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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Hola hola!!

 

Agradezco la comprensión de los capis fusionados. Gracias.

 

 

-Capítulo 3-

 

 

"El futuro de los niños depende del mundo en el que vivan"

 

 

Capítulo 3.- Haou

 

Japón. 5:36pm

 

El elegante automóvil con placas extranjeras conducía por la ciudad nipona a una velocidad moderable. Discretamente lo iban patrullando varias motocicletas a distancia, por lo que su recorrido trataba de no llamar mucho la atención. Sin embargo, la motocicleta roja de Yusei no pasaba desapercibida. Ya se habían dado cuenta que los venía siguiendo y extrañamente no hicieron nada.

Llegaron a un lujoso Hotel en el centro pudiente de la ciudad dónde se hospedaba el Yuki.

Yusei estacionó su vehículo alejado de ellos para ser discreto y trató de entrar por la puerta de empleados en la parte trasera del edificio.

Ya antes había hecho alguna clase de infiltración a espacios privados en sus tiempos de adolescencia, por lo que no le fue muy difícil acceder al lugar aunque tenía mucha vigilancia. Quien sea que fuera ese tal Yuki, no debía ser muy inteligente en contratar gente tan inútil para su protección personal.

No sabía en qué número de habitación se hospedaba Haou, pero siendo de una actitud soberbia como se había mostrado, seguramente se encontraba en el lugar más vistoso y caro.

El pasillo de las carísimas habitaciones estaba algo despejado, de inmediato supo cual era la que el castaño había elegido debido a los agentes de negro que custodiaban la entrada. Eran cuatro personas, no habría problema. Corrió hasta ellos y al más cercano le propinó una patada voladora en la cara, eso provocó que los demás lo intentaran atacar pero Yusei ya estaba listo. Tendría que ser rápido para noquear a los tres antes que el primero se levante; juntó toda su fuerza y precisión en su puño derecho, con un  knock-out derribó uno por uno.

Se burló de todos ellos internamente, después abrió la puerta y entró con sigilo.

Dentro era un lujo soberbio, muchísimo más grande que su propio departamento, ese lugar exageraba lo ostentoso para una sola persona.

Haou leía un libro en la refinada sala de estar, sin preocuparle la presencia del mecánico a unos cuantos pasos de él.

Yusei lo miraba insistente para que le dijera algo, incluso se sentó descaradamente frente a él en el otro sillón, pero el castaño ni siquiera lo miró; se dio tiempo de acabar la página que estaba leyendo y continuar con otra. ¿Qué acaso estaba ciego para no notarlo?

Yusei quedó en silencio, examino cada detalle de ese chico, su cabello, sus manos, el color de su piel, sus grandes ojos, aunque de color dorado penetrante, le recordaba tanto a su Jaden. El mecánico se mordió el labio inferior para evitar que cayera en llanto por el recuerdo de su amado perdido. Estaba abruptamente arrepentido de todo el daño que inconscientemente le había provocado. Ojala no lo hubiera golpeado ese día, quizá todo seguiría como antes y no tuviera ese sentimiento de desesperación y vacio en su alma. Entonces, tímidamente, hizo una pregunta al aire.

¿Cómo pude permitir que se fuera de mi lado?

Haou alzó la vista sin perder su seriedad y volvió al escrito que parecía ser más interesante que los problemas existenciales con los que luchaba el desordenado civil.

Mi Jaden…

El castaño al escuchar el nombre de su hermano lo miró esta vez con intriga.

Yusei ya parecía que estaba confesando sus penas con un sacerdote ya que comenzó a decir todo lo que lo acongojaba.

—Yo tuve la culpa, no debí golpearlo en ese momento, pero es que me había mentido; se estaba metiendo con otro hombre en mis narices. ¿Cómo quería que reaccionara? Si yo lo amaba con mi vida.las lágrimas ya no se retuvieron más tiempo, estaba soltando toda la tristeza que su corazón no podía ocultar.—Cómo quisiera regresar en el tiempo, cómo desearía volver a tener la oportunidad de abrazarlo y besarlo de nuevo, de ofrecerle mis disculpas y entregarle nuevamente mi alma. Jaden …mi Jaden…sfn…¡¿Por qué me dejaste?!...!Mi vida ahora no vale nada….

El andar del reloj apaciguaba su desconsolación y sollozos, Haou había cerrado su libro para fijarse en su tristeza, mas no dijo nada.

¡Fui un estúpido, Jaden…! !Debí ponerte más atención! !Darte más y esperar menos!Yusei se levantó y derribó la mesita que se interponía entre ellos, eso no provocó ninguna reacción en el menor pero miró como su té se había derramado en la alfombra.

El mecánico se dejó caer en el lugar donde había estado la mesita de centro, se arrodillo frente al gemelo de Jaden y rogó porque se lo regresaran. Fue la única ocasión en la que Haou había abierto algo los ojos por el asombro. ¿Qué sería capaz de hacer ese muchacho para tener aunque sea una ilusión de su hermano Jaden?

Yusei lo miró con orbes acuosas.

—!Por favor, déjame permanecer un tiempo a tu lado! !Haré lo que sea que me pidas, pero no me rechaces, necesito que me digas todo lo que sabes de Jaden!

Haou contempló su desesperación, después se levantó sin despegar la vista de la patética escena. Ya sabía que lo estaba siguiendo y que seguramente haría lo que fuese para que él lo atendiera. Fue así que dio la orden de no hacerle daño ni de detenerlo, tenía curiosidad de saber hasta dónde llegaba el “viudo” novio de su amado hermanito.

El castaño suspiró.

—El y yo nacimos aquí, en Japón, hace 23 años…

Yusei  se irguió para darle su total atención, por fin se había dignado en hablarle.

Estuvimos juntos una pequeña parte de nuestra infancia hasta que nuestros padres decidieron divorciarse. Mi padre se quedó con Jaden en este país continuando con su sueño de diseño. Al parecer contagió a mi hermano ya que supe que trabajaba en Kaiba Corp de lo mismo. Yo me fui a Alemania con mi madre aunque no quería. Ella compró algunas acciones de telefonía y fue ahí que la suerte le sonrió cuando se asoció con su nuevo amante; resulto ser dueño de una corporación de telecomunicaciones alemana. —hizo una pausa para caminar hacia el mini bar y servirse una copa de algún licor alemán.Mi padrastro me odiaba bastante y mi madre nunca me prefirió. Pero no estoy triste; aquel inútil fue asesinado junto con ella en una balacera mientras regresaban a la mansión. Todo fue muy misterioso pero no me importa.Sorbió el líquido Así es que el negocio pasó a mis manos. No hay mucho que pueda decirte sobre mi hermano ya que no convivimos mucho. Le mandaba una postal, ó lo llamaba en navidad para saber de él, pero hace unos dos años dejó de responderme. Solo sé que le gustaba el tempura, era algo confiado, su color favorito era el rojo, comía mucho y disfrutaba del aire libre. Una de las cosas que nos molestaba a ambos eran los impertinentes espíritus que llegábamos a ver de repente, pero nada que temer. Es todo.

Su voz sonó cortante y degustó otro trago de licor.

Al parecer habían muchas cosas que su difunto novio, Jaden Yuki, no le había dicho; para empezar lo de su hermano gemelo, lo de sus padres divorciados, lo de su don para ver espíritus. Siempre había sido muy sonriente y despreocupado que pensaba que su vida no tenía dificultades de ningún tipo.

Yusei bajó la vista, estaba apenado por su comportamiento pero no podía resistirse a tener a “Jaden” delante de él.

—!Hazme tu asistente, tú guarda espaldas, el criado que te da de comer, pero déjame servirte!

Era una actitud patética sin duda, Haou no estaba interesado pero se había impresionado de las habilidades de combate de Yusei (aunque haya tenido ayuda suya para derrotar a los guardias) y esa fuerza de voluntad, lo intrigaba.

¿A que accedería? ¿Qué ganaría? ¿Cuánto aguantaría engañandose?. Bueno, parecía un chico interesante después de todo, y él un magnate aburrido.

Te hare mi novio.

 

….….….….….

 

Todos los presentes abrieron grandes los ojos cuando su jefe terminó el relato, sobre todo Jack Atlas cuya quijada había llegado a tocar el piso.

El Taller Fudo quedó en silencio ya marcando las 10.00pm,  hasta que el peli-naranja comenzó a hablar.

—¡¿E-entonces reemplazaste a Jaden por su hermano gemelo?!

Yusei se jaló los cabellos sintiéndose una basura.

—¡No, jamás lo haría, yo no quise…bueno….no sé que me pasó….

—¡Pero ni siquiera se conocen! —Yuma interrumpió.

—¡¿E…es Haou Yuki?! —Yuya dio un paso atrás por la sorpresa.

—Se que no nos conocemos, pero cuando me di cuenta ya estaba besándome sobre el sofá. —ahora entendían por qué el labio de su jefe estaba herido con algo de sangre.

—¡¿Pero no intentaste arreglar el mal entendido?! —Crow parecía la madre de todos.

El jefe de mecánicos negó con la cabeza manteniendo su mirada fija en el piso debido a la vergüenza.

—Después de que él decidiera que yo sería su novio….me amenazó si me arrepentía.

El silencio puso el drama, todos se miraron a las caras. Jack no salía de su shock por lo que no había dicho nada.

—¡No puede obligarte! —debatió Crow.

—Lo sé. Pero no se que hacer.

—Habla con él mañana. Solo discúlpate y dile que es un mal entendido. —Yuma dio su opinión.

—Lo haré. Soy tan idiota…—volvió a jalarse los cabellos.

—Y mucho Yusei. —Crow lo recalcó— ¿Que pasaría si Jaden siguiera vivo? ¿Con qué cara lo verías? Recuerda que su cuerpo sigue desaparecido, y hasta encontrarlo podemos concluir lo que le pasó. —había sido muy duro con su amigo, pero bien se lo merecía.

—Jaden…—sus ojos azules volvieron a sentir el escozor de las lágrimas.

Yuya había salido, estaba algo alterado, fue entonces que Jack Atlas por fin reaccionó.

—¡¡¡¿Queeeeeeeee?!!!! —todos voltearon a verlo por el grito—¡No es posible eso Yuse! Te lo prohíbo. !¿Tan rápido te buscaste otro novio y no soy yo?! !Estas engañándote, tú me quieres!

Los presentes entrecerraron los ojos haciendo gesto de no creer lo egoísta que era su amigo, ese Jack sí que se convencía de sus fantasías.

—Ahora no tengo tiempo de esto, Jack. —Yusei hablo calmándose—Será mejor vernos mañana, vayan a casa. Todo se arreglará.

Jack era muy terco como para dejar ir a su presa tan fácilmente, siguió discutiendo pero sin argumentos, así fue que Crow tuvo que “echarlo a patadas” pues el rubio se estaba poniendo pesado. De todas formas regresaría.

 

 

 

 Departamentos KC, Ciudad Domino. 11:34pm

 

Yuya había llegado a su departamento ya bastante tarde. Al abrir ni siquiera prendió las luces, solo se recargó en la puerta y se dejó caer mirando fijo sobre algún punto en el suelo, entonces se abrazó las rodillas sosteniendo en su mente un fragmento de un amargo recuerdo:

 

  Alemania años atrás

 

¡Ya basta! !No me toques, mal nacido!la boca de Haou torturaba un pezón carcomido del bello adolescente de ojos escarlata. Yuya estaba amarrado de las manos tras su espalda, desnudo, retorciéndose de dolor. En su, ya nada, virgen entrada se amontonaban unas cuatro esferas vibradoras que en ese momento trabajaban a su máxima velocidad, resbalando lentamente por el semen del castaño en sus entrañas; pero para el adolescente, lejos de sentí placer, una punzada de dolor lo hacía sufrir.—¡Por favor….

Sus imploraciones siempre habían sido inútiles, Haou nunca prestaba atención a ninguna; simplemente hacía lo que se le daba la gana. Torturar a ese muchacho era una de las cosas que más disfrutaba y seguiría haciendo.

El magnate era una persona taciturna, solo hablaba cuando torturaba a alguien física o mentalmente ó si consideraba decir algo relevante—, entonces podría escucharse su voz. En esta ocasión era una de sus fases dónde hablaba un poco, pues se fascinaba fácilmente por las reacciones del cuerpo humano y sus misterios, sobre todo del chico bajo de él.

—Nunca dejará de asombrarme el sistema límbico, me encanta. Me pregunto, ¿Hasta que punto la amígdala podrá controlar y medir las emociones principales antes de provocar una fobia?a un lado de la mesita se encontraba una elegante vela encendida, era una de sus manía tener sexo a la luz de las velas, la tomó para derramar la cera caliente sobre el glande del chico.

¡Ahhhhhhh….!!No!! Ya déjame!!!!el grito había sido espantoso, helaría la sangre de cualquiera que estuviese pasando por ahí.

Haou sonreía con malicia y se extasiaba por las reacciones del hermoso cuerpo de tez pálida. Era su fascinación dejar su marca personal sobre ese tipo de piel, pues quedaría visiblemente grabado por años. Sus ojos brillaban siempre que conseguía el mórbido placer deseado, y solo en ese momento era que  liberaba a su presa de todas sus pervesidades.

—Yuya, me gusta mucho tu cuerpo y todas sus reacciones. No hay otro igual…

 

 

Yuya derramó algunas lagrimitas al recordar todas las flagelaciones y humillaciones que había sufrido en manos de ese despreciable y sádico ser. Nunca pensó en encontrar de nuevo a su pesadilla encarnada en un lugar tan alejado como Japón desde que huyó de sus garras en Alemania.

Fue un des fortunio para Sakaki el haberlo conocido en una plaza principal mientras él daba un show callejero por diversión. No sabía que los ojos de un ángel del infierno estuviera vigiladlo a cada movimiento. Haou le había pedido un espectáculo privado prometiéndole fama y estrellato; sin embargo, no pensó la clase de “show” el cual le pedían esos ojos dorados. Desde ese día había sido tratado como diversión sexual, aunque Haou tuviera algunas delicadezas con él repentinamente.  El día que escapó de su mansión había sido gracias a la deslealtad de uno de sus guardias —seguramente había sentido lástima por él—, aprovecharon la ausencia del magnate y  huyeron por las mugrientas alcantarillas. Yuya corrió hasta su casa desesperadamente aunque le faltase el aliento, entonces, —al llegar—, rápidamente tomó todos sus ahorros y tomó cualquier vuelo a Japón, hacia la protección de sus padres.

Nunca se había atrevido a revelar lo que le había pasado, solo trataba de salir adelante con el tiempo. Había ido a Alemania a probar suerte, pero su aventura casi le costaba su libertad.

Cuando recién conoció a Jaden Yuki—pareja de su jefe mecánico—, sus sentidos de inmediato se habían paralizado con esa sola imagen. Pero al conocerlo más profundamente se había aliviado de que la actitud fuera totalmente diferente. Jaden era un pan de Dios, mientras que Haou era una torta del Diablo. Totalmente opuestos.

 

¡¿Y ahora qué?!

 

Al siguiente día.

 

Kaiba Corp.

 

Daban la 1:23pm cuándo un hombre de 28 años, atractivo, alto, de cabellos azabaches largo (recogido en una coleta), ojos brillantes esmeralda y complexión delgada. Se abría paso por las instalaciones de KC.

Coqueteaba con todo mundo, hombres y mujeres por igual ganándose disgustos y extrañezas. Era de esos sujetos que se aventuraban libres por la vida creyendo ser dueños de cualquier “agujero” donde pudieran satisfacer sus necesidades primitivas del cuerpo y olvidar lo que pasó. Famoso por los amoríos dispersos por el mundo y familias abandonadas, todos lo conocían bien. Bueno, los ricos a quienes les había trabajado.

Pero ese día, las cosas iban a tomar un camino diferente para su atolondrado corazón.

—Pase.—la voz de Kaiba autorizó la entrada a su oficina.

El pelinegro entro siendo Joey a lo primero que vio. De inmediato todos sus instintos de conquista se activaron. Ese rubio tenía que ser suyo a como diera lugar.

Lo tomó por la cintura haciendo que se inclinara como en tango y le hablo sensualmente en francés, el idioma del amor.

—Los ángeles debieron estar inspirados cuando trajeron a este mundo a tan exquisita obra de arte. Necesito saber tu nombre.

Joseph quedó perplejo, parpadeó varias veces haciendo una mueca de asombro, aquel hombre tan atractivo lo miraba con una soberbia sensualidad y sin siquiera dejarlo responder, cada vez más acercó su rostro hacia el del rubio con claras intenciones de besarlo.

—¡Ahhh! —Joey desvió el rostro forcejeando por ser liberado, pero ese atrevido extraño apretó más el agarre y lo acercó.

Kaiba frunció el seño, pegó en la mesa para llamar su atención lo cual logró.

—Deja de estar perdiendo el tiempo Duke Deblin. Hay mejores presas que los perros que ya tienen correa. —dijo sin alterarse y con toda propiedad.

Duke afiló la mirada hacia Joey, le guiñó un ojo y lo dejó libre. El rubio gruñó e hizo un puchero, después salió de la oficina echando humo por las orejas de coraje.

Kaiba estaba molesto, pero lo disimulo mirando unos expedientes que no leía.

—Que encantador trabajador. Lo quiero ver gemir bajo de mi.—se relamió descaradamente.

—Concéntrate Deblin. No te llamé para que vengas a coquetear con los perdedores.

Ducke soltó una carcajada.

—Entonces no le das duro a ese ángel rubio.

—No es de mi interés.

—Vaya, que bien. —se sentó con las piernas abiertas sobre la silla y recargó su pecho y manos sobre el respaldo. Ahora sabía que tenía el camino libre.

Kaiba tomó unos segundos para cambiar al tema de la visita.

—Escucha, este chico es uno le los diamantes en bruto más vistosos que he apreciado. Tu trabajo será desviar todos los que tenga que ver con Atem Aknamkanon y acercarse a su abuelo para que convenza a su nieto. Quiero a ese chico para mi a como de lugar.

—Oh, parece interesante. —se mojó los labios. —¿Y cual es el nombre de la pobre delicia?

—Su nombre es Yugi Muto.

 

 ........

 

Taller mecánico Fudo.

 

Aquel día Yusei no se había presentado a trabajar a su propio negocio como de costumbre.

Muy temprano había acudido al ostentoso Hotel donde Haou Yuki se hospedaba momentáneamente, para aclarar el malentendido, por lo que su ausencia era de lo más natural para todo el personal.

Yuma había llegado en el horario de apertura acostumbrado, no se extrañó solo encontrar a su jefe Crow en el lugar, ni de la falta obvia de Yusei; sin embargo, la ausencia de su acosador Yuya sí que era toda una sorpresa.

No cuestionó la falta, solo se extrañó pues era muy difícil que el bi-color faltara sin previo aviso.

Sus interrogantes no se alojaron mucho tiempo en su cabeza ya que en ese momento el amor de toda su vida había aparcado su vistoso automóvil en el taller.

Shark salió elegantemente, con toda propiedad, tal y como actuaba la mayoría de los empleados de Kaiba Corp, de su vehículo.

Los ojos del ex estudiante de Quimia se iluminaron vehementemente en cuanto vio a su prospecto anhelado de siempre. Sin pensarlo corrió a lanzarse a sus brazos y este le correspondió con una sonrisa de lado. Era la primera vez que no tenía interrupciones para estar con su pequeño “cabeza hueca”.

—Buen día, Yuma. —pegó más sus cuerpos.

—¡Shark, me alegra tanto verte!

El más alto (o sea Shark), levantó el mentón del chico mirándolo fijamente y brillando sus ojos en perfecta conexión con los ámbar del mecánico.

Shark se atrevió, por fin, a besar tiernamente la comisura de los labios del pelinegro con mechones rosas; este había quedado totalmente anonadado por el repentino gesto; sus ojos se abrieron de pare en par. Poco a poco se fue dejando llevar por el valioso y tan anhelado ósculo como un sueño — por fin—, hecho realidad.

Crow sonrió por la escena, seguramente Yuya ya los habría separado de haber estado presente. El segundo jefe de mecánicos entendía que el más joven de todos, el ausente Sakaki, solo veía a Yuma como si fuese su hermano mayor y nada más. Lo quería por haber sido una persona que lo comprendiera y aceptara tal y como es. No es que los demás no quisieran al pequeño oji-ambar, simplemente que al ser de su edad, se entendía y se llevaba mejor con Yuma. Eran unos hermanitos sin ser de sangre, siempre peleándose, y celándose, pero nada más. Sakaki eventualmente se tendría que dar cuenta que eso que sentía por Yuma no era amor, sino simple fraternidad.

Las mejillas de Yuma estaban ardiendo, miró a su amado con ojos acuosos, solo de felicidad.

—S..Shark…—no sabía si agradecer o preguntar si estaba soñando.

El aludido sonrió de lado y acarició aquel rostro apenado.

—Había esperado tanto tiempo por esto y al ver tu cara veo que tú también.

 —¿E..eso significa que tu y yo…somos oficialmente…novios?

Shark rió elegantemente. —Que torpe eres Yuma. No tengo que hacerte firmar un contrato.

Yuma lo abrazó nuevamente y el oji-azul lo hizo también.

Se quedaron así por varios minutos hasta que Crow tosió intencionalmente y caminó hasta ellos limpiando una balata.

—Perdón por interrumpir, ¿A qué se debe tu visita, Shark?

Shark no se incomodó. —Vine a ver a ese esquizofrénico de Yusei. Kaiba quiere darle algo.

—¿Kaiba? ¿Ese que quiere con Yusei? Ni se llevan bien.

—Lo sé, pero son políticas de cualquier empresa, quiere darle la pensión de Jaden, aunque todavía no confirmen su muerte.

—¡¿Pensión?!

Shark asintió.

—Yusei tiene mucha suerte de haber estado con Jaden, es una gran suma. Saben, era verdad que Jaden era un empleado muy querido por Seto Kaiba; no sé en realidad por qué motivo, pero Kaiba siempre decía que de ser necesario podría usarlo para llegar a gente poderosa.

Crow y Yuma quedaron pasmados, ambos cruzaron el mismo pensamiento en sus mentes. Seguramente era por el hermano de Jaden que Kaiba sentía “simpatía” y buen trato hacia el desaparecido castaño. A ese magnate nada se le escapaba, ahora entendían por qué era el “consentido” de KC.

—Mmm...Yusei no está. Parece que tardará. Salió muy temprano.

—Seguramente a ver la tumba vacía de Jaden. Fu, que patético sujeto.

Yuma habló sin pensar.

—En realidad fue a ver al hermano gemelo de Jaden, se llama Haou Yuk...

Crow de inmediato le dio un golpe fuerte en la cabeza; el chico se agarró adolorido.

—¿Hermano gemelo? —Shark ya se había quedado con esa idea.

—¡No le hagas caso a Yuma, a veces habla sin pensar! —amenazó con el puño a su empleado si volvía a hablar. Yuma solo se tapó la boca con ambas manos.

—Con que Jaden Yuki tiene un hermano gemelo, jajajaja, que interesante. —Shark era muy asertivo, pensaba en los serios problemas psicológicos que traía Yusei si acaso había pensado o estaba acosando a ese inocente chico. Seguramente volvería a repetirse la historia si es que Jaden no aparecía pronto.

—Bueno. —volvió a hablar el elegante muchacho. —Si ven a Yusei, avísenle que tiene una cita en Kaiba Corp, con Seto. De mi parte es todo, volveré más tarde por Yuma. —subió a su automóvil y partió tranquilamente seguido por las miradas de ambos mecánicos.

Crow tenía un tic en la ceja. —Tenías que hablar.

—Ah, no pensé que fuera algo malo. Shark es de mi confianza.

El peli naranja solo suspiró con pesadez.

—Supongo que no debe haber problemas.

 

Lujoso Hotel Neos. Japón, Ciudad Domino.

 

—¡Ya se lo dije gorila! !Haou me deja pasar libremente, no tengo por qué darte explicaciones!!Háganse a un lado! —Yusei trataba de entrar al edificio por la entrada principal. Sin embargo había estado tratando toda la mañana sin éxito alguno. Los agentes de seguridad simplemente se lo impedían, pues no habían recibido ninguna instrucción o información sobre ese chico.

—¡Lárguese de una buena vez, vago! —los agentes lo veían insignificante.

Yusei se impacientó. Con toda la frustración que pudo reunir se lanzó contra ese agente tirándolo acertadamente, sin embargo, varios más lo detuvieron y sometieron. Impactaron su rostro contra el pavimento y así lo retuvieron con una fuerte llave.

—¡Necesito hablar con él! !Suéltenme! —pero el jefe de mecánicos simplemente no podía contra tantos.

Dos agentes lo levantaron de los cabellos, uno golpeó su rostro tan fuerte que su puño quedó marcado, después otro le dio un rodillazo en la boca del estómago sacándole todo el aire y dejándolo indefenso. Se burlaron. Posteriormente lo lanzaron en la contra esquina del edificio y lo tiraron ahí como un bulto de basura.

Yusei solo se agarraba el estómago y tosió algo de sangre. Lentamente fue recuperándose conforme pasaban los minutos hasta que pudo volver a ponerse de pie.

—¡Malditos!—se limpió la sangre de su boca con su brazo derecho. — ¡Vaya novio que tengo! !Maldita sea!

Parecía que a Haou realmente no le importaba si estaba ahí, pues dudaba que después de tanto barullo, este no se hubiera enterado de lo que estaba pasando en la entrada del Hotel.

Los bellos ojos azules del motociclista se centraron en lo alto del edificio. Suspiró, realmente quería verlo, aunque sea por unos momentos, deseaba volver a ver al recuerdo de su amado Jaden. Bajó la vista sintiéndose triste y decidió volver al taller fracasando en su intento.

Algo en su interior no deseaba que así terminaran las cosas, no quería creer que ese misterioso castaño solo le hubiese mentido con lo de su noviazgo. Pues por una parte era un alivio, pero por otra, y la que más le pesaba, era que Haou no estuviera interesado en él.

 

!Seguramente está con otro! —Yusei tenía serios problemas con sus incontrolables celos. Golpeó la pared sin percatarse del dolor en su mano, pues ya ni lo sentía del puro coraje.

 

Así fue que regresó muy alterado, derrotado y triste a su trabajo.

 

Taller mecánico Fudo.

 

El reloj marcaba ya las tres de la tarde. El trabajo estaba tranquilo por lo que ambos mecánicos se las pudieron arreglar solos. Algunos clientes solo venían para ver al jefe de mecánicos, pero al no estar, amablemente se retiraron para volver otro día.

Un lujoso auto del año sorprendió a ambos trabajadores, y no solo había sido a ellos, también algunas personas que cruzaban se maravillaron, aunque era común que aquel taller recibiera ese tipo de modelos, sin embargo era raro presenciar un lujo extranjero.

Crow y Yuma dejaron lo que hacían para poner atención en el recién llegado.

Fue como en cámara lenta cuando vieron la silueta de Jaden Yuki bajar de él; ambos tenían la boca abierta y se paralizaron de la impresión. Jaden estaba vivo, o eso creyeron hasta que aquellos ojos fríos y dorados se posaron sobre ellos.

Crow sintió un aura pesada, tragó saliva y se acercó a recibirlo.

Haou miraba todo con superioridad. No le molestaba estar en un lugar tan sucio como ese, por lo que no temió manchar sus costosos y elegantes  mocasines.

—Asi que este es el lugar. —se paseó como si no estuviera nadie. Crow le dio la Bienvenida y ofreció sus servicios, pero el Yuki ni siquiera lo miró provocando un gran disgusto en su anfitrión que tuvo que tragarse.

Haou contemplaba a detalle el lugar, sobre todo las fotografías del “Equipo Fudo” en sus inicios; posó a ver otras fotos, eran de alguna carrera en motocicleta donde Yusei sostenía la copa del primer lugar; había una foto con Jack Atlas y Crow en un bar y otras tantas maravillosas donde se encontraba su amado hermano con él oji-azul. Jaden parecía muy feliz sin duda, cada fotografía sonreía anchamente, y sus ojos brillaban al estar a lado de ese mecánico.

Haou sonrió en ese momento. Ojala hubiera ido a visitar a su hermanito antes. Se reprimió por no haberle dado la importancia requerida y ahora el futuro era incierto.

Siguió mirando hasta que sus ojos inexpresivos se abrieron de par en par al ver al nuevo “equipo Fudo”. Fue entonces que se relamió los labios y sonrió con malicia.

 

Yuya Sakaki. —tomó la foto para verla con más profundidad. Nunca imaginó que el destino volviese a traer a su joya perdida, justo en ese lugar.

 

Crow se acercó para quitarle la fotografía con delicadeza.

—Tú debes ser Haou Yuki.

El aludido esta vez lo miró de reojo pero no dijo nada. Era más que obvio que su hermanito no llegaría en tan ostentosa caravana.

Crow tragó saliva, sentía que esa persona había derramado mucha sangre con anterioridad. Sea quien sea, no era nadie bueno. Rápidamente se presentó intimidado por la mirada del más joven.

—Mi nombre es Crow Hogan, ¿En qué puedo ayudarle?

Lo había dicho de corrido y con mucha rapidez, se notaba su nerviosismo, algo raro en él.

Haou habló tranquilamente—¿Todos estos son los trabajadores de este lugar? —se refería a los personajes de la fotografía.

—Sí, los actuales. —no entendía la presión.

El castaño le dio una caja pequeña a ese chico y dirigió sus pasos a su automóvil lentamente sin mirar más.

—Da a Yusei esto. —se retiró con indiferencia.

Tanto Yuma como Crow expulsaron todo el aire que habían retenido por el encuentro. Pero Haou no había entrado a su coche lujoso, se había detenido justo a unos pasos de la puerta que su guardaespaldas mantenía abierta mirando hacia un costado y sonriendo imperceptiblemente.

Yuma tuvo curiosidad y se acercó para tener el campo de visión. Fue ahí que vio a Yuya paralizado a unos cuantos metros de distancia del coche aparcado.

El gélido dorado se cruzó con los paralizados ámbar. Se notaba que el chico de “espectáculos” estaba temblando levemente. Pero el magnate solo sonrió, subió a su auto y se marchó.

Yuya se dejó caer a cuatro sobre el piso en cuanto su pesadilla se alejó considerablemente y respiraba precipitadamente.

—¡Yuya, ¿Estas bien?!

El chico no podía hablar de la impresión.

 

Kaiba Corp.

 

—Aquí están los resultados de los balances y los gastos de la investigación de Jaden Yuki. —Joey entregaba a su jefe el papeleo habitual, o lo que sea que este le pidiese.

Kaiba observó muy penetrantemente la figura de su asistente, este comenzaba a sentirse nervioso y lo demostraba con cierta molestia.

—¿Necesitas algo? —el rubio habló con disgusto entre dientes.

Kaiba sonrió de lado, ese Duke si que tenía unos gustos realmente raros. Bueno, ahora que lo pensaba, su asistente era bastante lindo; es decir, su cabello alborotado rubio brillante, sus labios rosados y  delgados pidiendo ser besados, sus ojos melados con ese toque rebelde, su tono claro de piel y figura torneada, seguramente con los pezones levantados y el rostro encendido en excitación pronunciando sensualmente su nombre, con ciertas lagrimitas contenidas en sus ojos y la sensación caliente en sus entrañas al meter lentamente su miemb …..

Desvió la vista, ya tenía un pequeño problemita en su entrepierna imaginando cosas que no debía con Wheeler. Hasta él mismo se sorprendió por haber logrado ese estado empalmado; se sonrojó, pero trató de disimularlo mirando el monitor.

—Solo retírate Wheeler.

El rubio puso una mueca pero obedeció. En ese momento entraba Shark con sus informes.

—Adivina Kaiba. Haou Yuki esta en Japón.

Kaiba abrió grandes los ojos, la presencia de ese magnate solo significaba problemas. Lo conocía muy bien: era el dueño de varias poderosas corporaciones a nivel mundial, incluso —probablemente—, aún más poderoso que KC, y eso era debido a sus negocios retorcidos y sucios en el mercado negro, como trato de blancas (hombres y mujeres), lavado de dinero, cobros penalizados, hackeo de corporaciones, CP, destrucción de la vidas y de familias enteras por igual, además de su fiereza sin sentimientos al hacer negocios.  El nombre de Haou Yuki era de temer en el mundo de los grandes empresarios. Ese chico tenía unas manías atroces.

Kaiba lo entendía, su corporación había estado a salvo de tener conflictos con las Industrias Alemanas gracias a que trabajaba Jaden Yuki ahí. Pero ahora, más que nunca le urgía encontrar al chico, y rogaba a todos los dioses por que estuviera vivo.

—No puede ser, si me ve con Yugi o con alguien más los secuestrará por pura diversión.

—¿Eh? —Shark no había entendido, pues no conocía la reputación del Yuki.

—Nada. —había hablado en voz alta. Ahora todo dependía de la suerte, sobre todo para competir con Atem por Yugi. Solo esperaba que esa llegada no frustrara sus planes y a Duke Deblin también.

 

Isla de Man.

 

Jaden había esperado a su nuevo amigo en la habitación. Le había prometido que le traería ropa limpia pero ya había demorado bastante. Incluso el hombre de intendencia ya había limpiado su desastre y un doctor lo había revisado entregándole sus pertenencias rescatables y sus ropas limpias.

Jaden se dirigió a la mesa de servicio, donde comían los huéspedes, comió lo poco que le sirvieron y se sumergió en sus pensamientos.

 

Yusei…—No podía evitar pensar en él, en lo mucho que lo amaba, en lo mucho que lo extrañaba, incluso a pesar de haber hecho las cosas tan precipitadamente por un arranque de ira y haber llegado a una tierra donde no era nadie. El seguía siendo estúpidamente fiel a Yusei.

 

Al menos seguía vivo, solo necesitaba ir a la embajada o llamar por cobrar a Japón para que lo vinieran a recoger. Estaba cerca de Alemania, quizás una llamada a su hermano no le caería mal.

Se levantó justo para poner en marcha sus planes, pero justo en ese momento Jesse apareció alegremente a sentarse a su lado.

—¡Jaden, por fin te encuentro!

El aludido sonrió amablemente, pero no respondió nada.

Jesse continuó. —Fui a tu habitación pero ya no te encontré. Fue un alivio que estuvieses todavía aquí.

—Sí, todavía me faltaba comer. —sonrió anchamente. —En un momento iré a la embajada a solicitar mi rescate. ¿Te gustaría acompañarme? Creo que es mejor que me digas donde está.—rió apenado.

El oji esmeralda sonrió de lado enseñando algo sus pequeños colmillitos. Le hacía tanta ilusión estar con el castaño que demoraría todo lo que fuese su estancia allí.

—¡Claro que sí Jaden! !Yo te llevaré! Pero advierto que está algo lejos.

—No importa. Agradezco tu ayuda, viejo.

—No hay de que—se rascó la cabeza. —Por cierto, antes de ir debemos ir por dinero. Pasaremos a mi casa por el. ¿Te parece?

—No hay problema. —le guiñó uno de sus ojos marrones señalándolo con dos dedos y mucha energía.

Jesse solo se relamió los labios y afiló la mirada. La gente que pasaba veía rara esa escena pero no hicieron disturbio.

—Andando.

 

 

 

Notas finales:

 

Continuara...

 

 

 

"La paranoia es una forma de conciencia, y la conciencia es una forma de amor"

 

 

 


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