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El Probador por Fullbuster

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Sasuke Uchiha

 

 

 

Abrí los ojos cuando escuché el despertador y hoy… hoy estaba contento, teníamos un partido importante contra los Denver Nuggets. Venían de muy lejos para jugar contra nosotros pero teníamos una cosa clara… tendrían que volverse a Denver llorando porque no íbamos a regalarles el partido, nosotros éramos los Baltimore Raven y como hacían los propios cuervos… les sacaríamos los ojos si era necesario, no iban a ganar en nuestra cancha.

 

Salí de la cama con rapidez y prácticamente corrí hacia el baño. Mi padre al verme sonrió y se apartó de mi camino viendo como mi hermano también salía a toda velocidad hacia el baño pero él llegó primero encerrándose dentro.

 

- Lo siento Sasuke, los mayores primero – se reía de mí.

 

- Hoy me tocaba a mí primero – le dije enfadado.

 

- Chicos… dejad ya de discutir – comentó mi padre bajando las escaleras en busca de su periódico.

 

La puerta del baño se abrió de golpe y una mano salió agarrando mi muñeca y empujándome dentro para cerrar la puerta tras de mí. Sentí como el cuerpo de mi hermano me empotraba contra la robusta puerta de madera y me besaba con pasión.

 

- Nos van a pillar – le dije entre susurros cuando separaba sus labios de los míos.

 

- Papá siempre lee el periódico por las mañanas, cuando acaba se marcha al trabajo, no va a subir de nuevo – dijo mi hermano metiéndome mano bajo el pantalón tocando mi trasero – hoy has faltado en mi cama – me dijo divertido – y ayer… y antes de ayer – me dijo casi quejándose pero con una sonrisa.

 

- Sabes que no puedo cambiarme de habitación contigo, sería demasiado llamativo.

 

- Lo sé, pero no resisto las ganas de hacerte mío todos los días Sasuke.

 

- Pues habrá que hacerlo. Si nuestros padres se enteran se van a enfadar mucho.

 

- Lo sé – me dijo – estoy teniendo todo el cuidado que puedo para que no nos pillen.

 

- Ya lo veo – le comenté con una sonrisa - ¿Por eso me tienes aquí encerrado contigo?

 

- Hacía mucho que no me duchaba con mi hermanito – dijo burlón encendiendo el agua y metiéndome dentro incluso con la ropa.

 

- Estás loco – le dije riéndome mientras empezaba a desvestirme y a lanzar la ropa mojada al suelo.

 

- Sí, es posible.

 

Itachi coló sus dedos por mi entrada mientras levantaba una de mis piernas dejándola apoyada en su brazo y me besaba con pasión. Me gustaba cuando se ponía en este plan… casi necesitado para hacerme suyo. A veces era muy tierno, pero a mí me excitaba cuando se volvía salvaje e impaciente. Miré hacia el miembro de mi hermano, él siempre dormía solamente con el viejo pantalón del equipo de baloncesto y aunque era ancho, podía ver ese bulto sobresalir. Toqué su pecho, todo su fuerte abdomen y gemí con suavidad mientras le dejaba meter los dedos más hondo.

 

- ¿Estás nervioso por el partido? – le pregunté.

 

- Un poco… pero si quieres relajarme ya sabes lo que me gusta – me dijo sonriendo y yo sonreí bajando la pierna de su brazo y arrodillándome frente a él bajándole un poco el pantalón.

 

Su miembro una vez liberado cayó frente a mi rostro y lo cogí en mis manos lamiendo la punta. Itachi apoyó sus manos contra los azulejos mientras el agua caliente caía sobre nosotros y yo metía su miembro en mi boca. Esto era una maldita locura, lo sabíamos los dos, éramos hermanos y aún así… ni mi cuerpo ni mi mente querían parar, quería estar con Itachi, habría hecho lo que fuera para dejar de ser su hermano y poder salir con él. Nadie sabía esto, lo habíamos mantenido en el más profundo secreto, seguíamos comportándonos como siempre, llevándonos mal a la vista de todos así que nadie se imaginaba lo que pasaba en nuestra intimidad, nadie sabía cómo dejaba a cada mínima oportunidad que mi hermano se hundiese en mí haciéndome suyo una y otra vez.

 

Escuché sus gemidos ahogados o más bien… cómo movía su mano y mordía su muñeca con suavidad tratando de aguantarse para que no nos descubrieran. Eso me hacía sentir genial, porque saber que le excitaba tanto lo que le hacía me encantaba. Esos sonidos eran por y para mí.

 

Sentí como los dedos de Itachi tocaban mi cabello mojado y lo cogió tirando de él para levantarme. Me besó con pasión cuando llegué a su altura y colocándose se introdujo en mí con suavidad empotrándome aún más contra los azulejos. Mordí su cuello evitando no gemir del placer mientras Itachi se deleitaba con mi cuerpo. Me corrí en su abdomen llenándole con mi semen viendo cómo él sonreía, pero él aún no había llegado, siguió hundiéndose una y otra vez en mí hasta que consiguió correrse en mi interior excitándose cuando veía como resbalaba su líquido por la parte interior de mis muslos.

 

Nos terminamos de duchar y le di la espalda para lavarme bien cuando Itachi llenó sus manos de jabón y las restregó por mi cuerpo acariciándome… besando mi tatuaje cuando llegó hasta él.

 

- Cómo me excita verlo, Sasuke – me dijo sonriendo.

 

- Lo sé.

 

- No deberías preocuparte tanto de esconderlo, el equipo pensará que es por ellos, somos los Raven al fin y al cabo, no te has dibujado nada extraño.

 

- Tengo el número de tú camiseta – le dije.

 

- ¿Y qué? Somos hermanos, pensarán que es amor fraternal, no creo que mal piensen ¿Verdad?

 

- Prefiero que no lo vean.

 

- De acuerdo, como tú veas. Para mí mejor, porque ese trasero es solamente mío.

 

Tras secarnos, Itachi fue el primero en salir hacia la cocina para desayunar y para cuando yo llegué ya arreglado, estaba hablando con mi madre sobre el partido. Mis padres iban a venir a vernos jugar, siempre venían a todos los partidos… al menos mi madre, porque mi padre solía estar ocupado con su trabajo en la empresa. Nunca pregunté sobre esos negocios, no me importaba mucho mientras pudiera estar con mi hermano. Mi padre hacía mucho tiempo que se había distanciado de esta familia.

 

Me fui a clase y allí estaba Naruto como siempre y desde hacía unos días… sólo hacía que tratar de verme el tatuaje y sonreírme insistiéndome en lo sexy que le parecía. Era un poco agobiante. Miré a la pizarra donde el profesor estaba apuntando las cosas y empecé a tomar apuntes. A veces me preguntaba… ¿Por qué había elegido esta carrera? No tenía ni idea del motivo.

 

Mi padre era abogado pero yo no quería ser como él. Quizá mi padre insistía tanto en tener otro abogado en casa que al ver cómo mi hermano se había decantado por la psicología yo me había tenido que ir a Derecho, pero no era algo que me llamase la atención.

 

Estaba tan centrado en este pensamiento que no me di cuenta de cuando el profesor se había marchado y lo descubrí porque tenía a Naruto tras de mí levantándome la camiseta para ver mi tatuaje.

 

- Naruto para ya – le grité cabreado.

 

- ¿Un cuervo? ¿Por qué lo ocultabas? Sólo es el símbolo de nuestro equipo.

 

- Lo oculto porque no quiero que la gente vaya mirándome el trasero – le dije.

 

- Todo el equipo está mirándote ahora el trasero desde que se enteraron que te hiciste ese tatuaje. ¿Por qué te has puesto el número de tu hermano? – me preguntó dudando.

 

- Porque voy a quitarle su puesto y a ser el nuevo capitán.

 

- Sí claro… sigue soñando – me dijo riéndose y yo sonreí, al menos la mentira serviría para quitarme de encima a Naruto.

 

Nos fuimos al pabellón de deporte, la gente empezaba a llegar y a sentarse en las gradas. Aproveché para cambiarme y no pude apartar los ojos del cuerpo de mi hermano que sonreía con los jugadores de su equipo mientras se cambiaba a la ropa del equipo. Hidan como siempre trató de bromear con él pero cuando le pegó con la toalla en el trasero Itachi lo frenó en seco diciéndole que no volviera a hacerlo, después me miró a mí como buscando mi aprobación, pero yo me dediqué a sonreírle, al menos me había tomado enserio con esa petición. No soportaba que se tomasen tantas confianzas con él.

 

Salimos al campo, nosotros los novatos veíamos el partido desde el banquillo porque como bien decía Naruto, nosotros chupábamos banquillo, apenas nos dejaban pisar la cancha por eso me extrañó cuando mi hermano sentó a Sasori y me dijo que entrase a jugar. Aquello me alegró y perdí unos segundos mirando a las gradas, no vi a mi padre, seguramente no había venido pero me extrañó cuando tampoco vi a mi madre ¿Había ocurrido algo? Itachi que me vio mirar a las gradas se acercó a mí tocándome el cuello y me indicó que me concentrase en el partido, así que lo hice.

 

Encesté más de quince puntos, el resto lo hizo mi hermano, él era un genio jugando, un prodigio para el deporte y aunque todos pensaban que yo seguiría sus pasos, la verdad es que aún era joven, inexperto y me faltaba mucho por aprender, mi hermano era simplemente perfecto para todo. El mejor estudiante, el mejor deportista, sacaba todo matrículas de honor y yo siempre estaba a su espalda, pero no me importaba, lo adoraba.

 

Cuando acabamos el partido todos sonreíamos, habíamos ganado. El equipo iba a salir a celebrarlo y les dijimos que iríamos con ellos. Todos al cambiarse se marcharon pero cuando estuvimos solos, mi hermano me cogió de la muñeca empotrándome contra mi taquilla y besándome.

 

- Has jugado bien – me dijo sonriendo.

 

- Gracias, por dejarme jugar.

 

- Sasuke, tú eres parte de este equipo.

 

- Pero es tú equipo, tú eres el capitán.

 

- Y me obedeces muy bien – me dijo sonriendo volviendo a besarme – déjame felicitarte por el partido – dijo bajándome un poco el pantalón y agachándose para lamer mi miembro mientras colocaba sus manos en mi trasero.

 

Gemí cuando metió mi miembro en su boca, desde luego él era un experto en esto. A veces me preguntaba si yo sería suficiente para mi hermano. Esta relación clandestina y oculta que manteníamos… ¿Dónde nos llevaba? Jamás podríamos salir como una pareja, no podríamos besarnos con tranquilidad a la vista de la gente, no podríamos hacer cosas normales de pareja, no podríamos decirle a nadie que salíamos juntos. Esta relación no iba a ningún lado pero yo no podía vivir sin mi hermano, lo amaba.

 

Cerré los ojos dejándome llevar por el placer que me ofrecía mi hermano, si este iba a ser mi recompensa por encestar y ganar partidos, con gusto le regalaría todos los partidos a mi hermano.

 

Enredé mis dedos en su cabello aún con los ojos cerrados dejándome llevar por lo que sentía, por el placer hasta que escuché de golpe la voz de Naruto que venía con alguien pero era tarde, la puerta se había abierto y cuando abrí los ojos mi padre estaba frente a nosotros. Mi hermano se apartó de mí con rapidez asustado igual que yo. Mi padre había abierto los ojos ante la escena, era algo normal pero yo miré a un anonadado Naruto que no entendía qué hacíamos mi hermano y yo haciendo estas cosas.

 

- ¿Sasuke? – me preguntó con voz en susurro.

 

- Yo… - intenté articular cuando mi padre se acercó a mí cruzándome la cara de un bofetón.

 

- No vuelvas a pegarle – le dijo mi hermano enfadado empujando a mi padre lejos de mí pero yo ya estaba llorando mientras me sostenía la mejilla por el dolor.

 

- ¿Qué coño estáis haciendo? – preguntó mi padre hacia mi hermano.

 

- No quise que pasase esto papá – dijo mi hermano – pero me he enamorado de él, no puedes evitarlo.

 

- Vuestra madre está en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte y vosotros dos… aquí revolcándoos como fugitivos, escondiéndoos de todos. Sois hermanos – nos gritó y aquellas palabras me rompieron el corazón en mil pedazos – no estaréis juntos, no lo permitiré. Ahora me voy al hospital a ver a vuestra madre, pero en cuanto vuelva… ya puedes hacer las maletas Sasuke, porque te vas a un campamento militar con tu tío.

 

- No puedes llevártelo – dijo Itachi a gritos – no puedes alejarle de mí – comentó mientras yo seguía llorando sin poder evitarlo.

 

Mi padre empujó a Itachi contra una de las taquillas cogiéndome del brazo con fuerza haciéndome daño mientras me arrastraba fuera con él en dirección al coche. Miré hacia atrás viendo a mi hermano intentando alcanzarnos pero mi padre fue más rápido subiéndome al coche.

 

 


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