Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El ultimo Seguidor de Set por AleCab06

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Rain se encontraba en el restaurante de su amigo Chen. Ambos bebían y fumaban.

—Chen, no entiendo a las mujeres. Uno les jura amor y ellas lo único que hacen es querer más. ¡Así no se puede!

Chen se reía a carcajadas.

Xiumin  entró al restaurante junto con DO, Hongbin y Ravi. Chen  comenzó a toser en cuanto lo vio.

—Señor, tenemos noticias.

—¿Ah, sí? ¿Qué noticias son esas?

Xiumin miró a Ravi para que continuara.

—Hemos encontrado al Tremere, bueno, Hongbin lo encontró en el aeropuerto. Al parecer, viajó hacia Nueva York. ¿Cierto, Hongbin?

—Así es. Lo mejor será inspeccionar. Ese Tremere no es de fiar. Ya avisé a los cazadores que se encuentran allá.

—¿Viajó solo? —Rain miraba su bebida.  Ravi y Hongbin se miraron, preguntándose si debían decir o no—. ¡Díganme! ¿Viajo solo?

Hongbin contestó: —No, él está viajando con Taecyeon, así que será difícil llegar a él.

Rain cerró los ojos—. Ese estúpido Brujah traicionero… igual que… ¿Alguna novedad de los otros?

—No, señor, nada —respondió DO, que había estado en silencio durante toda la plática.

—Rain, está pasando algo grande —se entrometió Ravi—. ¡Estoy perdiendo hombres por culpa de ustedes! Ayer perdí dos cazadores novatos por vampiros del Sabbat.

Rain lo miró con el ceño fruncido. —¿Crees que no me doy cuenta? Hace tres años desapareció Eric con Yongguk. No tengo ninguna noticia, tus hombres tampoco los encuentran. ¿Crees que están simplemente paseándose? Y ahora el Tremere, que en quinientos años no se había movido, partió con Taecyeon hacia Nueva York. —Lo agarró de la playera, levantándolo.

—Rain, cálmate —le dijo Chen.

—Sí, señor, por favor…

—¡Tú cállate, estúpido! —le gritó a Xiumin.

—¡Rain! —Chen alzó aún más la voz.

Rain lo miró con desprecio y bajó a Ravi. —Quiero encontrar a Eric, a Rap y a Suga, y quiero ver sus cabezas colgadas en mi pared.

—Y las tendrás  —Kris entró en la estancia—, y de Suga me encargaré personalmente.

Rain sonrió.

Suga

Me encontraba en  mi departamento, ubicado en Queens, cuando Daehyun me marcó, explicándome los detalles de un problema con unos cables. Le dije que estaría allá como a las seis y media. A esa hora empezaba mi turno y el sol ya  se estaría escondiendo. 

Ya en las oficinas, le dije a mi jefe Lay que había tenido una llamada para un trabajo. Él aceptó con gusto que fuera.

Le pedí a Joon que me acompañara, pero este ya se había retirado a realizar otros trabajos. Lay me acompañó en su lugar. 

Iba en camino cuando Lay se percató de que no llevaba mi gafete de trabajador.

—Ah, lo olvidé.

—No hay problema, toma el que está en la guantera.

Tomé el gafete que decía Lee Minwoo y me lo puse.

Llegamos al lugar y buscamos a la persona encargada. Salió una chica, presentándose como Krystal. Disculpó a su jefe, un señor de apellido creo que Park, que estaba muy ocupado en esos momentos, pero que podíamos empezar a trabajar.

Nos indicó el camino de la falla. Eran unos cables en el techo.

—Lay, déjame ir por la escalera.

—Sí, Yoon Gi, por favor.

Salí en busca de la escalera que teníamos en la camioneta.

 

Jimin

Estaba en mi oficina descansando un poco. El cambio de horario me había agotado.

Una de mis secretarias abrió la puerta y, haciendo reverencia, me indicó que los electricistas habían llegado. Le dije que en un momento bajaría.

Me puse el saco, acomodé mi corbata y bajé.

Había un tipo alto y delgado, con su uniforme: una camisa de mezclilla de manga corta y un pantalón café.

—Hola, mi nombre es Lay —se presentó dándome la mano.

—Park. —Tomé su mano.

—En un momento quitamos esos cables. Mi compañero fue por la escalera.

—Perfecto, estaré en mi oficina. Ella es mi secretaria, Krystal; si necesitan algo, háganmelo saber a través de ella.

—Gracias, señor Park.

Miré a Krystal y ella asintió. Regresé a mi oficina a descansar un poco más.

Suga

Entré con la escalera y estaba Lay solo.

—Perdón por tardar. La condenada no quería salir.

Lay rio. —No hay problema. Yo me subo, tú apóyame.

—De acuerdo.

Y ahí estaba yo, de pie con las herramientas y deteniendo la escalera mientras mi compañero terminaba el trabajo, hasta que bajó por ella y me enseñó que ya estaba todo arreglado.

—Krystal, ¿puedes llamar a tu jefe?

—Sí, claro. —Ella se retiró.

—¡Ah! Lay, ¿puedo ir al baño? —Le pregunté, moviendo las piernas y apretando las manos. Lay volvió a reír.

—Sí, claro pero ¿dónde están?

—Por aquí, joven. —Me dijo la señora de limpieza, apuntándome el lugar.

 —Gracias, gracias.

Corrí al baño.

 

Jimin

Krystal tocó la puerta y entró.

—El señor Lay dice que baje para revisar que todo esté en orden.

—Voy para allá.

Bajé de nuevo y estaba el tipo solo recogiendo la escalera.

—Mire, ¿qué opina?

Miré hacia arriba y no había nada. Di un respiro aliviado y sonreí.  Por fin ese productor nos dejaría en paz.

—Muchas gracias, aquí esta su pago. De hecho, quisiera comentarle que vi unos enchufes un poco raros en mi oficina.

—Ah, perfecto, después de usted —me dijo Lay, y subimos.

 

Suga

Me quité el anillo que tenía, lo dejé en el lavabo y me lavé las manos. Me miré al espejo, me arreglé un poco el cabello y entró un señor de limpieza.

Lo salude y él me devolvió el saludo.

—¿Mucho trabajo?

—Ah, sí, estas épocas de calor que todos prenden el aire acondicionado ocurren muchos cortocircuitos —le dije, sonriendo.

—Ah, ya veo, señor… —Miró mi gafete—. Señor Lee.

—Sí, soy Lee Minwoo. —Sonreí con nerviosismo—. Bueno, es momento de que me vaya.

—Hasta luego.

—Sí, adiós.

Salí y no encontré a Lay. Miré la escalera y pensé que él ya estaría afuera. La recogí y salí a la camioneta.

 

Jimin

—Muy bien, Lay, yo me comunicaré contigo después.

—Perfecto, señor Park, esperaré su llamada.

Lay salió por la puerta principal.

Estaba comprobando que no hubiera más imperfecciones en el techo cuando llegó mi conserje.

 —¡Ah! Ya es muy tarde, ¿verdad?

—¿Por qué? —Lo miré, confundido.

—Es que el joven se dejó este anillo. —Me lo entregó, y cuando lo miré, sentí como si mi corazón estuviera latiendo de nuevo. Era una serpiente que creaba la ilusión de enrollarse en tu dedo—. Este… anillo…

Recordé aquella vez, en el área de comidas del hospital, cuando encontré a Suga buscando desesperado entre las bolsas de basura.

 

 

—¡Mi anillo! ¡¿Dónde está?! —gritaba.

—¿Qué ocurre, Suga? —le pregunté.

—No lo encuentro… Mi anillo.

 —Tranquilo— le dije con voz dulce—. ¿Cómo es? ¿Dónde lo viste lo última vez?

—Lo deje aquí, en mi bandeja, para poder comer a gusto. ¡Cuando me levanté ya no estaba mi bandeja!

—Y el anillo, ¿cómo es?

—Es una serpiente que enrolla tu dedo. Me lo dio Andy, mi Sire, es muy importante para mí. — Lo último lo susurró. Al escucharlo, me remangué la camisa y levanté los botes de basura, tirando todo.  Los demás empleados me miraban extraño, pero no me importó.

Jungkook se acercó, recogió el anillo del piso y se lo mostró a Suga.

 —¡Aquí está, Min!

Suga miró la mano que sostenía el anillo con sus pequeños ojos y corrió a abrazar a Jungkook.

 —Yo no fui, Min, Jimin fue el que lo sacó de la basura.

Suga volteó hacia mí mientras dejaba el bote en el piso y corrió a abrazarme.

—Gracias —dijo, dándome un beso en la mejilla…

 

 

Ese anillo... era el mismo que estaba en mis manos ahora.

—¿Cómo se llamaba? —le pregunté al conserje.

—¿Qué?

—¡Que me digas cómo se llamaba! —grité.

—Ah, este… Lee… Lee Minwoo— dijo el conserje, asustado, mirando con cara de confusión a Krystal mientras ella negaba con la cabeza.

—Ah…

—Bravo, Jimin, creías que solo existía un anillo en el mundo.

—Lo lamento. Toma, Krystal, guárdalo. Yo necesito ir a descansar un rato, me iré al hotel. — Me disculpé con todos y fui al estacionamiento a buscar mi auto.

Me senté,  tomé con las dos manos el volante y lloré en silencio. Jamás volvería a ver a Suga…

 

Suga

Llevábamos solo dos cuadras cuando me percaté de que no traía mi anillo.

Di un grito que provocó que Lay frenara en seco.

—¿Qué ocurre? —inquirió, preocupado.

—Mi anillo. ¡Lo dejé en el baño! Lay, tengo que regresar a por mi anillo. De ahí puedo tomar un taxi, muchas gracias. —Abrí la puerta, di un brinco y corrí como nunca hasta la galería.

Abrí la puerta y corrí al baño. No vi nada. Volví a gritar de desesperación y salí, histérico, buscando a alguien.

Ahí estaba el señor que me había topado anteriormente.

—¡Un anillo! Lo dejé en el lavabo.

—Ah sí, yo lo encontré. Permítame un momento.

Esperé impaciente mientras regresaba con el anillo en su mano.

—Gracias, gracias. —Lo cargué y di vueltas.  Lo besé en la mejilla y me despedí. Él  abrió sus ojos como platos y salí del lugar corriendo.

Notas finales:

Gracias por Leer!!!  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).