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Regular love? por aisaka-san

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Notas del capitulo:

Despues de 1000000000 años (nisiquiera yo se que numero es ese :'v) llego una super-mega-larga actualizacion! yay! he trabajado en los proximos capitulos y se que les va a gustar ewe!! Aqui la continuacion!!!

En el bar Mordecai y Eileen revisaban la cinta gracias al encargado y a las disculpas interminables de Mordecai con los demás comensales en el bar.



-¿En serio tiene el video de esa noche señor? -preguntaba Mordecai un tanto desconfiado del señor de aspecto robusto, podría jurar que era lo suficientemente fuerte para matar a alguien usando solo sus manos.



-¡Por supuesto que si chiquillo! -aunque expreso eso con un tono amable, su voz grave alerto a Mordecai. Eileen prefirió no hacerle caso a Mordecai y ella hablo.



-¿Guardan copias de todas las grabaciones del día anterior? -pregunto, pues había notado una pila muy alta de casset's VHS alrededor del lugar.



-No -contesto el señor soltando una leve risa -Guardamos copias del negocio desde que abrió, el dueño del lugar se preocupa por la seguridad de los clientes. Ya que este es un bar gay, no faltan las personas que esperan afuera del lugar y toman a algún cliente ebrio para hacerles cosas horribles, si algo así llegara a suceder, nosotros tenemos las evidencias para culpar al responsable. -comento mientras tomaba una cinta y la colocaba en el reproductor.



-¿En serio hay gente capaz de hacer ese tipo de cosas? -pregunto Mordecai horrorizado por lo mencionado por el gerente.



-No tienes ni idea, la sociedad aún es muy reservada para aceptar de inmediato a los que somos diferentes.



Todos se quedaron en silencio mientras se reproducía la cinta, era muy desagradable darse cuenta que el mundo no estaba listo para aceptarlos, y es que los prejuicios llevan tiempo para solucionarse.
Mordecai incluso se sintió mal por como había tratado a las personas del lugar, era inevitable para el no reaccionar de la manera que hizo, ya que a partir que perdió la memoria hizo todos los intentos para volver a encajar en la sociedad, incluso tomar la mentalidad que se le imponía. Ese tipo de prejuicios fueron también un factor importante para que el amor que sentía por Rigby fuera cegado durante tantos años.
Sin importar eso y pensando en su bienestar y en el de Rigby, decidió comenzar a pensar y juzgar por sí mismo lo que estaba mal y lo que no, solo así llegaría a ser libre y tomar por sí mismo decisiones que sin lugar a dudas, cambiarían su vida.



-¡Aquí esta! -Exclamo Eileen al ver en la grabación como Rigby entraba al lugar. Inmediatamente Mordecai reacciono y miro la pantalla emocionado.



-Tienes razón Eileen -Mordecai elogio a la chica mientras su rostro mostraba felicidad.



-Ok, ahora que sabemos que si vino aquí, adelantare la cinta para ver a qué hora se retiró. -el gerente tomo el control remoto y presiono el botón para adelantar la cinta, como no iba demasiado rápido fue fácil seguir el rastro de Rigby hacia la barra y verlo sentado tomando copas durante un largo rato, de la nada apareció un tipo desagradable (a los ojos de Mordecai) que se acercó a Rigby y comenzó a toquetearlo y decirle algunas cosas que ellos no podían escuchar debido a que las cámaras de seguridad no tenían sonido. Todos notaron que Rigby quería zafarse de tan incómoda situación pero no lograba hacerlo, hasta que un chico apareció y golpeo al sujeto en el rostro consiguiendo que este abandonara el lugar. Después el chico que 'rescato' a Rigby tomo a este último en brazos y lo llevo cargando a la salida.



No se podía apreciar claramente el rostro del chico pero eso no evito que el gerente lo reconociera.



-¡Ese chico! Yo lo vi desde hace unos meses, el frecuenta mucho este bar. Siempre que viene 'caza' a alguna presa y hace con ellos lo que le plazca, al parecer no le va bien en el romance y esa es su forma para desahogarse.



-¡¿Como?! -El grito que Mordecai lanzo casi deja sordo al gerente.



-Disculpe, ¿podría explicarnos un poco más sobre quién es esa persona por favor? -pregunto Eileen intentando mantenerse calmada por las palabras del gerente.



-S-si -al darse cuenta que la situación era más delicada de lo que pensó, el gerente decidió ser más precavido con sus pablaras- como ya dije, ese chico siempre elige a personas que sean fáciles para llevárselos a la cama, normalmente esos chicos también buscan lo mismo que él, divertirse por una noche, sin compromisos ni nada por el estilo. Jamás he visto que él se lleve a alguien en contra de su voluntad, incluso nos ha ayudado aquí en el bar, deteniendo a varios abusadores que han querido aprovecharse de nuestra clientela. A mi parecer él es una buena persona y no le haría daño a una persona inocente -declaro el gerente frente a las miradas aun preocupadas de los chicos- así que yo pienso que su amigo está en buenas manos.



-Eso espero -susurro Eileen, quien aunque lo que dijo el gerente le brindo un poco de alivio, aún estaba preocupada por su exnovio.



-¿Y u-usted sabe dónde vive ese chico? -pregunto Mordecai que solo podía imaginar a Rigby en los brazos del otro que se lo había llevado la noche anterior.


-Por desgracia yo no lo sé -intentaba ser lo más blando posible ante el preocupado peli azulado- pero rectifico, esa persona no es mala, lo más seguro es que su amigo aparecerá rápidamente. -finalizo con una sincera sonrisa.
Por un momento el lugar quedo en silencio, Eileen y Mordecai, cada uno pensando en el bienestar de Rigby y su paradero. Resignada, Eileen decidió hablar.



-Muchas gracias señor, su ayuda nos ha servido de mucho. -extendió su mano hacia el hombre.



-Por nada -sonrió el gerente mientras estrechaba su mano con la de Eileen- ha sido un placer ayudarles, si necesitan alguna otra cosa que nos involucre háganmelo saber.



Mordecai y Eileen salieron del lugar algo deprimidos, aunque Rigby estuviera en buenas manos aun no sabían donde se encontraba y eso aún les preocupaba. Sin poder hacer nada más por encontrar a su amigo, decidieron ir al parque y solo esperar a la llegada de Rigby.

 


/////////////Mientras tanto con Rigby (y Allan)///////////////////

 


Allan se encontraba en la cocina de su pequeño departamento preparando el desayuno para el su pequeño invitado Rigby, el cual estaba duchándose en el baño de su habitación.
Después de unos minutos, Rigby termino de ducharse. Como la habitación de Allan tenía un pequeño baño adjunto, salió directamente a la habitación y encontró su ropa seca y planchada, desde que dejo la casa de sus padres no había usado su ropa de esa forma tan cómoda. Ya arreglado salió de la habitación para encontrarse con Allan mirándolo directamente.



-¿Q-que haces aquí? -pregunto Rigby algo sorprendido por la repentina situación.



-Venía a decirte que el desayuno estaba listo, pero justo cuando iba a entrar tu saliste, casi chocamos, pero que bueno que eso no paso porque te hubieras hecho mucho daño -lo último lo dijo en son de burla y con voz un poco baja pero lo suficientemente audible para que Rigby lo escuchara.



-¡Oye! -grito el pequeño castaño siendo ignorado por el rubio, el cual ya estaba rumbo al comedor.



-Sí, sí. -caminaba haciendo pequeñas ademanes con las manos.- Ahora siéntate y come, necesitas calorías, estas muy flacucho.



Rigby un tanto frustrado por no ganar la pequeña discusión con Allan se resignó a dirigirse a la cocina del rubio e inmediatamente percibió el delicioso desayuno que lo esperaba en la pequeña mesita de centro que estaba situada frente al sofá y la televisión.



Rigby se dirigió al sofá, sin embargo ahí mismo la resaca lo volvió a atacar y mostro una mueca de dolor.



-Lo siento, no estoy acostumbrado a recibir visitas y la mesa que antes tenía era un estorbo para un soltero como yo, así que la vendí. -respondió Allan que pensando que la mueca de Rigby era por la incomodidad de comer en el sofá sucio.



-No, no es eso -dijo Rigby adivinando lo que pensaba Allan -lo que sucede es que me duele la cabeza aun -al terminar de decir eso llevo su mano a su frente en muestra del dolor que aún lo aquejaba.


-¿En serio? -pregunto algo extrañado Allan -se supone que con el medicamento deberías de estar mejor.



-Sí, es que yo no soy muy tolerante al alcohol y ayer tome mucho más de lo que he tomado en muuucho tiempo -menciono ocultando su cabeza entra sus piernas e inclinándose para distraerse del dolor, lo cual solamente hacía que este se hiciera más.


-Comprendo... -susurro Allan acariciando un poco la cabellera de Rigby como intento de consuelo - pero no hay nada que se pueda hacer, si te medico más puede que colapses o mueras de sobredosis -bromeo un poco para distraer al chico el cual no se molestó en protestar con ese comentario. -es hora de desayunar, hay que ver si así te sientes mejor.


-Está bien -contesto el castañito entrecruzando lo brazos y sosteniendo sus propios hombros mientras levantaba un poco la cabeza haciendo un lindo puchero a los ojos de Allan, que extrañamente le parecía familiar.



Después de eso, ambos comenzaron a comer en silencio, para nada desagradable a la perspectiva de ambos, el cual termino con la curiosidad del rubio.



-Por cierto ¿Porque estabas en el bar ayer? -Dijo Allan observando una porción de su desayuno en su cuchara sin mirar la expresión de incomodidad de Rigby.



-Emm..pues -Rigby dudo en decirle la razón al extraño chico -¿P..porqué quieres saber eso?



-Mmm, probablemente solo es curiosidad, fue una simple pregunta que se me ocurrió hacer -contesto con simpleza el joven mirando esta vez a Rigby. -Además, no es como si nos fuéramos a ver en el futuro para avergonzarnos de lo que digamos ahora, es una plática entre desconocidos.
Rigby no contesto nada, estaba considerando el decirle pero incluso el consideraba extraño el hecho de contarle a una persona que apenas y conoces sobre tu vida privada, aunque era cierto lo que Allan decía; probablemente después de aquel desayuno él se marcharía a hacia el parque y Allan se quedaría ahí en su casa, ambos por rumbos distintos y sin tener ninguna clase de contacto, pues no eran amigos ni nada por el estilo. Obviamente no contactaban en cuanto horarios y lugares, pues de ser así ellos ya se habrían encontrado en el pasado ¿Cierto? Sin querer darle muchas vueltas, Rigby realmente necesitaba desahogarse sobre lo que le sucedía, el cómo pensaba y todos los sentimientos ocultos que llevaba desde hacía mucho, pues cuando comenzó su relación con Eileen, nunca tuvo la oportunidad de contarle su historia con Mordecai a pesar de que ella conocía los sentimientos del castaño por él, más bien, Rigby no quería ni tenia los ánimos de decirle a alguien cercano sobre esto.
Rigby despertó de su ensimismamiento cuando noto que Allan tomaba su plato y estaba a punto de levantarse del sillón ¿Cuánto tiempo se quedó pensando en Mordecai de nuevo?



-E-espera- dijo Rigby tomando la manga del rubio el cual se le quedo mirando algo extrañado por su acción.



-Emm...yo... te contare. -susurro bajito pero audible el castaño mientras agachaba un poco la mirada.



-¿Seguro? No quisiera incomodarte por una pregunta hecha por simple interés pasajero. -Allan no estaba seguro de que Rigby quisiera contar lo que le sucedía pero al ver su decidida mirada y oír el tono de su voz, tomo al castaño enserio.



-Estoy completamente seguro. -declaro el castaño mirando fijamente al no tan desconocido chico que tenía frente suyo.



-Está bien -contesto con simpleza el rubio escondiendo de esa forma la sorpresa que le había provocado el pequeñito muchacho a su lado.



Rigby inhalo con fuerza y expulso el aire de a poco dándose ánimos de esa forma -pues veras...



Rigby conto su historia al rubio, el cual prestaba atención al relato del más pequeño. Este le platico sobre su vida de adolescencia, el cómo conoció a Mordecai y su relación que fue creciendo de a poco, así como el terrible final que tuvo al darse la pérdida de memoria de su novio; también le conto un poco sobre el doctor de Mordecai y el cómo se mudaron al parque, la obsesión de Mordecai por la pelirroja y su recién fallida relación amorosa con Eileen. Todo a grandes rasgos, no quería entrar en detalles para que la historia no se hiciera larga, le conto lo suficiente como para tener una idea del sufrimiento que había pasado el pequeño muchacho.



Allan hacia preguntas ocasionales sobre alguna cosa que no entendiera, al terminar su relato Rigby no pudo evitar soltar unas pequeñas lágrimas de dolor al rememorar todo aquel infierno en el que había pasado.



Allan se acercó a él y le dio un abrazo protector al chico.


-¿Sabes? Yo también he pasado por un dolor similar al tuyo. -susurro Allan en el abrazo,



-¿Q-que? -el castaño no lo podía creer. ¿Realmente el también había sufrido ese tipo de dolor?



-Sí, ¿Escucharías la historia de un triste chico que perdió lo que más quería en su vida? -pregunto mirando a Rigby con una voz tan misteriosa pero a la vez llena de dolor que le erizo la piel.

 

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Margarita estaba de un lado a otro en su departamento, realmente no podía comprender porque Mordecai la había rechazado. Ella estaba consiente que el chico le coqueteaba todo el tiempo y que obviamente sentía atracción había ella.
Cuando le llamo por teléfono ella recién había tomado la decisión de que jugaría un poco con el chico, de poco en poco ella ganaría su corazón, tanto así que abarcaría todos sus pensamientos para finalmente dejarlo, romper su corazón en pequeños pedazos que no podrían ser reparados por nadie en la Tierra.



Debía admitir que el sexo con él fue bueno, pero a su vista no fue lo suficiente como para 'conservarlo' como novio. Dispuesta estaba a una segunda ronda cuando el chico la corrió de ahí, esa fue la humillación más grande que había recibido nunca ¿Cómo diablos se atrevía a rechazarla? ¡Y justo después de una ronda de sexo! Eso para ella fue lo peor que le podría pasar, juro no dejar a Mordecai ¿pero cómo?



En ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de su casa, ¿Quién rayos podría ser? Justo en el momento más inoportuno, cuando estaba pensando en el mal que le podría provocar al chico de cabello azulado.



Se acercó a la puerta y la abrió, frente a ella se encontraba un hombre alto y de cabellos canosos, claramente era viejo pero tenía un cuerpo bien trabajado, probablemente por su constante esfuerzo físico en el parque.



-Hola soy Skips, ¿Esta aquí Mordecai? -pregunto el señor mirando detrás de la chica la cual se le quedaba viendo encantada a tal 'manjar' que estaba en su puerta.



-¿Mordecai? -pregunto la chica un poco extrañada por su pregunta.



-Sí, mi jefe me mando a buscarlo, me dijo que se fue con una de sus amigas pero ya había tardado demasiado en regresar. -contesto cortésmente el hombre.



-¿Amiga? -se quedó pensando un momento la joven- seguramente esta con Eileen -pensó en voz alta siendo escuchada por Skips.



-Así que no está aquí. -dijo en un tono de voz algo desganado -disculpe las molestias -estaba por retirarse hasta que la voz de la chica lo detuvo.



-¡¡Espere!! -dijo un poco más alto de lo que quería. -creo que ellos estaban a punto de venir -mintió la chica- ¿Porque no los espera dentro?



Podría ofrecerle algo de beber -la pelirroja quería ganar tiempo, sabía que podría sacarle algo de información importante sobre Mordecai a alguno de sus compañeros de trabajo, así que no podía desaprovechar la oportunidad que se le presentaba.



Sin ver ningún inconveniente, el hombre canoso decidió hacerle caso a la chica, después de todo no tenía nada que perder ¿O sí?



Ambos se adentraron y Margarita le indico que se sentara en el sillón mientras esta última traía las bebidas. En la cocina, la chica servía en un par de vasos soda, pero a uno de ellos le añadió un extraño polvo blanco; ella sabía que si se diluía bien en la bebida esa sustancia se adaptaría al color, olor y al sabor de la soda, era imperceptible.



Al regresar donde el hombre, se sentó al sillón que estaba frente al hombre y le entrego el vaso con la sustancia y bebió el suyo mientras observaba como el hombre lo hacia también.



-Así que... ¿Conoce a Mordecai? -pregunto Skips intentando romper el ambiente pesado que se había formado de repente.



-Sí, así es -contesto la chica pasando una pierna encima de la otra doblándolas un poco, ese día llevaba puesto un mini-short que le llegaba un poco más abajo de la cadera, por no decir que dejaban expuesta un poco de sus nalgas. -lo conocí en la cafetería donde trabajo- ese tono de voz que había usado intentaba ser seductor pero solo incomodaba al hombre.



De repente comenzó a sentir mucho calor, su cuerpo estaba raro ya que comenzó a sentir una sensación conocida pero nada deseable en ese momento.



La chica al ver que ya comenzaba a tener efecto la droga que uso, se sentó al lado del hombre y susurro:



-Oye -comenzó con voz melosa -¿quieres un poco de ayuda? -dijo mientras posaba su mano en una de las piernas del hombre, logrando estremecerlo con su toque.



-No...tu...- Skips se dio cuenta que lo que sentía era excitación, pero también noto que aquella chica lo había provocado -¿Q..que me hiciste?



-Solamente un pequeño estimulo que me ayudara a lograr un pequeño objetivo que tengo -contesto sin remordimientos la chica.



-M..me drogaste -apenas y logro articular el hombre, que con cada paso de los segundos, sentía un calor insoportable y nada placentero, pero que hacia reaccionar a su cuerpo en contra de su voluntad.


-Ay chiquito -la mano de la chica cada vez se hacía más peligrosa, pues estaba cerca de tocar su entrepierna - sabes que yo te podría ayudar -finalmente la palma de la pelirroja acaricio levemente por encima del pantalón la excitación de Skips.



-A..ah! -fue prácticamente imposible soltar un alarido de satisfacción por el roce que Margarita había ejercido sobre él, en cierta parte sintió que su acalorado sufrimiento fue liberado aunque fuese un poco, pero casi al mismo tiempo que sintió ese alivio, inmediatamente lo volvió a atacar esa horrible excitación, debido a que la chica retiro su mano de aquel lugar.



-¿Quieres más? -pregunto la chica en modo de burla, cabalgándose con las piernas abiertas, sobre el mayor. Ella estaba consciente del efecto que tenía aquel afrodisiaco en las personas, más de una vez lo había usado para tener noches fantásticas con sus enamorados, también sabía que era ilegal, ya que si la dosis era sobrepasada podría traer graves consecuencias al que la había ingerido y no había logrado satisfacer su deseo carnal; cosas como fiebre, un leve desmayo o, en casos más extremos, un paro cardiaco.
La pelirroja a propósito vertió un poco de más de aquella sustancia en la bebida del hombre. Por la mismísima boca de Mordecai ella era consciente de que él era completamente fiel a lo que amaba, trabajo, pareja y amigos; si deseaba sacar información importante de Mordecai, debía recurrir a medidas extremas que impidieran al hombre negarse a sus exigencias. Sin duda su método era perfecto.


-Mph!...Aaahh! -Los gemidos de Skips comenzaron a salir al sentir a la pelirroja sobre su entrepierna y dando pequeños saltitos sobre esta, su mente estaba completamente nublada. ¡No podía reconocer a ese cuerpo lujurioso que ahora era el mismo!



-¿Sabes? -pregunto la chica deteniendo sus movimientos de golpe, obteniendo un gruñido de insatisfacción del mayor- yo podría ayudarte con tu problema- murmuro acercando su boca al oído del otro- pero a cambio -lamio la oreja del hombre- tú debes decirme algo muy personal sobre Mordecai -esta vez miro directamente a los ojos de su víctima- y no quiero que sea una simple cosa, yo quiero que me digas algo que nadie sepa, ni si quiera el tonto de su amigo Rigby



-¡¡Y. Yo.. Yo no sé nada!! -apenas y pudo decir aquello, pues sentía que se asfixiaba del calor que lo embargaba.



-Estoy muy segura que si cariño -menciono depositando un suave beso en los labios del otro- y no tardes mucho en responder, el afrodisiaco que ingeriste tiene muchos efectos sobre tu cuerpo, es como ingerir cocaína...pero con mucho, muuuucho dolor de por medio -sonrió indiferente la muchacha al ver la cara de horror de Skips.



-Yo...-Skips debía actuar, ¡Y rápido!. No podía concentrarse en lo que debía hacer y el dolor instalado en su miembro no lo ayudaba para nada -e..esta bien -contesto resignado y sin tener ninguna escapatoria.



Margarita sonrió maliciosamente mientras oía las palabras de Skips. Ahora si podría estar con Mordecai, ¡Ahora si el peli azulado estaría bajo sus redes permanentemente!



-¿Ves? No te costó nada decirlo -dijo con esa burla que últimamente usaba, al haber logrado su objetivo. Lentamente fue acercando su mano al miembro del hombre recibiendo un alarido de placer, luego prosiguió a desvestirlo y desnudarse a sí misma para proseguir en una tarde de pasión desenfrenado, siendo la gloria para uno de ellos pero el alivio, remordimiento, y la culpa de otro, por haber revelado tan valiosa información de su amigo y compañero.



Al terminar de aquella asquerosa e indeseada sesión de sexo (a ojos de Skips) el hombre se marchó con la poca dignidad que le quedaba a advertir a su amigo de lo recién acontecido y de la información que dejo soltar, sin embargo, Margarita sabia como actuar para que Mordecai se enterase que ella ya conocía ese oscuro secreto de el. Tomo sus cosas y se dirigió hacia el café donde trabaja.

Notas finales:

El proximo capitulo es un especial de Allan :3 espero les haya gustado! Yo mientras tanto me despido!!


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