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Esclavo de Tu Amor por Arizt Knith

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Notas del capitulo:

 

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Notas de la autora: Hola a todas y muchísimas gracias! Lamento muchísimo el haber tardado tanto en actualizar este fic pero como he dicho antes, amm en el capitulo de Please Don´t Go, el que actualice hace poco... ahí les dije mis motivos... he estado sin inspiración entre otras cosas, ademas de que el trabajo me ha consumido y de paso he estado cansada, en fin... ahora que estoy viviendo en otro lado :´v pero quiza si las cosas mejoran, volveré a estar actualizando algo mas seguido.

 

Naliel621: Cuales son tus sospechas con Shion? Helena debe morir por ser una hijueplkjdilada XDD Khian es un idiota v: el alacrán y el cubo deben ser felices con su cria amm lo de milo y camus aun no se, quizá mas adelante xD Minos si sabe como jugar lol aiñs la rosita caerá en la trampa del Jeque? 7u7r

NanaharaSaya16: Hola! aahh que emoción! me alegro muchísimo en serio y gracias! viva el Minos-Alba! :v de pura a casualidad tienes fics de ellos? bueno 7u7 aun asi los buscare porque en serio que amo esa pareja! ellos nacieron para estar juntos v:

Elsa Lawliet: Quizá el par de hermanos se reencuentre pero no se quienes serán, aun es un misterio v: y sip, Khian y Arizt se extrañan mucho, pero el pelirrojo es un completo idiota v: aun mas que Kardia xD por otro lado, Minos no será el tipico lobo feroz, nop, el lo que hará es ir con calma aunque eso le costara mucho, pero lo que hará sera buscar la manera de conquistar a la rosita, ganarse su corazón x3 Minos es astuto!

Guest: Hola! y aaww muchísimas gracias, en serio! x3

tsuky: Ow, en serio lo crees? x3 eso me hace sentir súper feliz! gracias!

Aisha Skarlet: Jajajajajaja hola linda! jajaja pobre de Krest, Aeneas es un idiota xD Khian es un bastardo indeciso xD la gorda y el chino! wuhuuu pelea de perras! wohooooooo XDDD perdón pero no pude evitarlo! lo hice inconscientemente xD

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Ƹr0;y7;r0;Ʒ

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Notas de la autora: Hola a todas y muchísimas gracias! Lamento muchísimo el haber tardado tanto en actualizar este fic pero como he dicho antes, amm en el capitulo de Please Don´t Go, el que actualice hace poco... ahí les dije mis motivos... he estado sin inspiración entre otras cosas, ademas de que el trabajo me ha consumido y de paso he estado cansada, en fin... ahora que estoy viviendo en otro lado :´v pero quiza si las cosas mejoran, volveré a estar actualizando algo mas seguido.

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Esclavo de Tu Amor

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Capítulo 22 Peace

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Mansión Griffon

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Al llegar al comedor la mesa se encontraba servida con distintos platillos en pequeñas porciones, pues los únicos que iban a comer era el Jeque con su hermoso invitado quien se sorprendio ante la decoracion de la mesa como aquellos platillos que con solo el verles, le abrió el apetito y más cuando en sus días con sus captores no probaba bocado alguno y cuando lo hacia, era por el simple hecho de que estos mismos le obligaban, le forzaban a comer ya que no pensaban dejar a perder mercancía tan valiosa.

ㅡ Por favor, sírvete lo que gustes ㅡEl sueco volvió en si, encontrándose con un sonriente Minos quien le llevaba a la mesaㅡ

ㅡ . . . ㅡPor su parte seguía sin confiar plenamente en el, pero tampoco podía negar el hecho de que en esas horas que tenia de interactuar con el otroㅡ

ㅡ ¿Sucede algo malo? ㅡPreguntó preocupado ante el repentino mutismo del menor, el peli-celeste negó y pidió una disculpa, que solo había estado distraído pensando en su madreㅡ Ahora que lo mencionas ㅡTomó una de las copas que estaba aun lado y una de las sirvientas se acerco a servirle algo de vino, luego se alejo del mayor para volver a su lugar con las demás en la cocinaㅡ Debo contactarme con tu familia para...

ㅡ ¿Para que? ㅡSe había alterado, ¿Por qué motivo aquel tipo quería hacer tal cosa? en su cabeza se maquinaba cientos de cosas todas esas producto de lo que había escuchado de aquellos tipos que le habían capturado o de otros chicos que mencionaban como esos compradores podían usarlas para distintas cosas e inclusive hasta para extorsionar a sus familiaresㅡ

ㅡ Simplemente quiero que regreses con tu familia ㅡComentó divertido, el menor sufrió de un fuerte sonrojo mientras moría de la vergüenza por haberse precipitado en pensar esas cosas, Minos por su lado miraba divertido al menor que solo hacia distintas muecasㅡ ¿O acaso deseas quedarte aquí conmigo?

ㅡ ¿Que? ㅡAlzó la mirada, el Jeque le sonrió con coquetería que el menor no supo entender; vaya que aquel tipo si era demasiado extraño y quizá por ello le daba el beneficio de la duda, pero aun así no podía decirle quien era su familia, no se confiaba de cualquiera y mas de ese pervertidoㅡ

ㅡ Bueno dejemos esa platica para otro momento, por favor, disfruta y come cuanto quieras ㅡDecidió dejar la platica de lado, quizá aun no era el momento y lo único que necesitaba, era ganarse primero la entera confianza del menor, quizá así este hablaría por cuenta propia y le ayudaría a volver con su familia antes de que las malas lenguas hablaran de elㅡ

La comida paso tranquilamente, el mayor observaba de vez en vez al otro, quien con timidez se servía un poco de cada platillo para probar, terminando encantado con el sabor de esa comida y luego servirse un poco mas; se abstuvo a hacer algún comentario para no hacerle sentir mal y que siguiera actuando a la defensiva, al contrario, prefirió preguntarle sobre su estado, si había dormido bien o necesitaba algo a lo que el menor solo pidió alguna ropa menos llamativa y que fuera de su talla entre otras cosas que le eran esencial, pidiéndole de favor y recalcando que no fuera nada llamativo o costoso.

ㅡ ¿Acaso tiene algo de malo que le quiera dar lo mejor a mi invitado? ㅡLos utensilios estaban sobre su plato, al igual que el otro se había servido de los diferentes tipos de platillos con comida, solo que en porciones mas grandes; Albafica resoplo molesto mientras tomaba la cuchara para el postre y se llevaba un bocado de helado a la bocaㅡ

ㅡ Simplemente no me gustan ㅡDejo la cuchara sobre el cremoso helado de menta con chispas de chocolate, le costaba hablar pues su paladar no se acostumbraba a esa sensación fría; mientras el mayor le miraba con devoción. Podía sentir aquella mirada amatista sobre su cuerpo, podía sentir como esos ojos recorrían cada parte de su cuerpo y le desnudaban hasta el alma pero a pesar de ello, no le molestabaㅡ

Acabada la comida el Jeque invito al hermoso a tomar un breve descanso ya que mas tarde irían a recorrer la enorme casona, para que el menor se fuera familiarizando con ella. Hora y media para ser exactos, el peli-plateado se vio libre para ir a buscar al menor quien se encontraba en una de las bibliotecas, ojeando alguno de los tantos libros que mantenía en ella; el menor estaba tan metido en la lectura que ni se había percatado de que el dueño de esta le observaba desde el umbral de la puerta, por su parte, Minos observaba con detenimiento a la belleza que yacía sobre el diván mientras pasaba las hojas, se miraba tan hermoso cuando su bello rostro cambiaba ligeramente por las expresiones que hacia, ante lo que leía.

ㅡ Veo que has encontrado algo de tu agrado ㅡD´ la Rose dio un leve brinco cuando vio al mayor a menos de tres metros cerca suyo, ¿en que momento había llegado y que ni le había sentido?ㅡ ¿Que lees? ㅡSe mostró curioso, el joven vio de reojo hacia su derecha y le mostró el titulo del libro, era un clásico "Las Mil y un Noches"ㅡ

Ambos permanecieron en un largo silencio para nada incomodo, el menor se levanto del diván blanco, arreglo sus ropas y cabello, fue a los tantos estantes para buscar de donde había sacado el libro que había estado leyendo y lo dejo en su lugar.

ㅡ ¿Que es lo que desea? ㅡSu voz había sonado algo arisca, quizá por como el mayor se empeñaba en permanecer siempre a su lado cosa que nunca se lo había permitido a alguien mas, solo a su madreㅡ

ㅡ ¿Acaso no lo recuerdas? ㅡCerro sus parpados levemente, Albafica no le quitaba la mirada de encima y el tampoco lo hacíaㅡ Quedamos en que te mostraría mi hogar

ㅡ ¿Porque? ㅡAmbos podían permanecer horas y horas con aquel juego de preguntas y el jamas se aburriría, ni aunque eso implicara hacer molestar al menor quien parecía tener poca pacienciaㅡ

ㅡ Porque de no hacerlo terminaras perdiéndote ㅡA este paso se encontraba sentado sobre el mismo diván donde había estado el sueco, el menor solo mantenía el ceño fruncido mientras miraba al otro como le sonreía con cierta pizca de burlaㅡ Esta casa es demasiado grande y los únicos lugares que conoces son tu habitación y el pasillo que te lleva al comedor, nada mas, ¿acaso quieres terminar perdido?

Con pesar tuvo que aceptar que el otro tenia razón, no quería acabar perdido ademas de que podía aprovechar en conocer hasta el ultimo rincón de aquella casona y cuando menos lo esperaran, escapar y regresar con su padre. Aunque por lo importante que era aquel tipo seguro le resultaría algo difícil, pues la seguridad debía ser uno de los fuertes del lugar para mantenerla sano y salvo. Ambos se mantuvieron en un breve silencio, Minos observaba de pies a cabeza al sueco mientras que este trazaba algún plan en su cabeza.

ㅡ Esta bien ㅡDe mala gana camino a la salida, más detrás iba el Jeque quien sonreía complacido al adivinar los pensamientos del adolescente. No era tonto y sabía el motivo por el cual el otro había aceptado pero, haría como si nada y disfrutaría de su momento a solas con la bella rosaㅡ

Como buen anfitrión que era iba al lado del otro y le llevaba agarrado de la mano, aunque el hermoso había estado luchando a diestra y siniestra por apartarle simplemente Minos hacía oídos sordos, hacía lo que le daba la gana aunque eso significara ir en contra de los deseos del otro; a su pesar dejo de luchar varias habitaciones adelante. Hasta el momento nada le llamaba la atención, todas eran habitaciones enormes y con lujos demasiado exagerados. No comprendía como un hombre como el podía vivir en un lugar tan grande como ese, el por su lado acabaría loco y perdido, una de otra o ambas.

ㅡ Se que te es aburrido ir habitación por habitación ㅡYa llevaban un buen rato caminando por ese largo pasillo donde el suelo era de baldosas color beige ademas de las hileras de columnas de mármol; pronto las paredes se vieron lejos y fueron entrando a una extensa vegetación, Albafica mismo se maravillo al ver los distintos arboles y arbustos con flores o bayas pero lo que mas le fue maravillando, fueron aquellas hermosas enredaderas de rosas. Habían rosas de todos los colores y tamaños, llenando el amplio jardín con su aroma, le hacía recordar a su hogar, a su madreㅡ

ㅡ Son hermosas... ㅡSuavemente se soltó del brazo de su anfitrión quien le dejo y se encamino a los arbustos para oler de cerca las rosas; aquellas eran enormes rosas osirias, muchas de ellas ya estaban abiertas y los pocos capullos se encontraban escondidos entre enormes espinas que lejos de verse feas, solo le hacían recordar a una vieja historia de su madreㅡ

ㅡ ¿Sucede algo? ㅡA paso lento se acerco al menor, posicionándose a su derecha mientras le acariciaba con el dorso de la mano y hacía que el menor levantase el rostroㅡ

ㅡ No es nada.. ㅡRespondió seco y volteando el rostro hacia otra dirección mientras trataba de contener las lagrimas traicioneras, lo que mas deseaba era regresar a casa, a los cálidos brazos de su madre y nunca separarse de el; pero Minos no era tonto y podía leer en la mirada del menor lo que sentía. Podía percibir miedo, melancolía, no había que ser un genio para darse cuenta que aquel joven lo que mas deseaba en esos momentos era estar devuelta con sus familiares después de lo que había experimentado en esas caravanas por quien sabe cuanto tiempoㅡ ¿¡Que demonios cree que esta haciendo!?

ㅡ ¿Acaso no es esto lo que tanto pides? ㅡCon las palabras llenas de burla, el Jeque mantenía sus brazos alrededor del cuerpo ajeno mientras dejaba que el de cabellera celeste acomodara la cabeza sobre el mayor, aunque peleaba porque el otro le liberase pero simplemente no podía competir contra la fuerza de aquel hombreㅡ No soy tonto y se lo que deseas, quieres volver a casa y acabar con esta pesadilla

Las palabras de aquel extraño le calaron y le hacían flaquear, Minos así lo sintió cuando Albafica empezó a temblar y se aferro a las finas ropas. Las grandes y cálidas manos del Jeque se movían de arriba hacia abajo sobre la espalda del menor para brindarle algo de confort y recordarle que ahora estaba a salvo y que el solo intentaba ayudarle, pero sus acciones y palabras solo confundían mas a la belleza quien en silencio asentía y se empeñaba a creer que así sería.

ㅡ Ahora bien ㅡLentamente le separo a muy pesar del joven quien frunció el ceño pues le estaba empezando a agarrar gusto a aquel cálido toque que le hacía temblar, ademas de ese aroma a colonia que el mayor usaba con algo más que quizá podría tratarse del aroma de esteㅡ Quiero que te vayas olvidando de escapar ㅡSus labios se alzaron al ver el rostro pálido del menor y como este rehuía de su miradaㅡ Con ello no conseguirás nada ㅡSus manos tomaron las mas ajenas, eran pequeñas, blancas y muy suaves; eran demasiado finas quizá hasta mas que las de una mujerㅡ

ㅡ Y quedándome aquí tampoco lograre algo ㅡReplicoㅡ

ㅡ Estarías en casa si me dijeras un poco más de ti ㅡContraataco el mayor, Albafica bufo molesto más no se soltó del agarreㅡ Tampoco te obligare a que lo hagas

ㅡ ¿Entonces planeas tenerme aquí para siempre? ㅡEl mayor negó y soltó una risa que hizo enfurecer al joven, quien se soltó de manera brusca del mayorㅡ ¡Deja de burlarte de mi!

ㅡ No lo hago, ¿que te hace pensar que es así? ㅡA pesar de la rabieta ajena se mantenía calmado, Albafica parecía de esos niños consentidos que armaban una rabieta por cualquier cosa y más cuando no conseguían lo que queríanㅡ Albafica... ㅡEl menor permaneció en silencio y dándole la espalda al Jeque quien sonrío ante el gesto infantil, camino hasta donde el y nuevamente le arropo entre sus brazos; el joven sueco dio un ligero brinco al sentir la calidez de aquel cuerpo y la colonia de este que se encontraba impregnada hasta en las ropasㅡ No temas, jamas me atrevería a lastimar a tan hermosa rosa como lo eres tu

Las suaves palabras enmarcadas con su tono, la voz ronca, masculina, aquel aroma y la calidez que le producía una revolución de emociones y sentimientos encontrados le estaban volviendo loco, le confundían. Aun con la duda se giro en su eje para enfrentar al amo y dueño del lugar, Minos le ganaba en altura por varios centímetros pero en aquella posición, se podría decir que era mas que perfecto, entre sus brazos ambos cuerpos encajaban a la perfección, como si hubieran sido hechos el uno para el otro.

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(***)

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Mansión Skorpio

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Y mientras el Jeque avanzaba en conquistar el corazón del adolescente, la madre de este se encontraba con el corazón en la mano mientras tocaba de manera insistente el timbre de la mansión Skorpio, ¿porque nadie abría la puerta? Nuevamente volvió a apretar repetidas veces el pequeño botón que estaba al lado de la puerta, necesitaba ver y hablar con Krest y Aeneas para que le ayudaran a encontrar a su pequeño retoño.

ㅡ ¡Abran la maldita puerta! ㅡYa estaba cansado, no le importo golpear con fuerza la puerta y de ser necesario terminaría tumbándolaㅡ Aeneas Skorpio, se que estas ahí y por la patria, deja de follar con Krest y abran la puerta!

ㅡ ¿¡Pero que es todo este escándalo!? ㅡ¿Acaso todo el mundo se había vuelto loco? Aeneas mismo fue a abrir la puerta y casi recibe un golpe en la cara de no ser por sus buenos reflejos. Lugonis se mostró sorprendido porque el dueño mismo le fuera a abrir la puerta y no alguien de la servidumbreㅡ

ㅡ ¡Hasta que te dignas a abrir la puerta! ㅡSe quejo el sueco, el griego rodó los ojos con molestia y se hizo aun lado cuando el pelirrojo se metió como tromba a la casa, mas detrás de el iban los jóvenes que cargaban con su equipajeㅡ ¿Donde esta Krest? Necesito hablar urgentemente con el

ㅡ ¿Es que ya nadie tiene respeto hacia mi? ㅡSe quejo, Lugonis se detuvo en medio del pasillo para voltear a ver al dueño de la casa, quien dejo ir la puerta de un soloㅡ

ㅡ No cariño, no es eso, simplemente fuerzas mayores me llevan a actuar de esta manera ㅡEn otra situación iría con calma y saludaría al otro, pero necesitaba respuestas, ayuda, algo que le llevara con su niño, ya no podía soportar quedarse de brazos cruzados y esperar a que el milagro apareciera en la puerta de su casaㅡ

Aeneas rodó los ojos con molestia pero dejó de resignar cuando vio al francés parecerse, Krest tenía una expresión llena de molestia pues había escuchado la manera en la que el rubio había tratado al pelirrojo; más el dueño de la casona ni se excusó, solo le dedico una mirada de lo que parecía obvio, o sea, todos parecían estarle faltando un respeto, aunque el solo exageraba y momentos antes Krest se lo había echado en cara.

ㅡ Oh Lugonis, disculpa, a veces Aeneas puede ser todo un troglodita ㅡEl pelirrojo hizo un gesto como restándole importancia al asunto aunque aquello no le cayó del todo bien al amante de Verseau, pues Skorpio de dos zancadas se paró frente al francés que, a pesar de ser más alto que el por quince centímetros, el hermoso francés no se dejaba intimidarㅡ

ㅡ Sabes, aún sigo aquí y escucho todo ㅡVerseau dejó salir una pequeña risa burlona que sólo hizo enojar aún más al rubio. Sabía que el castaño solo hacía todo eso por no haberle avisado de antemano el estado de Ariztㅡ

ㅡ Lo sé cariño, lo sé ㅡMientras la pareja parecía tener sus roces Lugonis les miraba con pesar y se preguntaba, cuando irían a dejar sus discusiones infantiles de lado y notar su presencia, pero tampoco quería meterse a no ser que quisiera acabar en medio de ambos y sin saber qué bando escogerㅡ Mejor ayuda a mi amigo a subir sus pertenencias a la habitación de huéspedes

ㅡ ¿Acaso me ves cara de sirviente? ㅡEso fue todo, pensó el pelirrojo al ver lo rojo que estaba el griego pero ni así el francés cedió. El sueco solo quería estar lejos de ese próximo campo de batalla, no quería acabar en medio de la discusión de ambos y que aseguraba el griego había sido el que la inicio, lo sabía porque Krest reaccionaba de esa manera solo cuando era asíㅡ

ㅡ ¡Es lo menos que puedes hacer luego de ocultarme lo de mi niño! ㅡAeneas volvió a rodar los ojos por quién sabe qué vez, y Lugonis solo suspiro y afirmó para sí mismo lo cierto que había estado, había sido el rubio quien había ocasionado la ira de su amigoㅡ

La ama de casa, Sheila, se apreció junto al sueco y le pidió de favor que le siguiera mientras dos jóvenes mozos tomaban con cuidado las pertenencias de este para guiarme a su habitación, lo mejor era no meterse a separarles ya que las peleas de esos, solo ellos la podían solucionar y si alguien se metía, lo más seguro es que en vez de ayudarles a solucionarlo solo terminarían empeorándolo todo.

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Apartamento de Kardia

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Luego de un buen baño, ropas limpias y además de comer un delicioso desayuno preparado por el francés, Kardia se sentía muchísimo más renovado, pero no era el único, Dégel se mostraba más feliz por el cambio que el griego había dado, ni sabia que era lo que le había llevado pero agradecía a los dioses de que así fuera.

ㅡ Kardia, ¿que estás haciendo? ㅡLuego de comer ambos se habían ido a la sala para ver algo de televisión, el griego se encontraba sentado en el sillón de cuero y el menor estaba acostado en este, con la cabeza apoyada sobre las piernas del griego mientras era acariciado por el peli azulㅡ

ㅡ Jugando con el bebé ㅡRespondió como si fuera la cosa mas obvia del mundoㅡ ¿Crees que sea un niño?

ㅡ Pero Kardia, aun es muy pequeño ㅡLadeo la cabeza hacia la izquierda y alzo la mirada, el griego le vio ceñudo lo que causo que el hermoso francés soltara una risa ligeraㅡ No lo se, quizá lo sea o quizá no

ㅡ Yo quiero un niño ㅡNuevamente el menor volvió a sonreír, a veces el heleno se comportaba como un niño o en si lo era, uno en el cuerpo de un adultoㅡ

ㅡ Pero yo quiero que sea un niño ㅡEl menor se levanto para ver mejor al griego, quien tenia una expresión de molestia en el rostro quien seguía de necio con la idea de tener un hijo varónㅡ

ㅡ Kardia, eso es algo que no podemos decidir nosotros ademas... ㅡInstintivamente llevo sus manos a su vientre aun plano, sonriendo con calidez de saber que se encontraba un ser viviente en su cuerpo, por muy pequeño que fuera pero ahí estabaㅡ ...aun debemos esperar para saber su sexo y sea niño o niña, ambos le amaremos, ¿no es así? ㅡCon la mirada llena de calidez, amor incondicional, el griego se fue perdiendo en esta e inconscientemente sonrió con levedad mientras se acercaba a su pareja para tomarlo por la mejilla derecha y rozar sus labios con los de este, generando así un leve tono rosáceo en las pálidas mejillas de la joven madreㅡ K-kardia...

El mayor sonrió de costado y termino por cortar la distancia entre ambos, sus labios tomaron los del francés en un beso lento y apasionado, sorprendiéndole en el proceso pero no por eso negándoselo. El heleno mientras le tomo por la cadera derecha para a traerle y el peliverde rodeo a su pareja por el cuello, juntando sus pechos y cayendo sobre el sofá con el mayor encima mientras dejaban que el beso se alargara. La lengua del griego exploraba la cavidad bucal ajena, acariciaba la lengua del menor quien soltaba leves quejidos mientras acariciaba la espalda ancha y los cadejos azules del otro. Las piernas del menor fueron cediendo ante el cuerpo insistente del heleno, quien se fue abriendo paso para quedar en medio de estas, Dégel entonces no tuvo otra opción mas que alzarlas y enroscar las sobre las caderas del mayor, aquellas que se movían en un suave vaivén de atrás hacia adelante, frotando el bulto que se había formado en su pantalón.

ㅡ Mmnn Karf... ㅡSus labios se despegaron de los ajenos, dejando salir un quedo gemido que se mezclo con algo de vaho caliente. Podía sentir claramente como las manos ajenas acariciaban sus costados y como aquel bulto se refregaba contra el suyo; mantuvo el rostro ladeado hacia el respaldo del sofá y con el fleco que caía sobre su rostro quiso ocultar su vergüenza, pero solo logro dejar expuesto una de las zonas mas sensibles de su cuerpoㅡ Ahhh...

En la sala solo reinaba la armonía entre ambos y la sinfonía de gemidos que el francés componía para el griego, quien atacaba sin piedad aquel cuello blanco; el cuerpo de Dégel vibraba cada que sentía aquella lengua pasearse por toda la extensión, iniciando desde el hombro hasta llegar a su oreja donde le mordisqueaban el lóbulo. Sus manos apretaban los hombros del moreno y en gemidos ahogados le pedía que se detuviera, pero este solo le ignoraba y continuaba con su labor, aumentándole que una de sus manos se había escabullido por debajo de las ropas y ahora torturaba uno de los botoncitos rosas; Dégel sentía morirse por las distintas sensaciones que estaba experimentando al mismo tiempo.

ㅡ Kard... Kardia por favor... det... detente... ㅡCon la mirada llorosa continuo con sus suplicas esperando que el otro se compadeciera pero, el griego solo continuo subiendo la camisa para dejar todo el pecho y abdomen al descubiertoㅡ Ahhhhggg

ㅡ ¿Porque debería...? ㅡSus fosas nasales se llenaban con el dulce aroma a vainilla impregnado en la piel de porcelana, su lengua se enroscaba en la pequeña bolita de carne para moverla suavemente y luego succionarla, como si esperara a que algo saliera de ellaㅡ

Ambos amantes continuaron con aquel ritual lleno de amor, haciéndolo muy distinto a otras ocasiones. Yendo lento, descubriendo cosas nuevas en el otro, permitirse grabar cada tramo del cuerpo de su pareja; cayendo en las garras del deseo, la lujuria, la pasión y con un gran toque de ese amor que se tienen, ambos crearon una nueva danza que muchos envidiarían, mientras se permitían amar, compenetrarse y prometerse cosas que harían en un futuro. Futuro donde ambos se miraban juntos y con la nueva vida que crecía poco a poco en el vientre del menor.

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Apartamento de Dohko

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Hacia un buen rato que había despertado pero se negaba a levantarse o siquiera abrir los ojos, no después de lo cómodo que se sentía ademas de que por fin nadie se había dignado a llamarle para continuar con aquel trabajo, si es que se le podía llamar así a lo que le obligaban a hacer. Aun estando en forma de ovillo continuo peleando contra su subconsciente, pues este le dictaba que debía levantarse y continuar con su trabajo antes de que le levantaran del pelo y terminaran castigándole pero, la cama estaba demasiado cómoda, las sabanas olían bien y le hacían sentir relajado ademas de que su espalda ya no dolía tanto como antes.

¿Como era aquello posible? ¿Acaso estaba cerca de la muerte y por eso sentía que las cosas ya no eran tan duras como antes?

Con la duda intento abrir sus parpados, yendo lento pues no se acostumbraba a la luz en la habitación. Una vez hecho sus ojos rosa recorrieron cada parte del lugar, sorprendiéndose de que las paredes fueran de un color hueso, ademas de tener algunas decoraciones de cuadros con paisajes; aquello le alerto. Termino levantándose abruptamente como si temiera de aquel lugar, dándose cuenta que se encontraba en una cama grande, limpia y cómoda, con sabanas gruesas que le impedían pasar frió, pero maldiciéndose a la vez, ya que su abdomen había empezado a doler a horrores. Fue ahí cuando recordó lo que le habían hecho, en cierto modo no le importaba lo que esos tipos le hicieron, era mejor a que esa criatura sufriera un cruel destino, al menos ahora era un hermoso ángel que residía en el paraíso y era libre de vivir como un esclavo.

Aun con el dolor se levanto, todo su cuerpo fue temblando, ¿como había ido a parar ahí? Y lo peor de todo, ¿quien vivía ahí? aparto de manera brusca las sabanas y con pesar se giro para sentarse sobre el filo de la cama, sorprendiéndose de ver que estaba usando una especie de camisón blanca que le llegaba hasta la mitad del muslo.

ㅡ N-no... no puede ser... ¿d-donde...? ㅡAun temblando se decidió a salir del lecho, cuando sus pies descalzos tocaron el suelo su cuerpo vibro por el frió pero aun así se decidió a levantarse y caminar un poco por aquella habitación; lucia normal, aunque no por eso bajo la guardiaㅡ

Vio hacia todos lados, la habitación era grande y parecía no faltar nada. Había una cama, una mesa de noche a cada lado con lamparas sobre estas, en otra de las paredes habían estantes con varios libros, camino donde estos y tomo uno de ellos, era la divina comedia. Sus dedos diestros se pasearon por las hojas del libro, luego lo puso donde lo había encontrado y se giro para ir hacia el ventanal. Dudo al principio y con la mano temblorosa y extendida hacia el pomo, le toco con las yemas de sus dedos; se tardo al menos cinco minutos en armarse de valor, abrirla y pasar al balcón. Sus hermosos ojos rosas se llenaron de lagrimas cuando vio la hermosa vista que se le presentaba y la suave brisa movió sus cabellos amarillentos, casi tirando a un tono verdoso suave, que le llegaban un poco mas abajo de los hombros.

ㅡ Estoy... estoy en el centro de la ciudad, pero... ¿como? ㅡUn par de gorriones pasaron aun lado suyo entonando una melodía. No lo resistió más, sus lágrimas dejaron escapar aquel par de hileras saladas que pronto limpio, aunque se sorprendió de sentir algo sobre su rostroㅡ ¿que es? ㅡLa sorpresa aumento cuando se dió cuenta de que era una bandita la que tenía, justo donde se había hecho un corte hace dos noches, pero no solo era en su mejilla, también las tenía en sus manos y dedosㅡ

Aun no lo entendía, ¿quien se había tomado la molestia en atenderle de esa manera? inclusive se había tomado el tiempo en curarle sus heridas, darle una muda limpia y quizá nueva de ropa, inclusive... Sus mejillas se colorearon de un fuerte carmesí cuando se volvió a ver las manos y luego paseo sus dedos por su cabello, no se había dado cuenta de que lo tenía mas corto ademas de que este desprendía un delicioso aroma a flores de cerezo, lo que le causo más nostalgia ya que el solía usar esas productos de esa clase cuando se bañaba. ¿Acaso le habían bañado mientras dormía?

Inmediatamente se regreso al interior de la habitación, cerrando el ventanal tras de si y corriendo las cortinas para que no entrara tanto la luz del sol. Se frotaba las manos con nerviosismo mientras caminaba de un lado a otro, llegando a parecer un león enjaulado. Sentía que los nervios le carcomían, alguien se había atrevido a tocarle, aunque eso ya no era nuevo pero aun así no podía evitar no sentir repulsión, aunque si lo pensaba bien, sus caderas no dolían y parecía que solo le habían tocado para darle algo de aseo, que en cierto modo lo agradecía pero prefería ser el mismo quien se lo diera.

ㅡ Ya no puedo más con esto... ㅡSe detuvo en medio de la habitación, observando la puerta que estaba a dos metros suyo; dudo un poco pero al final camino hasta donde esta y tomo el pomo, lo giro lentamente, sorprendiendose de que no tuviera llave; ¿quien en su sano juicio le había dejado en una habitación y sin llave? solo se encontraba el en la habitación, sin nada que causara ruido, pero aun así no podía evitar que su corazón latiera como loco, llegando a pensar que este podía escaparsele del pecho o que sus captores serían capaces de escuchar sus latidos tan fuertesㅡ

Finalmente luego de pensarlo por mucho se digno a abrir la puerta con lentitud. Se sorprendió de encontrar el lugar en silencio, las paredes seguían siendo en tonos cálidos, todo en perfecto orden y sin nada fuera de lo normal, como si se tratara de un simple apartamento. Trago grueso, esa podía ser su única oportunidad de escapar. Armándose de valor fue saliendo lentamente y sin hacer ruido de la habitación, la adrenalina recorría su cuerpo entero a cada paso que daba por aquel pasillo. Al llegar al final de este giro a la izquierda y dio un par de pasos más hasta quedar frente a lo que parecía ser la cocina, encontrándose con un hombre de piel ligeramente tostada, cabellos cortos y castaños, ojos de un cálido esmeralda.

ㅡ Veo que ya te sientes un poco mejor ㅡEl otro joven se mantuvo en silencio, parecía congelado pero eso no desanimo ni le enojo al asiático. Termino de acomodar la mesa para dos, la cocina tenía aquel típico aroma a comida recién hecha lo que ocasiono que el estomago del otro rugiera y bajara el rostro con vergüenzaㅡ Vamos, tengo el comida recién hecha, acompáñame a comer

La calidez y carisma de aquel hombre le causaba desconcierto, miedo y un montón de cosas que no sabía como describir. Su cuerpo dio un respingo cuando sintió una cálida mano tomando la suya, con suavidad; ¿en que momento había acortado la distancia para llegar hasta donde el y tomarlo la mano? No tenía idea y tampoco sabía porque no podía decir algo, quizá era porque el miedo a ser lastimado le dominaba.

ㅡ Yo me llamo Dohko ㅡSolamente alzo la mirada para ver la espalda ancha de aquel hombre, sus cortos y ondulados cabellos castaños, parecían una cascada de chocolate. Mientras tanto el asiático llevaba a paso tranquilo al menor, le invito a tomar asiento; era todo un caballero, corriendo la silla para que el menor se sentara y luego acomodando le el asientoㅡ ¿Como te encuentras?

ㅡ Yo... ㅡParpadeo repetidas veces, no sabía que responder o mas bien no sabía si responder o no pero a su parecer, el otro no parecía apresurado por una respuesta, ni tan siquiera le exigia una, solo se dedicaba a servirle un platillo de tostadas francesas con frutilla, jarabe y una ligera lluvia de azúcar en polvo además de jugo de naranjaㅡ

El mayor continuo sonriendo como si nada mientras se sentaba en su lugar y comida de sus tostadas, siempre y cuando observando de reojo al menor quien con timidez de ser castigado, fue cogiendo el tenedor y el cuchillo para agarrar un trozo de las tostadas. Dohko casi se atraganta cuandio vio al menor aun con el bocado en la boca y dejando salir unas lagrimas traicioneras; dejo los cubiertos sobre su plato y se acerco para limpiar aquellas lagrimas con sus dedos, sorprendiendo en el acto al menor quien se quedo congelado por aquel gentil toque, algo que ya había olvidado.

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Continuara...

Notas finales:

 

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Notas finales: Hola a todos! Muchísimas gracias por leer mis fics y siempre estar atentos a mis actualizaciones! xD gracias por siempre dejarme algún comentario, en serio que me hace muy feliz. Espero ver comentarios suyos :´v los quiero muchísimos mis hermosas criaturitas :3


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