-¿Por que no iras conmigo? -La morena suspiro pesadamente.
-Te lo diré una ultima vez, si vas primero tendrás 4 días sin prensa -Acomodo los lentes de sol del rubio -Solo tienes que pasar desapercibido, podrás tener una vacaciones cortas y yo podré terminar lo que falta aquí- El corredor se cruzo de brazos -Vamos, te vas a divertir mucho-
-Es la primera vez que viajo sin ti, en mas de 4 años -La muchacha rio. -
-McQueen, ya estas grande para una niñera, llevamos 4 años aquí y triunfamos al fin- Beso su mejilla- Diviértete un poco- Se alejo del muchacho, despidiendose con un gesto de manos.
-Pasajeros del vuelo 2349 con destino a Japón, por favor, ir a la plataforma de abordaje- El rubio camino sin ganas a la plataforma.
-.-.-.-.-.-.-.-.Japon.-.-.-.-.-.-.
4 p.m( Hora local) :Francesco llega a Tokio y se va de compras.
P6 p.m(Hora local):Rayo McQueen llega a Tokio y se va al hotel.
Rayo caminaba por los el elegante recibidor del hotel de lujo donde se hospedaría.
-Señor McQueen- Un hombre de acerco al joven corredor, era pequeño y algo viejo, con el cabello cano y la cara ligeramente arrugada, sonreía con nerviosismo, viendo con algo de vergüenza al rubio -Aquí esta su llave- El hombre le entrego una tarjeta color negro, con letras en dorado. -¿Usted es?- Pregunto confundido.
-Vera señor McQueen; soy el asistente de presidencia en petroleras Axelroth, una de las compañías que patrocinan el evento, como sabrá, su llegada a Tokio es secreta, la señorita Sally y los demas representantes de los corredores no quieren prensa, yo solo estoy aqui para registrarlo, no podemos poner Rayo McQueen a registrase el mismo, si queremos mantener su llegada en secreto - El rubio asintió.
-Entiendo, gracias- Camino hacia el ascensor que lo llevaría a su habitación, no sin antes despedirse con un gesto de manos. Luego de una media hora en que el hombre solo se que quedo parado en la entrado, un muy sensual italiano entro al edificio, unos cuantos hombre llevaban sus maletas y una gran cantidad de bolsas de compras, de tiendas caras y exclusivas de Japón. -Francesco Bernoulli - Los ojos del hombre se iluminaron cuando vieron al italiano, quien en un descuido dejo caer las carpetas que llevaba en manos, eran 2 carpetas en total, 1 tenia escrita “Llaves” y las otras “Llaves de repuesto” eran una gran cantidad de llaves de todos los corredores y la foto de cada uno en la carpeta .
-Me dicen que usted tiene la llave de Francesco- Dijo en ingles con un acento muy marcado - Francesco quiere su llave- El hombre recogió las llaves con rapidez, examinándolas con algo de nerviosismo, tomo con rapidez la mas cercana. extendiéndosela al italiano sin dejar de mirarlo con admiración - Aqui esta- Dijo rápidamente.
-Francesco se lo agradece- Sonrío con prepotencia. Cuando el italiano subió al ascensor, el hombre solo pudo suspirar pesadamente.
-No es nada, solo ha llegado el señor McQueen, hay 33 llaves ¿Cual es la posibilidad que te halla dado la copia del Estadounidense? - Se hablo a el mismo mientras de frotaba las manos.
_-_En el cuarto-_-_-
Lo primero que hizo Rayo al entrar a la habitación de lujo del costoso hotel japones fue ir al baño y darse una larga ducha, en un intento fallido de tratar de ajelar el cansancio después de tan largo viaje, luego de unos cuantos minutos bajo la regadera, en los cuales casi se queda dormido un par de veces, salió del cuarto de baño con solo una toalla alrededor de la cintura y otra en el cabello y con cansancio se arrojo a la cama, quitándose la toalla del cabello, cerro los ojos para dejarse llevar por el sueño.
-Dejen el equipaje aquí- Dijo el italiano señalando la sala en general, los empleados asintieron, dejaron las costosas maletas del corredor junto a las bolsas se compras y se retiraron, no sin antes recibir una muy exagerada propina.
Francesco aflojo su corbata, estirando los brazos con cansancio- Necesito una ducha- suspiro pesadamente, camino hacia el cuarto principal donde un rubio dormía plácidamente sobre una enorme cama de sabanas blancas, el corredor italiano camino hacia la cama, viendo fijamente a a Rayo, que solo se removió un poco -Alguien me ha dejado un regalo- Dijo mientras sonreía de forma seductora, con un tono cantarín adornando su voz. Se quito el saco en un movimiento rápido, tirándolo al piso antes de subirse a la cama y comenzar a gatear atravez de la enorme cama, hasta llegar a la altura del rubio. Poniendo ambas piernas alrededor del dormido corredor.
-Uhn -El rubio se removió un poco; quedando frente a Francesco, el cual solo alargo la mano derecha, acariciando la mejilla.
-Carino -Dijo en un tono meloso y sensual - I ragazzi non sono il mio stile, ma questo è molto carino - El italiano deslizo sus dedos a travez de la mandíbula, descendiendo lentamente, acariciando el cuello. Mientras sostenía todo su peso en la otra mano- Morbido - Miro con deseo los labios entreabiertos y en un movimiento rápido planto un casto beso sobre los labios del rubio, mientas comenzaba a acariciar levemente las caderas. Introdujo su lengua en la boca del rayo, sin notar como un par de enormes ojos azules se abrían lentamente. Rayo abrió los ojos como platos cuando sintió como una mano acariciaba su muslo derecho sin el mas mínimo pudor. Con toda la fuerza que tuve en ese momento empujo al hombre sobre el, haciendo que este cayera de la cama.
- ¿¡Quien eres!? -Los ojos azules fulminaron al otro hombre, que solo se levantaba adolorido del piso -¿¡Que haces en mi habitación!?-.
-Francesco -Sonrío, mientras veía como los azules ojos lo miraban con odio -Francesco Bernoulli -Dijo el tono prepotente -Y esta es mi habitación, carino - El muchacho frunció el ceño.
-¿¡Por que demonios me estabas haciendo eso!? - Francesco solo se encogió de hombros.
-Francesco vio a alguien acostado en su cama ¿No es lo normal cuando consigues a una belleza sobre tus sabanas?- Dijo con simpleza , el rubio se sonrojo violentamente.
-Debe haber un error- Camino hacia una de las maletas y saco un par de vaqueros desgastados y una camiseta sin mangas negra- Bajemos a recepción- Se encerro en el baño, luego de unos 10 min salió totalmente vestido. Camino hacia la puerta, pasando por alto a Francesco.
-Te olvidas de Francesco- Dijo mientras lo alcanzaba -La hermosura no me ha dicho su nombre-.
-Rayo McQueen- Caminaron hacia el asensor.
-¿Eres McQueen? - El italiano rio levemente - Francesco te imaginaba diferente- McQueen lo ignoro. Cuando llegaron al piso de la recepción, vieron al hombre tomando una soda a lo lejos, el hombre les dirigió una una mirada nerviosa.
-McQueen- Dijo en un tono cantarín, mientras veía como el representante se acercaba a paso lento.
-¿Uhn?- Francesco Sonrio con picardía, mientras ponia el brazo en su hombre.
-Creo que me gustas. Hagamos el amor- McQueen lo miro con los ojos desorbitados.
Continuara.......