Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kurama por Higary

[Reviews - 129]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! *le arrojan piedras* Sí, ya sé que ha sido otra larga espera, pero aquí me tienen de vuelta con este fic. Confieso que mi plan era actualizarlo cuando fue el cumpleaños de Sasuke, pero mi inspiración andaba más que muerta… En realidad me ha jugado en contra desde hace ya bastante tiempo, y a eso hay que sumarle mi falta de tiempo libre, pero no por eso pienso dejar este fanfic. ¡Mi meta es terminarlo antes de que concluya 2016! Tomando en cuenta que ya lleva más de un año publicándose y eso que realmente no es tan largo :( Pero como ya les hice esperar mucho, mejor les dejo para que pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

La pared de los lectores: Acuario, Pochan, Lizut Uchiha, sukisasunaru50, Okami, Xio, carolina y Hikari XD

 

Disclaimer: Como es bien sabido, los personajes son propiedad de Masashi (vendido) Kishimoto. La idea para este fanfic no recuerdo cómo surgió.

SEXTA PARTE

 

Kurama se rascaba una oreja mientras se encontraba sentado frente a la laptop y esperaba que la persona con quien charlaba vía web cam regresara. Se miró las garras hasta que escuchó un carraspeo y al levantar la cabeza se encontró con Uchiha Itachi, quien le sonreía desde la pantalla.

-Lamento la demora, Kurama-san.

-Comienzo a acostumbrarme a tu agenda tan ocupada y a que seas tan popular.

-No molestes.

El zorro sonrió con maldad; no importaba el tiempo que pasara, seguía siendo muy divertido molestar a ese chico tan centrado. Como era de esperarse, el tiempo pasó e Itachi se marchó a la universidad. Llevaba unos nueve meses en ella y, por lo que contaba en sus conversaciones por computadora, ya no le costaba trabajo dominar el ritmo de trabajo y estudio. Kurama no iba a admitirlo en voz alta, pero realmente extrañaba al chico y le alegraba que siguiera en constante comunicación con ellos, aunque no podría ser de otra manera luego de la emotiva despedida en la cual Sasuke se mantuvo estoico mientras que Naruto lloró a moco tendido por ambos y se abrazó como lapa al Uchiha mayor, haciendo que fuera Sasuke quien casi tuviera que arrancarlo del cuerpo de su hermano para que Itachi pudiera subir al avión. Ciertamente fue una escena bochornosa, pero esa efusividad y cariño sincero eran lo que hacía a Naruto tan especial y entrañable.

-Si tus compañeros llegan a mirarte platicando con un zorro, seguro te tacharán de loco –comentó el demonio-. Pensándolo bien, lamento decirte que pese a que eres considerado un genio, nunca me has parecido muy cuerdo que digamos.

- ¡¿Qué?! ¿Por qué?

-Adulto en cuerpo de mocoso.

-Diría que esperaras unos años más a ver si afirmas lo mismo, pero luego recuerdo cómo tratas a Minato-san y mejor me resigno.

-Una sabia elección, debo admitir.

Itachi frunció el ceño, pero luego sonrió triunfante, pues sabía exactamente la manera en que podría molestar a ese irritante zorro cuyo pasatiempo era sacarlo de sus casillas (y eso que él se consideraba sumamente paciente).

-Por cierto, Kurama-san, ¿para cuándo espero el feliz anuncio de que el pequeño Naruto finalmente es mi adorable cuñado?

El moreno soltó una carcajada cuando escuchó los pequeños gruñidos que el zorro no logró contener. Itachi podía declararse victorioso esa noche e iba a disfrutarlo con ganas.

 

Durante ese lapso de tiempo, Kurama pudo observar los cambios que la adolescencia estaba trayendo en sus dos chicos más jóvenes: ambos estaban volviéndose más altos, la voz de Sasuke sonaba más profunda (y sexy, según sus escandalosas fans), mientras que Naruto despedía un encanto que a veces le metía en problemas, pues como él era amable y despistado por naturaleza, ya eran varias las ocasiones en que algún novio celoso tomaba esa actitud del Uzumaki como un intento de coqueteo hacia su pareja. Por suerte el propio Sasuke y su amigo Shikamaru estaban ahí para sacar de los problemas al pequeño rubio.

 

El zorro salió de sus pensamientos cuando vio aparecer al “gran rubio”. Observando a Minato en realidad no debería sorprenderle el lado despistado de su hijo, ya que si bien el Namikaze era bastante inteligente y observador en general, cuando se trataba de él mismo era tan receptivo como una patata. Minato despistado y su habanero torpe. Una muy buena combinación.

-¿Por qué me miras así? –preguntó el hombre

-Nada, simplemente recordaba el pasado.

-Oh, ¿algo interesante?

Kurama sonrió con maldad. ¿Para qué negarlo? Él se divirtió mucho viendo a esos dos girar alrededor del otro hasta que se decidieron a dar el siguiente paso en su relación. Y fue así hasta que se casaron. El demonio estaba seguro que de no haber estado ahí para empujarlos cuando se requería, esos dos habrían tardado bastantes años en si quiera declararse.

-Extraño los viejos tiempos en que te molestaba, Minato.

-Pero si eso lo sigues haciendo hasta la actualidad –le recordó el hombre

-Cierto. Entonces debes admitir que sin mí, tu vida sería más aburrida.

Desde la cocina pudieron escuchar la carcajada de Kushina, quien al parecer había escuchado toda la conversación. Kurama no tenía prisa porque Naruto siguiera el camino de sus padres y se convirtiera en adulto, con todo lo que ello conllevaba. Estaba disfrutando de sobremanera verlo pasar por cada etapa de su vida feliz, relajado y dispuesto a hacer frente a lo que se le atravesara. La vida que el demonio siempre deseó para él.

 

Naruto y Sasuke ahora cursaban su segundo año de Secundaria, todavía compartiendo salón con los mismos compañeros y el rubio formando parte del equipo titular de futbol. Incluso para todos los del club ya era habitual la presencia del Uchiha en las gradas esperando por su escandaloso amigo, a veces acompañado también por Shikamaru y Chouji. A su pequeño grupo se había unido Kiba después de superar las diferencias de cuando recién se conocieron, y gracias a él también en ocasiones se les sumaba Aburame Shino, compañero y viejo amigo suyo.

-Estoy emocionado por el juego del sábado –comentó Naruto durante la hora del almuerzo-. Dicen que el equipo del Colegio Amegakure es bastante fuerte. Recuerdo que a Itachi nii no le agradaban mucho, decía que eran muy rudos.

-Cierto. Aunque a aniki pocas personas realmente le agradan.

-Mira quién lo dice, teme

El Uzumaki se rió ante la indiferencia con que su amigo tomó su comentario, porque ambos sabían que era verdad. Sasuke era muy popular con las chicas, más que antes, pues ellas lo consideraban algo así como un apuesto caballero enigmático. Y parecía que no les importaba que él las ignorara e incluso no dudara en ser grosero con ellas cuando lo exasperaban con sus cuchicheos o se le acercaban demasiado.

-Ellas únicamente prestan atención al físico –fue lo que mencionó el moreno

-… Creo que si llegaran a conocerte bien, les gustarías más. En el fondo eres una excelente persona, Sasuke.

-¿Qué?

Naruto se sonrojó al darse cuenta de lo que acababa de decir. Balbuceó un poco y ya que no pudo mencionar nada coherente, optó por seguir comiendo su almuerzo. El Uchiha no se encontraba mejor, pues tras escuchar esas palabras una sensación muy cálida le recorrió el pecho; ya le había pasado en ocasiones anteriores, pero todavía no se atrevía a ahondar en el por qué de esas sensaciones.

 

Ambos chicos eran observados desde el techo por Kurama, quien recientemente había vuelto a tomar la costumbre de vigilar a los chicos (a escondidas de Kushina, por supuesto).

Sabía que ellos estaban pasando por una etapa llena de cambios, por eso trataba de tenerles un ojo encima el mayor tiempo posible (tal como se lo prometió a Itachi). Con sus agudos sentidos captó a dos chicas, una rubia y otra de cabello rosa, cruzar el patio hasta llegar con Inuzuka Kiba, uno de los amigos más recientes de su pequeño hiperactivo. Utilizando su ágil forma de zorro se escabulló entre los arbustos hasta quedar lo más cerca posible del trío, porque podía percibir que necesitaba estar alerta a lo que conversarían.

 

Kiba estaba charlando con su amigo Shino cuando vio que Haruno Sakura y Yamanaka Ino se detuvieron delante de ellos. Arqueó una ceja, porque él sólo conocía a las chicas de vista debido a su amiga Hinata, pero jamás había cruzado palabras con ellas.

-¿Se les ofrece algo? –preguntó él intentando sonar cortés

-Hola. Kiba-kun, ¿verdad? –sonrió la rubia- Sólo tenemos curiosidad por saber cómo lograste hacerte amigo de Sasuke-kun.

-¿Eh? –se desconcertó ante la interrogante, pero decidió responderles para que lo dejaran en paz; no cabía duda que eran de esas fans escandalosas de las que el Uchiha solía quejarse- Bueno, no sé si realmente pueda considerarme su amigo, en realidad convivimos debido a Naruto. Sólo traten de hablar con Sasuke y ya.

-No es tan sencillo –intervino Sakura, bufando-. Él suele comportarse bastante indiferente con la mayoría de las personas que tratan de acercársele.

-Pues es que él es así –contestó, encogiéndose de hombros-. Miren, ese chico realmente no parece preocuparse por nadie, excepto Naruto quien es su mejor amigo desde la infancia. Si quieren un consejo para llevarse bien con Sasuke, entonces mejor hablen con Naruto.

-Vámonos o llegaremos tarde a la clase –mencionó Shino de pronto

-Cierto. Hasta luego, chicas.

Mientras ellas se alejaban, ambas trataron de ocultar su frustración por no haber conseguido nada. La de cabello rosa suspiró, puesto que ya se esperaba algo así, mientras que Ino no pensaba resignarse tan fácilmente.

-Tal vez deberíamos hacernos amigas de Naruto, es la forma más segura para poder estar cerca de Sasuke-kun sin que él nos mire con molestia –declaró la rubia

-Realmente es muy buena idea, pero no creo que funcione. Hinata y yo intentamos acercarnos a ellos cuando niños y prácticamente nos rechazaron. Además Naruto puede parecer amistoso, pero en realidad son pocas las personas con las que tiene una relación más estrecha.

Sakura no pudo evitar pensar en Hyuuga Hinata, quien debía conformarse con observar al chico a la distancia debido a que él sólo la trataba con cortesía, pero algo cortante y no hablaba con ella más de lo obligatoriamente indispensable.

-Nada perdemos con intentarlo –añadió su amiga

 

Desde su escondite, el demonio entrecerró los ojos y reunió todo su autocontrol para no darles su merecido a esas chicas. Sí, de acuerdo, apenas eran unas chiquillas atravesando por la adolescencia, pero eso no cambiaba el hecho de que quisieran utilizar a Naruto con el fin de llegar a Sasuke. Definitivamente tendría una charla con el Uchiha menor para reafirmarle que tuviera cuidado con esas chicas e interviniera si se acercaban al rubio. Sabía muy bien que en cuanto supiera sus intenciones, Sasuke las detestaría más que a nada, como a todos los que trataban de lastimar a su mejor amigo. Esas dos ya tenían seguro el rencor de su amor platónico mucho antes de poder entablar si quiera una conversación decente con él.

 

Los siguientes días todo transcurrió con tranquilidad. Tras una charla privada con el demonio, Sasuke estaba más apegado a su compañero de ojos azules, pues sobre su cadáver dejaría que alguien lo utilizara. El Uzumaki no podía evitar reírse ante la actitud del otro, ya que el moreno generalmente actuaba bastante reservado y hasta antipático, por eso le divertía mucho cuando por alguna razón se ponía en plan protector. Lo hacía sentirse querido, sensación que llevaba un tiempo repitiéndose cada vez con más fuerza.

 

El jueves por la tarde, ambos fueron a casa del Uchiha para estudiar, algo que ya era una costumbre que tanto el demonio como los padres de Naruto agradecían, pues sabían que las explicaciones de Sasuke le eran fáciles de comprender. En realidad Itachi había sido un mejor profesor para él, pero Sasuke se enfurruñaba cada que escuchaba eso, por lo que todos optaron por no mencionarlo al menos en su presencia. Kurama (en su forma de zorro) dormía tranquilamente sobre uno de los sillones, puesto que los padres del moreno regresarían tarde a casa y él se había ofrecido para cuidar a esos dos.

 

Naruto trataba de prestar total atención a su amigo, pero de vez en cuando sus ojos se quedaban fijos en las facciones del otro. Debía admitir que ciertamente el moreno era atractivo, además tenía un tono de voz que se estaba tornando más profundo conforme atravesaban  la adolescencia. Claro, no negaba que era bastante antisocial, que pocas cosas le simpatizaban sinceramente y que no era la persona más afectuosa del mundo, sin embargo con él siempre había sido muy atento e incluso sobreprotector (a pesar de que también lo insultara bastante). Rara vez sus peleas eran serias y a pesar de ser sumamente orgulloso, daba su brazo a torcer y se disculpaba cuando sabía que él tenía la culpa. Definitivamente Sasuke era una de las personas más increíbles e importantes de su vida, lo había sido desde que se conocieron y justo en ese momento cayó en cuenta de lo mucho que le gustaba ese lado solitario del moreno, porque a pesar de ello siempre le permitía estar cerca de él y acompañarle.

-Usuratonkachi, ¿qué sucede?, ¿al menos estás escuchando lo que te digo?

-¿Eh? –el rubio salió de sus pensamientos- C-Claro que sí.

-Más te vale, porque si repruebas alguna materia, no quiero que vengas a llorarme.

El Uzumaki sonrió porque sabía bien que incluso si eso ocurriera, Sasuke estaría ahí dispuesto a ayudarlo, además de echarle en cara el clásico “Te lo dije”. Tantos años de amistad y finalmente caía en cuenta de cuán importante y significativo era ese chico de ojos oscuros para él. Con razón hacía sólo un par de semanas que Shikamaru comentó que a veces era vergonzoso presenciar las “miraditas” que lanzaba al Uchiha. En ese momento se sonrojó y negó de inmediato que hiciera algo así, pero ahora, en retrospectiva, tal vez su amigo Nara no estaba tan errado como creyó al inicio.

 

Kurama entreabrió un ojo (en realidad sólo fingía estar durmiendo) y contempló la escena que protagonizaban sus mocosos. Por la forma en que brillaban los ojos de Naruto y la pequeña sonrisa que no se borraba de sus labios, no era difícil deducir en qué estaba pensando. Sólo era cuestión de tiempo para que alguno de los dos comenzara a ver lo peculiar de su relación. Sería bastante interesante presenciar cómo iban a desarrollarse las cosas entre ambos jóvenes a partir de ahora.

 

Finalmente el partido contra Amegakure llegó. Kurama se encontraba escondido dentro de una mochila que Sasuke tenía en su regazo. El ojinegro había protestado, puesto que generalmente quien cargaba con el zorro era Kushina, pero esta vez ni ella ni Minato podían asistir al juego, así que le tocaba soportar al demonio que no perdía oportunidad para molestarlo cuando alguna chica trataba de coquetear con él.

-Eso te pasa por ser antisocial y no ir a sentarte con esos chicos que los soportan, Shikamaru y Chouji.

-No quiero tener que dar una absurda explicación de por qué traigo a un zorro. Dudo que me crean si les digo que eres la mascota de Naruto. Esas nueve colas son demasiado sospechosas.

-Te quejas demasiado. Aprende a Itachi, él hasta me compraba comida.

-Era para que lo dejaras en paz.

-Lo sé, fueron buenos y deliciosos tiempos.

 

No pasó mucho tiempo después para que el partido iniciara. Las porras de ambos equipos gritaban sin parar, mientras que moreno y demonio no perdían de vista al chico de ojos claros que corría y alentaba a sus compañeros. Sin embargo, tampoco pudieron dejar de notar que los jugadores de Amegakure eran bastante rudos y atacaban con más fuerza de la necesaria. Tras una jugada Naruto anotó un gol, desatando furor entre los aficionados de Konoha. Pero cuando se reinició el partido tras esa jugada, apenas tocó el balón de nuevo y uno de los contrincantes le dio una fuerte patada, tumbándolo al suelo.

-¡Naruto! –Sasuke gritó, levantándose de inmediato de su lugar

Eso desató el caos. Los jugadores de ambos equipos comenzaron a pelear, provocando que los ánimos en las gradas también se calentaran y se desatara prácticamente toda una batalla. El Uchiha observó que su amigo seguía tirado sujetándose la pierna y estaba en medio de varios chicos que forcejeaban entre ellos, así que decidió ir por él, pero antes giró para cruzar miradas con el zorro que tenía todo el pelaje encrespado y no apartaba sus furiosos ojos del campo.

-Quédate aquí y no intervengas, Kurama-san –ordenó con voz firme-. Yo iré por él.

Sasuke sabía perfectamente que si el demonio atacaba en esos momentos en que se encontraba tan furioso, nadie quedaría en pie. Tenía muy bien grabado en su memoria que cuando eran niños, él y Naruto se perdieron en el camino a casa por ayudar a un perrito que se encontraba atrapado entre unos arbustos. Entonces unos tipos sospechosos se les habían acercado, pero antes de poder alcanzarlos, Kurama apareció con su forma humana y se abalanzó sobre ellos. Naruto no lo recordaba bien porque Sasuke le había abrazado y cubierto los ojos, pero el moreno sí presenció cómo el demonio furioso les dio tremenda golpiza que poco faltó para matarlos.

-Grr, de acuerdo –cedió el zorro-, pero date prisa, mocoso Uchiha.

 

Entre algunos empujones y patadas, Sasuke se abrió paso hasta el Uzumaki, quien intentaba infructuosamente ponerse de pie, ya que el entrenador del equipo estaba más ocupado tratando de detener la pelea entre sus alumnos y los del colegio contrario. Naruto detuvo sus movimientos cuando una conocida pálida mano se colocó sobre su pierna herida.

-¿Cómo estás, usuratonkachi?

-Nada que un poco de hielo no pueda solucionar. Y no me llames así, teme –se quejó

Aprovechando que las demás personas a su alrededor seguían enfrascadas en sus propias disputas, Sasuke ayudó al rubio para que se subiera a su espalda y le sujetó las piernas para poder cargarlo. Una suerte que a pesar de todo el ramen que comía, en realidad Naruto no fuera tan pesado.

-Vamos, te llevaré a casa.

-Oye, ¿no deberíamos avisarle al entrenador?

-Está demasiado ocupado y van a tardar un rato en calmarlos a todos. Se las arreglarán bien sin ti.

 

Cargando al chico, se acercaron a las gradas para que Naruto tomara la mochila donde se encontraba Kurama. El zorro de inmediato sacó su cabeza para examinarlo, así que el rubio le sonrió de manera tranquilizante.

-Estoy bien, Kurama. Me duele un poco, pero este teme es demasiado exagerado.

-Vuelve a decirlo y no dudaré en dejarte caer al piso –comentó el moreno

-Te muerdo si lo haces –advirtió a su vez el demonio

 

El camino a casa fue bastante entretenido… aunque no tanto para el Uchiha, pues Kurama a cada rato le hacía comentarios como que se diera prisa, hacía calor, tenía hambre porque no le compró nada de comer para ver el partido que a final de cuentas ni siquiera terminó, que Naruto tenía sed, estaba cansado y muchas cosas más, haciendo al moreno gruñir y pelear con él. Naruto trató de detenerlos, pero ya que sus esfuerzos resultaron en vano, al final optó por mejor seguirle la corriente al zorro y se puso a canturrear y apurar al ojinegro. Sasuke consideró que con el simple hecho de soportar a esos dos, ya se debería haber ganado un lugar en el cielo.

 

Finalmente llegaron a la casa Uzumaki, donde se encontraron a Minato quien también acababa de regresar del trabajo y se exaltó en cuanto miró a su hijo.

-¡Naruto! ¿Qué pasó? –se acercó corriendo

-Estoy bien, otou-san. Bueno, más o menos.

Sasuke depositó al chico en la sala mientras el Namikaze corría a buscar el botiquín. Una vez regresó con él y buscó lo necesario para tratar la pierna de su hijo, Kurama le indicó que también prepara algo de comer, ya que consideraba esos dos chicos necesitaban energía después de tanta actividad.

-Yo puedo ocuparme de él, Minato-san –indicó el Uchiha

-De acuerdo, te lo encargo, Sasuke-kun.

Kurama fue tras el adulto para ayudarlo, dejando a los menores a solas mientras Sasuke comenzaba a vendar a su amigo. Contemplaba el golpe (que se estaba tornando morado) con el ceño fruncido, molesto por no haberle dado al menos un puñetazo al sujeto que lo atacó. Mientras continuaba colocando el vendaje, sintió algo en su mejilla y alzó la mirada, encontrándose con Naruto quien utilizaba una toalla para limpiarle el rostro, pues tenía algo de tierra y uno que otro golpe ligero de cuando fue por el de ojos azules.

-Muchas gracias, Sasuke –le dijo, sonriendo de manera radiante

-… Admítelo, estarías perdido sin mí.

-Idiota, no arruines el momento.

 

Minato venía de regreso trayendo una bandeja con té y algunos bocadillos, pero se detuvo en la entrada de la sala al percatarse de la mirada tan dulce con que su hijo contemplaba a su mejor amigo mientras éste seguía atendiendo su herida. Era como si nada más le importara, solo el chico que tenía delante. Kurama iba sobre el hombro del rubio mayor y sonrió ante la escena, sobre todo por la cara de estupefacción que lucía el Namikaze.

-Minato –llamó-, mejor resígnate a la idea de tener una nuera.

Sabía que el rubio iba a durar en shock un rato más debido a su comentario, aunque no entendía por qué se sorprendía tanto. ¡Resultaba obvio desde niños que estaban hechos el uno para el otro! Seguramente si Kushina estuviera en el lugar de su esposo, se alegraría mucho porque a final de cuentas ella adoraba a Sasuke. Kurama siguió sonriendo ante la forma tan cuidadosa con que esos dos chicos se atendían mutuamente, eran tan dulces… y cursis. Sólo podía esperar que ambos se dieran cuenta de que algo ocurría entre ellos antes de que optaran por tomar caminos separados.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Oh, sí, comienza el sasunaru a todo lo que da (excepto lemon, eso váyanlo descartando). Y en realidad ya era hora, puesto que a este fanfic sólo le quedan tres capítulos. Anteriormente comenté que iban a ser 10, pero eso fue un error de cálculo, así que quedará en 9, no quiero alargar la historia innecesariamente. Y Kurama aquí sí se la pasó troleando a todos XD El único que más o menos puede contra él es Itachi, jeje. Una disculpa si hay horrores ortográficos, se supone que lo revisé, pero últimamente no confío demasiado en mi vista. Como siempre esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, golpes, cebollazos, jitomatazos, flores, bombas, felicitaciones, amenazas y demás. El 14 de Agosto esta cuenta de AY cumplirá 10 años, pero como no tendré tiempo de escribir un fic para festejar, en mi cuenta de Facebook subiré una pequeña colección de drabbles de diferentes fandoms. Más información sobre esa cuenta en mi perfil. Ahora sí por hoy es todo, nos leemos pronto con el siguiente capítulo (que estoy ansiosa por escribir). Se me cuidan mucho, ¡¡bye byeeee!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).