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Kurama por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! ¿Cómo los trata la vida? Yo me estoy congelando como la friolenta que soy x.x Han pasado dos años y algunos días desde que finalicé esta querida historia, en broma hace tiempo dije que haría un especial “no canon” (aunque yo lo escribiera) del KuraxIta, porque la mayoría de los comentarios del último capítulo decían que esperaban esa pareja (entendí el por qué hasta que releí el fic). Luego de muchísima espera, falta de inspiración, mis desvíos hacia otros fandoms y demás, aquí tienen mi regalo de Navidad y Año Nuevo para ustedes: ¡el capítulo extra con la pareja que deseaban! Esperaré a leer sus comentarios y opiniones sobre esta historia y ojalá no los decepcione demasiado, me esforcé porque quedara bonito sin caer en lo cursi… aunque como varias veces he obtenido el resultado contrario al que esperaba, a ver si no me pasé de melancolía o drama. Y si alguien no quería para nada esta pareja, ¡huya! ¡huya ahora y no vea atrás! Ahora sí sin más que añadir: ¡¡a leer!!

 

Dedicatoria: Para todos aquellos que leyeron este fic, especialmente para quienes leyeron en Facebook cuando dije que escribiría este especial y nunca perdieron las esperanzas en mí a pesar de la demora.

 

Disclaimer: Como es bien sabido, los personajes son propiedad de Masashi (vendido) Kishimoto. La idea para este fanfic no recuerdo cómo surgió.

KURAMA E ITACHI

 

La boda de Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke fue un evento pequeño y “casi” secreto. Casi porque en realidad Itachi y Kurama sí sabían sus planes, pero prometieron guardar el secreto al resto de sus familias. De modo que cuando la joven pareja regresó de sus vacaciones, las madres de ambos pusieron el grito en el cielo al enterarse de que se habían casado en el extranjero. ¡Y ni si quiera los habían invitado!

-Era un viaje muy largo y caro para que todos fueran allá –explicaba Sasuke-. Por eso acordamos que sería mejor se enteraran cuando estuviéramos de vuelta.

-Así que a final de cuentas podemos festejar juntos –añadió Naruto con una sonrisa y luego alzó las manos en gesto de rendición- ¡Kaa-san, baja ese cuchillo!

 

Organizaron una pequeña comida solo con los familiares y amigos más cercanos, quienes no dudaron en felicitar a los recién casados e intercambiar dinero porque con el paso del tiempo hubo algunas apuestas sobre si algún día se atreverían a dar ese gran paso. Itachi tomó asiento junto a Kurama, quien en su forma humana contaba los billetes que le ganó a Uzumaki Keita, el abuelo materno de Naruto.

-Luces realmente orgulloso de ti mismo –señaló el Uchiha

-Jamás dudé de mis estúpidos mocosos –respondió el demonio en tono malicioso

 

Itachi rió y se recostó a su lado. Sin importar la forma que tuviera, Kurama era uno de los pocos seres vivos con los que el primogénito de Fugaku y Mikoto realmente podía relajarse y abandonar la actitud seria y responsable que mostraba al resto del mundo (los otros eran su hermano y cuñado). Realmente lo echó de menos mientras estuvo estudiando en el extranjero y si bien se comunicaban con frecuencia, el pelinegro se dio cuenta de que realmente añoraba su compañía. Y fue entonces que lo entendió.

-La verdad por un momento creí que te opondrías a que Naruto se casara con mi hermano.

-¿Por qué haría algo así cuando me he esforzado tanto en que ninguno meta la pata con el otro?

-Porque a veces la forma en que ves a Naruto hace preguntarme si no hay algo más que anheles de él.

Kurama se guardó el dinero en su bolsillo y adoptó una expresión seria antes de encarar al otro hombre.

-Es un poco difícil de explicar, Itachi. ¿Amo a Naruto? Por supuesto que sí, no estaría hoy aquí si no lo hiciera. ¿Eso podría traducirse como amor romántico? De ninguna manera. Solo sé que deseo que él siempre sea feliz y estoy totalmente seguro de que eso puede lograrlo teniendo a tu hermano a su lado. Yo únicamente quiero permanecer cerca de Naruto, verlo cumplir sus sueños, acompañarlo y guiarlo cuando lo necesite.

-Ya veo –murmuró el otro y suspiró-. Pero Kurama-san, ¿tú no deseas que haya alguien que esté contigo, así como él tiene a Sasuke?

Eso era algo que Kurama jamás se había permitido pensar. Él tenía un solo objetivo que actualmente se estaba volviendo realidad, no necesitaba nada más. Sin embargo las palabras del pelilargo lograron desestabilizarlo.

-… ¿Por qué me lo estás preguntando precisamente ahora?

Era obvio que el demonio vería a través de sus palabras, así que Itachi apretó los puños y se armó de valor para revelar aquello que descubrió mientras vivió lejos de sus seres queridos.

-Hace tiempo me dijiste que dejara de lado el preocuparme por los demás y en su lugar buscara a alguien que me hiciera feliz. Pues… me di cuenta que desde hace mucho tiempo ha estado cerca de mí alguien que ya cumple con ese papel. Y no me parece mal.

Aquella vez tras la broma de Kurama sobre que Itachi debería dejarlo ir porque lo de ellos jamás pasaría de ser algo platónico, después de mucho tiempo de reflexión Itachi se dio cuenta que dicho comentario en realidad sí le estrujó el corazón y hasta decepcionó que el demonio pensara de aquella manera. Porque el primogénito Uchiha de verdad podía imaginarse compartiendo su vida con Kurama, siendo compañeros y cómplices. Como llevaban haciéndolo desde años atrás.

 

-… No creo que estés pensando claramente las cosas. Lo siento, mocoso.

Después de decir eso, el zorro optó por levantarse y retirarse al jardín. Él no era de los que huyeran de las situaciones, sin embargo no sabía qué más decirle al moreno sin lastimar sus sentimientos. Por supuesto que Kurama entendió perfectamente de qué estaba hablando Itachi, en realidad sí había intuido que pudiese estar albergando esa clase de afecciones hacia su persona y por eso aquella ocasión, años atrás, le sugirió que buscara a alguien de quien enamorarse. Itachi tenía uno de los corazones más desinteresados que había conocido, siempre anteponiendo la felicidad de los demás a la suya propia, razón por la que el demonio siempre trató de mantenerse cerca de él y prestarle un oído cuando necesitara contarle sus problemas o pesares a alguien. Kurama deseaba que el chico viviera una vida plena y fuera realmente feliz. Algo que él no podría darle.

 

Por los siguientes días el zorro decidió hacer una retirada estratégica y evitó todo contacto con Uchiha Itachi. Esperaba que el tiempo y la distancia lo hicieran resignarse y darse cuenta de que lo que realmente necesitaba era un buen humano que pudiera amarlo como se merecía. Sin embargo, en realidad esa idea hacía que sus entrañas se retorcieran. Kurama había visto crecer a Itachi y convertirse en el magnífico hombre que era, estaba muy orgulloso de él y de verdad lo quería muchísimo. Pero sabía que aquello no podía ser, puesto que él no era humano, sino un demonio que en realidad no envejecería (probablemente viviría por varios cientos de años más) y no podía condenar al de cabello largo a esa clase de vida. Conociéndolo, se la pasaría preocupándose más por qué ocurriría el día que tuviera que dejarlo solo.

 

-Nunca te tomé como alguien que se esconda para evitar sus problemas.

Kurama (en forma de zorro) salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Naruto. El sonriente rubio tomó asiento a su lado en el sillón. Durante unos minutos se sumieron en un silencio que se fue poniendo incómodo a medida que se prolongaba.

-Me dan escalofríos cuando estás tan callado, Naruto.

-Ja, ja, muy gracioso. Puedo estar tranquilo cuando la situación lo requiere.

-Mentira, no olvides que te conozco desde que naciste.

-Lo sé –respondió el joven y su mirada se tornó melancólica-. Precisamente porque hemos estado juntos toda mi vida es que puedo afirmar que algo te sucede, Kurama. Tú siempre has estado ahí para cuidarme y ayudarme, así que esta vez es mi turno de hacer algo por ti. Habla conmigo, por favor.

El demonio se sintió conmovido por sus palabras y suspiró. Estaba acostumbrado a cargar con todos sus pensamientos y emociones solo para sí mismo; tal vez era hora de compartir un poco de sus preocupaciones.

-Básicamente alguien me dijo que me ama.

Los ojos claros de Naruto se abrieron de sobremanera y le fijó la mirada con impacto. En otras circunstancias el zorro se habría reído de su expresión, pero el momento no lo ameritaba en lo más mínimo.

-Eso es… ¡genial, Kurama! ¡Eres increíble, es obvio que alguien se enamoraría de ti! Pero entonces, ¿por qué luces tan triste?

-No estoy triste, Naruto.

-Claro que sí. Te conozco mejor de lo que crees y por eso puedo afirmar que estás preocupado por haber recibido esa declaración de amor. ¿No te gusta esa persona? –la sonrisa del rubio se amplió al ver las orejas del zorro contraerse-. Oh, ese no es para nada tu problema.

-Soy demonio, no ciego, mocoso. Y precisamente por eso, ¿qué se supone que puedo ofrecerle?

 

Kurama de verdad quería a Itachi. Jamás dejó que esos sentimientos salieran a flote porque no consideraba que nada bueno resultara de eso; su principal objetivo era esperar a Naruto y eso ya lo estaba cumpliendo con muchísima alegría. La posibilidad de tener él mismo a alguien que lo amara de manera romántica (como era evidente que el Uzumaki y Sasuke lo hacían) le provocaba felicidad y preocupación. Lo que menos deseaba era lastimar a ese hombre que realmente le importaba, algo que podría suceder porque la primera prioridad de Kurama era Naruto y siempre sería así.

 

El de ojos claros pareció intuir el debate mental que estaba teniendo, por lo que le acarició la cabeza con cariño para tranquilizarlo y transmitirle todo su apoyo.

-Yo te quiero muchísimo, Kurama, tú eres mi familia y siempre será así. Que te enamores y consigas una pareja no va a cambiar eso. Especialmente si se trata de Itachi nii, él es genial.

-… ¿Cómo sabes que hablo de él?

-Aunque no lo creas soy muy observador.

-Por supuesto que no. Casi tuve que patearte a los brazos del mocoso Uchiha.

-¡Oye! … Está bien, los escuché hablar el día de la fiesta.

El zorro sonrió victorioso y luego se acurrucó al lado del rubio. Por primera vez en todos sus largos años desde que despertó, esta vez necesitaba ser él quien fuera confortado por un Uzumaki y no al revés.

-Al final de esto solo habrá dolor –afirmó con voz triste

-También habrá un montón de buenos recuerdos –contradijo el de ojos claros-. De lo que estoy seguro por todas las versiones de tu pasado que me has contado, es que precisamente por las cosas buenas que viviste estás aquí hoy. Tienes razón en que al final de todas las relaciones habrá dolor, pero eso no borrará la felicidad  que hayas vivido junto a tu persona amada. Creo que eso vale toda la pena.

Naruto tenía razón. Kurama cerró los ojos y rememoró aquellos lejanos días que compartió con su primer rubio atolondrado, por quien alteró su ciclo de vida con tal de volver a encontrarlo un día. Ahora lo tenía ahí junto a él dándole ánimos para que diera un nuevo paso. Quizá era momento de escuchar y hacer caso una vez más a su rubio idiota número uno en sorprender a la gente.

 

Algunos días después aprovechando el viaje de Minato y Kushina para visitar a los padres de ella, Kurama le pidió a Itachi que hablaran nuevamente en casa de los Uzumaki. El pelinegro se presentó puntual y, a pesar de que había sido evitado durante las últimas semanas, lucía una confiada sonrisa.

-Por fin dejaste de esconderte de mí, Kurama-san.

-No eres tan intimidante ni causas tanto miedo como crees, idiota –contestó el otro en su forma humana

 

Ambos tomaron asiento uno frente al otro y se observaron un rato en silencio. Itachi era un genio, el demonio estaba seguro de que entendería lo que quería decirle sin necesidad de muchas explicaciones. Lo mejor era poner las cartas sobre la mesa.

-Esto no va a ser nada sencillo para ninguno de los dos –dijo él-, especialmente para ti cuando tus conocidos comiencen a sospechar porque yo no envejezco. Puedo alterar un poco más mi apariencia, pero realmente no lograré lucir mucho mayor de lo que parezco ahora.

-Lo sé, he pensado en todo eso y al final sigue dándome igual –sonrió-. Estoy tan acostumbrado a ti y a tu personalidad retorcida que no puedo imaginar mi vida con alguien más. Es tu culpa por comprenderme como nadie más lo ha hecho, Kurama-san.

-Ventajas de tener tanta experiencia en este mundo –frunció el ceño luego de decir aquello-. Eres consciente de que soy varios cientos de años mayor que tú, ¿verdad?

-No te preocupes, creo que en cualquiera de tus formas luces muy bien para tu edad.

Kurama rió ante ese último comentario y estiró una mano para acariciar la mejilla del otro. Todos consideraban a Itachi como alguien seguro, confiable y responsable, pero él había podido vislumbrar al dulce y considerado niño que se escondía en el fondo. Y las ganas de protegerlo se intensificaron cada vez más con el paso del tiempo.

-Te quiero –susurró

 

Los primeros a quienes les informaron sobre su relación fueron Sasuke y Naruto. El rubio gritó emocionado y abrazó a ambos, mientras que Sasuke se quedó en shock durante un buen rato. Al parecer el moreno estaba rememorando todas las interacciones que había visto compartir entre su hermano y el demonio buscando en qué momento las cosas entre ellos se transformaron en amor. Agitó la cabeza para alejar esos escalofriantes pensamientos.

-Supongo que no hay más remedio –declaró

Sin embargo en el fondo Sasuke se sentía contento. A pesar de que en ocasiones peleaban, él realmente admiraba y amaba a su hermano mayor, quería estar ahí para él y ayudarlo como muchas veces Itachi hizo. De modo que si el genio de su familia estaba totalmente convencido de que Kurama era quien lo haría tan feliz como a él su torpe esposo, entonces iba a confiar en ellos y darles su bendición.

Los siguientes en enterarse fueron Minato y Kushina. Ella reaccionó de la misma manera que su hijo, incluso le pidió a Itachi que cuidara bien de su querido amigo. Minato, como el hombre sensato que era, estaba un poco preocupado sobre los obstáculos que se les atravesarían, por lo que les dio su palabra de estar ahí apoyándolos siempre que lo necesitaran. La nueva pareja acordó que esperarían un tiempo antes de hablar con el matrimonio Uchiha; tenían que pensarlo bien porque no sería justo para ellos mantener el secreto sobre el origen de Kurama.

-Se los diremos cuando nos sentamos más cómodos con la relación –decretó el demonio

-¿Y eso será cuando imitemos a mis torpes hermanitos y nos escapemos para casarnos? –preguntó el otro en broma

-… Será después de que te cuente todo mi pasado.

Itachi no supo qué responder, sorprendido por tales palabras. La verdadera historia de Kurama era algo que ni Naruto o alguno de sus antepasados Uzumaki sabía. La promesa de que algún día iba a contársela era una declaración de lo mucho que confiaba en Itachi.

-Esperaré ansioso escucharte –contestó, apoyando su frente en el hombro del demonio

 

Los miedos y preocupaciones de Kurama no iban a esfumarse por haber aceptado sus sentimientos hacia Uchiha Itachi. Probablemente pasaría el resto del tiempo a su lado preguntándose si realmente no habría sido mejor empujar al pelinegro para que buscara a alguien más. Pero mientras su compañero viviera iba a esforzarse por hacerlo feliz. No solo a él, sino también a los otros dos idiotas que vio crecer y tanto le importaban. Era cierto que Kurama tendría que ver envejecer y morir a la gente que más le importaba (ya lo hizo una vez con Naruto hacía muchísimos años), sin embargo, como dijo la persona por la que tanto esperó, para cuando ese momento llegara el tiempo que habría compartido con ellos bien valdría la pena las lágrimas por las despedidas.

 

Además aunque tendría que separarse de las personas que amaba, algún día una vez más podría  reunirse con ellos. Y entonces la historia iba a continuar.

 

FIN

THE END 

OWARI


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