwig solo asintió, jamás lo admitiría, pero…prefería estar con el doncel que con aquel jefe asqueroso y de pésimo carácter
El equipo sin más contratiempos siguió, pero no tardaron mucho en pronto pisar un suelo más firme…no…no era firme, había sido tapizado con piedra, ahora parecía que pisaban el suelo de un castillo antiguo, por lo que apresurando el paso, las bases para antorchas eran más continuas y en esta ocasión, ahora si había antorchas en ellas, viejas y sin el combustible o lo que fuera necesario para prenderlas, pronto lograron llegar a una especie de bóveda subterránea, empezaron a recorrer el lugar con cuidado.
Trabajador 1: wow esto no se ve todos los…. ahhh! -grito asustado dando un brinco hacia atrás y soltando en el proceso su lampara
Los demás se había asustado de igual forma por el grito y el tétrico ambiente por lo que se acercaron para asegurarse que este estuviera bien, vaya sorpresa se dieron al verlo temblando y sudando frio mirando a una dirección…además estaba pálido…demasiado
Jefe: ¡idiota!, no asustes así ¿Por qué gritaste de ese modo?! -no pidió…más bien exigió
El trabajador incapaz de hablar señaló a la dirección frente a ellos, por lo que Françoise y los otros dos trabajadores no dudaron en alumbrar a dicho punto con sus lámparas, asustando de igual forma a los otros trabajadores y al petulante jefe.
Frente a ellos, se encontraban algunas telas un círculo de objetos detallados, más precisos de plata, cada elemento de dicho metal formaba una cruz, pero en el centro de este círculo yacían dos ataúdes de madera, preciosamente tallados y algo polvorientos, sin embargo, aun en buen estado o quizás no
Jefe: oh vaya… ahora sabemos del porque tan lindo aroma -expreso molesto, esperaba un descubrimiento arqueológico más impresionante que esto
Trabajador 3: j-jefe, recuerde donde estamos… quizás …quizás esos sean los demonios que menciona la leyenda -expreso preocupado
Jefe: ¡tonterías!, date cuenta son solo unos ataúdes, quizás de alguien que fue rico en su momento, pero ahora ya están muertos, ni que fuerana revivir, usa la cabeza
Francis se acercó con cuidado antes de patear algo con su pie derecho, al mirar noto que el objeto era una cadena, al analizarla noto que era de plata pero ya corroída por su cercanía, al detallar mejor el suelo noto que había rastros de fuego…quizás parte de un ritual de protección como los que se mencionaban en los diarios de su ancestro Françoise, quizás era eso lo que provocaba la energía que atemorizo a feliciano, solo una cosa necesitaba… según las lecturas antiguas, si el circulo no estaba correctamente cerrado este perdía poder, no sabía si era real pero si eso permitía que feliciano los alcanzara era mejor quitarlo…aunque se llevara un buen susto por los ataúdes.
Retiro la cadena con el pretexto de que si no lo hacía alguien podría tropezar y molestar a los durmientes dentro de los ataúdes, cosa que asusto más a los trabajadores, pero molestando al jefe de estos.
Una vez seguro siguieron investigando y guardando todo lo que podían, solo que Francis pidió de forma amable que no tocaran los objetos alrededor de los ataúdes, después de todo necesitaba evidencia, cosa que cierto jefe no acato y a espaldas de Francis retiro uno de los objetos y lo guardo, en su mente esa cosa de plata podría valer varios euros o dólares, si lo vendía a buen precio. Solo que este no había notado la ligera brisa que se esparció por el lugar al haber roto el circulo de sellado.
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