Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Threesome por Dara17

[Reviews - 323]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No, no es el final. Tuve que partir en dos lo que escribí. Espero que lo disfruten y perdonen mi extraña tardanza. 

 

¡A Leer! <3

Capítulo 28 —Adiós

 

 

Seúl. Julio 27 de 2014, domingo.

 

Se encontraba en el centro comercial al que solía ir con sus amigos en Jeju. Hacía bastante frío porque era invierno pero sus manos se encontraban calientes al tener un provocativo chocolate con malvaviscos entre ellas. A lo lejos pudo observar a sus amigos riéndose a carcajadas volviendo aquella escena muy familiar, con la diferencia de que al lado de Junhong se encontraba Yongguk abrazándolo y asintiendo animado a lo que Hoseok decía. Dio un paso más y a su vez Daehyun, Youngjae, Himchan y Jongup, unieron una mesa riéndose por al parecer un chiste de Taehyung. Se giró buscando con la mirada a su novio ya que tal vez de esa forma también encontraría a Yoongi, Namjoon y a Jimin. No logró localizarlos cerca hasta que volvió su vista al grupo de amigos. Una sonrisa llena de alivio se formó en sus labios. Allí estaban, no sabía cómo habían aparecido pero le tranquilizaba verlos juntos.

 

Comenzó a caminar hasta ellos pero era inútil, por muchos pasos que diera no se veía avanzando en lo mínimo. Sintió temor y su cuerpo tembló a causa de los nervios. Su mirada se cruzó con la de Seokjin, pero fue como si él realmente no lo hubiese visto ya que volvió a mirar a Namjoon y a reírse.

 

—¡Jin! —un repentino grito salió de su garganta casi rasgándola. El mencionado no dio ningún indicio de haberlo escuchado.

 

—¿Cuánto quieres? —dijo alguien tras él e inmediatamente el rostro de Jimin se dibujó en su mente, aunque algo le dijo que aquella no era su voz. No obstante, era lo primero que el chico le había dicho la primera vez que lo había visto. Se giró con miedo y su cuerpo se tensó al ver a Hunchul.

 

—T-tú —balbuceó.

 

—Dime cuánto quieres por matar a Seokjin —preguntó con una sonrisa escalofriante.

 

—¡¿Qué?! —gritó conmocionado y trató de huir pero sus pies no se movieron.

 

—Te he dado la oportunidad de vengarte y no has sabido aprovecharla.

 

—No quiero hacerlo —soltó con seguridad. Hunchul continuó riéndose de la misma forma macabra, sacó un revólver, le quitó el seguro, y sin dejar que Jungkook si quiera espabilara, disparó.

 

 

Se despertó empapado de sudor. Su corazón palpitaba como si hubiese corrido durante mucho tiempo. A parte de las gotas de sudor pudor reconocer sus lágrimas perdiéndose en la almohada.

 

—Creí que no te despertarías —notó que su rostro estaba acunado en las manos de Seokjin—. ¿Fue muy malo el sueño?

 

Jungkook soltó un sollozo mientras que el mayor lo hacía sentarse y lo abrazaba para consolarlo.

 

—No llores, sólo fue un sueño. Nada de lo que sucede allí se volverá realidad —aseguró el castaño sin soltarlo.

 

—¿E-estás seguro? —hipeó agarrando con fuerza el cuerpo de su novio.

 

—Tan seguro como que te amo tanto —aquello hizo que las comisuras de los labios de Jungkook se alzaran y sonriera.

 

—Entonces debo creerte —dijo y luego lo besó.

 

—Ahora levántate, iremos a visitar a mi madre —anunció. Jungkook advirtió que su novio ya se había duchado y vestido.

 

—¿Y-y si mejor vamos mañana? —su reciente pesadilla lo había hecho sentir más asustado que de costumbre. Cada día se preguntaba si podría ser feliz con Jin sin algún tipo de preocupación llamada Jung Hunchul.

 

—¿No te sientes bien? —Jin deshizo sus pasos y le tomó la temperatura con la mano—. No tienes fiebre, ¿sucede algo?

 

—E-es sólo que… —no quería mentirle pero debía hacerlo con tal de que ambos permanecieran seguros en casa ese día—. ¡Le prometí a Yoongi que cocinaría con él hoy!  Ya sabes, cumplió dos meses con Jimin el lunes pasado, ¿puedes creerlo? Así que quiere hacerle algo, no recuerdo qué es —el menor sintió su corazón salírsele disparado al ver cómo Jin entrecerraba los ojos y apretaba los labios confirmándole que no le había creído ni una pizca de lo que había dicho.

 

—Creo que te han dejado plantado. Ese par se fue de tour por la ciudad porque Yoongi quiere hacer unas cuantas pinturas sobre la vida diurna, o algo así dijo. Aunque primero irán a visitar a mamá. Hubieses visto la cesta de alimentos que llevaban. Youngjae, Daehyun y Jongup, estaban muy animados por tener que acompañarlos.  

 

—¡¿Qué?! —fingió sentirse herido por lo que había escuchado.

 

—Es hora de que te vayas a duchar y bajes a desayunar. La señora Min ha echado la casa por la ventana hoy, nunca había visto la mesa tan llena, aunque de nada sirve ya que mi padre no puede verla —dijo con una sonrisa triste y caminó hasta la puerta.

 

—¿A qué te refieres? —preguntó antes de que su novio se marchara.

 

—Hoy es el cumpleaños de mi padre —con esto Jin dejó la habitación y Jungkook cayó de lleno sobre la cama.

 

—Idiota, idiota, idiota, ¿cómo no te enteras de ese tipo de cosas? —hizo una pataleta en la cama y luego salió precipitado hacia el baño. Con la reciente información el miedo causado por la pesadilla había pasado al olvido.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Subió al automóvil esperando que Seokjin hablase con unos chicos que no solía ver mucho pero que trabajaban bajo las órdenes de Yongguk, aunque al parecer ese día estaban a cargo de Himchan e irían tras ellos en caso de que una emergencia sucediera. Desbloqueó el teléfono para revisar un mensaje que recién había recibido de Taehyung. Sonrió al ver a la pareja feliz posando delante del Coliseo de Roma. Llevaban una semana en Italia, según Taehyung no estaban de vacaciones sino en un viaje de negocios que sólo le correspondía a Hoseok. Aunque Jungkook sabía que debido a la insistencia de su amigo, el señor Kim no había tenido otra opción que dejarlo acompañar a su pareja. Así que al final, el viaje de negocios de Hoseok se había convertido en unas cortas vacaciones de parejas pagadas por Kim Tae Hun.

 

Dejó el teléfono sobre sus piernas e inhaló y exhaló intentando calmar un poco la ansiedad que ya lo había hecho comerse un par de uñas. «Nada malo sucederá», se dijo. «Piensa en cosas buenas, el día terminará muy bien». La puerta del piloto se abrió. El rostro descompuesto de Seokjin lo hizo olvidarse de que debía ser positivo, aunque realmente sabía que el malestar de su novio se debía a que extrañaba a su padre.

 

—¿Iremos a visitarlo? —preguntó empuñando las manos para no sentir la necesidad de seguir mordiéndose las uñas.

 

—Primero visitaremos a mamá para llevarle un poco de la comida de la señora Min, sé que la extraña —el castaño se puso el cinturón y se percató de que su novio tuviese el suyo puesto antes de acelerar.

 

—Llevamos mucho sin verla, debe estar enojada conmigo aunque no es mi culpa porque te he pedido que me lleves y no lo has hecho —hizo un puchero que causó que Seokjin hiciera una mueca de la cual Jungkook estaba seguro que iba a ser una sonrisa.

 

—Estoy seguro de que si iba antes no podría esconder lo que está sucediendo. No sé cómo lo hace pero mi madre es muy perspicaz y no tendrá que hacerme muchas preguntas para hacerme soltar todo en un segundo.

 

—Oh… lo siento.

 

—No tienes por qué disculparte —Jin despeinó los cabellos de Jungkook y continuó su camino en silencio.

 

El menor no se sintió incómodo al no recibir alguna pregunta o comentario de su novio. Tal vez ese día Jin prefería estar en silencio y él lo respetaría. Terminó jugando en su teléfono, luego se aburrió pasando a leer un libro que le aparecía en una lista de libros recomendados hasta que el auto se detuvo, la puerta se abrió y Jin le extendió la mano. El silencio se mantuvo al igual que su cercanía. Antes de llegar a la habitación de la señora Kim, Seokjin se detuvo y lo abrazó con fuerza sin importarle las diferentes miradas que le dirigían los familiares de los otros pacientes del Centro de Recuperación Mental. Un cálido y corto beso lo hizo sonrojar hasta las orejas y esconderse en el pecho de su novio hasta la puerta de la habitación.

 

—Lo necesitaba —susurró Jin antes de dar dos rítmicos golpes a la puerta. Jungkook le respondió con un abrazo más fuerte antes de que alguien abriese la puerta.

 

Nadie abrió. Jin empuñó la mano para tocar de nuevo pero se le adelantaron. La persona que abrió la puerta fue una enfermera que hizo una reverencia al verlos.

 

—Lo siento, joven Kim, estaba dándole la medicina a su madre —la chica se hizo a un lado y dejó que la pareja, que no despegó sus manos en ningún momento, entrara—. Estaré en la recepción, recuerde el horario de visitas —con ello se marchó.

 

Seokjin al fin sonrió por ver a su madre entretenida poniéndose un par de pendientes que él le había obsequiado unos cuantos años atrás. Soltó la mano de Jungkook y la abrazó por la espalda quedándose aferrado a ella sin darle la cara.

 

—Debería comprarte unos pendientes nuevos —dijo con una voz tranquila. Hyeri hizo el intento de darse la vuelta y observar el rostro de su hijo, pero éste no se lo permitió.

 

—¿También estás llorando como lo hizo Jimin en la mañana? —preguntó la mujer dándole una amplia sonrisa a Jungkook que los observaba desde una esquina de la habitación.

 

—Claro que no —su voz se mantenía igual de tranquila, como si estuviese muy cansado y retomara energías de su madre.

 

—Si sigues ahí no podré abrazar a Jungkook, no sabes cuánto lo he extrañado —dijo esperando que Jin la soltara pero no lo hizo.

 

—Sólo abrázalo, no voy a soltarte por un buen rato.

 

—No hay problema —dijo animada y se acercó hasta donde se encontraba el menor que negó con ambas manos, y luego se vio aplastado entre la pared y el fuerte abrazo de la señora Kim, que a su vez continuaba siendo abrazada por Seokjin—. Cada vez estás más bello, Jungkookie —expresó luego de haberse alejado con su hijo aún aferrado a ella.

 

—M-muchas gracias, señora Kim —dijo sintiendo su rostro enrojecerse de nuevo.

 

—Nada de señora Kim, dime Hyeri —demandó tomándolo de la mano con cariño—. Hoy he tenido unas buenas visitas. Jimin vino con Yoongi, hace mucho no veía a ese precioso chico aunque ahora está más grande y hermoso. Ambos se veían muy felices —dijo denotando su felicidad—. Ahora sólo necesito que Namjoon traiga a su pareja y me sentiré más aliviada —dijo sin dejar de sonreír.

 

—Será imposible que lo haga, trabaja día y noche. Ninguna chica se fijará en un hombre que sólo tiene tiempo para trabajar, comer y dormir —bufó Jin por fin separándose de ella y besándola en la mejilla.

 

—¡Deja de decir tonterías! —Hyeri dirigió una débil palmada a su hijo—. Joonie vino ayer y terminó revelándome que estaba saliendo con una chica del hospital. Me pidió que no les dijese nada pero… —la mujer se carcajeó— sólo no lo molesten. Además, tú también te la pasas trabajando, Jungkook debería dejarte.

 

Jin frunció el entrecejo y tomó la mano de Jungkook posesivamente.

 

—No sabes cuánto me costó tenerlo, no le des ese tipo de consejos —los tres se rieron en coro.

 

—Entiendo —Hyeri posó un dedo en su boca en señal de silencio—. Ahora dime, ¿cómo va todo? Yoongi dijo que  me traerías un poco de la comida hecha por su madre.

 

—¡Lo hice! Himchan debió entregársela a una de las enfermeras para que te lo traiga más tarde. Sabes que no puedo llegar a darte comida sin consentimiento del doctor.

 

—Está bien —Jungkook sonrió al ver que Hyeri estaba a punto de hacer una pataleta.

 

Un par de horas más pasaron rápido. Jungkook deseó retroceder un poco el tiempo. Le gustaba visitar a la madre de Jin porque lo hacía sentir como si estuviese hablando con su madre. La angustia pasaba a segundo plano y sólo la felicidad llegaba para tranquilizarlo.

 

—Vendremos el siguiente domingo —prometió Jin dándole un abrazo en el que Jungkook se vio unido al final.

 

Hyeri se quedó en silencio meditando, tomó una mano de Jungkook y luego otra de Jin antes de hablar:

 

—¿Está todo bien? —preguntó y luego miró al menor que se vio atrapado.

 

—C-claro que sí, mamá —Seokjin respondió rápidamente haciendo que una mirada llena de preocupación se dirigiera a él.

 

—No me has pedido que regrese a casa. Siempre que vienes lo haces, y extraño no escucharlo esta vez.

 

La pareja salivó y luego se miró entre sí.

 

—Yo… estaba esperando a que tú misma lo propusieras. Todos te esperamos en casa con los brazos abiertos, es sólo que no quería presionarte más.

 

—Estuve pensándolo este último mes y supongo que es hora de hacerlo pero… el rostro de Namjoon, los sollozos de Jimin y tu raro comportamiento me han dejado saber que algo no está bien. Sé que aunque se los pida no van a decírmelo así que esperaré a que lo resuelvan y vengan por mí. Es hora de que sea fuerte y enfrente mis miedos —les dio un beso a cada uno en la frente—. Ahora váyanse y pónganle un bello ramo de flores a Hyun Soo por mí —dijo con tristeza antes de ir y abrirles la puerta.

 

—Lo haremos —afirmó Jin con tristeza.

 

Jungkook hizo una reverencia antes de que Hyeri cerrara la puerta y luego corrió a tomar la mano de su novio que caminaba cabizbajo.

 

—Sabía que lo notaría —musitó.

 

—Pero no preguntó qué sucedía, puedes estar más tranquilo al no haberlo soltado todo.

 

—Se quedará intranquila y podrá tener una crisis nerviosa de nuevo, esto no ha sido bueno —gruñó deteniéndose en la entrada principal y mirando hacia el techo.

 

—Debes tranquilizarte, ella dijo de que iba a ser fuerte, debes confiar en que ésta será una de sus pruebas —Jungkook se le acercó y lo besó—. Aún tenemos otro lugar al que ir, no pierdas la cabeza en esto.

 

—Vale —el castaño asintió y le hizo una señal a Himchan para avisarle que ya iban de salida.

 

—Por cierto, ¿dónde está Yongguk? Es extraño no verlo con nosotros —inquirió pensando en lo solitario que se veía Himchan al lado de los otros chicos poco conocidos.

 

—Hoy tenía el día libre. Dijo que viajaría a Incheon por la madre de Junhong y luego irían los tres hasta Suwon y divertirse un poco allí aprovechando que la señora Choi se encuentra bien —Jin sonrió al ver la mirada de Jungkook, era como si su mejor amigo lo hubiese traicionado.

 

—Junhong no me dijo nada —dijo extrañado.

 

—Tu amigo no lo sabía tampoco, era una sorpresa de Yongguk y de su madre —explicó acelerando mucho más para salir de la vía principal e introducirse en una vía alterna para ir hasta el cementerio privado de la familia Kim.

 

—Ve más despacio, no puedo ver la camioneta de Himchan —dijo unos cuantos minutos más tarde. Su mirada iba del retrovisor a los espejos laterales sin dar con aquella imponente camioneta.

 

—Tienes razón, nunca los he dejado atrás —Jin redujo la velocidad y se orilló en la carretera para evitar un accidente.

 

En el mismo instante en el que apagó el motor del auto una llamada hizo que Jungkook se asustara. Miró la pantalla del teléfono de Jin antes de que éste contestara y su miedo se incrementó al ver que era Himchan.

 

—¿Sí? —habló Jin bajando la ventanilla del auto y mirando en dirección contraria a la que iban.

 

Necesito que des media vuelta y regreses. Una de las llantas de la camioneta ha explotado, y no es bueno que te quedes esperando a que podamos montar una llanta nueva —expresó Himchan. Su voz se escuchaba bastante irritada.

 

—Entiendo, adiós.

 

Seokjin colgó la llamada pasando su mirada al frente del auto, descansando un poco al ver la vía solitaria, luego sacó una pulsera de tobillo del bolsillo y se la entregó a Jungkook.

 

—¿Qué sucedió? —preguntó el moreno recibiendo la pulsera sin comprender por qué le estaba obsequiando algo tan repentino.

 

—Los chicos han tenido un problema con el auto, debemos regresar, pero primero ponte eso —el menor asintió y subió un poco la bota de su jean para ponerse el accesorio sin decir una sola palabra.

 

Seokjin al ver que su novio ya había hecho lo que había pedido, aceleró y se detuvo al instante al ver que una camioneta que iba en dirección a la que antes iban les obstruyó el paso. Jungkook se aferró al asiento para no golpearse a causa del frenazo en seco de Jin. Un par de camionetas llegaron del lado opuesto al que iban y se distribuyeron de forma que les era imposible salir. Estaban acorralados por tres enormes Ford de color negro. El mayor tragó con fuerza y miró a su novio que había palidecido por completo. Se preguntó si su rostro se veía igual de blanco pero fingió no verse asustado.

 

—No te vayas a quitar la pulsera —fue lo único que dijo antes de abrir la puerta del auto. Jungkook lo tomó de la mano para que no hiciera un movimiento más.

 

—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Entra al maldito auto, Kim Seokjin! —gritó al ver a Hunchul bajar de una de las camionetas. 

 

Seokjin le dirigió una mirada llena de lástima. Volvió a entrar al auto, besó a su novio y luego se soltó para salir de nuevo, dejándolo completamente encerrado dentro del automóvil. Jungkook comenzó a golpear las ventanas del auto rogándole que regresara pero el mayor sólo optó por ignorarlo y dar unos cuantos pasos más hasta donde se encontraba Iron.

 

—Supongo que es hora de que arreglemos esto de una vez por todas, ¿qué quieres? —preguntó el castaño con un rostro impasible.

 

Hunchul dirigió su mirada hasta el auto donde se encontraba Jungkook llorando. En su rostro se formó una frívola sonrisa. Seokjin empuñó las manos y le obstaculizó la mirada.

 

—Deja a Jungkook fuera de esto —amenazó.

 

—Ese mocoso no me interesa —bufó volviendo su mirada al otro—. Es muy gracioso verlo muerto de miedo por lo que pueda pasar.

 

—¡Sólo suelta de una puta vez qué es lo que quieres! —gritó y lo tomó de la camisa estrujándolo con fuerza.

 

—Ven conmigo, vamos a acabar con esto —sonrió—. Y prometo que dejaré a tu novio, familia y amigos en paz.

 

Seokjin soltó su agarre sintiendo que sus fuerzas habían desaparecido por un momento. Miró hacia atrás, donde Jungkook le suplicaba con la mirada que regresara y luego volvió su vista a Iron. No tenía mucho tiempo para pensarlo.

 

—¿Cómo sé que Jungkook estará seguro?

 

—Ya te dije que no me interesa el chico, sólo lo usaba para joderte la vida. Y ahora que podré tenerte bajo tierra me interesará menos —Hunchul se encogió de hombros provocando que Jin deseara golpearlo.

 

—¿Y mi familia?

 

—Eres desesperante, ninguno de ellos podrá mantener tu maldita empresa a flote, tú eres el único que puede hacerlo, así que eres mi único maldito objetivo —dijo empujándolo con el dedo. Su mirada ardía.

 

—Haz que tus chicos se vayan y luego deja que Jungkook también lo haga antes de que nos marchemos —condicionó. Iron hizo una mueca que demostraba lo poco que le molestaba aquella idea y luego se dirigió a una de las camionetas.

 

—Ya saben adónde deben ir, yo llegaré después.

 

Jin pudo observar que el conductor asentía y hablaba por una radio al parecer para darle la orden a la camioneta que estaba delante, la cual no había bajado sus vidrios como las otras dos. En un par de minutos, ambos autos retrocedieron y giraron para ir por el camino opuesto al que habían llegado y desaparecer de la vía en un par de minutos más.

 

—Ahora déjame despedirme de Jungkook —pidió.

 

—Aprovecha que estoy de buen humor.

 

Seokjin tomó un poco de aire y abrió de nuevo la puerta del automóvil para encontrarse con el fuerte abrazo de Jungkook, el cual lloraba en silencio.

 

—Presta atención a lo que voy a decirte: tendrás que ir hasta donde está Himchan, sé que no está muy lejos, yo debo irme con Hunchul —susurró.

 

—No voy a marcharme sin ti —hipeó el menor sin soltarlo.

 

—Si quieres salvarme entonces debes hacerlo —explicó—. Dile que llevo puesta mi pulsera, ya él sabrá qué hacer.

 

—Pero… apenas llevo dos semanas aprendiendo a conducir —dijo con miedo.

 

—Sé que lo harás bien, ahora vete —Seokjin lo besó y lo apresó con fuerza entre sus brazos—. Te amo.

 

—Y-yo te amo mucho más —intentó contener su llanto.

 

Jin cerró la puerta del auto y se hizo a un lado esperando a que el menor se marchara. El auto fue encendido y se apagó al instante. Jungkook lo miró con miedo y luego volvió a encenderlo para comenzar a retroceder antes de girar y tomar la vía opuesta. Sus miradas se encontraron antes de que el menor siguiera su camino. La mirada de Jungkook le aseguró que volverían a verse, mientras que la del mayor sintió que sería la última vez que vería a su novio.

 

—Es hora de marcharnos —escuchó la voz de Iron. No tuvo otra opción más que seguirlo hasta la camioneta.

 

Dentro, había dos hombres más, uno que conducía y otro que salió del auto para que Jin se sentara en la mitad de él y Hunchul. Suspiró con impotencia. Sabía que por mucho que intentara retrasar lo que sucediera no sería lo necesario para que Himchan y los otros chicos llegaran a tiempo. Estaba perdido.

 

Llevaba diez minutos sin saber dónde estaba debido a un desvío en mitad de la carretera, la camioneta había ido mucho más rápido de lo que estaba permitido, pese a ello, ningún policía se cruzó por el camino. Tenía miedo pero no lo demostraba. Se secaba el sudor que se formaba en su rostro constantemente con disimulo y sólo miraba por la ventana intentando recordar el camino en caso de que pudiese escapar. Calculó que tardaron en llegar un poco menos de treinta minutos. Delante de ellos se encontraban las otras dos camionetas negras estacionadas al lado de una cabaña de dos pisos en perfecto estado. Todos bajaron de la camioneta arrastrando a Jin tras ellos. Sus brazos eran fuertemente sostenidos como si estuvieran seguros de que en algún momento escaparía frustrando su magnífico plan.

 

Seokjin observó con más atención la cabaña. Parecía como si días antes hubieran pintado su fachada, ésta resplandecía con los últimos rayos del sol haciendo que el castaño se sintiera un poco mejor. Por lo menos moriría en un lindo lugar. Su punto de vista fue cambiado al entrar, olía fuertemente a queroseno y el interior no era tan lindo como su fachada. Arrugó la nariz y se detuvo pero fue obligado a seguir caminando hasta la sala donde se encontraba una extraña mujer.

 

—Tienes su mismo rostro —escupió la mujer con fastidio en bien lo vio.

 

Jin reparó sus facciones: una mirada algo perdida, vejez que a simple vista se veía prematura y una sonrisa que le confirmaba el pésimo estado mental en el que se encontraba. «Imposible…», pensó sin percibir cómo sus ojos se abrían desmesuradamente.

 

—Vamos a hacer esto rápido. No contamos con mucho tiempo, estoy seguro de eso —habló Hunchul dirigiéndole una mirada burlona a Jin.

 

—¿T-tú eres…? —tartamudeó el castaño mostrando un poco su temor.

 

—Así es —se le adelantó Iron—. Ella es Park Hee Young —algo dentro de Jin se rompió. Esa era la mujer que había matado a su padre. Reparó de nuevo su rostro, buscando facciones que le recordaran a Jimin, pero afortunadamente no halló ninguna, o tal vez su ira y deseo por no encontrar nada lo cegaron.

 

—No va a ser difícil deshacerme de ti como lo hice con tu padre —dijo la mujer sin  dificultad—. Será como revivir aquel hermoso día en el que le quité esa maldita sonrisa del rostro a tu madre.

 

Jin tuvo el impulso de lanzársele encima y golpearla pero su razón le hizo detenerse y pensarlo mejor. Debía usar a esa mujer loca a su favor o sino estaría muerto en un par de minutos quitándole la oportunidad a Himchan de llegar a salvarlo.

 

—Jimin ha crecido bien —sintió una punzada de dolor en su corazón al tener que usar a su hermano para salvarse el pellejo. La mirada de la mujer se suavizó un poco haciendo que Hunchul avanzara y golpeara a Jin en el estómago.

 

—Cállate —Seokjin no supo de dónde el otro joven sacó un arma y se la entregó a Hee Young.

 

La mujer la recibió dudosa. Jin sabía que ella quería escuchar más.

 

—Él trab… —el ruido de un jarrón al caer la piso lo obligó a detenerse.

 

—¡Qué te calles! —gritó Hunchul con un rostro desquiciado—. Vamos, Hee Young, haz tu trabajo.

 

—¿Qué vas a lograr con esto? —preguntó Jin abusando del caos mental que se formaba en la cabeza de la mujer.

 

—Que mi padre muera en paz por saber que tú ya no estás en el camino, porque por tu culpa está postrado a una cama dependiendo de un par de semanas de vida.

 

—Posiblemente está muriendo porque lo merece. La culpa se ha estado comiendo su cuerpo. Sabía que tu padre no podría vivir bien al saber que mató a un hombre bueno —escupió Jin. El par de hombres que aún lo sostenían lo estrujaron exigiéndole que respetara a su jefe.

 

—Mi padre no lo hizo. Nunca nos hemos ensuciado las manos —se defendió.

 

—No perderé mis últimos minutos de vida refutando lo que dices. Sólo quiero que Hee Young sepa cómo ha estado su hijo —picó de nuevo a aquella mujer que sostenía sin fuerza el arma—. Jimin ha pasado malos momentos por extrañar a su madre y la mayoría de esos malos momentos fueron causados por ese idiota que está al lado suyo —dijo rápido antes de que Hunchul volviera a acercársele y lo golpeara.

 

—¡Todos ustedes me están desesperando! Ustedes dos —señaló al par de hombres—. Salgan ahora o voy a incendiar la casa con todos ustedes dentro —su pecho subía y bajaba con descontrol. Seokjin no sabía cuál de las dos personas que estaban frente a él estaba más loca. Sus brazos fueron soltados pero el miedo no le permitió moverse, ahora entendía por qué aquel lugar olía raro: iban a incendiarlo.

 

—¡Me has mentido! —gritó la mujer sin necesidad de hacerlo—. ¡Dijiste… que mi Jimin la pasaba mal con los Kim!

 

—Lo hace, ellos han destruido su vida —mintió. Jin salió de sus pensamientos y miró a Iron con odio.

 

—No puede creerle, señora Park —sintió arcadas al decir aquello—. Jimin se volvió un drogadicto por culpa de Hunchul, él hizo que todos sus amigos se separaran de él y se sintiera solo.

 

—¡Mocoso traidor! —la mujer levantó el arma y la dirigió a Hunchul.

 

—Baja el arma —ordenó Iron. Jin divisó que dentro de la casa sólo estaban ellos tres. Los otros hombres se encontraban fuera vigilando la entrada.

 

Caminó con disimulo hacia una puerta que estaba en la sala, si tenía suerte aquel lugar podría tener una ventana o una puerta que lo llevase a la parte trasera de la casa. Dio un paso más y se detuvo cuando al parecer Hunchul notó su plan.

 

—Si das un paso más te juro que quemo este lugar sin importar que yo esté dentro —sacó una caja de fósforos de su bolsillo.

 

—Antes que eso suceda voy a matarte —amenazó la mujer con manos temblorosas.

 

El sonido de un conjunto de llantas y el inicio de muchos disparos los hicieron quedarse en silencio.

 

—Si me ayudas a salir prometo que te llevaré con tu hijo —propuso Jin sabiendo que nunca le permitiría a esa loca mujer dirigirle una sola mirada a su hermano.

 

—El tiempo se ha acabado —vociferó Hunchul quitándole el arma a Hee Young y disparándole a Seokjin sin dudarlo.

 

El castaño cayó de espaldas por culpa del impacto, escuchando un grito desesperado por parte de la mujer. Todo alrededor suyo se volvió extremadamente lento y redujo su volumen.

 

—¡Lo has matado, no podré volver a ver a mi pequeño por tu culpa! —continuó gritando.

 

Seokjin no se detuvo a pensar en qué había sucedido, no sentía nada que le impidiera moverse, sólo unas crecientes ganas de salir de ese lugar. Estaba seguro de que le habían disparado, que estaba sangrando con exageración en algún lugar de su cuerpo pero no sintió ganas de mirar. Ignorando todo lo que sucedía a su alrededor comenzó a arrastrarse aprovechando los muebles que podían cubrirlo de la vista de Iron. Se detuvo un par de segundos al escuchar  un par de disparos. ¿Le habían dado de nuevo? Salivó pensando en Jungkook y su familia. No podía dejarlos solos. Él los necesitaba tanto como ellos.

 

Llegó a la puerta, que estaba ajustada, la empujó con la mano y se introdujo dentro de lo que era la cocina. Hizo un esfuerzo para levantarse enterándose de que el lugar comenzaba a incendiarse mientras él caminaba aferrándose de lo que encontrara a su paso hasta llegar a una puerta al final de la cocina.

 

Gracias a las tres ventanas que había, confirmó la presencia de un jardín tras ella. Se aferró del pomo sintiendo su garganta arder por el humo, y como si fuera un castigo, su cuerpo comenzó a doler recordándole que tenía quién sabe cuántos tiros encima y que de pura suerte aún no había muerto.

 

Giró el pomo diciéndose que todo estaría bien, que faltaba poco para salir pero éste no se movió. La puerta estaba bloqueada. Miró hacia atrás confirmando que el fuego estaba casi encima suyo y que de nada valía seguir luchando.

Notas finales:

Ah~~~~~ ¿qué podría decirles? Me ha costado horrores escribir este capítulo. Tardé tres días escribiendo esto y la parte que dejé para el próximo capítulo. Lo tengo TODO en mi cabeza pero al momento de escribir ocurre algo y debo detenerme, es como si el destino no quisiera que lo terminara XD En fin, ¿podrían decirme qué les ha parecido? ¿les ha gustado? 

Muchas gracias a todos por seguir mi historia. Ustedes hacen que pueda cumplir uno de los sueños que tenía cuando era pequeña: escribir historias. Ya saben que sin ustedes no soy nada y pues por eso siempre estoy agradecida. De nuevo, ¡MUCHAS GRACIAS!

 

¡Los adoro!

 

PD: me duele el estómago

PD2: es de noche pero está haciendo mucho calor T_T

PD3: Feliz navidad <3 

PD4: de verdad los adoro mucho <3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).