Capítulo 26 —Celebración.
Seúl. Julio 05 de 2014, sábado.
Un mes y unos tantos días habían pasado más rápido de lo que esperó. Su pie ya no dolía —a excepción de cuando se duchaba con agua fría debido al sofocante calor del verano que apenas comenzaba— y las muletas habían desaparecido de su vista cuando le quitaron la férula días después de que hospitalizaran a Jimin. Tomó el teléfono móvil que Seokjin le había obsequiado una semana antes por haber terminado su semestre académico sin problemas. Aquel día se sintió como cuando estaba en el instituto. Su madre siempre le obsequiaba lo que deseara al finalizar cada semestre como premio por encabezar la lista de mejores estudiantes del instituto.
Sin marcar aún, se quedó admirando el aparato, sonrió complacido al recordar el amorfo empaque en el cual había encontrado el teléfono envuelto.
—Lo siento. Quería empacarlo por mi cuenta —Jin sonrió apenado—. No lo logré a pesar de que seguí los pasos de un largo video de Youtube. Iba a regresar a la tienda y pedirle a la chica que lo empacara pero llegaste cuando tomaba las llaves y no tuve tiempo de esconderme en otro lugar.
El teléfono vibró sacándolo de sus pensamientos y la pantalla se encendió con la notificación de un mensaje de texto, y luego volvió a apagarse impidiéndole echarle una mirada a la vista rápida de la pantalla. El cuerpo de Jungkook se tensó. Todo aquel tiempo había percibido una extraña tranquilidad. Hunchul no se había aparecido, no había llamado ni enviado alguna carta viéndose demasiado sospechoso, logrando que su miedo cada día se engrandeciera tanto como su amor por Seokjin. Le costaba dormir, y a pesar de siempre ir protegido por Yongguk y sus chicos no podía caminar sin revisar cada espacio que cruzaba con la mirada. A simple vista Jungkook podía verse bien pero estaba atemorizado. Cada que escuchaba el tono del teléfono móvil de Jin quería gritarle que no contestara. Estaba llegando a su límite, tal y como lo había hecho cuando golpearon a Sungjae.
—Debes dejar de exagerar, no seas tonto —se reprendió. Luego desbloqueó el teléfono con manos temblorosas ignorando lo que recién se había dicho. El cuerpo se le destensó al ver que era un mensaje de Jin.
No sé cómo pero Jimin ha logrado adelantar todo el trabajo que tenía pendiente desde casa. ¡Podremos hacer la fiesta! Comienza con los preparativos. En pocos minutos saldré de la empresa. Te amo, Kook.
Olvidando sus temores quiso gritar de la emoción. Dejó el móvil sobre la cama y corrió hacia la puerta sin saber qué hacer, y se devolvió de nuevo al recordar lo que tenía planeado. Quería agradecerle a los chicos de Yongguk y obvio al mismo Yongguk por haberlo salvado la vez que Hunchul lo había secuestrado. De la misma forma, quería invitar a sus amigos a casa ya que en ningún momento Seokjin le había permitido ir a visitarlos. Además, y a pesar de que aún fuera incómodo, quería celebrar que Jimin ya se encontraba en casa —luego de tres largas semanas en el hospital— y se encontraba más sano que nunca.
A su novio no le había molestado aquella idea hasta que el montón de trabajo no realizado por Jimin le cayó encima, obligándolo a pedirle a Jungkook que planeara aquel evento para otra fecha en la cual estuviera libre y pudiese obligar a Jimin a regresar al trabajo. Jungkook no se enojó, al contrario, vio aquello como una oportunidad para planear con más tiempo una divertida reunión.
Buscó entre sus cosas el cuaderno en el que había anotado todo lo que necesitaba. Nunca había planeado una fiesta, por lo que se sentía torpe revisando lo que había escrito una semana antes.
—Tal vez debería pedirle ayuda a Yoongi —musitó apretando la punta del lapicero color café entre sus labios—. No, debe estar ocupado con Jimin. Además estoy seguro que lo obligó a trabajar toda la semana día y noche para que estuviera al día con las tareas de la empresa —asintió confirmándose de que había sido así—. Tal vez están durmiendo —se encogió de hombros planeando ir a avisarles un poco más tarde.
Al pensar que ya había holgazaneado mucho tiempo dentro del cuarto, marcó el número de Taehyung, que se sabía de memoria, y esperó con ansias la respuesta del otro.
—¡Hola, cariño! —exclamó su amigo transmitiéndole la emoción de estar hablando con él.
—Los espero a las cuatro en la mansión. Haremos una… eh… ¿reunión? ¿Celebración? Algo así. No lleguen tarde —avisó.
—Espera ahí, mocoso —dijo Taehyung molesto—. No quiero pisar la mansión de ese idiota, no creo que… —la voz cambió por la de Hoseok—. ¿Qué sucede, Kookie? —preguntó el otro. Al fondo se escuchaba a Taehyung pedir que le devolviera el móvil.
—Tendremos una fiesta-celebración-reunión en la mansión —repitió con voz monótona al tener que repetirlo—. Dile al idiota de Taehyung que debe venir, no hay excusa, les enviaré la dirección en un mensaje de texto. Ah, supongo que con la ayuda de Junhong puedes traerlo arrastrado si se opone. ¿Entendido? Los veo a las cuatro.
—¡Genial! ¿Necesitas que llevemos algo más?
—Con que traigan a Tae es suficiente, adiós —dijo virando los ojos al escuchar a Taehyung quejándose y luego colgó.
Guardó el teléfono en el bolsillo trasero del jean y corrió fuera de la habitación preguntándose qué cara pondrían los chicos que tanto lo protegían al anunciarles que tendrían una pequeña celebración. Bajó las escaleras de dos en dos y se detuvo en seco al llegar algo a su cabeza: no sabía dónde quedaban aquellas habitaciones. Gimió y se giró mirando de nuevo hacia las escaleras preguntándose si debía molestar a Yoongi y pedirle ayuda.
—¿Sucede algo, joven Jungkook? —inquirió una de las empleadas, no supo cuándo se había acercado.
—Eh… sí. ¿Podrías decirme dónde se encuentra la habitación de Yongguk? —obvió que al saber dónde dormía el novio de su mejor amigo hallaría la habitación de los otros chicos.
—Claro que sí, sigue ese pasillo —señaló un pasillo que Jungkook nunca antes había visto cerca a la entrada de la sala principal—. Está al fondo, vas a reconocer a quién pertenece cada habitación con solo ver la puerta —sonrió la chica animada—. Lo guiaría hasta allí pero estoy a cargo de las compras para la fiesta.
—Oh. ¿Seokjin ya se ha comunicado con ustedes? —sintió que un problema menos se caía de su espalda.
—Así es. No debe preocuparse por la comida y los pasabocas, joven Jungkook, nosotros estaremos a cargo de eso. El joven Jin nos ordenó que ubicáramos todo en los alrededores de la piscina. Y su deber es informarle a los jóvenes para que estén preparados con excepción del joven Namjoon que ya está al tanto de todo —la chica sonrió al haber dado aquella información e hizo una reverencia—. Si necesita algo más puede buscar a la señora Min.
—Está bien, muchas gracias, Hyojoo —Jungkook le sonrió y comenzó su camino por uno de los largos pasillos de la mansión.
Observó aquel lugar. Estaba lleno de pinturas de paisajes marinos y una que otra escultura. Las primeras puertas tenían el mismo color neutro que las del pasillo en el cual se encontraba su habitación. Jungkook hizo una mueca y decidió no tocarlas.
—Debo sacar tiempo para conocer mejor este lugar —profirió y se detuvo al encontrar cinco puertas que iban hasta el final del pasillo, tres a un lado y dos al otro, su color era negro, resaltando drásticamente con las paredes de color blanco y el piso de mármol de la mansión. Se acercó a la que estaba a menos de tres metros de distancia, y se detuvo para admirar los dibujos hechos a mano con tiza blanca rodeando el nombre de uno de los chicos. —Daehyun —leyó—. Le diré primero a él —tocó la puerta dos veces seguidas y frunció el ceño al no recibir respuesta—. ¿Estará duchándose? —se preguntó y acercó su oído a la ranura de la puerta evitando ensuciarse la ropa con la tiza. Al acercarse escuchó un poco de música y viró los ojos—. A eso se debe que no escuche —tomó el pomo de la puerta y abrió sin preocuparse en tocar de nuevo.
Cuando entró pensó que hubiese sido mejor esperar. Delante de él, al fondo, ya que la habitación era bastante grande, se encontraba Daehyun besando, no, devorando el cuello de Youngjae mientras lo envestía y ahogaba sus gemidos con la música. El rostro de Jungkook se enrojeció al instante e intentó agarrar el pomo de la puerta de nuevo, pero las miradas apenadas de la pareja lo hicieron detenerse.
—Y-yo lo siento… —dijo en bien Daehyun tapó el cuerpo de Youngjae con una de las sábanas y tapó su entrepierna con una camisa que agarró del suelo para luego apagar el reproductor de música—. Les juro que no fue mi intención. No sabía que ustedes estaban… —se tapó la cara con vergüenza al ver que Youngjae miraba a Daehyun sin saber qué hacer o decir.
—N-no te preocupes —balbuceó Daehyun—. Nosotros…
—Tendremos una fiesta a las cuatro —explicó Jungkook sin despegar las manos de su rostro—. Será en el jardín, cerca de la piscina. Pueden vestirse como deseen, no hay problema —rogó porque nada se le hubiese escapado.
—E-está bien —dijo Daehyun.
—Yo… me voy ahora para que puedan continuar —se maldijo al haber dicho aquello y dio un par de pasos para agarrar de nuevo el pomo de la puerta pero unos cuantos gritos lo hicieron dar un saltito y mirar hacia atrás buscando la fuente de aquellos aullidos.
—Oh, por dios —gritó Himchan—. Les dije que tenían algo y lo estaban escondiendo —Jungkook sintió su rostro ponerse más rojo al notar las caras de horror de Youngjae y Daehyun.
—Chicos, esto, nosotros… —Daehyun no supo cómo explicarse.
—Les tomaré una foto, así nunca más negarán su relación —anunció Yongguk rebuscando entre los anchos bolsillos de su ropa casual el móvil.
—No, no, no, no —Youngjae se levantó de la cama luchando con la sábana para que ésta no se le cayera.
—¿Entonces nos dirán la verdad? —preguntó Jongup haciendo que Yongguk detuviera su búsqueda—. Eso de que estén negándolo es bastante aburrido.
—Agh… —Youngjae gruñó. Jungkook se encogió más en el lugar donde se encontraba y clavó su mirada al suelo.
—No necesitamos que lo confirmen, ya lo hemos visto con nuestros propios ojos, aunque alguien se nos adelantó —bromeó Himchan y todos fijaron su vista en Jungkook.
—Lo siento, chicos, de verdad no fue mi intención —jadeó el culpable haciendo que Youngjae y Daehyun terminaran riéndose.
—Lo sabemos. No te sientas culpable, fue mala suerte que estos idiotas llegaran más temprano de lo esperado —expresó Daehyun haciendo una mueca de mal gusto para sus amigos.
—La película era aburrida. Hemos malgastado gran parte de nuestro día de descanso —explicó Jongup con tristeza.
—Ya no será así. Jungkook les tiene una buena noticia, pero espero que se las comparta cuando estén fuera de mi cuarto —pidió Daehyun y Youngjae asintió de acuerdo con ello.
—¡Oh, sí! Deben terminar, vamos Jungkook, nuestros chicos tienen cosas por hacer —Yongguk les guiñó el ojo ganándose un golpe de una almohada que Youngjae lanzó con bastante fuerza.
Jungkook salió lo más rápido que pudo, esquivó el almohadazo que Yongguk envió de vuelta antes de que él cerrara la puerta.
—Son unos idiotas —se carcajeó Himchan antes de fijarse en Jungkook, que estaba a punto de salir corriendo y gritar por toda la mansión lo torpe que era.
—Tenemos una fiesta, reunión, como deseen llamarlo —Jungkook se venteó el rostro con ambas manos buscando que el sonrojo desapareciera—. Será en el jardín, por los lados de la piscina. No sé si he olvidado algo —dijo y los miró sintiéndose más avergonzado al verlos aguantarse la risa—. Mejor me marcho —jadeó y se alejó rápido de ellos.
—Hey, Jungkook, ¿a qué hora es? —gritó Yongguk.
El moreno alzó su mano derecha con cuatro dedos en alto sin detenerse un solo instante. No sabía cómo darle la cara a Youngjae y Daehyun cuando los volviera a ver. Al llegar de nuevo al living se lanzó en los brazos de su novio que casualmente entraba. Seokjin sonrió, y a pesar de lo acalorado que se encontraba por culpa del verano, lo apresó entre sus brazos y luego lo besó.
—¿Estabas ejercitándote? —preguntó a causa del rostro rojo de su novio y el cabello un poco húmedo por el sudor.
—No sabes lo que he hecho —se quejó y escondió su rostro en el pecho del mayor.
—Debió ser divertido puesto que te encuentras así.
—Sólo faltan Jimin y Yoongi, encárgate tú de ellos, yo iré a esconderme bajo la cama hasta el último día de mi existencia —Seokjin sonrió al escuchar aquellas palabras. La curiosidad lo picó haciéndolo soltar la pregunta que Jungkook no quería responder debido a la vergüenza que aún se alimentaba de su cuerpo.
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Todos se encontraban compartiendo un agradable cóctel con el sonido no muy fuerte de algunas canciones hip hop recomendadas por Yongguk. Jungkook miró a Hoseok y Taehyung que compartían algunas historias con Daehyun y Youngjae, luego se encontró con Junhong, Himchan, Jongup, Jimin y Yoongi sonriendo ante algunos chistes que Yongguk contaba. Se giró y sintió que la felicidad adquirida al cerciorarse de que todos estuvieran bien se desvanecía al percibir lo angustiado que se encontraba Seokjin por culpa de Namjoon que ya había tardado tres horas en llegar.
—La cena está lista —avisó la señora Min dando espacio para que los chicos hambrientos ingresaran a la mansión y se acomodaran en el gran comedor.
Jungkook siguió los pasos de los otros chicos pero se detuvo en frente de su novio y lo tomó de la mano.
—¿Has sabido algo?
El castaño negó con la cabeza.
—Llamé al hospital y dijeron que Namjoon terminó su turno hace dos horas.
Jungkook mordió su labio inferior y buscó algo adecuado para lograr confortar a Jin.
—Todo va a estar bien —apretó con un poco más de fuerza la mano del mayor y lo hizo caminar dentro de la casona.
Los chicos conversaban ampliamente. Jungkook se alegró al ver que Taehyung no tenía ningún problema en hablar con todos allí, incluso con Jimin y Seokjin. Supuso que aquello se debía a Hoseok, tal vez lo había reprendido antes de llegar y Taehyung había aceptado que debía ser amable con los Kim. Sin darle mucha más atención a ello tomó asiento entre Jin y Jimin. Miró al frente, su estómago se revolvió al no encontrar allí a Namjoon.
—Toma la ensalada —dijo Jimin. Yoongi miró a Jungkook orgulloso del comportamiento de su novio y no pudo contener una pequeña risita.
Jungkook se vio algo contagiado de ello, pero al mirar a su novio con la mirada perdida en los platos de comida sus ganas de reírse se esfumaron. Tomó un poco de la comida favorita de Jin y la sirvió por él a sabiendas de que no comería si no lo obligaba a hacerlo.
—Creí que me perdería la cena —la mirada de Seokjin se iluminó y fijó la vista en Namjoon, el cual robaba un poco de comida del plato de Yongguk.
—¡Deja de atiborrarte con mi cena! —exclamó Yongguk empujándolo con su hombro y casi dándole la espalda ocultando el plato.
—Me debes una jodida explicación, Kim Namjoon —Jin por fin tomó sus palillos y comenzó a comer fulminándolo con la mirada.
—Oh, por supuesto. Les tengo la historia de la noche. Cuando cenemos se las contaré, primero intentaré meter todo lo que pueda en mi estómago —todos los presentes se carcajearon y continuaron comiendo con una mirada gustosa.
Jungkook sintió un enorme descanso al encontrarse con tantas caras sonrientes. Definitivamente aquella sí era la pequeña celebración que tanto había imaginado.
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—¿Puedes contarnos ahora? —solicitó Jimin, irritado de tanto esperar.
—Espera a que regrese Himchan y que todos se acomoden —pidió Namjoon ayudándole a Jongup a repartir las cervezas.
—Muero por quejarme de tu mala historia al final —respondió Jimin bastante seguro mientras abría una lata de cerveza y se la entregaba a Yoongi.
—No será así —se defendió tomando su puesto. Himchan ya se encontraba en su lugar abriendo la cerveza que Jongup le había entregado.
—Ya suéltalo todo, me tenías bastante preocupado —todos miraron impresionados a Seokjin que en un par de minutos ya se había bebido la lata completa de cerveza.
—¡Está bien! Terminé mi turno y me recosté un par de minutos en mi habitación secreta del hospital. Tenía pensado dormir un par de minutos antes de regresar a casa, además, uno de mis amigos me había pedido prestado el auto, no tenía forma de regresar ni llamarlo. Mi móvil se había descargado por completo —todos asintieron esperando que algo impresionante saliera de los labios de Namjoon—. Cuando desperté me encontré con un par de enfermeras que me miraron como si fuese un fantasma y luego me arrastraron hasta la recepción de emergencias. Me dijeron que todos estaban preocupados por mí y que mi compañero había tenido un grave accidente en el auto.
La mirada de Seokjin se tornó oscura. Jungkook sintió un escalofrío al sospechar el final de aquella historia.
—¡Mi auto quedó inservible! —Namjoon hizo un puchero y continuó—. Pero Dohyun, mi compañero, está bien.
Todos se quedaron en silencio cuando Namjoon sonrió informando que había terminado y tomó un poco de cerveza.
—¿Fue un simple accidente de tránsito? —curioseó Yongguk.
—No —Namjoon tragó y miró a sus hermanos antes de suspirar—. Le habían cortado los frenos al auto, eso dijo un policía. Dohyun supo estrellarlo contra un lugar que no ocasionara peligro para alguien más. El problema fue que cuando abrió la puerta para intentar salir del auto recibió un par de disparos, la puerta lo protegió y la policía pasó casualmente por el lugar haciendo que los que dispararon huyeran.
De nuevo, un mórbido silencio se instaló en el lugar.
—Hunchul llamó en la tarde, marcó muchas veces, todas las rechacé. Supongo que llamaba a advertirme de ello —comunicó Seokjin y todos se quedaron mirándolo.
—Ese tipo está mal —soltó Taehyung enojado—. Creo que deberían hablar con la policía. Y no me vengan con que es imposible que hagan algo, si hablan con mi padre posiblemente él también pueda influir junto a ustedes y la policía deba actuar.
—No lo harán. Nunca han deseado involucrarse con nuestra familia ni los Jung. Siempre han dicho que nuestro poder se les sale de las manos y se hacen los ciegos ante esa estúpida guerra que no estamos peleando —explicó Jimin debido a que Jin se mantenía en silencio tomando con rapidez cada cerveza que cayera en sus manos.
—Si nos unimos tal vez lo harán. Mi padre en algún momento tuvo negocios con su familia. Estoy seguro de que no se negará —insistió Taehyung.
—Todo lo que dices suena bien, aun así no queremos arriesgarnos a que alguien más sea incluido en su plano de muerte —finalizó Jimin.
—Entiendo —suspiró Taehyung—. Aunque… si necesitan mi ayuda pueden contar con ella.
Namjoon y Jimin asintieron acompañando de aquellos movimientos una sonrisa de agradecimiento. La reunión se alargó mucho más, la situación se tornó divertida al olvidar por un momento los problemas que aquejaban a los Kim. Luego, las cosas comenzaron a salirse de control y los chicos comenzaron a crear situaciones de las cuales estarían avergonzados al día siguiente, obligando a que Yoongi, Jimin y Jungkook decidieran que era hora de llevar a la cama a cada uno —pues eran los únicos sobrios allí—.
—¿Y si los llevamos por parejas? —propuso Jimin sosteniendo un poco el costado donde sus costillas apenas se habían recuperado. Le dolían un poco por haberse estado riendo toda la noche.
—Si llevamos a uno el otro nos seguirá, estoy seguro de eso —respondió Jungkook observando su primer objetivo: Hoseok y Taehyung.
Ambos se encontraban dentro de la piscina a pesar de que ya eran las tres de la mañana. Estaban besándose y acariciándose en un rincón. Jungkook rogó porque no estuvieran teniendo sexo allí.
—Hey, Taehyung —su voz se quebró al tener que interrumpirlos, ninguno se giró a mirarlo.
—No quiero mojar mi ropa —Yoongi se quejó frunciendo el ceño.
—¿Y si intento arrastrar fuera de la piscina a Taehyung? No necesito entrar, sólo implementar un poco más de fuerza desde el borde —propuso Jimin. Yoongi negó con la cabeza.
—Te puedes lastimar, yo lo haré con la ayuda de… ¡oh no! —calló al ver que Hoseok se hundía dentro del agua y Taehyung lo miraba sonriente—. ¿Crees que le hará una felación? —preguntó mientras corría hasta donde estaban y comenzaba a sacar a Taehyung que ya no contaba con ropa interior y se carcajeaba a causa de lo que sucedía—. ¡Demonios! ¡Jimin, ve por una toalla! —gritó tapándose los ojos con una mano y sosteniendo con la otra a Taehyung. Hoseok complicaba todo al jalar a su novio de una pierna para que entrara de nuevo a la piscina.
Jimin tapó el cuerpo del castaño riéndose. Jungkook a pesar de la vergüenza cargó a Taehyung en sus hombros e hizo un ademán a Hoseok para que los siguiera.
—Encárguense de que Hoseok no se resbale, podría hacerse daño —Jimin y Yoongi asintieron sin parar de reír.
—¿Y si alguno de ellos se tira dentro de la piscina? —preguntó Jimin mirando a los que faltaban antes de que entraran a la mansión.
—Confiemos en que no lo harán mientras ubicamos a este par de exhibicionistas —dijo Jungkook con gracia. Hoseok se acercó tambaleándose y siguió besando a Taehyung sin importarle que Jungkook lo llevase cargado como si fuera un bulto.
Yoongi negó con la cabeza seguro de que cuando regresaran algo peor los esperaría.
—Agh, espera —hipó Taehyung y todos a excepción de Jungkook lo miraron—. Tengo ganas de vomitar.
—¡Al baño! —gritó Yoongi y Jungkook salió corriendo suplicando porque su tobillo no se viera lastimado ante el esfuerzo que hacía al trasladar a su amigo hasta el baño.