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Threesome por Dara17

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Notas del capitulo:

¡A Leer!

Capítulo 24—Daño.

 

Terminó de trazar la última línea en la parte trasera de una hoja que horas antes le habían entregado. Observó con atención su obra final y sonrió satisfecho de lo que había hecho.

 

—A pesar de que lo hiciste con un bolígrafo te quedó bien, ¿quién es? —preguntó una de sus compañeras de clase reparando con mirada crítica el dibujo—. Está guapo.

 

—E-es… —se preguntó si debía decir la verdad o mentir—. Él es mi n…

 

—Shh —regañó su otro compañero sin dejar de prestar atención a la conferencia—. Si continúan hablando no podré escuchar.

 

Ambos chicos sonrieron y continuaron fingiendo escuchar lo que decían en aquella conferencia de la cual Yoongi no recordaba de qué trataba.

 

—Si el maestro pregunta algo de lo que dijeron estaré muerta —bromeó la chica tomando sus cosas a pesar de que aún no terminaba la ponencia.

 

—¿Te vas? —murmuró Yoongi mirando la hora en su móvil y sintiendo una recarga de felicidad al ver que había recibido un mensaje de Jimin.

 

—Sí, te veo mañana. Dile a Bin que nos haga un resumen y nos envíe una nota de voz, por favor —dijo con súplica y Yoongi asintió.

 

—Adiós —dijo y desbloqueó el teléfono, ansioso por lo que podría encontrarse.

 

 

Voy de salida. Tuve una amigable conversación con Jungkook así que ya no debes preocuparte por nuestra relación, seremos buenos amigos. ¿Quieres que te espere en el estacionamiento? O ¿quieres que te espere en la entrada principal de la universidad? Hoy haré lo que tú pidas.   

Jimin.

 

 

Yoongi sonrió y luego maldijo al notar que el mensaje había sido recibido dos horas antes. Fulminó con la mirada el dibujo del rostro de Jimin en la hoja ya que había sido el culpable de que no se enterara que Jimin le había escrito y luego comenzó a escribir atropelladamente un mensaje de texto.

 

 

Lo siento, no me enteré que habías escrito. Supongo que debes llevar un buen rato esperándome, iré hasta la entrada principal ahora mismo. Tú te harás responsable de que abandone esta excelente ponencia.

 

 

Sonrió al saber que mentía y que se alegraba de dejar de escuchar algo que no le había importado desde el comienzo. Miró a su compañero y lo tocó un par de veces para que lo mirara.

 

—Me marcho —le dijo y el chico llamado Bin asintió y siguió prestando atención a lo que decían. Yoongi volvió a tocarlo—. Eunbyul dijo que le enviaras un resumen de lo que dijeron en una nota de voz, ¿podrías enviármelo también? —hizo una mueca apenado y luego unió sus manos con súplica.

 

—Está bien, vete —respondió Bin y se despidió con la mano.

 

Yoongi se encorvó lo más que pudo y salió del lugar sin mirar hacia ningún lado en caso de que su profesor lo hiciera devolverse. Su suerte hizo que saliera rápido de allí sin ningún percance y corriera por los pasillos de la facultad feliz de haber escapado. A pesar de estar lejos, Yoongi continuó con sus largos pasos y se detuvo en seco cerca de una fuente al verse como un tonto por haber estado corriendo.

 

—Debes verte más calmado, Yoongi —se dijo. Acomodó su ropa y caminó más despacio, revisando su teléfono en caso de tener un nuevo mensaje de Jimin, pero no había nada—. ¿No envió? —revisó los mensajes, frunciendo el ceño al ver que la red funcionaba a la perfección y el mensaje había sido enviado sin ningún percance.

 

Se encogió de hombros y continuó caminando hasta que llegó a la entrada principal y no encontró el auto de Jimin estacionado en ninguna orilla de la calle. De nuevo, sacó el móvil del bolsillo y marcó el número de su novio unas cuantas veces hasta que se cansó y decidió caminar hasta el estacionamiento. Su corazón se sintió herido y traicionado al encontrarse con el lugar casi vacío y al no ver por ningún lado el auto de Jimin.

 

Apretó el móvil entre su mano y continuó llamando, enojándose cada vez más y pateando cualquier piedra que se atravesara en su camino. Se sentó en una banca fuera del estacionamiento y vio salir la mayoría de autos hasta que cayeron las seis de la tarde y el sol comenzó a esconderse. Su paciencia llegó al límite, desbloqueó su móvil, buscó el contacto de su novio y luego escribió:

 

 

Espero que tengas una buena excusa, Park Jimin, o sino esto se ha terminado.

 

Bloqueó el móvil y lo arrojó dentro de la maleta decidiendo caminar hasta donde sus pies se lo permitieran. Sus pensamientos iban de un lado al otro, torturándolo y haciéndolo enojar al máximo. «¿Te has enamorado?», le preguntó su subconsciente haciéndolo detenerse a mitad de un semáforo peatonal. «No es así, me siento ofendido porque me han dejado esperando», argumentó y siguió su camino en bien los autos que esperaban comenzaron a tocar el claxon. «¿Por qué te cuesta admitirlo? Al fin te gusta Jimin», continuó su cabeza.

 

—Esto no funcionará, tomaré un taxi —bufó casi lanzándose sobre uno que pasaba en ese momento.

 

Le indicó su dirección al taxista y metió su mano dentro de la maleta en busca del teléfono móvil, lo que duró mucho más tiempo del necesario aportándole algo más a su mal humor. Sacó el móvil y gruñó al encontrar llamadas perdidas, recordándole que no había desactivado el perfil de silencio cuando salió de la conferencia.

 

Revisó la lista de llamadas, algunas de su madre, otras de Jungkook junto con unas de Jin y al final unas de Yongguk. Algo dentro de él se estremeció y le aseguró que algo no estaba bien. Marcó el número de Jin y respiró profundo en bien escuchó su voz.

 

Dime por favor que estás con Jimin —dijo el mayor con súplica. Los ojos de Yoongi se llenaron de lágrimas al instante.

 

—E-estuve esperándolo y n-nunca llegó —balbuceó.

 

Demonios —maldijo Seokjin tan fuerte, transmitiéndole su desespero y horror—. Regresa a casa ahora y quédate con Jungkook.

 

—¿Jimin está bien? —el castaño no respondió—. ¡Dime Seokjin! ¿Está bien?

 

Sólo regresa a casa —la llamada se cortó y Yoongi sintió que el mundo se derrumbaba en un par de segundos.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Subió el volumen del radio mientras esperaba que la luz del semáforo cambiara. Tenía planeado entrar a una tienda de artes antes de ir por Yoongi, aunque en ese momento no sabía qué podría darle ya que no sabía si él necesitaba algo de allí. Giró a la izquierda como se lo indicaba el GPS del auto y se detuvo en frente de una enorme tienda. Subió las ventanas del vehículo y revisó el teléfono móvil en caso de que Yoongi le hubiese respondido, pero sólo encontró un mensaje de texto anunciándole que unas piezas de ropa que había pedido virtualmente habían sido enviadas minutos antes.

 

No le tomó importancia a la falta de respuesta de Yoongi y dejó el teléfono móvil sobre el asiento del copiloto para luego cerrar la puerta cerciorándose de que llevaba su billetera. Se volteó y divisó el local, su boca se abrió formando una “o” al ver lo enorme que era. Deseó no haber ido solo.

 

Jimin caminó reparando cada estante, sintiéndose perdido por no entender para qué funcionaba cada cosa y cómo podría servirle a Yoongi. Su rostro se tornó rojo al verse patéticamente perdido en la tienda y fingió mirar entretenido un par de caballetes, evitando que alguien de la tienda se acercara a ayudarlo y pensando en que sería mejor regresar luego.

 

—Bienvenido, señor, ¿en qué puedo ayudarle? —Jimin escuchó la voz de una joven y apretó la mandíbula viéndose sin escapatoria.

 

—Eh, muchas gracias —posó su mano derecha sobre el cuello con una posición que demostraba su incomodidad—. Sólo… miraba.

 

—¿Busca algo en especial? —Jimin deseó callar aquella chica y salir corriendo.

 

—No… muchas gracias —deshizo sus pasos y terminó fuera del local sintiéndose ridículamente fastidiado.

 

Suspiró susurrando que era un completo idiota y se metió de nuevo dentro del auto.

 

—¡Agh! —golpeó el volante y aceleró. Todo el día había estado pensando en la brillante cara de Yoongi al recibir su regalo, pero se había asustado al llegar a un lugar tan colorido y lleno de cosas que nunca en su vida había visto.

 

De nuevo, se detuvo para esperar al cambio de luz de un semáforo y rápidamente, sin poder hacer nada, un par de personas se subieron a su auto. Reconoció a Hunchul con su sonrisa de suficiencia y sintió escalofríos al sentir una fría arma rozando su cuello.

 

—Conduce hasta Incheon lo más rápido que puedas —dijo calmado, acomodándose en el auto como si le esperara un largo viaje.

 

—¡¿Estás loco?! No voy a llevarte a ningún lado, baja de mi auto —vociferó empujando al hombre que lo apuntaba con el arma y quitándose el cinturón de seguridad.

 

—No tengo mucho tiempo, Park, conduce.

 

El semáforo cambió. Jimin miró hacia los lados, notando la cantidad de gente que transitaba por las calles de Gangnam.

 

—¿Vas a dispararme aquí? —señaló con la mirada una estación de policía a menos de una cuadra de distancia. El sonido de las bocinas de otros autos hizo que Hunchul se desesperara y se volviera a acomodar en el asiento.

 

—Tienes razón, no puedo arriesgarme. Afortunadamente tienes vidrios polarizados —dijo, y con un movimiento brusco le quitó el arma al otro hombre y golpeó con ésta a Jimin dejándolo completamente aturdido.

 

Debido al daño Jimin se agarró la cabeza y dejó que lo jalaran a los asientos traseros. Hunchul tomó el volante del auto y aceleró antes de que un par de personas se acercaran inquietas por el tráfico que estaba causando el vehículo.

 

Jimin intentó moverse y dirigir un golpe al rostro del hombre que lo sostenía mientras Hunchul conducía, pero sólo logro desestabilizarse y sentirse más mareado. Las palpitaciones de su cabeza aumentaron y se vio obligado a encogerse en el auto luchando por no perder el conocimiento y quedar a merced de Iron.

 

Al estar un poco mejor, dejó que lo bajaran del auto extrañado de haber llegado más rápido de lo que esperaba y sin oponerse se dejó llevar hasta un edificio en ruinas, preguntándose cómo habían logrado atar sus manos sin que él se enterara. Miró a su alrededor, buscando una vía de escape, aprovechando que sus piernas no estaban atadas y que su equilibrio se restablecía de a poco, luego, cuando hizo el intento de huir, gimió al chocar contra el suelo a causa de un fuerte empujón de Hunchul. Jimin sintió su mejilla rasparse contra el suelo y sin prestarle mucha atención a aquello se sentó mirando fijamente a Hunchul. No entendía qué quería el chico.

 

—¿Vas a molestar de nuevo a Jin? ¿No crees que repetir el juego es algo realmente… aburrido? —soltó con un sonrisa ladina.

 

—Tienes razón, por eso esta vez será diferente —Jimin volvió a escanear el lugar con su mirada y notó que habían muchas más personas de las que había visto antes.

 

—¿Qué harás? ¿Me vas a cambiar por Jungkook? —fingió reírse. Hunchul hizo una mueca que el menor no comprendió.

 

—¿De qué me sirve Jungkook si te tengo a ti? —preguntó, acercándose más.

 

—Es… —Jimin fue callado con una fuerte patada en su espalda que no vio venir. Sintió como si su columna se partiera en dos, dejándolo boca arriba y obligándolo a recuperarse del dolor rápidamente.

 

—Lo siento, no quiero que hables. Sólo escucha, ya que no tengo mucho tiempo y hay algo que quiero decirte desde hace varios meses, luego… luego se pondrá más divertido todo —manifestó antes de inclinarse frente a él.

 

Jimin exhaló intentando no moverse mucho.

 

—Sé dónde está tu madre, Jimin —susurró—. Cada día enloquece más y pregunta por su pequeño sin descanso.

 

El moreno sintió una puñalada en su corazón y miró con odio a Hunchul.

 

—No sé de quién hablas —escupió intentando no pensar en la mujer que había arrebatado la vida de su padre.

 

—Me gusta esa cara de dolor —habló Hunchul sin dejar de sonreír—. Cuando un Kim sufre me lleno de energía.

 

—¿Cuál es tu problema? Estás formando una guerra sin sentido —Jimin volvió a sentarse, apretando más las manos.

 

—Mi padre siempre odió a tu padre e hizo todo lo que estuvo en sus manos para dejarlo bajo tierra —su sonrisa desapareció. La piel de Jimin se erizó—, y lo logró.  Siento que debo hacer lo mismo y hundir poco a poco a Seokjin hasta dejarlo de la misma forma que tu padre.

 

—¡Estás loco! —gritó Jimin. Un puñetazo se estampó en su rostro llenándole la boca del sabor metálico de la sangre.

 

—Cállate —dijo enojado—. Fuimos a la quiebra por culpa de tu padre y estamos cayendo de nuevo a causa de Seokjin. ¡Debieron abandonar el mercado en bien murió su padre! Dejar de ser un estorbo para nuestra constructora, pero no fue así, siguieron creciendo, apoderándose de cada contrato y jactándose de sus imponentes obras. Es hora de que abandonen y ya no vamos a darles ninguna oportunidad de que lo hagan.

 

»Me encargaré de que el Grupo KIM desaparezca y comenzaré contigo, será divertido saber que tu hermano se volverá loco cuando te encuentre aquí a punto de morir. Después… será divertido ver cómo tu madre con su poca cordura haga lo mismo que hizo con tu padre, pero no te preocupes, dejaré que Jin disfrute de su vida un par de meses más.

 

—No voy a permitir que lo hagas —Jimin se levantó del suelo y pateó con fuerza a Hunchul, que cayó de nalgas al suelo y se lastimó una muñeca al apoyarse para no caer muy fuerte.

 

—¿Lo dices porque eres el hijo de una asesina? Tal vez lleves eso en la sangre —dijo luego de levantarse sosteniendo su mano.

 

—Mi verdadera madre no es una asesina. La persona que me crió está en un centro de reposo por culpa de tu padre —Jimin volvió a acercarse e intentó patearlo de nuevo pero fue sostenido por un par de hombres.

 

—Estoy harto de ti y tu familia. Ya cumplí con decirte mi plan, ahora terminaré con esto de una vez por todas —Hunchul hizo una seña a otros tres hombres que se acercaron a Jimin y comenzaron a golpearlo sin piedad.

 

Los golpes fueron rápidos, sin espacios de tiempo para que Jimin lograra definir qué partes de su cuerpo eran magulladas. De su boca salían pequeños gemidos de dolor que intentaba reprimir mientras protegía su cabeza sin tener mucho éxito debido a que sus manos estaban fuertemente atadas. Deseó dejar de sentir, que todo acabara rápido y pudiera marcharse de allí en busca de Yoongi y luego prevenir a Seokjin. Su cabeza se llenó de miedo, haciéndolo preguntarse si ese sería su fin, si ya no volvería a ver a su novio, a sus hermanos, incluso, si ya no podría ver a Jungkook. Deseó pedirle perdón al pelinegro por todo lo malo que le había causado. Maldijo los años que perdió por estar metido en el mundo de las drogas, y luego de tanto tiempo deseando morir, rogó a todos los dioses porque le permitieran vivir… y amar.

 

Los golpes cesaron y el lugar quedó en un semi-silencio que se veía interrumpido por su inconstante respiración. Intentó moverse, levantarse de aquel frío suelo y salir corriendo, pero el dolor en todo el cuerpo sólo le permitió emitir un lamento lleno de sufrimiento. Las lágrimas empaparon su rostro y se preguntó cuánto tiempo más tendría que pasar por ese dolor descomunal. Cerró los ojos cansado, diciéndose que no valía la pena luchar y que ese era su castigo antes de ir directo al infierno. Sintió que pasó más de un día allí, su garganta se secó rogándole que intentara moverse de allí pero ya no sentía su cuerpo, era como si la mezcla de todas sus dolencias le impidiera moverse. Intentó abrir los ojos y no lo consiguió, por lo que decidió continuar en blanco, sin moverse y tratando de respirar.

 

—Jimin —escuchó la voz de Seokjin, era tan lejana que se asustó al pensar que no podrían encontrarlo—. Abre los ojos, por favor, ¡Jimin! —su voz continuaba siendo lejana, pero llena de miedo.

 

Hizo el mayor esfuerzo por hablar, por gritar que lo salvaran. Nada salió de su boca. Intentó moverse, hacer una señal y luego entró en pánico al no recibir ninguna respuesta. Había muerto, eso era lo que al parecer había sucedido.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Aún respira”, fue lo último que escuchó sobre su hermano. Sintió la cálida mano de Jungkook apretar la suya mientras su mirada se clavaba en un Yoongi durmiendo sobre las piernas de Namjoon, el cual tenía el entrecejo arrugado y unas enormes bolsas bajo sus ojos.

 

Namjoon había sido obligado a quedarse en la sala de espera, incluso le habían ordenado que se tomara el día siguiente para descansar y evitarle ver la condición en la que se encontraba Jimin. Fue arrastrado lejos de la sala de urgencias y al final, se topó con Jin, que tenía su rostro y ropas ensangrentadas, y hacía un esfuerzo por mantenerse de pie.

 

Seokjin dejó de mirar a su hermano mayor y fijó su vista en su novio. El menor lo miraba preocupado pero se mantenía en silencio. Sin esperárselo, Jungkook lo atrajo a él y lo besó para luego obligarlo a recostarse en su hombro.

 

—Ya amaneció y no has dormido ni un poco —musitó el moreno, pasando su mano por los castaños cabellos de Jin—. Jimin estará bien, debes creerme.

 

—No puedo dejar a Namjoon solo, además, ¿cómo podría dormir con esta angustia? —respondió con tranquilidad a pesar de lo abatido que se encontraba.

 

—No estoy pidiendo que te marches —Jungkook recostó su cabeza con suavidad sobre la de Jin—. Cierra los ojos, te despertarás en bien escuches la voz del doctor.

 

—¿Y si no lo hago?

 

—Yo te despertaré.

 

Seokjin asintió con la cabeza y cerró los ojos entrando a un sueño rápido, en el cual nada de lo ocurrido había sucedido y todos se encontraban descansando luego de un largo día.

 

—Jin... —el mencionado se irguió en la silla bastante asustado y miró a su novio con los ojos abiertos como platos. Sentía que apenas habían pasado diez minutos luego de haberse quedado dormido.

 

—¿Sucedió algo?

 

—El doctor dijo que iría a llenar unos papeles y vendría con el pronóstico de Jimin.

 

—¿Dijo que Jimin estaba bien? —preguntó, mirando a su hermano que al igual que Yoongi estaba durmiendo.

 

—Así es —respondió y lo palmeó cuando vio al doctor regresar.

 

Seokjin se levantó del asiento e hizo una reverencia para luego ayudar a su novio a levantarse.

 

—Buenos… días joven Kim —dijo el hombre luego de mirar su reloj.

 

—Buenos días doctor Cha —respondió el castaño luego de mirar el nombre en la bata del señor—. Mi hermano… —el señor sonrió y no lo dejó continuar.

 

—El joven Jimin se encuentra bien, aún no ha despertado pero ha respondido bien a todos los análisis. Posiblemente presente pérdida de la memoria por un par de horas, tal vez días, y fallas en las rodillas por culpa de los golpes. Asombrosamente sólo tiene un par de costillas rotas que curaran en un mes y posee muchos hematomas en todo el cuerpo. Lo tendremos en observación por un par de semanas en caso de que pueda presentar algún problema por los golpes en la cabeza, aun así, creo que nada malo sucederá.

 

—¿Podemos verlo ahora? —inquirió Jin.

 

El doctor miró hacia donde se encontraban Namjoon y Yoongi, y asintió.

 

—Se encuentra en la habitación 417, en el noveno piso. Sólo podrán entrar dos personas y en la noche podrá quedarse una como máximo —advirtió—. Tengan un buen día —hizo una reverencia y se marchó.

 

El castaño exhaló dejando ir todos sus miedos a pesar de que aún se sentía ansioso por ver a su hermano menor. Pasó la mano por la cintura de Jungkook y caminó con él hasta quedar al frente de su hermano mayor y Yoongi. Seokjin quería ver a Jimin, abrazarlo y quedarse a su lado, sin embargo, decidió que Yoongi debía verlo primero. A solas.

 

Recordó el momento en el que Yoongi llegó al hospital con Jungkook, su nariz estaba tan roja como su cabello y no paraba de llorar y temblar. No sabía en qué momento el pelirrojo había desarrollado un sentimiento tan fuerte hacia su hermano. Prefirió dejar la pregunta para otro momento y lo despertó de manera lenta para que no se asustara.

 

—Yoongi, despierta —le dijo, pero sólo logró despertar a Namjoon, que se levantó rápido del asiento e hizo que el pelirrojo estuviera a punto de caer al suelo.

 

—¿Jimin está bien? —inquirió el rubio, escrutando cada rincón de la sala de espera.

 

—Ve y habla con el doctor Cha, de seguro entenderás mucho mejor su situación —le propuso Seokjin para no tener que repetir lo que recién había escuchado.

 

—¿Puedo ir contigo? —Yoongi le preguntó a Namjoon y Seokjin negó.

 

—Tú serás el primero en visitarlo —el pelirrojo tragó con fuerza y asintió.

 

—Yo pasaré luego de hablar con el doctor —avisó Namjoon alejándose casi corriendo.

 

Los chicos se miraron y comenzaron a caminar con pasos largos y nerviosos. El viaje en el ascensor fue lento debido al montón de personas que subían y bajaban. Y cuando al fin lograron llegar al noveno piso, Jungkook y Seokjin se separaron de Yoongi haciéndole entender que lo dejarían solo.

 

—Es la habitación 417, más tarde pasaré para que vayas a casa a descansar —habló Jin antes de marcharse a la sala de espera del piso noveno.

 

Yoongi dio un par de pasos y contuvo el aire al dar con la habitación sin hacer mucho esfuerzo, su mano apretó con fuerza el pomo de la puerta y la abrió sintiéndose agobiado al escuchar el sonido de las máquinas mezclado con la forzada respiración de Jimin. Algo dentro de su pecho dolió y con unos pasos temblorosos se acercó a la cama. Su mirada se volvió borrosa por culpa de las lágrimas que comenzó a soltar sin descanso mientras se aferraba a la mano de Jimin, suplicándole a la vida que nunca, jamás, lo alejara de él.

Notas finales:

Hola :'( aquí llega la vaga de Dara :c. Como les dije en mi página de Facebook me fui de vacaciones (repentinas) y no pude actualizar el fin de semana pasado. En fin, espero que el nuevo capi les haya gustado para mí fue uno de mis favoritos. 

Por cierto, subí el primer capi de Bang I&U a Wattpad, pero esta semana leí los terminos y condiciones, y me encontré con que eran algo extrictos y básicamente mi fic no es apto para la página y si lo sigo subiendo en cualquier momento me lo van a eliminar y bloquearán mi cuenta XD Por lo que mejor eliminaré mi cuenta :'( algo más, ¿Alguien sabe si LiveJournal maneja el mismo tipo de codiciones? LOOL me gustaría subir mis fics a otras páginas y no sé si sí se puedan subir a LJ. 

LES AGRADEZCO DEMASIADOOOOOOOOOO POR LEERME, ESPERO QUE LAS PERSONAS QUE HAN DESAPARECIDO LAS ÚLTIMAS SEMANAS HAGAN PRESENCIA T_T LAS EXTRAÑO. ¡NOS LEEMOS LA PRÓXIMA SEMANA! <3 

PD: hoy no hay gif porque voy tarde

PD2: los adoro mucho


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