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Threesome por Dara17

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Notas del capitulo:

Esto es muy difícil para mí :'( 

 

¡A Leer!

Capítulo 29 —Por ti y por mí.

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Hunchul sintió que su cuerpo se llenó de una ferviente energía al ver el rostro impactado de Jin mientras caía de espaldas al suelo. Algo dentro de él lo hizo desear acercarse y dispararle de nuevo hasta que su arma quedara sin una sola bala, pero la loca mujer que tanto le había servido había comenzado a gritar y a obstaculizarle el camino. Aunque realmente no podía escuchar lo que decía por culpa de la adrenalina y esa locura instalada en su cuerpo que le hacía desear ver sufrir a Kim Seokjin. En un par de segundos el arma fue arrancada de sus manos, no tuvo tiempo de luchar y recibió un disparo en el pecho.

 

Hee Young había sido rápida, le había disparado sin quitar esa mueca de desespero y locura de su rostro, y al mismo tiempo, continuaba gritando esas palabras que él no podía escuchar. Se aferró a ella a la vez que recibía un segundo disparo, sus pocas fuerzas lo hicieron caer con ella encima. No tenía nada con qué defenderse, sabía que iba a morir allí, pues suponía que sus hombres aún se mantenían enfrentándose con las personas que habían llegado y ninguno se adentraría a ayudarlo.

 

Antes de que Hee Young volviera a dispararle tomó la caja de fósforos que aún apretaba en su mano izquierda, encendió uno viendo una extensa llamarada regarse por todo el lugar. Su cuerpo comenzó a arder y sonrió al ver el rostro lleno de pavor de la mujer que recién le había disparado. Le era gracioso observar cómo saltaba y hacía muecas llenas de dolor sin tener la mínima inteligencia de salir corriendo fuera de la cabaña. Se quemarían los tres, esa fue la idea que lo consoló. Intentó moverse ignorando las llamas que lo estaban abrasando, quería ver si Seokjin se estaba revolcando de la misma forma que Hee Young pero el dolor presente en todo su cuerpo sólo lo hizo quedar pegado al suelo. Consiguió  girar su cabeza con la necesidad de continuar burlándose del dolor de Hee Young, la cual ya no estaba saltando de un lado para otro, se había disparado en la cabeza dejándolo allí, sufriendo y gritando solo.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Jimin se mantenía escondido detrás de la camioneta en la que había llegado. En su cabeza sólo rondaban aquellas rápidas palabras que dijo Daehyun luego de haber recibido una llamada de Himchan: “Hunchul se ha llevado a Jin”. ¿Cómo podría haberse quedado cuidando de Jungkook junto con Yoongi mientras que la vida de su hermano pendía de un hilo? Se había sentido mal al recibir la mirada llena de tristeza que le dirigió su novio cuando lo vio subirse a la camioneta. Incluso había pensado que corría el riesgo de no volver a verlo, pero no podía quedarse allí escuchando los lamentos de Jungkook en medio de la carretera.

 

Debía hacer lo posible por ayudar a su hermano, sin embargo, la lluvia de fuego que se mantenía en frente de la cabaña los había obligado a esconderse y disparar hasta que ninguno de los hombres de Hunchul estuviera de pie. Jimin no dejó de empuñar el arma que le había entregado Youngjae en caso de que alguien más apareciera de la nada y quisiera dispararles a los otros chicos. Él era como un tipo de defensa que no servía para nada porque sabía a la perfección que lo habían obligado a esconderse allí para que no terminara con una bala incrustada en la cabeza. “No sabes cómo manejarlo, Jimin, sólo mantente ahí quieto”, fue lo que dijo Jongup. Y lo estaba haciendo, hasta que unos desgarradores gritos cortaron el aire, su corazón se detuvo y tapó sus oídos, era como una tortura.

 

—¡Sáquenlo de allí! —no reconoció una voz familiar en ese grito. Intentó levantarse pero fue arrastrado por Himchan hasta el otro lado del auto.

 

—¿Qué haces? —la pregunta del otro chico opacó los gritos del fondo.

 

—¡¿Qué está sucediendo?! —preguntó y sus ojos se abrieron como platos al ver el montón de llamas que consumían la cabaña.

 

—Quédate quieto —los gritos habían cesado—. Ya están escapando, si te quedas ahí podrían dispararte —respondió. Su rostro estaba sudoroso y se le veía ansioso.

 

—¡¿Y mi hermano?! ¡No pueden dejar que se lo lleven!

 

—¡Cálmate Jimin! —al ver que las camionetas ya se habían marchado salió de su escondite arrastrando al menor—. Les escuché gritar que no había forma de sacar a nadie de allí, por eso se fueron.

 

—¿Qué demonios estás diciendo? —Jimin salió corriendo para ingresar dentro de la cabaña a pesar de que sabía que no había forma de entrar.

 

—¡No puedes hacerlo! —un par de personas lo agarraron. Eran Daehyun y Youngjae.

 

—¡No podemos dejar que Jin muera ahí! —gritó con un montón de lágrimas nublándole la vista—. Él no merece morir de esa forma —susurró cayendo de rodillas al suelo.

 

Deseaba correr, entrar a ese lugar y sacar a su hermano, el problema era que lo sostenían con fuerza y sus piernas ya no estaban respondiendo. Nunca se había sentido tan débil, Seokjin era como una fuente de energía para él y al parecer ya la había perdido.

 

—No podemos… —musitó Youngjae sin ganas de continuar.

 

—Es imposible ingresar —dijo un chico que tosía por culpa del humo—. Hemos buscado un lugar por el cual entrar pero ya toda la casa está ardiendo.

 

Jimin no dijo nada a pesar de que quería gritar. Comenzó a golpear el suelo y arrancar la maleza sin permitir que le ayudaran a levantarse de éste. De su boca sólo salían sollozos, dolorosos lamentos para los chicos que lo miraban y se mantenían a su lado mientras las llamas continuaban consumiendo aquel lugar.

 

Himchan comenzó a caminar alrededor de la casa sin darle importancia al amenazante calor de las llamas que crecían muy cerca de él e intentaban alcanzarlo. Todo había sido muy rápido. Había defraudado a Yongguk al no haber podido salvar a Jin. El mayor dejó todo en sus manos esa misma mañana, diciéndole que confiaba en sus cualidades y que sabría que todo continuaría bien cuando regresara de Suwon con su novio. Su pecho dolía, les había fallado a todos, incluso a Jin al dejarlo morir ahí.

 

¿Cómo podría darle la cara a los Kim luego de eso? Se vio pateando un conjunto de flores del jardín mientras gritaba lo inservible que era. No soportaría ver a Jungkook llorar, ni la mirada llena de decepción que recibiría por parte de Yongguk. Empezó a toser y cayó de nalgas al suelo sin ganas de seguir moviéndose hasta que vio un rastro de sangre a unos tres metros de él. Visualizó mejor el lugar donde iniciaba y esforzó la vista para enfocar la parte que se quemaba. Era una ventana y estaba rota. Una alerta de emergencia se formó en su cabeza. No había visto salir a Hunchul del lugar. Provisionó su arma con balas nuevas dispuesto a acabar con la vida del hombre que había matado a su jefe, no le daría oportunidad alguna.

 

Siguió el rastro de sangre sin mucha prisa, por las manchas en el césped podía asegurar que se había arrastrado hasta un conjunto de arbustos para esconderse. Debía estar mal herido y él le ayudaría a acabar con el sufrimiento. Sonrió de lado mientras apuntaba con su arma y se acercó separando los arbustos para ver el rostro asustado de Iron cuando él le disparara en la cabeza. Esa sería su venganza, no le devolvería la vida de Seokjin pero sí lo haría sentir mucho mejor.

 

Sus ojos se abrieron como platos al ver a la persona que se encontraba acurrucada en aquel frondoso lugar.

 

—J-jefe —balbuceó sin poder creer lo que veía—. ¡Seokjin! —gritó cuando se percató bien de la situación.

 

El castaño tenía los ojos medio abiertos y le sonreía con esfuerzo. Su ropa estaba negra por culpa del humo al igual que su rostro. Las manos estaban llenas de sangre ya que apretaba su estómago, que de igual forma sangraba.

 

—¡Jongup! ¡Chicos! —gritó lo más fuerte que pudo cargando a su jefe entre sus brazos y corrió asombrado porque la vida le daba una nueva oportunidad y no debía desperdiciarla—. ¡Enciendan la maldita camioneta, ahora! —gritó cuando estuvo más cerca del conjunto de chicos que miraban a Jimin con pena.

 

—¡J-jae, Jae! —Daehyun le lanzó las llaves de una de las camionetas a Youngjae y éste se subió a ella.

 

Jimin permaneció en el suelo dudando de lo que sucedía. ¿Realmente era su hermano? ¿Y si ya había muerto? Se levantó asustado siguiéndole el paso a Himchan, luego se metió primero en la camioneta ayudando a que los otros chicos subieran a Jin. El joven malherido se mantenía en silencio haciendo muecas de dolor y soltando uno que otro gemido, además de que su rostro estaba lleno de sudor que se mezclaba con el hollín del fuego.

 

—Sosténgalo con fuerza —avisó Youngjae luego de que Himchan se subiera en el puesto del copiloto.

 

Daehyun fue el último en subir, encargándose de cargar las piernas de su jefe mientras que Jimin se encargaba de la cabeza y de limpiarle el sudor con su propia camiseta. La camioneta aceleró de manera brusca saltando por culpa de los baches del camino por el que iban, obligándolos a ejercer más fuerza para que el mayor no se moviera.

 

—Toma, no podemos permitir que pierda más sangre —Himchan le pasó su camiseta a Jimin para que apretara la zona en la que Jin sangraba—. Jin, ¿puedes reconocernos? —inquirió acercándose lo máximo que su asiento le permitía. Jimin obligó a su hermano a retirar las manos de la zona afectada a la vez que Daehyun comenzaba a hacer presión.

 

—Oye —Jimin le dio una pequeña palmadita en la mejilla cuando cerró los ojos. El mayor volvió a abrirlos y asintió con lentitud.

 

—¿Cuántos disparos fueron? ¿Uno? ¿Dos? —continuó Himchan.

 

Seokjin volvió a asentir haciendo que Himchan lo mirara desesperado.

 

—¿Dos? —preguntó de nuevo, sosteniéndose firme debido a las curvas por las que pasaban.

 

—Jin —insistió Jimin.

 

—U… no —musitó.

 

Himchan suspiró. Se la pasó hablándole para que no cerrara los ojos, diciéndole estupideces y rogándole por sobrevivir cuando el mayor sólo quería descansar.

 

—Allí están los chicos —habló Youngjae, pasando de largo el carro en el que permanecían Yoongi y Jungkook, acompañados de otro chico que se había quedado para cuidarlos.

 

—Debemos avisarles —dijo Daehyun.

 

—Yo lo haré —Himchan sacó su teléfono y le marcó a Yoongi.

 

¿Está todo bien? —fue lo primero que escuchó por parte del pelirrojo. Al fondo se escuchaba a Jungkook haciéndole preguntas.

 

—Le han disparado a Jin, lo estamos llevando al hospital. Asegúrate de llevar a Jungkook a casa —pidió Himchan haciendo un esfuerzo por escuchar a pesar de las constantes preguntas del menor.

 

¡¿Está bien?! —gritó Yoongi—. Sabes que Jungkook no se conformará con estar en la mansión.

 

—Ent… —el teléfono se apagó.

 

La batería se había descargado.

 

—Mi teléfono ha muerto —lo lanzó al suelo del auto y gruñó—. ¿Podrías ir más rápido, Youngjae? —dijo al ver el rostro de Jin completamente pálido.

 

—¡Eso hago! —respondió de mala gana esquivando autos en la autopista y aferrándose al claxon de la camioneta.

 

—¡Jin! —gritó Jimin palideciendo al igual que su hermano. Sentía que cada vez respiraba con menos fuerza.

 

Seokjin se adentró en sus recuerdos con una sonrisita cuando cada uno de ellos comenzó a danzar en su cabeza:

 

Estaba en Jeju  tomando un granizado en un reconocido lugar del centro comercial más famoso de la isla. Era la primera vez que escapaba del trabajo, el caluroso verano lo desesperaba además de tener que lidiar con el perezoso de su hermano Jimin. Miró hacia la ventana y se encontró con un chico de bermudas negras y camiseta blanca. Tenía una gorra negra volteada hacia atrás, un audífono puesto y movía la cabeza animadamente disfrutando de la música mientras curioseaba una revista a la que más tarde Seokjin pudo leerle el título: “National Geographic”.

 

Era hermoso, eso fue lo que gritó su cabeza. El joven formó una “o” con sus labios impresionado de lo que leía. Seokjin deseó acercársele y preguntarle su nombre pero un grupo de chicos se le acercaron, lo abrazaron y juntos se marcharon lejos del castaño, que de repente deseó volver a su aburrido trabajo con el rostro de aquel bello chico dentro de su cabeza.

 

Aquel recuerdo se esfumó dejando que Jin entrara en uno nuevo:

 

Ya no tenía calor, su cuerpo se mantenía caliente gracias a una fina chaqueta de cuero que su hermano le había obligado a ponerse antes de salir. De nuevo se encontraba en el centro comercial. Jimin reparaba cada centímetro del cuerpo de cualquier chico o chica que le llamara la atención. Seokjin sabía qué estaba buscando su hermano por lo que no se molestó en decirle nada. Sin darle mucha importancia a lo que hacía Jimin, pasó su mirada por el lugar anhelando volver a ver al joven moreno de la revista.

 

Y así fue. El chico había aparecido de la nada y pasado por su lado sin ni siquiera notarlo, aunque él sabía que no debía hacerlo. Sonrió de lado al recordarse lo bello que era además de lo adorable que se veía con esa bufanda que tenía puesta.

 

—¡Bingo! —escuchó decir a su hermano y se giró para seguir el trayecto de su mirada y sentir un nudo en su garganta.

 

—Tiene cara de ser menor de edad —argumentó viendo el cuerpo del chico perderse en la entrada de una cafetería.

 

—¿Crees que eso me importa? —Jimin lo miró con una sonrisa ladina—. Vamos, hermanito, quiero a ese chico.

 

—¿Estás seguro? —algo dentro de Jin rogaba porque alguien más apareciera.

 

—Completamente —respondió acercándosele al chico mientras éste salía con una mirada feliz y olía la bebida que recién había comprado.

 

—Es una lástima —dijo al aire obligando a que aquel recuerdo de haberse sentido atraído e interesado por aquel joven se esfumara. El pensamiento de que la felicidad de su hermano menor debía ser más importante que la suya flotó, obligándolo a ver al chico como un juguete más del que terminaría cansándose algún día.

 

Intentó seguir viajando entre sus recuerdos pero todo se volvió oscuro. Ya no había nada, no escuchaba a los chicos, ni el claxon del auto, inclusive no sentía ni una sola pizca de dolor. Intentó moverse, tocar alguna extremidad de su cuerpo y hablar pero nada sucedió, tal vez estaba en el limbo, a su cabeza no llegó ningún sentimiento de dolor o tristeza, tampoco se sintió feliz ni asustado. Continuó en aquella oscuridad que no le causaba nada, sin preguntarse qué sería de su familia ni de su novio en caso de que él no regresara.

 

—Abre esos malditos ojos ahora, ¡Kim Seokjin! —insistió Jimin por quinta vez sin recibir alguna respuesta o movimiento de su hermano mayor.

 

—N-no… —masculló Daehyun luego de tomarle el pulso.

 

 

 

Isla Jeju. Noviembre 17 de 2014, lunes.

 

Una ráfaga de viento lo obligó a detenerse y cerrar los ojos con fuerza para que la arena no terminara dentro de ellos. Su cuerpo se estremeció a causa del frío, aun así siguió su camino por la playa.

 

«Un año», pensó y sus ojos se llenaron de lágrimas. Miró la hora en su reloj percatándose de que eran las cinco de la tarde. Su cabeza viajó a ese mismo diecisiete de noviembre del año anterior recordando con tristeza la propuesta que le había hecho Jimin junto a Jin. En algún otro momento hubiese deseado no haber estado en aquel centro comercial, no haberse cruzado con los Kim ni haber abandonado esa preciosa isla en la que solía vivir y era feliz a pesar de extrañar a su madre todos los días. Pero en ese momento, en ese lugar, y por primera vez luego de un largo y triste año, le agradeció al cielo por haberle permitido ser involucrado en los juegos de Park Jimin.

 

No se sentía feliz al recordar aquellos encuentros en los que solía llorar hasta quedar sin alientos, al igual que el sentir su cuerpo adolorido acompañado del cruel sentimiento de ser abusado. Lo único que le alegraba de todo ello era haberlo conocido, odiado y amado.

 

Es que a su cabeza no lograba llegar un recuerdo de lo que era su vida sin Seokjin, incluso, y para su en cierta parte desafortunada vida, había olvidado cómo era vivir en Japón junto a su madre. Se sentía como un mal hijo, ¿su madre estaría decepcionada de él? No lo sabía. Aunque de lo que sí estaba seguro era que ella no era egoísta y que entendería que él no podía aferrarse al pasado.

 

Aquella era una nueva mentalidad a la que se estaba acostumbrando. Si continuaba en el pasado, se pasaría su vida entera llorando. Llorando por su madre, llorando por las veces que los hermanos Kim lo habían lastimado, llorando por el tiempo en el que estuvo escondido en su cuarto cuando escaparon a Seúl, llorando cuando Seokjin lo arrastró hasta su mansión, llorando por el pánico que sintió cuando Jimin estuvo a punto de violarlo, llorando cuando se enteró de que Hunchul sólo quería arruinarle la vida a su pareja y llorando… cuando vio el rostro pálido y ropas manchadas de sangre de Seokjin.

 

Se maldijo por traer aquello a su cabeza, se había prohibido recordar aquellas escenas: el rostro de Jimin cuando le arrebataron a su hermano de los brazos y el dolor de Namjoon al, de nuevo, ser enviado a casa para que no viera cómo su hermano moría en una cirugía imposible. Los días siguientes habían sido un caos, pues su novio había entrado en coma.

 

Antes de haber comenzado aquella mentalidad en la que no se aferraría al pasado se había vuelto una persona pesimista, había dejado de comer y sólo se mantenía al lado de Jin rogándole que si se iba lo llevara con él. Estuvo destruyéndose y de la misma forma destruyó a sus amigos y allegados. Meses después, en pleno inicio de Octubre, cuando las hojas caían y era obligado a tomar medicamentos para controlar el nerviosismo, —aunque él sabía que se estaba volviendo loco, comprendiendo cómo se había sentido Hyeri cuando habían matado a su esposo— recibió una noticia que lo hizo correr hasta el hospital. Efectivamente la cama estaba vacía y Jimin lloraba al lado mientras Yoongi lo consolaba.

 

Salió de sus tristes recuerdos al escuchar una voz que lo llamaba. Limpió las lágrimas que habían aparecido en sus mejillas y se giró para darle la cara a Yoongi, ambos se sonrieron y él comenzó a caminar hasta donde se encontraba el pelirrojo.

 

—Hyeri ha llegado y sólo ha preguntado por ti —informó.

 

—Creí que llegaría mañana —dijo con una sonrisa, dejando de lado los malos recuerdos como estaba acostumbrándose a hacerlo.

 

—Namjoon adelantó el viaje, sabes lo feliz que estaba por sacarla del Centro de recuperación mental.

 

—Es verdad —señaló quitándose los zapatos antes de entrar a la enorme Villa para vacacionar que un mes antes habían comprado los Kim.

 

Aquel lugar había sido adquirido para pasar los últimos días del año junto a Hyeri antes de regresar a Seúl el año siguiente para intentar rehacer sus vidas.

 

—Yoongi… —hizo que su amigo se detuviera y lo mirara— recuérdales a todos que no deben decir nada de lo sucedido a Hyeri.

 

—Por supuesto —dijo el mayor adelantándose.

 

El olor a comida inundó las fosas nasales de Jungkook cuando dio unos cuantos pasos más. Una enorme sonrisa se formó en su rostro cuando vio a Hyeri correr a abrazarlo mientras dejaba de lado a Seokjin, que había estado besándole la cabeza minutos antes de que el menor llegara.

 

—¡Creí que no regresarías! —exclamó la mujer y lo apresó entre sus brazos aprovechando que su hijo se encontraba lejos y no se lo arrebataría.

 

La mesa estaba servida, recordándole a Jungkook el día que había planeado una fiesta en Seúl. Todo era igual a excepción del par de mujeres nuevas: Hyeri y la amable novia de Namjoon que sonreía algo apenada cada que le decían algo. Abrazó a Hyeri de nuevo, feliz de volver a verla y corrió a besar a su novio antes de sentarse en la mesa.

 

—¿Dónde habías estado? —dijo Seokjin por lo bajo con un rostro preocupado.

 

—Estuve en la playa —respondió entregándole unas cuantas servilletas para que no se ensuciara.  

 

—¿Todo está bien? —inquirió al verlo algo decaído.

 

—Es difícil dejar de recordarlo —explicó—, pero hago lo mejor que puedo.

 

Sonrió cuando a su cabeza vino el momento en el que dejó de mirar al sollozante Jimin y corrió hasta el balcón sintiendo su cuerpo recargarse. Seokjin le sonrió luego de casi tres meses sin hacerlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y no le importó empujar a un lado a Namjoon para abrazar a ese hombre que tanto había extrañado, prometiéndole que no permitiría que volvieran a separarse nunca más.

 

—Recuerda sólo lo bello —Jin le dio un beso en la mejilla y le sonrió. Sacándolo de aquel bonito recuerdo—. El siguiente será un gran año al igual que los que siguen. Podrás retomar tus estudios y no habrá nadie que nos impida ser felices —le recordó.

 

—Lo sé, te amo —dijo Jungkook justo cuando todos se habían quedado en silencio. Su rostro se tornó rojo y las risas no tardaron en aparecer.

 

La pareja apenada se unió a las risas mientras miraban a cada uno de sus amigos y familiares allí presentes. Todos estaban juntos y estaban felices por quién sabe cuánto tiempo más, la vida por fin les estaba sonriendo por igual.

 

—¿Deberíamos hacer un brindis? —preguntó Namjoon mirando a su novia. Todos asintieron animados—. ¡Por Hyosung! —dijo haciendo sonrojar a la joven mientras los otros hacían una mueca.

 

—¡Por Yoongi! —gritó Jimin siguiéndole el juego a su hermano.

 

—¡Por Junhong! —siguió Yongguk.

 

—¡Por Taehyung! —el mencionado le sonrió a Hoseok y alzó su copa.

 

—¡Por Youngjae, así siempre haya negado lo nuestro! —bromeó Daehyun.

 

—¡Por Himchan! —se unió Jongup.

 

—¡Por Jungkook! —agregó Jin animado.

 

—¡Por todos ustedes, chicos! —finalizó Hyeri con su copa en alto.

 

Seokjin bajó su copa y miró de nuevo a su novio.

 

—Yo también te amo, Jungkook —chocó despacio su copa de vino con la del menor—. Por ti y por mí —ambos se dirigieron una sonrisa brillante y continuaron comiendo la deliciosa cena que la señora Min había preparado.

 

 

—Fin.

Notas finales:

Me siento muy feliz por haber recibido tanto amor con esta historia, pero a la vez me siento muy triste y no entiendo por qué se me hizo más difícil finalizar esta historia que Bang I&U, era como si no quisiera dejarla ir. Ojalá les haya gustado este final, yo lo amé porque amo los finales felices :D

Quiero agradecerles al extremo por sus reviews, por sus leídos, por todo. Como dije al principio: esta historia me surgió durante el tiempo que escribía Bang I&U, de verdad nunca creí que me animaría a publicarla, pero miren hasta dónde llegué y todo fue gracias a ustedes (insisto). Espero que en este nuevo año podamos leernos nuevamente a pesar de que tengo tantas cosas por hacer.

De todas formas haré lo posible por comenzar a escribir la nueva historia que está comiendoseme la cabeza (además de otras que no les he permitido avanzar XD). Sólo quiero decirles que mi siguiente historia será un 2JAE (JB y Youngjae GOT7) eso sí que lo tengo seguro, igual que la trama, pero el tiempo será mi enemigo este año. Deseo que puedan leerla cuando la publique y en caso de que no conozcan el grupo o no les guste la pareja pues le dan una oportunidad pequeñita (?

También quiero invitar a las personas que aun no leen "The Jackpot" se pasen a leerlo, por favor <3 y le den amor *-* Y en cuanto a los reviews los iré respondiendo la siguiente semana. Si tienen preguntas pues haganlas, si nunca han dejado un review pues dejenlo (? jajajaja y si ya lo han hecho, denme amor por última vez en Threesome. 

A Lord no voy a dejarla atrás, nunca en la vida me voy a cansar de agradecerte por todo ese tiempo que invertiste revisando mis historias, te jamo <3 y muchito.

¡Los adoro demasiado demasiado!

PD: los voy a extrañar demasiado.

PD2: Gracias multiplicadas por mil a todos. Me han ayudado a cumplir uno de mis tantos sueños.

PD3: Gili <3 por fin <3 

PD4: recuerden mi página para que estén al tanto de mis nuevos trabajos --> https://www.facebook.com/Daraficsyaoi 


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