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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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Sei no podía aceptar el cambio de su hermano. Esa figura fría y aislada le sabía a otra persona. No era ni parecido al pequeño cálido que le miraba con sus grandes ojos. Salió de esa morada algo perplejo y caminó por un rato cavilando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Espero que esto lo repitas fielmente al consejo y no agregues nada de tu imaginación—dijo el peliverde luego de que partiera su hermano mayor.

 

Una figura rubia se descolgó por la ventana cercana a Shun que daba al jardín.

 

Sabías que estaba ahí—era una afirmación de Hyoga.

 

Este es mi espacio. Nada puede perturbarlo sin que  me de cuenta. Por más que intentes quedarte quieto tu cosmo es fácilmente perceptible—le respondió el sereno Shun mientras terminaba su taza--¿Escuchaste algo interesante?—preguntó después ya que el otro lo miraba con ojos algo condescendientes.

 

Creo que puedo entender porqué te has vuelto así—dijo el ojos azules mirándole con cierta pena que el otro no resistió.

 

¡Vete de mi casa!—dijo tan bajo Sakurazukamori que el otro casi no lo oyó.

 

Pero yo… no planeaba…--trató de explicarse el Cisne.

 

No me importa lo que planees o quieras. Tu misión aquí ha concluido. Ve con mi padre y dile lo que has escuchado. Limítate a tu trabajo que para el caso lo haces fatal—dijo el aparentemente impasible Hades pero dentro hervía una ofensa.

 

Pero si lo que he dicho no es tan malo hombre. Tienes derecho a sentirte mal pero no por eso a herir a los demás. Solo pretendía decir la verdad pero ya veo que esas cosas no van contigo o tu familia. Prefieren oír tras las puertas antes que hablar de frente—le dijo el rubio.

 

¿Mira quien habla!—dijo con desprecio Sakurazukamori.

 

Hay una diferencia. Yo lo hago porque me envían pero a ustedes les encanta fastidiarse mutuamente. Incluso cuando debieras estar feliz de reencontrarte con tu hermano y poderle contar tu historia te comportas como si fueras un tirano distante. Está visto que eres un Sakurazukamori—dijo el rubio.

 

Cierra esa boca antes que te corte la lengua. No eres quien para hablarme así—dijo Shun abriendo sus ojos y viéndole directamente desde su posición de loto.

 

Hyoga pudo sentir la fuerza de esa mirada y como le corría un escalofrío pues la voz del otro denotaba cierta furia. No dijo nada más, pero no solo por temor al que el otro llevara a cabo su amenaza sino porque no tenía nada más que decirle.

 

Después de que el otro se fuera el peliverde dejó su taza con disgusto y se levantó. Miró por esa estrecha ventana abierta la luna que iluminaba el jardín y recordó que la mayoría de su vida la había pasado en esa prisión. Lo más extraño era que en verdad no odiaba a nadie. Nunca lo había hecho pero sí sentía rabia por todo lo que le pertenecía y le había sido negado. Sobre todo su libertad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué demonios hacen ustedes aquí?—Seichiro se sentía del todo perplejo viendo a esos tres a esas horas y en ese lugar.

 

He venido por Wheeler—dijo simplemente cierto castaño de ojos azules con cara de no aceptar negativas.

 

Por fin le conozco la cara de sorpresa a este tipejo—dijo Renji muy feliz. Subaru a su lado sentía una mezcla de vergüenza y decisión.

 

¿De qué hablas?—preguntó Sei--¿Cómo conseguiste llegar a este lugar?—el que estuviera parado en medio del patio sin nadie que lo estuviera atacando era ya un hecho relevante. Su decisión y su mirada dejaban ver que era a prueba de todo.

 

Conozco a mucha gente, algunos me dan información y otros me sirven de contactos—dijo el empresario.

 

Debía estar de broma si creía que llegar hasta allí para los no miembros del Yamitori era tan fácil. Algo podía salir muy mal si ese idiota…

 

He pedido audiencia con tu consejo para verlos y ellos accedieron—le reveló Kaiba.

 

Pero ellos ya se retiraron—dijo Sakurazukamori.

 

Les pedí que me asilaran hasta mañana y me han dado su cobijo. Pretendo contratar sus servicios y como ya se la ubicación de la isla no les quedó opción—le contestó Seto.

 

Ese hombre en verdad era realmente extraño pero al pensarlo, Seichiro, se dio cuenta de que era la misma decisión que llevara al otro a ese lugar. De verdad eran muy parecidos.

 

Wheeler está bien. Te llevaré con él para que lo veas y el destino sabrá que saldrá de tu reunión con el consejo—le dijo el pelinegro.

 


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