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VIDAS CRUZADAS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí se llegan a muchas conclusiones y se deja listo el camino para muchas cosas, espero que les guste 

Capítulo 16.- El pasado… el presente…

 

Shun despertó cuando sintió el invitante aroma de café recién hecho en su nariz, cuando abrió los ojos vio el sonriente rostro de Hyoga que lo miraba y tenía una expresión divertida

- Buen día – dijo el rubio agachándose para besar a su esposo suavemente en los labios

- No no no, aún no me he lavado los dientes – dijo Shun y se cubrió la boca con las sábanas, Hyoga rió divertido y le besó la frente

- Ok., tómate tu café y te espero en el comedor, estoy haciendo panqueques

- En serio?, por qué?

- Es sábado – Hyoga se encogió de hombros cuando dijo esto, Shun sonrió y le mandó un beso volado a su esposo que sonrió nuevamente y salió de la habitación

 

Shun se levantó y fue directo al baño, estos dos últimos meses habían sido geniales, Hyoga en verdad estaba intentando ser más racional y en buena medida lo había conseguido, si había vuelto a ser el que antes era y eso tenía más que complacido a Shun que salió al comedor vistiendo su pijama favorita y fresco cual lechuga, al llegar donde su esposo estaba se sentó en sus piernas y lo besó con pasión en los labios, Hyoga acariciaba sus caderas y subió la mano por su espalda, cuando el beso se rompió Hyoga acarició el rostro de Shun y dijo:

- Mmmmm… refrescante

- Gracias, tú también sabes rico, sabes a café, amo tus besos en las mañanas

- Yo amo tus besos a cualquier hora del día

- Adulador, has visto a Shyru?, ya revivió o no todavía? – preguntó Shun robándole un bocado de café a Hyoga de su jarro, el rubio estaba entretenido acariciando la espalda de su esposo, había metido su mano entre sus ropas y estaba tocando con suavidad su piel, esto hacía estremecer al peliverde que estaba haciendo sus mejores esfuerzos para quedarse quieto y no regar el café

- No sé… anoche lo escuché caminar hasta muy tarde, creo que está con insomnio otra vez – respondió Hyoga y miró a la puerta de la habitación del pelinegro, algo no estaba bien con Shyru y eso era algo preocupante

- Debería ir al médico, será que lo llevamos?

- Yo estaba pensando lo mismo, hablé con el doctor Bian de mi oficina y me dio el teléfono de un amigo suyo, dijo que es el mejor psiquiatra de Tokio, conseguir cita con él es difícil pero dijo que hablaría con él por mi

- Psiquiatra? – Shun frunció el ceño cuando preguntó esto

- Yo creo que sí, él no tiene nada físico, pero está todo irascible, no duerme, tiene unas ojeras fantásticas y no sé si tú lo has escuchado pero… yo lo he escuchado hablar solo – Hyoga dijo esto último bajando el tono

- En serio?

- Bueno… no habla solo, habla con Seiya que es mucho peor

- Cielos… por qué no me lo dijiste? – Shun en serio se preocupó al escuchar esto, es que esto no lo sabía, y ya eran palabras mayores, su amigo había pasado de una profunda depresión a algo más serio aparentemente

- Quería conseguir la cita con el médico primero, Bian quedó en llamarme este fin de semana, dijo que lo iba a intentar conseguir para este martes, ojalá lo logre

- Gracias amor, Shyru me da mucha pena, yo sé que a ti no mucho pero… a mi si

- No es que no me dé pena, es solo que… nahh… no me hagas caso, mejor dame un beso – Hyoga tomó a Shun de la nuca y lo agachó un poquito buscando sus labios, el peliverde lo abrazó y en eso estaban cuando Shyru salió de su habitación frotándose los ojos y bostezando

- No dejen que los interrumpa, solo quiero café – dijo el recién levantado pelinegro pasando directamente a la cocina sin ver nada ni a nadie, Shun saltó y rompió el beso, Hyoga le palmoteó el trasero y le señaló la otra silla, Shun se pasó de silla y se sirvió café al tiempo que Shyru regresaba con un jarro vacío para servirse café también

- Dormiste bien amigo? – preguntó Shun tomando una frutilla de las que estaban en un pocillo en la mesa

- No… no pude dormir anoche – Shyru se sentó en otra de las sillas y luego de tomar un sorbo a su café, prácticamente se acostó en la mesa

- Te vas a enfermar si sigues así – dijo Hyoga como quien no quiere la cosa

- Pueda ser…

- Por qué no vas e intentas dormir otro rato – propuso Shun pero Shyru negó con la cabeza y respondió:

- Mejor me voy a ir a correr, hace tiempo que no lo hago, tal vez necesito un poco más de ejercicio

- Ok., solo si corres, fíjate bien al cruzar las calles, no quiero ir a verte en un hospital

- Ok., ok., qué van a hacer ustedes? – Shyru tomó una tostada y se levantó de la mesa, si iba a ir a correr mejor se iba rápido antes de que llueva

- Nada, nos vamos a quedar en la cama todo el día, cuando nos de hambre vamos a pedir comida, entonces… si quieres salir a correr me parece bien… tu sabes… - dijo Hyoga con un guiño de ojo, eso hizo sonrojar a Shun, a él le incomodaban las referencias a su vida sexual que a veces su esposo daba

- Ohhh ok., no me dejen interrumpir – respondió el pelinegro con una divertida sonrisa, las cosas habían mejorado en esa pareja, a Shyru le daba gusto verlos tan bien…

 

Hyoga tomó un poco de jugo y comió sus panqueques, Shun no comió mucho, las mañanas usualmente no comía mucho así que tomó su café y comió un poco de fruta, Shyru vistió sus mejores zapatos deportivos y se fue a correr, cuando el pelinegro se fue, Hyoga no perdió tiempo, cargó a Shun cual saquillo de papas y se lo llevó a la habitación en medio de risas y protestas divertidas

- Sabías que el mejor horario para hacer el amor son las mañanas? – Hyoga preguntó mientras le sacaba la camiseta a Shun y llenaba de besos su pecho

- Si lo sabía, pero Hyoga espera… recuerdas lo que apostamos ayer? – Hyoga se había acomodado entre las piernas de su esposo y había empezado a mover sus caderas muy sensualmente

- No no no, a eso no juego

- Cómo que a eso no juegas?, ahora cumples rubito, además… era una de las condiciones para que volviera contigo, te acuerdas? – Shun se sentó en la cama y dijo esto muy serio

- Pero es que no me gusta Shun – se quejó Hyoga haciendo una mueca

- Nunca lo has hecho conmigo, siempre lo hemos pospuesto y eso no se vale, te prometo que te trataré con cuidado, pero quiero hacerlo, quiero hacerte el amor y tú ya dijiste que si, así que no te hagas el loco rubito porque me lo prometiste – Shun se arrodilló en la cama y empujó a Hyoga hasta recostarlo y acomodarse sobre él

- Y si me duele?

- Tú crees que a mí no me duele?

- Pero…

- No  no no, no hay peros que valgan, esta mañana tú vas a ser mío, así que mejor afloja el culito, porque te voy a hacer ver estrellas

- Dioses…

 

Hyoga cerró los ojos y se dejó desnudar, esta si había sido su oferta de campaña cuando él estaba en franco plan de convencimiento a Shun de que volviera a la casa, otras veces también se lo había ofrecido pero Shun nunca le había hecho cumplir sus ofrecimientos, esta vez iba a ser diferente, rayos…

- No te tensiones rubito que ahí si te va a doler, ven… acomódate así… - Shun puso una almohada y mocionó a Hyoga a que acomode su cadera sobre ella, luego le puso otra almohada bajo la cabeza, ahí el peliverde empezó a besarle el cuello a su esposo que poco a poco se fue relajando

 

Hyoga levantó las caderas cuando Shun tiró de sus pantalones y sonrió cuando sintió su muy hábil lengua pasearse por su punta, Shun sintió alivio al ver a su esposo tan dispuesto por lo que se dedicó a acariciar sus muslos, su pecho, su trasero, mientras atendía su miembro con la boca

- Mmmm... Shun…

- Buen chico… ahora quiero que respires y que aflojes el cuerpo… eso es… - Hyoga sintió como Shun escaló por su cuerpo llenando su pecho de besos pero sintió también cómo un lubricado dedo se estaba abriendo paso por su estrecha entrada

- No… no quiero Shun…

- No me digas que eres virgen Hyoga – el peliverde acarició la mejilla del rubio y sonrió, a veces Hyoga le parecía infantil

- No… no es eso, es solo que se siente… incómodo – Hyoga tenía las piernas abiertas y se sentía expuesto porque Shun seguía moviendo su dedo en su interior

- No pienses en eso y bésame, si?

- Ok., ok.,

 

Hyoga buscó los labios de Shun y continuaron besándose con pasión pero el rubio se contorsionó en la cama y gimió cuando sintió que otro lubricado dedo buscaba abrirse paso en su interior, Shun se acomodó de mejor manera entre las piernas de Hyoga que tenía la respiración entrecortada en ese punto

 

El peliverde aplicó más lubricante y siguió con su masaje buscando relajar a Hyoga y dilatarlo lo suficiente, pero el rubio vio la muerte cuando un tercer dedo les hizo compañía a los otros dos, Hyoga gimió nuevamente y agarró las sábanas con fuerza

- Shhhh… tranquilo amor… lo estás haciendo muy bien – susurró Shun en la oreja de su esposo y luego la lamió, él buscaba distraerlo pero eso no estaba dando resultado porque Hyoga estaba tenso

- Dale Shun… yo creo que ya no puedo más

- Estás listo?

- Sí, métemela… antes de que me arrepienta…

- Ok.,

 

El peliverde buscó un condón en la mesa de noche, se lo puso y aplicó lubricante generosamente, tanto en su miembro como en el culito de Hyoga, el rubio aún no estaba muy convencido que digamos pero ya no podía negarse y facilitó todo cuando Shun le levantó las piernas hasta engancharlas con sus brazos, se posicionó y lentamente se introdujo en aquella apretada cavidad

 

Este era el momento que Shun había esperado por mucho tiempo, él siempre había querido hacerle el amor a Hyoga, pero él nunca se había dejado, Shun estaba muy excitado pero no se estaba dejando llevar, quería que Hyoga lo disfrutara también pero eso iba a resultar un poco difícil, el rubio sentía como lo partían en dos, su esposo era bastante dotado, eso no era un problema usualmente, pero él y por su gran boca se metió solito en este lío, ni modo… a aguantarlo…

 

Los movimientos de Shun eran suaves y pausados al inicio, esto lo hacía con la esperanza de que Hyoga se acostumbre a la invasión y poco a poco lo logró, ahí Shun aumentó el ritmo de las penetraciones causando que jadeos y gemidos llenaran la habitación.  Hyoga arañaba los brazos y la espalda de Shun, lo mordió en el hombro y en un punto del partido gritó con todas sus fuerzas, su rostro estaba totalmente rojo y de sus ojos escaparon algunas lágrimas

 

Shun en cambio se sentía en el cielo, Hyoga lo apretaba deliciosamente y se contorsionaba debajo de su cuerpo, sus gemidos fueron cambiando de tono, primero eran de dolor, luego fueron de placer, Shun estaba rozando certeramente su próstata y le estaba frotando su hombría, Hyoga perdió completamente el control y hablaba todo tipo de improperios mientras estrechaba  a Shun contra su cuerpo, Shun nunca lo había visto así y le fascinó, eso de tener a Hyoga en la palma de su mano le pareció fantástico

 

Con explosivos orgasmos llegaron a la cumbre del placer, Shun primero y Hyoga después, el rubio se quejó cuando Shun salió de su cuerpo y se dejó caer sobre su pecho, ambos tenían las respiraciones agitadas, sus corazones latían con violencia y en ese momento no podían ni pensar en nada, esa mañana había sido muy movida para ambos por lo que se quedaron dormidos exhaustos pero satisfechos

 

***

Shyru corría en el parque cercano a su casa, el aire puro le inundaba los pulmones y el pelinegro se sentía bien, le agradaba la sensación del aire frío en su rostro, mientras corría miraba la gente pasar, miraba a varios niños que estaban con sus padres y sus mascotas, Shyru sonrió al ver a un pequeño niño que comía una manzana en brazos de su madre, al ver esta escena no pudo evitar pensar en Seiya, su castaño siempre había querido tener hijos, ese era uno de sus sueños, Shyru no necesariamente lo compartía, a él no le gustaban mucho los niños pero a Seiya si, él siempre hablaba de lo que iba a hacer con sus hijos cuando tuvieran esta edad o aquella, Shyru siempre pensó que ya cuando estuvieran frente a esa decisión lo hablarían y se pondrían de acuerdo, él siempre pensó que tendrían tiempo, pero no… la vida fue cruel con ellos…

 

Shyru se quedó de pie en el parque por un largo tiempo, luego se decidió, tomó un taxi y se fue al cementerio, él no había vuelto desde aquel entierro simbólico de una urna vacía, ahora esa urna ya no estaba vacía, así que compró unas flores y se dirigió a ese lugar

 

El mausoleo estaba abierto, habían muchas personas que estaba visitando a sus familiares y seres queridos, Shyru se sintió fuera de lugar porque estaba vistiendo ropa deportiva pero pensó que a la final eso no era lo importante, así que caminó hasta que llegó frente a la tumba de Seiya, vio que tenía flores frescas, probablemente su padre lo visitó antes que él, Aioros era un hombre duro pero… era innegable el amor que les tenía a sus hijos, probablemente él también sentía mucha culpabilidad además de dolor

 

- Siento no haber venido antes, si quieres que te diga la verdad me daba miedo hacerlo, no le temo a los cementerios, sino más bien mi temor es a lo definitivo que es esto, el venir a verte aquí… es aceptar que tú ya no estás y no volverás, no sabes Seiya lo que esto me duele, no sabes cómo me arrepiento de todo lo que pasó, sé que no tengo derecho de decirte nada, sé que no me estás escuchando pero… esto es lo mejor que puedo hacer dadas las circunstancias.  Sé que no significa nada ahora pero… no he vuelto a ver a Dohko, él sigue trabajando en la galería pero no nos dirigimos la palabra, sé que nunca podré reparar el daño que te hice, nunca pude hablar contigo, nunca pude pedirte perdón y eso es lo que yo… eso es lo que yo más quiero, Seiya… Seiya perdóname…

 

Shyru apoyó la mano en la fría lápida y lloró con sentimiento, él sentía la pérdida de Seiya con un sentimiento de culpa, y eso era lo que lo estaba volviendo loco, ese mismo momento, Shyru hubiera jurado que Seiya estaba de pie a su lado, pero cuando viró su cabeza no lo vio… esto le pasaba todos los días, en todos lados, por eso sus nervios estaban destrozados, Shyru necesitaba poner un fin a su sufrimiento, esto le estaba consumiendo la vida

- He venido a decirte adiós, quiero que sepas que voy a amarte toda la vida, te pienso todos los días y eso me trae un poco de paz, pero igual me trae tormento, llevo tu mirada de dolor grabada en el alma, llevo tus últimas palabras como un peso en mi consciencia, te amo y tú ya no estás a mi lado, sé que es mi culpa, sé que fui yo el que te perdí, pero te amo, y espero que puedas escucharme en donde sea que estés y en verdad aspiro que puedas perdonarme… adiós Seiya…

 

Shyru acomodó las flores en el florero de mármol y luego de acariciar nuevamente la lápida, salió del mausoleo, el sol de la mañana brillaba en el firmamento, al salir, Shyru cerró los ojos y respiró profundamente, y por primera vez en mucho tiempo sintió una especie de paz, él sabía que ya no podía hacer más, él sabía que toda esperanza estaba perdida, ese sentimiento de culpa lo acompañaría toda la vida pero… no podía dejarse morir, no podía seguir en el estado en el que estaba, tenía que salir adelante, por si mismo… por si mismo…

 

***

Shun despertó asustado y se incorporó en la cama de un salto, había tenido un sueño algo extraño por lo que se llevó la mano al pecho y trató de respirar de mejor manera para tranquilizar a su corazón, Hyoga estaba a su lado acostado boca abajo y profundamente dormido, aunque se despertó con el salto de Shun

- Auch… despacito Shun que me duele un poco  – dijo el rubio quejándose y moviéndose muy lentamente en la cama

- Te lastimé?

- Yo creo que me perforaste un riñón… auch… - Hyoga se llevó una mano al trasero y se lo frotó con suavidad, Shun sonrió y le acarició el rostro al decir:

- Es la falta de práctica mi amor, la próxima vez te vas a sentir mejor

- No no no, me duele hasta el apellido Shun, me niego a darte el culo otra vez, te amo, te amo con pasión y locura y acabo de demostrártelo, pero no me pidas que lo vuelva a hacer – el tono de Hyoga era calmado y hasta divertido, pero esto si lo dijo en serio

- Te duele hasta el apellido?

- Si… necesito que me mimes, que me beses, me abraces y me traigas la comida a la cama, me niego a moverme, hoy me tienes que cuidar como yo te cuido a ti – Hyoga atrajo a Shun para abrazarlo con propiedad y besarlo en los labios con pasión, al peliverde le parecía todo esto muy divertido, Hyoga era un niño grande en algunas cosas

- Ok., ok., y mira que te traté con delicadeza y dulzura

- Si pero… me duele Shun…

- No te preocupes, aquí estoy yo para cuidarte, y mimarte y… qué rayos??? – Shun estaba besando a Hyoga en el cuello mientras lo acariciaba pero de pronto ambos escucharon un grito en la sala, Shun se sentó en la cama, Hyoga lo intentó pero no lo logró

- Es ese Shyru? – preguntó el rubio

- Voy a ver…

 

Shun se levantó de la cama, se puso sus pantalones de pijama y salió de la habitación, en medio de la sala estaba Shyru, de rodillas y sostenía algo en sus manos, Shun no sabía lo que era, así que se acercó a su amigo y le puso suavemente la mano en el hombro, Shyru se puso de pie y tomó a Shun del cuello apretándolo con fuerza, su mirada estaba perdida mientras hacía sus mejores intentos para ahorcar a su mejor amigo, el peliverde llevó sus manos instintivamente a las manos de Shyru para hacer que lo suelte pero… el pelinegro estaba enloquecido, sus ojos estaban desorbitados y por unos cuantos segundos que parecieron eternos, pareció no reconocerlo, hasta que finalmente lo soltó y se llevó las manos a la cabeza con horror por lo que había hecho, Shun cayó de rodillas al suelo y tosía

- Qué te pasa?, estás loco? – Hyoga vino caminando lentamente porque no podía correr pero llegó para socorrer a su novio que estaba recuperando lentamente su color natural

- Por qué lo hicieron???, por qué??? – Shyru se llevó las manos a la cabeza y la meneó cuando dijo esto, lo gritó la verdad, se notaba la desesperación en el tono

- Hacer qué? – Hyoga en cambio estaba muy molesto, miraba preocupado a Shun y le frotaba el cuello para aliviar su dolor

- Lo ven?, no me digan que no lo ven… no me digan que no lo ven… - las manos le temblaban a Shyru que señalaba el piso y lloraba

- Ver qué?

- Mira… mira…

 

Shyru jaló a Hyoga y lo llevó a la mesa del comedor, el rubio abrió mucho los ojos al ver una serie de hojas de dibujo, eran hojas en blanco que llenaban la mesa y estaba superpuestas unas sobre otras, pero por la posición de las mismas y por el hecho de que una de las lámparas estaba encendida y posicionada bajo la mesa de vidrio, se podía apreciar un hermoso dibujo del rostro de Seiya, Shun se acercó también y se llevó una mano al rostro cubriéndose la boca

 

Cuando salió de la habitación no se dio cuenta que todas las persianas y cortinas del departamento estaban cerradas, no se dio cuenta que la única fuente de luz provenía debajo de esa mesa, Shyru lloraba y apretaba una pequeña cajita de terciopelo en su mano

- Shyru…

- Cuando llegué lo vi… me acerqué y… me faltó la respiración… esto… esto estaba junto al dibujo, no entiendo… no lo entiendo… - el pelinegro le dio la cajita a Shun que la abrió y miró con suma tristeza a su amigo, esa era la cajita de terciopelo que tenía los anillos que Seiya había mandado a hacer para su boda, los anillos que el castaño dejó atrás cuando descubrió a Shyru teniendo sexo con su amante y salió de aquel edificio para nunca más volver

- Dónde estaba esto Shyru? – preguntó Hyoga tomando la cajita de las manos de Shun, él había escuchado muchas veces sobre esos anillos pero no los había visto antes

- Yo… yo los perdí… los tenía cuando fui a la estación de policía, los tenía cuando me iba a mudar aquí pero… los perdí cuando me atropelló ese auto, en el hospital estaban todas mis cosas menos esta cajita, por más que las enfermeras buscaron, no la hallaron entre mis pertenencias… por todos los dioses… Seiya… Seiya… por qué no te vas a donde sea que tienes que estar?, por qué no descansas…?, y así me dejas descansar a mi también… por qué me torturas así?, por qué???

 

Shyru apretó la cajita contra su pecho y se dejó caer en el suelo, Shun lo miró en verdad angustiado, Hyoga en cambio miraba el dibujo en la mesa, ellos no habían creído ninguna de las historias de Shyru pero… ahora?, qué diablos pasó en su casa?, quién lo puso ahí?, quién???

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, y bueno... el capítulo del miércoles no se lo pueden perder, se llama: "El futuro...", más no les puedo decir, pero no se lo pueden perder, está veneno

Nos vemos en el capítulo nuevo, saludos, bye 


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