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VIDAS CRUZADAS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, en este capítulo se cumple lo que sabía decir mi mamita: "El mundo es un pañuelo", y por eso nos encontramos con quien menos esperamos en donde menos pensamos, espero que les guste lo que viene

Capítulo 18.- Encuentros inesperados

 

La noche del domingo caía y Shun caminaba por las calles de Tokio fumándose un cigarrillo, tenía que volver a casa, no quería hacerlo pero no tenía mayores opciones, no tenía ropa para ir a su trabajo al día siguiente, entonces por fuerza tenía que volver a casa así sea para volver a irse, todo dependía de la cara que Hyoga le ponga, Shun no estaba muy animado que digamos, hasta que entró al departamento

 

La mesa estaba lista, una ensalada ya estaba en medio de la mesa, una botella de vino estaba en una hielera y un delicioso aroma salía de la cocina, algo estaba en el horno, Shun iba a ir a ver pero no pudo porque de la habitación salió Hyoga usando solo una toalla en la cintura mientras se secaba el cabello con otra

- Shun… pensé que ibas a llegar más tarde – Hyoga se paró en seco en la sala por la sorpresa, Shun sintió como la sangre se le subió a la cabeza

- Vaya… debí suponerlo… tu siempre me has acusado de infiel a mi cuando resulta que el que va a traer a un revuelque a nuestra casa eres tú, típico…

- Qué?, no Shun… no es lo que piensas… - Hyoga se acercó a su esposo y trató de tomar su mano pero Shun no se dejó tocar sino que fue hecho una furia a la habitación y empezó a sacar su ropa del armario para lanzarla con violencia a la cama, Shun veía todo en rojo en ese punto

- Claro… el loco soy yo, esto es lo último que me faltaba, si llegaba más tarde te encontraba en la cama con tu amante, suéltame Hyoga – Shun se soltó del agarre de su esposo que trató de tomar su mano

- No Shun, claro que no, lo que hice es para ti, todo es para ti, tenía la esperanza de que vinieras hoy, si no venías te iba a ir a buscar en la casa de tu hermano, cómo puedes pensar que tengo un amante? – Hyoga hablaba muy rápido de la desesperación, eso de ver a Shun tan molesto… uyyy…, Shun se quedó en silencio un momento digiriendo las palabras de su esposo hasta que finalmente preguntó con sorpresa:

- Es para mí?

- Claro que es para ti, es… mi disculpa por lo que pasó el sábado en la mañana, lo siento Shun, no sabes cómo lo siento y… - el rubio iba a seguir hablando pero Shun levantó la mano para callarlo al decir:

- Ahórrate las disculpas que no quiero oírlas, solo quiero empacar algo de ropa y me regreso a la casa de mi hermano – Shun no se iba a dejar conmover tan fácilmente, era cierto que Hyoga estaba haciendo un esfuerzo pero… no… esto no era suficiente

- Shun… por favor, solo dame un momento, suelta eso y ven acá un minuto, solo un minuto – Hyoga tomó el armador que estaba en las manos de Shun y se lo quitó suavemente para volver a colgarlo en el clóset, Shun lo miró pero no se dejó tocar, Hyoga quería tomar su mano, pero al ver la resistencia de Shun le señaló la cama y ambos se sentaron en ella, Shun se cruzó de brazos y miró a Hyoga sin decir nada, el rubio respiró profundamente y dijo: - Sé que lo que hice estuvo mal, no sabes lo mal que me sentí, así que… llamé a un amigo de la oficina y le pedí esto – Hyoga se levantó de la cama y fue hasta el buró, regresó a la cama y le dio a Shun una tarjeta, el peliverde la miró sin entender

- Qué es esto?

- Es la tarjeta de un terapista de parejas, Shun… no soy ciego, nosotros tenemos problemas varios de toda índole, problemas que han ido escalando y a ratos nuestra situación se hace insostenible pero… yo te amo y no quiero dar por terminado nuestro matrimonio, yo quiero hacer todo lo posible para salvarlo, qué dices?, quieres intentarlo? – Hyoga tomó la mano de Shun y lo miró a los ojos, el peliverde se soltó, se puso de pie y suspiró con pesadez

- Estás seguro que quieres hacer esto Hyoga?, yo te lo he pedido varias veces, por qué aceptas ahora?, qué ha cambiado?

- Porque lo que pasó el sábado me sacudió – dijo el rubio y sonaba extremadamente culpable, bajó la mirada y suspiró también, al parecer lo que pasó el día anterior lo había puesto a pensar

- El sábado me sacudiste tu a mí, si no te acuerdas… te lo recuerdo – Shun señaló su mejilla que lucía normal en ese punto pero Hyoga se mostró por demás culpable al recordar que lo cacheteó

- Por eso mismo, cuando me pasó el arranque de furia yo… yo pensé en lo que había hecho y… es que yo no soy ese tipo de hombre, siempre odié a mi padre porque golpeaba a mi madre y ahora yo… yo me vi reflejado en él y no me gustó lo que vi, perdóname Shun… por lo que más quieras perdóname y dame una nueva oportunidad

- No sé Hyoga…

- Empecemos con la cena, luego vamos viendo como nos va… me visto y comemos?

- Pero es que…

- Shun, tenemos que empezar por algo, una cena es un buen inicio no te parece, no te cierres… solo no te cierres, yo sé que tenemos mucho camino que recorrer para volver a lo que teníamos pero… empecemos hoy, que dices? – Hyoga le sonrió a Shun y caminó hasta él, tomó su mano y entrelazaron sus dedos, Shun no estaba muy convencido que digamos pero… una nueva oportunidad no sonaba tan mal, eso era lo que él siempre se había repetido a sí mismo después de todo, así que se encogió de hombros y preguntó:

- Ok., qué tienes en el horno?

- Lasaña, tu favorito – Hyoga sonrió y le guiñó un ojo a Shun que sonrió levemente para luego salir de la habitación a esperar a su esposo en la sala, en sus manos aún tenía la tarjeta del terapista, la miró y pensaba: “Es esto realmente lo que quiero?, es esto lo que necesito?, vale la pena?”

 

***

Ikky estaba en su oficina cuando su asistente entró con el pequeño Han que llegaba de la escuela, eran las 4 de la tarde y el pequeñito lucía todo triste cuando llegó hasta su padre, Ikky estaba algo preocupado porque estas dos semanas que habían pasado desde que habían empezado las clases, sus pequeño estaba cada vez más desanimado y triste, eso era sumamente raro en Han

- Qué pasó Han?, por qué no me quieres contar? – preguntó Ikky luego de besar a su hijo en la frente y acunclillarse para quedar a su altura, la asistente de Ikky salió de la oficina, a ella le daba mucha ternura ver al fiero abogado con su pequeño hijo, se notaba que lo amaba y en este punto le preocupaba ver al pequeñito todo triste

- No pasa nada papi

- Cuéntame… alguien te trata mal?, cómo es tu maestro? – Ikky tomó la mochila de Han y la puso en la sillita, el pequeño se encogió de hombros y se fue hasta la mesita de centro de la salita de la oficina y tomó uno de los chocolates que su papá tenía ahí en un pocillo

- Mi maestro es muy bueno, como el tío Shun, papi… podemos comer pizza hoy?

- No… si no me cuentas que te tiene triste, hoy noche comemos coles de Bruselas, ya cuéntame que tienes pequeño?, por qué tienes esa carita? – Ikky se sentó en el sillón y sentó a su hijo en sus piernas, el pequeñito bajó la cabeza y se acurrucó en el pecho de su papá y lloró, Ikky abrazó a su hijo hasta que Han dejó de llorar, se bajó de las piernas de su papá y fue hasta su maleta, sacó un dibujo y se lo dio a Ikky que lo miró y sonrió, era un dibujo de ellos dos tomados de la mano junto a un árbol y el sol tenía una sonrisa, era un típico dibujo de un niño de cinco años, Ikky no le vio el problema pero Han lucía muy triste

- Tu maestro te pidió hacer el dibujo?

- Si

- Y cuál es el problema?

- Los otros niños tienen mamá y hermanos, mascotas y… se burlaron de mi porque yo no tengo mamá

- Ohhhh… ya veo, ven acá Han… no quiero que te pongas triste por eso, ya hemos hablado de esto, las familias no son todas iguales, yo supongo que debes tener compañeritos que no tienen papá y tienen solo mamá, compañeros tuyos deben tener dos papás, o dos mamás, debiste haber visto sus dibujos, o no?

- No sé…

- Ok., eso no importa, lo único que debe importarte es que tu papá te ama por sobre todas las cosas, nosotros somos una familia, tu y yo, no necesitamos a nadie más porque nadie te va a querer como te quiero yo, así que mañana vas y dices a esos niños que te molestaron que tú tienes un papá que te quiere muchísimo y que no te hace falta nada más, ok?

- Ok – dijo Han pero lucía al borde de las lágrimas otra vez

- No quiero verte triste hijo, sonríeme un poquito, si? – Ikky abrazó a su retoño y le besó la mejilla, Han no dijo ya nada más y se bajó de las piernas de su papá para ir a su mochila y sacar su libro de colorear, Ikky acarició la cabeza de su hijo antes de volver a su escritorio y volverse a concentrar en el reporte, el peliazul tenía que buscar una solución, su hijo no podía seguir así…

 

***

Shyru estaba en la galería, esa semana había estado ocupado, la planificación de una nueva exhibición lo tenía estresado, el artista era un muchacho joven pero prometía mucho, tenía talento y pasión, así que el pelinegro estaba contento porque su galería ganaría renombre con esta exhibición

- La iluminación no es suficiente – Shyru estaba de pie en el amplio lobby y supervisaba como colgaban una pintura, pero una muy conocida voz lo sacó de su ensimismamiento, cuando volteó, se sorprendió de ver a su lado a Aioros Hyuga, el padre de Seiya, al que no había visto hacía más de cuatro años

- Sr. Hyuga… qué hace usted aquí?

- Vine a ver cómo va mi inversión – el serio hombre de negocios miraba la galería con curiosidad, nunca antes había estado allí

- Su inversión? – Shyru frunció el ceño al preguntar esto, qué tenía que ver Aioros Hyuga con obras de arte?

- Así es… soy el benefactor de Alone, yo lo ayudé a pagar su universidad, le he dado asilo, él vive en mi casa y pinta, me ha hecho un mural muy hermoso, sus pinturas son fantásticas… tuve razón en patrocinarlo

- Benefactor?

- Si… tú no fuiste la primera persona a la que le ofrecí esto, claro que… tu rechazaste mis ofrecimientos, Alone tuvo el buen juicio de aceptar

- Supongo que Alone no fue chantajeado, o si? – respondió Shyru con rabia, ese fue un capítulo muy duro para todo ellos

- Yo no te chantajeé, simplemente te ofrecí lo que deseabas a cambio de lo que deseaba yo, pero dime Shyru… no crees que de haber aceptado el trato que propuse, todo hubiera funcionado mejor?, tu vivirías en el extranjero con un trabajo soñado, en Italia tal vez, o Francia, no tendrías deudas y tu carrera sería brillante, mi hijo estuviera a mi lado, trabajaría en mis empresas, su futuro también hubiera sido brillante como siempre debió haber sido, eso fue lo que tú le robaste, eso fue lo que tú me robaste a mí, no has pensado en eso Shyru?

- Todos los días Sr. Hyuga pero… no cambiaría nada, prefiero mi vida ahora porque tengo conmigo el recuerdo de todos los momentos felices que viví con Seiya, eso… no tiene precio

- Vaya… no me equivoqué entonces, tu no amaste nunca a mi hijo, el amor verdadero debe ser desinteresado, deberías desear la felicidad del ser amado por sobre la tuya, pero no lo haces, nunca amaste a Seiya, porque de haberlo hecho te hubieras alejado de él, en cambio lo arrastraste a tu mundo y lo perdiste, me lo robaste solo para perderlo, notas la ironía?

- Yo no le robé nada a nadie, Seiya me amaba y decidió irse conmigo, eso usted nunca lo pudo aceptar, no es un pecado ser pobre, usted abandonó a su hijo cuando dejó de hacerle caso en todo y de cumplir lo que usted le quería imponer, Seiya era capaz de tomar sus propias decisiones y se decidió por mí

- Si… y que bien que eso le hizo, no lo crees?

- Qué está haciendo aquí Sr. Hyuga? – Shyru se cansó de discutir, él nunca se iba a poner de acuerdo en este tema con el padre de Seiya, así que… mejor acabar con la discusión que no los llevaría a ninguna parte

- Vine a decirte personalmente que nos llevamos la exposición de Alone a otra galería, no me siento cómodo dejando sus valiosas pinturas a tu cargo, sabrás entender, verdad?

- Usted no puede hacer eso, tenemos un contrato

- Nada está escrito en piedra, mis abogados te llamarán, suerte Shyru y espero que conserves tu trabajo después de esto, hablé con tu jefe en la mañana, no creo que esté muy contento contigo, mira… ahí viene, los dejaré solo para que hablen, buen día Shyru…

 

Shyru algo iba a decir pero ya no pudo, Aioros Hyuga sonrió y sin decir nada más sonrió al salir de la galería, a lo que él salió, dos hombres entraron y traían todo lo necesario para empacar las pinturas de Alone y llevárselas, este fue un duro golpe para la galería, Shyru tuvo que escuchar la tarde entera las recriminaciones de su jefe, habían perdido mucho cuando Aioros se llevó la colección de Alone, no era la culpa de Shyru y su jefe lo entendía, pero eso no borraba lo que había pasado

 

Esa noche el pelinegro llegó a su departamento, necesitaba estar a solas con su Seiya, necesitaba contarle lo que había pasado, por eso cuando llegó al departamento y encendió las luces, un sentimiento de paz lo invadió

- Seiya… amor estoy en casa…

Shyru se sacó el saco y lo lanzó al mueble que estaba arrumado en la pared lateral, luego caminó directo a la pared central y acarició las fotografías de su amado, cerró los ojos y sonrió levemente, la imagen de Seiya en su mente era clara como el agua

- Vi a tu padre hoy, fue por la galería, al parecer los años no han hecho que deje de odiarme, nos quitó la cuenta de un nuevo artista, puedes creer que tu padre compró a ese muchacho como trató de comprarme a mí?, lo recuerdas Seiya?

Shyru se sirvió un trago y volvió a caminar hacia la pared donde estaban las fotografías del joven castaño, el pelinegro acarició una fotografía en particular, en aquella foto Seiya estaba sentado en el césped en el parque y acariciaba a un pequeño cachorro, la sonrisa de su rostro era muy hermosa, la sonrisa de Seiya era lo que Shyru mas extrañaba

- Claro que lo recuerdas, esa fue la noche en la que te fuiste de esa casa, esa fue la noche en la que llegaste a la mía con el corazón roto y una pequeña maleta, recuerdas lo que me dijiste esa noche, me dijiste: “Mi padre no puede dictar nada en mi vida, yo te amo y quiero estar contigo, espero que sea cierto que no me quieras por mi dinero, porque mi padre no me dio ni para el taxi”, ohhh… te veías tan adorable, tan hermoso, me derretiste esa noche, yo te amaba pero… lo que hiciste fue lo que me conquistó finalmente, tu dejaste todo por mí, me amas, verdad?, claro que me amas…

 

Shyru apoyó la frente en la pared y sonrió, recordó vívidamente esa noche, como si la estuviera viviendo en esos momentos, Seiya había llegado en medio de una tormenta por lo que estaba mojado hasta la médula, esa noche ellos hablaron por un ratito nada más porque Seiya temblaba y estornudó, así que Shyru lo desnudó y le dio ropa seca, o por lo menos esa había sido su intención, pero las cosas cambiaron porque Seiya abrazó a Shyru y lo besó con pasión, le sacó la ropa e hicieron el amor en el sillón, esa noche su relación cambió en muchos aspectos, las cosas entre ellos se cementaron, esa noche sus vidas tomaron un giro distinto, el futuro era incierto y eso era excitante

 

Shyru se mordió los labios, el aroma de Seiya era intoxicante y el pelinegro lo podía sentir aún ahora, luego de tantos años sin haberlo olido, no pudo evitarlo y metió su mano dentro de sus pantalones para empezar a acariciarse, a Shyru le gustaba pretender que eran las manos de Seiya las que lo acariciaban, su castaño era un amante genial y tenía manos de ángel.  Un gemido se pudo escuchar en la habitación y Shyru abrió los ojos, sonrió… sonrió porque pudo ver a Seiya de pie el final del pasillo, el castaño estaba envuelto en una cobija pero la dejó caer, Shyru pudo apreciar el desnudo cuerpo del amor de su vida y se mordió los labios al masajear su miembro cada vez más rápido, cada vez más rápido.  Seiya lo miraba mientras él también se acariciaba y le sonreía, luego el castaño empezó a moverse provocativamente buscando encender a Shyru el que estaba a punto de explotar y alcanzó el orgasmo con un hondo gemido de satisfacción, cerró los ojos, al abrirlos vio la esquina en donde había visto a Seiya, pero su castaño ya no estaba allí, él estaba solo… solo…

 

***

Esa semana fue algo pesada para Ikky y para Han también, los niños de su salón seguían molestándolo y el pequeño el jueves ya no quería ir a la escuela, Ikky estaba tentado a ir a hablar con su maestro, ya le había mandado una nota pero hasta ahora no había tenido una respuesta, el peliazul estaba preocupado, no soportaba ver a su hijo todo triste

 

A las diez de la mañana de ese jueves, Ikky tuvo un tiempo libre así que fue a la escuela de Han, su pequeño estaría en el recreo y lo podría ver sin problemas, cuando entró a la escuela vio a muchos niños jugar por todos lados, muchos de los docentes estaban por ahí cuidando a los pequeños y todo era un bullicio de juegos, risas y gritos divertidos

- Papi… papi!!!! – Han vio a Ikky a lo lejos y corrió a sus brazos, Ikky sonrió y lo cargó apenas lo vio para luego besar su mejilla

- Hola hijo, vine a verte, cómo estás?

- Bien papi

- Ajá, y no te han molestado esos niños otra vez?

- No papi, mi maestro los retó hoy, hizo un dibujo de su familia y él tiene un papá y una hermana, no tiene mamá, así como yo – explicó el pequeño todo emocionado, este al parecer había sido un buen día para él

- En serio? – esto a Ikky le sorprendió, no esperó un enfoque tan directo de parte del maestro, pero… bien por él, no se puede permitir el bullying desde tan temprana edad

- Si, y dijo que si alguien tiene un problema con eso, que se lo digan a él primero, él dijo a todo el salón lo que tu me dijiste a mi, de que todas las familias son diferentes, hay familias que no tienen papá, otras no tienen mamá, otras tienen dos papás o dos mamás, una compañerita vive con sus abuelos, y eso… era de que lo veas papi porque estaba muy molesto cuando retó a los niños que me habían estado molestando a mi y a otros niños más, él también dijo que quería mucho a su papá y que no quería escuchar ninguna burla o broma más en su clase o los dejaba sin recreo el resto del año

- Ah sí?, wow…

- Quieres jugar futbol con nosotros papi? – propuso el pequeño porque otros niños lo estaban llamando

- Quiero hablar con tu maestro primero, en dónde está? – preguntó Ikky y Han señaló una de las aulas de la planta baja, el aula tenía la puerta abierta, así que Ikky besó a su hijo en la cabeza y sonrió al verlo correr al patio, él fue directo al salón que tenía el cartel correspondiente sobre la puerta

 

Al entrar vio a un hombre que estaba de pie al final del salón, allí había una cartelera de corcho en el que habían muchos dibujos hechos por los niños, Ikky vio el dibujo que Han le había mostrado, era el dibujo de las familias de todos los alumnos, el maestro los estaba acomodando en la cartelera por lo que tenía varias tachuelas en las manos, a Ikky le llamó la atención la manera en la que estaba vestido, usaba jeans, zapatos de vestir y una camisa cuadriculada, muy cómodo e informal, el maestro de su hijo debía ser joven, tenía el cabello negro y corto y un trasero de afición, Ikky se aclaró la garganta para llamar su atención y dijo:

- Bueno días, disculpe la molestia soy el papá de… dioses… - el maestro de Han se volteó y la sorpresa fue palpable en su rostro, en el rostro de Ikky también, ambos se miraron y al maestro se le cayeron de las manos las tachuelas que tenía cuando preguntó:

- Ikky… qué haces aquí?

- Qué hago yo aquí?, por todos los dioses… cómo es que tú estás aquí?

 

Notas finales:

A quién se encontró Ikky???

No se pueden perder el próximo capítulo, la vida do todos está por ponerse de cabeza

Muchas gracias por leer y nos vemos el lunes en el capítulo nuevo, saludos, bye 


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