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Kidnaped. (They got seven). por IGOTEXO

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Notas del capitulo:

Lo siento por la tardanza;w;

Y agradezco por los comentarios y el apoyo^^ De igual manera, agradezco a las personas que lo leyeron:)

En fin, les vine a traer el segundo cap:D

No me pregunten cómo es que nació, sólo sé que es producto de mil canciones de una de mis cantantes favoritas lml(?)

Dedicado a todas mis criaturitas MarkJin^^

Capítulo dos.

 

 

 

 

 

 

 

Quedamos tres solamente en todo el cuarto, el chico que está a mi lado diciendo unas cuantas palabras que no entiendo, el tipo al que le dieron una fuerte patada en la cabeza y yo.

 

 

 

—¿Cómo te llamas? —pregunto tratando de distraerme por lo de Jinyoung, sólo espero que no le hagan sufrir si es que piensan matarlo, aunque sé de sobra que eso no va a suceder. También cabe la posibilidad de que hayan pagado su rescate, pero sólo han pasado unas cuantas horas desde que lo conocí.

 

 

 

—Kunpimook, pero es más sencillo el que me llames BamBam—trata de sonreírme, pero encuentro una mueca de incomodidad y miedo, sin embargo, trato de mostrarle un poco más de confianza tomando su mano.

 

 

 

—Soy Mark. Tu nombre no suena muy coreano, Bam.

 

 

 

Él ríe por el apodo que le acabo de dar. Al menos dentro de esta mierda tenemos que llevarnos bien; si mis últimos días van a ser aquí, es mejor que lo haya pasado bien.

 

 

 

—Soy de Tailandia, pero he vivido en Seúl desde los doces años.

 

 

 

—¿Y cuántos tienes ahora?

 

 

 

—Quince.

 

 

 

Trago saliva pesadamente al escucharle decir eso. Bueno, al parecer estos idiotas también van por niños prácticamente. Vuelve a mi mente Jinyoung, ¿qué edad tiene o tenía? No quiero pensar negativamente, pero en la situación que estamos no es muy difícil hacerlo sobretodo porque escuché, mientras yo fingía dormir, a Jinyoung hablar sobre su situación, ¿cómo es que iba a salir de aquí si sus padres son pobres?

 

 

 

Me levanto con esfuerzo, todos mis músculos están entumidos y más por el arranque de momentos atrás; voy por la colchoneta en la que dormí la noche pasada y la acomodo encima de la de Kunpimook.

 

 

 

—Tienes que dormir—sonrío de lado sintiendo dolor a la hora de agacharme y sentarme a su lado; corresponde y se recuesta en mis piernas dejando caer suavemente su cabeza, cierra los ojos y empiezo a acariciarle el cabello.

 

 

 

Trato de dormir tranquilo como le veo, pero no es posible cuando mi estómago se revuelve inquieto, tengo hambre y es que apenas me había concentrado en el dolor de mi estómago cuando Jinyoung entró por esa puerta de metal que cierran por fuera cada vez que salen los tipos.

 

 

 

Suspiro pesado mirando al techo sintiendo arder mis ojos, hace mucho que no lloraba y supongo que ahora es lo único que puedo hacer. Analizo la situación minuciosamente junto con las oportunidades que tengo de salir bien de este lío, limpio mis mejillas esperando que Kunpimook o BamBam no sé de cuenta.

 

 

 

—¡Entren ahí! —las palabras se pierden después de que echan enfrente de mí a otras dos víctimas, los cuerpos caen frágiles.

 

 

 

—¿E-Estás bien, Jae? —uno de ellos pronuncia y forzó la vista para poder observarlos mejor, BamBam se reincorpora haciendo un poco de ruido. —¿Hay alguien más? —la voz vuelve a aparecer, el tailandés y yo callamos por inercia, no es miedo realmente, es que no sabemos cómo responder a eso.

 

 

 

—¿Jaebum? —el otro chico le contesta y el mencionado olvida el hecho de las estatuas que somos el rubio y yo. Sólo observo las sombras ayudarse entre sí, buscando, tal vez, una explicación para lo que sucede.

 

 

 

Todo queda en silencio, excepto por el reloj que continúa con el incesante tic tac.

 

 

 

Me decido en un punto, pues, a hablar para dejar en claro que seguimos presentes.

 

 

 

—Disculpen—siento la mano de BamBam aferrarse a mi brazo como pidiendo que no pronuncie algo o diga una palabra más.

 

 

 

—¿Quién…?

 

 

 

No dejo que termine su pregunta cuando contesto simple.

 

 

 

—Miren, con ustedes somos cinco.

 

 

 

—¿Cinco? —uno de los dos se mueve entre la obscuridad sin poner atención en que tirado sigue el cuerpo del chico al que le dieron la patada más fuerte que he observado en mi vida; topa su pie con el cuerpo y suelta un grito. —¿E-Está muerto?

 

 

 

—No lo sabemos—ahora es BamBam quien contesta sin ser el consuelo de la persona que preguntó; no sé cómo hace para que su voz ahora se escuche seca que hace que me recorra un escalofrío.

 

 

 

Se acomoda de nuevo en mis piernas y cierra los ojos. No tarda en empezar a llorar.

 

 

 

Quisiera decirle que todo va a estar bien, pero ya es lo bastante grande y maduro para saber que el poder de las palabras es débil mientras estamos secuestrados. Tal vez, en otra situación, hubieran ayudado.

 

 

 

Me mantengo únicamente en la posición de acariciar su espalda ignorando el llanto de los otros dos. Ya mañana esperaré para conocerlos mejor.

 

 

 

La luz del sol no llega directamente a mi cara pero así la siento, trato de abrir los ojos sin poder hacerlo del todo pues aún tengo sueño y sobre todo cansancio por dormir en una posición muy incómoda, con la cabeza del rubio aún en mis piernas y mi cabeza colgando de mi cuello.

 

 

 

—¿Siguen durmiendo? —la voz se hace clara cuando la puerta se abre, BamBam se levanta adormilado y puedo ver la cara de miedo de los otros dos al lado contrario en el que estamos.

 

 

 

El hombre se acerca al cuerpo que sigue tendido en el suelo, revisa la herida en su cabeza mientras todos seguimos cada movimiento que da. Por mi parte sólo quiero que no diga si está muerto o no, es un trauma por el que no me gustaría pasar porque el estar secuestrado ya es suficiente.

 

 

 

Sacude un poco el cuerpo y éste se remueve incómodo, lo deja de lado y se dirige ahora a los nuevos, éstos se abrazan mutuamente.

 

 

 

—No tengan miedo, no les haré nada malo—la voz del hombre suena tan burlona y levanta los brazos tratando de verse gentil. —… a menos de que, claro, se les ocurra hacer una tontería. Ahí sí ni cómo ayudarles.

 

 

 

Me supongo que les sonríe debido al tono en el que les habla. Después de eso los deja en paz y ahora se dirige hacia nosotros. Por mi parte me quedo estático, claramente con algo de miedo y tenso, BamBam se acerca un poco más a mí cubriendo su rostro en mi hombro.

 

 

 

—Kunpimook, no tengas miedo—veo su mano acercarse al cabello del mencionado, analizo su mirada y me da asco la sola idea de que vaya a consolarle. Por eso, sin pensarlo dos veces, detengo su mano con la mía.

 

 

 

—No lo toques—le ofrezco una mirada retadora al hombre y éste sólo sonríe cínico.

 

 

 

—¿Acaso es tu novia? —pregunta con notorio sarcasmo, trago saliva pesadamente negando con la cabeza; se suelta de mi agarre. —Bien, entonces puedo tocarlo todo lo que yo quiera.

 

 

 

Sin esperar lo siguiente, toma de la muñeca al rubio y lo separa de mí que apenas y puedo darme cuenta. Sólo noto el rostro de BamBam con miedo, sorprendido me levanto para alejarlo del hombre bien vestido.

 

 

 

La mano del tipo baja hasta la entrepierna del tailandés.

 

 

 

—¿Te molesta que le haga esto? —aprieta con fuerza tomando por encima del short el miembro del menor, éste suelta un gemido cerrando los ojos seguro por el asco que le provoca. —¿O te molesta que le haga esto? —veo cómo dirige su boca hasta el cuello de BamBam y lame provocando en mí más asco y odio, juega en esa zona y las lágrimas no se hacen esperar por parte del rubio.

 

 

 

—¡Que le dejes! —levanto mi puño.

 

 

 

—No hagas una tontería, Mark, o le puede costar la vida a Jinyoung y a tu nuevo amigo—me detengo al escuchar eso, toma del mentón a BamBam sujetándolo con demasiada fuerza, casi encajándole los dedos y observo su sonrisa satisfecha.

 

 

 

—¿Sigue vivo? —pregunto sin estar convencido del todo, aunque esperando que lo esté.

 

 

 

—Eso depende de ti.

 

 

 

Alterno mi vista entre los ojos del rubio y el del hombre. Me dejo caer en las colchonetas bajando el rostro sintiendo aún un poco de dolor en mi torso.

 

 

 

—Sólo déjalo en paz—susurro y escucho la risa del tipo que nos mantiene en este almacén viejo.

 

 

 

—Tú ganas—avienta a BamBam en mi dirección y cae sobre mí, hago una mueca de dolor porque ha caído en todo mi cuerpo aparte de que sigo adolorido. —Por cierto, ya nos contactamos con tu padre… dice que es casi imposible conseguir los veinte millones en un mes—muevo un poco a la persona que tengo encima de mí y lo acomodo a un lado. —Qué triste, creo que tendremos que darle un incentivo, ¿no crees?

 

 

 

El hombre se acerca tanto a mi rostro y después, con uno de sus puños, me da un golpe encajando todos los anillos que tiene en esa mano. Y no es sólo un golpe; se convierten en dos, después en tres casi moliéndome a golpes en todo el rostro.

 

 

 

Trato de cubrirme, pero cada vez es peor, sintiendo un nuevo dolor más y más fuerte que el anterior. Los otros dos chicos gritan que se detenga, BamBam se separa de mí esperando no ser parte de la furia del señor y a mí me duele el rostro probando la sangre que sale de mi labio.

 

 

 

—Por favor…—susurro apenas con las lágrimas saliendo y mi cuerpo retorciéndose del dolor.

 

 

 

—Por favor ¿qué? ¿Te duele? ¿Me detengo? —pregunta soltando más y más golpes hasta que la puerta se abre y le hablan al hombre.

 

 

 

—Señor, tiene una llamada, es el hombre de la noche anterior.

 

 

 

Por fin se detiene, dejando mi rostro en paz, me hago ovillo esperando que nadie pueda verme. Por el dolor causado, empiezo a llorar, estoy seguro que debajo de toda la sangre hay marcas de sus anillos por mi cara.

 

 

 

—Tómenle una fotografía y se la mandan a su padre, después le dan algo para que se limpie el rostro—escucho que dice pero para eso ya no me queda un poco más de conciencia.

 

 

 

Siento que levantan mi rostro bruscamente y suelto un alarido de dolor echándome a llorar libremente, sin importarme que los otros tres observándome con miedo.

 

 

 

Escucho y siento los flashes. Después se retiran no sin antes tirarme un pedazo de trapo en mi cara.

 

 

 

Primero limpio mis ojos con extremo cuidado, palmeando en la zona para no restregar con fuerza. Abro los ojos libremente y miro a BamBam acercarse con un pañuelo mojado.

 

 

 

—Déjame ayudarte.

 

 

 

A medida que limpia, la tela blanca empieza a adquirir un rojo fuerte; guardo la sorpresa para mí mismo jugando con el pañuelo que aún tengo yo.

 

 

 

—¿Estás bien? —una vez que termina BamBam, uno de los nuevos se acerca preocupado, mirando casi con asco mi rostro.

 

 

 

—He estado mejor—suelto ignorándolo realmente, no quiero hablar con nadie, sólo cerrar los ojos para dejar pasar el dolor, sólo que las ganas de llorar siguen siendo fuertes que me rompo ahí mismo siendo consolado por él.

 

 

 

Un par de minutos después, entre palabras consoladoras y lamentos innecesarios, logro calmarme.

 

 

 

—Ya que sabemos tu nombre, es justo que sepas el de nosotros—menciona el mismo que me consoló, trato de corresponder a su sonrisa sólo que me duele el sólo hacer un gesto sobre todo por el labio inferior partido—Soy Jaebum.

 

 

 

—Youngjae—éste aún sonríe aterrorizado por lo que mi rostro debe de ser.

 

 

 

Observo a BamBam y asiento con la cabeza ante su repentina inseguridad a pesar de lo amable que son ellos.

 

 

 

—Sólo BamBam.

 

 

 

El cuerpo del chico de ayer empieza a moverse intranquilo, todos nos percatamos de eso y ponemos más atención. Se lleva una mano a su nuca y comienza a gritar al darse cuenta de la herida abierta pero poco profunda.

 

 

 

Youngjae se levanta y corre a ayudarle puesto que el muchacho muy apenas y se da cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor. Sus sollozos son altos y sin reprimendas, se asusta cuando observa a  Youngjae y se aleja rápido.

 

 

 

—Sólo queremos ayudarte…

 

 

 

—¡No me toquen!

 

 

 

Agacho mi rostro sintiendo mis ojos pesar; la puerta se abre y tiran una bandeja con comida, claro que no la suficiente para cinco personas, mientras que Jaebum y Youngjae tratan de convencer al otro de que no le haremos daño.

 

 

 

—Todos somos víctimas—explico exasperado por el llanto del tipo, entiendo su dolor e incomprensión, pero debería de entender que nosotros también estamos atrapados aquí dentro. —Así que haznos un favor y cállate—no sé por qué estoy tan molesto, aunque en parte se lo debo al dolor del rostro.

 

 

 

Escucho cómo trata de tranquilizarse. Después de rato se acerca con los otros dos ayudándole.

 

 

 

—Lo siento—pronuncia débil con los ojos rojos por el llanto.

 

 

 

—No lo hagas—levanto mi rostro y cuando me ve es imposible que no muestre sorpresa. Sé que me veo horrible, lo más seguro, pero creo que podría cuidar un poco más sus expresiones, aunque no lo culpo, no del todo.

 

 

 

Entre el silencio, sólo estamos los cinco rodeando la bandeja de comida esperando por que alguien tome algo y coma, pero al parecer la tensión es demasiada que sólo nos encargamos de suspirar. Al final, BamBam empieza y le sigue Youngjae, después de eso Jaebum y el otro chico empiezan a comer aún sintiendo tensión.

 

 

 

Por mi parte sólo me quedo ahí, recargado en la pared con los brazos cruzados por encima de mi pecho y posando mis ojos en algo que no sea la comida.

 

 

 

—Te hemos dejado un poco—llega BamBam a mi lado y me muestra el plato con un poco de arroz, sé lo que les ha costado dejar ese pequeño montón de comida pues tampoco era mucha que se diga.

 

 

 

Asiento con la cabeza y le digo que la deje a un lado, sólo puedo pensar en Jinyoung, en si realmente sigue vivo y en cuántos más van a traer aquí, pues pensé desde un principio que sólo sería yo conviviendo en la absoluta frialdad que emana el lugar, pero lo han traído a él, después al tailandés, al chico del golpe en la cabeza… entonces recuerdo que no nos ha dicho su nombre.

 

 

 

—Yugyeom—pronuncia leve como acordándose del dolor en su nuca.

 

 

 

La puerta se abre por enésima vez en lo que va de la tarde, los matones de ayer me levantan del lugar sosteniéndome por los brazos, no intento separarme. Después de la golpiza no me dan ni ganas de removerme.

 

 

 

Tapan mis ojos y me suben a un carro lo suficientemente espaciosa para que quede uno a cada lado de mí. Escucho el motor encenderse y después de varias vueltas y perder la orientación original, me bajan llevándome a un lugar que es distinto al almacén abandonado, porque huele a limpio y es más fresco.

 

 

 

Me quitan la venda una vez que estoy en una habitación. Estoy confundido, ¿acaso mi padre ya pagó el rescate?

 

 

 

Cuando me acostumbro a la luz que se refleja en las paredes blancas, observo frente a mí y, enfocando bien, veo al tipo bien vestido sentado frente a un escritorio, tomando un teléfono con su mano derecha y con la otra una taza de café.

 

 

 

—Tienes una llamada—sonríe y me ofrece el objeto, con los pies descalzos camino hacia él con miedo y cojo con ambas manos el teléfono producto del miedo que tengo.

 

 

 

—¿Bueno?

 

 

 

¿Mark? —es la voz de mi padre la que suena. Abro los ojos y tapo mi boca por la sorpresa, siento de nuevo las lágrimas escocer en mis ojos, trato de limpiarlas pero recuerdo que tengo las manos manchadas de mi propia sangre. —Te voy a sacar de ahí lo antes posible, lo prometo.

 

 

 

—Papá, yo…—la voz se me rompe y olvido al hombre enfrente mío, se acerca y me arrebata el teléfono.

 

 

 

—Listo, ahí está su voz. Te dije que está vivo, pero no lo estará si no me das los veinte millones.

 

 

 

No digiero las demás palabras, sólo siento el estómago revolverse por el mareo, hasta ahora me viene a doler de nuevo el rostro, el pecho, las piernas, los pies. Todo.

 

 

 

Cuelga y se vuelve a sentar en su gran escritorio llamando a uno de los tipos para que me lleve de nuevo al lugar con los demás.

 

 

 

Me vuelven a poner la venda antes de salir de la oficina y uno de ellos me toma del brazo, sólo que antes de salir completamente escucho que otro de los cómplices le da un aviso, y no es porque memorice todas las conversaciones, sólo memorizo las que me importan.

 

 

 

—Ofrecen doscientos por Jinyoung.

 

 

Y eso sólo puede significar dos cosas:

 

 

O lo están subastando.

 

 

O lo están prostituyendo.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Lo he terminado a las cuatro de la madrugada en mi país y he hecho una revisión, aunque por el sueño no sé si lo he hecho del todo bien xD Siento mis ojos cerrarse conforme escribo-w- xD

Faltas de ortografía y/o cosas sin sentido van por mi cuenta^^

Amor, odio, cualquier sentimiento, me haré cargo de él(?):3

Linda madrugada acá en mi país^^


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