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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola!!!

 

Sí, ya se que me tardé, no había tenido el tiempo para actualizar, sumado a la decidía sobre unas escenas atoradas en mi cabeza, pero ya por fin traigo el penúltimo (eso creo)

 

Muchas gracias por leer

 

 

 

Siempre serás tú el primero en mi lista, Jesse. Esta vez no tardaré mucho, te prometo que pase lo que pase regresaré a tu lado; te lo prometo, estaré contigo siempre, cuidándote, amándote, hasta que deje de respirar…”

 

Recuerdos, los felices y amargos momentos en la memoria de Jesse cruzaban por todos sus sentidos volviéndolos a vivir tortuosamente.

Aquella sonrisa, los ánimos, el apoyo y protección; el amor y el calor, el único lazo familiar que tenía se había esfumado con la mañana; Johan se había ido y con él, una parte vital de su existencia.

—¡JOHAN! — Las lágrimas inconsolables en sus ojos naranjas empaparon su rostro; se estaba colapsando por el miedo, Johan había sido el amor de su vida y su único confort. —¡No! ¡No! ¡No me dejes, Johan!

 

 

 

Capítulo 31.-Rebecca

 

 

—¡Dijiste que te quedarías conmigo, me prometiste que estarías conmigo para siempre! ¡Tú no puedes, tú no puedes fallarme ahora! ¡Levántate! ¡Levántate ya! Es una broma, ¿verdad?

La desesperación se apoderó fácilmente de él.

—¡JOHAAAAN!

Asustado, rompió el cristal que protegía el cuerpo inerte de su hermano y lo zarandeo vigorosamente intentando despertarlo. Se estaba volviendo inestable, muy peligroso, gritó con todas sus fuerzas que se levantara, lo golpeo para hacerlo reaccionar, lo sacó de ese ataúd para obligarlo a que se pusiera de pie y hasta lo insultó para provocarlo; pero Johan no se movió.

—¡Johan! — La impaciencia hizo que temblara; en ese momento un hoyo al abismo lo estaba devorando, la oscuridad se hacía más intensa y brutal; entonces fue que escuchó en su mente una risa siniestra haciendo eco por todo el lugar, era una terrible llamada a la locura que no lo dejaría ir jamás.

—¡AHhhhh! —destruyó todo lo que tenía a su alcance. Negó incrédulo lo que ocurría, sus amargas lágrimas tocaron nuevamente el piso en total agonía mientras hacía trizas todo lo que se encontraba en su paso.

—¡No me dejes hermano! !No me dejes!—Después de cansarse provocando aquel desastre, finalmente abrazó el cadáver de su familiar con mucha fuerza, con tanto amor, con deseo, la vida entera se le iba entre los dedos y no había nada que él pudiera hacer, nunca en su vida se había sentido tan solo. —¡AHHHHH!! ¡AHHH! ¡JOHAN!

La soledad quemaba en sus venas, la vida seguía empeñada en hacerlo infeliz, ya que el brinco a la perdición y demencia solo los dividía en unos cuantos centímetros.

En su mente una sola pregunta: ¿Qué demonios le había pasado a su hermano?

¿Por qué es tan difícil amar? Después de varios ingratos minutos sumergidos en su pena, unos pasos rompieron la quietud.

Haou había llegado para presenciar el infortunio.

—Jesse…—susurró tristemente.

—¡Jaden! —El menor Anderson gritó su nombre, por un momento se había alegrado en verlo, mas la avasallante destrucción de su alma demostraba un alarmante estado de perdición. Haou sabía que ese chico contenía un pavoroso grito interno de desesperación y soledad indescriptible, pues no podía soltar el inerte cuerpo de su amado hermano entre sus tambaleantes brazos. —¡Algo malo! ¡Algo malo le pasa a Johan!…sfn, ¡no puedo despertarlo!—empapado en lamentos sin aceptar todavía la realidad, tenía una diminuta esperanza que solo estuviera inconsciente.

Haou no evitó sentir lástima, un nudo contuvo en la garganta pues las palabras de confianza en sus labios habían desaparecido. Agachó el rostro ocultando con su flequillo su pena, él tenía la culpa de todo; pero en poco tiempo tomó valor, ahora no era el momento de derrumbarse frente a ese inocente, él necesitaba fortaleza, Jesse lo necesitaba.

—Jesse…—le habló lo más delicado posible volviéndolo a mirar junto con una voz suave, directo a lo ocurrido.—Johan se ha ido.

Anderson negó con la cabeza, el terror lo había poseído debido a la realidad—¡No! ¡No! ¡¿Por qué dices eso?! ¡NO!

— No hay que darle más vueltas; Johan se fue de este mundo.

—¡No! ¡no! ¡Johan no está muerto! ¡No digas eso, Jaden!

—Jesse…

—¡Dime que es mentira! ¡Debe de serlo, debe de ser….debe ser una broma, debe ser….!

Sobre el silencio, las lágrimas y llanto del oji-naranja quebrantaban el espíritu del magnate, Haou casi perdía a Jaden de la misma manera, por lo que el desgarrador final que estaba sintiendo Jesse era muy comprensible para él.

Debía aclararle muchas cosas, primeramente, quién era él y lo que había ocurrido.

Suspiró.

—Él era hermoso…

Jesse no comprendía.

—Tu hermano Johan, era hermoso.

Anderson contemplo entonces la paz de su familiar, acariciando su rostro, escuchó lo que el castaño decía.

—Hasta en el último momento, Johan fue un gran ser humano. Era un tonto feliz que le gustaba meterse en problemas con tal de que tú y yo sonriéramos. —Jesse sonrió nostálgico—Le gustaban las cosas brillantes como las piedras preciosas y algunos insectos. A veces se comportaba como un niño siguiendo alguno.

Una risilla se escapó del joven Anderson recordando esa verdad, lo hacía desde niños, ambos tenían gustos similares.

Hubo un breve silencio que los sumergió en la nostalgia; ambos habían experimentado bellas experiencias a su lado. Haou prosiguió firme.

—Recuerdo que el amanecer era su momento del día favorito, él decía que era otra oportunidad que le regalaba la vida para hacerme feliz…—en ese momento se le quebró la voz —Realmente fue un héroe; me salvó muchas veces de perder la cordura, le dio un maravilloso color a la oscuridad de mi alma. Sobre todo cuando yo regresaba de alguna asquerosa misión que me asignaba mi padrastro, él siempre me recibía ansioso, con los brazos abiertos, sanaba mis heridas internas con un solo toque de la punta de sus dedos. — lágrimas escaparon de sus orbes dorados, simplemente ya no pudo aguantarse más, lo había amado tanto y perdido estúpidamente.

Esta vez Jesse alzó la vista acuosa hacia él; no tenía sentido lo que decía, Jaden y Johan no habían convivido tanto tiempo ¿cómo sabía todo eso? Siguió escuchando al magnate.

—Johan pensaba mucho en nosotros, ¿sabes? Éramos su vida. —lo miró con la más profunda y sincera tristeza del mundo, acompañada de un tortuoso arrepentimiento—Siempre hablaba de ti, de tu progreso, de lo feliz que él sería cuando te viera reestablecido, viviendo una vida normal, riendo siempre…amaba tanto tus ojos esmeralda…

Dejó a un lado a su hermano para afrentar lo que esa persona estaba diciendo, pues ahora sabía que no se trataba de Jaden.

Haou siguió, tragó saliva varias veces para no derrumbarse en llanto.

—Jesse…yo…

—¡Tú!—lo interrumpió, los ojos naranjas se llenaron de furia—¡Tú eres Haou Yuki!

Por fin se había dado cuenta. Haou no dijo nada, Jesse se lanzó para estrujarlo del cuello de su camisa negra.

—¡Se suponía que tú debías cuidar de él! ¡Se suponía que se amaban! ¡¿Cómo dejaste que le pasara algo! ¡Tú! —Haou solo desvió la mirada. —¡Jamás! ¡Jamás te lo perdonaré! !Jamás debió fijarse en una basura como tú! —iba a golpear su rostro pero el magnate lo detuvo en el acto.

—Todo se salió de control, Jesse, perdón.

—¿Perdón? ¡No basta con un “perdón”! —tomó la katana del piso y con toda su furia la blandió contra él. —¡Tú debes estar a su lado, inclusive hasta la muerte! ¡Así es que ve con él!

Haou y Jesse nunca se habían tratado anteriormente, ese encuentro resultó bastante agitado para ser la primera vez que hablaban.

Jesse intentó matarlo realmente, mas Haou lo esquivó cada vez haciendo que el peli turquesa se frustrara, así continuaron hasta que el castaño tuvo la suerte de encontrarlo con la guardia baja y le propinó un fuerte golpe en el pecho que lo arrojó unos cuantos metros.

—¡Agh!...

—Nada mal—felicitó el alemán.

—¡Todavía no! — Jesse estaba peligrosamente lleno de ira, volvió a arrojarse con todo; esta vez sostuvieron una pequeña batalla por varios minutos, era un juego de niños para el castaño.

Uno con maestría y el otro impulsado por la ira, la lucha se prolongó unas horas; hasta que Jesse ya no pudo seguirle el ritmo del “baile” a Haou; este lo atacaba demostrando por qué era el terror de Alemania, mas solo lo tocaba con la punta de dos dedos marcándolo como sutilmente para que se diera cuenta que, de pelear en serio, Haou ya lo habría matado. Una fuerte patada incrustó al peli turquesa en la pared, cerca del ataúd.

Escupió sangre, el magnate se preocupó, no midió la fuerza de su ataque.

—Jesse, necesito que me escuches.

El aludido lo miró acercarse, sintió algo de pánico pero su enojo lo hizo no ceder.

—¡Tú eras todo para Johan, tú lo eras todo! ¡Él me dijo que yo siempre estaba en su lista principal, pero siempre supe que en la cima estabas tú! ¡Siempre tú! —comenzó a llorar amargamente, el escozor de sus lágrimas nublaron su visión pero el ceño fruncido solo se arrugó más. — ¡Johan siempre te prefirió a ti por sobre todas las cosas! ¡Por sobre mí! ¡¿Y tú?! ¡¿Qué hiciste por él?!

—Jesse…—las acusaciones fuertes estaban lacerando al oscuro caballero alemán internamente. Había cometido tantos errores.

—¡¿Qué grado de importancia era Johan para ti?! —volvió a atacarlo con la katana. Es que simplemente le parecía absurdo el darlo todo por alguien a cambio de nada. Incluso Johan había ido a arriesgar su vida para traerle a Jaden con tal de verlo feliz y Haou ¿Qué esfuerzo había hecho él?

No sabía que le había pasado a su hermano, o cómo murió, pero entre el amor y el odio, el amor siempre era más fuerte, eso era lo que su hermano le había enseñado; el amor vencía todo, entonces…¿Por qué Johan murió si amaba con tanta fuerza? ¿Dónde estaba el amor de Haou?

Yuki no supo en que momento fue que Jesse había acertado a golpearlo seis veces en diferentes partes de su cuerpo, su mente lo había traicionado con los recuerdos y reproches internos como para dejar su guardia al descubierto y dejarlo lastimar.

—¡Ve a lado de mi hermano, es tu deber!—Gritó al castaño con todas sus fuerzas, estaba a punto de atravesarlo con la katana, mas Haou volvió a defenderse, atrapó el arma con ambas manos, sin tocar el filo, a unos cuantos centímetros de que tocara su rosto.

Todo se detuvo, forcejearon unos cortos momentos pues Jesse ya no pudo más; Yuki era realmente fuerte; se sorprendió de los ojos bi-color en el rostro del castaño que ahora lo veían penetrante.

—No sabes cuan arrepentido estoy de haber perdido a tu hermano, yo lo amaba, por eso es que quiero traerlo a la vida.

Jesse se alejó algo incrédulo,  tembloroso, ese chico lo había intimidado de alguna manera, pero sus palabras parecían intrigantes.

—Habla.

Haou se irguió. —Acepto todo tu desprecio pues sé que fallé pero…podemos revivirlo, no de forma física pero sí espiritual.

—¿Espiritual?

—Sí, Johan vive en ti, vive en mí, en nuestros recuerdos, por eso vamos a darnos una oportunidad. Hagamos su sueño realidad de vernos felices. Jesse, yo te prometo que pase lo que pase, te haré feliz. Estaré contigo siempre, te amaré, te protegeré, daré mi vida por ti,  hasta que deje de respirar.

Casi las mismas palabras que su hermano le había dicho unas semanas antes a su muerte, no quería encontrar el mismo desenlace de nuevo, menos al tratarse del ser humano que su hermano había amado con tanta pasión.

—Me voy a casar con Jaden—mostró el anillo—Tú deberías guardar luto hacia mi hermano, en vez de decir esas sandeces.

—Jesse, mira tú anillo, tiene las insignias “H” “Y”, fui yo quien te lo colocó: Haou Yuki.

El chico abrió grandes los ojos, se aterrorizó de lo que llevaba puesto; lágrimas pavorosas se volvieron a apoderar de él, todo había sido una mentira.

—¡No! ¡No puede ser! —se agarró la cabeza fuertemente agachándose en cuclillas desesperado por calmarse—¡Jaden! ¡Yo me voy a casar con Jaden! ¡Él fue…

Haou se acercó lentamente. —Jaden ya tiene a alguien en su vida. Debes de dejarlo ir. —le ofreció su mano para que la sostuviera. —Ven conmigo.

—¡No! —La alejó con violencia— ¡Ya no jueguen conmigo, ya no! —en ese momento alzó la mirada para notar algo peculiar en el castaño: inexplicablemente miró la silueta de su hermano Johan, transparente tras de Haou Yuki, este estaba viendo sus acciones con desaprobación.

Lo sabía, aun muerto, sabía que Johan siempre estaría protegiéndolo.

Volvió a llorar.

—¡Johan! ¡Tú, tú aun lo amas a pesar que te hizo a un lado!…¿Por qué? ¡¿Por qué eres tan bueno?!

Johan puso cara seria, sus esmeraldas habían regresado a él por lo que parecía más humano.

—Jesse…—Haou no se viró, pensaba que Jesse estaba delirando. —Ven conmigo, casémonos y olvida el pasado; por mi vida que te haré feliz.

 Jesse estaba en el abismo de la locura, Johan y Haou lo miraban con lástima.

—¡NO! ¡Nunca fui importante para nadie, no me vengas con esas hipocresías ahora! ¡¿Pretendes que me lance a tus brazos así como si nada?! ¡Ni siquiera me conoces y no seré solo el recuerdo de Johan! ¡Tú le perteneces! ¡Respétalo!

—Jesse, Johan te amaba más que a mí. Es verdad que también me quería, pero no creo haberte superado. —dijo suavemente. —Fui un estúpido al no cuidarlo como él lo merecía, sé que no puedo revivirlo pero quiero darte lo que te mereces, quiero darte felicidad en su nombre, jamás te dejaré solo de nuevo.—volvió a estirarle la mano bajando totalmente la guardia.

Pero el oji naranja devolvió una mirada destrozada; no supo cómo reaccionar, o que decirle, nadie lo quería, a nadie le importaba; tenía miedo, él solo había sido la sombra de Johan, un error.

—¡No quiero tu lástima! — Haou estaba descuidado así que su guardia baja fue el perfecto momento para que Jesse le incrustara la katana en el pecho y casi tocaba su corazón.

—¡Agh! —se tocó la parte dañada, miró a su ex cuñado levantarse y mirarlo imponente. —¡Jesse!

—¡No debes interferir entre Jaden y yo! ¡Nos vamos a casar, nosotros nos amamos, así es que tú quédate con Johan en el otro mundo y hazlo feliz!

Locura, Jesse salió sosteniendo la katana, mientras Haou se doblaba de dolor; la sangre era abundante, miró de nuevo a Yubel que se burlaba de él.

—¡Deja de reír! —sus ojos heterocromos la fulminaron, trató de tranquilizarse para sanar su herida. —¡Jesse..!

Debía apresurarse, Jaden corría peligro.

 

 Jardines

 

Yuya caminaba con Edo tomados de las manos, la mansión era demasiado grande y los jardines bien cuidados; aunque sabían las atrocidades cometidas ahí, el panorama no dejaba de ser romántico.

El oji azul, tosió varias veces, ocultó la sangre que escupía con un pañuelo para no alarmar a su pareja.

— ¡¿Estas bien, Edo?!

—Sí, no te preocupes Yuya, ya me siento mejor.

Moriría, estaba más pálido de lo normal, Yuya tenía ese presentimiento pero no le demostró que lo sabía. Se sentaron en una banca para descansar de la caminata, aunque no había sido mucho recorrido realmente.

Yuya lo besó tiernamente, Edo se dejó hacer, después se contemplaron largamente.

—Sabes Yuya, Sawatari siempre me dijo que de tener poder, lo primero que haría sería matar a Haou para poder salvarte; a veces ideaba planes absurdos y mágicos para rescatarte de él y yo le ayudaba en algunos—sonrió gentil—Deseábamos tanto tu libertad que incluso nos imaginábamos como superhéroes de comics; él era el “Señor Neo Sawa Supremo” mientras que su mano derecha, o sea yo, era el gran “Héroe del Destino”. Con nuestras historias de rescate seguro hubiéramos hecho un famoso comic completo. Ahora nuestros anhelos se hicieron realidad y la fantasía quedó en esos infantiles juegos. Ojalá Shingo pudiese ver que triunfó al final de su historia.

Yuya bajó la vista, visualizó el rostro de Shingo sonriéndole de oreja a oreja, le reconfortaba que siempre fue lo primero para él. —También lo amaba, espero que ya pueda descansar en paz.

—Y él a ti, así como yo. Solo queremos que seas feliz.—volvió a besarlo. La vida era tan injusta pues sabía que tenía que abandonarlo pronto. Solo esperaba hacer lo mejor posible para regresarle la alegría a su rostro.

 

..

 

En el balcón, Yugi y Atem contemplaban también los jardines, todo lo que había pasado por fin llegaba a su fin, estaban tomados de la mano pues el contacto simplemente los hacía sentir más fuertes.

—Tengo miedo de dejar solo a Jaden aquí, él…está pasando por algo muy duro.

Atem propinó un dulce beso en los labios de su novio para tranquilizarlo. —Yugi, odio verte preocupado, y también me inquieta. Si tú quieres, nos quedamos un tiempo aquí, veremos lo que necesita.

El vendedor asintió con la cabeza. —Gracias mi amor, no sabes lo agradecido que estoy por tu apoyo, es una situación delicada, espero que Haou pueda ayudar también.

Atem sonrió, su Yugi siempre sería tan buena persona.

—Eso es algo que me gusta de ti Yugi, tu devoción hacia las personas es un encanto, aun crees en la humanidad, aun tienes esperanza en tus ojos, cuidaré que no desaparezca.

—A..Atem, haces que me sonroje.

—Jaja, amo verte apenado—profundizaron un beso vehemente expresándose todos sus puros sentimientos.

 

..

Mansión

 

Joey, Noah y Kaiba se encontraban en la estancia.

Mientras Kaiba tecleaba en su teléfono celular, Joey y Noah platicaban de la experiencia a manos del magnate. Pasaron varios minutos hasta que se hizo un incómodo silencio, solo se escuchaban los sonidos de alertas de mensajes enviados en el móvil del empresario.

Joey se hartó de ser ignorado.

—Oye, gato feo. ¿Hasta cuándo dejarás esa bobería? —refiriéndose al celular. —Seguro estas coqueteando con alguien—se cruzó de brazos y viró la cabeza haciéndose el digno.

—Asuntos de negocios, Wheeler. —respondió escueto.

—Pfs. Negocios, si así va a ser lo nuestro, prefiero irme a mi casa. —se levantó iracundo.

—¿A dónde vas Wheeler? Ven aquí. —dio la orden, pero Joey solo hizo puchero y siguió su camino.

—Fuera de la empresa no eres nadie, así que no recibiré órdenes de ti. —se fue dándose importancia, siempre rebelde.

—¡Perro malcriado!—Dejó su móvil para ir hacia él, era una insolencia.

Joey lo había obligado a levantarse, en cuanto vio a Kaiba acercarse echó a correr divertido.

—Jaja, ¡eres lento!

—¡Ya verás!

Noah sonrió, sabía que su primo estaba profundamente enamorado de ese rubio; era un vínculo que sabía que tenían, algo muy fuerte. El chico que había elegido sin duda era un espécimen envidiable, alguien alegre y valeroso, con un gran corazón. Sutilmente obligaba a su primo a hacer lo que él decía, sin fracturar el orgullo del castaño.

Sabía que su relación duraría por siempre y él estaba feliz por eso.

—¿Aquí quién es el amo de quién, Seto? Jajaja. —rio tapándose la boca con dos dedos.

 

Cocina

 

Kaito devoraba la boca de Yuma, este último había tratado de prepararse un enorme sándwich con ingredientes encontrados en la cocina, era todo un supermercado en un solo lugar, con productos frescos de la mejor calidad. Una de sus pasiones del joven ex químico era la comida; pero para Kaito, uno de sus platillos favoritos se estaba volviendo la piel y sabor de Yuma.

—¡Ah, Kaito! —la sensación de la lengua del rubio sobre su oreja le impidieron seguir con su arte culinario.

—Yuma…

Comenzaron con caricias algo salvajes, la servidumbre prefirió dejar a la pareja sola; seguramente estallarían en pasión y necesitarían privacidad para demostrarse lo mucho que se adoraban.

 

..

Oficina del CEO

 

Mientras tanto, en la oficina del magnate, Yuri llevaba el trabajo habitual. Estaba atendiendo una llamada, arreglaba los vuelos de regreso a sus países natales de Yuto y Yugo, y concretaba los bonos en los bancos para esos dos. Estos últimos estaban sentados en la pequeña salita del sitio, extrañados por verse tan similares entre ellos pero a su vez desconfiando de su homólogo francés. No se entendían, solo un poco por ciertas palabras que se repetían sencillas, como “Sí” o “No sé”. Ambos cautos se agarraron de las manos, esperaban el cambio de opinión de aquel tirano en cualquier momento, ya que habían despertado un fuerte trauma hacia todas las personas, era algo que Haou también pagaría con el tratamiento al psicólogo.

—Bueno, reflejos míos, ya está todo listo. —Dijo en alemán—Partirán pasado mañana y vivirán muy bien por muchísimo tiempo con el apoyo económico de Industrias Yubel, espero sepan aprovechar en invertir para algo próspero. No todos los días gente poderosa regala una pensión de por vida a desconocidos. Son afortunados de cierta forma.

Yuto y Yugo se miraron sin comprender.

—¡Ash! ¡Ya deberías saber que no entiendo nada de lo que dices!—vociferó Yugo altanero como siempre, todo en su idioma.

—Ahh, uff…—exhaló Yuri—Siguen siendo unos inútiles, lo primero que deben hacer es pagarse unas clases de inglés u otro idioma. Así al menos reconocerían un insulto, imbéciles.

No hubo reacción, no entendían nada.

—No hay remedio. —se encogió de hombros.

—Ah, pero que tal si les hablas en el idioma del amor—Había entrado Zarc, hablando en francés.

Yuri quedó petrificado por su presencia, se levantó de la silla del CEO de un salto.

—¿Tu que estás haciendo aquí? ¡Hay órdenes de que se retiren los inquilinos!

—Oh, pero si yo soy parte de la familia. Tu adorado novio. —miró a los otros chicos que estaban confundidos—Umhh, y aquí hay una minita de oro.

Yuri entendía a lo que se refería, de alguna manera estaba interesado en esos dos chicos también, prefería que así fuera antes de volver a tenerlo arriba de él.

Los comentarios irónicos no intimidaron al peli purpura, alzó el teléfono para llamar a su jefe, pero este no contestaba.

—Ehhh, ¿desde cuándo te volviste aburrido?, mi querido Yuri. —Se acercó tanto hasta acorralarlo, Yuri seguía sosteniendo el teléfono sobre su oído; escuchar al magnate le reconfortaría más que seguir oyendo a Zarc.

—Yo ya no soy tuyo. —los dos chicos restantes no sabían cómo actuar; ese hombre estaba ya arriba de su homólogo, intentando darle un beso.  

—¡Oye, déjalo en paz! —Yugo se levantó con el puño en alto, distrajo al mayor francés del otro chico.

—¿Tú también quieres mi amor? —sus ojos amarillos se centraron en él.

Oportunamente Haou le contestó por fin, escuchar su voz hizo que Zarc se detuviera.

—Señor Haou…

 “Yuri ¿Dónde está mi hermano?”

—No lo sé señor.

“! Manda a alguien a protegerlo, rápido!”

 

Biblioteca

 

—No tienes por qué seguirme a todas partes, Yusei. No es necesario que te quedes en Alemania. Sé cuidarme solo. —Estaban en la biblioteca, Jaden revisaba los archivos para entender mejor la situación de su hermano, trataba de no ponerle mucha atención a la presencia de Yusei, pero le era imposible.

—Jaden, todo lo que pasó, yo lo siento tanto, por mi culpa llegamos hasta este punto.

—Sí, ya no importa.

—¡Sí que importa!, por favor escúchame. —trató de obligarlo a que lo mirara tomándolo de las manos, Jaden desvió la mirada. —Jamás podré vivir en paz debido a lo que hice, jamás podre verme al espejo sin sentir vergüenza de mí y todo lo que mi estúpida necedad provocó, y jamás me perdonaré por haberte herido tan vilmente. Tú eres mi religión, mi vida, y yo un patán, un vago, sé que no te merezco, que debería subirme al tren de la perdición y condena; pero antes de hacer ese viaje, te lo pido, perdóname Jaden.

—Yusei…ambos sufrimos, yo también estoy apenado por lo que te hizo mi hermano, pero hay que seguir.

—Tú no tienes culpa de nada. Te pido que me des una oportunidad—agachó la cabeza, estaba muy desesperado por escuchar que su amado lo perdonaría. —¡Soy un idiota! ¡El más grande! No sabía que esas cartas que recibías eran de parte de Haou, no veía que siempre fuiste fiel a mí; no me di cuenta de todo lo que sufrías en silencio y aunque me lo dijeras a la cara, no quise escuchar. —Las lágrimas se aglomeraron en sus ojos azules—Yo no sabía que tenías un hermano gemelo, o si alguna vez lo mencionaste…tal vez, tal vez tiré y tiré el lazo que nos unía hasta que lo rompí.—el sollozo lo hacía hablar con torpeza mojando el piso con sus gotas saladas— ¿Por qué fui tan tonto? Te hice daño, amándote tanto.

El momento trajo en al ambiente el sonido de los lamentos de Yusei a cada rincón, por la vergüenza no se atrevía a mirar a Jaden pero tampoco quería soltar sus manos nunca.

Jaden contempló su pena, ya no sabía que pensar. Lo amaba, pero algo estaba ocurriendo en su cuerpo que la emoción simplemente no llegaba.

—Tal vez nunca te he dado lo que tu esperabas Yusei,  por eso dudabas de mí. —comentó con simpleza.

—¡¿Qué?! —Esta vez lo miró con sus lágrimas empapando su rostro—¡No, tu siempre fuiste el correcto, fui yo el que estaba mal!

—Ambos.

—¡No, solo yo! Jaden, si pudiera regresar el tiempo atrás, si pudiera…

—Harías lo mismo.

—¡No! Trataría de ser el mejor novio del mundo. Yo sé que no te cuidé, no entendía lo que en verdad eres para mí, tú eres el oxígeno que respiro. Perdóname por no estar cuando me necesitabas, perdóname por no escucharte, por descuidarte; olvidé que yo te amaba con la fuerza del universo; y te obligué a permanecer en mi infierno. —hablaba entre lágrimas, tembloroso y abatido. —Pero por más que lo pienso, no encuentro ni una sola razón para seguir sin ti. Te amo Jaden, te amo tanto. —se entregó al llanto. Jaden no se inmutó.

—Creo que por ahora ya no hay nada que hablar, necesitamos tiempo para pensarlo mejor.

—¡¿Qué?! ¡Jaden…!—sintió el peor de los dolores en toda su vida, la pérdida de Jaden—Quiero empezar de nuevo, volvamos a intentarlo.

—Yusei…

—Por favor…

—Yusei, es que ya se me acabaron las sonrisas. Ahora no puedo, no…no debo dejar a mi hermano.

—Yo te ayudaré con tu hermano y te recordaré como sonreír de nuevo, solo dame un chance de demostrártelo.

—No prometas algo que no puedas cumplir.

—¡Jaden, por favor!

El diseñador soltó su agarre.

—Empieza tu vida de nuevo, Yusei, no me necesitas para eso.

—¿Es que tu no entiendes que tú eres mi vida?

 

Yuya y Edo lo habían visto pasar con sangre en su ropa, Yugi y Atem también lo habían visualizado alarmándose por aquellas condiciones; Joey y Kaiba detuvieron su juego al mirarlo pasar con esa sed de sangre en su aura, e incluso el escándalo de la servidumbre había cortado la “inspiración” de Kaito y Yuma cuando estos entraron aterrados de nuevo a la cocina gritando a los cuatro vientos haber visto al nuevo diablo.

..

 

—¡Laisse- moi tranquille, Zarc! —Yuri se había tratado de quitar a Zarc de encima—¡Je ne t'aime pas!

—¡Let him alone!—gritó Yugo.

—Allez, Je sais que tu le veux, Yuri. —iba a obligarlo a besarlo.

—¡No!

Jesse entró a la oficina dando un portazo.

Todos los jóvenes quedaron petrificados al mirar esos ojos brillantes, naranjas, salidos del inframundo, sobre todo, sus ropas ensangrentadas.

—¡Dios mío!

—¡Tú eres! —Yuri abrió gigantes los ojos, esa era la katana de su jefe, dedujo lo peor.

—¡¿Dónde está Jaden?! —Jesse preguntó en alemán con voz de ultratumba. Los extranjeros no entendían, pero la simple presencia los hizo horrorizarse.

Zarc también compartió ese mismo sentimiento opresivo en su pecho. Nadie se atrevió a responderle, pero de igual manera, ni siquiera sabían dónde se encontraba el mencionado.

 —¿Nadie dirá nada? —Jesse no parecía humano, tocó el filo de la katana con sus dedos haciéndose un corte que de inmediato sanó como magia. Todos temblaron, Yuri sudó frío pues le recordó a un estado en el que su jefe había estado cuando lo tomaba salvajemente.

Zarc lo miró, de inmediato se puso como un escudo frente a Yuri y tomó valor para retar al extraño.

—Estamos ocupados, así es que lárgate, loquito. —hizo un gesto con la mano para que se retirara, como si no fuera nada.

Jesse expresó un rostro insano, entendió el ademán y volvió a intimidarlos con esa cara de psicópata—Ju, mala respuesta.

Hábilmente se lanzó contra él.

—¡Ahhhhh!

 

Los gritos helaban la sangre, todos corrieron para saber lo que sucedía. Haou a penas salía de la cripta mirando para todos lados sin poder visualizar al inocente chico Anderson.

Las sirenas de alarma resonaron por toda la mansión, los pocos guardias recibieron la indicación de paralizar a como diera lugar al chico de cabellera turquesa.

 

En la biblioteca el sonido de la alarma había interrumpido su charla sin saber lo que sucedía.

—Algo ha pasado. —Jaden se dirigió a la salida, pero el agarre de Yusei lo detuvo del brazo.

—Jaden, prométeme que lo pensarás.

El castaño solo lo contempló, con su fuerza se deshizo del agarre. —Yo no prometo algo que no cumpliré. —corrió fuera dejando a un triste Yusei.

El silencio era su peor enemigo, había perdido a la persona que más amaba en su vida junto con esas mismas ganas de vivir, pero…

—No, estoy haciendo las cosas mal. —se dio ánimos—Debo volver a conquistarlo, solo debo esforzarme—corrió tras de él.

 

..

Oficina del CEO

 

Los cuerpos ensangrentados vigorizaron los ánimos del oji-naranja, lamió la sangre que había caído en sus manos y sonrió manchándose los dientes de carmesí. Zarc había caído inerte sobre el charco de su propia sangre después de que Jesse lo mutilara salvajemente. Yuto y Yugo todavía temblaban, y Yuri solo permaneció en shock empapado de la sangre de su antiguo agresor.

—Ah, ¿Todavía no saben? —preguntó nuevamente con malicia y locura en sus palabras.

Los chicos temblaron, lágrimas pavorosas recorrieron sus mejillas.

Jesse se acercó a Yuto y se lo preguntó cara a cara.

—¿Tú no sabes dónde está mi amado Jaden? —el chico de España estaba aterrorizado, soltó un “No” en español molestando al Anderson, pues este no le había entendido aunque fuese una palabra universal. —Uh, veo que de nada te sirve hablar, eres un inútil.

Lo inmovilizó con una fuerte patada, después lo jaló de los cabellos, quería cortarle la lengua, pero el español no abrió la boca, fue que Jesse quizo meterle la punta de la katana a la fuerza y al hacerlo, el filo cortó sus labios.

—!Ahhh!

—¡Yuto!—Yugo se agarró la cabeza aterrorizado, el grito de agonía de su nuevo amigo sería algo que no olvidaría jamás. La pesadilla no era Yuki, este chico le ganaba con creces. —¡Ya déjalo en paz!

Grave error, había llamado la atención de Anderson, al menos había evitado que consumara su acto.

—Oh, ¿Tú si sabes dónde está Jaden? —se dirigió hacia Yugo.

—¡Ahhhhh aléjate! —se hizo más atrás resbalando con la sangre que estaba por todos lados.

—Oh, qué mal, no entiendo lo que dices. —alzó su katana y como si fuera mantequilla, le desgarró los músculos de la pantorrilla izquierda provocándole un terrible dolor que casi hace que se desmaye.

—¡Ahhhhh! —Jesse se divertía, todo eso lo hacía muy feliz, sentía un gran alivio. De pronto miró por un momento al paralizado peli-purpura tras el escritorio; su shock le había parecido divertido pues solo permaneció como estatua.

Sacó el arma de la piel del irlandés y se dirigió al oji-rosa. —Tú sí debes saber dónde está Jaden, ¿verdad?

Yuri no se movía, estaba enfocado en la sangre de Zarc totalmente en trance.

—¿Era tu amigo?, solo tiene un poco de pintura roja sobre él, a mí también me gusta ese color y huele tan bien. —Anderson aspiró el aire, pero Yuri no le hacía caso, su mente estaba en otro lado. —¿Qué? ¿No te gusta? Veo que no me dirás nada ¿verdad?

No había reacción.

—Ya veo—Alzó su katana, le atravesaría la garganta de una vez puesto que no le era útil. —Entonces adiós.

—¡Jesse! —alguien había detenido su ataque por la espalda, se viró para encontrarse a Dennis.

—Ah, hola Dennis, tú debes saber dónde está Jaden. —sonrió con manía.

Dennis supo de inmediato que la mente de Jesse ya se había pedido, eso lo demostró el ataque salvaje a todos esos chicos, estuvo a punto de matar a Yuri y eso jamás se lo perdonaría.

Tragó saliva, pero se tranquilizó para poder hablar—Vamos, debes descansar. Soy tu médico y mi diagnóstico es que estás bajo mucha presión. Vamos, te presentaré a La bella durmiente para que puedas hablar con las hadas del bosque.

Jesse entendió que quería drogarlo, nunca le gustó la manera de hablar de Dennis.

—Si no me ayudas entonces apártate.

—Jesse, tranquilo, no soy tu enemigo, soy como tu familia.

—¡Mi única familia era Johan y ahora está muerto! —la cólera llenó de sangre caliente su cabeza.

Dennis no fue la excepción, la katana volvió a mancharse de sangre cuando el oji-naranja le atravesó el hombro izquierdo ipso facto.

—¡Ahhh! —se hincó tocándose la parte dañada. Vio a Yuri que lo miraba en total shock al momento que Jesse se burlaba de él. —¡Yuri, corre!

El grito lo había despabilado, de inmediato el asistente corrió hacia la salida lo más rápido que sus piernas le permitieron, aunque pasó muy cerca de Anderson no se detuvo.

—¿Qué? ¿Ya te vas? A penas nos estábamos conociendo—dejó al médico sangrando en el suelo al sacarle el arma de su carne, posteriormente salió tras del francés.

Yuri corrió despavorido, el terror lo invadió cuando escuchó los pasos acelerados del peli-turquesa acercarse vigorosamente.

—¡Ya te vii! —canturreó sus palabras, Yuri estaba tan agitado que solo había un pensamiento en su mente: correr.

Sin embargo, Jesse era más rápido, dio un tremendo salto sobre el chico para que la katana lo empalara desde la cabeza hacia dentro de su cuerpo, pero el asistente—por reflejo—, saltó hacia adelante como un gato evitando el impacto.

—¡Ahh! —había tenido mucha suerte, volvió a levantarse, se metió al salón principal a toda potencia.

—Oye, no hagas trampa. —Jesse recogió la katana y siguió asechándolo.

Afortunadamente los secuaces del magnate lo detuvieron justo al adentrarse al salón. Le apuntaron con sus armas silenciadoras mientras que Yuri salía despavorido por otra de las entradas.

Akaba Leo habló con voz autoritaria pareciendo el capitán.

—¡Baja el arma, Anderson!

El comité de bienvenida le había parecido entretenido.

—Vaya, al menos saben mi nombre, que felicidad.

Todos los presentes temblaron, esa mirada ya la habían visto antes, en su jefe; les indicaba que sería capaz de todo.

—Señor Yuki, lo tenemos en el salón principal. —llamó por el intercomunicador a su jefe, este indicó que lo mantuvieran bajo custodia.

—¿Ustedes saben dónde está Jaden? —preguntó inocente el oji-naranja.

—Baja el arma y no te haremos daño. —sudó frío, había algo aterrador en ese chico, no solo su apariencia.

Y la impaciencia se apoderó del joven cuerpo —¡¿Qué no entienden que nosotros nos amamos?! ¡Si no me ayudan, apártense!

Lanzó la katana fuerte y hábil contra Leo, este ni siquiera había parpadeado, o supo cuando ocurrió, de repente todo negro, su vida se había perdido a causa del arma atravesándole el cráneo.

—¡Disparen! —Adrián dio la orden, todos proyectaron a discreción, pero Jesse ya se había movido tan rápido que nadie se dio cuenta.

Uno por uno los fue eliminando, rápido y sin remordimientos, la misericordia no era una palabra que existiera en su vocabulario.

Después de unos minutos, Jesse se encontraba en medio del salón con el bosque de cadáveres a su alrededor. Se sentía más tranquilo, pero no apartó el objetivo en su cabeza.

 

 

Jaden, ¿Dónde estas?...

 

 

Akaba Reiji— para mala suerte—, había llegado en el momento que Jesse se preparaba para marcharse, no solo él había llegado, Yugi y Atem presenciaron el horror desde una entrada cercana. En otro acceso Yuma y Kaito, junto con Kaiba y Joey, se habían unido a lo que pasaba. Yuya y Edo a penas se acercaban desde otra puerta. El escenario parecía sacado de una película Snuff.

Solo el silencio habló por su shock colectivo.

Y lo inconcebible sucedió; Jaden y Yusei habían aparecido, presenciando las ramificaciones de los ríos de sangre y la muerte en el piso.

—Jesse…—susurró el castaño.

Jesse de inmediato se viró, al verlo se puso alegre, su corazón palpitaba al máximo, su emoción lo corrompía.

—¡Jaden, por fin te encontré! —su mirada maniática sorprendió al castaño, ese no era el chico que había conocido en la Isla de Man. —Tú, tú y yo nos vamos a casar, ¿verdad que sí? ¿Verdad que tengo razón? —sostuvo la esperanza, comenzó a acercársele lentamente.

Jaden dio un paso atrás.

—¡¿De qué estás hablando, viejo?!

—Tú dijiste que me amabas y yo te amo también, Jaden. —Todo el cuerpo de Jesse estaba cubierto de sangre, sus pasos asechándolo y la katana en su mano, no le daban un buen panorama de confianza que digamos; aquellos ojos enfermos eran otro factor junto con su gran sonrisa cínica. —Vendrás a casarte conmigo.

—Jesse, ya habíamos hablado de eso.

Anderson lo recordó nítidamente, la razón por la que Jaden no podía entregarse a él, esa maldita razón, estaba justo a un costado de su amado castaño.

—¡Sí, y dijiste que Yusei era la causa de no poder venir a mi! —su voz se agravió, apretó los puños y esta vez fulminó al mecánico con su rabia. —¡Pero si él no existiera!

Corrió para matar al pelinegro, sus movimientos rápidos solo fueron vistos por Jaden, él se interpuso defendiendo a su amado, la katana lo había herido un hombro.

—¡Gggh!

Jesse quedó perplejo; su castaño estaba arriesgando la vida por ese debilucho estorbo; si no se hubiera interpuesto, seguro ya habría acabado con él.

—¡Jaden, apártate! ¡¿Por qué lo defiendes?! ¡Nosotros podemos ser felices!

—Es el hombre que amo.

Yusei sintió un palpitar fuerte en su pecho, aun había esperanzas; apretó los dientes y bajó unas espadas que estaban de adorno en la pared cerca de él, con una alejó a Jesse de Jaden cuando le encajó una por la espalda.

—¡Aléjate de Jaden!

Jesse no parecía haber sentido dolor, aterrorizó al mecánico con su estado intacto.

—¡¿Cómo es que..!

—¡Yusei, aléjate! —gritó el diseñador.

Fue tarde, Jesse le dio una tremenda patada al oji-azul que volvió a romper sus costillas haciéndolo volar varios metros en el aire.

—¡Aghhh!—el dolor era inconcebible.

—¡Yusei! —Jaden se aterró.

Anderson caminó hacia el oji-azul lentamente al asecho. —Tú eres lo único que impide que Jaden y yo seamos felices. Tú, pedazo de escoria, debes desaparecer. ¡Sin ti….sin ti por fin podré ser feliz!

—¿Pe-pero qué hay de Jaden? —Fudo hablo temblando por el dolor— ¡¿No piensas en lo que él realmente desea?!

—¡Yo sé lo que él realmente desea y es estar conmigo! —gritó en locura—¡Mi hermano murió! ¡Me dejó solo, pero me había dicho que si Jaden fuera libre….seguro estaría conmigo!

—¡¿Johan murió?! —la noticia exaltó a Jaden.

—¡Estoy solo y no permitiré que me arrebates mi felicidad, Yusei Fudo! —llegó a una velocidad inhumana, de inmediato lo pateó nuevamente, rebotándolo unos cuantos metros maltratando todavía más su cuerpo.

—¡AHH!

—¡Yusei! —Jaden corrió precipitado hacia el Anderson, lo golpeó fuertemente en la herida de su espalda sacando el objeto punzante; si continuaba destrozándole los huesos a Yusei, moriría.

Jesse le dio un vistazo.

—¿Por qué te resistes, Jaden? Sé que seremos felices, este hombre solo nos aleja.

—¡No, tu no entiendes! ¡No me puedes obligar a hacer algo que no deseo! ¡Déjalo en paz! —Jaden golpeo con todas sus fuerzas al peli-turquesa, sin embargo, ni siquiera podía derribarlo, Jesse había tenido entrenamiento, controlaba su propio poder y en ese estado de ansiedad, era mucho más poderoso.

Atrapó uno de los puños del castaño en el aire y lo dobló haciéndole daño; eso lo inmovilizó. —Te amo, Jaden. ¡Pero ahora me estorbas! —rápidamente lo golpeó terriblemente en el estómago

—¡Aghhh! —escupió saliva. El dolor lo hizo doblarse.

Al menos lo dejaría fuera de combate unos cuantos minutos.

—¡Jaden! —sus amigos gritaron al unísono.

—¡Ahora verás! —Joey se lanzó.

—¡Espera, Wheeler! —Kaiba no alcanzó a detenerlo. Rápidamente hizo una llamada para que sus agentes llegaran lo más rápido posible y le hicieran frene a ese monstruo. Posteriormente fue tras de él.

Joey trató de darle una patada y varios golpes, pero Jesse no sintió ni un rasguño.

—Un mosquito. —lo tomó del cabello dorado para observar su rostro.

—¡Ahh!

—Odio a los mosquitos que no saben más que molestar por las noches, oportunistas.

Lo lanzó impactándolo contra Kaiba quién venía a su rescate, y los mandó a los dos tres metros lejos de él.

Jesse volvió a caminar hacia Yusei, no acabaría hasta destrozarlo parte por parte y hacerlo papilla.

—¡Deja en paz a mis amigos!

—¡Yugi! —Atem tuvo que ir tras de él.

Yugi no pensó más que en la seguridad de sus amigos, tomó una de las armas de los hombres caídos y disparó por un costado a muerte contra Anderson.

Jesse sí había sentido algo de dolor por las balas incrustadas, fulminó a Yugi con la mirada al darle un atisbo.

—Otro insecto. —su velocidad era asombrosa, había llegado hasta Yugi para acabarlo de una sola vez con su katana, pero al hacerlo, Atem había apartado a Yugi recibiendo el impacto sobre su pierna pues habían saltado los dos.

—¡Agghh!

—¡Atem!

En ese momento Yuya corrió por un arma del piso y también disparó desde otro ángulo.

—¡Yuya no lo hagas! —Edo tosió, estaba ya muy débil y el estrés no le ayudaba, no podía detenerlo.

Jesse se cubrió por las balas del aprendiz de mecánica.

—¡Estorbo! — iba tras él a una gran velocidad, pero no pudo culminar, en otro sitio, Yuma también le disparó distrayéndolo.

—¡Malditas basuras!

Kaito admiró las agallas de su novio, por un momento no hizo nada, pero ver el coraje del moreno le sacó la fortaleza; desenfundó una escuadra magnum que cargaba y también le disparó.

Esa arma era poderosa, Jesse se estaba debilitando rápidamente por el impacto; Yugi volvió a tomar el arma y le disparó en conjunto.

En ese momento llegaban los agentes de KC rompiendo los vitrales que daban luz.

Kaiba se irguió para dar la orden.

—A ver qué puedes hacer contra esto, monstruo. ¡Regresarás al infierno de donde saliste! —Alzó la mano indicando que podían disparar—¡Fuego!

Jesse apretó los dientes, eran demasiados impactos.

 

¡Johan…!—clamó por su hermano. Si continuaba así, esta vez no resistiría su cuerpo, moriría sin duda.

 

Una ráfaga de viento apareció inexplicable, en ese momento Haou había aparecido; había golpeado a todos los agentes haciendo que cayeran al suelo y cubrió con su propio cuerpo a Jesse recibiendo él la lluvia de balas de los conocidos.

—¡NO! —Jaden gritó desesperado.

—¡Haou, perfecto!—Kaiba tenía una oportunidad de venganza; por todo lo que había causado ese tirano, por arrebatarle a su rubio y su primera vez; por el sufrimiento de todos y los inocentes que cayeron a sus pies. Era el momento de cobrar las faltas—¡¿Qué esperan?, disparen!

Las ráfagas de balas lastimaron todo su cuerpo, Haou seguía protegiendo a Jesse, aguantando todo el sufrimiento incrustándose en su carne.

—¡De esta no te escapas, Yuki! Jajajaja—Seto lo disfrutaba, pero entonces…

—¡Kaiba, por favor! —Joey llegó hasta él para abrazarlo por la cintura en un intento desesperado pro detenerlo.

—¡Suéltame!

—¡No, detente, te lo ruego! —Contempló aquellos ojos suplicantes, Joey era más humano que él sin duda. No podía decirles que no a esa mirada de cachorro; chasqueó los dientes y alzó el brazo dando una orden.

—¡Alto el fuego!

Jesse se encontraba aterrorizado, se había cubierto la cabeza pensando que moriría; pero al ver a Haou sobre de él, recibiendo todo ese castigo, hizo que su pensamiento diera un giro. Realmente le importaba a alguien.

—Haou…—lo llamó bajito, sus ojos brillaron.

—¿Estas bien?

Jesse asintió, aunque todo su cuerpo le dolía, el gesto le conmovió profundamente el corazón.

Haou se levantó encarando a todos, sus ropas negras se pegaban a su cuerpo, húmedas por la sangre; examinó la situación como era su costumbre, analizó el rostro y las sensaciones de todos: había trauma en sus orbes.  Sobre todo los agentes, ellos temblaban por presenciar a aquel demonio frente ellos, ya que ninguna de sus armas habían sido lo suficiente para matarlo.

Kaiba sostuvo su rostro firme; después miró a Yusei en el piso, seguía vivo;  su hermano estaba del otro lado tratando de recuperarse. Atem casi pierde el músculo de su pierna y en cuanto a los demás, estaban expectantes.

Nuevamente habían muerto personas a su cargo.

— ¡Les dije que se marcharan, justamente esto quería evitar! Jesse no está bien todavía, y su inestabilidad podría haberles costado la vida.

— ¡Él fue quién nos atacó primero! —señaló el empresario japonés.

— ¡Él es inocente!—defendió Haou—, sus impulsos fueron los que lo dominaron, pero es una buena persona.

Anderson se ruborizó con aquellas palabras, sus pupilas se dilataron en admiración.

—Yuki, tus manías han sobrepasado los límites. Puede que tú seas un demonio encarnado pero te controlas. Sin embargo, mira a ese sujeto, es un total monstruo que no sabe medirse, es muy peligroso. Sugiero darle fin ahora que está débil.

Yuki arrugó el ceño.

— No permitiré que le sigan haciendo daño. ¡Por favor, váyanse! Les dije que no los protegería y eso sigue vigente. Si intentan acercarse a él, no me importa quien sea, lo mataré.

—¡Es un monstruo! No merece protección—señaló Kaiba sin tapujos— Hoy lo dejamos libre, mañana será una amenaza para la humanidad.

—Señor Kaiba, la humanidad misma es una amenaza. —contra atacó Yuki nuevamente— Destruyen lo que no entienden, juegan  a ser Dios con inocentes y su egoísmo provoca las muertes que tanto se publican en los diarios. Que Jesse muera, no le garantiza una utopía a la humanidad.

—No, pero al menos es una cosa menos de que preocuparse—volvió a alzar su mano para preparar a sus guardias y volvieran a disparar. Sería él el verdugo de Haou Yuki y eso lo tenía encantado. —Tú también puedes acompañarlo al infierno, Yuki, eres una amenaza para la vida misma.

—¡Kaiba, ¿Qué estás diciendo?! —Joey se levantó para colgarse del brazo de su novio nuevamente y hacer que se detuviera. —¡Esta no es la forma correcta de solucionar los problemas!

El CEO miró a su pareja. —¿Qué estás haciendo, cachorro? Es lo mejor para todos, ellos son una amenaza, si fueras inteligente lo entenderías.

—¡¿No ves que tus palabras hieren a Jaden?! Además, no tienes el derecho, no te conviertas en alguien como él; ¡no! ¡odiaría perderte, Seto!

Kaiba había presenciado el exceso de preocupación de su rubio. Lo pensó, ¿podría vivir en paz  después de haber matado a sangre fría como lo hacía el mismo Yuki? No, prefería su paz mental. Además había olvidado que el proyecto Yubel también corría por las venas de su empleado de diseño; si sus palabras se concretaban, también tendría que matarlo a él, pero era obvio que no podría hacerle daño.

—¿Quién garantiza que no seguirán con sus atrocidades? — hizo la pregunta esperada.

—Yo—se levantó Jaden—Yo les prometí que nada de lo ocurrido volvería a presentarse.

Kaiba miró la determinación en los ojos del diseñador, después todos a su alrededor demostraron su completa confianza en su amigo y sus palabras. Giró su rostro para volver a encontrarse con Yuki, sus dorados orbes no dejaban de ser aterradoras, pero bajo ese matiz de dolor y destrucción, se encontraba un as de esperanza.

Seto bajó la mano y así sus oficiales bajaron sus armas.

—Creo en ti, Jaden Yuki. —Se viró tomando de la mano al rubio para salir de ahí en ese instante arrastrándolo con él. —Kaiba Corp ya no se involucrará, están solos caballeros.

De ahora en adelante, las acciones de Haou serían su problema, él había decidido no volver a meterse siempre y cuando no se metieran con él o su familia y eso incluía a Joseph como tal.

La calma regresó cuando los agentes se retiraron también.

—¡Atem, tu pierna sangra mucho! —Yugi rompió un pedazo de su camisa para hacer presión en la profunda herida de su amado, quién soltó un alarido de dolor al instante de ser intervenido.

—No te preocupes, Yugi. Regresemos a casa, ahí me atenderán. —Yugi no se acobardó, se lo llevó sosteniéndolo de un hombro; Noah lo ayudó del otro (recién se había aparecido). Ambos lo llevaron fuera.

En tanto a los demás.

Yuma y Kaito contribuyeron a ayudar al egipcio, el rubio no podía estar más orgulloso del oji-carmesí, su valentía incluso superaba a la de él, no había reaccionado hasta que lo vio en acción.

—Buen trabajo, Yuma.

—Me alegra que no te haya pasado nada, Kai.

Por otro lado, Yuya estaba muy preocupado por Edo, este parecía no poder moverse.

—¡Edo! ¡Edo! —veía como le sonreía y parpadeaba, pero incluso la voz se le había esfumado.

—Yo te ayudo—Reiji cargó a su primo y se lo llevó fuera de esa masacre.

Haou inmediatamente había llamado a los paramédicos, aunque eso dejara en descubierto el aparatoso escenario, lo que más le interesaba era salvar las vidas de los que más pudiera y eso se enfatizaba primordialmente en Yusei.

—¡¿Estás bien, Yusei? ¡—Jaden de inmediato llegó para asistirlo. —¡Yusei!

Yusei aguantó todo lo que pudo para permanecer consciente, el dolor era atroz, su cuerpo muy mal herido; sin asistencia médica, las heridas internas podrían complicarse.

Con la poca fuerza que tenía, acarició el bello rostro del diseñador con toda su dulzura.

—Jaden, perdóname…

—¡No, no digas eso ahora, ya vienen las ambulancias! —Los ojos castaños se empaparon en lágrimas,

—Al menos puedo ver tu rostro cerca del mío de nuevo.

—¡Yusei!

El mecánico sintió pesado su cuerpo, sentía que se hundía, pero sabía que su cabeza estaba en el regazo de su amado, los papeles se invertían; pero Yusei estaba tan feliz de que volviera a hablarle con cariño, que comenzó a cantarle…

Pretendes ser realmente fuerte,

Pero solo escondes la mirada.

Escondes suspiros, tu sonrisa es débil.

Todo eso se pega a mi como cristales rotos.

Está bien hablar del dolor de tu corazón

 

Tu sonrisa, siempre me ha salvado

Puedes llorar ahora ya que siempre estaré a tu lado.

Vuelve, aun si no quieres decir nada, yo no te dejaré.

Incluso ahora te has quedado a mi lado

Siempre estarás en mi corazón

Hasta que dejes de inclinar la cabeza, solo levanta la cara y sonríe.

 

—¡Yusei! —sus lágrimas empaparon la cara de su amado quién también lloraba sosteniendo una débil sonrisa feliz.

—Siempre sonríe, Jaden, te amo…

Fudo ya no aguantó más y perdió el conocimiento.

—¡YUSEIIIIII!

 

 

Hospital Deutsches

 

La prensa estaba fuera del edificio privado; no les dejaban entrar, solo estaba el asistente del magnate para contarles de lo ocurrido.

No todos los días llegaba a parar ahí un hombre poderoso, como el dueño de la industria más productiva y eficaz de Alemania; la empresa era quién conectaba a todo el país y los extranjeros con su excelente servicio de telefonía e Internet.

—Los ladrones se llevaron la vida de muchos de mis colegas, en ese lamentable incidente. Es espantosa la poca seguridad en la que el gobierno alemán nos tiene sometidos. El Sr. Yuki casi pierde la vida y la de su hermano; ahora se está recuperando. Les pido que no lo alteren, en estos momentos no puede hablar debido a su condición. —mintió Yuri frente a las cámaras.

—¿Por qué ocultó que tenía un hermano?…

—¿Estará a cargo de la empresa también?…

—¿El Sr Yuki dará declaraciones de lo sucedido personalmente?...

—Ya les dije que en este momento no puede hablar. Yo los mantendré al tanto de lo que suceda. Buenas noches.

Se metió en el edificio, los guardias no dejaron pasar a los paparazi.

..

Habitación A1

 

Haou miraba a Jesse descansar en la cómoda cama; este llevaba sueros especiales y una máscara de oxígeno asistidos por Dennis. Parecía tan indefenso, tan lindo, su paz era envidiable como un recién nacido.

Sostuvo su mano haciéndole una promesa interna: Jamás volvería a dejar que se sintiera solo, jamás le volvería a hacer daño.

Miró a un costado, Johan apoyó su mano sobre su hombro para darle ánimos.

—Lamento que tuvieras que ver esto. —dijo Haou— Aunque sabíamos que Jesse no sería fácil, no tienes que preocuparte por él ahora. Lo amaré tanto como a ti, descansa mi amor.

Johan le sonrió, mas sus gestos seguían reflejando preocupación, se quedó junto a ellos.

..

Habitación A15

 

En otra habitación, Yuya sostenía fuertemente la mano de Edo quien estaba inconsciente, conectado a una máquina que lo mantenía con vida; su intervención había sido inmediata pero los médicos habían declarado que ya nada se podía hacer pues no encontraban la causa de la mutación en sus células.

—Edo…—estaría junto a él hasta su último suspiro.

Reiji lo había acompañado, pero el dolor de ese joven le resultó devastador, no podía soportarlo. Salió de la habitación dejándolo solo.

..

Habitación A16

 

Atem se encontraba vendado y entablillado de su pierna, los doctores habían podido salvar sus tejidos, así es que dentro de unos meses podría volver a caminar.

—¿Cómo se encuentran los demás? —Le preguntó a Yugi quién pelaba una manzana para él.

—Todos están bien, al menos hasta ahora los doctores no nos han notificado nada. También los chicos extranjeros salvaron su vida pese a la pérdida de sangre.

—Pobres chicos. Ya quiero que acabe esta pesadilla. Me gustaría que te vinieras a vivir conmigo a Egipto cuando todo esto acabe.

—¡Atem!

—Solo será para distraernos de lo ocurrido, ¿Qué dices?

—¡AHHH! —Yugi dio un salto. —¡Olvidamos averiguar que le pasó a mi abuelo!

..

Habitación A17

 

Era bastante tarde, Jaden se había quedado dormido sobre la mesita de noche. Yusei no había despertado, parecía que su mente no regresaría.

Profunda tortura lo había golpeado cuando pensó que había fallecido; nunca se había sentido tan culpable y horrorizado en toda su vida, fue cuándo su hermano le dio los primeros auxilios, así pudo darle una esperanza de vida al mecánico que luchó hábilmente hasta que la asistencia médica arribó.

Ahora se encontraba en recuperación, pero en estado pausado, como una breve coma, eso esperaba. Los doctores habían diagnosticado un despertar de un momento a otro, eso lo tenía más tranquilo.

..

 

La recuperación para todos sería lenta sin duda, pero al parecer ya habían podido salir de aquel infierno en el que Haou era el anfitrión, todos podrían regresar a su s vidas, todos…

 

 

Por la Mañana.

 

Yuya había estado en vela toda la noche, no había mejoría en su amado y el corazón parecía que se le iba a detener en cualquier segundo.

Sostuvo su mano firmemente.

—Edo, gracias por todo, por amarme, por protegerme y creer en mi. —besó su frente—Estoy muy agradecido por darme mi libertad y darme otra oportunidad para vivir.

Miró hacia el cielo a través de la ventana.

—Shingo, cuida mucho de él. Gracias mi amor por haberme salvado. Jamás dejaré de amarte, jamás dejaré de amarlos a ambos. No olvidaré lo que  hicieron por mí, les prometo que no desperdiciaré la nueva vida que me otorgan, volveré a dar sonrisas a todo el mundo.

Un bello chico había entrado en ese instante.

—Ah, todavía hay alguien aquí. Pensé que ya se habían ido a comer todas las visitas.

Yuya parpadeó varias veces, ese hombre era apuesto. Vestía su bata blanca y llevaba unos  documentos bajo el brazo. Ojos esmeralda intensos, piel bastante clara y un peinado extravagante en tres colores, azul zafiro, rosa y en su mayoría azul oscuro.

—Soy el Doctor Fujiki Yusaku. Hoy asistiré a Edo, haré lo mejor que pueda.

Yuya bajó la vista, Edo necesitaba un milagro. El doctor se acercó a él y le tocó un hombro dándole apoyo. Después de haber visto el diagnóstico de sus colegas, sabía que no habían muchas esperanza.

—La vida es una efímera parte de un sueño profundo. Lo mejor es seguir, luchar hasta el último momento, hasta que haya un No definitivo al final de tus hazañas. —asintió con la cabeza al haber llamado su atención—Haré lo que pueda, no pierdas la fe, pequeño.

Yuya quedó fascinado, agradeció su apoyo, pero sabía la realidad.

..

 

12:00 p.m.

 

Un elegante auto se aparcó frente al edificio, de el salió una frágil dama de cabellos rubios y ojos celestes. Parecía muy joven a pesar de su vestimenta anticuada color hueso, sus pecas las cubría una sombra proveniente de su amplio sombrero europeo.

Los presentes la miraron con curiosidad, pero nadie sabía quién era, quizás era la hija de algún aristócrata o protegida de algún millonario. Nadie le dio importancia, tampoco era una belleza como para quedarse embobado, así que la vida continuó.

—¿Esta segura que quiere ir sola, Srta Rebecca?

—Sí Aoi, no te preocupes, esto es un asunto entre mi querido Yuki y yo. —entró pavoneándose con toda la confianza del mundo.

Sus pasos entaconados se escucharon firmes hasta que por fin llegó a una habitación, la que ella ya sabía que se encontraba él.

En ese momento Haou recibía una llamada, al ver de quién se trataba rodó los ojos por el fastidio.

—Habla

“Hola mi amado Rey, ¿Por qué ya no me habías marcado? Me he sentido muy sola sin poder escuchar tu voz”.

—No es un buen momento, Oráculo, estoy ocupado.

“¿Algo más importante que yo? ¿No te gustaría saber mis nuevas noticias?”

El silencio del castaño le ponían en claro su desinterés.

“Veo que te interesa más ser el perro guardián de ese chico deprimente. La verdad estaba mejor su hermano”.

—¡No hables de él!

“Vaya, la misma reacción que con Jaden”.

—¡¿Qué es lo que quieres?!

“Para empezar, ¿por qué no hablamos en un lugar más “privado”? Me debes una cena romántica”.

—Ya te dije que eso no funciona conmigo. Oráculo, hemos trabajado juntos tanto tiempo, ya deberías conocer mi estado de ánimo y disponibilidad.

“Haou, solo será un momento, te aseguro que esta información no te costará nada y créeme cuándo te digo que es muy valiosa para ti”

El magnate lo pensó detenidamente, sabía que había algo retorcido en ese acuerdo; accedió solo para terminar de una vez con lo que sea que se trajera en manos aquella odiosa mujer.

—Está bien, ¿Cuándo quieres que nos veamos?

“¿Qué tal ahora?” —tocó sutilmente la puerta y entró como una celebridad.

Haou la miró sin interés. —Parece que lo que sea que me dirás no puede esperar mucho tiempo. La impaciencia es un lado que no te conocía, Rebecca, no te queda.

—Haou, mi amado Rey, en persona eres aún más hermoso. —intentó besarlo en la mejilla, mas Haou la alejó con el brazo.

—No quisiera ser descortés con tan gloriosa dama. Me ayudarías mucho soltando lo que has venido a decir.

Rebecca se sentó en uno de los sillones, se acomodó los lentes y apretó su poco pecho para tratar de seducirlo. Aquel gesto le había parecido vulgar al empresario.

—Haou, sabes que soy tu amiga, tu mayor admiradora y tu enamorada número uno. He estado contigo en las buenas y en las malas desde que te conocí. Déjame contarte algo antes de seguir; he indagado por cada rincón de este apestoso mundo y he descubierto una verdad absoluta: de todos los hombres que he conocido, nadie, nadie brilla con tanta perfección como lo haces tú, mi querido Yuki.

El magnate permaneció con cara de póker.

—También me he comparado con mujeres exitosas y curiosamente no he encontrado a nadie mejor que yo.

 

Que novedad—pensó el CEO aburrido.

 

 

—Ya sé que por más que te lo ruegue y por más que te lo demuestre, yo simplemente no competiré nunca contra él—se refirió a Jesse. —Es lindo ¿verdad? Aunque no tanto como lo era su hermano, es una lástima que nunca pudimos arreglar nuestras diferencias, éramos muy competitivos en cuanto se tratara de ti, pero lo respetaba. Lamento su pérdida.

—No finjas lástima, sé que su muerte te hace feliz.

Rio elegante—¿Ves? Me conoces bien. Y creo tener esa misma empatía por ti, mi amor. Siento que estamos hechos el uno al otro, siento que nuestro destino es estar juntos.

Un silencio incómodo se hizo entre ellos.

—Rebecca, me dijeron que entraste en la subasta de Main Satisfaction para comprar a Yugi. Si tanto valgo para ti ¿Por qué querías a otro hombre?

Rebecca sudó frío. —¿Qué? Debieron confundirme, yo…. ¿Quién podría…

Recordó que se había revelado frente a Atem, cerró los ojos apretando la mandíbula sintiéndose tonta por su descuido.

Rio elegante—Vaya, estaba solo jugando, quería comprarlo para devolvértelo a ti ya que tus secuaces habían desobedecido tus órdenes, era lo mejor que podía hacer, mi rey.

—No me mientas Rebecca, se cuándo lo haces. —se levantó para tomar algo de agua que estaba en una mesa junto a ella—Debes irte, mi respuesta es no.

La rubia entendió su rechazo, en el pasado cada vez se le hubiera hecho más difícil alcanzar a ese muchacho, pero ahora tenía un arma secreta.

—Sabes Haou, cuando tu hermano estaba perdido, hubo un momento en que realmente lo encontré y fui hacia él para comprobar su paradero.

Esta vez le puso toda su atención.

—Jaden es parecido a ti, ¿cierto? Tu imagen completa, aunque su manera de pensar fuese diferente. En todo caso, me siento afortunada de que él y yo nos correspondamos.

—¿De qué estás hablando?

—Haou, voy a casarme con él. Solo quería decirte que ahora tú serás mi cuñado y serás tío.

—¡DE QUE DEMONIOS ESTÁS HABLANDO REBECCA, EXPLICATE?!

La rubia echó a reír. Le entregó unas hojas que eran sus pruebas de laboratorio.

Entre más se adentraba a la información, más expandía sus ojos dorados.

—¿No es hermoso? Vas a ser tío, del hijo que le voy a dar a Jaden.

—¡Maldita, Perra! ¡Te aprovechaste de él! —su ira regresó de golpe, estaba dispuesto a eliminarla.

—Alto, Haou. Si me atacas, no solo matarás a tu mejor as para los negocios, sino que también al pequeño inocente que tiene tu sangre y la mía, el hijo de Jaden

—¡Jaden!

—Jajajaja, adoro ser yo la causante de tus expresiones. Entiendo a Duke cuando te tuvo a su merced.

—¡Tú le dijiste a Duke donde estaba Jaden!

—Puede que sí, puede que no.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué te uniste a él?!

—¡Fue por amor, Haou! —pegó sobre la mesa haciendo vibrar el agua—Si no me hubieras rechazado, yo te habría dicho dónde estaba Jaden antes que a él. Pero no te importé, nunca, ni mis sentimientos.

—Es una locura, tu amor es enfermizo, es obsesión.

—Lo sé, dime niña caprichosa, pero igual te quiero a ti.

—¡¿Cómo puedes decir eso si te vas a casar con Jaden?!

La chica dibujó la más grande de sus sonrisas, estaba esperando es momento. —Aun puedo dejarlo libre si…

El magnate tragó saliva.

—Sí me haces el amor.

Eso era lo que siempre había querido, ese bajo deseo era lo que movía su mundo; desde que se obsesionó con él, desde que lo vio en acción, sus estrategias, su carisma, incluso junto a Johan, Haou era su hombre; intentó demasiado en llamar su atención hasta que los años la hicieron resignarse y desear un ideal, alguien como Yugi, sin embargo, de nuevo sus bajos instintos regresaron con fuerza cuando Duke le pidió su ayuda; poco a poco se fueron acomodando las piezas de su retorcido plan hasta ese glorioso punto, dónde ella tenía el control absoluto, había por fin llegado a sus manos.

Siempre quiso tener al magnate a su servicio, que él la tocara y le hiciera el amor, no importaba si él tenía a otra persona en su corazón, ella solo quería sentir su cuerpo. Ahora podría hacer su sueño realidad, aunque sea una sola vez.

El castaño miró a Jesse, todavía no despertaba, después fijo su vista en Johan quien negaba con la cabeza, entendió que debía negarse, pero no podía arruinarle la vida a su hermano si Rebecca lo obligaba a estar con ella.

—No puedo casarme contigo, se lo prometí a él. —tocó la mano de Jesse.

Oráculo lo pensó largo tiempo— Escucha, no tienes por qué casarte conmigo, con que me hagas el amor cuando quiera, yo puedo darme por bien servida; de vez en cuando salgamos juntos y considérame tu esposa cuando lo hagamos. Nunca le revelaré nada a Jesse, y Jaden puede hacer su vida con quien quiera. —se levantó para marcharse—Se que solo es el recuerdo de Johan que ves en este chico, por eso no me preocupa; quizás te exigiría más si se tratase del mismo Johan pero no soy tan inhumana como piensas. —iba a cruzar la puerta—Piénsalo, estaré esperando tu respuesta.

—Espera…—la chica se viró victoriosa—Mañana saldremos a cenar.

Sonrió maliciosa, era lo que ella deseaba, por fin lo había conseguido.

—¡Nuestra primera cita! La estaré esperando con ansias. —salió radiante de emoción.

Haou afiló la mirada.

..

 

Rebecca se sentía indomable, estaba controlando la situación a su conveniencia y si seguía presionando, seguro podría tener más de lo que ella quisiera.

—Jajajaja, serás mío Haou.

Estaba muy confiada, se creía intocable; su buen humor la llevó hasta otra habitación, A17, entró sin tocar primero.

—Hola cariño. —sonrió amigablemente.

—¡Tú! — Jaden no desapareció su expresión de estupefacción. La respiración se le agitó ya que  recordó de golpe como lo había obligado a penetrarla.

—¡¿Qué estás haciendo aquí?!

—Oh, que frío eres con tu futura esposa.

Jaden miró hacia unas hojas que la chica llevaba deduciendo lo peor.

—¡No, tú no puedes…

—Sí mi amor, sí puedo. Estoy embarazada de ti, este bebé es tuyo.

—¡Me obligaste! No fue algo que quisiera.

Rebecca rio elegante. —Vamos, si tú cuerpo lo pedía a gritos. Te aprovechaste de una “indefensa” dama y te corriste cuatro veces dentro de mí. Estas son las consecuencias de tu depravación. —lo señaló con el dedo—Ahora debes ser responsable y corresponderme o te enviaré a la cárcel por violación.

—¡¿Ehhhh?! ¡ Me drogaste!

—Hablo en serio, Jaden Yuki. Debes casarte conmigo para que este bebé no crezca sin la figura de su padre. Así debes de cumplir como hombre.

Debía ser una broma.

—No es verdad.

—Es verdad—se acercó Rebecca—La sangre Yuki recorre las venas de este bebé junto con la mía. El médico me lo ha confirmado y estoy en cinta, seré madre.

Estaba petrificado.

La chica seguía burlándose de él—Esposo mío, tendrás que desposarme lo antes posible. Ya tengo todo listo para la ceremonia, solo basta con que te presentes y digas “Acepto”, entonces serás todo mío fu, fu, fu.

—Oráculo…

La rubia se puso seria.—Soy Rebecca, aquí no me digas así o harás que nos maten.

—Tú no puedes obligarme, soy una víctima, tú fuiste quien…

—Vamos, Jaden, no seas tan patético, yo no busco que mi hombre sea así. Piensa, si revelas lo que ocurrió, echarás a tu hermano a la catástrofe. Lo investigarán y yo me encargaré a que indaguen en los lugares correctos. Yo soy el ojo que lo ve todo, por eso es que soy famosa. No hay nada que puedas hacer más que ceder ante mi. Tengo cintas trucadas donde puedo llevarte a la cárcel por “violarme”. En cuánto a todos tus amigos, me encargaré de cada uno de ellos si no accedes.

Jaden apretó los dientes, podría matarla en ese instante y así acabar con su problema, pero eso implicaría en ir a la cárcel, además, ese infante no tenía la culpa.

—Eres…

—¿Lo mejor que te ha pasado en tu vida? Lo sé. Soy la mujer más capaz e inteligente sobre la tierra, hermosa y además rica. Tú solo debes acostarte en mi cama y hacerme bebés. ¿Qué hombre no quisiera eso? Sexo, dinero a bastos, mujer bella, conmigo te has sacado el premio gordo.

—¡No es lo quiero!

—Lo sé, tú quieres a Yusei ¿No? —se cruzó de brazos—Si tanto te distrae, podemos hacer algo al respecto: será rápido y parecerá un accidente.

—¡No!

—Ya lo estas entendiendo. —un corto beso recibió en los labios, nada le había parecido más repugnante que tener que corresponder eso—No te preocupes, nada te faltará y te cuidaré muy bien, eso te lo garantizo mi señor, solo debes obedecerme, jujuju.

Lo rodeo para examinar su figura, era un chico atractivo, al menos para ella ya que era una copia de su Haou. Podría vivir con él para reemplaza al magnate, mas ella era ambiciosa, deseaba al original que ya tenía en la palma de su mano.

—Eres un salvaje en la cama, Jaden. —dijo para provocarlo—Volvería a obligarte sin duda, —miró al mecánico ausente—A Yusei no parece importarle que lo hagamos aquí.

La chica estalló en carcajadas eso provocó al diseñador, la estrujó del cuello elevándola un poco en el aire. Ella se aterró de sus ojos bi color.

—¡Aghgg!

—¡Yusei sigue conmigo, no permitiré que te burles de él!

—J..Jaden, aghh…matarás a tu hijo.

La soltó de inmediato, ella tosió para recuperar el aliento.

Era peligroso, Jaden aun no controlaba su temperamento ni a Yubel, si no lo trataba con tacto, podría matarla en un segundo, haber ido hasta ahí había sido una muy mala idea.

No paró de toser, quizás no era conveniente obligarlo. Temblorosa lo miró directo a su rostro, este parecía encolerizado.

—¡Me..mejor olvídalo! —Salió aterrada, casi muere debido a su torpe soberbia.

Jaden miró nuevamente las hojas que la rubia había olvidado, sería padre, no podía pasarle eso ahora. Su amado aun no recuperaba el conocimiento.

—Yusei…

 

 

Continuara…

Notas finales:

 

Y bueno, lo más probable es que el siguiente cap, sea el final.

Agradezco su apoyo, de los comentarios en AY, en otras plataformas, mail y FB. A todos los que me acompañaron en esta "pequeña historia" de solo 12 caps xD (Es que originalmente solo iban a ser 12) ahora ya capítulo 31.

Gracias a ti, por leerme. Y a las bellas personas que dedicaron unos momentos de su tiempo para comentar

 

 

-Yami red eyes-

 

PD: La canción que canta Yusei es el origen de todo este jaleo, la historia se originó debido a esta canción. Creo que todos la conocen:

 

Teardrop

 

 


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