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Threesome por Dara17

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Notas del capitulo:

Hola, son las 5:20 am en Colombia y yo estoy actualizando T_T (Tengo mucho sueño pero tengo clase a las 6 am).

Casi que no logro escribir un cap decente (el tiempo es tannn corto), espero que les guste y disculpen los errores, por primera vez (igual que el nombre del cap) actualizo sin que Lord edite (está muy ocupada terminando su semestre T_T).  Así que no sean malos conmigo.

 

¡A Leer! 

Capítulo 6— Por primera vez.

 

 

Isla Jeju. Enero 04 de 2014, sábado.

 

Jungkook recién salía del baño. Los últimos días había estado sólo durmiendo y comiendo lo que según la señora Cho, era enviado por Namjoon. Aseguraba que su resfriado había desaparecido por completo. Él no creía en el efecto de los medicamentos pero Namjoon le había enviado un conjunto de pastillas que habían acabado con su enfermedad rápidamente.

 

Al salir del baño no sintió el frío al que estaba acostumbrado, pues cuando llegó a su casa —luego de haber pasado un día entero en la casa de los Kim— se encontró con que su antigua y totalmente destruida calefacción había sido cambiada. Tal vez había sido Jin, al fin de cuentas él había sido el que lo había salvado en cierta forma. Sin embargo, comparando su carácter con el de su hermano, estaba seguro de que era Namjoon el de la buena obra.

 

Debido a que ya era de noche sólo se molestó en ponerse el pijama y volver a envolverse dentro de sus cobijas. Le dolía la espalda por haberse mantenido allí tanto tiempo y no salía de casa porque temía enfermarse de nuevo.

 

Miró la pantalla de su teléfono móvil a pesar de que éste se había descargado al amanecer del año nuevo. Le hubiese encantado encenderlo y encontrar llamadas perdidas de sus amigos y mensajes de texto con una disculpa, pero no le convenía. Debía evitarlos y tomar el acontecimiento del año viejo como excusa para fingir odiarlos.

 

Escuchó dos golpes leves en su puerta y frunció el ceño ya que no esperaba visitas. Se levantó de la cama y caminó hasta la sala dudando en abrir la puerta. Miró la hora en el reloj de pared que permanecía en la sala y mordió su labio inferior, ¿quién podría tocar su puerta a las once de la noche?

 

Se cruzó de brazos y negó, definitivamente no abriría la puerta. Cuando estuvo a punto de regresar a su cama escuchó que una llave era insertada y todo su cuerpo tembló. Tuvo el impulso de impedir que la puerta fuera abierta pero no lo logró. El intruso la abrió sin problemas y entró.

 

Jungkook se quedó mirando en shock al joven que se tambaleaba y cerraba la puerta tras él. Era Jin y estaba un poco ebrio. Su ropa estaba mojada al igual que su cabello, al parecer afuera el clima era inclemente sin importar quién fuera.

 

—Hola —saludó poniendo una bolsa llena de latas de cerveza en el suelo—. Pensaba que esto podría aliviarte —señaló el montón de cervezas. El menor suspiró y volvió a fruncir el ceño, lo quería fuera de su casa, alejado de él por lo menos cincuenta kilómetros.

 

«Vete», quiso decirle pero se contuvo. Jin se encontraba en la misma situación en la que estuvo él días antes. Su madre siempre le había dicho que debía ayudar a las personas sin importar lo crueles y despiadadas que pudiesen ser, por lo que se esforzó por no dejarse llevar por su rencor.

 

—¿Estás… estás bien? —se sintió bastante hipócrita al decirlo. No le importaba que Seokjin estuviese bien, aunque algo dentro de él sí lo sentía así.

 

—Traía pollo, pero no sé dónde lo he dejado —sonrió algo ido sin responder la pregunta de Jungkook—. También perdí mi auto, no recuerdo dónde lo estacioné, por eso vine a pie y me he congelado —pasó sus manos por los brazos intentando darse un poco de calor.

 

—Llamaré a tu hermano —fue en busca de su teléfono hasta que recordó que estaba descargado. Volvió a la sala encontrándose con Jin en el mismo lugar, su rostro se veía cansado y sus ojos estaban rojos.

 

—Préstame tu teléfono —estiró su mando esperando que el otro acatara su orden.

 

—Sólo déjame estar aquí por unas horas —susurró recargándose contra la puerta y dejándose caer lentamente hasta quedar completamente sentado en el suelo.

 

Jungkook sintió que algo se apoderaba de su pecho, le era imposible describirlo, pero no se sentía bien.

 

—No quiero que estés aquí —dijo a pesar de no sentirlo.

 

—No voy a molestarte —sus labios temblaron—. Deja que me quede, por favor.

 

“Por favor”, aquellas palabras rebotaron dentro de su cabeza. ¿Alguna vez había esperado escucharlas de él? ¿Qué lo hacía estar tan desesperado? No supo cómo logró no gritarle que se machara de su casa, quiso luchar contra su yo bueno o esa persona que le estaba impidiendo sacar a Jin a patadas.

 

Suspiró.

 

Clavó su mirada en él y abrió sus ojos como platos al verlo llorando. Kim Seok Jin estaba llorando, se veía lo mucho que luchaba por no hacerlo y lo lamentable que se sentía al derramar sus lágrimas delante de Jungkook.

 

—Hey —dijo el pelinegro sin saber qué más decir.

 

Jin secaba sus lágrimas con desesperación, su cuerpo temblaba por el frío y el dolor. Jungkook continuaba luchando por no sentir lástima, él había llorado más veces de las que podía recordar y Jin nunca se había sentido mal por él. Dejó de pelear y se maldijo, le ayudaría a pesar del dolor y el daño.

 

—Cámbiate, vas a resfriarte como yo —explicó y casi lo arrastró hasta su habitación.

 

Jin exhaló y comenzó a quitarse la ropa. Jungkook tragó con fuerza y fue hasta el baño para llenar la bañera con agua caliente. Cuando regresó a la habitación deseó devolverse, Seokjin se encontraba en ropa interior y quitándose las medias. Todo él resaltaba dentro de la habitación. No era justo sentir que todo dentro de su cuerpo se revolvía, era enfermo pensar que la persona que había abusado varias veces de él le estaba provocando tantas cosas.

 

—Ya… llené —aclaró su garganta— la bañera.

 

El castaño se tambaleó un poco y caminó con lentitud hasta el baño sin cerrar la puerta tras él. Jungkook tomó toda la ropa mojada y la metió dentro de la lavadora sabiendo que ésta tardaría en secarse luego de ser lavada. Recordó la ropa interior y se debatió en ir por ella o esperar a que el mismo Jin la arrojara dentro de la máquina.

 

Cerró los ojos con fuerza y caminó hasta el baño en el cual se encontraba Jin con la mirada perdida. Divisó los bóxeres negros sobre el lavabo, los tomó con rapidez y con la misma velocidad los arrojó dentro de la lavadora para que ésta cumpliera con su ciclo.

 

Buscó en su ropa algo que pudiera servirle, sólo dio con una camiseta blanca y una sudadera negra, no pudo prestarle su ropa interior debido a que ninguna le servía y tampoco quería compartirla con él.

 

—Aquí tienes —dijo al llevarle la ropa con la toalla incluida—. No tardes, te serviré un poco de sopa.

 

Cuando salió de la habitación inhaló y exhaló.  «Estás loco, Jungkook», se reprendió y calentó lo poco que le quedaba de sopa.

 

 

 

─●──●──●──●──●─

 

Ya habían pasado más de las doce. Jungkook miraba desde el suelo de su cuarto a Jin que continuaba con su mirada perdida y respiraba con fuerza cada vez que las lágrimas amenazaban con salir. Tenía curiosidad, quería saber qué hacía que el insensible de Seokjin llorara, tal vez algo dentro de él se regocijaba al verlo en tal estado.

 

Jin se levantó de la cama y fue hasta la sala sin tardar en volver a la cama y apoyar la bolsa con cervezas sobre ella. Comenzó a tomar y le arrojó unas cuantas a Jungkook el cual no pasó por ningún efecto debido a su alta resistencia al alcohol. Por otro lado, estaba Jin, el cual al parecer no estaba tan acostumbrado y con unas cinco cervezas pasó de su estado medio ebrio a ser un completo borracho.

 

Jungkook le dejó continuar tomando, al fin de cuentas le agradaba verlo así, en silencio y tragándose todo su dolor. El menor disfrutó de todo esto hasta que el mayor comenzó a llorar. No pudo con tal escena, Seokjin sollozaba y se lamentaba en un lenguaje indescifrable. Decidió que debía ya parar con eso, ya no quería verle llorar, por lo que decidió que debía obligarlo a domir, pero fue imposible.

 

—No éramos la familia más perfecta, pero éramos felices —comenzó.

 

—Es hora de dormir, ya has bebido lo suficiente.

 

—Jimin llegó cuando tenía tres meses, su madre lo dejó en la entrada de la mansión. Ella había sido la amante de mi padre durante dos años —enormes lágrimas bajaron por las mejillas del mayor.

 

—Jin…

 

—Shh —Seokjin puso su dedo en los labios de Jungkook—. Sólo escúchame —hipeó—, tal vez así pueda sentirme mejor.

 

Jungkook asintió con un tanto de inseguridad.

 

—Su nombre es Park Hee Young. Papá dejó de buscarla cuatro meses después de mi nacimiento, él quiso enmendar sus errores y reconstruir su familia. Esa mujer nunca le dijo que estaba embarazada, nadie lo supo hasta que encontraron a Jimin en la entrada llorando. Sufría de desnutrición crónica, si ella no lo hubiese dejado antes habría muerto —sus labios temblaron y él se detuvo para limpiar sus lágrimas—. Mamá lo quiso desde el primer momento en que lo vio, ella fue la que lo consoló y lo alimentó. Sabía que Jimin era de la mujer que estuvo a punto de destruir su matrimonio pero eso no la hizo odiarlo, le dio mucho más amor del que podría habernos dado a Namjoon y a mí.

 

Jungkook se acercó un poco más y puso con lentitud su mano sobre la espalda de Jin.

 

—Ella no volvió a aparecerse, todo continuó bien, no existían las diferencias en casa. Jimin mantuvo su apellido porque así lo deseó —enmudeció por un momento—. Pero todo se arruinó —soltó un amargo lamento—. Fue hace siete años, el cuatro de enero del 2007. Mis padres salieron a cenar para celebrar su aniversario, les reservamos la mejor mesa en un lujoso restaurante en Gangnam. Todo estuvo bien hasta que esa mujer llegó a disparar sin piedad dentro del lugar, papá murió intentando proteger a mi madre —dejó de limpiar sus lágrimas.

 

—T-tu madre… —Jin no le permitió continuar.

 

—Park Hee Young huyó, nunca logramos hacerla pagar —susurró— Y mamá enloqueció, no pudo con tanto dolor.

 

Los ojos de Jungkook se nublaron, recordó el día en que dejó que su madre se fuera, el día en el que estuvo también a punto de volverse loco. Sintió pena por Jin, quiso abrazarlo y así lo hizo. El mayor explotó en su hombro, soltó todo su dolor sin contenerse hasta que finalmente se quedó dormido.

 

El menor intentó acomodarlo en la cama y se recostó a su lado. No se sentía muy bien al tener que dormir con él, pero no contaba con otro lugar en el que pudiese recostarse y descansar. Tardó mucho en dormirse, no paraba de pensar en lo mal que podía sentirse Jimin al ser rechazado por su verdadera madre o el dolor por el que atravesaba cada día al saber que aquella mujer le había arrebatado a sus padres, esas personas que sí lo habían amado y lo habían consentido tanto.

 

También pensó en Jin, en su mal carácter. Se preguntó si él siempre había sido así, si alguna vez había sido un chico amable y sonriente ya que nunca lo había visto sonreír con sinceridad. Su risa era maliciosa y sus labios se curvaban de una manera grosera y egocéntrica cada que fingía reír. ¿Cómo podía Namjoon lidiar con sus hermanos? ¿Cómo podía él mantener aún su cálido corazón?

 

Terminó recordando de nuevo a su madre. Su infancia en Japón, las sonrisas que había compartido con ella y lo sólo que se sentía cada día. Sin darse cuenta se quedó dormido y soñó de nuevo con su madre, tuvo uno de esos sueños en los que sentía que todo era real y que nada podría sacarlo de un lugar tan maravilloso al lado de su madre.

 

 

 

Isla Jeju. Enero 05 de 2014, domingo.

 

Seokjin se quejó al despertar, le dolía mucho la cabeza. Enfocó el techo de la habitación con pereza y fijó su mirada en los cabellos enmarañados del menor el cual estaba pegado a él y durmiendo con mucha tranquilidad.

 

El castaño se levantó antes de que el menor se despertara y lo asesinara con la mirada. Recordó el día anterior, lo mucho que había bebido antes y después de haber llegado al apartamento de Jungkook. No estaba acostumbrado a emborracharse tanto, le daba asco hacerlo, aun así el dolor lo llevó a terminar en tal estado y contarle su historia al menor.

 

Le molestaba haberlo hecho, no existían razones para confiar en él, había metido la pata completamente.

 

Su estómago rugió rogando por comida, no se molestó en buscar algo en la despensa de la cocina o abrir la nevera una sola vez. Tomó su teléfono móvil, que  estaba lleno de llamadas perdidas de Jimin y mensajes de texto de Namjoon preguntando dónde estaba y si se encontraba bien.

 

«Si Jimin aún cuenta con algo de inteligencia mirará las cámaras y notará que estoy aquí», se dijo y llamó a un restaurante cercano para pedir el desayuno.

 

La comida no tardó. Jin se debatió en despertar a Jungkook o dejar que él mismo lo hiciera con el olor del desayuno. Terminó haciendo lo primero, el pelinegro se revolcó por toda la cama y no le prestó atención.

 

—Ya cumplí con despertarte —murmuró el mayor algo molesto y se fue hasta la sala a desayunar por primera vez en el suelo.

 

Jungkook se tensó y salió de la cama con rapidez. Era incómodo tener al mayor en su casa, intentó planear el qué debía decirle en bien saliera de la habitación y la forma en la que le pediría que se marchara de su hogar.

 

Cuando salió cruzó su mirada con los ojos fríos de Jin. Hizo un raro movimiento con su cabeza para saludar y el mayor le imitó.

 

—Siéntate, se enfriará tu desayuno.

 

Jungkook apretó sus puños, no soportaba que Jin le diera órdenes, le hacía sentir que era de su propiedad y que él estaba a su merced sin importar nada, aunque eso era lo que realmente sucedía. Se sentó lo más alejado que puso y tragó su desayuno sin disfrutarlo.

 

—Dúchate y vístete —dijo el castaño poniendo a un lado las sobras.

 

—¿ah?

 

—No uses ropa formal, pasaré por ti en una hora.

 

La puerta fue tocada y Jin la abrió como si fuera el dueño del lugar. En la entrada apareció Minwoo con mala cara, llevaba una bolsa en la mano y se la entregó a Jin que no dijo nada y fue a cambiarse en la única habitación con la que contaba el apartamento.

 

Mientras éste se cambiaba, Jungkook pasaba por una guerra de miradas con el conductor, estaba a punto de ganar cuando Jin regresó bien vestido. El menor frunció los labios y estuvo a punto de decirle a su jefe que no saldría de su casa, pero él se adelantó.

 

—No me hagas esperar, sólo tienes una hora mientras me ducho en casa —finalizó para marcharse junto con Minwoo.

 

Jungkook se quedó con la boca abierta, definitivamente…odiaba a Seokjin

 

 

 

─●──●──●──●──●─

 

Desde la ventana pasó su mirada por gran parte de la Isla Jeju. Se encontraba en la misma habitación del hotel al que solían llevarlo Jin y Jimin. No necesitaba preguntar por qué estaba allí, suponía que Jimin no tardaría en llegar y su martirio comenzaría de nuevo.

 

Se giró y siguió a Jin con la mirada. Se arrepintió de haberle tenido lástima y de haberlo acogido en su apartamento. ¿Por qué él no podía ser igual de bueno? Por un momento ambos cruzaron miradas y luego Jungkook volvió a ser ignorado.

 

Seokjin se veía enojado, manoteaba y fruncía el ceño mientras apretaba con fuerza su teléfono móvil. El menor jadeó, llevaba días pensando en cómo podría escapar, alejarse de ellos o tal vez lograr que dejaran de buscarlo, pero era difícil y no contaba con el dinero necesario para marcharse a otro lugar.

 

El mayor finalizó su llamada y quitó la pila de su teléfono móvil sin ganas de recibir una llamada más. Intentar manejar una empresa tan grande era difícil y más si tenía un hermano holgazán y otro que sólo se le daba bien la medicina.

 

Se acercó a Jungkook, lo tomó del brazo y lo sentó en uno de los sofás del living. El menor lo miró con pánico, Jin sólo acató en sentarse en la mesa auxiliar para estar más cerca de él y dejar las cosas claras.

 

—A Jimin no le gusta que hable sobre su vida privada —soltó—. Olvida lo que te dije y mantenlo bien guardado.

 

Algo dentro de Jungkook se movió y el chico valiente salió a flote, esa era su oportunidad, debía aprovecharla al máximo.

 

—Sólo déjenme en paz, no diré nada si dejan de molestarme.

 

—No estoy haciendo tratos, Jungkook —Jin no podía controlar su malgenio.

 

—Yo sí, aléjate de mí y llévate a tu hermano contigo —tragó con fuerza—. Si no lo haces publicaré todo, el país pondrá sus ojos sobre mí por lo que también soltaré las innumerables veces que tú y Jimin abusaron de mí.

 

—No continuaré con esto —lo tomó de la camisa, sus rostros estaban a menos de dos centímetros—. Deja de soltar amenazas que no cumplirás, estás temblando y a punto de llorar, ¿crees que podrías hacerlo?

 

Jungkook dejó de respirar, su corazón estaba a mil. Había tomado una decisión estúpida, Jin tenía razón, no podría. Soltó todo el aire que estaba en sus pulmones y miró con desprecio al otro.

 

Ambos se quedaron en silencio, el mayor no soltó la camisa de Jungkook. Jin lo arrastró hasta la habitación y lo arrojó sobre su cama, no tardó mucho y se posicionó sobre él.

 

El estómago de Jungkook estaba formando un hoyo negro que se tragaba todo a su paso. Sintió los labios de Jin en su cuello y luego sus manos quitándole la camisa con desespero.

 

Sentía menos miedo que cuando ambos lo desvestían, no estaba sintiendo ese desespero porque todo terminara rápido, pero aún continuaba enojado, por lo que aprovechó y también quitó la camisa de Jin con rabia, comenzó a arañar y apretar su espalda, hombros y cintura mientras él succionaba sus tetillas y bajaba por su abdomen con leves mordidas.

 

Jungkook fue despojado de su ropa y él quitó con salvajismo las prendas que le quedaban a Jin. El mayor pasó a sus muslos comenzando a dejar esos moretones que tardarían días en desaparecer. Jungkook gemía por lo bajo intentando esconder aquellos ruidos que demostraban que disfrutaba de aquella situación, aunque algo dentro de él le advertía que luego se arrepentiría.

 

No comprendía el poder del placer, se sentía bien cuando realmente debía estar maldiciendo y golpeando a Seokjin. Tenía ganas de más, de tomarlo todo y no dejar nada.

 

Soltó un gemido más fuerte cuando Jin comenzó a prepararlo, no sabía si usaba lubricante o si estaba siendo más bueno con él. Aquel dedo no dolía, por el contrario, quería gritarle que siguiera con el otro. No supo si el mayor leyó sus pensamientos pero exageró en lo que Jungkook pedía. Introdujo su miembro sin más, Jungkook gritó por primera vez lleno de placer.

 

Las estocadas comenzaron lentas, hasta que tomaron una velocidad moderada que hacía que el menor intentara aferrarse de cualquier cosa, su vista se nublaba, estaba a punto de llegar a su punto máximo de placer cuando Jin se detuvo.

 

Lo sabía, él sabía que iba a parar, siempre lo hacía, siempre evitaba que él sintiera placer. Él no podía disfrutar como ellos, siempre se lo habían recalcado. Cruzaron miradas, por primera vez la mirada de Jin no era fría, el mayor sonrió de lado y se acercó para morder la clavícula de Jungkook, subió un poco más hasta que llegó a su oído, el menor se estremeció al sentir su respiración.

 

—Siempre te he dicho que no lo mereces, no has intentado ganártelo pero sólo por hoy haré una excepción —su voz era ronca y sensual—. Disfruta mientras puedas.

 

Jin se clavó con fuerza en Jungkook, el cual sintió que una energía rara comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Volvió a dar otra embestida y continuó con otras más que lograron que Jungkook explotara, sus ojos quedaron cegados por el placer, por aquella sensación indescriptible y tan deseada.

 

Sus gemidos fueron fuertes, no le importaba ser escuchado. No supo cuánto tiempo duró. Jin se unió a él y terminó con su juego para luego recostarse en la cama a su lado.

 

Ambos respiraban con dificultad, la culpa aún no se apoderaba de Jungkook por lo que quiso evitar pensar en aquello, cerró sus ojos por un momento y al rato volvió a abrirlos. Miró con disimulo a Jin, que también tenía sus ojos cerrados y trataba de controlar su respiración. Posó su vista en los carnosos labios del castaño, nunca se había fijado tanto en ellos, eran rojos y provocativos. Jungkook dejó de mirarlo con miedo de que se enterara, pero no logró permanecer mucho tiempo mirando hacia otro lado, volvió a fijar su vista sobre los labios de Jin y se preguntó qué podría sentir al besarlo. 

Notas finales:

¿Qué tal? -se funde de tanto sueño-. Espero que les haya gustado, en cierto modo yo quedé encantada con este cap. 

¿Recuerdan lo mucho que hablaba de un fic que escribiríamos Lord y yo? Pues POR FIN publicamos el primer cap (a muchas de las personas que dejaron reviews ya se los había dicho, así que ignorenme XD). Si desean leerlo ahí está ----> http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=151182&index=1

Espero que le den amor

Muchas, muchas gracias a TODAS las personas que leen. 

¡Los Adoro!

 

PD 1: Lord, te envidio porque pronto ya estarás en vacaciones.

PD 2: Lord, T___T mira ese cap horrible sin tu edición.

PD 3: Lord, cuando puedas leer este cap deberás dejarme un enorme review o sino mandarme la edición con fangirleada incluida (así no sea mucha, así sean sólo tres palabras :C).

PD 4: Lord... XD ya, ya no molesto más. 


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