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VIDAS CRUZADAS por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo uso sus nombres para hacerlos sufrir 

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia, espero que les guste 

Capítulo 1.- El día verde, 4 de Mayo (Ikky)

 

Llovía… llovía inmisericordemente en la hermosa ciudad de Tokio, en las calles podía verse a gente correr en medio de la lluvia, eso era contraproducente pero… con tal de no mojarse las personas harían lo que sea, la época de gripes había empezado pronto este año y los hospitales tenían mucho movimiento

 

Un atractivo hombre de cabellos azules parqueó su auto frente a uno de los bares de moda de la ciudad, él ya venía de otro bar pero tenía ganas de un último trago antes de finalizar la noche, en este punto le dolía la cara, eso de fingir su sonrisa por más de dos horas no iba con él, su hermano estaba muy feliz con el cambio de eventos en su vida pero… eso no significaba que él estuviera contento también, lo apoyaría, claro… como siempre lo había hecho, hasta podía decir que se alegraba por su hermano pero…, ya fue mucha dulzura por una noche, el hombre de cabellos azules quería tomarse un trago de a de veras, levantarse a alguien y llevárselo a la cama, sexo sin compromisos o ataduras que le compliquen la vida, sus planes para la noche eran bastante simples la verdad

 

Con un suspiro se resignó a mojarse, salió del auto, cruzó la calle y entró decididamente a uno de sus bares preferidos, el cantinero levantó la vista y sonrió, el peliazul ocupó uno de los asientos frente a él luego de dejar su abrigo en el perchero

- Ikky… es un poco tarde no crees? – dijo el cantinero con una sonrisa y un guiño, para ser viernes en la noche, el bar no estaba tan lleno

- Si pero quería un trago – contestó el peliazul sinceramente

- Lo de siempre?

- Si por favor – Ikky frotó sus manos tratando de calentarlas y se estremeció un poco, en verdad estaba haciendo un frío que mordía

- Si quieres entrar en calor hay algo para ti al final de la barra, no sé si estés interesado pero… ese muchacho es enteramente tu tipo, yo solo digo por si te interesa… - el cantinero le sonrió a uno de sus clientes favoritos e hizo una seña con la cabeza indicando el final de la barra, Ikky miró disimuladamente y arqueó una ceja, al final de la barra estaba un hombre muy atractivo, algo más joven con un par de años que él pero total y absolutamente apetitoso, sus cabellos lucían sedosos y brillantes, debían ser muy suaves al tacto, su encaje de cara era muy varonil pero eso no le restaba su hermosura, sus ojos eran bastante expresivos aunque su mirada ahora se notara un poco apagada, pero sus labios… sus labios invitaban al pecado, este muchacho estaba moviendo su trago con una pajilla y tenía la mirada ausente, estaba totalmente pensativo, hasta podría decirse que parecía un poco triste y eso fue lo que llamó la atención del recién llegado que se tomó el trago que su cantinero le trajo y ordenó otro, pero no lo iba a tomar solo, no…  

- Vienes seguido?, nunca antes te había visto aquí – dijo el hombre de cabellos azules sentándose junto al otro muchacho que estaba sentado al final de la barra, el que dio un pequeño salto al salir de su ensimismamiento, aún no sabía cuál iba a ser su plan para la noche pero la llegada de este sujeto le facilitó el tener que decidir, al parecer los dioses oyeron sus plegarias al mandárselo así, por lo menos eso evitaría que se quedara solo con sus pensamientos por más tiempo, así que cambió completamente de actitud y dijo:  

- He escuchado que este bar tiene los mejores cocteles, así que decidí venir a comprobarlo por mí mismo, wow… se nota que tu si vienes seguido – el muchacho arqueó una ceja cuando el cantinero se acercó y puso un whisky en las rocas delante del peliazul

- Gracias Joe, si… vengo seguido, me gusta el ambiente, no es un bar muy ruidoso entonces podemos charlar sin tener que gritar – Ikky agradeció a su cantinero favorito y siguió la charla casual con aquel muchacho que lo miraba de una manera extraña, como un lobo que encontró un muy jugoso conejo, eso no le había pasado nunca al peliazul, usualmente las cosas eran al revés cuándo él salía de conquista, bueno… la noche traía sorpresas aparentemente

- Y de qué te gustaría charlar? – preguntó enigmáticamente el muchacho que no había dejado de revolver su bebida ausentemente como si no se animara a tomarla, pero en esos momentos sacó la pajilla de su trago y la lamió muy provocativamente, Ikky pestañeó unas cuantas veces, le estaba coqueteando?, en serio?

- No sé…

- Te estoy poniendo nervioso? – preguntó el muchacho con una pequeña sonrisa, Ikky tragó saliva, en esos momentos, su acompañante era la cosa más sexy que podía haber visto en su vida, era sin duda joven y muy atractivo, pero eso no era todo, aquel muchachito estaba exudando sensualidad y eso lo estaba volviendo loco, eso no se lo esperó, tal vez solo en sus sueños más salvajes, esa era una faceta en la que le encantó verlo y hasta esa noche no lo creía posible 

- Claro que no, solo me sorprendes un poco, qué haces aquí?

- Tomándome un trago y hablando contigo

- Solo eso estás haciendo aquí?, no te creo… este no es tu tipo de bar y… - Ikky iba a seguir hablando pero el muchacho meneó la cabeza poniéndole un dedo en los labios para callarlo al decir:

- No no no… mal mal mal… además, cómo sabes si este es mi tipo de bar o no?, tu no me conoces, cómo puedes pretender saber si este es mi tipo de bar o no?, en lo que a ti respecta puedo ser el dueño de este bar o su cliente favorito

- Claro que te conozco y lo sabes muy bien, por eso sé que este bar no es tuyo ni mucho menos – Ikky sonrió de lado y le dio un sorbito a su bebida, esto le parecía por demás divertido

- No, no me conoces, tal vez me estás confundiendo con alguien, tal vez te recuerdo a alguien, pero tú no me conoces, ni yo te conozco, ni siquiera me has dicho tu nombre – el muchacho sonrió muy sensualmente y le guiñó un ojo a Ikky que arqueó una ceja al preguntar:

- Mi nombre?, quieres que te diga mi nombre?

- Claro, o cómo quieres que te llame?, “sexy extraño que conocí en un bar”?, es un nombre muy largo no te parece? – el muchacho seguía revolviendo el trago con la pajilla y luego la lamía provocativamente, sus intenciones eran por demás claras, pero Ikky aún no se convencía, es que él no era ese tipo de hombre, o por lo menos nunca lo había visto en una situación como en la que estaban ahora

- Me llamo Ikky – dijo el peliazul estirando su mano para estrechar la de su acompañante, el muchacho la tomó y dijo en un tono muy divertido:

- Mucho gusto Ikky, tu puedes llamarme… Jabú

- Jabú… gusto en conocerte – Ikky repitió el nombre de su acompañante con una sonrisa en los labios y sin soltar la mano de aquel sexy muchacho que le sonreía muy divertido, este juego era algo novedoso para él

- El gusto es todo mío

- Y qué haces aquí tan solito?, de levante?, no no no… eso no se hace – Ikky dio un sorbo a su trago y sonrió

- La verdad no… llovía y tenía frío, un trago sonó bastante bien

- Un trago que creo que ni has probado, pero ya en serio… aún no me dices lo que haces aquí, pensé que te iba a ver más temprano, pensé que te iba a llamar… - Ikky iba a seguir hablando pero Jabú  le volvió a poner un dedo en los labios y meneó la cabeza al decir:

- Ya te dije que no, no acabes con el juego haciéndome esas preguntas, nos podemos divertir mucho esta noche si seguimos el juego, no me digas que no tienes curiosidad de ver a dónde nos lleva la noche? – Jabú  subió su mano acariciando el pecho de su acompañante que sujetó suavemente su muñeca para preguntar?

- El juego?, soy un juego para ti?

- No lo tomes así, míralo desde este punto de vista… yo podría serlo para ti si tú quieres, no te parezco atractivo?, ni un poquito? – Jabú  soltó su muñeca y acarició descaradamente el pecho de Ikky hasta que llegó a su cuello

- Ese no es el punto, yo no salgo con hombres comprometidos

- Genial… yo tampoco – Jabú  jaló un poco a su acompañante y le plantó un beso en los labios, el peliazul abrió mucho los ojos, él nunca se imaginó que algo así podría pasarle

 

Ikky pensó mucho esa noche en los suaves y carnosos labios de Jabú , por lo que supuso que cuando lo besara, si lo besaba claro está, iban a ser unos besos deliciosos pero se equivocó en el mejor sentido de la palabra, Jabú  besaba como los dioses, tenía una forma sumamente sensual de juguetear con su lengua que le estaba haciendo ver luces a Ikky, que en esos momentos mandó la prudencia al diablo y estrechó contra su cuerpo a su sexy acompañante para poder acariciarlo de mejor manera

- Quieres irte de aquí? – preguntó Jabú  lamiendo la oreja de Ikky que tenía la respiración un poco agitada, ellos estaban llamando la atención de todos los presentes en el bar, y eso era lógico si se estaban comiendo a besos en la barra, poco les faltaba para arrancarse la ropa y hacer el amor ahí mismo

- Y a dónde vamos? – preguntó el peliazul, él aún no creía que todo esto fuera cierto, estaba esperando que en cualquier momento, su sexy compañero recobrara la cordura y la compostura, Ikky en verdad pensaba que las cosas no iban a pasar a más pero… al parecer ese no era el caso

- A tu casa… ahora que lo pienso nunca he estado en tu casa, si me llevas te haré pasar la mejor noche de tu vida – el muchacho bajó la mano lentamente mientras acariciaba el pecho de su compañero y le sonrió muy pícaro

- Estás seguro?

- Claro que sí, te quiero sentir… dentro… no me digas que no lo has pensado antes, es más… yo creo que es lo que siempre has querido, verdad?

- Yo… tú lo sabías? – Ikky se sorprendió con este cambio de eventos, no pensó que fuera tan transparente, era cierto que Jabú le gustaba, le había gustado desde que lo conoció pero… él… tenía novio y según sus últimas noticias se iba a comprometer con él o algo así, pero Jabú simplemente sonrió y ladeó la cabeza al decir:

- Claro que lo sabía, no soy ciego Ikky pero no quiero hablar de eso, mejor vamos a tu departamento y hacemos lo que siempre quisimos hacer, tú también me has gustado por mucho tiempo, te he soñado Ikky muchas veces, ahora es la oportunidad de ver si mis sueños son mejores que la realidad o no, qué dices?, nos vamos de aquí y “hablamos” de otras cositas? – Jabú  metió su mano dentro de la chaqueta de Ikky y le acarició la espalda primero, luego le arañó suavemente

- Y de qué quieres “hablar”?

- De cómo me gusta que me la metan, vamos Ikky… me vas a hacer que te ruegue? – Jabú se acercó y le susurró esto a Ikky en la oreja mientras descaradamente bajó su mano y acarició la entrepierna de Ikky, su miembro si se había endurecido bajo su ropa, Jabú sonrió ante este hecho y le lamió la oreja a su peliazul que tragó saliva y respondió:

- Claro que no, vamos…

 

El muchacho de cabellos azules se puso de pie, sacó su billetera y pagó los tragos, tomó al sexy jovencito con el que ya compartió besos ardientes esa noche y entre nuevos besos salieron del bar, cruzaron la calle pero no corrieron, aún llovía pero en este punto de la noche eso no molestó a los amantes que subieron al auto y en medio de la noche se dirigieron a un edificio de departamentos que quedaba en el centro, era un muy buen barrio y el edificio era bastante elegante

 

Cómo fue que el peliazul no chocó en el camino?, eso era un misterio de la ciencia, mientras conducía fue distraído por los labios de su acompañante que le estaba besando, lamiendo y mordiendo la oreja, además le fue diciendo todo lo que le iba a hacer cuando llegaran al departamento, por lo que el dueño del auto aceleró lo más que pudo para poder llegar antes de que su futuro amante se arrepintiera de lo que iba a pasar esa noche, es que de solo pensarlo Ikky se estremecía, se moría por tener esos labios prestándole todo tipo de atenciones a una parte específica de su anatomía que estaba despertando y endureciéndose con cada minuto que pasaba

 

En el parqueadero subterráneo del edificio igual se besaron con pasión toqueteándose por todas partes, zafándose la ropa, y caminando torpemente hasta el elevador, ambos sentían como si estuvieran atraídos por un imán, no podían dejar de tocarse, jalarse y acariciarse, esto no era romance, era pasión, al peliazul no le había pasado esto con frecuencia y al otro muchacho mucho menos, pero se notaba que ambos lo estaban disfrutando enormemente

 

El invitado arqueó una ceja cuando subió al elevador y el dueño de casa pulsó el botón del pent house, Ikky estaba extrañamente emocionado, él había tenido incontables amantes, incontables hombres y mujeres que habían pasado por su vida y por su cama pero esta noche… esta noche era diferente, esta noche sería especial de muchas formas aunque ellos aún no lo supieran.  Los besos y caricias subieron de tono en el espacio cerrado del elevador, el peliazul bajó sus manos para descaradamente acariciar la entrepierna de su nuevo amante y sonrió de lado al encontrar su miembro endurecido, él también estaba duro en ese punto, ambos estaban excitadísimos y ya no había vuelta atrás

 

Las puertas del elevador se abrieron directamente en la sala de un amplio departamento que estaba decorado de una manera fría, los muebles eran de corte  recto y en cuero negro, los muebles eran blancos y negros, las paredes blancas, era un departamento que no tenía ni un solo toque que le diera la categoría de “hogar”, pero se notaba que era lujoso y caro, el piso de la cocina era de mármol, la alfombra de la sala lucía carísima, aunque todos esos detalles casi pasaron desapercibidos por Jabú que estaba ocupado sacándose el saco que cayó en el suelo

- Vamos a la habitación o quieres un trago primero? – el dueño de casa levantó a su invitado haciendo que le rodee el cuerpo con las piernas y le besó el cuello, el peliazul se sentía embriagado por el muy conocido aroma de Jabú , su loción era deliciosa, su piel era suave, tal como lo había imaginado y eso que aún no lo había acariciado como siempre quiso hacerlo, pero ya llegaban a ello… ya llegaban a ello porque el muchacho se estaba intentando zafar los botones de su camisa pero no estaba teniendo éxito con ello, aunque su corbata ya había quedado olvidada por el piso de la sala

- No… ya hemos tomado suficientes tragos por hoy, además te necesito sobrio – pícaramente le guiñó un ojo al peliazul que lo estrechó de mejor manera contra su cuerpo y caminó con él entre besos por el pasillo del departamento hasta que llegaron a la amplia habitación principal, las luces estaban apagadas pero las cortinas estaban abiertas y eso dejaba entrar el reflejo de las luces de la ciudad, ellos podían ver sus siluetas claramente, además afuera llovía, eso le daba un toque extra a esa noche, al dueño de casa siempre le había gustado la lluvia

 

La ropa fue cayendo al suelo mientras la pareja se acomodaba en la cama, Ikky estaba fascinado por los movimientos y las actitudes de su nuevo amante que lo recorrió entero llenándolo de besos y mordidas, le fue desnudando lentamente, era como si hiciera de esta tortura un placer, Ikky se dejaba hacer y mover, Jabú  lo hacía todo de una manera muy sensual, la habitación estaba en silencio y por eso el sonido que hizo la hebilla del cinturón de Ikky al abrirse llenó la estancia, el peliazul levantó las caderas para dejar que su nuevo amante lo acabara de desnudar cuando tiró de sus pantalones, Jabú  sonrió al verlo desnudo y se acomodó de mejor manera sentándose en sus caderas para luego agacharse y besarlo con pasión

 

Luego fue su turno, Jabú  se fue desnudando también, botón por botón fue abriendo su camisa, Ikky quería ayudar pero el muchacho no lo permitió, este juego era muy sexy así que Ikky solo lo miraba mientras se seguía sacando la ropa hasta que quedó igual de desnudo que él, en ese momento Ikky pudo acariciar con propiedad la suave piel de su amante que lo enloquecía, pudo apreciar la forma de su cuerpo, su espalda no era muy ancha pero su cintura era algo estrecha, Jabú  era delgado pero tenía lo suyo, sus piernas eran fuertes y torneadas, su trasero era firme y redondito, sus caderas invitaban al pecado en especial por la forma en la que Jabú  se movía, porque recorrió sin pudor alguno el cuerpo de Ikky reclamándolo como suyo al dejarle marcas de mordidas y chupones.  Ikky no se equivocó en desear que esos labios, esos carnosos y deliciosos labios le prestaran atención a otra parte de su anatomía, porque Jabú  le hizo ver estrellas cuando atendió su miembro con la boca. 

 

Jabú  lamía y chupaba con mucho entusiasmo el miembro de Ikky que se estaba retorciendo en la cama, al muchacho le gustaba mucho tener a un hombre tan grande y experimentado como era Ikky, cual pudín en sus manos en respuesta a sus atenciones, eso le daba un sentido de poder, así que continuó con lo que estaba haciendo y de paso le acariciaba a Ikky las piernas, los muslos, el vientre y los costados, Ikky enredaba sus dedos en los sedosos cabellos y sentía el movimiento de la cabeza de su amante, esto era delicioso, nunca se la habían chupado así, Jabú  era magnífico, de eso no había duda

 

El peliazul no sabía si era real lo que estaba pasando o él lo sentía así por el juego que estaban jugando, pero no se había sentido así en mucho tiempo, estaba excitadísimo

- Tienes protección? – le preguntó sensualmente y en un susurro, el sexy muchacho había escalado por su cuerpo dejando un rastro de besos por su pecho hasta que llegó a su cuello y le lamió la oreja

- En el cajón… espera…

- No no no… quédate acostadito, yo te lo pongo –  se estiró y abrió el cajón del velador encontrando condones y lubricante, tomó lo necesario y se sentó en las caderas del peliazul, sacó el condón de su envoltura y besó al peliazul en los labios mientras hábilmente le colocó el preservativo en su erecto miembro, luego tomó el lubricante y lo aplicó generosamente en el miembro de su nuevo amante para posicionarse sobre él y dejarse caer lentamente sombre su hombría, introduciéndosela entera en su cuerpo.  Esto era tortura, una deliciosa y sensual tortura que los llevó a ambos a otro nivel de excitación

 

Ambos gimieron de placer cuando el joven empezó a moverse en la cama, sus caderas tenían vida propia y el ritmo que se impuso fue delicioso, el peliazul estaba recostado sobre su espalda pero se incorporó un poco para poder acariciar de mejor manera a su amante, le palmoteaba el trasero a Jabú  de rato en rato y el muchacho sonreía y gemía, lo estrechaba más hacia su cuerpo con esos definidos muslos que incitaban al pecado, el peliazul sonrió cuando escuchó los gemidos de su compañero cuando le empezó a frotar su hombría, Jabú  se agachó y lo besó en los labios con desesperación y entrega sin dejar de mover las caderas, ambos estaban en completo éxtasis y culminaron su encuentro con explosivos orgasmos

 

Ikky estaba acostado sobre su espalda y Jabú  estaba a su lado hecho ovillo en la cama pero estaba volteado mirando hacia la oscuridad, sus respiraciones eran agitadas en ese punto, Ikky estiró la mano y acarició la cadera de su amante el que no se movió, Ikky se movió pesadamente en la cama y lo abrazó besando su hombro

- Estás bien? – preguntó el peliazul en un susurro

- Si… y tú?

- Estoy fantástico, siempre pensé que hacer el amor contigo sería alucinante pero no pensé que a este nivel, eres el mejor amante que he tenido – Ikky subía y bajaba la mano por el pecho de Jabú  que suspiró y se pegó un poco más al cuerpo de Ikky cruzando su brazo por su costado hasta llegar a su nalga para apretarle un cachete

- De todos los amantes que has tenido soy el mejor?, en serio?

- Lo dudas?, estoy hasta acalambrado – Ikky estiró y contrajo su pierna algunas veces lo que hizo reír a Jabú  que se pegó un poco más a Ikky y descaradamente empezó a mover las caderas, de forma que su trasero rozara la hombría de Ikky que sonrió de lado al decir: - Quieres más?

- Si… quiero más… mucho más…

 

Jabú  siguió moviendo su trasero sensualmente en la cama y giró un poco el rostro para atrapar los labios de Ikky con los suyos, el peliazul correspondió el beso y se empezó a mover en la cama también, sus caderas cobraron vida propia y la excitación renació en ambos

 

Jabú  gimió cuando sintió cómo Ikky lo penetró nuevamente, ambos estaban recostados de lado, Ikky sostenía a su amante abrazándolo por el pecho y le besaba el cuello mientras lo embestía, Jabú  gemía y se mordía los labios mientras se masturbaba, luego la mano de Ikky le ayudó con esa deliciosa tarea hasta que lo hizo llegar a la cima del placer poco después de que él hubiera llegado a la suya.  Ninguno de los dos había disfrutado una noche tan pasional como la que habían tenido esa noche, aunque sus motivos hubieran sido tan diferentes…

 

Afuera la tormenta arreciaba pero eso sirvió para ayudar a conciliar el sueño a los amantes que exhaustos cayeron rendidos luego de su segundo encuentro sexual, Ikky se durmió con una sonrisa en los labios al sostener el cálido cuerpo de su nuevo amante que se acurrucó en su pecho buscando su calor, esta había sido sin duda una de las mejores noches de su vida, Jabú  en cambio no pudo dormir por mucho tiempo, más o menos una hora después de haber conciliado el sueño, despertó asustado, le tomó un par de minutos darse cuenta en dónde estaba y con quién estaba, eso le pesó en el alma porque esta era la primera vez que hacía algo como esto, y una idea asaltó su cerebro, él nunca había estado soltero, en verdad soltero, desde que tuvo su primer novio en la escuela, había estado en una relación, es más… nunca antes se había acostado con nadie más… esta noche había sido única por varios motivos, tener sexo con Ikky le había abierto los ojos, él había sido magnífico…

 

Con esos pensamientos, Jabú estuvo acostado en aquella cama por un par de horas sin poder dormir, por más que lo intentó no pudo, así que se levantó y recogió su ropa, se iba a ir inmediatamente pero lo pensó mejor, no tenía a dónde ir a esas horas, no… mejor esperaría a que despunte el día para salir

 

Jabú  caminó por el departamento de Ikky y pasaba ausentemente su mano por los muebles, por las paredes, por el estante de libros, miró detenidamente las pocas fotografías que estaban en aquella estantería.  No se atrevía a encender las luces porque no quería despertar a Ikky, no estaba de humor para que le pregunte cosas de las que no tenía respuestas, ya no quería pensar más, y ano quería hablar más, en ese punto su vida estaba al borde, necesitaba un cambio urgentemente, solamente algo era claro para Jabú  en esos momentos, este era un punto de no retorno para él, su vida como la conocía había acabado, no tenía otra salida, ya lo había decidido y ahora lo haría, ya no tenía razón de esperar, nada lo ataba, ya no más… libre… ahora era libre aunque la libertad le supiera amarga…

 

Notas finales:

Este es el inicio, los cuatro primeros capítulos veremos lo que les pasa a cada uno de nuestros personajes en el mismo día, espero que les guste y nos vemos el miércoles con el día de Hyoga


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