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VIDAS CRUZADAS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí se pueden ver muchas cosas, su titulo lo dice todo

Capítulo 15.- Tormenta

 

Shyru se quedó en medio de la calle sin saber a dónde ir, no era prudente volver a casa, Hyoga estaba hecho un energúmeno y eso le preocupaba porque no quería dejar a Shun a solas con él, pero el rubio prácticamente lo había botado de la casa esa noche, el pelinegro empezó a caminar por la acera cuando un pensamiento se le cruzó por la mente, será que Hyoga lo golpea otra vez?, no… Hyoga no era ese tipo de hombre, o si?

 

De cualquier manera no había nada que él pudiera hacer, así que se enrumbó a su antiguo departamento, él seguía pagando esa renta, no sabía la razón pero lo hacía, esta noche volvería allí luego de algunos meses de ni pisarlo, eso hacía que el alma se le encogiera a Shyru pero… tal vez eso le haría bien, él necesitaba poner un punto final a muchas cosas, debía despedirse de Seiya definitivamente, en eso había pasado la tarde entera con sus amigos pero… necesitaba hacerlo a solas también, debía ir allí…

 

Las luces estaban apagadas cuando él entró a casa, todo estaba tal como lo había dejado, sus muebles estaban algo empolvados, había un olor a húmedo, propio de los departamentos o casas cerradas, así que abrió una de las ventanas de la sala antes de ir a la habitación.  La cama estaba tendida, el control remoto de la televisión estaba en medio de la cama, tal como él lo había dejado, por lo menos esta vez no había hallado nada perturbador en su casa, eso era un avance

 

Shyru abrió la puerta de su armario y sonrió, Aioros se llevó todas las cosas de Seiya que encontró en casa de Hyoga y Shun, pero nunca vino por sus cosas a su departamento, Seiya tenía mucha ropa y demás cosas en su casa, Shyru no había tenido corazón de revisarlas antes, pero esta noche era la noche de hacerlo, eso era lo saludable

 

Prenda a prenda fue sacando la ropa de Seiya del armario, la fue doblando y clasificando en la cama, Seiya solía decir que atesorar las cosas no era saludable, más de una vez había dicho que donar las cosas que ya no se utilizan era lo mejor que se podía hacer, los recuerdos son dolorosos, Shyru nunca había compartido esta forma de pensar hasta ahora, él no había perdido a nadie antes, y solo ahora pudo entender las palabras del castaño, los recuerdos duelen cuando es la culpa el sentimiento que lo domina todo

 

Luego fue al cuarto de baño, a Seiya le gustaban mucho las lociones y los perfumes, por lo que tenía varios, Shyru los empacó todos, empacó su shampoo, su loción de afeitar, empacó su toalla favorita también, luego fue por la cocina, empacó sus jarros favoritos, y algunos adornos que ellos habían comprado juntos o que Seiya había traído, lo único que Shyru dejó fue un porta retratos en la mesita de centro, en esa foto ambos se miraban a los ojos y sonreían, no miraban a la cámara, esa siempre fue la foto favorita de Seiya, por eso Shyru la conservaría

 

Cuando tuvo todo listo y empacado, Shyru sacó una botella de Whisky que tenía en la despensa y se tomó un trago más, una lágrima bajó por su mejilla y se tomó  otro trago, y otro y otro, hasta que se quedó dormido acurrucado en el sofá…

 

Al día siguiente Shyru despertó y estaba algo desorientado, abrió los ojos y vio un vaso de jugo de naranja en un portavasos sobre la mesita de centro, el vaso tenía una notita pegada que decía “tómame”, junto al vaso estaban un par de pastillas en un platito y habían unas galletas ligeras de sal.  Shyru se incorporó y pestañeó varias veces mirando aquel vaso, frunció el ceño y se tomó las pastillas para luego levantarse y caminar por el departamento

 

En la cocina estaba un pote de café recién hecho, había un jarro servido en el mesón, el café aún humeaba pero eso no era lo más extraño de todo, el jarro… el jarro era el mismo que él había empacado la noche anterior, ese era el jarro favorito de Seiya

 

El corazón de Shyru empezó a latir con violencia, sin esperar nada fue a la habitación y se llevó una mano a la boca para suprimir el grito que quería escapar de su garganta, su cama… su cama estaba destendida, las almohadas estaban acomodadas de aquella manera tan especial, estaban acomodadas como Seiya lo hacía, la manta del pie de la cama estaba tendida sobre el cobertor y la puerta del armario estaba abierta.  Shyru miró allí y vio la ropa de Seiya doblada y acomodada en los espacios correspondientes, abrió los cajones y ahí estaban los pantalones, las medias y la ropa interior de Seiya que él mismo había empacado la noche anterior

 

Fue al baño y todos los perfumes y lociones de Seiya estaban en su lugar en el mueble que tenía el espejo, el aroma de la loción favorita de Seiya aún se podía oler en el baño, era como si se la hubiera puesto antes de salir, Shyru lo miraba todo con los ojos muy abiertos, qué diablos estaba pasando???

 

***

Shun suspiró al ver alejarse a Shaka por la calle, él había sido muy amable en acompañarlo, le hubiera gustado que lo acompañara hasta su departamento porque no quería estar a solas con su esposo, estaría Hyoga histérico aún?, o será que ya le pasó el enojo?, de cualquier manera Shun se armó de valor y entró en su casa para encontrar a Hyoga caminando en la sala de lado a lado, cual león enjaulado

- De dónde vienes?, qué horas son estas de llegar a casa?, qué estabas haciendo?, revolcándote con tu nuevo amante?, eso es lo que hacías verdad? – Hyoga caminó y acorraló a Shun contra la puerta, el peliverde se llevó las manos a las orejas y una mueca de dolor apareció en su rostro, eso detuvo a Hyoga que se quedó en silencio mirándolo un poco asustado

- No voy a dignificar todas esas estúpidas preguntas con una respuesta, no te la mereces  - Shun trató de hacerse el quite pero Hyoga lo aplastó con su cuerpo contra la puerta, Shun no se le iba a ir tan fácilmente

- No me la merezco?, quién te crees que eres? – Hyoga di un manotazo en la puerta y Shun volvió a encogerse de dolor, el rubio no lo entendía, no lo había tocado

- Pensé que era tu esposo, déjame ir – Shun dio esto en un susurro, Hyoga no entendió la razón de ello, a qué estaba jugando Shun???

- No te voy a soltar, ahora mismo me vas a explicar en dónde estabas – esta vez Hyoga sujetó su brazo y lo zarandeó

- Basta… no puedo tolerar tus gritos, primero que no me los merezco, pero lo más importante es que me duele la cabeza – dijo Shun y empujó con todas sus fuerzas a Hyoga para quitárselo de encima

- Te duele la cabeza? – preguntó el rubio con sarcasmo siguiendo a Shun por la habitación, el peliverde se paró detrás del sillón, poniendo el mueble entre ellos, no quería tener a Hyoga tan cerca otra vez

- Claro que me duele la cabeza pedazo de estúpido, tres puntos… necesité tres puntos para suturar la herida que tú me causaste, entonces si… me duele la cabeza

- Puntos? – Hyoga palideció y miró con más detenimiento a Shun, estaba un poco pálido, olía a desinfectante, eso lo notó cuando lo tuvo apresado contra la puerta, pero ya fijándose bien en él, vio un parche en el lado derecho de su cabeza casi en la base, dioses… en serio había ido al hospital, eso hizo que se le bajara completamente el histerismo compulsivo al rubio que caminó hasta Shun pero se encontró con la mano estirada del peliverde que le impedía acercarse

- No te me acerques – dijo Shun en un tono que Hyoga nunca había escuchado, era mitad desafío mitad temor, Shun le tenía miedo?

- No quiero hacerte daño Shun, solo… quiero ver tu herida – el rubio se empezó a sentir muy mal, la culpabilidad le estaba llegando

- No te me acerques, es en serio Hyoga – Shun tomó la lámpara que estaba en una de las mesitas de la sala, era una lámpara de base metálica algo pesada, Hyoga abrió mucho los ojos y levantó ambas manos en señal de paz, no podía creer que Shun lo hubiera amenazado así

 

Shun dejó la lámpara en la mesa y caminó lentamente hasta la cocina, se sirvió agua en un vaso, sacó de su bolsillo un frasquito naranja que tenía algunas pastillas que le habían dado en el hospital, se tomó una y caminó sin decir nada más hasta la habitación

- Shun…

- Espero que encuentres cómodo el sillón, no te atrevas a entrar a mi habitación – Shun cerró la puerta y se recostó en ella, respiró profundamente un par de veces tratando de tranquilizar su corazón, no quería admitirlo pero… tenía miedo, esta no era la vida que él esperaba, rayos…

 

Hyoga en la sala se dejó caer en el sillón y se llevó las manos al rostro, qué diablos estaba haciendo?, mandó a Shun al hospital?, en serio?, dioses…

 

Shun se cambió, se acostó y por el efecto de las pastillas se durmió inmediatamente, esas pastillas lo noquearon la noche entera, al día siguiente despertó y se sentía un poco mareado y bastante aletargado, pero podía sentir como una cálida mano le acariciaba la espalda, sentía también el muy conocido aroma del perfume de Hyoga, Shun abrió los ojos y vio a su esposo muy cerca de él, Hyoga se había bañado, se había vestido pero estaba acostado a su lado sirviéndole de almohada

 

Shun saltó en la cama pero se arrepintió de hacerlo, su cabeza le empezó a latir nuevamente, el peliverde se dejó caer suavemente en las almohadas con una mueca de dolor y un leve gruñido

- Te traigo tus pastillas? – preguntó Hyoga y sonó preocupado

- No, son solo para la noche, qué haces aquí?, te dije que no te atrevieras a entrar a mi habitación

- Es mi habitación también

- No me importa, sal de aquí inmediatamente – dijo Shun y señaló la puerta

- Te hice el desayuno – respondió Hyoga ignorando el muy directo pedido de su esposo

- Y crees que con eso me vas a contentar?, estás muy equivocado – Shun se levantó de la cama lentamente y con mucho cuidado fue al baño, no quería caerse ni mucho menos, Hyoga fue a su lado para ayudarle pero Shun no dejó que su esposo se le acerque al decir: - No te atrevas a tocarme

- Shun por favor… podemos hablarlo?

- No, lo que menos quiero hacer es hablar contigo, lo que quiero es darme un baño, armar una maleta e irme a la casa de mi hermano, eso es lo que quiero hacer

- Te vas a ir de la casa?, no crees que estás siendo algo extremo Shun?

- No, no creo que estoy siendo extremo, tu no me vas a volver a poner un dedo encima Hyoga, lo que pasó anoche no puede repetirse, entonces… si, me voy de la casa, aunque el que debería irse eres tú, tú eres el que me mandó a mí al hospital – Shun seguía muy molesto

- Eso fue un accidente Shun

- Accidente mi culo, eso no fue un accidente, tu atacaste a Shaka y él no me estaba haciendo nada a mí, luego me insultas y me agredes, me botas al suelo y casi se me rompe la cabeza, así que no, eso no califica como accidente Hyoga, que mierda te pasa?

- Shun…

- Shun nada, cómo te atreves a acusarme de que tengo un amante?, estás loco? – Shun aparte de enojado estaba indignado, se moría de las iras cada que Hyoga le salía con estas estupideces, él no había hecho nada para merecer esas acusaciones

- Él te estaba tocando, crees que no me di cuenta de cómo te ve?, él te tiene ganas – Hyoga se defendió al decir esto, él no estaba loco, ese abogado de cuarta miraba a su esposo con ojos de deseo, de eso él se dio cuenta a muchas cuadras de distancia, Shun estaba ciego y no se daba cuenta?

- Y eso es mi culpa? – respondió Shun lanzando un grito en este punto

- No lo niegas… - Hyoga abrió mucho los ojos de la indignación

- Es que eso no es ni mi culpa ni mi problema, si yo le gusto pues fantástico, tienes que entender una cosa Hyoga, y esta es la última vez que te lo digo, el hecho de que yo le guste a quien sea, no cambia el rumbo de mi vida ni me afecta en nada, porque yo sería incapaz de traicionarte, y no por ti, sino por mí, porque yo soy así, porque mi formación me lo impide

- Muy digno eh? – Hyoga sonrió con burla y eso hizo que Shun se pusiera histérico

- Claro que sí, con quién crees que te casaste?, créeme Hyoga… si alguna vez quisiera acostarme con alguien más, o si dejara de amarte y quisiera rehacer mi vida con alguien más, primero me divorcio, el engaño y la traición no van conmigo, así que no quiero oír nunca más que me acuses de eso, no sabes cómo me duele que puedas pensar eso de mi cuando yo nunca te he faltado

- Ok., Shun… tranquilízate por favor… - Hyoga levantó las manos una vez más en son de paz, pocas veces había visto tan molesto a Shun

- No, no me da la gana de tranquilizarme, sal de mi cuarto antes de que te lance la lámpara

- En serio me lanzarías la lámpara? -  Hyoga arqueó una ceja, a él le parecía muy divertido ver a Shun tan molesto, a sus ojos era como ver un gatito que se cree pantera

- Te pasaría con el carro si intentaras golpearme otra vez, que eso también te quede bien claro Hyoga

- Fue un accidente Shun…

- Lo que sea… vete de mi cuarto

- Está bien…

 

Hyoga salió de la habitación y Shun se fue a bañar, la cabeza le dolía pero eso no era lo peor, al peliverde le dolía el alma, esa era la peor pelea que había tenido con su esposo, al salir del baño, se vistió y caminó por la habitación sin decidirse sobre el camino a tomar, pensó que unos días en la casa de Ikky estarían bien, así que armó una maleta pequeña y salió de la habitación

- A dónde vas Shun?

- A casa de Ikky, no que tenga que decirte nada

- No no no, tú no te puedes ir así, ven… come algo y lo hablamos – Hyoga se acercó a su esposo y tomó suavemente su mano pero Shun se soltó inmediatamente

- No, me voy a ir a la casa de mi hermano, por favor no me llames, no me busques, necesito estar lejos de ti por unos días

- Shun… estás siendo irracional

- Irracional???, tres puntos de sutura Hyoga, solo eso te voy a decir, adiós – Shun caminó a la puerta del departamento pero Hyoga se paró delante de él para impedirle el paso

- Shun… por favor no te vayas así – el rubio trató de acariciar la mejilla de su esposo pero Shun no se dejó tocar

- Y cómo debería irme entonces?, hasta que no reflexiones sobre lo que ha pasado, le pidas una disculpa a Shaka y cambies de actitud, yo no voy a volver

- Quieres que le pida una disculpa a ese imbécil? – Hyoga dejó ver su indignación, Shun estaba pidiendo demasiado

- Es lo menos que puedes hacer

- No lo voy a hacer, eso nunca

- Entonces hasta nunca Hyoga – Shun abrió la puerta del departamento y se fue sin mirar atrás, el rubio azotó la puerta y se quedó rabiando adentro, quién se cree Shun para pedirle eso???, rayos…

 

***

Han estaba sentado en su sillita alta jugando con su cereal, no lo estaba comiendo, estaba jugando con él, Ikky estaba leyendo el periódico mientras desayunaba cuando el timbre de su casa sonó, Han gritó y aplaudió haciendo sonreír a su papá que se levantó y fue a abrir para encontrarse con su hermano menor que llegaba con una maleta

- Shun… qué pasó?

- Puedo abusar de tu hospitalidad unos días Ikky?, Hyoga es un imbécil y no lo quiero cerca de mí en estos momentos – Shun entró y dejó su maleta junto a la puerta, luego sin decir nada más fue hasta Han y le extendió los brazos, el pequeño se estiró y se dejó cargar sin problemas por su tío Shun

- Claro que sí, mi casa es tu casa – contestó Ikky cerrando la puerta

- Hola tu… tu padre no te está matando de hambre?, ha comido algo o solo juega con el cereal? – preguntó Shun mirando todos los anillitos de colores regados por ahí

- Si los come a ratos, pero ya comió su papilla, así que puede jugar con los cereales, qué hizo tu flamante esposo esta vez?, ustedes deberían seguir de luna de miel, qué está pasando Shun?

- No sé… y si quieres que te diga la verdad no quiero saberlo, me tiene podrido y no quiero verlo

- Bueno, ya que te tenemos de invitado, hoy vamos a ir a la piscina a jugar en el agua, trajiste un traje de baño?

- No, pero puedo comprar uno, una piscina suena genial, quieres ir a nadar?, claro que quieres ir a nadar, ohhh gracias – Han le metió un cereal a Shun en la boca y aplaudió, Shun le dio un beso en la mejilla y sonrió, Ikky sonrió también pero se fijó en la cabeza de su hermano, tenía un parche, así que tomó a Han de sus brazos y le preguntó:

- Qué te pasó Shun?

- Nada, por qué?

- Porque tienes un parche en la cabeza, Hyoga… te golpeó? – Ikky miró a su hermano y le acarició la mejilla, al peliazul no le agradaba el rumbo que la vida de Shun estaba tomando últimamente, tenía muchos problemas con Hyoga y eso no era normal

- No… me caí en el bar y me golpeé la cabeza en el filo de la mesa – Shun se encogió de hombros cuando dijo esto, no era enteramente cierto ni enteramente falso, pero no quería que Ikky saliera a moler a golpes a Hyoga, los problemas con su esposo los arreglaría por sí mismo

- Tan borracho estabas?, a qué hora salieron del bar?

- Uyyyy Ikky, esa historia es media larga, mejor regálame una tostada que me muero de hambre…

 

Shun se quedó en casa de Ikky por algunos días en los que Hyoga no se apareció en lo más mínimo, el muchacho de ojos verdes iba a su trabajo, comía por el centro y en la noche regresaba a casa en donde Han lo esperaba, Ikky usualmente llegaba un poco más tarde y los tres cenaban, luego jugaban con el bebé hasta que era su hora de dormir.  A Shun le gustó mucho estar en la casa de su hermano, todo era risas allí, en contra de todo pronóstico Ikky disfrutaba mucho esta etapa suya de ser padre, era como si no extrañara sus salidas nocturnas y sus revuelques, o en todo caso, si los extrañaba no lo hacía notar, el peliazul era muy cariñoso con su hijo y el pequeño Han era sumamente pegado a su papá, además su niñera era genial y casi no le fallaba, pero cuando lo hacía, Ikky se quedaba en casa con Han sin problema

 

Mas o menos a los ocho días de ausencia, Hyoga empezó a llamar a Shun, el rubio se sintió fantástico los dos primeros días en los que Shun se fue, luego se empezó a sentir solo, Shyru no era compañía porque estaba todo taciturno y parecía nervioso, además ellos dos no hablaban mucho que digamos, el primer fin de semana Hyoga no se hallaba a sí mismo en la casa, y para el próximo miércoles y ano aguantó más y llamó a su esposo, el orgullo que lo mantenía inflexible los primeros días se había ido al diablo, Hyoga extrañaba a Shun como no pensó extrañarlo, era como si le faltara un brazo o algo

 

Shun también extrañaba a su esposo pero no podía regresar a la casa por sí solo, él tenía que hacerse desear, Shun apoyaba la frase de “Burro pero enérgico”, no iba a dar su brazo a torcer, por eso, cuando Hyoga empezó a llamar, él se sintió aliviado, no podía seguir viviendo para siempre de arrimado en la casa de su hermano, pero tampoco quería acabar su matrimonio, él amaba a Hyoga profundamente y no quería darse por vencido tan pronto, ellos necesitaban arreglar sus cosas pero su matrimonio tenía salvación, a los ojos de Shun claro está

 

Ikky no estaba tan optimista, a él nunca le agradó Hyoga, y mucho menos le agradaba ahora que su hermano estaba sufriendo, pero no podía oponerse, a la final era su vida y sus decisiones, por lo que la noche en la que Hyoga llegó a buscar a Shun, Ikky no tuvo más opción que dejarlo pasar, Shun estaba dándole de comer a Han, pero se puso de pie al ver entrar a su esposo

- Qué haces aquí? – preguntó Shun pero su tono no era agresivo

- Vine a buscarte, ya comiste?, podemos ir a comer algo y de paso hablamos?

- No sé…

- Vamos Shun, un burrito, solo un burrito – insistió Hyoga acercándose a su esposo y dedicándole esa sonrisa tan especial que sabía lo derretía, Shun lo pensó un poco pero asintió finalmente al decir:

- Ohhh… ok, vamos pues…

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, y no se pueden perder el capítulo del lunes, la semena que viene una bomba se viene, espero que les guste lo que sigue

Nos vemos el lunes en el capítulo nuevo, cuidense mucho, saludos, bye


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