¿Qué haces tú aquí?—preguntó el peliverde a Hyoga.
¿Tú que crees? Buscándote por supuesto aunque no imaginé encontrarte de fisgón—se burló Cisne—Ahora dime—dijo serio--¿Qué hacen aquí?—La mirada decidida de Shun le dijo lo que esperaba—Supongo que sabes que es una muy mala idea ir contra el clan—
¿Qué vas a hacer?—preguntó Sakurazukamori. En realidad la pregunta era de que lado estaba.
Me lo pones difícil--contestó el ojos azules.
Tienes poco tiempo—advirtió el ojiesmeralda.
Te dije que no confiaras en él—dijo el rubio apuntando a la ventana.
Yo decidiré eso—le contestó el peliverde.
Supongo que esa es la base de todo—dijo el pensativo Cisne. Miró unos segundos a los ojos verdes—Decidir—dijo sonriendo de lado y relajándose.
¿Eso quiere decir que estás de nuestro lado?—preguntó el de pelo jade no seguro de la respuesta.
¿Tengo opción? Si tratara de avisar me matarías y cuando el clan se entere creerán que estaba confabulado desde el principio con ustedes—respondió Hyoga.
Shun se relajó, un poco—Es una mancomunión de intereses entonces—
¡Lo que digas!—dijo el rubio sin saber en verdad de lo que hablaba el otro pero intuyéndolo.
Una pregunta—dijo de pronto en alerta el ojos verdes--¿Cómo pudiste encontrarnos?—
Bueno, no era difícil deducir a donde iría él—dijo el rubio apuntando a la ventana y mirando. Subió las cejas y añadió—Parece que se ha puesto intensa la cosa—
Aunque no lo preveía eso recordó al otro lo visto y avivó casi sin querer un interés algo insano que ninguno de los dos sospechaba que el joven tenía.
De pronto Cisne vio la cabeza jade asomarse ante él por el ventanal y después de un momento sonrió y pensó en jugar.
¿Te gustaría hacer cosas como esas?—preguntó al oído del distraído Shun que saltó sorprendido.
Tal vez la expresión en su cara sonrojada o el descuido que el joven cometió al chocar con una de sus piernas en la mesilla a un lado lo que provocó que el otro quisiera seguir un poco más y tomando la mano que se alzaba hacia él con el lado del meñique, la haló y le plantó un beso al asombrado Sakurazukamori, sintiéndose satisfecho de sacarlo de su eje e iba a soltarlo cuando el otro succionó su boca pidiendo más.
“¡Que sorprendente reacción!” pensó el rubio mientras lo complacía con toda su experiencia de galán. Tropezaron con la mesilla de nuevo, esta vez juntos y terminaron en la alfombra, el de ojos jade con las posaderas sobre ella.
¿Te gustó lo que viste, cierto?—rió complacido el rubio por tenerlo bajo él. Hades no respondió limitándose a recorrer con su lengua los labios del otro cosa que sorprendió a Hyoga al parecerle muy sensual. “Este chico está encendido” se dijo algo asombrado porque no le disgustaba para nada el contacto con el otro aunque a él nunca le había dado por esas cosas. Conocía a tipos que sí pero él… Bueno, si el otro quería no tenía problema en satisfacerlo con…
De pronto el ojos azules se dio cuenta de que el otro se estaba desnudando a la par de la cintura para abajo.
¡Un momento!—le dijo algo sorprendido de su apuro—Ya viste que se necesita un paso previo—advirtió mientras mostraba tres de sus dedos, insinuaban la nada decente escena de Seto sacando de la boca de Joey la misma cantidad de dedos para ubicarlos en cierto lugar--¿Podrías…?—ni siquiera tuvo la oportunidad de terminar la frase cuando sus dedos eran engullidos con entusiasmo por el alterado Shun, quien los absorbió y los lamió varias veces para el sorprendido rubio que con sus ojos azules muy abiertos lo miraba casi sin poder creer las caras que el otro ponía para tal acto.
La cuestión era que ahora aún si el mismísimo Hades lo rechazara no podría evitar que el Cisne, el cual ya contaba con al menos 40 grados de temperatura, lo tomara allí mismo.
Creo que ya está bien lubricado—dijo con la voz algo rasposa el Cisne para luego ubicar su boca en esa con unos rastros de saliva que él se encargó de limpiar con mucha precisión, luego mientras introducía el primer dedo le dijo al oído--¿Sabes? La primer vez que te ví creí que eras una chica muy sexy—
Después de unos segundos de revolver su índice dentro de Hades escuchó las impactantes palabras que profirieron sus desfallecientes y ardientes labios—No puedo esperar mucho más. ¡Pon los tres!—
Música para sus oídos, pensó el rubio antes de obedecer y recibir los gemidos entre molestos y satisfechos del otro.
Y es que aunque Shun sentía algo de dolor era más angustiante no poder llegar pronto a ese placer que ansiaba y que sentía que podía llegar a escapársele y lo quería. Rayos si lo quería. Y estaba dispuesto a sacrificar muchas cosas para conseguirlo. Sufrir dolor era poco comparado a lo que estaba dispuesto a pagar por obtenerlo.
Sangró un tanto cuando el otro introdujo su hinchado pene en su estrecho interior pero no le importó. En ese momento no le hubiera importado que el mundo estallara en llamas.
Solo importaba lo que estaba experimentando. Algo que alguien como él nunca hubiera sospechado que se podía experimentar.