Después de que alcanzara a Arthur me fui a dormir… ese nuevo tema se oía interesante y considerando lo antes mencionado por Françoise es muy importante que lo aprenda si voy a querer salir con Arthur… pero ¿está bien todo esto? Sé que no somos hermanos pero Arthur se negaría por completo a salir con migo por esa misma posición… pero primero necesitaba informarme lo suficiente ya después vería que hacer.
Al día siguiente me levante más temprano que Arthur para poder salir sin que él me oyera… muchos dicen que los vampiros pueden transformarse en murciélagos… lo malo es que no saben es que son solo los de linaje puro… o que desciendan de un vampiro así… pero uno como yo no tiene esa capacidad, son pocos y muy raros los que pueden hacer… ahora mismo desearía ser uno de ellos sería más fácil salir por la pequeña ventanilla del ático… pero no tengo de usar los pasaje s para salir.
Una vez afuera me fui por las sombras procurando de que no me tocara el sol y para mi suerte apenas iba atardeciendo, fingí ser un viajero que venía de paso por el pueblo… cuando vi que no podía avanzar más hacia la biblioteca decidí entrar a algún lugar y esperar… por suerte entre a la tienda donde trabajaba actualmente Françoise, el vendía reliquias y cosas de la iglesia que por mera suerte a mí no me afectaban tanto.
Françoise: ¿Alfred que haces aquí? Arthur te matara si se da cuenta que no estás en la mansión
Alfred: no creo que pueda –dije omitiendo el hecho de que aun avía gente en el lugar
Françoise suspiro y se acercó a la barra donde atendía –es enserio ¿qué haces afuera?
Alfred: solo voy a la librería… dudo que Arthur tenga información valiosa sobre el tema que me indicaste… además es el único lugar donde hallarle información más completa
Françoise: mm… yo creo que Arthur si debe de tener libros así, solo que los esconde de tu vista
Alfred: y para cuando los encuentre tardare años… oye ¿te puedo pedir un favor?
Françoise sonrió de manera cómplice… creo que ya se imaginaba lo que le pediría –si te escucho-
Alfred: mira necesito guardar los libros que saque de la biblioteca para que no me los quite Arthur así que… ¿me dejarías esconderlos en tu casa?
Françoise: Arthur es demasiado educado como para andar husmeando en una casa ajena… sí creo que si
Alfred: gracias Françoise –dije apartándome un poco – ¡nos vemos al rato! - fue lo último que dije y Salí de ahí… el sol ya había bajado un poco más así que aproveche para ir a la biblioteca… fue fácil encontrar los libros… demasiado como para creérmelo, eran un millón de libros y aun así gracias a las palabras de Françoise supe cómo dar con ellos. Para poderlos sacar invente que tenía a un sobrino el cual debía educar con ese tema, sería una vergüenza que dijera que eran para mí, incluso pude escuchar algunas palabras de unas chicas y algunos chicos que estaba ahí… y todas referidas a mi (¿no les ha pasado?).
Una vez con los libros afuera fui con Françoise y se los entregue… más que nada porque si no regresaba en los próximos 15minutos, Arthur despertaría y se percataría de mi ausencia… así que de nuevo me fui por las sombras, esta vez fue más fácil ya que el sol estaba dejando sus últimos rayos… en verdad llevaba tiempo de no ver el atardecer… esta vez era de un color rojizo brillante, si algún día en el que Arthur y yo estemos fuera de peligro me gustaría que viera esto por lo menos una vez .
Cuando por fin iba llegando a la mansión me percate de unos chicos que iban entrando a lo que es mi hogar, si seguía afuera Arthur me mataría en verdad… pero por lo menos pude ver el defecto del que no dábamos Arthur y yo… uno de los barrotes de la reja era fácil de safar… y los chico con unos simples alambres abrían la puerta que llevaba llave y así entraban. Ahora el problema era el cómo sacarlos… se me ocurrían varias formas pero lo primero era ir con Arthur, entre por la puerta de atrás y use los pasadizos para que ninguno de los chicos me viera… todo iba bien hasta que me percate que esos niños estaban tomando los jarrones de Arthur para llevárselos… incluso oí a uno de ellos que podían venderlos y así tener dinero fácil como “nadie vivía ahí”; eso me hizo enfurecer así que hice lo que nunca imagine que aria. Tome unas sábanas y me las coloque encima, espere el momento indicado y Salí, termine espantando a los chico que salieron corriendo de miedo... fue algo muy divertido. Una vez que se fueron me empecé a reír… hasta que sentí un golpe.
Alfred: ¡auch! –me sobe donde recibí el golpe y pude sentir como me quitaban la sabana, mayor fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que era Arthur el que me miraba muy enojado
Arthur: se puede saber ¿Qué es lo que haces?
Alfred: emm ¿espantando niños?
Arthur: ¿y que es lo que te he dicho?
Alfred: pero Arthur se iban a llevar tus jarrones favoritos
Arthur: ¡exponiendo lo que te queda de vida!
Alfred: ya se… pero no quería que te diera otro ataque de furia
Arthur simplemente gruño… se que lo que hice estuvo mal, pero no quería que se llevaran lo que para Arthur es valioso… siempre cuido muy bien de esos jarrones como para que los vendieran de esa forma, acomode la sabana
Alfred: Arthur ya sé cómo es que se meten a la casa… habrá que poner algo en la puerta para que ya no entren
Arthur: ¿pero cómo? Si está cerrado con llave
Alfred: vi como salían… creo que si así como salen es como entran…¿ o no?
Arthur: supongo que tienes razón –suspiro leve y después me miro enojado
Alfred: ¿te vas a enojar por impedir que se llevaran tus jarrones?
Arthur: si y no
Alfred: ¿? …. ¿Cómo?
Arthur: si porque me desobedeciste… y no porque te agradezco que lo hayas hecho – dijo en su tono serio pero me pareció notar un leve sonrojo en su rostro
Alfred: lo siento… pero creo que solo así dejaran de venir
Arthur: eso espero Alfred… eso espero
Pov. Normal:
En este punto Alfred tenía la razón pero al acabarse las visitas nocturnas empezaron a haber rumores de que la mansión a orillas del pueblo estaba embrujada, pero cuando los adultos iban a revisar no veían nada fuera de lo normal más que una mansión vieja. Solo por esta vez nuestros amigos nocturnos se la libraron, pero mientras Arthur discutía con Françoise este Alfred se disponía a leer su nuevo e interesante tema, al inicio se impactó por lo descubierto, pero poco a poco fue descubriendo lo que Arthur le oculto durante años… ¿Por qué ocultar un hecho así? Por lo que leía eso era lo más normal.
Alfred no veía alguna maldad en ese tema, puesto que nunca leyó sobre alguien que no lo sintiera sin amor, así se la paso durante unos cuantos meses, después de terminar por completo de informarse del tema de “hacer el amor” venia el siguiente paso, declarársele a Arthur… pero como toda persona o ser “viviente” los nervios se lo impedían y con ello llegaron nuevas emociones reflejadas en sus sueños, que ahora Alfred tenia cierto problema sobre los sueños húmedos, aunque… esta vez ya tenía claro lo que sentía por Arthur… su pequeño oji verde testarudo.
Pov. Arthur:
Todo iba tranquila mente… como siempre me desperté temprano, pero con ello me di cuenta de que algo andaba mal, ¿Qué era?, fácil… ¡ALFRED NO ESTABA EN SU CAMA!, ¿Cómo lo sé? … muy obvio, dejo la puerta abierta dejando a la vista su cama vacía… al inicio me altere sin olvidar que podía ori ruidos en la casa, algo no andaba bien… me levante y busque a Alfred por los pasajes, y ¿Qué creen? Si lo encontré… ¡LO ENCONTRE ESCONDIDO DEBAJO DE UNA SABANA ESPANTANDO A LOS CHICOS QUE ESTABAN DENTRO DE LA MANSION!, por las santas sanguijuelas… me iba a dar un infarto del susto… yo no le temo a los fantasmas como Alfred… pero eso no quita el hecho de que el idiota se estuviera exponiendo el solo al peligro, una vez que los niños se fueron me acerque y le di un buen coscorrón mientras le quitaba la estúpida sabana.
Al inicio él se asustó y me dijo que era porque se iban a llevar de nuevo mis jarrones de porcelana fina… nada más por eso se lo pase, pero eso si una castigo es un castigo… así que lo puse a leer, sé que no le gusta, pero ¿qué más puedo hacer? Ni modo de que le quite la ropa... ¡¿qué rayos estoy diciendo?! Sé que lo amo, pero no de esa forma…. ¿O si?; no…no y ¡No! Esto no puede llegar a eso… ok si lo admito Alfred es alto, fuerte, y atractivo…. Pero lo que tiene de lindo lo tiene de descerebrado y tarado. Suspire con pesadez…. Por lo menos hizo algo muy lindo de su parte.
Me fui a la cocina y me puse a hacer de comer, después fuimos un rato con Françoise, que como de costumbre volvimos a pelear… llame a Alfred y el dejo un libro en el estante de Françoise… esperen… ¿se atrevió a agarrar algo de una casa ajena?, ah no ahora si le tocara un castigo peor.
No sé qué voy a hacer con este Alfred… ya han pasado un mes y medio desde esa vez… y por suerte no han venido otra vez a la mansión… pero no todo es de color de rosa, el pueblo ha crecido más; aún sigue siendo un pueblo… pero ya no muy pequeño, ay más cosas, llegan más personas, eso sí he oído de un mito sobre mi mansión que esta embrujada bla, bla, bla; es fastidioso tener que andar oyendo eso todo el tiempo… bueno casi, a veces los niños vienen de día y de vez en cuando en la noche pero gracias a la idea de Alfred he puesto unas cuantas trampitas que hagan a parecer “fantasmas”, en realidad son las antiguas sabanas de Alfred, eran de cuando era niño así que son pequeñas pero convencionales.
Alfred: ¡¡waaaaa!! ¡Arthur un fantasma!
Lo ven… incluso Alfred cae muy seguido en las trampas a pesar de que me ayudo a ponerlas –¡idiota, cuantas veces te tengo que decir que no son reales!
Alfred: es que como salen de la nada espantan –dijo tembloroso
Arthur: ay… mira mejor vete de aquí que la tengo que volver a poner por tus estupideces – dije en un tono muy enojado… y como no estarlo si Alfred a cada rato activa una
Alfred: ¡Arthur una fantasma!
Ven lo que les digo – ¡idiota que no es real!
Alfred: ¡pues casi parece!
Dios no sé qué voy a hacer con el… si tan solo hubiera una manera de callarlo aunque sea por una hora, en fin; últimamente Alfred se pone muy nervioso y como ven también muy distraído, en verdad es a veces raro, pero almenos ya dejo de preocuparme.
Alfred: no quiero dormir Arthur aún tengo mucha energía –bosteza leve-
Arthur: ¿cómo de que no? Si bien que acabas de bostezar
Alfred: ¿será por qué eres aburrido?
Arthur: vamos ven hay que dormir –camine hacia el sótano para dormir, me acosté y todo iba bien estaba punto de dormirme cuando oí que Alfred golpeaba la madera de mi cama - ¿ahora que quieres? –dije molesto por qué no me dejaban dormir
Alfred: ¿p-puedo dormir contigo Arthur?
Arthur: pensé que ya estabas grande para ese tipo de cosas idiota
Alfred: solo por hoy
Arthur: … está bien~ - abrí mi puerta y deje que entrara Alfred… si era más alto que yo… pero aun así cabíamos perfectamente en mi ataúd, nos acomodamos y por fin pude dormir… total ¿qué es lo malo que puede pasar?. Todo iba bien hasta que… sentí algo en mi boca, abrí los ojos y… me sorprendí mucho, Alfred… estaba besándome... ¡ESTABA BESANDOME! Asi que por reacción lo mande a volar con un fuerte golpe en su estómago; fue tanta la fuerza que hasta termino abriendo la puerta de mi cama, termino quedando no muy lejos de la pared… ¡¿Qué mierda estaba pasando aquí?! ¡¿Cómo mi propio hermano pudo haber hecho eso?!
Pov. Alfred:
¡Rayos! No puedo dormir… en verdad me le quiero confesar a Arthur, pero me da miedo a que se enoje o me deje a un lado… no quiero que me deje y tampoco creo poder dormir, me levante y toque la puerta de la cama de Arthur, al inicio no quería dejarme entrar pero lo convencí y… ahora estoy aquí acostado con el alado mío, estoy algo apretado… pero puedo sentir la respiración de Arthur y mi corazón no deja de latir… según Françoise seres como nosotros si nos podemos enamorar… pero ahora creo que si debí preguntarle si se podía sentir el corazón latir, mire el rostro de Arthur… en verdad se ve tranquilo y tierno dormido, podía percibir el olor de su cuerpo… ¿rosas? ¿Es posible que el cuerpo de un cadáver pueda oler así? O puede ser que se deba a plantar muchas rosas, sé que a Arthur le encantan y las cuida muy bien la verdad se le da mucho hacerlo, miro el color de su cabello… es como si fuera del color de una rosa amarilla, pero creo que lo que más me cautivan de él son sus ojos, son como gemas en el… de un color verde vivo, sin darme cuenta me voy acercando poco a poco solo pensaba en lo que veía en Arthur, hasta que sucedió lo que tenía que suceder… le bese, quizás si Arthur estuviera vivo sus labios serian de tono rosado… pero no importa de todas maneras se ven rosados… muy leve. Pero todo eso se esfumo cuando de la nada Salí volando… Arthur me había golpeado sacándome de la cama.
Arthur: ¡¿Qué mierda crees que haces?! –dijo con tono muy enojado
Alfred: ¿Qué te pasa Arthur? –dije en un tono molesto… claro un poco serio ya que Arthur me saco el aire
Arthur: ¿Qué me pasa?... ¡¿me preguntas que, que me pasa?! Más bien que te pasa a ti –dijo mientras me apuntaba con su dedo índice y me gritoneaba
Alfred: yo… yo solo
Arthur: ¡te dejo acostar en mi cama y esto es lo que veo… tú besándome!
No sabía qué hacer, Arthur tenía razón yo fui quien lo beso estando el dormido… claro como mi mente quedo en blanco olvide que él es de sueño ligero – y-yo… - no podía hablar, no había que replicar, solo baje la cabeza avergonzado y lo único que pude decirle fue…- perdón-
Arthur: perdón… ¡¿perdón?! ¿Qué rayos te pasa Alfred? Primero actúas raro, después vuelves a ser normal y ahora me sales con esto? –pude escuchar sus pasos se acercaba a mí con intenciones de pegarme o zarandearme - ¡dime! ¡¿Qué rayos te pasa por la cabeza?! –se paró enfrente de mí y me grito muy enojado
No me pude contener más… estaba avergonzado que simplemente - ¡lo siento!... ¡siento haberte besado pero tú me gustas! – alce mi rostro enfrentándolo… es posible que estuviera sonrojado por la vergüenza… y lo que le dije… fue como si me clavaran una estaca en la cabeza… simplemente salió y… no había marcha atrás.
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