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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola!!

 

Bueno, este ahora si, debió ser el capi 9 o 10, por fin (a medias) llegue un poco.

Y amm...creo que nunca había hecho capis por partes, y no sabía cómo comenzar los eventos, así es que comenzaré por lo que le pasó a Jaden, después será lo que pasa en la mansión en la segunda parte....no se si dirigirlo hacia un personaje en especial, aunque creo que Yusei es el indicado....no, creo que Haou es mejor.

Y por último, o quizás lo lleve a la par de la segunda parte, lo que monitorea Kaiba.

Claro que si quieren saber lo que pasa después y saltarnos esas partes, también se puede xD

 

"Pide y se te concederá"

 

 

 

“Primero tienes que conocer las reglas del juego, luego tienes que jugar mejor que nadie”

 

 

 

Capítulo 19.- Pandora.

 

Jaden

 

Estaba sentado en el pequeño comedor con la expresión completamente envuelta en melancolía.

Dio un vistazo rápido a través de la ventana admirando un poco el paisaje gris que acompañaba su estado en ese momento, estaba nublado. Así fue que, contemplando el cielo, todos los recuerdos le vinieron a la mente como nítidas imágenes en movimiento que se proyectaban en aquel triste escenario de la naturaleza.

Bajó su vista siguiendo con la proyección de los eventos cronológicos que ahora se veían envueltos en la traslucidez del vapor que emanaba su té caliente frente a él. Todos ellos lo atormentaban como fuertes golpes en la cara directos y concisos; desde la valiosa felicidad inocente en su infancia junto a su hermano; el descubrimiento de su único y real amor con Yusei que le hizo tocar el nirvana con la apunta de sus manos; hasta los cambios drásticos que dieron sus relaciones: es decir, su dulce hermano, un tirano desalmado y su único amor, un psicótico dictador escudado en la palabra amor.

Las preguntas, las incertidumbres y un sentido de maldad inexplicable lo torturaban en sus pensamientos.

 

Así que…

Tomaba té de limón…

 

¿Por qué lo hacía?, a él no le gustaba el té y aun así cada una de sus recientes acciones habían sido para elaborar la bebida en su mesa. Aquel líquido que gustaba a su novio, a Yusei, y que él siempre detestó.

Té…

Yusei siempre había sido el responsable de su comportamiento tan fuera de sí, tan estricto, tan restringido, convertía su mundo en un lugar lleno de impedimentos con correa al cuello y aun así...

 

Té de limón...

 

Quizás era la costumbre la que lo hacía reaccionar de esa manera, o tal vez es que extrañaba demasiado la intervención del mecánico psicótico que sus acciones simplemente replicaban sus dictados de forma natural en él.

Lo amaba, a pesar de tanto dolor, de humillaciones, lo amaba con toda su alma.

 

¿Por qué?

 

El amor es un sentimiento extraño sin duda, que nace desde lo más íntimo de toda la existencia vital de cada ser humano hasta secretarla por cada poro, y Yusei era el responsable de aquella reacción química en su cuerpo.

 

Yusei…

 

El hombre que amaba, el único, el motor de sus respiraciones y dueño de sus suspiros: Yusei Fudo.

Ahora no podía dejar de pensar en él, en sus días radiantes junto a él, en su mirada azul y profunda, su leve sonrisa que expresaba tanto, y los toques a su alma. Estaba muy seguro de lo que sentía por él, no le importaba si se equivocaba o sus acciones fueran un desperdicio para los demás, él seguía enamorado de Yusei Fudo, Yusei...pero...

En ese momento…

Jesse. Este último era el chico entregado en cuerpo y alma hacia él, era el chico que daría su vida infinitamente solo por él, el chico que le sonreía de manera radiante y única ante él; el que detendría al mundo si él se lo pidiera hasta llegar a grados extremistas, solo por él. Jesse Anderson, el chico romántico, el chico devoto… el chico equivocado.

No merecía ser lastimado solo por experimentar, y él sabía que lo que le pedía el hermano gemelo más alto lo llevaría a ese amargo y desastroso desenlace con el joven de ojos esmeraldas; tarde o temprano Jaden debía revelarle su verdadera convicción,  y entonces sería él quién le jalara el gatillo directo al corazón.

Consciente de todo, eso era lo peor, y aun así aceptó ser parte de ese juego retorcido de desamor en el que estaba metido.

 

Ayúdalo…—recordaba la súplica de Johan.

 

Y es justamente lo que haría…

 

 ------------//-----------

 

Solo una semana había pasado en los que había acompañado al joven Jesse a su lado en su recuperación. Se entendían tan bien que parecían ellos ser los hermanos de nacimiento; siempre se sonreían, se admiraban y las conversaciones salían de manera espontánea y natural, donde la sincronización con sus encuentros en común era realmente fuerte en ellos.

Pero Jesse no desperdiciaba un momento para dejarle en claro que lo amaba con locura, y Jaden no dejaba de ponerle cara seria cuando lo percibía, aún más, en los pequeños roces piel a piel.

No obstante, Jesse parecía no importarle ese rechazo, su emoción crecía día a día por aquel chico de cabellos castaños y agradable personalidad.

 

La segunda semana, en el inicio, Jesse se sentía con ánimos de salir y tomar algo de aire fresco. Su cuerpo era increíble ya que la recuperación estaba yendo de maravilla. Era el tercer día que salían de la casa; iban al mercado, paseaban por el pueblo y admiraban la sutileza de la belleza de los prados verdes con mantos de flores. Jaden estaba complacido con la simpleza del país y la vida cotidiana de los habitantes alemanes, aunque en ocasiones se sentía asechado.

En todo caso, Jaden lo acompañaba a donde sea.

 

 

—¿Sientes frío, Jesse? Podría traerte una manta. —estaban sentados sobre un gran tronco caído en la parte trasera de la casa. Johan los cuidaba desde el techo tratando de no interrumpir ni un segundo de su tiempo juntos; aquellas escenas solo lo enternecían esperando a que Yuki cayera enamorado de su hermano, o al menos eso era lo que esperanzaba. Tras su espalda llevaba su fiel katana, por si algo pasara.

 

—Gracias Jaden, pero me encuentro bien así. Claro que un abrazo tuyo me cubriría mejor que cualquier manta. —se rascó la cabeza apenado por sus palabras mientras reflejaba una sonrisilla nerviosa.

 

Jaden se escudó tras una cara de póker, ese gesto era aún más imponente que el de su hermano Haou; al parecer Jesse estaba mejor físicamente, pero en su mente seguía haciéndose castillos en el aire. Ni siquiera con sus acciones algo rígidas había logrado desanimarlo. Creía que no podría seguir mintiéndole más, ya que ni sus actos despectivos habían ayudado a que ya no sintiera algo por él.

 

—Jesse, hay algo que tengo que…

 

—¡Quiero que veas algo, Jaden! —lo interrumpió parándose de golpe, aquel crepúsculo lo había inspirado. Lo tomó del brazo para jalarlo hacia algún lugar y este no pudo objetar.

 

 *

—Ya se movilizan. —Johan estaba atento a cualquier cambio.

Hace una semana que empezó a asesinar nuevamente a los intrusos; los primero habían sido dos hombres sospechosos, estos merodeaban su hogar como si buscaran algo, o a alguien. La práctica de antaño no le permitió detenerse a preguntar su origen, simplemente se deshizo de ellos. Johan no quería ninguna interrupción en el estado delicado de su hermano, así es que actuaba como fiel y peligroso perro guardián ante cualquier desconocido, o cualquier amenaza.

 *

 

Jesse llevó al diseñador hasta una cueva cercana, estaba algo desolado el rumbo y la noche caía pesadamente sobre ellos. Aun así entraron a la humedad de aquel vacío de roca.

Le pidió que esperara un momento sentado en una roca que parecía un banquillo, sería solo pocos minutos hasta que quedaran en completa oscuridad.

 

—¡¿Jesse, qué…

 

—Shh—puso su dedo índice sobre sus labios para que guardara silencio, después le giñó un ojo, aunque ya casi no se podía apreciar. —Confía en mí. —susurró alegre.

 

Por un momento no se escuchaba nada más que la chirria de los grillos y el cantar de algunas ranas. La respiración en ambos se hizo pausada y entonces, en completa oscuridad, comenzó un espectáculo de belleza soberbio proveído por la naturaleza.

La expresión en ambos chicos fue de asombro: de un momento a otro miles de luciérnagas brillaban alrededor de ellos, como si en verdad estuvieran rodeados por las estrellas volando en el universo.

 

—¡Increíble! —las pequeñas luces se reflejaban luminosas en los ojos de ambos. Algunos de esos insectos se habían posado sobre el cabello castaño, pero se marchaban rápidamente para seguir revoloteando.

 

La luz natural de esas pequeñas criaturas iluminaba a los chicos celestialmente.

Jesse no se perdía de ninguna reacción del diseñador, y no podía estar más feliz por regalarle ese momento tan especial en aquel lugar.

 

—Y bien…¿Qué te parece, Jaden?

 

—¡Cielos, esto es lo más hermoso que he visto!

 

—¡¿De verdad?!

 

El diseñador asintió con la cabeza admirado de lo que veía.

 

—Es la primera vez que veo las luciérnagas.

 

—¡¿En serio?! —La vista esmeralda se emocionó y volvió hacia el espectáculo natural.—Mi hermano me traía de vez en cuando aquí para que mis ansias se calmaran. Me explicó sobre la fragilidad de estos insectos y su belleza. Casi pensé que me relacionaba con ellas.

 

Los orbes castaños ahora miraron curiosos a su acompañante, escuchaba atentamente.

 

—Las hembras esperan en el suelo a los machos, esos insectos que vuelan son ellos, tratando de llamar la atención de una de ellas con su luz. En cuanto una de ellas tiene agrado con alguno, entonces ella brilla para llamar su atención y el elegido afortunado baja rápidamente a su encuentro; entonces el cortejo comienza hasta que ambos brillan al mismo tiempo como si fuese la palpitación pausada de un corazón enamorado, hasta acelerarse por la emoción.

 

Las palabras del Anderson provocaron que un sonrojo incontrolable acalorara el rostro del diseñador; en verdad Jesse era una “luciérnaga” que brillaba con mucha intensidad.

 

—Jesse…—susurró imperceptible.

 

El peli turquesa suspiró.

 

—Mi hermano me dijo que el día que encontrara a esa persona especial, sabré que es ella cuando nuestros ideales y corazones comenzaran a sincronizarse como las luciérnagas enamoradas. —su vista se enganchó con la castaña y lo tomo de las manos entrelazando sus dedos. —Jaden, siento que tú y yo brillamos a la par. Me siento enamorado de ti. Sé que puedo ser tu luz, y quisiera que tú fueras la mía.

 

Jaden perdió la habilidad de respirar. Todo comenzó a perder su color en el momento que el chico había declarado eso, para el diseñador el sonido se volvió nulo; miró alrededor y las luces se habían quedado suspendidas en el aire sin movimiento; el viento no se sentía y las hojas en lianas que colgaban de la cueva se habían inclinado inmóviles 70°, Jesse seguía en esa posición en pausa con esa ancha sonrisa y sus orbes esperanzadas. Pero pese a que el tiempo se había detenido en ese momento, Jaden solo sintió unas inmensas ganas de llorar.

 

Jesse….lo siento…

 

Bajó la cabeza y ocultó su rostro afligido con los mechones de su flequillo, dio un respiro profundo y contuvo ese nudo en la garganta, reteniendo el escozor de sus lágrimas.

 

No quería pero la mentira no podía soportarla más; estaba listo para confesarle su más íntimo e importante secreto, ya no podía seguir torturándose, ni a Jesse.

Con el coraje reunido desde sus entrañas, el tiempo regresó a moverse lentamente y su frágil voz se hizo audible dando una respuesta después de varios tortuosos minutos en silencio.

 

—No puedo…

 

Jesse no parecía entender.

 

—Aprecio mucho lo que sientes por mi, Jesse… pero…—no se atrevió a verlo a los ojos todavía—No puedo corresponderte.

 

La felicidad desapareció del rostro del joven Anderson, solo quedaba la incredulidad y expectativa, todo entre un nerviosismo de incertidumbre y duda.

 

*

Johan espiaba discretamente maldiciendo un poco por la pronta declaración del diseñador, ahora esperaba cualquier cosa.

*

 

—¿P..por qué? —sus pupilas se dilataron esperando una pronta respuesta de su amado frente a él.

 

Jaden esta vez levantó la vista, sus acuosos orbes entre una sonrisa lastimera le indicaban lo mucho que odiaba tener que herirlo.

 

—No puedo seguir con esto Jesse, eres mi amigo, mi mejor amigo, mi salvador y la persona que aprecio desde lo más sincero de mí ser. He pasado tan buen tiempo junto a ti como si fuéramos uno, pero…mi corazón, mi brillo, ya pertenece a alguien más.

 

El corazón del oji esmeralda se detuvo. Esa realidad había destruido algo en el interior de Jesse, ni siquiera las disculpas de aquel ángel frente a él podían sanar las llagas de sufrimiento que estaba sintiendo en ese instante y la desfragmentación lenta de su alma. No lo creía, no quería aceptarlo, no quería esa realidad, no a la verdad.

 

—Pero no puede ser…—su mente estaba inestable—Tú...tú me dijiste que me amabas, que no me alejara. Tú me necesitas, y yo…yo te amo Jade, ¡TE AMO! !No puede haber nadie más!

 

—Lo siento Jesse, debí habértelo dicho antes. Vivo con mi novio, quien me espera en Japón, lo amo, aunque hemos tenido algunas diferencias, lo amo. Yusei es la luz para mí.

 

No hay palabras para explicar la rabia y decepción que sentía Jesse en ese momento, sobre todo por usar la sagrada metáfora de su hermano sobre el brillo de las luciérnagas en alucine a otro hombre. Se suponía que ese momento debía ser el más especial en toda su vida, se suponía que Jaden debía decirle que sí para que la vida fuera bella.

En cambio sentía que se sumergía dentro de una oscuridad asfixiante perdiendo el punto de luz de la salida cada vez más lejos de él.

Negó con la cabeza varias veces en un completo shock emocional, eran inevitables las lágrimas incontrolables de sus ojos recorriendo sus mejillas.

 

—No…no…!NO! !Tu eres mi luz Jaden y yo tu destino!, no puedes decirme que hay alguien más ¡NO! —prensó el agarre de las manos, como si de cadenas se trataran, y estos al instante hicieron daño al diseñador— ¡Yo te amo! ¡TE AMO JADEN!

 

—!Jesse, me lastimas!—zafarse era inútil.

 

—¡No puede haber nadie más! ¡No puede! ¡Somos tú y yo, seremos tú y yo por siempre!

 

—¡Jesse! —Jaden esta vez se atemorizó cuando el peli turquesa le saltó encima y trató de besarlo; el agarre no podía deshacerlo y su amigo ya estaba pesando con todo su cuerpo entre sus piernas. —¡No, Jesse!

 

Su rostro era de completa desesperación, Yubel envolvía a su cuerpo con más violencia, seguramente obligaría a Jaden. Yuki solo pudo apretar los ojos esperando su irrefutable destino, trató de alejarlo con las pocas fuerzas de sus brazos.

 

—¡Jesse!

 

—¡No puede ser! !Te amo! ¡Te amo, Jaden!…—las lágrimas mojaban el rostro del diseñador, aquel momento tan perfecto, tan mágico, se había vuelto una pesadilla; no solo para Jaden, la peor parte se la estaba llevando aquel chico de mirada desconsolada.

 

Afortunadamente Johan apareció justo a tiempo para detener a su hermanito con un apretón certero entre el cuello y la nuca para dejarlo inconsciente.

 

—¡Johan! —el mayor lo miró decepcionado y molesto a la vez. Cargó a su amado hermano y se lo echo al hombro.

 

—Jaden, solo faltaban unos días para que culminara el tiempo. ¿Por qué no pudiste…

 

—¡Has visto lo que trató de hacerme! Johan, no puedo seguir mintiendo. Si mi hermano pudo contigo es porque sentían lo mismo ustedes, pero con Jesse es diferente, yo no puedo corresponderle, no, por Yusei.

 

Johan sentía la necesidad de acabar con la vida de ese hombre que tanto pronunciaba aquel diseñador, pero no podía ser así de cruel, sin embargo, sería tan fácil hacerlo y dejarle el campo libre a su hermano. Si tan solo no existiera Yusei.

Sacó aire. No podría hacerle eso de cualquier manera.

 

—Es tarde, vamos a casa.

 

 

 

……………………

 

 

Axel atendió al menor de los Anderson como si fuera su padre, quería tanto a ese par de gemelos que no contuvo una mirada de desprecio contra Jaden al enterarse de lo sucedido. 

Mientras tanto, Johan estaba sentado frente a frente en el comedor con Jaden Yuki, este último tenía la mirada baja, pero el ceño fruncido le hacía ver que su decisión no la creía la incorrecta.

 

—Jaden…

 

—Antes que me digas algo, Johan. Quiero decirte que no me arrepiento de haberle dicho la verdad. —enfrentó sus ojos— El mentirle me había hecho sentir como si tuviera un grillete en el tobillo. Debí haberle dicho la verdad desde el principio.

 

 —Solo quería que lo ayudaras.

 

—Traté, pero no es suficiente. El no me necesita para eso, es una persona tan frágil y hermosa, pero me di cuenta que yo solo soy un mal para él. Me di cuenta que necesita de la protección de alguien con más carácter, alguien que lo proteja y lo ame. Johan, alguien como tú, su hermano, quien daría todo por él.

 

Las palabras de aquel chico estaban llenas de razón, aunque él lo quisiera, Jaden no podía obligarse a ser Haou. Tenía razón en cuanto a ser la persona que necesitaba Jesse, solo que fue egoísta y únicamente pensó en él y sus anhelos, entre ellos Haou.

Jaden nunca amaría a Jesse, aunque este se quitase la vida frente a él para demostrárselo.

Era momento de aceptar la realidad.

 

—Lo entiendo, de todas maneras…gracias. —habló cabizbajo.

 

—Johan, se lo que sientes por él, y solo le deseas lo mejor. Yo te entiendo porque pienso igual de Haou. Los adoramos pese a cualquier cosa, sin embargo, hay momentos en los que no podremos protegerlos siempre de sus propios demonios y es cuando más debemos apoyarlos. Tú eres el hermano mayor de Jesse, así como yo soy el de Haou, y pase lo que pase debemos estar ahí para guiarlos. Quizás Jesse sienta amor por mí ya que es el reflejo que yo doy de ti.

 

Johan quedó conmocionado, nunca había imaginado eso. Quizás era verdad, pero más creía que en realidad Jesse estaba enamorado de Jaden, podía sentirlo, sin embargo, independientemente de eso, Jesse necesitaba alguien que lo estabilice.

 

—¿Entonces tratas de decirme que yo soy el indicado en salvar a mi hermano, y  que tú lo serás para el tuyo?

 

La sola idea ponía nervioso al diseñador de KC, pero de todas formas lo intentaría. No sabía cuántos cambios había sufrido su amado hermano y lo que pudiese suceder, solo que necesitaba verlo y aclarar todo lo que estaba pasando en su vida. Quizás solo se había desviado un poco y él tenía la obligación de volverlo al buen camino.

 

—Exactamente.

 

Johan estaba conmovido, suspiró.

 

—Ojalá hubieses sido mi cuñado, hubiera sido todo un placer.

 

La sonrisa del diseñador fue grata.

 

—Si estas con mi hermano, seguiré siendo tu cuñado. —guiñó un ojo marrón sacando un leve sonrojo en el rostro duro del sicario.

 

—Jeje, tienes razón.

 

 ----------

 

La noche caía en su total tranquilidad, la chirria de los grillos y el croar de las ranas era lo único que rompía el silencio. El reloj marcaba la una en punto.

Jesse despertó de golpe, había sentido que era tragado por un ser humanoide de apariencia dracónica, de ojos heterocromáticos y un tercer y gran ojo amarillo en la frente, mitad hombre, mitad mujer.

Su respiración era agitada, los ojos naranjas habían permanecido en sus pupilas y el sudor perlaba su rostro. No estaba solo en la habitación; sobre la silla, a un lado de él, estaba su hermano Johan, durmiendo en una posición incómoda. La imagen enterneció su corazón.

 

 

Johan…—acarició suavemente su rostro comenzando a calmarse, su hermano siempre le brindaba ese calor y efecto de paz en su interior; sin embargo, estaba tan herido por Jaden que en ese instante no había servido de nada; en seguida, un terrible espasmo recorrió toda su espina, y en vez de tranquilizarse, su presión y ritmo cardiaco estaban en aumento.

 

 

No otra vez…

 

 

Había algo que no podía soportar en su subconsciente, quizás era la pérdida, la desilusión, o simplemente la ansiedad por buscar un poco de alivio interior; se encontraba desesperado,  gritaba internamente con tanta fuerza pero nadie podía orle; así es que tomó la katana de su hermano y salió por la ventana. Se había prometido no volverlo a hacer, pero necesitaba con urgencia de esa su “droga”.

Johan no se había dado cuenta hasta que sintió una fuerte briza helada una hora después de su partida; solo así supo que su hermano no estaba, ni su fiel cejadora de almas.

 

—Maldición, ¡Jesse!

 

Se puso su capa grisácea con capucha y alertó a Axel en tono sobresaltado.

 

—¡Cuida a Jaden!

 

—¡¿Qué pasa?! —el escándalo también despertó al castaño, quien bostezó y se talló un ojito somnoliento.

 

—Jesse se fue.

 

—¡¿Qué has dicho?!

 

—Tengo que encontrarlo, ¡en su estado podría cometer una barbaridad!

 

—Yo te acompaño. —Yuki se paró de un salto.

 

—No, tú quédate, esto es asunto familiar.

 

De nuevo eso era verdad, los asuntos familiares debían tratarse de esa manera, entendía perfectamente lo que quería decir. Entonces no objetó nada y lo dejó ir. Ya trataría él sus propios asuntos familiares.

Johan montó en la motocicleta y partió a gran velocidad. Conocía lo que haría su hermano.

 

Axel miraba el camino donde había desaparecido el mayor Anderson, deseó toda la suerte del mundo y rezó porque encontrara a salvo a Jesse. Luego regresó la vista a Jaden, para indicarle que debía dormir.

 

 

……………

 

 

 

Erfurt. Capital de Turingia. Poblado.

 

Una bodega abandonada, cerca de propiedades de Noah Kaiba, era el punto de reunión de un grupo de delincuentes alemanes. Esa noche estaban contrabandeando sustancias ilegales con otros enemigos, así es que el armamento era imperativo.

El primer grupo estaba del lado derecho haciéndole frente a la pared humana del lado izquierdo, al parecer las negociaciones habían resultado ser un éxito por lo que los líderes en ambos bandos se estrechaban las manos, cada uno sosteniendo la mercancía deseada en un maletín que cargaban.

 

—Fue un placer hacer negocios contigo.

 

—Solo fortalecemos la alianza pero recuerda que el mercado es competitivo.

 

Ambos hombres— de apariencia feroz—, rieron. Repentinamente un hilito plateado, reflejado por la luz de la luna, había revelado un cuchillo certero incrustado entre los ojos de uno de los líderes, quién murió al instante frente a todos los desprevenidos.

De inmediato el mal entendido había provocado una conmoción masiva.

 

—¡Traición! —algunos comenzaron a dispararse.

 

Fue tarde cuando vieron al menor de los Anderson fulminarlos con su vista naranja desde un tablón que servía de soporte del techo de la bodega. Después el joven se lanzó para acabar violentamente con sus vidas.

 

—¡Ahhhh!

 

Caos. En la total confusión, uno a uno fue cayendo por la rudeza y filo de la katana.

Apagaba una vida y sus lágrimas caían con más pesadez, otra vida fuera de este mundo y el recuerdo de Jaden y su sonrisa se empuñaba tortuosamente en su corazón; una vida más ensangrentando el piso y las palabras de "desprecio" del joven diseñador se enterraban en sus sentidos como finas navajas de asesino amaestrado.

 

 

¿Por qué? ¿Por qué, Jaden? …Yo te amo….

 

 

La furia era cada vez más letal, no sintió el disparo en su hombro puesto que por un momento se había quedado estático en el centro del lugar para derramar todo su sufrimiento. El pobre sobreviviente que había disparado estaba aterrado ante su presencia. Bastaba con una mirada de esos ojos demoniacos para indicarle que no era un humano frente a él, sino una bestia salida del mismo infierno.

 

—¡Maldito! —el terror de aquel sujeto solo lo condujeron a dispararle repetidas veces.

 

Jesse se acercaba a él como una fiera incontrolable, ni siquiera las balas podían parar el estado descontrolado y profundamente atormentado en el que se encontraba.

 

—¡¿Qué eres tú?! —el sujeto no podía hacerse más atrás, Jesse levanto la mirada a un más fulminante y después deliró sin poder controlar sus lágrimas.

 

—¡Yusei, yo te mataré! Jaden…!Jaden es mio!

 

La muerte debía ser lenta y dolorosa. Jesse no pensaba en lo que hacía, solo torturaba el cuerpo de ese hombre sin tocar puntos vitales, solo deseaba hacerlo gritar y suplicar; ya que el lloraba pero a la vez sostenía una sonrisa psicópata contra "Yusei".

 

—¡Ahhhh! ¡Ahhhh!

 

Repentinamente los gritos cesaron. Johan había aparecido acabando con la vida rápidamente de aquel pobre diablo y quitándole las ganas de “alivio” a su pequeño hermano.

Ambos chicos se miraron unos segundos, pero no pasó mucho para que Jesse se lanzara a los brazos del joven más alto.

Cuanto le hacía falta, cuanto lo había extrañado, cuanto lo había necesitado...

Este lo miró melancólico, ya no pudo contener más fuerza y lo abrazó con todo su cariño que había acumulado años en su alma. Trataba de tranquilizar el sufrimiento de la persona más importante en su vida, de su hermano. Quería aliviar todo el dolor que acongojaba a ese hermoso ser y esta vez lo haría bien.

 

—Shh, tranquilo, ya pasó, estas a salvo, Jesse, estás conmigo, no te abandonaré.

 

Las ropas oscuras de Johan se humedecieron con el llanto del joven Anderson, ni siquiera podía articular palabras debido a todo el dolor que llenaba su alma. Pero su hermano, su hermano por fin estaba ahí, esta vez estaba ahí cuando más lo necesitaba.

Jaden lo había abandonado, Jaden lo había rechazado, Jaden no lo quería, y Johan lo sabía muy bien. De ahora en adelante, estaría solo junto a él, junto a su verdadero amor, Jesse, aunque renunciara a su amado Haou.

 

—Estoy aquí Jesse, no te dejaré de nuevo.

 

El lugar era una masacre atroz, el eco de los sollozos de Jesse cubría mucho más espacio que el piso ensangrentado. Se aferró al cuerpo de su hermano y permanecieron abrazados por mucho tiempo hasta que se calmara. Johan también lloró, y ambos se acompañaron en un gesto de calidez perfecta que los unía a ambos profundamente.

 

Johan sabía lo que tenía que hacer, sin embargo, Jesse aun no podía superar a Jaden...

 

 

 …………………

 

 

Hogar Anderson.

 

Era tarde, Axel repentinamente sintió demasiado silencio a las dos y media de la mañana. Salió de su cuarto para revisar a Jaden; este seguía descansado en el sillón. Se alivió de encontrarlo tranquilo, todo en calma; estaba punto de darse la vuelta y regresar a su habitación cuando algo llamó su atención: la figura envuelta en sabanas que se posaba en el sillón, no se movía.

Movido por la curiosidad fue hasta él, y entonces descubrió el timo.

No había nadie en la habitación, todo era una farsa.

 

—¡Maldición! —salió apresurado, lo primero que hizo fue llamar a Johan por celular, entre tanto esperaba encontrar alguna huella de Jaden.

 

 

…………………

 

 

Mansión Dorngerber.

 

—¡Woooh! Este lugar es un castillo. Mi hermano nunca me contó lo hermoso que lucía la mansión. —posó los dedos de su mano derecha rectos sobre su frente, apreciando la magnitud del lugar. Era fácil de impresionar. —Le diré a papá que vengamos a visitar a Haou cuando regrese de Moscú. Si es que algún día regresa.

 

Así se acercó a la entrada, varias cámaras no dejaban de seguirlo, pero Jaden no se había percatado.

 

—Amm…disculpe. —llamó al guardia, este al verlo se puso de pie de un brinco, ya que dormitaba sobre una silla.

 

—¡Ah, señor Yuki!...No…no sabía que estaba afuera, yo…yo no lo vi salir—inmediatamente abrió la puerta, Jaden se rascó la cabeza y entró.

 

—Jeje…emmm...gracias. —entró apenado, quizás caerle de sorpresa a su hermano no sonaba muy apropiado.

 

Jaden no avanzó mucho, se quedó apreciando nuevamente el lugar. El guardia solo hacía reverencia.

 

—Woh, nunca había visto tanta gente. —su voz se dirigió al guardián—¿Hay algún festejo, o algo así?

 

El guardia lo miró algo incrédulo, Jaden le señalaba algunos lugares afirmando que había gente ahí pero él no veía nada.

 

—¿Fiesta?

 

—Jeje, no importa. Trataré de no interrumpir mucho. —guiñó un ojo y siguió adelante, dejando al guardián desconcertado.

 

Caminando por la entrada principal trato de no mirar a ninguno de los extraños "invitados", estos no decían nada, solo lo observaban meticulosamente poniéndolo algo nervioso. Un terrible escalofrío lo hizo saltar cuando un animal, que parecía un gato con grandes ojos y cola extraña, había saltado hacia él.

 

—Dios, me asustaste, pequeñajo. —aquella criatura era la misma que había guiado a Haou hasta el laboratorio la primera vez. El pequeño lo miró penetrante, y trató de hacerle señas para que lo siguiera.

 

—¡¿Quieres que te siga?! —anteriormente los espíritus les habían ayudado mucho, por lo que no sintió miedo, solo curiosidad.

 

La mansión era lujosa, imponente, tétrica y ante los ojos castaños llena de gente; gente rara que solo lo miraba como tratando de decirle algo.

Así fue que entró al lugar, el reloj marcaba 3:15 a.m. Extrañamente tenía la sensación de salir corriendo de ahí, de esconderse, o de gritar por ayuda, pero su mente lógica simplemente no lo dejó. Tenía miedo, pero ¿miedo de qué?, era su hermano.

 

—¿Haou? —se detuvo al notar que alguien se acercaba, quizás pudiese ser él.

 

Yuri se encontraba frente a frente con Jaden Yuki.

Ambos se exaltaron, Yuri por venir de la habitación de Yuya y Jaden por ver a “Yuya”.

 

—¡¿Yuya?!

 

Yuri quedó inmóvil, tragó saliva y sudó frio. Apenas pudo responderle.

 

—Yu..Yuri, recuerde que soy Yuri.

 

—¡Vaya, viejo! ¡Te pareces mucho a un amigo! Qué pequeño es el mundo. —se rascó la cabeza.

 

Yuri pensó que era un sarcasmo, en cualquier momento revelaría sus bajas intenciones.

 

—Jee, no… solo fui a revisar que Yuya y los demás se encontraran bien.

 

—¿Yuya está aquí? ¿Qué quieres decir con "los demás"? —se puso serio.

 

—Usted sabe: Joey, Yuma…Yugi.

 

La expresión de Jaden fue totalmente de desconcierto. Quedó pensativo por mucho tiempo, ¿Por qué estaban sus amigos ahí?

 

—¿Se siente bien? —cuestionó algo curioso Yuri por el extraño comportamiento de Haou.

 

Jaden miró a la criatura, esta le hacía señas nuevamente para que siguiera adelante, primero lo importante era encontrar a su hermano, él seguramente le despejaría sus preguntas.

 

—No es nada. Regresa a dormir. Buenas noches, Yuri. —continuo su camino.

 

Yuri quedó extrañado.

 

—¿Buenas noches? —era rara la amabilidad.

 

Sus pasos tras la criatura lo llevaron hacia una puerta de lujosos detalles, escuchaba ruido a dentro, como si alguien tuviera un mal sueño.

Tembloroso se atrevió a girar el picaporte, la criatura lo miraba como alentándolo a continuar. Ella se metió dentro de la cerradura para quitar el pestillo, ese movimiento no lo había visto Jaden debido al nerviosismo; tragó varias veces saliva hasta que por fin se dio el valor para abrir la puerta lentamente.

Suspiros, jadeos, olor a sexo en el aire, las luces estaban apagadas pero la luminosidad de las afueras— junto con la tenue luz de la luna—, podía dejar claro lo que moraba dentro.

Y entonces Jaden se quedó helado por completo; todo su ser palideció, todos sus sentidos hicieron corto circuito, y la tensión lo invadió.

 

—¡Yu…Yusei! —pronunció en un débil susurro.

 

Yusei Fudo estaba siendo embestido por su hermano gemelo, Haou Yuki.

 

—¡Ah, ah, ah…!

 

Conmoción, parálisis, shock, incredulidad, horror, cada uno de esos sentimientos de pena se apoderaron de su cuerpo; su boca se abrió levemente por varios tortuosos minutos al quedarse quieto, presenciando ese acto de “amor” frente a él.

Yusei y su Hermano… juntos.

Negó con la cabeza varias veces mientras retrocedían sus pasos, la parálisis en su sistema le impedía pensar bien sin poder controlar las escenas grabadas en sus ojos desorbitados.

Los sonidos torturaban su mente, las imágenes su alma, y la realidad su razón. Su corazón se había detenido, se estaba haciendo añicos.

Después del shock seguía las lágrimas descontroladas, se abrazó a si mismo intentando controlar sus temblores excesivos sobre el pasillo de la mansión.

 

—¡No!...¡Yusei!—la tortura llegaba a su mente. Se apretó la cabeza desesperado y rompió en un llanto pavoroso.

 

No podía soportarlo, era demasiado duro para él.

 

Salió corriendo, necesitaba huir, necesitaba reponerse, necesitaba pensar, pero ahora solo deseaba correr, correr y alejarse lo más que podía de esa pesadilla, de esa dosis de sufrimiento letal.

Abrió las rejas y salió presipitado, ignorando la cortesía del guardián. Había varios desconcertados, sobre todo por los francotiradores, que al ver a su jefe salir apresurado solo podían imaginarse que algo había pasado, algo andaba mal; sin embargo, no habían sido notificados.

 

 ------

 

Ya estaba bastante alejado, sus pasos apresurados solo lo habían llevado a un oscuro lugar sin rumbo, entrado a la zona boscosa; se recargo en un tronco y entonces ya no pudo más: descargó toda su tristeza sobre el.

Las lágrimas no paraban pesé a que su cerebro ya les había dado la orden de detenerse, mas esas gotas saladas no venían de su cuerpo, venían de algo más profundo, algo más sagrado: de su alma.

 

—¡Yusei! !No! !No!…¡¿Co…cómo pudiste?!…Yusei…

 

Un hombre se acercó a él, en la oscuridad y su llanto no pudo distinguirlo, pero aquel hombre levantó un arma contra de él y sin pensarlo, le disparó.

 

 

 

…………//…………

 

 

 

 

No recordaba lo que había pasado, lo último que le veía a la mente era el brillo de aquella arma de pocos calibres apuntándolo. Estaba amarrado sobre una silla de madera desgastada.

 

 

¿Dónde estoy?....

 

 

Levantó la vista, aun le dolía la cabeza y su cuerpo estaba entumido; seguramente debido a que había dormido en esa posición por varias horas, sin embargo no parecía haber amanecido. El cuarto era bastante hermético, amplio, vacío, careciente de color en las paredes o adornos en ella, frío; una potente luz repentinamente le iluminó la cara. Y el sonido de pasos acercándose hacia él lo tensó un  poco.

 

—Jaden Yuki…—dijo en burla aquel hombre desconocido, que permanecía oculto tras la intensidad de la luz de aquella lámpara a un lado de él. —Bienvenido.

 

Jaden entre cerró sus ojos por la potencia de la luz, trato de verlo pero sus intentos eran inútiles.

 

—¿Quién eres?

 

La carcajada del hombre había hecho que saltara en su lugar, después una voz femenina le había regañado diciéndole que dejara de jugar.

La potente luz se apagó, en su lugar tenues luces azules iluminaron el espacio, solo así Jaden pudo mirar al hombre frente a él.

Alto, de tez bronceada, ojos esmeraldas, cabello largo y negro recogido en una coleta alta. Aquellos ojos delineados en negro y esbelta figura: Duke Deblin era realmente un hombre apuesto.

 

—Cómo da vueltas la vida ¿No? Mi nombre es Duke Deblin.

 

—¿Duke?

 

El pelinegro lo tomó del rostro para apreciar mejor sus facciones.

 

—Vaya,vaya…eres exactamente una copia de Haou. Cuanta belleza, cuanta sensualidad, cuantas posibilidades. —le jaló los cabellos para que alzara más la vista—Sabes, tu hermano me debe muchas, pero la última fue la gota que derramó el vaso. Hombre por hombre, se me hace un trueque justo.

 

Jaden no entendía los delirios que decía ese hombre, nada tenía sentido.

 

—¿Mi hermano te hizo algo?

 

—Que bien escondido te tenía, Jaden. —lo rodeo analizando a su víctima e ideando atrocidades que involucraban a ese chico. —Sí, cuantas posibilidades, tantas opciones —sus carcajadas volvieron a escandalizar el sitio, nuevamente la voz femenina proveniente de una bocina le había puesto un alto.

 

—Ya basta, Duke. Haou también me gusta y veo que su hermano es igual a él. Quiero que me des la oportunidad de tenerlo unas horas para mí.

 

—Tranquila Oráculo, el trato contigo es con Yugi.

 

Jaden se exaltó, ¿acaso todos sus amigos estaban metidos en eso?

 

—Solo hazlo, inútil ¿entendiste? ¿O quieres que lo eche todo a perder dando una alerta mundial?

 

—Esta bien, te dejare unas horas con el para qué fantasees, ahora dame el enlace.

 

—Mmm…imposible, será mañana.

 

—Tch, bueno no importa. Es excelente; eso me da más posibilidades de pensar. —acercó  un cuchillo hasta el rostro del diseñador—¿Cómo sorprenderemos tu hermano? ¿Qué venganza sería la mejor? ¿Cortarte en pedazos y mandárselos? ¿Dejar que te cojan una manada de hombres hambrientos de Haou? ¿Tortura en vivo? ¿Qué será bueno, que…que…jajajaja —volvió a reír como un maniático—¿Cuál? ¿Cuál sería la forma de tortura que le gusta a tu hermano? Algo que vaya muy bien con él, su turuta favorita…—pensaba jugando un poco con el cuchillo.

 

Jaden estaba aterrorizado, nunca en su vida pensó vivir tanta adrenalina, de la mala, en tan poco tiempo. Ni siquiera pudo hablar con su hermano, ahora se había quedado mudo por las circunstancias.

 

—¡Ya sé…!

 

Le vendó los ojos, posteriormente solo lo torturó psicológicamente con sonidos extraños, pero después de unos largos minutos, apagó todas las luces y lo dejó solo en esa profunda oscuridad.

Su respiración agitada y su inmenso terror lo atormentaban ahora. ¿Qué pasaría con él?

 

 

Yusei, Johan, Jesse, Haou…

 

 

Alguien…

 

 

Ayúdeme…

 

 

 

 

………………………

 

 

 

Nuevamente había dormido en esa posición tan incómoda, realmente dormitaba porque cualquier ruidito era señal de alerta.

Duke había entrado para permitirle ir al baño, después lo amenazó para que volviera a sentarse, pero esta vez desnudo y amordazado. Lo contempló por varios minutos hasta que se sintió eufórico por tomar su justicia de su propia mano.

 

—Estoy listo para mi venganza.

 

Oráculo bufó desde algún punto y le recalcó que era un idiota. Solo ellos entendían como se llevaban.

 

—¿Listo, pedazo de mierda? —llamó la chica.

 

—Dale.

 

Una pantalla frente a Jaden comenzó a reflejar una serie de códigos a velocidad sorprendente, después una capa de estática apenas ponía algo de nitidez, hasta que por fin, pudo ver el rostro de su hermano Haou, quien miraba hacia la pantalla algo molesto por la intromisión. Duke se puso frente a Jaden para que no lo notara.

 

—El poderoso Rey Supremo, parece ser que te agarré ocupado. Me disculpo, pero no pude resistir el saludarte estando en el mismo país, su alteza.

 

Haou afiló la mirada, se notaba molesto.

 

“¿Cómo lograste infiltrarte en mi máquina?”

 

—Vamos Haou, ¿Ya olvidaste todas mis habilidades? Esto no es nada para mí.

 

El magnate chasqueo los dientes.

 

“Ahora estoy tratando unos negocios muy importantes, Duke, no puedo atenderte”

 

—Ahhh, claro que puedes, ¿recuerdas que te dije que esta vez pelearía si me jugabas chueco? Bueno,…te  tengo algo que te hará sufrir.

 

“Ju”—se burlaba internamente al no darle importancia.

 

—No Haou, será mejor que esta vez tú seas el que no se ponga muy cómodo. Quiero venganza, serán dos pájaros de un tiro. Veras, tú me regresarás a mi ángel rubio y en el proceso te veré sufrir, a cambio de una cosita que no podrás rechazar.

 

Haou bufó en fastidio, sus orbes gélidos estaban muy desinteresados.

 

“¿Qué puedes hacer tú, contra mí?”

 

—No Haou, la pregunta correcta es: ¿Qué puedes hacer tú, contra ti mismo y tus instintos?

 

En ese momento se movió de donde estaba para dejar ver a Jaden frente a la cámara, este lo miró suplicante sin haber captado absolutamente nada de lo que habían dicho.

Y Haou, sí, el poderoso magnate con cara de póker, había quedado paralizado con la boca abierta y los ojos desorbitados.

 

 

—Jaden…

 

 

 

Continuara….

Notas finales:

 

Las dudas se revelaran en el transcurso de la historia.

Rebecca ha estado monitoreando a Jaden desde su llegada a Alemania, al mencionar las cámaras en los párrafos, son los que ella está viendo. Encontró a Jaden gracias al celular que le dió Zane, y el que carga Johan.

La venganza de Duke fue desatada debido a su obsesión con Joey.

 

El fantasma del animal que ven, tanto Haou como Jaden, se trata de un experimento fallido de Walter al tratar de hacer una especie de Quimera para él, sin embargo, podría tratarse de una entidad demoniaca, o muy traviesa, ya que le gusta meterlos en problemas.

 

Que más....Bueno, hastala próx, que creo que sí tardará un poco.


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