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Threesome por Dara17

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Notas del capitulo:

Vengo con el cap más corto de la vida (? T_T He tenido ciertos bloqueos durante la semana, además en mi casa se está volviendo muy difícil escribir, ¡No me dejan concentrar! Creo que terminaré escribiendo en algún cementerio (?

 

¡A Leer!

Capítulo 22 —Un problema más.

 

 

Le dolía ver a Jungkook llorando y tan quieto como si el moverse ya implicara un daño para él. Su cuerpo se sacudía por el miedo y sus ojos se mantenían apretados. Unas lágrimas traicioneras se escaparon de sus ojos, nublando su vista, pidiéndole que dejara de ver a aquel chico, que se esforzara más de lo que ya estaba haciendo y siguiera ese juego hasta que Jungkook estuviese a su lado.

 

—Hemos llegado —dijo Yongguk luego de abrirle la puerta del auto.

 

Seokjin asintió, entregándole la Tablet a uno de los chicos, dándole un último vistazo y saliendo después del auto. Visualizó un enorme café, recordando las fotos que meses antes le había enviado Himchan. Aquellas fotos que lo hicieron enfadar y odiar a Jungkook. Deseó que su novio hubiese escapado a un lugar diferente, donde estuviera lejos de Hunchul y sus venganzas poco consistentes. Sorbió su nariz y comenzó a dar pasos rápidos, tal como lo estaba haciendo Yoongi, que sin él saber cómo, ya se encontraba hablando con una jovencita que atendía. La chica se encogió de hombros, haciéndole entender al pelirrojo que no sabía de lo que le estaba hablando.

 

Su cuerpo se tensó un poco al ver a Yongguk inclinarse y sacar un teléfono móvil que se encontraba debajo de una mesa. Todos salieron con rapidez de la cafetería, sin importarles las miradas raras que los clientes les dirigían o los murmullos que permanecieron sin importar que ellos ya estuvieran fuera.

 

—Entrégamelo, no quiero que Jin vuelva a destruirlo —pidió Yoongi, con una mirada amenazante al castaño, que sólo se limitaba a mirar el móvil, nervioso.

 

Yongguk no dudó en entregarle el móvil. Él sabía que Yoongi podía controlarse más de lo que podría hacerlo su jefe. Todos se acercaron, formando una circunferencia alrededor del estudiante. El móvil era igual al anterior y contaba con la misma foto de fondo de bloqueo.

 

—Intenta con la misma contraseña —propuso Yongguk. Yoongi limpió el sudor que comenzaba a formarse en la parte superior de sus labios y prosiguió a ingresar el mismo código.

 

La pantalla se desbloqueó, permitiéndoles ver un hermoso salvapantallas con un lago que resplandecía con la luz del sol, a su lado, casi sosteniéndose sobre el lago, había un pabellón antiguo, a su alrededor habían unos cuantos árboles y arbustos, y muy al fondo un par de edificios que se erguían con grandeza.

 

Todos se quedaron analizando la imagen sin proferir alguna palabra. Conocían el lugar, sin embargo, los nervios habían borrado por completo su nombre y ubicación.

 

—Es… uno de los parques del río Han —dijo uno de los chicos que los acompañaban—. Su nombre es algo relacionado con… tradición, ¿parque tradicional? —añadió.

 

—Es el bosque tradicional, está en el parque de Yeouido —dijo Yongguk caminando hacia el auto con el ceño fruncido—. Juro que golpearé a ese tipo en bien lo vea, su juego no me divierte en lo más mínimo.

 

Seokjin corrió hasta el auto, jalando a Yoongi del brazo para que no se quedara atrás y tuviesen que esperarlo mucho tiempo. Sentía la ira y el desespero formarse en su pecho, las ganas de acabar con todo se instalaban con la misma rapidez y su paciencia, aquella parecía como si nunca hubiera existido.

 

—¿Cuánto tiempo creen que durará su juego? —inquirió Yoongi mirando la hora en su reloj de mano.

 

—No por mucho tiempo, he contratado a unos chicos que están rastreando la señal de la videocámara que graba a Jungkook —manifestó Yongguk sin dejar de mirar fríamente hacia adelante.

 

—¿Qué sucederá si ellos se enteran de lo que estamos haciendo? ¡Jungkook estará en peligro! —gritó Yoongi invadido por el miedo.

 

—No lo harán, los chicos que busqué son audaces. En menos de una hora encontraremos a Jungkook, te lo aseguro.

 

Yoongi apretó sus labios y miró a Jin, intentando buscar las palabras adecuadas para convencerlo de que aquello podría ser peligroso.

 

—Se ha quedado dormido —dijo Seokjin con una falsa sonrisa en el rostro—, debe estar cansado —tapó su rostro con ambas manos y gruñó—. ¿Cuál es tu plan, Yongguk?

 

—Continuar buscando hasta que los chicos nos den las coordenadas —explicó—. Es posible que nos estén siguiendo, así que deberemos continuar haciendo lo mismo con cautela. Luego, con los datos listos, enviaremos a Daehyun y Youngjae, junto con otros chicos que están cuidando de la mansión, en busca de Jungkook.

 

—¿Dejarás la mansión sin protección? —preguntó Yoongi con inquietud.

 

—¿Qué pueden querer de allí?

 

—A… ¿Jimin? —intentó mostrarse un tanto desinteresado al mencionar aquel nombre a pesar de que le preocupaba que su nuevo novio pudiese quedarse solo en ese enorme lugar.

 

—Jimin se ha quedado en la oficina cumpliendo todo lo que no ha hecho en los últimos meses —expuso Jin—. Además no creo que Iron esté interesado en alguno de mis hermanos.

 

—Oh… —Yoongi se sintió mal por no conocer aquella información. Nunca creyó que Jimin cumpliese tan bien con su palabra y retomara su trabajo tan rápido.

 

—Ahora dime, ¿qué tal si Jungkook está siendo cuidado por alguien que trabaje para Hunchul? —Jin se acercó lo más que pudo al asiento del conductor.

 

—Es lo más probable, por eso irán todos los chicos de la mansión, no se quedará ni uno solo y tú mismo sabes que no son pocos.

 

—A veces pienso que llevas una vida de mafioso —bromeó Yoongi sin ganas. En alguna ocasión estas palabras lo hubiesen hecho reír con exageración.

 

 

Eran las doce de la media noche cuando llegaron al parque de Yeouido. Sus cuerpos se sentían cansados por la presión de no encontrar a Jungkook, aunque estaban un poco aliviados al ver que el moreno descansaba a pesar de encontrarse en aquella horripilante condición.

 

—Se ve mucho más tranquilo que nosotros, si Jimin estuviera aquí diría que podríamos dejar la búsqueda para luego —habló Yongguk, con su rostro serio.

 

—Creo que diría algo así —señaló Seokjin con desgana.

 

No tardaron en recorrer el parque corriendo. Aquel lugar se veía tranquilo y apacible a pesar de estar solitario. El pabellón que vieron en la foto se hizo notar sin esfuerzo. Seokjin fue el primero en pisar el lugar y tomar el teléfono móvil que se veía a punto de caer al lago. Los otros chicos no tardaron en llegar, sus pechos subían y bajaban por intentar haber seguido el paso de su jefe.

 

La situación fue igual, a diferencia del fondo de pantalla. Era la torre N, que brillaba en el fondo de una oscura noche.

 

—Es la misma mierda —bufó Jin, lanzando el móvil al lago con decepción.

 

—Tú… —Yoongi frunció el entrecejo pero prefirió continuar en silencio.

 

—Vamos de nuevo al auto, afortunadamente no estamos muy lejos —jadeó Seokjin quitándole la Tablet a uno de los chicos para ver cómo se encontraba su novio. Jungkook continuaba durmiendo como si estuviera dopado.

 

Al subir al auto y cerrar la puerta, Yongguk se giró del asiento del piloto y les dirigió una mirada esperanzadora. Yoongi sonrió sin haber escuchado aun lo que el mayor tenía por decirles.

 

—Los chicos están en camino. Jungkook está en Incheon —el triunfo refulgía en los ojos del pelirrojo.

 

—¿Qué esperas? Iremos por él —Seokjin le dio un par de palmaditas al asiento del conductor, su corazón latía con fuerza.

 

—Ya te lo dije, continuaremos siguiendo esas pistas de mierda hasta que los chicos nos digan que Jungkook está a salvo —Yongguk aceleró, decidido a ir hasta Namsan.

 

—No puedo dejarlo en manos de ellos.

 

—Dejas tu mansión en sus manos a diario, ¿cuál es la diferencia? —inquirió el mayor apretando la mandíbula.

 

—Jungkook es más importante que mi mansión —señaló, algo alterado.

 

—Jungkook se mantiene a salvo dentro de esa mansión gracias a ellos —Yongguk golpeó el volante—. Eres mi jefe, te respeto y cumplo bien con mi trabajo, así que quédate en silencio. Mi deber es cuidarte a ti y a las personas que me has encargado. Sé que ha sido mi culpa que Jungkook terminara en manos de Hunchul, así que déjame reparar ese enorme problema y confía en mí como lo has hecho los últimos años.

 

El castaño se quedó en silencio. Su cerebro le ordenó no volver a abrir la boca y confiar en aquel chico que nunca lo había defraudado. Se quedó mirándolo, apreciando sus facciones y notando lo preocupado y decepcionado que se encontraba. Apretó el puente de su nariz y negó con la cabeza, el desespero lo hacía comportarse con un idiota sin cerebro.

 

Al llegar a la torre N sintió su estómago revolcarse al ver que la señal de la videocámara se había perdido, la pantalla se había tornado negra de un momento a otro, dejándolo a él en blanco, como si estuviese cayendo en un vacío, y sin saber qué hacer o decir. Yoongi, que se encontraba a su lado observando la pantalla le dirigió una mirada asustada a Yongguk, que sin recibir una sola palabra intentó ponerse en contacto con los chicos durante los siguientes cinco minutos.

 

—Todo estará bien —animó Yoongi con una voz temblorosa. Seokjin continuaba mirando la pantalla en silencio, con la esperanza de que ésta se encendiera y pudiese ver de nuevo a Jungkook.

 

—Regresaremos a casa.

 

Jin contuvo sus palabras, sin ganas de escuchar de nuevo el repertorio de Yongguk. Por primera vez en su vida se sintió como todo un inútil, él no podía hacer nada por Jungkook a pesar de que siempre se sintió como un hombre invencible.

 

—Intenta… de nuevo —susurró, intentando calmarse.

 

Yongguk marcó el número un par de veces. La culpa se alimentaba de él, recordándole lo irresponsable que había sido por haberse dejado engañar por aquel auto que no tenía planeado lastimar a Junhong. Otra parte de su subconsciente lo defendía, explicando que no hubiese podido permitir que le pasara algo a su novio, porque tal vez los hombres de Iron al ver que Yongguk no corría a ayudarlo lo habrían arroyado sin preocuparse en absoluto de lo que hacían. Gruñó, aferrándose al volante y volvió a marcar.

 

Estamos tomando la vía principal hacia Seúl —escuchó una voz ronca irreconocible, mientras unos gritos opacaban su voz.

 

—¿Q-quién eres? —Yongguk sintió su cuerpo enfriarse al instante.

 

Soy Jongup, idiota —explicó sobre esforzando su voz. Yongguk exhaló aliviado y activó el altavoz del móvil—. No pudimos permanecer en la cama cuando nos enteramos de lo ocurrido. Tenemos a Jungkook, pero no ha parado de gritar, está asustado porque Youngjae y Daehyun fueron los que lo sacaron de ese lugar —intentó que su voz se escuchara por encima de los gritos del menor—. No ha querido abrir los ojos, sólo grita, yo estoy conduciendo, no nos conviene detenernos y Himchan ha perdido la voz completamente por la gripe.

 

—Jungkook no conoce a nadie a parte de nosotros, intenta calmarlo —Jin y Yoongi se le acercaron más, sintiéndose más ansiosos que nunca.

 

¡Lo hago, pero no me escucha! Hemos tenido que atarle los pies porque está a punto de lastimarse de nuevo.

 

—Terminarán asustándolo más —le reprendió.

 

¡Dime qué más podemos hacer! Nos quedaremos sin audición si continúa así —la voz de Jongup disminuyó un poco y se tornó más ronca.

 

—Sólo cuelga y llega rápido a la mansión.

 

—¡Déjame hablar con él! —pidió Jin pero la llamada ya había sido desconectada—. Llama de nuevo —ordenó.

 

—Sólo tranquilízate y espera a que regresemos a casa —rogó Yongguk con una voz calmada, demostrando su alivio por tener de nuevo a Jungkook en buenas manos.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

—Espera adentro —Yoongi tomó el brazo de Jin para intentar jalarlo dentro de la mansión.

 

—Déjame, Yoongi —el castaño se soltó con fuerza. Yoongi se tambaleó y se sostuvo de él para no caer al suelo.

 

—Me pondrás más nervioso si sigues allí parado. Ya estoy mareado por verte dar tantas vueltas.

 

—Entonces vete a esperar a la sala de estar, no me molestes, Yoongi —soltó alejándose del otro chico que viró los ojos y lo siguió.

 

—No puedo dejarte aquí solo, ¿qué tal si llega Hunchul y…? —enmudeció al ver que cuatro camionetas negras 4x4 se detenían en frente de la enorme verja principal.

 

Una sonrisa amplia se dibujó en el rostro de Seokjin. Dejó ir sus preocupaciones, olvidando lo impotente y diminuto que se había sentido, y sintió que podía ser feliz de nuevo. Una de las camionetas pitó dos veces seguidas, el señor que se encargaba de cuidar aquella entrada activó la verja para que ésta se abriera y dejara pasar los autos.

 

Tres de las camionetas siguieron su camino hasta el garaje de la mansión, mientras que la última se detuvo unos cuantos metros lejos de donde estaban Yoongi y Jin. El primero en bajarse fue Himchan, que sonreía orgulloso mientras abría la puerta para que Daehyun y Youngjae —que habían sido recomendados por Yongguk pocos meses antes— bajaran y ayudaran a Jungkook a bajar de la camioneta. El menor aún temblaba e hipaba, su nariz estaba roja de tanto llorar al igual que sus ojos. Jin no dudó en dar un par de zancadas que lo dejaron en frente de su novio, ambos se miraron y se abrazaron con fuerza. Todos se quedaron en silencio, mirando a la pareja y relajados. Sólo se podían escuchar los sonoros sollozos de Jungkook, que opacaban el sonido de los grillos.

 

—Gracias, chicos —los felicitó Yongguk. Jin y Jungkook dejaron de abrazarse, pero no se separaron.

 

—No ha sido difícil. Cuando llegamos allí no había nadie vigilándolo. Nos encargamos de decirles a los chicos que habían rastreado la señal de la videocámara que intentaran desactivarla antes de que tomáramos a Jungkook porque posiblemente Hunchul también estaría vigilándolo. El problema fue comenzar a desatarlo, Jungkook estaba asustado y nos golpeó en unas cuantas ocasiones —dijo un chico rubio, que Jin reconocía como Youngjae.

 

—Lo siento —hipeó Jungkook, limpiándose las lágrimas y pegándose más al cuerpo de Jin—. Yo… creí que eran ellos.

 

—No hay problema, no estoy enojado porque me hayas mordido —bromeó el otro chico, de cabello castaño, llamado Daehyun.

 

—De verdad lo siento —Jungkook intentó hacer una reverencia ayudada por Jin.

 

—¿Cómo pudieron calmarlo? —preguntó Yoongi, sonriéndole con ternura al recién llegado.

 

—Le dijimos que veníamos con Himchan y Jongup, que ustedes lo estaban esperando en casa. No sabemos cuánto tiempo estuvimos repitiendo lo mismo hasta que abrió los ojos y nos miró —explicó Daehyun enternecido—. Luego se puso a llorar de nuevo.

 

—Creo que es hora de que todos descansemos —profirió Jin—. Muchas gracias, chicos —Seokjin hizo una reverencia la cual fue imitada por Jungkook, que se sostenía de él a falta de sus muletas—. Le diré a Namjoon que pase a revisarlos de nuevo, pueden empeorar por no haber reposado el tiempo necesario.

 

—Logramos sobrevivir, no te preocupes, ahora solo quiero mi cama y algo caliente —casi graznó Jongup—. Estoy seguro que Himchan también —el mencionado asintió, encogiéndose en su bufanda.

 

—Descansen bien —se despidió Yongguk de Jungkook y Jin, para luego abrazar a sus compañeros de trabajo.

 

Yoongi se quedó hablando con Youngjae y Daehyun, dejando que Jungkook y Jin tuviesen su tiempo a solas. Luego mimaría a su nuevo amigo todo lo necesario. Sonrió al verlos adentrarse en la mansión, tan felices de haber afrontado un problema más.

Notas finales:

Espero que no se hayan dejado llevar del título como Lord, a ella le pareció increíble que todo haya terminado tan bien ajajaja, creo que todos también han quedado como ella. Sólo piensen en que... ¿Creen que Hunchul estará muy feliz al enterarse de que le arruinaron su inmaduro juego? UFFF yo estaría muy preocupada si fuera Jin.

Espero que les haya gustado el cap, si no es así es mi culpa. 

 

¡Los Adoro!

 

PD: -se corta las venas con una barra de chocolate-

PD2: ¿ya vieron el MV de BTOB? 

PD3: -se hunde en su depresión rara-

PD4: Lord... jajaja mejor lo digo mañana.


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