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Esclavo de Tu Amor por Arizt Knith

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Notas del capitulo:

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Notas de la autora: Muy buenas mis rayitos de sol y criaturitas del señor! Me alegro de ver esos comentarios tan lindos, en verdad que estoy agradecida porque sigan fielmente este fanfic, y por eso hoy me esforcé en hacerlo un poquito mas largo, en verdad les adoro por cada review que me dejan diciendo lo mucho que les ha gustado, sigan asi! Por cada review hermoso me animan a escribir y a actualizar pronto!

Bueno, ya no les entretengo y les dejo para que disfruten de este capitulo recién salido del horno! :'3 a todo esto, las que no se han pasado por mis otros fics como Please Don't Go o Una Nueva Oportunidad (que es el mas avanzado que llevo) les invito a que los lean y me dejen un hermoso review! Ahora si, ya no les molesto mas!

Disfruten!

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Ƹr0;y7;r0;Ʒ


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Esclavo de Tu Amor


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Capítulo 21


Hero


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Ƹr0;y7;r0;Ʒ


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Al pobre de Aeneas por poco le da algo cuando vio que su amado francés caer desmayado sobre sus brazos, definitivamente todo eso había sido culpa suya y todo por no avisarle y suavizar un poco las cosas antes de que el llegara.


ㅡ No quiero que nadie nos interrumpa a excepción de que seas tu, Arizt, o algo del trabajo ¿entendido Cid? ㅡDeclaro con el ceño fruncido mientras miraba a los mencionados y tomaba a su amado en brazos y se daba la vuelta para subir de regreso las escaleras y llevárselo a su habitación, aquella orden había sido especifica y esperaba que nadie llegara a desobedecerle o las consecuencias serian terriblesㅡ


ㅡMuy bien, se acabo el espectáculo ㅡExclamo el español mientras daba unas cuantas palmadas y mandaba a todo el mundo a que siguiera con sus deberesㅡ Ándre, llévate al joven Arizt a su habitación ㅡEl castaño menor se sorprendió por la orden del español, pero mas fue su sorpresa cuando sintió el agarre del rubio en su brazoㅡ


ㅡ Pero... ㅡSus ojos se fijaron en los del español y luego en los del holandés, quien le sonrió con levedad y le halo del brazo para que subiera las escalerasㅡ


ㅡ Vamos tienes que descansar, tanto ajetreo te hará mal a ti y al bebé ㅡLa mano del rubio bajo hasta el vientre abultado, el cual acaricio con cariño ya que se trataba del hijo de su "hermano"ㅡ


ㅡ Esta bien... ㅡBajo la mirada y luego la alzo para sonreír, el pequeño ser en su interior se había movido con suavidad y todo por los toques del rubioㅡ


Todos los presentes fueron abandonando el living para seguir con sus tareas, dejando únicamente a Helena, a la pelirroja seguía sin que le pasara aquel sabor amargo de la boca, nunca imagino que Aeneas fuera capaz de causarle tal humillación y peor aun, frente al hijo de esa zorra y de toda la servidumbre.


ㅡ Esto no se va a quedar así ㅡSu cuerpo estaba tan rígido y al tener sus manos hechas puño, sus uñas le terminaban lastimando las palmas, pero ese dolor no se comparaba con lo que sentía. Sabia que Aeneas no le amaba para nada y que daría lo que fuera por Krest Verseau y bueno, no es como si ella también le amara, después de todo seguía con el por el hijo que tenían y que gracias a este se daba la buena vidaㅡ


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(***)


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Y mientras la progenitora del pelirrojo buscaba la manera de hacerle pagar todas y cada una de las que el griego le había hecho, el hijo de esta se encontraba disfrutando de la tranquilidad de la noche, aunque su mente seguía siendo atormentada por el castaño, de quien desconocía su estado actual. Se alejo del ventanal y se fue a acostar a la amplia cama, la botella de cerveza había quedado a medio tomar y olvidada en alguna mesa.


Lo único que quería era descansar y olvidar todo lo que había vivido, pero aunque cerrase los ojos podía ver el rostro de aquel malagradecido y cada mañana que despertaba terminaba palpando la cama, como si buscara el cuerpo de su amante a quien poseía todas las noches.


En eso escucho su celular sonar pero decidió ignorarlo, el aparato seguía sonando la misma tonada por varios segundos hasta quedar en silencio, pero nuevamente este volvió a encenderse para seguir sonando la misma melodía; Khian ya se estaba cansando por lo que decidió atender la llamada a que la música esa le siguiera taladrando la cabeza y le causara jaqueca.


ㅡ Si, ¿diga? ㅡLa persona del otro lado de la linea le soltó un improperio que hizo al pelirrojo rodar los ojos con molestia, mas no le corto, ya que el otro se las ingeniaría para estarle llamando hasta el cansancioㅡ


 Hasta que por fin me contestas ㅡEl hombre del otro lado de la linea, Zhian Nightmare, se encontraba felizmente sentado sobre un sillón de curo negro mientras sostenía el móvil con su mano derecha y con la otra tomaba el vaso con whiskyㅡ Eres un completo mal agradecido, mi querido Khian, ni porque me esfuerzo en cumplir tus caprichos


ㅡ ¿Que es lo que quieres? ㅡPregunto cansado de la pararota del otro y aunque no pudiera verle sabia que este debía tener esa odiosa sonrisa burlona estampada en los labiosㅡ


ㅡ ¿Que es lo que quiero? ㅡSe paso la mano por el rostro y apretón con cierta fuerza el puente de su nariz, luego aparto algunos cadejos rojizos de su rostro, se estaba molestando mas con el otro, sabia que algo debía traer entre manos o quizá se había enterado de algo que le fuera de interés, porque sino, ¿que otro motivo tendría para llamarle a esas horas de la noche?ㅡ Más bien es algo que a ti te interesa


ㅡ Ve al grano, ¿si? ㅡEl hombre cuya voz enigmática idiotizaba a cualquiera soltó una carcajada, gustaba molestar al otro, hacerle rabiar era uno de sus mas grandes placeresㅡ


ㅡ Que impaciente ㅡDejo el vaso sobre la mesa de vidrio y subió una pierna sobre la otraㅡ Pero bueno, seré benevolente contigo, mi querido pelirrojo ㅡHizo una ligera pausa, solo para aumentarle algo de misterio al asunto pero luego de escuchar las quejas del menor prefirió dar rienda suelta a lo que había escuchado e inclusive su voz burlona cambio a una mas seriaㅡ ¿Recuerdas a tu "querida" muñeca?


ㅡ ¿Que demonios tiene que ver ese conmigo? ㅡSu voz se había escuchado desinteresada pero para el gran Nightmare aquello era nada mas que una vil farsa, y Khian lo sabia, pues de nada servia ocultar lo que el sentía porque el pelinegro le conocía a la perfección, no por nada tenían un fuerte lazo de amistad, uno que iniciaron desde muy jóvenes gracias a los constantes negocios que sus padres hacían para ir ganando mas fama y dinero; llegando a catalogar a Zevran Nightmare como el único hombre capaz de igualar a Aeneas Skórpioㅡ


ㅡ Querido Khian... ㅡExhalo hondo y descruzo sus piernas para levantarse e ir al balcón de su habitación y observar la lunaㅡ Te conozco a la perfección, aun estas interesado en ese chico sino, ¿porque motivo te has ido tan lejos? ㅡEl otro simplemente guardo silencio, Nightmare enfoco sus fríos zafiros sobre el astro lunar al rato cerro los ojos por breves segundos mientras alzaba las comisuras de sus labiosㅡ Y otro motivo para creer que aun estas interesado en el, es por ese investigador que contrataste, ¿acaso me crees tonto, amigo mio?


ㅡ ... ㅡDefinitivamente no se espero eso, de todas las cosas no se imagino que el pelinegro lograra dar con la treta que había hecho momentos antes de marcharse de su tierra natal aunque, ni tan siquiera el sabía porque había hecho tal cosa y todo por ese sujeto que al final de cuentas era medio hermano suyoㅡ No se de que me hablas


ㅡ ¿En serio me crees tonto? ㅡEl pelirrojo cerro con fuerza los ojos por lo que había dicho, la risa del pelinegro le daba a entender que no se creía lo que le había dichoㅡ Te hacen falta años luz para que logres mentirme, querido amigo


ㅡ Tsk, mira, si me llamaste para decirme eso pues si, lo hice ¿y que? ㅡA este punto se encontraba igual en el balcón de su habitación y contra la baranda, no tenia camisa pero el frió de la noche no le afectaba en nadaㅡ


ㅡ ¿Porque lo hiciste? ㅡPreguntó con seriedad, Khian ya se estaba cansando de aquel juego de preguntas sin respuestasㅡ


ㅡ Zhian, así como tu me conoces a la perfección, déjame decirte que yo te conozco muy bien ㅡHubo algo de silencio por lo que volvió a hablarㅡ ¿Porque me has llamado?


El mayor guardo silencio por un largo rato, como dudando si decir lo que había descubierto o noㅡ Tienes que volver a Abbad Sindria ㅡFueron sus únicas palabras, descolocando al menorㅡ


ㅡ ¿Porque lo haría? ㅡNuevamente hubo otra pausa, esta vez mas larga pero cuando el menor demando una respuesta y esta vez que fuera toda la verdad, al pelinegro no le quedo de otra mas que confesar lo que el mismo había descubierto un día que se encontraba en la plaza con su amada "madre"ㅡ Dime que es broma... ㅡAquello que le estaba diciendo era algo irreal, simplemente se negaba a creerloㅡ ¡Maldita sea Zhian, dime que es broma!


ㅡ Me temo que no lo es ㅡAquella voz tan seria, casi rayando a lo frío hacía que el menor terminara arrepintiéndose por haber contestado la llamada, no, mas bien por exigirle al otro que le dijera el verdadero motivo tras la llamadaㅡ ¿... Zhian... ?


ㅡ ¿Desde cuando? ㅡCerro los ojos con fuerza e hizo la cabeza hacia atrás, mas su fleco termino cubriéndoleㅡ Dime desde cuando... el...


ㅡ Por lo que vi ya tiene mucho de estar así... ㅡEsta vez el silencio prolongado fue por el pelirrojo, casi asustando al mayor de que su amigo haya cometido alguna locura por su imprudencia al revelar el estado del castañoㅡ Khian, que ni se te ocurra hacer alguna locura


ㅡ ¿Hacer una locura? ㅡLadeo la cabeza hacia un lado dejando que el fleco le despejara la vista de uno de sus ojosㅡ Jeh, ¿En serio crees que me atrevería a atentar contra mi propia vida y todo por alguien como él?


ㅡ La verdad si, eres impredecible ㅡY vaya que lo eraㅡ Tan solo te lo dije porque lo creí prudente además, ahora que no estas alguien parece estar tras élㅡAquello si le había hecho enojar, ¿apenas llevaba unos meses lejos del castaño y este ya se encontraba con alguien más?ㅡ


ㅡ ¿Y eso es de mi interés? ㅡMordió su labio inferior con fuerza, sintiendo hasta cierto punto agradable aquella sensación de dolor que el mismo se estaba causandoㅡ


ㅡ Jeh, no lo se, yo simplemente quise adelantarte esa primicia, amigo mio ㅡEn ese instante Khian pensó cuan bastardo era Zhian pero aun así estaba agradecido por las constantes veces que el pelinegro le había ayudado, aunque el pago terminase siendo igual o mas caro que el pedidoㅡ En fin, dulces sueños mi querido Escorpión Escarlata, y espero verte pronto en Abbad Sindria


ㅡ Quien dice que regresare a ese lugar ㅡNuevamente Zhian rió por las palabras de su amigoㅡ


ㅡ Se que regresaras ㅡDeclaró muy confiadoㅡ Porque una de las cosas que mas odias es que alguien se atreva a tocar lo que es tuyo ㅡY con tal declaración, hecha por las mismas palabras que el mismísimo pelirrojo había usado tiempo atrás, el pelinegro corto la llamada y dejo al menor con las palabras en la bocaㅡ


ㅡ Maldito bastardo... ㅡApago el móvil y lo apretó con tal fuerza que la pantalla se lleno de grietas, Nightmare había salido vencedor por lo último que había dicho, porque esas palabras no las podía negar, el odiaba con todo su ser que alguien más, incluyendo sus hermanos, tocasen lo que a el le pertenecía y había marcado pero ahora la pregunta era, ¿sería capaz de volver?ㅡ


Con la incógnita se quedo en la intemperie, su cuerpo ardía y solo el frió abrazo de la noche parecía calmarle y ayudarle a pensar mejor; seguía sin tener claro en cual sería su próximo paso pues lo que menos quería era cometer los mismos errores del pasado.


ㅡ Arizt... ㅡSus labios se deleitaron al susurrar aquel nombre, casi saboreado los labios del menor y rememorando el toque de sus frías manos contra su ardíente cuerpoㅡ


Lo que el pelirrojo ignoraba es que mientras el se encontraba recordando a ese atolondrado castaño, el pequeño francés estaba en las mismas. Desde la soledad de su habitación y luego de aquella escena entre su madre y la madre de Khian, Ándre se había encargado de llevarle y dejarle en su habitación para que descansase ya que se encontraba en los últimos meses de gestación pero, al estar en esos meses tan delicados no podía evitar pensar en el pelirrojo y en cuanto le extrañaba, hasta el pequeño ser en su interior parecía querer necesitar de su padre.


ㅡ ¿Tu también le extrañas? ㅡLe pregunto al pequeño bebé que no dejaba de moverse en su interior y que de vez en cuando le daba leves pataditasㅡ ¿Sabes bebé? ㅡCon las yemas de los dedos fue trazando dibujos imaginarios y hasta le tarareaba una canción de cuna para que el pequeño se calmase un pocoㅡ .Yo también le extraño...


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(***)


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Las acciones y las palabras de las personas


podían causar grandes cambios en el destino de los demás,


ya fueran buenos o malos


pero grandes cambios en sus vidas a finales de cuentas.


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Las luces de neón hacían brillar todo el centro de Abbad Sindria, que a pesar de ser muy tarde aun así habían muchos peatones iban vía libre por las calles; muchos aprovechaban en salir por la noche, Abbad Sindria era conocido por ser una de las ciudades que nunca duerme pues a eso de altas horas de la noche es cuando pasaban las mejores cosas. Aunque si a el le preguntaran sobre ello, les diría que prefería salir temprano de su trabajo para regresar a casa y tomar una merecida siesta, después de todo en el día la cocina se volvía muy agitada con las constantes ordenes de los clientes o peor aun, cuando armaban grandes banquetes para quinientas o mas personas, eso si que era una locura total.


Un hombre de cortas hebras chocolate, piel trigueña y ojos esmeralda caminaba tranquilamente mientras se dirigía al completo de apartamentos que quedaba a unas cuantas esquinas; hacia poco que había salido del restaurante en el que trabajaba como chef principal y ahora que había salido a eso de las doce, cosa que había resultado ser muy temprano, aprovechaba para ir a casa y descansar todo lo que pudiese, a pesar de que mañana tenia el día libre.


A pesar de ser el chef principal de uno de los mejores hoteles reconocidos a nivel mundial, le gustaba vestir con sus típicas ropas orientales, era algo que le hacia sentir como en casa.


Alzo la mirada para posarla en el cielo estrellado, aquellos millones de puntos brillantes era el único espectáculo que a el le encantaba ver y de ser posible se regresaría a su amada tierra para ver las estrellas con mayor claridad. Mientras caminaba sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que en la zona por donde iba haciendo mas desierta; no fue que se dio cuenta hasta que paso por un callejón y escucho el ruido de unos botes de basura caerse, que se dio cuenta de donde estaba.


ㅡ ¿Eh? ㅡVolteo a ver hacia todos lados y prácticamente se encontraba solo en ese lugar, a excepción de los gatos que salieron despavoridos del callejón y terminaron perdiéndose en la oscuridad de la nocheㅡ ¿Como llegue hasta aquí? ㅡNo estaba perdido, pues conocía muy bien la ciudad luego de vivir mas de cinco años en esta, simplemente no entendía como había estado tan sumido en sus pensamientos y acabar lejos del completo de apartamentosㅡ


No valía la pena enojarse por algo tan pequeño por lo que solo se apoyo contra una de las paredes y se quedo observando el cielo, por esos lares no había ruido alguno y las luces de neón no le molestaban la mirada; aunque la tranquilidad le duro poco cuando escucho unos extraños quejidos provenir de aquel callejón, no eran los de algún animal, mas bien parecían quejidos de un humano por lo que se crispo un poco, pero luego negó y decidió ir a investigar después de todo, podía tratarse de alguien que necesitara ayuda, aunque fuera algún vagabundo con mucho gusto le ayudaría, era algo tan común en el ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.


ㅡ ¿Hay alguien aquí? ㅡSin temor se fue metiendo en el callejón, mas tuvo que sacar su celular para alumbrarse con la lamparita de este ya que estaba demasiado oscuro en aquella zona. Algunas ratas pasaron aun lado suyo causando que se sobresaltara pero luego se calmo y siguió caminando hasta que piso algo que no era un charco de agua, se agacho y alumbro hacia sus pies solo para ver que estaba parado sobre un charco de sangreㅡ ¡¿Hay alguien aquí?! ㅡVolvió a preguntar y esta vez mas asustado por aquella sangre, pues no era poca y esa persona se estaba desangrando. Como respuesta solo recibió unos quejidos y entre varias bolsas de basura encontró a un joven de larga cabellera, con las ropas hechas jirones y lo peor de todo, lleno de sangreㅡ


No perdió mas tiempo y alumbro con la lampara de celular al joven, le calculaba no mas de veinte años ademas de que se encontraba en mal estado. Con sumo cuidado fue revisando le para encontrar la herida, hasta que dio en el vientre de este, al parecer le habían hecho alguna clase de operación con malas suturas a la hora de cerrar la herida, pues los puntos parecían ir en zigzag y sin llegar a unir bien la carne.


ㅡ Pobre chico... ㅡSuspiro con pesar y marco directamente hacia el hospital mas cercano para que le mandasen una ambulancia, pues no podía llevarle mismo temiendo que con ello la situación fuera a empeorarㅡ


Al cabo de diez minutos la ambulancia termino llegando y acostaron al menor en una camilla para llevarle; en el trayecto uno de los para-médicos le hacia una que otra pregunta al asiático sobre sus datos personales y que clase de relación tenia con el otro, en ese momento no supo el porque termino mintiendo, les dijo que era un amigo y que el otro llevaba días desaparecido aunque bueno, algo de verdad llevaba la historia inventada pero aun así el para-medico le creyó y mientras lo hacia no podía evitar ver de reojo al menor.


A pesar de la suciedad podía ver que era de piel blanca, sus cabellos eran largos y quizá hasta la cintura, de un tono verde claro casi tirando a amarillo, ademas de que tenia unos puntitos por cejas, curioso, aquello solo le causo algo extraño en su interior.


Cuando llegaron al hospital los para-médicos tomaron al menor en la camilla y lo llevaron a una de las salas para atenderlo inmediatamente, mientras el oriental se quedo en la recepción llenando algunos formularios con sus datos personales y luego se fue a la sala de espera; mientras esperaba por alguna noticia de peliverde tomo algunas revistas que estaban en la mesa del centro y les hecho una ojeada que se sintió eterna, nadie salia de ahí para darle noticias y eso ya le estaba desesperando.


ㅡ ¿Porque tardaran tanto? ㅡSe pregunto así mismo, ¿tan grave era lo que tenia aquel chico?ㅡ Sinceramente, ¿que persona sería capaz de hacerle eso a otro ser humano? ㅡEn su mente no cabía como el mundo podía estar lleno de personas tan despreciables, esos que causaban tanto daño al más débil sin importarle un poco, ¿donde había quedado la humanidad? ¿acaso no tenían ni una pizca de sentimientos?


ㅡ ¿Señor Dohko Librani? ㅡla voz a sus espaldas le saco de sus pensamientos y se volteo para ver al hombre que no pasaba de sus cuarenta y traía una bata blanca encima de la ropaㅡ


ㅡ Si, soy yo ㅡSe levanto del sillón individual, el hombre se acomodo las gafas para ver mejor al castaño y le tendió la mano para saludarle a lo que el otro le correspondióoㅡ


ㅡ Soy el doctor Dalaras, soy quien atendió a su amigo ㅡAl principio se mostró confuso cuando el otro hizo mención de su amigo, ¿que amigo? pero luego recordóo la mentirilla que se había inventado sobre su supuesta amistad con el chico que se había encontradoㅡ


ㅡ ¡Oh, si! Dígame doctor, ¿como se encuentra el? ㅡEl doctor Dalaras alzo una ceja al ver el comportamiento de aquel hombre ademas por las ropas que estaba usando se dio cuenta de que era alguien que acababa de salir de su trabajo y quizá el cansancio le tenia así de lentoㅡ


ㅡ Ahora el se encuentra bien, nos hemos encargado de desinfectar y sanar todas las heridas, sobre todo la que tenia en el abdomen ㅡAclaro e hizo una pausa, ya que lo que estaba a punto de decirle era algo serio y eso el asiáticoo lo noto al instanteㅡ


ㅡ Doctor, ¿que es lo que sucede? ㅡEl de bata blanca soltó un hondo suspiro y coloco su diestra sobre el hombro ajeno para llevarle a un lugar mas privado y contarle a fondo sobre su descubrimientoㅡ


Luego de la charla con el doctor este le dio una receta con los calmantes que debía comprar ademas de entre otras cosas, Dohko la tomo para revisar cada cosa mientras escuchaba las demás instrucciones del doctor pues, esa misma noche se podía llevar al menor a casa, agradeciendo que no era algo mortal lo que tenía al haber actuado rápido.


ㅡ Muchísimas gracias ㅡRetrocedió dos pasos e hizo una reverencia al hombre de bata para luego retirarse al taxi que le esperaba con su acompañante durmiendo en el asiento traseroㅡ


Mientras el conductor le llevaba a su hogar el no podía despegar la mirada de la ventana, aunque se encontraba sumergido en sus pensamientos, no pidiendo creer lo que había vivido en pocas horas y todo por ayudar a ese jovencito pero, en su interior se alegraba de haberlo hecho y mas con lo que el doctor le había confesado sobre el estado de este, sabia que había hecho mas que lo correcto en ayudarle y tenerle consigo hasta que se recuperase.


Al llegar al completo de apartamentos el castaño le pago al conductor, salio del taxi y abrió la puerta de los asientos de atrás para a tomar a su acompañante y cargarle en brazos, el menor, que aun seguía bajo los efectos de la anestesia se removió un poco y pegó su rostro al pecho del chino, pues en aquel mundo de sombras podía sentir tranquilo, como si nada malo fuera a pasar y todo por la calidez y seguridad que el otro le transmitía. Al entrar al lobby le saludo a la recepcionista, una mujer en sus cuarenta, cabello corto y castaño, grises; la castaña solo le sonrió de una manera que el no supo descifrar y siguió su camino hasta llegar al elevador, donde con algo de dificultad apretó el botón y espero a que las puertas se abriesen. Luego de unos cortos minutos de espera las puertas se abrieron y entro, en el interior Dohko no hacia más que tararear la típica música del elevador mientras se mecía de suavemente de un lado hacia a otro y de vez en vez le echaba una ojeada al menor que seguía dormido; sus esmeraldas fueron recorriendo las bellas facciones, deteniéndose principalmente en aquel par de puntitos que el otro tenía, se le hacia algo gracioso pero, le gustaba, sentía que aquello solo le daba un aspecto diferente pero hermoso.


Luego de algunos segundos las puertas se abrieron y el mayor salio, giro a la izquierda y camino recto hasta pasar un par de puertas, aquí fue cuando la cosa se le dificultó un poco ya que debía ingresar el código para abrir la puerta de su apartamento. No le quedo de otra más que pegarse a la pared y sacar un poco mas sus dedos para ir apretando los botones. Después de varios intentos fallidos la luz del apara-tejo cambio a verde y emitió un beep, indicándole que había des-loqueado la puerta y apenas con las puntas de los dedos la abrió un poco.


ㅡ Hogar dulce hogar ㅡTras cerrar la puerta con un leve puntapiée se llevo al peliverde a una de las habitaciones vacías, pues su apartamento era demasiado grande y contaba con tres habitaciones; el cuarto principal y dos de huéspedes, ademas de tener todo lo necesario como una gran sala, cocina, comedor, baño, un cuarto mediado para la lavandería ya que le gustaba encargarse de su propia ropa y un balcón terraza con vista hacia toda la ciudadㅡ


Al dejar al otro sobre la cama y arroparle con las sabanas, se detuvo a pensar en lo que haría cuando este despertase, lo mas probable es que se despertase confundido y aterrado al estar en casa de un desconocido pero, ya luego se encargaría de ello, lo importante es que se encontraba en un lugar seguro y que le ayudaría a volver a casa.


ㅡ Dulces sueños ㅡLe susurro con dulzura y le paso la mano por la frente para quitarle los cabellos, el chico soltó un pequeño suspiro y se encogió mas sobre la cama hasta hacerse ovillo; por primera vez en tanto tiempo, el peliverde se mostró sonreír pleno al sentir la suavidad del colchón y soñar con su familia a quienes tanto había extrañado y esperaba volver a verㅡ


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(***)


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A la mañana siguiente las cosas se volvieron un poco (más) complicadas en la mansión Skórpio, pues cuando Aeneas se despertó se dio cuenta de que estaba solo en la cama y como temiendo de que el caos volviera a desatarse, se levanto rápidamente y se coloco su típica bata mañanera para irle a buscar; la poca tranquilidad le duro al rubio cuando bajo las escaleras y escucho los constantes gritos que provenían desde la cocina.


ㅡ No puede ser... ㅡSe paso la mano por el rostro al escuchar las inconfundibles voces de Krest y Helena, esta última insultando al otro y tratandolo de zorra a lo que el francés le respondía con cosas aun mas mordaces, definitivamente había creado un monstruo a la hora de enseñarle al otro a defenderse por si solo, ya hasta extrañaba a ese tímido francesitoㅡ


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ㅡ ¡Lárgate de aquí, maldita zorra! ㅡLe gritaba la pelirroja a lo que el francés le miraba de arriba hacia abajo, como si se tratara de alguna cosa extrañaㅡ


ㅡ Escúchame bien, operada, tu no tienes ningún derecho a correrme de la casa de mi hombre ㅡLas muchachas de la servidumbre y uno que otro chismoso como los cocineros, jardineros, los de seguridad, etc, escuchaban y miraban con atención el escándalo de los otros dos, pero agradeciendo de forma interna al francés por tener las agallas de decirles todas las cosas que ellos habían querido echarle en cara a esa mujer tan detestableㅡ Y que ni se te ocurra a ir con tus dramas a Aeneas, porque ese inútil no hará nada al respecto para echarme


ㅡ ¿A quien llamas inútil? ㅡChilló indignado el rubio mientras se aparecía por el umbral de la puerta y a más de alguno de los que estaban escondidos y observando la pelea, se le escapo una risa cuando vieron a su jefe con cara de indignaciónㅡ


ㅡ A ti, querido ㅡRespondió con toda la calma el francés mientras volvía a tomar la taza de té que había quedado olvidada en la encimera y todo por culpa de aquella mujerㅡ Eres un inútil~ ㅡEl mayor puso una cara de poker face a lo que el mas bajo supo ignorar con maestría a la bebida que le había preparado la encantadora ama de llavesㅡ Por cierto, ¿donde esta mi hermoso bebé?


ㅡ Aun sigue durmiendo ㅡSuspiro con pesar que le supo amargo a la pelirroja por verse ignoradaㅡ


ㅡ No puedo creerlo, Aeneas, ¡¿Como has podido traer a este hombre aquí?! ㅡEl rubio volteo a ver a la que era su esposa, la de mirada rubí tenia el rostro igual de rojo que sus cabellos por la ira y vergüenza, ¡estaba siendo el hazme reír!ㅡ Primero dejaste que el vástago de tu hijo se quedara aquí, luego de haber seducido a NUESTRO HIJO ㅡRemarco, Krest solo alzo una ceja y se cruzo de brazos con indignación, ¿como esa mujer podía decir tales cosas de su bebé, cuando al menor de los Verseau nunca le había interesado alguien y mucho peor le iba a andar abriendo las piernas a cualquiera?ㅡ ¿Y ahora te atreves a traer a... a este?


ㅡ Helena ㅡNuevamente volvió a apretarse el puente de la nariz y esta vez con más fuerza, apenas llevaba unos minutos despierto y el caos de anoche volvía a presentarse, ¿acaso no podía tener un momento de paz? Al parecer no y todo por desde el momento en que dejo que aquella mujer se quedara en su vida, pero no por sentimentalismo, no claro que no, para eso tenía a su francés, sino que más bien lo había hecho en un momento de despecho y para darle una figura "materna" a sus hijos, aunque al parecer había escogido a la persona incorrectaㅡ No estamos seguros de lo que paso, a tal grado que ni de seguro tu sabías que Arizt se encontraba aquí


ㅡ ¿Estas diciendo que fue mi Khian el que obligo al mocoso ese? ㅡKrest estuvo a punto de callarle pero el rubio se le adelanto, esta vez el semblante del griego habia cambiado a uno mas molestoㅡ


ㅡ ¡No es estoy diciendo nada de eso! ㅡLos presentes temblaron cuando el mayor golpeo la mesa con su puño desnudo, ignorando el dolor pues el enojo le superaba con crecesㅡ Pero tampoco debo decir que Khian es un santo de devoción, tu más que nadie conoce a ese pequeño engendro


ㅡ Déjame aclararte, que ese engendro ¡es tu hijo! ㅡLe grito la pelirrojaㅡ


ㅡ ¡Y también lo es Arizt! ㅡSi la otra le gritaba el no se iba a quedar calladoㅡ Ambos lo son y por eso no pienso culpar a ninguno de ellos por lo que hizo o no, al menos con Khian estoy en deuda por haber sacado a Arizt de ese lugar


ㅡ ¿De que lugar? ㅡPregunto el francés que en todo ese rato se había quedado callado para que su hombre se ocupara del asunto, pero ahora que lo recordaba, el otro le debía una larga explicaciónㅡ Aeneas, ¿donde se encontraba mi bebé?


ㅡ Krest... ㅡVolteo a ver de reojo al menor pero este solo afilo mas la miradaㅡ Eso lo hablaremos luego, por el momento debemos...


ㅡ Buenos días a todos... ㅡSe escucho la voz desganada del susodicho que aun seguía en pijamas y hurgaba la refrigeradora para ver si encontraba algo bueno que comer, Krest había vuelto a poner la mirada en su preciado hijo, sobre todo en aquel enorme bulto, simplemente no se lo podía creerㅡ ¿Queft? ㅡVolteo a ver a los demás y alzo una ceja al no entender lo que ocurría, a muchos se les hizo graciosa la escena del joven embarazado y con los brazos llenos de comida y con una fresa en la bocaㅡ Uh~ ㅡSe alzo de hombros y dejo lo que había sacado del frigorífico sobre el mesón, luego se giro a buscar un plato, vaso y un cuchillo; mientras a Helena aquella escena no se le hacía para nada graciosa, quería a ese chiquillo fuera de su casa y poco le valía si era o no hijo del rubioㅡ


ㅡ ¿Acaso no tienes modales? ㅡSe planto frente al menor y dando un manotazo sobre el mesón pero el joven embarazado solo alzo una ceja y siguio hurtándole mayonesa a las rebanadas de los tantos sandwiches que se iba a prepararㅡ Oh, ¿acaso ahora también eres sordo y mudo?


ㅡ ... ㅡDejo el cuchillo aun lado y tomo algunas piezas de lechugas para ponerlas sobre el panㅡ Disculpe, pero mi adorada madre me ha enseñado a ser educado con quienes son educados conmigo ㅡHizo una larga pausa para tomar la ketchup y mostazaㅡ Si usted quiere mi respeto, para ello deberá ganárselo pero en el tiempo que llevo aquí lo único que ha hecho es joderme el puto genio, así que, váyase a la verga, maldita vieja operada ㅡDefinitivamente aquello era algo que nadie, se esperaba, bueno, quizá Krest ya que el fue quien educo a su hijo y le conocía de pies a cabeza pero aun asi se sorprendía pues a pesar del enojo el menor volvió a su tarea de preparar su comida como si nada hubiera pasadoㅡ


ㅡ ¡Arizt! ¿Que es ese vocabulario? ㅡLe regaño, cosa que era lo que mas odiaba el menor y mas si era de manera injustaㅡ


ㅡ ¡Mamá! ㅡChillo de manera infantil y poniendo ojitos de borrego a medio morirㅡ


ㅡ ¡Aeneas, no regañes al niño! ㅡLa escena era por demás cómica, ya que el francés fue hasta donde el rubio para pegarle en el brazo por haber regañado a su hermoso bebé, porque si, para él Arizt seguía siendo su pequeño niño y nadie, absolutamente nadie tenia derecho de regañarlo, solamente él que era la madre de tal creación, incluyendo a sus otros dos primores que a pesar de ser ya mayores, aun asi le gustaba consentir a su hermosos niñosㅡ


ㅡ ¡No me pegues! ㅡSe quejo el rubio mientras se sobaba la zona golpeada, pero el otro le paso de largo y fue hasta donde su bebé para abrazarle con todo el amor posibleㅡ


ㅡ Eso te pasa por dejar que esa víbora le hablara de esa forma a mi niño, bien merecido que se lo tienen ustedes dos ㅡEl rubio solo masculló algunas cosas que el francés no logró entender pero lo dejo de lado, ahora lo importante era pasar rato con su hijo y hablar sobre el tema de embarazoㅡ


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(***)


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Podía sentir los rayos del sol en su rostro pero se negaba a despertar, sentía tan ligero en aquel mundo de sombras y casi podía jurar que se encontraba flotando, no sabía donde estaba y no es como si le importase, porque por primera vez se encontraba tranquilo, las preocupaciones habían desaparecido por completo y podía descansar su cuerpo y mente. Pero la paz duro poco cuando algunos ruidos empezaron a irrumpir en aquella zona deshabitada, eran como voces distorsionadas las que le llamaba.


ㅡ ¿Quien anda ahí? ㅡVolteo a ver hacia todos lados para buscar el origen de aquellas vocesㅡ ¡¿Quienes son?! ㅡVolvió a preguntar cuando les escucho de nuevo, parecían murmullos difíciles de entenderㅡ ¡Aparezcan! ㅡVolvió a alzar la voz y esta vez los susurro cesaron, pero a cambio sintió como si algo se estuviese aferrando a sus piernasㅡ ¿Pero que demonios...? ㅡNo podía ver mas que un bultito a aferrado a cada una de sus piernas y que por mas que tratara de quitarselos de encima, estos solo buscaban aferrarse mas a el, asustando lo a tal grado que se levanto todo agitado y con el rostro bañado en sudor, asustando al menor que se encontraba aun lado suyoㅡ


ㅡ ¿Te encuentras bien? ㅡPregunto el menor mientras se sentaba en el filo de la cama, Kardia solo le vio sin entender pero luego asintió no muy seguroㅡ ¿Estas... estas seguro?


ㅡ Si... yo... ㅡGuardo silencio por un largo rato y volvió a sentirㅡ Tú, ¿te encuentras bien? ㅡLas mejillas de Dégel se tiñeron de un suave carmín por la repentina preocupación del otro y mas al sentir aquella cálida mano sobre su fría mejillaㅡ


ㅡ Si... yo, estoy bien... ㅡEl mayor se tranquilizó y sonrió al sentir como el otro se restregaba contra su manoㅡ ¿Quieres desayunar?


ㅡ ¿Así que el francesito me hizo el desayuno? ㅡPreguntó con cierta burla que causo mas sonrojo en el menor y que optara por huir, pero Kardia fue mas rápido y lo atrapó entre sus brazosㅡ


ㅡ ¡S-sueltame Kardia! ㅡEl mayor solo reía mientras hacía caso omiso a las demandas del menor que no dejaba de removerse entre sus brazosㅡ ¡Suéltame!


ㅡ ¡No quiero! ㅡReplicó en respuesta y lo sentó sobre sus piernas, Dégel no podía sentirse mas avergonzado al estar en aquella posición con el mayor, quien le tenia fuertemente agarrado por la cinturaㅡ Te ves hermoso ㅡSusurro tranquilo pero sin borrar aquella sonrisa pícara, el francés frunció los labios por los juegos infantiles del peliazul pero se dejo hacer por esteㅡ


ㅡ Yo siempre he sido hermoso ㅡSe auto halago, causando que el griego se riera a carcajada suelta y recibiera un golpe en el hombro por su molesto francésㅡ


ㅡ ¡¿Porque me pegas?! ㅡSe quejoㅡ


ㅡ ¡Porque te has burlado de mi! ㅡLe respondió, Kardia rodó los ojos con molestia y tomo al francés por las mejillas y apretárselas con levedadㅡ ¡Kardia!


ㅡ Así te ves bonito ㅡGruño al ver aquellos labios de pececito tan apeteciblesㅡ


ㅡ ¡Suéltame! ㅡVolvió a pedirle, pero el griego estaba enfocado en aquellos hermosos labios que pedían ser besados y... No se nego a tal petición silenciosa, Dégel dejo de removerse en los brazos ajenos para ir correspondiendo al beso cuando este le hubo liberado de las mejillas. Este como muy pocos, era un beso cargado de mucho cariño, amor podría decirse, ese sentimiento cálido que inundaba los corazones de ambos, sobre todo el de Kardia quien iba experimentando aquello y debía admitir que se sentía bienㅡ


Ambos jóvenes terminaron cayendo sobre la cama, con Dégel encima suyo pero no importaba, no cuando compartían cortos besos y tímidas caricias; Dégel se encontraba asombrado como aquellas manos le tocaban sin dobles intenciones, simplemente se paseaban por su cuerpo y le acariciaba el cabello. Las manos morenas se movían suavemente de arriba hacia abajo sobre la espalda del mas joven, quien tenía la cabeza apoyada sobre el pecho del griego, ambos tenían la respiración a compasada y el francés podía jurar que aquel tranquilo latir del moreno, era como un arrullo para el.


Se quedaron en aquella posición por unos largos minutos más hasta que el francés se levanto para ir a la cocina mientras dejaba que el peli azul se bañase y así podrían desayunar ambos, ya luego verían que hacer por el resto del día, por el momento debían disfrutar de esa calma antes de que la tormenta se desatara.


Aunque la calma de ellos fue el tormento de su hermano de en medio, Milo había dejado su celular cargando toda la noche y luego de levantarse corrió a ducharse ya que ese día iría a salir con el pelirrojo así que en ningún momento le había tomado importancia al móvil, pero cuando lo hizo, sintió que había entrado en alguna clase de dimensión paralela o quizá había muerto y ahora se encontraba en el cielo, la verdad ya ni sabía que pensar y hasta tuvo que leer mas de una vez aquel mensaje tan corto.


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De: Kardia


Para: Milo


Voy a ser papá


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ㅡ Milo, Milo, ¿estas bien? ㅡSe estaba preocupando, el otro no reaccionaba por mas que lo sarandearaㅡ ¡Milo, reacciona!


ㅡ ¿Q-que... que suce... sucedió? ㅡHabía quedado con la mirada perdida en algún lado y el móvil aun seguía en su mano, Camus tuvo que quitarle el móvil y leer aquello que había dejado a su pareja en estado de shockㅡ


ㅡ ¿Kardia, no es ese tu hermano? ㅡLe pregunto, el rubio asintió levementeㅡ ¿No dijiste que el no es de tener parejas o formar una familia? ㅡNuevamente Milo volvió a asentirㅡ ¿Entonces?


ㅡ No tengo la menor idea ㅡSe llevo las manos a la cabeza y empezó a revolverse los cabellos mientras daba zancadas de un lado hacia otroㅡ Kardia no es de esa clase de hombres, el... ¡No lo se!


ㅡ Quizá por fin encontró a la persona indicada ㅡLe excusó, Milo dejó de caminar para ver al pelirrojo y echarse a reír como desquiciadoㅡ ¿Que es tan gracioso? ㅡSe levanto indignado de la cama para encarar al otro pero Milo simplemente no podía parar de reír y hasta tuvo que tirarse al suelo, ¡era técnicamente imposible!ㅡ


ㅡ JAJAJAJAJAJAJAJAJA... Kar... Kardia no ... el no es de esa clase de hombres... ㅡEl estomago comenzaba a dolerle y por sus mejillas se fueron deslizando las lagrimas de tanto reírㅡ Nunca... nunca le he aahh... ㅡGuardo silencio y trato de quedarse quieto sobre el suelo, mientras Camus le observaba con los brazos cruzados, cuando el ataque de risa hubo cesado el rubio volvió a hablarㅡ ...Nunca le he conocido pareja fija a mi hermano, el no es de estar en una relación y peor de querer formar una familia...


ㅡ ¿Entonces como es que va a ser padre? ㅡSe arrodillo frente al rubioㅡ


ㅡ Quizá metió la pata, no se, eran tantas las ganas de querer follar que de seguro se olvido ponerse un condón ㅡHizo una leve pausaㅡ Ahora lo único que puedo sentir pena es por la persona a la que Kardia embarazo, el idiota ese de seguro armara un escándalo y hará lo que sea para que nadie mas se entere de ese embarazoㅡ


ㅡ ¿Crees que el sea capaz de... ? ㅡLa sola idea de abortar le hizo sentir escalofríos al mayorㅡ


ㅡ No lo creo... ㅡSabía que aunque su hermano no quisiera a esa criatura, jamás recurriría a un método como ese, Kardia a pesar de ser un tosco neanderthal, era un hombre corazón, era bueno a su manera, pero bueno a final de cuentasㅡ Ahhh... creo que lo mejor sera ir a verle y de paso así te lo presento, digo... sería genial que conocieras a mi familia, ¿no crees?


ㅡ M-milo... ㅡSus mejillas se tiñeron de un ligero carmín por la sola menciónㅡ ¿Estas seguro?


ㅡ ¡Claro que lo estoy! ㅡSonrió leveㅡ Es decir, somos pareja y bueno, tarde o temprano deberás conocer a mis hermanos, son unos revoltosos pero son buena gente


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(***)


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Donde las cosas parecían no estar en calma era en la enorme mansión y casi rayando a Palacio, del Jeque Algharif Kalab Saghir, y todo porque el hermoso joven de cabellos celestes, había abierto los ojos solo para darse cuenta que se encontraba en la casa de quien sabe quien. Primero empezó a buscar alguna manera de escapar pero no, se encontraba en lo que parecía ser segundo o tercer piso y no había nada que le ayudara a bajar sin que acabara muerto. Luego intento abrir la puerta y, ¡Sorpresa! esta se encontraba con llave, Albafica estaba llegando a un punto donde el terror le estaba dominando, el no quería volver a ser tocado por viejos asquerosos y si su memoria no le fallaba, la noche anterior alguien le estaba tocando aunque no podía recordar el rostro de esta persona.


ㅡ No puede se, de seguro es otro viejo asqueroso ㅡCaminaba de un lado a otro llegando a parecer un león enjaulado o algún loco mientras hablaba consigo mismo, pero simplemente no se podía quedar sentado y esperar a que la ayuda le cayese del cieloㅡ ¡Maldición! ㅡRevolvió sus cabellos con gran furia que luego ceso al escuchar la puerta abrirse, todo su cuerpo se vio paralizado cuando vio a aquel hombre de larga cabellera platinada entrarㅡ


ㅡ Veo que ya estas mejor ㅡSonrió con levedad, era el Jeque quien había ido a ver al menor para ver como se encontraba y vaya que se había llevado una sorpresa al encontrarle despiertoㅡ


ㅡ ¿Q-quien es usted? ㅡPregunto temeroso y retrocediendo, pero Minos solo alzo una ceja ante el temor del menor aunque no le culpabaㅡ


ㅡ Mi nombre es Minos de Griffon, pero en mis tierras me conocen mejor como Jeque Algharif Kalab Saghir ㅡSe presentó, Albafica solo alzo una ceja al ver y escuchar a ese hombre que caminaba tranquilo mientras se iba a sentar sobre el borde de la camaㅡ ¿Y tu?


ㅡ ¿Yo? ㅡPregunto de regreso mientras se señalaba así mismo, Minos sonrió y asintióㅡ Me llamo... ¿Porque debería decirle mi nombre?


ㅡ Porque yo te he dicho el mio ㅡRespondió sin siquiera inmutarse por el tono rebelde que el otro había usadoㅡ Escucha, quizá no has de creer en lo que te diré pero juro que es la verdad ㅡHizo una leve pausa para levantarse e ir hacia donde el menor, quien solo retrocedió temeroso pero Minos no hizo ningún gesto amenazador contra el menor, simplemente alzo la mano para querer tocar el rostro del suecoㅡ Eres un joven hermoso...


ㅡ ¡No me diga hermoso! ㅡSe quejo y alejo la mano del otro de un solo manotazo, Minos volteo a ver hacia su mano y luego al joven quien temió que su acción haya causado la furia del otro; cerro los ojos con fuerza cuando vio que el otro llevaba nuevamente la mano hacia su rostro, esperando que este le golpease o hiciera algo pero nada paso, abrió en nueva cuenta los ojos cuando sintió una leve caricia en su cabeza, ademas de que le estaba arreglando el cabelloㅡ


ㅡ Como iba diciendo, no te he comprado para que seas mi esclavo, odio esa clase de negocios pero cuando te vi... ㅡSus ojos amatistas bajaron para fijarlos en los cerúleos de aquel jovencito que se fue sonrojando por la cercanía y las caricias del mayorㅡ Simplemente hice de cuenta que era uno mas de esos viejos pervertidos para comptarte y liberarte de ellos, créeme, de solo ver como esos tipos de observaban me dieron un terrible asco ㅡY en eso no mentía, ver aquellos viejos desagradables, babeando por ese hermoso joven, agh, de solo pensarlo se le revolvía el estómago; por eso no le importo gastar tanto dinero si con ello podía salvar a esa belleza de las garras de esos tiposㅡ


ㅡ Entonces... ¿esta diciendo que solo dio dinero porque si para salvarme? ㅡPregunto incrédulo, Minos mostro una leve sonrisa y se alejo del menorㅡ ¡Respondame!


ㅡ He dicho que te saque de ahí con ese propósito ㅡEl rostro de Albafica era todo un poema, ¿acaso ese tipo no le encontraba atractivo? Y no es que el quisiera que eso pasara, es más, agradecía que hasta el momento el otro no se haya atrevido a ponerle una mano encima, pero ¿de verdad no le parecia atractivo?ㅡ


ㅡ ¿Acaso no le parezco atractivo? ㅡPreguntó con indignación que hizo reír a Minos y las mejillas de Albafica se le colorearan de un fuerte carmesí por haber dicho eso en voz altaㅡ


ㅡ ¿Acaso quieres que te vea de tal forma? ㅡPreguntó con cierta picardíaㅡ


ㅡ ¡Yo no he dicho eso! ㅡChillo mas avergonzado, aquel tipo le estaba haciendo rabiar hasta niveles insuperables pero aun así no le desagradabaㅡ


ㅡComo he dicho, eres hermoso pero eres un niño sin experiencia... ㅡSe giro sus talones para caminar hacia la salida pero luego se detuvo, Albafica seguía sin entender a aquel hombre que no le encontraba atractivo pero lo que no se imaginaba era el terrible plan de aquel hombre que sonreía lobuno y ansioso de poseer a ese hermoso jovenㅡ ...soy un hombre con gustos muy peculiares y si es verdad que tu belleza cautiva ㅡSe giro un poco para verle de nuevoㅡ Así que quédate tranquilo porque no me atreveré a ponerte ni un dedo encima ㅡY aquello sería una batalla titanica, pero si con ello podía tener a esa bella rosa pues todos sus sacrificios valdrían la pena


Simplemente no se lo podía creer, es más, no le creía en absoluto pero la manera en que se lo decía, le hacía sonar tan convincente, ¿acaso podía existir un hombre así, uno que no quisiera aprovecharse de el solo por su belleza?


ㅡ Ven, ya es casi hora del almuerzo y debes estar hambriento ㅡDe tanto estar divagando en sus pensamientos no se había dado cuenta de que le tenia a pocos pasos y con la mano extendía para que la tomase y aunque dudo en si aceptar o no, al final termino cediendo y le tomo de la mano solo porque su estómago le pedía algo de alimentoㅡ No tienes porque temer, yo no te lastimare


ㅡ Espero que así sea ㅡComentó quedito y el Jeque sonrió al haber conseguido siquiera un pequeño acercamiento con el menorㅡ Albafica...


ㅡ ¿Que has dicho? ㅡLe vio de reojo, el menor se encogió al ver a las sirvientas cuchichear entre ellas mientras les miraban pasarㅡ


ㅡ Y-yo... mi nombre es Albafica... ㅡVolvió a repetir en un tono bajo y agachando la mirada pues tenia todo su rostro de un fuerte escarlata, para Minos aquellas acciones tan infantiles le lograban sacar sonrisas sinceras, cosa que nadie podía hacer mas que ese hermoso jovencitoㅡ


ㅡ Pues es un hermoso nombre ㅡSe detuvo frente al menor para tomar le la otra mano y llevarlas a sus labios, Albafica alzo la mirada cuando sintió besos sobre sus manos y la mirada del Jeque que era tan profunda e enigmáticaㅡ Tan hermoso como lo eres tú ㅡNo sabía porque pero ese hombre que acababa de conocer era tan distinto a los demás que solo le desnudaban con la mirada y ni tan siquiera Minos sabía porque actuaba de esa manera tan calmada, simplemente se daba para el, era como si la sola presencia de ese jovencito, como si solo el escucharle hablar un poco le hiciera le estremeciera el cuerpo, porque si, estaba encantado con cada parte de él; desde su hermoso cuerpo, su bello rostro hasta esa voz tan aterciopelada y mientras Albafica caía de a poco en el encanto de ese hombre, iba ignorando el hecho de que su madre, Lugonis, estaba tomando un vuelo directo a Abbad Sindria, ya que esperaba poder encontrarle con la ayuda de Krest y Aeneasㅡ


Continuara...


 


 
Notas finales:

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(***)

 

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Notas finales: Hola mi linda gente, ¿como les va? ¿todo bien? Bueno, espero que les haya gustado este capitulo, créanme que me esforcé para hacerlo algo largo y que saliera algo de cada parejita C: bueno, espero de todo corazón que me dejen reviews ya que estoy ansiosa por saber si les ha gustado!!

Y también... pásense por mi otro fic de SS Clasico-TLC xD es el de Una Nueva Oportunidad!! esta genial!! Léanlo y déjenme hermosos reviews! :3


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