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Academia Cielo por kurolovers

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Notas del capitulo:

antes que nada FELIZ NAVIDAD 2018! les dejo lo mejor de todo y que hayan tenido buenos regalos ;) espero que lo disfruten.

Capítulo 20: Visitando a Nana y la bazuca de los diez años.

Sin demora fue caminando con toda la tranquilidad hacia la vieja casa que hace años había dejado atrás, aun recordaba el camino, como si hubiera sido marcada en su piel permanentemente, cosa que le disgustaba al moreno, se tomó todo el tiempo para llegar, había veces que él mismo vacilaba, pero sabía que debía superar sus demonios, no podría huir para siempre de su pasado, ya que este al final lo había alcanzado y tarde o temprano debía hacer lo que tendría que hacer, miró la casa, una llena de malos recuerdo, de golpes, de palabras hirientes, allí estaba su tormento, su doloroso y antiguo hogar, suspiro para sí mismo antes de acercarse y tocar la puerta con vacilación, no tuvo que esperar por mucho, ya que la puerta se abrió para mostrar a Nana con la sorpresa plantada en su rostro, le sonrió por cortesía.

-Buenas tardes Nana-san.-saludo de forma tensa, ahora pensaba que lo que había imaginado que sería fácil, era en realidad muy incómodo y difícil.-¿Puedo pasar?.-preguntó dudoso de tener una afirmación.

-...S...si, eh digo ¡Claro! Pasa.-se hizo un lado después de quitar su desconcierto por la visita inesperada, los dos fueron a la sala, Tsunayoshi observo el lugar con curiosidad, la pintura había sido cambiado e igual que algunos muebles, estuvieron en un silencio tenso e incómodo.-Y..y ¿Cómo le ha ido?.-hablo después de unos minutos sin soportar estar mirando al niño que pudo a ver amado.

-Bueno bien, como se puede siendo un jefe de la mafia.-dijo nervioso.-Además mis vacaciones fueron relajadas, pude volver a ver todos mis amigos en un solo lugar.-sonrió con cariño pensando en sus seres queridos.

-Tsu-kun sigue siendo un niño muy lindo.-dijo de repente.-Yo no valore eso.-sonrió con tristeza.-¿Has tenido un problema con tu hermano?.

-¿Giotto?.-alzo una ceja por ello antes de encogerse de hombros.-Siendo sincero, no lo he visto mucho desde aquella relevación, se siente algo raro estar con mi hermano mayor, ya que yo viví siendo el hermano mayor.-desvío la mirada.-Es inquietante todo esto, no sé muy bien cómo reaccionar con esto Nana-san, usted ha sido una mujer y madre perfecta para él.-apretó los puños.-Es frustrante...

La castaña le miraba y sonrió con melancolía.-Debo imaginarlo, Giotto a veces olvidaba que tenía alguien más desde que conoció a sus amigos y tutores en la escuela Nanimori años atrás, pero también provocaba tanto dolor ver eso, a veces me llegaba el pensamiento de ¿Cómo estará Tsunayoshi? ¿Por qué lo hice? ¿Está sonriendo? ¿Es feliz? ¿Me odia? Más y más preguntas salían de mi mente con el tiempo, oh cuando llegaba tu cumpleaños, siempre me quedaba mirando la única foto que me tomaron contigo.-sonrió melancólica.-La primera vez que te tome de brazos al ser un bebé, siempre fuiste un niño tan tranquilo y obediente, esto sigue siendo tan doloroso.-dijo mirándole unos segundos, suavizo su mirada antes de cambiar un poco las ideas de su cabeza.-¿Aun te gusta las moras Tsu-kun?.-pregunto suavemente.

Asintió con la cabeza.-Aun es mi fruta favorita.

-Si no te importa, ¿Te gustaría probar un trozo de pastel de moras? Lo hice anoche con algo de té verde.

Parpadeo confundido pero luego sonrió con suavidad.-Eso sería agradable Nana-san.

La mujer Sawada se levantó y fue a la cocina siendo seguida por el menor que se sentó observándola, como cortaba un trozo de un lindo pastel y calentaba el agua de la tetera, la escuchaba tararear, "Ella no ha cambiado" pensó para sí mismo, murmuro un gracias antes de probarlo, como pensó estaba delicioso, le sonrió a la castaña.

-P..puedo saber.-dudo en sus palabras pero sentía que el chico estaba atentó en ella.-¿Cómo fue tu vida?.

Tsuna lo considero pero su intuición no mostraba peligro o malicia en la mujer, bebió un poco del té.-Cuando conocí a papà, me llevo a un hotel, me preguntó cosas, al día siguiente me mostró un papel, aun no comprendía mucho, me explico que eran papeles de adopción.-sonrió con cariño.

-E...eso.-murmuro pensativa, sintió la mirada de su hijo.-Una noche apareció un hombre con un paquete, no era extraño, ya sabes Iemitsu siempre le gustaba comprar cosas.-suspiro arrepentida al nombrar a su esposo.-Así que firme, aunque parecía extraño, nos entregó otro papel, no le vi mal, al parecer era un objeto de otro país y para confirmar la entrega debíamos firmarlo, los dos lo hicimos, luego se fue.-asintió por si misma.-Pero paso una hora y el objeto desapareció, nos dimos cuenta que había hizo un engaño, eso enojo mucho a Iemitsu.-retorcía sus dedos.

-Uh ahora comprendo esos golpes.-llevó su mano a su pecho de forma inconsciente.-Bueno, cuando entendí lo que significaba, estaba feliz, debíamos irnos el día siguiente, así que vine aquí a recoger mis únicas cosas...-desvío la mirada, los dos sabían lo que sucedió allí.-Uhm luego de recuperarme fui llevado a Italia, papà empezó a enseñarme italiano para no estar tan confundido por la nueva cultura e idioma, la primera semana fue lento y tranquilo, no hablaba mucho ya que dormía mucho por no estar acostumbrado al horario de allí.-bebió un poco más.-Él trataba de siempre estar presente conmigo y no dejarme solo, pero había horas que el desaparecía, no podía dejar el trabajo y eso yo lo entendía, ya que era feliz con solo tenerlo, el tiempo paso y los trabajos se estaban volviendo más largos, así que papà estaba empezando a preocuparse, de allí fuimos donde mi mamma, la habíamos encontrado una vez que salimos, al principio no confiaba en ella, era como tú.-la miro de reojo.-Ella era dulce, agradable hasta tenía esa aura de madre amorosa, y eso me aterraba, fui cauteloso con ella muchas veces hasta que me di cuenta que ella no me lastimaría.-suspiro.-Desde entonces vivía en mi casa con papà o en la mansión Giglio Nero, un día me perdí.-dijo avergonzado.-Me encontré con los demás Arcobalenos.-tomo su cuello, donde colgaba el chupete naranja.-Desde ese momento las cosas comenzaron a cambiar en mi vida, pero fue para bien, hubo un ataque y fue peligroso para mi vivir en la mansión de Giglio Nero, por ello mamma hizo que construyeran una mansión lejos donde vivirían todos los Arcobalenos, sabía que si estaban todos los más fuertes en un lugar, la gente dudaría en atacar, al principio fue difícil, nadie me quería allí solo Skull.-su mirada se volvió melancólica.-Pero...de a poco ellos empezaron a quererme a su manera, y con ello empecé a conocer a algunas famiglias, hasta que.-se voz se apagó, miro a Nana.-Tenia secuelas de los últimos golpes que me habían dado, mayormente en mis pulmones, tuve algunas pequeñas recaídas o me costaba respirar a veces, nada muy serio, pero hubo uno que si asusto a todos, tuve que estar instalado en Inglaterra, había un medico conocido por Reborn, así que estaría en buenas manos, aun así nunca estuve sólo.-rio un poco.-Mi vida ha tenido muy buenos y malos momentos, pero atesoro cada una como un tesoro.

Nana lloraba en silencio, había dañado tanto a su niño, a su hijo, uno que había jurado proteger y amar, pero le había fallado, eso jamás se lo perdonaría, sin embargo, estaba feliz porque su hijo encontró una felicidad que jamás encontraría aquí, tomo una de las manos del menor, acariciando suavemente su mano.

-Tsu-kun es un niño muy valiente y encantador, hiciste buenos amigos y una gran familia, una que estoy agradecida profundamente.-apretó un poco la mano.-Lo siento, me disculpó tanto, no fui buena madre, te hice sufrir, no merecías esto.-sollozo un poco.-Lo siento tanto Tsunayoshi.

El castaño la miro y sonrió con suavidad, se levantó y la abrazo sorprendiendo a la mujer, a su madre.-Esta bien.-murmuro acariciando con lentitud los cabellos de la mujer.-Todo está bien, soy feliz, así que no te lamentes más Nana-san, usted se arrepiente es todo lo que puedo pedir.

Nana lo abrazo, aferrándose a su hijo con desesperación.-Has crecido para ser un buen hombre Tsu-kun, uno maravilloso.

-Gracias.-se separó con lentitud.-Creo que es hora que me vaya, todos deben empezar a preocuparse, son muy sobreprotectores.-rió un poco divertido haciendo reír a la contraria.

-Sí, tienes razón, gracias por venir.-dijo tranquilizándose y limpiando sus lágrimas.-Ll..lleva un poco de pastel.

Parpadeo confundido.-Claro, estaba delicioso Nana-san, tratare de visitarla uno de estos días.

-Cuando tengas tiempo.-sonrió antes de levantarse y empezar a preparar algunas cosas para que las llevada el menor, le tomo unos minutos antes de entregarle un pequeño paquete.-Vuelve pronto Tsu-kun.

Asintió haciendo una reverencia.-Cuídese Nana-san.

Al salir, no miro hacia atrás, siguió su camino con tranquilidad, tarareaba en voz baja, había sido raro, extraño todo, pero también fue algo agradable, aunque ahora debía saber cómo tranquilizar o tener un interrogatorio con su familia, ah el día era tan largo, pensativo no se dio cuenta que había llegado a la academia, se registró con los guardias antes de ir había la sección de departamentos, miro a su alrededor a ver si uno de sus amigos o familia estaba por allí, pero nada, se mordió el labio, esperaba que no estuvieran en el pequeño departamento, al entrar, rápidamente fue en vuelto por unos brazos tan familiares.

-Mamma.-dijo al reconocer ese color de cabello.-Solo fueron unas horas.

-¡Las peores horas de mi vida!.-exclamo antes de empezar a revisarlo por completo haciendo que se sonrojada, cuando la escuchó suspirar dirigió su vista en su madre.-Estas bien.

Bufo.-Por supuesto, estas exagerando mamma ella no haría nada, ni siquiera cambiaria de opinión de que ella no es mi madre.-se adentró al lugar viendo a los demás Arcobalenos y guardianes.-Pensé que estarían por allí.

-Fueron muchas horas mocoso.-dijo Lal frunciendo el ceño.

-Solo fueron dos horas.-frunció levemente el ceño.-Ni que fuera un enemigo en potencia, se cuidarme solito.-hizo un puchero.

-Aun así nos preocupamos por tu seguridad kora.

-Como si no supiera que vieron las cámaras de seguridad de la cuidad con ayuda de Verde.-les miro a todos, y algunos tuvieron la decencia de sonrojarse.-Ah, como sea, no fue tan malo.-se removió incómodo.

Todos veían al pequeño cielo, y decidieron dejar el tema, sabían muy bien que en realidad no era un tema que explorar, así que decidieron ver la vista gorda y cambiar el tema en algo familiar, con ello en mente el día paso tranquilo y divertido, hasta que decidieron festejar en un restaurante de sushi que el padre de Yamamoto tenía en Nanimori, al estar allí encontraron de salida a los Vongola.

-De verdad que hoy no es mi día.-murmuro para sí mismo ante el ambiente tan tenso, quizás ya los Vongola sabían de la ida de Ryohei.

-Tsuna.-hablo Giotto viendo a su hermanito.

-Tks hasta el inútil del hermano de Knuckle se fue por otros.-dijo G.

-Si fuera tú no hablaría así de mi familia G Gokudera.-siseo Tsuna.

Antes que alguien más hablara, Lambo tropezó con una mesa haciendo que saliera de su bolsillo una bazuca que todos conocían, en cámara lenta vieron como caía sobre Tsunayoshi, todos se quedaron en silencio ante el humo rosa esparciéndose en el lugar, viendo a un hombre entre los veinte años con traje blanco, camisa naranja y corbata blanca, cabellos castaños revoltosos y ojos color miel y anaranjado, el hombre miro donde estaba.

-Yare había olvidado esto.-habló, su voz más ronca pero tenía un toque dulce en ellos, les sonrió con calidez.-Waa todos se ven tan jóvenes~.

-¿Mi niño?.-hablo sorprendida Luce, teniendo la atención del joven.

-Mamma.-la abrazo.-Te vez tan bella.-rió un poco al verla sonrojarse.-Mm así que están todos aquí, ya lo recuerdo.-dijo haciendo memoria.

Reborn sonrió con cinismo.-Oye Dame-Tsuna, ¿Que hacías antes de ser interrumpido?.

-Pues, no mucho, estaba en la mansión buscando a Nagi y a Aria, chicas escurridizas, destruyeron la cocina.-se cruzó de brazos, miro a sus amigos, abrazo rápidamente a Enma.-Eres tan adorable Enma~.-dijo haciéndolo sonrojar.

-Tsuna!.-se quejó el pelirrojo, agradecía que sus guardianes estaban de misión en esos momentos.

-Ah me gustaba la tranquilidad de las cosas en este tiempo.-suspiro sonriendo, tarareo viéndolos a todos.

-Ah Tsuna-nii.-habló saltando Aria siendo atrapada con facilidad por el joven.-Te vez guapo~.

-Gracias pequeña, bueno es bueno ver a Giotto.-miro a su hermano mayor.-Tiempo sin verte.

-¿T...Tsuna?.

El nombrado sólo sonrió, antes de suspirar.-Mm tiempos difíciles se acercan, pero sé que podrán manejarlo.

Todos se tensaron, bueno, sólo los que sabían del peligro que se les acercaba.

-Kufufufu sería conveniente decirnos de ese tema jefe.

-Si les dijera ¿Dónde está lo divertido Mukuro?.-le guiño bajando a su hermana.-Bien, me debo ir, saluden a mi padre, díganle que no debe esforzarse, bay bay.

Rápidamente el humo rosa apareció, a los segundos apareció el Tsunayoshi que ellos conocían, pero este llevaba sus mejillas rojas y una caja de regalo.

-Waa Kei-san.-se quejó, antes de ver donde estaba.-Uhh parece que los cinco minutos terminaron, pensé que me ahogaría en ello.

-¿Qué quieres decir Yoshi?.-pregunto Viper.

-Eh les digo más tarde.-dijo avergonzado mirando la caja en sus manos.-Es mejor seguir con nuestra celebración.-se acomodó su ropa antes de mirar a Vongola.-Uh.

-Nosotros ya nos vamos.-respondió Asari antes de seguir a todos por la puerta.

Nadie los detuvo, Tsuyoshi les miro desde donde estaba, le entristecía que sus hijos se distanciaran de esa manera, pero no había visto a Takeshi tan feliz desde hace tantos años.

-Yo Papá vivimos a celebrar.-anunciaba el azabache a su padre.

-Esperamos no molestar Tsuyoshi.-dijo amablemente Luce.

-Oh no, no, para nada.-río encantado el hombre.-Me alegra verlos a todos, ¿Que los hace celebrar esta vez?.-pregunto algo curioso.

-Ryohei-sempai se unió a la familia Yamamoto-san!.-exclamo Tsuna animado.-Además los aliados por fin están aquí también, eso es motivo de celebración, la familia está unida nuevamente.

Todos sonrieron a su manera al ver al pequeño cielo estar tan animado.

-Así es.-dijo Dino encantado.-Hace tiempo no salíamos para divertirnos.

-Además es relajante no estar cada segundo con mis guardianes.-dijo divertido Enma ocultando su risita.-Ellos están quejándose por no venir pero somos muchos esta vez.

-Maa ma mucha más gente es mucho mejor Enma.-dijo despreocupadamente Takeshi.

-¿Puedo pedir algo de sake Yamamoto-san?.-pidió el medico sonriendo cordialmente.

-Ah ah yo quiero pulpo.-dijo Umi, ignorando los gritos/quejas de Skull sobre los asesinatos de la familia lejana de su compañero.

Así cada uno de los integrantes comenzaron a pedir, Takeshi ayudaba a su padre junto con Kei y Fon, también hubo ayuda en servir por Kyoko y Haru, Nagi hablaba tímidamente con Ken que le sonreía y reía divertido, Chikusa murmuraba por lo bajo, siendo escuchado por Skull y Mukuro que estaban de acuerdo que el rubio quería algo con la joven niebla, algo que no le gustaba al de cabello de piña, Luce hablaba con Reborn y Gamma, las hermanas menores de Tsuna conversaban con la guardiana del rayo, Enma hablan con Romario y Dino sobre quejas del papeleo, Ryohei sonreía animado mientras era atacado por las atenciones de sus nuevos amigos y luego de un rato su hermana menor se unió terminando de relatar todo el tiempo perdido de los dos, tratando de establecer nuevamente una relación de hermanos, Tsunayoshi ayudaba al cocinero con todo los pedidos, sonriendo por tener a su familia nuevamente cerca suyo.

Al tener algunos de los platos y las bebidas servidas, Tsuna hizo que le tomaran atención, cosa que fue rápido, les sonrió unos segundos.

-Bueno, celebremos que hay alegrías, que estamos juntos, unidos como uno solo, apoyarnos del uno y del otro, jamás dejando de lado a quienes nos necesiten, somos amigos, somos aliados y somos una familia, a cada uno de ustedes los amo, los aprecio.-sus ojos brillaron de determinación, todos estaban sonriendo conmovidos por las palabras.-Ahora nuestra familia crece y crece aun cuando los Varia no están aquí con nosotros en estos momentos, ellos igual son familia.-Mukuro rió por ello.-Hoy celebremos por la felicidad, por la amistad, por nuestra determinación, sabremos superar los obstáculos que el mundo nos ponen, somos fuertes, somos quienes mejoraran las cosas, la mafia es nuestra, la mafia nos unió, por ello, celebremos por nosotros, por nuestros aliados, por nuestro ahora integrante de la familia, ¡Ryohei!.-el nombrado le miro con una gran sonrisa.-¡Bienvenido a la familia!.

-¡Bienvenido!.-gritaron todos mirando al chivo boxeador que se sonrojo contento.

Celebraron con ánimos, Tsuyoshi también converso con los adultos y los jóvenes se entretenían, los menores reían y sonreían, haciendo payasadas, era una tarde agradable hasta que fue anocheciendo, viendo la hora previeron volver a la academia, caminaban hasta llegar e irse a sus cuartos a descansar, el día había sido agotador y debían comenzar a seguir los planes, Tsuna caminaba por los pasillos sabiendo que ya toda su familia estaba en sus dormitorios, estaba algo cansado pero también sabía que debía volver pronto, no quería preocupar a sus padres, en el camino fue acorralado, miro a la perdona que había hecho eso, miro a esos ojos que reconocía sin importar nada, miro al azabache.

-¿Qué quieres Hibari-san?.-pregunto indiferente.

-Grr no me ignores.-gruño molesto.-Deja de hacerlo Tsunayoshi.

Alzó una ceja mirando al chico.-Bueno, ¿De quién es la culpa?.-se cruzó de brazos.-Te confíe mis secretos, fui sincero, pero tú no hiciste lo mismo Hibari-san, no puedo perdonarte tan fácilmente, además tengo cosas más importantes que hacer como para ocupar mi mente en ti.-frunció el ceño.

-Tsunayoshi.-le acarició su mejilla con ternura, notando como el castaño se quería ir, suspiro derrotado.-Haré que me perdones, cuando eso suceda no volveré a romper toda tu confianza, eres muy preciado para mi.-le beso la frente.-No te perderé otra vez.

Con eso dicho se fue, el castaño miro como el prefecto se retiraba sin presionar más el tema, suspiro cansado.

-Lo siento Kyoya pero ahora tú no eres de mi prioridad, preferiría que no te me acercaras aun cuando es doloroso alejarme nuevamente de ti, pero es lo mejor para los dos en estos momentos, mi familia me necesita.-se mordió el labio para luego caminar a su destino, miro a Fon que le esperaba fuera del departamento.-¿Fon?.-miro a su segunda tormenta con curiosidad.

-Te demoraste, pero veo que Hibari te hablo.-se acercó a su cielo antes de envolverlo en sus brazos.

-Si.-se acurrucó.-Pero no es importante este tema ahora, ¿sabes? Lo quiero y me duele alejarlo, sin embargo, tengo claro mis prioridades, y buscar a nuestra amenaza es más importante que él.

El azabache lo apego más a su cuerpo.-Si ese es tu deseo.-murmuro en su oído, haciéndolo sonrojar.

-Lo es.-le miro a los ojos y le sonrió.-Vamos, tengo sueño, este día ha sido maravilloso, también tengo que ver qué cosa me regalo mi guardián de la tormenta, estoy curioso.

Sin soltarlo, dejo su mano en la cintura del menor y ingresaron al lugar, estaba vacío, eso era lo de menos, los Arcobalenos habían tomado de más, un concurso de bebida era mala idea si mañana tenían algunas clases o revisar trabajos, Fon no tomó tanto, queja estar en sus cinco sentidos.

Tsuna abrió el regalo con ansias, sus ojos se abrieron de la impresión, Fon que estaba detrás de él abrió la boca.

-¿Eso es?.-frunció el ceño viendo el objeto.

-¿Cómo?-casi gritaba de la impresión. Habían cosas que le estaban poniendo nervioso, ¿Por qué su vida tuvo que volverse más caótica en Japón? Realmente tuvo que haberse quedado en Italia.


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