XIV
Corrí hacía él, respirando agitadamente, con millones de pensamientos pasando a través de mi mente, pero nada concreto. Debía sacar ahora todo lo que había en mi, o perdería la oportunidad para siempre.
Un tic de rabia apareció, surgiendo de mi interior como una ola que me arrastraba, cuando lo vi tecleando en el móvil y sonriendo, de esa forma estúpida que transmite a los demás que estás hablando con alguien especial. Fue aún peor cuando me imaginé quién era el 'otro'.
Antes de que pudiese decir nada, yo estaba colocado detrás de él, con mis manos hechas puños, con la suave intención de estrellárselo en la cara si decía algo que no debía, y hablando tan rápido que aunque él mismo me quisiera interrumpir, no podía.
-Dices que no tengo derecho a estar con él cuando ha sido mi mejor amigo desde que tengo uso de razón. Bien, tú tampoco lo tienes. Y sí, odio tratarlo como un objeto, porque Sasuke no es algo que sea tuyo o mío, es una persona que no pertenece a nadie. Es libre de hacer o elegir lo que quiera.- Recalqué cada una de las palabras, con la certeza plasmada en cada palabra.- Pero estoy seguro, aunque en este último tiempo no lo parezca, que si tuviese que elegir entre alguno de nosotros, me elegiría a mí. No me mal entiendas- Pausé un segundo, cuando vi que iba a decir algo, pero alcé mi mano para ponerla en frente de su cara y cerró la boca. "Mejor, así no le entran moscas"- no valgo mucho,- continué- pero jamás, por mucho que lo pretendas, podrás ponerte al nivel en que estamos el teme y yo, por mucho que lo quieras, nunca podrás vivir lo que yo he vivido a su lado, y sí, los últimos meses, por no decir el último año completo, hemos estado más distanciados que de costumbre- me negaba a contarle sobre mis problemas familiares o sobre mi fatídico estado de ánimo-, pero volveremos a ser nosotros, y tú no podrás impedirlo.
Lo miré fijamente unos segundos, deseando tener algún tipo de magia que lo hiciese desaparecer. No fue así, obviamente.
-Mira Gaara, una parte de mi agradece que hayas estado con Sasuke cuando yo no he podido, pero otra quiere romperte la cara por haberte entrometido en mi camino, quiero decir, no vengas ahora con tu cara de niño bueno con pelo pelirrojo, cuando prácticamente me has empujado fuera de su vida; ya sea por videojuegos, invitaciones en las que yo casualmente no podía ir, o similares, y por eso, eres un gran hijo de puta.
Esta vez, si me interrumpió, dejándome sorprendido con sus palabras.
-Yo lo quiero, y de verdad significa mucho para mi. Yo no soy como tú, no lo uso como un pañuelo que cuando me sirve para limpiarme las lágrimas y los mocos, lo uso sin parar, pero cuando no, lo dejo tirado a un lado, no lo llamo por días y simplemente ignoro su existencia. Sí, es frío y arisco, pero eso lo cambiará con el tiempo... si está conmigo. Así que sí, quizá yo sea un "hijo de puta", pero no ignoro que mi mejor amigo está enamorado de mí porque casualmente no me conviene.
"Espera, ¿qué? ¿el teme de Sasuke estaba enamorado de mi?"