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Threesome por Dara17

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Notas del capitulo:

Hoy vengo con los ánimos por el suelo, actualizo hoy porque no sé si mañana pueda hacerlo. Espero lo disfruten.

 

¡A leer!

Capítulo 7— Un dolor de cabeza.

 

 

Jin abrió los ojos y clavó su vista sobre Jungkook el cual no tuvo tiempo de reaccionar y quitar su mirada. Sus mejillas estaban coloradas y su respiración volvió a acelerarse cuando de repente el mayor comenzó a acercarse. Todo a la vista de Jungkook era lento, mientras que para el otro iba más rápido de lo que podía imaginar.

 

Los labios del mayor invadieron la boca de Jungkook, sus movimientos eran lentos, sus lenguas comenzaron a jugar sin querer separarse. Seokjin besaba bien, demasiado bien, prefería esos labios dulces a los de Jimin, los cuales siempre lo lastimaban.

 

Cuando Jin se separó, el menor se quedó con los ojos cerrados y exhalando lo más lento que pudo. No quería abrirlos, tenía pena y la culpa se iba agrupando poco a poco dentro de él.

 

Seokjin sintió que había metido la pata. ¿Besarlo? ¿Cómo había podido hacerlo? Sus besos no eran para cualquiera y Jungkook no los merecía, o tal vez sí. Su cabeza estaba vuelta un embrollo.

 

Jungkook sintió la necesidad de irse, su cabeza había comenzado a analizar cada minuto en el que había estado junto a Jin, a culparlo por haberse dejado llevar por el deseo, a decir lo estúpido que era por haberse acostado con alguien que le estaba destruyendo la vida.

 

Tomó su ropa, se vistió como pudo y salió corriendo fuera de la habitación. Jin tapó su rostro con una almohada y gruñó, había sido un completo idiota.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Corrió tanto que terminó en una orilla solitaria de la playa. Era normal no encontrar casi a nadie en ese lugar debido al invierno. El viento golpeaba su rostro mientras que por sus mejillas comenzaban a bajar amargas lágrimas. Se había sentido tan lleno, tan bien, pero en ese momento sentía todo lo contrario.

 

«No debiste hacerlo», se decía. «Eres un completo idiota», «Deberías sentir asco», «Estás premiando a alguien que sólo te ha quitado parte de tu felicidad», «¿En qué estabas pensando?», «Aparte de eso, ¡lo besaste!».

 

Frunció los ojos y negó con la cabeza, no era justo para él, no era su culpa, él odiaba a Jin y a Jimin, sólo había tenido un desliz, algo que no se repetiría. Se marchó de nuevo a su apartamento y tomó un par de pastillas para dormir, ya no quería pelear consigo mismo, era una pérdida de tiempo.

 

 

 

Isla Jeju. Enero 16 de 2014, jueves.

 

Junhong sonreía como tonto al despedirse de Yongguk, no quería hacerlo pero había quedado en almorzar con Hoseok y Taehyung, además de que aquel joven con el que llevaba un poco más de diez minutos siendo su novio debía ir a trabajar.

 

Estaba feliz al tener un hombre como Yongguk a su lado, se sentía como si estuviera dentro de una rara película romántica llena de felicidad y cero drama. Nunca había esperado encontrar a alguien como él, tenía mucha suerte por haberlo conocido.

 

Caminó un poco hasta el restaurante donde lo esperaban Hoseok y Taehyung. Ambos se veían incómodos, además de que a mil metros se podía percibir el mal genio de Taehyung.

 

Llevaba un par de días sin verlos, pero desde que habían dejado de ver a Jungkook todo se había vuelto incómodo y las peleas de Taehyung con Hoseok habían incrementado.

 

—Hola chicos —Junhong tomó asiento y les sonrió. Se sentía mal al ver cómo sus amigos estaban destruyéndose, Jungkook era un pilar importante en su amistad, sin él las cosas estaban yéndose abajo.

 

—Hola Zelo —dijo Hoseok. Taehyung solo acató a dar su mejor sonrisa aunque fue prácticamente imposible. 

 

—Tae, ¿estás bien? —inquirió ya sabiendo que estaba enojado con su novio.

 

—No lo estoy —el mayor era franco.

 

—¿Están discutiendo de nuevo? —Junhong sabía que no debía meterse en peleas de pareja, pero debía existir un intermediario entre ambos, ellos lo necesitaban.

 

—Claro que sí —soltó V.

 

—No es así —defendió Hoseok.

 

—¿No es así? ¡Dijiste que yo era el causante de que Jungkook se alejara!

 

—¿Y? ¿No tengo razón en eso?

 

Junhong se sintió incómodo, no sabía cómo detener aquella pelea. Se preguntó si él y Yongguk llegarían a tener una pelea así, no lo deseaba, evitaría aquello de algún modo posible.

 

—Tú mismo viste cómo nos rechazaba —se defendió—. Todos lo seguimos hasta el hotel, es obvio que se revuelca con uno de sus jefes o los dos, ve tú a saberlo. Él prefiere el dinero antes que nuestra amistad.

 

Hoseok dejó su menú a un lado y dirigió una mirada enojada a su novio.

 

—Tal vez él tenía una explicación —argumentó intentando no subirle mucho la voz a aquel joven que amaba tanto. Zelo asintió sin que Taehyung lo viera.

 

—¡Deja de defenderlo, Hoseok! Jungkook no era el chico bueno que tanto nos hizo creer que era —Taehyung se sentía mal al decirlo, él adoraba a Jungkook, pero lo había decepcionado.

 

—¡Dejen de pelear! —exclamó Junhong cansado—. Ambos están enojados desde el comienzo del año, no arreglarán nada a este paso. Opino que debemos buscarlo, hablar con él y pues… si es verdad todo lo que hemos supuesto debemos darle otra oportunidad, ¿no creen?

 

—Tienes r… —Hoseok fue interrumpido.

 

—No.

 

—Taehyung.

 

—Él es el que debe darnos una explicación, si tanto nos extraña nos buscará. Tómenlo como una prueba, si Jungkook regresa por su cuenta y nos explica la situación lo perdonaré —Hoseok y Junhong se quedaron mirándolo con cara de perdedores. No podían pelear contra Taehyung, era un caso perdido.

 

—Extraño a Jungkook —explicó Zelo.

 

—Lo sé, yo también lo extraño pero estoy dolido. Sólo dejen que el tiempo pase y esperen a que él desee rescatar nuestra amistad —lo que decía Taehyung era básicamente una orden.

 

—¿Y si no regresa? —inquirió Hoseok.

 

—Ustedes lo buscarán, yo no lo haré.

 

Junhong suspiró, deseó que Jungkook los extrañara tanto como ellos, que existiese una razón para todo lo que sucedía y que las cosas regresaran a la normalidad.

 

—Ahora dinos, Junhong. ¿Cómo vas con ese chico del que hablas tanto?  —Taehyung sintió que era necesario cambiar de tema. Junhong sonrió como tonto.

 

—Ya somos… —se sentía extraño decirlo—. Ya él me pidió que… —sus mejillas se ruborizaron.

 

—Oh, nuestro pequeño ya tiene a alguien —Taehyung sonrió por primera vez en el día—. Debes presentárnoslo, Hoseok le dará el gusto bueno —el mencionado asintió y revolvió el cabello de Junhong.

 

—Te deseamos lo mejor, pequeño —dijo Hoseok con una sonrisa honesta.

 

Zelo pasó el resto de la tarde junto a sus amigos. Llevaba días sin compartir un momento tranquilo con ellos. Cuando salió del lugar, llamó a su novio para avisarle que ya regresaría a su casa y se despidió de él hasta el día siguiente. Caminó dispuesto a tomar el bus hasta su casa pero se detuvo en la parada en la que Jungkook solía tomar su bus. Se debatió entre hacerle caso a Taehyung y esperar a que Jungkook los buscara o en ir en busca de él.

 

El bus que lo podría llevar hasta el apartamento de Jungkook se detuvo, un par de personas se bajaron y las puertas comenzaron a cerrarse. Junhong corrió hasta el autobús y golpeó la puerta para que el señor la abriese de nuevo, subió y agradeció al conductor para luego pasar su tarjeta y sentarse. Estaba seguro de que Jungkook lo recibiría con los brazos abiertos y que no se arrepentiría de haber ignorado la orden de Taehyung.

 

Cuando llegó al edificio saludó a la señora Cho que lo detuvo en seco sin dejar de sonreír amablemente.

 

—Jungkookie no ha llegado aún —advirtió.

 

—Oh… —Zelo rascó su cabeza—. Esperaré aquí por un momento —hizo una reverencia y se sentó en las escaleras de la entrada.

 

La noche cayó más rápido de lo que había esperado. Un auto se estacionó al otro lado de la calle y de éste bajó Jungkook. Su rostro estaba serio, además tenía unas enormes ojeras. Llevaba un café en su mano izquierda y acomodaba su bolso con la derecha.

 

Cuando las miradas de ambos se cruzaron el ruido presente en el lugar desapareció. Jungkook sintió su corazón estremecerse, había extrañado a Junhong, aquel joven que era como el hermano que nunca tuvo. Deseó correr y abrazarlo, preguntarle cómo había estado, si había enfermado o si su madre había vuelto a recaer. Aunque deseara muchas cosas no hizo ninguna, sólo logró que su mirada se oscureciera y que Junhong se sintiera incómodo allí.

 

Zelo se levantó y corrió hasta donde aún se encontraba parado Jungkook, le sonrió haciéndolo sentir más miserable y lo abrazó intentando no hacer que su café se derramara. Los ojos de Jungkook ardieron, él los cerró con fuerza y disimuló su dolor, luego, no supo de dónde obtuvo fuerzas y empujó a Junhong lejos de él.

 

El menor cayó de nalgas y su ropa se mojó con la nieve. Miró a su mejor amigo con tristeza y se levantó intentando no ponerse a llorar como un crío.

 

—Jungkook —susurró—. ¿Por qué…?

 

—Vete Junhong —intentó entrar lo más rápido que pudo al edificio pero el otro se lo impidió.

 

—Dime qué sucede.

 

—¿Alguna vez te dije que eras muy molesto?

 

—Estás actuando de forma extraña.

 

—No, Junhong. Estoy actuando como realmente soy —aquella mentira le dolió mucho más que al otro.

 

—Estás mintiendo.

 

—Deja de hablar como si me conocieras y lárgate —Jungkook lo quitó de su camino e ingresó al lugar. Moría por estar dentro de su casa, se sentía más mal de lo que ya podría estarlo.

 

Yongguk observaba todo desde el auto junto a Himchan ya que Jongup se encontraba descansando. Junhong se volvió a sentar en las escalas y comenzó a llorar. El mayor no pudo contenerse y quitó el seguro del auto para salir y consolar a su pequeño, pero Himchan aclaró su voz y él lo miró.

 

—Ten algo de profesionalidad, por favor —dijo su amigo con una dura mirada.

 

—No tardaré —suplicó.

 

—Si sales de este auto le diré a Jin que te mande al Seúl —Yongguk se sintió traicionado. Se aferró del volante y continuó observando a Junhong que no paraba de llorar, viéndose así como un niño abandonado.

 

Tomó su teléfono móvil y escribió un mensaje con rapidez. Esperaba que aquel mensaje hiciera que su novio se sintiera un poco mejor.

 

Junhong escuchó su teléfono móvil vibrar en su bolsillo, cuando lo sacó sonrió un poco al ver que era un mensaje de texto de Yongguk y lloró un poco más al leerlo.

 

Aunque no lo creas, siempre voy a estar contigo. Me gusta verte sonreír, así que nunca dejes de hacerlo, por favor.

 

Aquel mensaje aminoró su dolor, se sintió cerca de Yongguk y disfrutó el sentir cómo su apego por él iba en incremento, supo que se enamoraría más rápido de lo que podría hacerlo y aun así, no sintió miedo.

 

 

 

Isla Jeju. Enero 17 de 2014, viernes.

 

Jungkook se levantó con un fuerte dolor de cabeza. Había estado abusando de las pastillas de dormir en las últimas semanas. Se desvistió y se paró en frente del espejo del baño. Su rostro se veía más delgado que nunca, sus ojeras estaban peor que el día anterior y los moretones que le había dejado la última vez Jin habían desaparecido, tal y como lo había hecho él.

 

La oficina había permanecido vacía las dos últimas semanas. Jimin se pasaba de vez en cuando por el edificio, le robaba besos fugaces y se marchaba sin cumplir con su labor. Debido a esto, por primera vez en todo el tiempo que llevaba allí, todo el trabajo se le incrementó, no sabía mucho de construcciones, sin embargo, logró organizar toda la papelería que Jimin había dejado acumular en ese par de semanas.

 

Podría decir que se sentía aliviado por no tener a los hermanos molestándolo. Aun así, el tener tanto trabajo y la culpa por haberse revolcado con Jin le había quitado las ganas de hacer cualquier cosa, no comía y tardaba en dormirse por lo que le tocaba recurrir a las pastillas.

 

Aquel día sería más tranquilo, según él, ya no tendría nada que hacer, pero la culpa de haber tratado mal a Junhong el día anterior no lo iba a dejar en paz. Su vida ya se basaba en culpas y momentos malos. No creía merecer tanto, no era justo para él.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Dejó que sus ojos se cerraran y se recostó sobre el escritorio. Si trabajara en otro lugar temería que su jefe llegara y lo reprendiera por dormir en el trabajo. Ya no tenía nada por hacer y estaba tan cansado que no planeaba ayudar a las secretarias. Comenzó a caer en el mundo de los sueños, el ruido se hizo lejano y su cuerpo se destensó, todo iba bien hasta que la puerta fue azotada y se cayó de la silla debido al susto.

 

—¿Qué demonios? —susurró mientras se levantaba del suelo apoyándose de la silla y su escritorio.

 

Cuando vio a Jimin mirándolo confundido se enderezó y se puso detrás de la silla como si ésta pudiese protegerlo. El otro se acercó y se apoyó sobre el escritorio y puso esa sonrisa que le causaba tantos escalofríos a Jungkook.

 

—¿Qué estás esperando? —inquirió el otro haciendo confundir al menor.

 

—¿Ah? —Jungkook fue jalado fuera de la oficina.

 

Las secretarias los miraban mientras susurraban entre sí. El rostro de Jungkook se tornó rojo y deseó ser tan fuerte como para resistirse sin tener miedo de Jimin. No tardaron mucho en estar dentro del auto de su jefe, era mucho más ostentoso de lo que podía imaginarlo, si él supiese de ese tipo de marcas podría describirlo, sin embargo, sólo supo que era un auto que podía valer más de lo que él podría calcular.

 

Cuando menos lo esperó el auto arrancó emitiendo un fuerte sonido. Se puso el cinturón como pudo, deseando que éste también pudiera apretarle el corazón que estaba a mil por hora, tal y como iba Jimin. ¿A caso la policía no lo detendría? ¡Iba a matarlo!

 

—J-jimin ve… más despacio, por favor —le suplicó deseando que lo escuchara. Jimin lo miró y Jungkook gritó—. ¡Mira hacia el frente! ¡Por Dios!

 

—Es la primera vez que conduzco así, Jin y Namjoon nunca me lo han permitido.

 

Una sonrisa diferente a la que estaba acostumbrado Jungkook se asomó en el rostro de Jimin, una de un niño que se divertía. Mientras continuaba mostrando su faceta feliz, el mayor encendió el radio sin importarle qué estaba sonando y le subió el volumen. Jungkook supo que sería estúpido continuar rogándole, así que cerró los ojos y luego de tantos años, rezó para que ese no fuera su último día.

 

De un momento a otro Jimin por fin se detuvo y sin tardar mucho se bajó del auto para abrir la puerta del pelinegro que se encontraba casi llorando en el asiento. El otro se carcajeó y lo zarandeó sin cuidado para que se bajara y lo siguiera. Sin ganas de hacerlo y algo mareado, Jungkook caminó tras el pelinegro y luego cayó en cuenta que estaba dentro del Aeropuerto Internacional de Jeju. Se detuvo sin suerte ya que Jimin se devolvió para arrastrarlo mientras todos miraban aquella escena con preocupación, aun así nadie se acercaba para preguntarle si realmente conocía al desquiciado que se lo llevaba sin su consentimiento.

 

Sólo había viajado en avión una vez y le había tocado esperar más de dos horas para abordarlo. No supo cómo hizo el otro para que lograran entrar sin problemas y abordar un avión que estaba a punto de salir. Jimin le abrochó el cinturón sin darle una explicación mientras que las azafatas daban la bienvenida al vuelo 5698 con destino a Seúl.

 

Sus labios temblaron y no fue capaz de modular algo ya que sabía que se pondría a llorar. Tomó aire cuantas veces pudo hasta que el avión despegó y sus nervios disminuyeron.

 

—Jimin… —susurró.

 

—¿Sí? —el pelinegro lo miró con una cara impasible.

 

—¿Qué… está sucediendo? —no tenía fuerzas para ser grosero.

 

—Quería ir de compras a Seúl y Jin no está para acompañarme —hizo un puchero y se acomodó bien en su silla.

 

—¡¿Qué?! —de repente se sintió muy enojado.

 

—Tu rostro está a punto de explotar —Jimin empujó la frente de Jungkook con un dedo.

 

—Oye… —no pudo continuar.

 

—No te enojes, pequeño —le revolvió el cabello—. Puedes tomarlo como una cita, seré todo tuyo.

 

El malgenio de Jungkook incrementó, estaba tomándolo del pelo y él no sabía cómo defenderse. 

Notas finales:

Nadie sabe lo feliz que soy al leer sus reviews y no exagero, me pongo muy feliz. Estoy demasiado triste y un par de reviews que llegaron hace poco mejoraron mi estado de ánimo. Así como a ustedes les gusta leer lo que escribo a mi me encanta leer lo que ustedes piensan. Por eso quiero agradecerles por dejar sus reviews, por alegrar mis días cuando los encuentro, espero seguir recibiendo sus bonitas palabras.

De nuevo muchas gracias a todos los que leen Threesome y les recuerdo que existe "The Jackpot", un fic que también merece una oportunidad. 

¡Los Adoro!

 

PD: Lord muchas gracias por editar este cap a pesar de que al parecer no podías hacerlo, realmente aprecio eso.

PD2: En serio denle la oportunidad a The Jackpot, Lord y yo amamos ese fic.

PD3: De verdad los adoro.

PD4: A esas personitas que no alcancé a responder sus reviews prometo hacerlo mañana en la noche. 


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