Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cartas a Sasuke por Amok Scarlet

[Reviews - 115]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!!

Hoy es un lindo domindo, esperando que no llueva...

He aquí el segundo capítulo, espero les guste. Espero sus opiniones

— ¿Qué te dijo? — le pregunto a Kiba


— ¿Quién? — me pregunta, caminamos unos pasos atrás de las otras locas que tenemos por amigas


— Shino — contesta Hinata


— Ah, él


— ¿Como que él? — decimos ambos


— Solo me dijo que… que si quería salir con él… — Hinata y yo nos vemos por detrás, Kiba va en medio de los dos


— ¿Una cita? — preguntamos ambos


— ¡No! — Se sonroja levemente — el me pidió que saliera con él si deseaba platicar con alguien — bajo la voz


— ¡¿Solo eso?! — las locas del frente han escuchado nuestra conversación y han volteado gritando a coro


— Sí — Kiba puede ser tierno, más cuando se trata de chicos. Él no tiene confianza, como yo. Más él lo expresa, yo no dejo ver esa parte vulnerable de mí persona — me ha dicho que cuando quiera salgamos a tomar un café


— ¿Pues qué esperas? — le incita Karin


— Apenas lo conozco — se defiende


— ¿Y qué? Lo vas a conocer tomando un café — le pica Ino


— Y tal vez algo más — sonrió pícaramente Karin


— ¿No íbamos al karaoke? — cambio el tema — sino mejor me voy


— Vamos Sasuke — y logro que dejen a Kiba



Ya en el karaoke nos sentamos, yo en el rincón. Kiba a un lado mío, Hinata a su derecha. Ino y Karin enfrente de ellos. Empiezan a escoger canciones y toman los micrófonos.


Mientras me sumo en mis pensamientos. ¡La estúpida persona que me dejo la carta no me dejo una hoy! ¡Ahhhhhhh!


¡¿Por qué?! ¡Tan ilusionado que estaba por encontrar una! Esto debería ser ilegal. ¡Sí, debería! ¡No tener que ilusionar a las personas debe de ser una ley!


¿Por qué no me dejó una carta? A lo mejor se equivocó de persona y yo no soy su elfo (debo recordar buscar como es un elfo) ¡Ahhh! No te desanimes solo fue una carta, una carta no significa mucho. No significa nada.


— ¡Hey Sasuke! — me llaman


— ¿Qué? — contesto


— ¿Vas a cantar o como siempre te quedaras viendo? — pregunta burlonamente Ino


— Lo haré — me levanto y le arrebato el micrófono de la mano


— ¿Estás enfermo? — me pregunta tocándome la frente


— No — les respondo. Sí, no me gusta cantar, no porque no sepa o cante feo. Solo… me da pena que me escuchen. Tomo el control de la mesa y escribo una canción que me gusta y sin darme cuenta es la ideal para el momento… mi momento



Cuando termine la canción, vinieron sobre mí, aun no me los quito de encima


— Bien, entonces. Ahora dinos quién fue — Quería que soltara la lengua, pero no. ¡Nunca! Ellos saben que no lo haré


— Vamos Sasu, así podemos ayudarte — Hinata sostenía mis brazos, ya que los tenía cruzados


— No — volví a repetir por enésima vez


— Déjenlo, sino quiere decirlo no podemos obligarlo — intervino Kiba. Ellas lo fulminaron con la mirada. Pero no insistieron sabían que era verdad


— Olvidémonos de esto, mejor sigamos — propuso Karin. Pero nos bajaron los ánimos, se los baje. Pero no me di cuenta hasta que nos quedamos simplemente escuchar pasar las pistas


— Lo siento — frustrado por decirlo y culpable por el ambiente. Termine por soltarlo — es solo que me desanimo no recibir… — dude en decirlo — ayer me dejaron una carta y… hoy no encontré una. Me decepcione por hacerme ilusiones


Ellos escucharon atentos mi confesión, parecían analizar mis palabras, hasta que Hinata se lanzó a mí


— ¡Sasu! — me abrazó. Con ellos me pongo sentimental aunque no quiera — ¡Nos hubieras dicho!


— Yo, no quería molestarlos


— No es molestia, sabes que puedes decírnoslo — Karin se acercó a mí — aunque tengamos que recurrir a estos métodos para aflojarte la boca — susurro al final y fruncí el ceño


— Gracias por eso — dije molesto


— Vamos, sabes que si no lo hacíamos nunca te dignarías a decirlo — ciertamente… eso me molesta


— Ya…


— Entonces un chico te dejo una carta — insinuó Karin — muéstrala — me extendió la mano


— Eso si no — me levante — mis problemas


— ¿Qué tiene de malo que nos la enseñes? — pone los brazos en jarras Ino


— No la traigo — me vuelvo a sentar


— Al menos dinos quien es el afortunado — insiste


— No lo sé — susurró evitando ver sus caras


— ¡¿Cómo?! / ¡¿Qué?! —gritan dejándome sordo por un momento


— ¿No te dejo su nombre? — pregunta Kiba. Yo niego con la cabeza


— ¿Ni una pista? — vuelvo a negar. Y me salva mi teléfono gracias al cielo…



Salí del lugar ya que mi madre estaba preocupada por el encimoso de mi hermano que termino en una bonita sala de hospital ¡¿Pues qué hizo el loco?!


— Mamá — la salude ya en el cuarto de Itachi en el hospital


— Nene — corre a abrazarme


— ¿Qué paso? — le pregunto


— Nada, el idiota de tu hermano haciendo estupideces al perseguir a un doncel — me cuenta la historia de esta vez, quiero aclarar que él es un mujeriego. Anda con cualquiera que tenga lindas piernas, mujer o doncel. Por eso dice lo que me dice. Él es un hombre malo, no cabe duda.


— Los estoy escuchando — nos advierte. Lo ignoramos, estamos molestos con él. Mi mami sobre todo.


— Vamos, mañana lo darán de alta — me empuja a la salida — vendré por ti, y cuidadito de flirtear con una enfermera — le amenaza. Parece pensárselo y al final asiente. Mamá a veces da miedo, más con esa mirada que sin hablarte entiendes todo lo que quiere decir.



En fin, que llegamos en casa, cenamos y después de asearme me metí en la cama. Esperando que mañana me llegue una carta, eso espero…



Y nada, no ha habido nada, toda la semana, ¡Y ya es sábado!


Toda la semana se me hizo así, pensando en el autor de la carta, en que deseo que sea ese rubio, que no he vuelto a ver, ¿se habrá enfermado? Y lo peor de la semana, ¡andar rechazando a todos los locos que se fijan en mí! Esconderme con mis amigos para que no estén encima de mí. Literal… para mi desgracia, claro que amo a mis locos y desafinados amigos


En este momento estoy en la escuela, y pensando en ese dobe rubio que le habla a las plantas. ¿Crecerán más si les hablo?


— Eh… esto… esto es estúpido si ni me oyen — mi primer intento en hablarles y es un caso fallido, pero ya que no tengo otra cosa que hacer y con quien hablar ¿por qué no? — Emm… esto es raro para mí, la verdad que no sé ni porque lo hago. Ahf… ¿no han visto al rubio que les habla? Cómo si pudieran hablarme


— ¡Claro que pueden! — ¡Dios! ¿Me habrá oído? Espero que no, muévete Sasuke, muévete… va a pensar que actúas así por su presencia, eso no, eso sí que no


— Dobe — me muerdo el labio


— Teme — dice enojado — dame eso — me arrebata mi regadera — se hace así — yo no le veo lo diferente — hola hermosas, ¿cómo han estado? Parece que bien, están más verdes, y más altas. Mmm… — parece revisar sus hojas — sí parece que todo va bien-ttebayo — ¿ttebayo? — A ver la tierra — se pone en cuclillas y tienta la tierra — necesitan un meneo. Será la otra semana, ya no tenemos tierra, pero no se preocupen, yo mismo se las cambio-ttebayo


— Dobe — me mira molesto — no sé tu nombre — confieso


— Perdón, tienes razón, no me he presentado — se levanta, me extiende la mano y me sonríe — Naruto, Uzumaki Naruto de segundo grupo dos — parece que va con Shino


— Sasu…


— Uchiha Sasuke, sí, he escuchado de ti. El ángel de primero — me sonrojo, que tonto. Parece que toda la escuela ha pasado mi “sobrenombre”.


— No me digas así — murmuro molesto


— Lo siento — se aflige — no fue mi intención — y yo no sé porque lo dije. Es la primera vez que le pido a alguien fuera de mi círculo de amigos que no me llame así


— No, esta… está bien — los nervios de nuevo. Esta tan cerca… ¡Dios me deshago! Es tan guapo, su piel tostada, sus ojos azules, sus cabellos rubios… ahh es… Detén el carro… un momento… tranquilízate antes de que empieces a babear


— Este… — parece que no se dio cuenta — me tengo que ir. ¡Adiós! — me da la regadera y sale corriendo.


Maldito dobe, me dejas así, suspirando… Tch, olvídalo. Debes terminar esto…



Sí, ese dobe… Naruto… ¿dónde lo escuche? No recuerdo, seguro es un nombre común.


Fin de semana… ¿Qué haré?


Voy caminando a mi casa, pateando las piedras del suelo. Pensando en ese dobe… Naruto… Sus ojos, brillantes como el agua… tan azules… podría vivir por siempre en ellos. Tocando sus lindas marcas, delineando su rostro, ahogándome en sus labios, ¡sus labios! ¿A qué sabrán? ¿Serán duros, suaves? Se ma hace agua la boca, deseo probarlos…


Su cuerpo, su espalda, sus hombros… su vientre, podría dormir ahí, se ve firme… demasiado tentador.


¿Y yo le gustaré a él? No creo, yo no soy tan guapo como dicen, no tengo piernas tan lindas, tampoco una cinturita, ni mi trasero es hermoso, mi cara es lo único que se salva, mis ojos también son preciosos, me encantan mis ojos. Son tan negros como los de mi madre.


Mi madre si es hermosa, yo no. Yo… yo no


Y vuelve mi parte emo. Para qué negarlo, así soy yo. Lo peor ni siquiera sé porque soy así. Aunque alcen templos en mi honor no los merezco. No soy tanto…


Ahora que pienso… ¡¿Dónde estoy?!


Miro a todas partes, solo me perdí en mis pensamientos qué… 5 segundos Parece que no, ya está oscureciendo.


— ¡Rayos! — Pero al menos ya sé dónde estoy, solo tengo que regresar mis pasos y llegaré a casa en… una hora caminando. ¡Tenía que pensar en ese dobe!



Mi madre no ha dejado de abrazarme, tenía que dejar el inútil teléfono en casa. No la culpo, fue mi culpa, ¿de quién más genio? Ahf… Y no solo mi madre mis amigos también están aquí


— Mamá, estoy bien. Solo camine por ahí — le regreso el abrazo pero me está ahogando


— Vale, pero ya no olvides el celular — estaba muy preocupada


— Lo prometo — me besa la frente


— Se los dejo, a ver si ustedes pueden sacarle más información que yo — se hace cómplice de mis amigos


— ¡Mamá! — le reprendí


— Se los dejo — les guiña un ojo y desaparece camino a la cocina


— Ahora si Sasu ¿dónde estabas? — se acercan peligrosamente a mi persona, Ino y Karin. Hinata y Kiba están sentados en los sillones de la sala, mientras yo camino hacia atrás y tropiezo con una esquina del sillón que seguramente está detrás de mí y donde caigo al final


— Puedo explicarlo — alzo las manos rindiéndome. Sino tampoco me dejaran en paz. Tienen una lista de métodos especializados en sonsacar a alguien, estoy seguro


— Vamos cuenta — se sientan cada una a cada lado mío


— Solo, camine por la calle. De verdad, cuando me di cuenta no sabía dónde estaba hasta que leí las calles y me vine todo derechito


— No te creo — termina Ino


— Ni yo — se cruzan de brazos y yo suspiro


— Es la verdad, pero si no me creen no puedo hacer nada — me recuesto en el sillón. Todo por culpa de ese dobe. Si no se metiera en mi cabeza estas cosas no sucederían.


En este preciso momento me acabo de dar cuenta de algo anormal en la cara de Kiba. En todo su cuerpo para ser exactos, no estoy seguro de qué. Pero creo que está más… relajado, mmm… feliz


— ¿Te paso algo bueno Kiba? — pregunto sin poder evitarlo, tengo tanta curiosidad


— ¿Mmm…? — sí definitivamente algo bueno sucedió. ¿Con Shino? — ¿Mande?


— ¿Qué si paso algo bueno? — sonríe, está sonriendo. ¡Cómo un bobo!


— Este… no… bueno sí… tal vez — acaba de suspirar. Aunque es algo bueno, una buena señal de que ha superado lo de Neji. Pero demasiado rápido


Además que quito la atención sobre mí, y de mi problema con cierto rubio.


— Cuenta, ¿fue el chico de segundo? — ¡Hasta Hinata está interesada!


— Este… — se ha ruborizado ¿pues qué paso?


— ¡¿Pues qué paso?! — mi pregunta voló por la sala, pero no fui yo


— Salimos esta tarde — mira a todas partes menos a nosotros


— ¿Y? —


— Me beso


— Te beso… — repetimos en un murmullo


— ¿Cómo fue? — Y no es que me quiera meter en su vida ¿pero qué hizo ese tal Shino para cambiárnoslo por el Kiba alegre y sonrojado? Debe ser una gran hazaña


— Me pidió el viernes que saliera con él por un café, que… — se tomó un segundo — que le encantaría poder hablar conmigo un rato y acepte


— Sí, sí. ¿Pero qué paso en la cita? — esa fue Ino


— Eh… pues, yo fui donde quedamos, él ya estaba ahí con unos pantalones de mezclilla negros rectos, algo desteñidos. Su camisa amarillo claro y su chaqueta negra — parecía perdido en el tiempo pero igual siguió contándonoslo — su cabello era rebelde, no como en la escuela. Se levantó para saludarme, nos sentamos y pidió a una mesera que nos atendiera. Estaba nervioso, me empezó a hablar de trivialidades, luego… — se sonrojo — me… me empezó a halagar con sus palabras, pero yo le dije que eso no era cierto — puso carita triste, como un perrito bajando las orejas — luego el empezó a acariciar mis mejillas y yo llore enfrente de él. Secó mis lágrimas con su dedo y me pidió que no dijera eso, que yo soy hermoso como soy. Fue tan lindo conmigo — una sonrisa tierna salió de sus labios. Y yo me siento celoso, de él. Ahf como quiero que alguien me diga lo mismo. ¿Es mucho pedir? — Y… y… me beso — su mirada se volvió a perder


— No puede ser — nos sacó de nuestro ensimismamiento — te has enamorado. ¡Apenas lo conoces!


— Yo… — Kiba iba a decir algo


— ¡Eso es genial Kiba! — Karin salto y lo abrazó


— ¡Has olvidado al idiota de Neji! — Estoy pensando que no debió de mencionarlo. Me he equivocado, Kiba no ha olvidado a Neji, no del todo


— Olvida al estúpido de mi primo, no vale la pena — Hinata le jalaba las mejillas — me oyes es un idiota, no te aflijas por él


— Sí, Hina me sueltas me duele


— Jajaja


— ¿Sasuke? — sí, soy yo el que se está riendo, ¿pero quién no? Con esas caras que hacen y todo lo que está pasando


¿Qué importa sí no recibí una carta en toda la semana?  Nada, la vida sigue. Aunque me muera por querer volver a tener una en mis manos. Solo debo de disfrutar el momento


— Jajaja — y todos nos empezamos a reír



Después que nos dejamos de reír mi madre entró y nos llevó al comedor, cenamos hablando de todo lo que paso en la semana. De las tareas, de lo ridícula que se veía Karin con un sombrero de pato, Hinata se veía tierna con uno de panda, Kiba con uno de perro, Ino con uno de Jirafa, yo con uno de gato. Fue graciosísimo, estábamos en el almacén de la escuela, nos habían pedido a los primeros años ordenar las áreas comunes de la escuela. El almacén de teatro, de gimnasia, de la biblioteca, del comedor, y el más enorme el general.


Lo bueno que nos tocó juntos, con otros tantos alumnos más.


Entre otras cosas que pasaron, al fin que terminamos de cenar y cada quien para su casa. Así que subí a mi habitación y prepare el baño. En lo que esperaba a que estuviera listo saque mi pijama, un pants ligero y una playera sin mangas. Todo en negro. Y justo cuando estaba sacando la playera salió la carta.


La carta… la tome y saque la flor junto con la hoja que tiene dentro.


Huele delicioso… desdoble la hoja y la volví a leer. Paseando mis dedos por cada palabra ahí escrita, suspirando sin poder evitarlo.


¿Por qué no me llegó otra? ¿Acaso no era para mí? ¿Se habrá equivocado?


Las preguntas que han estado en mi cabeza toda la semana, toda.


Y con esas ideas me sumergí en el baño. Tratando de olvidarlas



Y un hermoso lunes ha llegado, el sol brilla, los pájaros cantan, la brisa es fresca. A pesar del frío, creo que es el mejor día de todos. Es un maravilloso lunes. Amo los lunes, los lunes desde hoy son mi día favorito (Y mi cumpleaños)


Qué bonito es vivir


— Sasuke


— ¿Emm?


— Te estoy hablando desde hace un rato — esa es Ino


— ¿Qué pasa? — pregunto


— Tenemos deportes, despierta ya y vamos o nos van a poner a correr por el gimnasio — y acabo de recordar que aún estamos en clase


— Me he perdido en mis pensamientos — murmuro — lo siento


— Vale, pero vamos


Clase con el profesor Maito Gai, una clase demasiado movidita. Conque no nos torture como la semana pasada todo está bien. Con él la palabra tranquilidad no existe, en ninguna de sus formas


Y por raro que parezca el profe anda tranquilo, demasiado. Sospechoso, muy sospechoso


— ¿Qué le pasa? — pregunta una chica de la clase. Todos están haciendo conjeturas sobre el insólito sosiego del profe


— Su novia lo habrá dejado — lo dudo


— ¡¿Tenía novia?! — lo mismo me pregunto yo


— ¿Tú que piensas, Sasu? — me dice Ino


— Ni idea, ¿y si le preguntamos? — mala idea, sus miradas están sobre mí


— Ve, a ti si te responderá — me dicen unos cuantos, los que escucharon mi proposición


— ¿Por qué yo?


— Porque te adoran los maestros y eres el mejor de la clase


— Gracias por el halago, pero no — me cruzo de brazos


— Anda ve — y me empujan hasta el maestro que se da cuenta de mi presencia


— ¿Qué sucede Uchiha? — decaído, esta decaído. Y vamos directo al problema para acabar rápido


— Están preocupados por usted profesor, quisiéramos saber si podemos hacer algo — tampoco hay que ser obvios ¡¿y sí la termino pagando yo?!


— Ah, disculpen por eso. No es nada — sí me contesto — Solo que mi rival ha estado ocupado y no hemos podido tener nuestros encuentros


— Se siente solo — lo dije en voz alta — disculpe


— No pasa nada — me trata de sonreír — supongo que salir con alguien es de tiempo completo


— Su amigo está saliendo con alguien — esta conversación se me hace extraña. Tú profesor hablándote de su vida privada


— Sí, aunque estoy feliz por él. El chico con el que sale, parece ir enserio, eso es bueno


— Ah, este… — incomodo, no me siento bien con esto


— Bueno — se levanta, estaba sentado — ya estoy mejor, gracias por animarme Uchiha. Ahora sí clase vamos a comenzar — se ha parado con su “pose guay” — ¡empezaremos con saltos de conejo!


Y me arrepiento de animarlo sin hacer nada. Ahora tenemos que hacer los ejercicios, pero al menos ya está mejor.



Ya en casita feliz de regresar, corro a mi cuarto donde me encierro. Sacó el sobre de mi mochila, desprendo el sello azul, sacó la flor que contiende, una hermosa flor blanca, con muchos, muchos pétalos, su aroma es delicioso… sacó la hoja que contiene, la desdoblo y empiezo a leer…


 


Para: S


Hola de nuevo, ¿te hice esperar mucho?


Lo siento por eso, sabrás de mí cada lunes. Todos los lunes hasta que te hartes de mí y de mi forma de hacer las cosas, recibirás mis cartas y mis flores. O hasta que tu corazón sea mío y yo sea solamente tuyo (que ya lo soy)


No lo hago para fastidiarte, lo hago para sentirme seguro. Hacerme la ilusión de que esperas con ansias mi carta. No puedo evitarlo, sentirme así por ti. Solo tú logras este efecto en mí


¿Me creerías si digo que solo lo haga para ti? ¿Qué solo he mandado cartas a una persona y esa eres tú? Créelo. Porque es verdad. Solo por ti muevo mis manos. Solo por ti recojo flores y dedico mis más sinceros pensamientos.


¿Sabes…? no, no lo sabes. Me has encantado desde la primera vez que te vi. Como las sirenas encantan con su canto. Yo he quedado prendido de ti y no deseo soltarme nunca.


Tu hermoso tritón que mueves tus caderas en las profundidades del mar que tú dominas con el vaivén de tu hermosa aleta, agitando el agua por donde nadas, me hipnotizas con esa hermosa piel brillante debajo del agua.


¿Será cierto que si pruebo tu piel seré inmortal? Me encantaría probarte, y si no lo logró estaré fascinado de ahogarme en tus aguas. Al menos intentaré aprisionarte…


Dime ¿qué puedo hacer para atraparte?


 


Su carta, la carta que tanto espere la semana pasada, la carta que tanto anhele tener entre mis manos, está aquí. En estos momentos.

Notas finales:

Espero les haya gustado y como dije allá arriba espero sus opiniones

Muchas gracias

Los quiero, besos

bye bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).