Y entonces tenemos la otra cara de la misma moneda. Furikata se sentía feliz por su hijo, lo había vuelto a conseguir. Akashi a su lado sonreía complacido, estaba orgulloso de su hijo, no era fácil cargar con el apellido Akashi y sin embargo Mei lo hacía como nadie. El al igual que su padre había sido llamado genio pero a diferencia del mayor Mei había vuelto ese título su fuerza y no una carga.
Pocos entendía cómo era posible que ese niño tan arrogante y caprichoso fuera hijo de Furihata, pero era gracias al jugador de Seirin que las exigencias sobre Mei no habían sido tan estrictas ni tan severas, aun cuando Seijuuro le había dejado claro a su padre que no cometería el mismo error con su hijo, la familia aun vivía bajo la firme creencia de que solo el ganador tiene la razón.
Sin embargo en ese momento, no había más que felicidad, Mei por segundo año consecutivo había conseguido el pase a Koshien. El protocolo habitual era regresar a la escuela y celebrar pero Seijuuro había cambiado esos planes, ofreciendo una fiesta para el equipo en su casa. Y claro, no había forma de decirle que no a un Akashi.
Todos festejaban y comentaban del partido y de cómo al final de puro alivio Mei había llorado y sus compañeros se burlaban de el
-¡oh ya cállense! Kazuya y Eijun estuvieron a nada de arruinarlo todo. Mira que ese enano siempre ha sido así pero aun no ha llegado el día en que esos dos me venzan. Aunque Kazuya debió estar en mi equipo.
-y sigues con lo mismo, deberías superarlo de una buena vez. Miyuki siempre ha sido de esos que le gusta llevarle la contraria a todo el mundo. –Mei hizo un puchero mientras escuchaba los razonamientos de Shirakawa. Era extraño que le dijera que lo superara cuando el mismo Shirakawa le había amenazado a Miyuki que se arrepentiría por no pertenecer al equipo con ellos.
La conversación siguió entre bromas y más risas. Los adultos realmente no seguían la conversación pero Kouki había volteado ante la mención de los dos jugadores de Seido y se sintió ligeramente triste, podía imaginar por lo que estaban pasando sus amigos junto con sus hijos. El había vivido en carne propia el sufrimiento de su hijo el año anterior cuando perdió en Koshien y las consecuencias que aquello habáa acarreado. Reo notó su preocupación y colocó una mano sobre su hombro
-no creo que tengas que preocuparte, sus niños son tan fuertes como ellos. Sabrán sobreponerse y creo que entonces si tendremos que preocuparnos, porque vendrán con sed de venganza en contra nuestra –Furihata se sintió agradecido con las palabras de Reo
-si, tienes razón Reo-san, no son débiles y vendrán con más fuerza, además para nosotros aun no termina la temporada, Koshien les espera a nuestros niños y creo que Shirakawa y Mei van a estar increíbles, este año ya cuenta con más experiencia
-exactamente, va a ser increíble, tengo tantas ganas de que ese momento llegue para tomar cientos de fotos de mi pequeñito. Si ya de por si mi Katsu-chan es genial en su uniforme, sobre el escenario de Koshien se verá aun más imponente y no se diga de Mei-chan, necesitamos tomar la mayor cantidad de fotos. No lo olvides
Furihata se rio por los comentarios de Reo, siempre lograba avergonzar a su hijo, que no le agradaba tanto la idea que su madre tomara fotos desde todos los ángulos posibles, pero Reo-san era feliz haciendo eso. Negó con la cabeza y regresó su atención a la conversación que el resto tenía. Rápidamente entendió que discutían sobre quien era más rápido; si Kuramochi o Carlos, por supuesto como todo un papá gallina Nebuya alegaba que en definitiva su pequeño Carlos era el más rápido de Tokio.
-eso es cierto porque el equipo ganó pero yo creo que habría que tener cuidado con lo que Youichi pude llegar a lograr si se vuelve tan consistente bateando como Carlos
-Carlos habrá mejorado para entonces
-si es cierto, nuestro niños tendrán la experiencia del torneo nacional. Ese siempre será un punto de diferencia, solo esperemos que sepan aprovecharlo una vez que Masa se retire.
-como siempre tienes todos los puntos contemplados, Seijuuro-kun
-no sé qué esperabas Eikishi
…
La fiesta llego a su fin y el equipo en su totalidad tenía que volver al colegio. A diferencia de Seido ellos no podían descansar, aun les esperaban el evento principal. Antes de irse Mei se acercó a su madre para despedirse y se abrazó a él más fuerte de lo normal.
-¿está todo bien Mei-chan?
-si, es solo que de algún modo me siento bastante aliviado
-fue un partido muy cerrado, de eso no hay duda pero lo conseguiste
-sí, tienes razón pero también tengo miedo… no quiero que pase lo del año pasado y decepcionarlos a ustedes dos, sobre todo a papá –Kouki apretó a su hijo un poco más, transmitiéndole toda la calma posible
-ganes o pierdas jamás vas a decepcionarnos. Porque has probado que tienes la fuerza para levantarte y volver a luchar si no fuera así, en este momento no estaríamos celebrando su pase a Koshien. Te sobrepusiste al anterior fracaso y ahora este torneo es para que pruebes lo que aprendiste a lo largo de todo este año. No tienes de que temer, al contrario, tienes que disfrutarlo porque ese es el chiste de practicar un deporte. Que al final del día te diviertas.
Mei permaneció en silencio y con la cara aun oculta, después de un largo minuto levantó el rostro y le dedicó una enorme sonrisa a su madre.
-tienes toda la razón mamá. Jugar con Masa-san y el resto ha sido muy divertido y lo será aun más cuando seamos campeones
-hahaha así es y eso es algo que nunca debes de olvidar. Si no te diviertes el resto no tiene sentido.
Furihata le dio un beso en la frente y lo apuros para que saliera que solo faltaba él. Akashi lo esperaba en la puerta, también le dio un fuerte abrazo a su padre
-hare que te sientas orgulloso papá
-Mei, ya lo estoy.
-claro, mamá dijo lo mismo
-por supuesto, aunque podría sentirme aun más, si aplastas a todos los equipos que se interpongan en tu camino.
-hahahaha claro papá, eso dalo por hecho
Con una sonrisa de oreja a oreja y con los ojos brillándole de expectación. Mei se subió al autobús, listo para el siguiente reto.