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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

Yappo!! :D aquí estamos una vez más! Totalmente agradecida con los rr dejados en el capi anterior n_n Les informó para el que no lo sepa, que no soy muy apegada a la conexión web (en mi casa ni internet hay xD) por lo que no tengo fecha determinada de actualización (inner: aquí vamos otra vez ¬¬#) xB espero que lo que está por leer sea de su agrado :B

 

 

 

 

 

 

 

Luego de que Iason volvió a ver a Riki, no se lo pudo sacar de la cabeza.

 

Y es que su actitud lo hubo dejado impresionado: No importarle mojarse con la lluvia para entregarle los documentos, rechazar su dinero y de paso tener la osadía de responderle sus abusivos comentarios… eso lo dejó sin aliento. Claro, no lo admitía. Simplemente el joven se colaba en sus pensamientos de vez en cuando y pensaba que era por simple admiración.

 

- Hoy no quiero manejar – Pensó en voz alta. Ya había arreglado el problemita del automóvil, pero por alguna “desconocida” razón no tenía deseos de usarlo – Bien, tomaré un taxi.

 

Casi con una sonrisa en la cara fue a tomar el mencionado taxi. Detuvo el primero que halló y al subirse se decepcionó. No era como que a la primera se hallaría al muchacho.

 

¿Cuál era su nombre?

 

No lo sabía y lo peor de todo era que se lo había dicho…

 

“Buenas tardes señor. Mi nombre es ####  y hoy seré su conductor”

 

Se recriminaba por no recordarlo. Siempre hubo tenido una memoria perfecta, tanto visual como auditiva; obviamente si prestaba atención a lo que quería recordar. Aquel día no le hubo importado un pimiento si se llamaba Carlos o Alberto, lo único que tenía en la cabeza eran los benditos papeles. Ahora quería saberlo y no tenía manera.

 

- “Víctor, Manuel, Alex, Nickson… podría llamarse de cualquier manera”… Oye ¿Conoces a todos los que trabajan en la línea? – Iason decidió averiguar con aquel hombre.

 

- Algunos, no todos.

 

- ¿Conoces a un joven como de unos veintitantos, de estatura pequeña, cabellos negros y ojos marrones?

 

- Mmm, con esa descripción puede ser cualquiera señor.

 

Tenía razón, morenos bajitos habían muchos. Pero aquel joven no era como cualquier otro moreno. Iason no tardó en recordar su sonrisa amable tras el volante, su ternura luego de darle el sobre, aquella mirada bravía cuando le entregó el dinero… la imagen del chico empapado de pies a cabeza le hizo darse cuenta de lo malagradecido que se hubo comportado en aquel momento, después de todo le hubo entregado los papeles a pesar de la lluvia torrencial. Había detenido su jornada laboral por un completo desconocido.

 

- “Y a todas estas… ¿Por qué quiero saber como se llama?” – Pensó – “¿Por qué sigo subiéndome a los taxis? ¿Acaso no es para encontrarlo de nuevo?”

 

Los días pasaban y las ganas de Iason de manejar también. Raoul se ofreció a llevarlo en su auto pero siempre desistió. Prefería irse en los taxis. Por lo que no tardó con hacerse de los números de varias líneas; si era lo suficientemente persistente lograría un día dar con el chofer indicado – porque aparte de no recordar su nombre, no recordaba a que línea de taxi pertenecía –, algún día lo encontraría.  

 

Riki llegó hasta los apartamentos Eos. Un cliente lo esperaba. Hacía ya un mes desde que hubo recogido en aquel lugar al pedante de ojos azules. Muy poco recordaba el amargo encuentro, sin embargo la curiosidad por saber su nombre le acuciaba el cerebro de vez en cuando.

 

- De seguro debe tener un nombre gracioso y difícil de pronunciar como Maximilliam, Geovanni, Fergusson, Stuart… si, esa clase de gente siempre tienen nombres así…

 

Cuando giró la vista por casi no se le desorbitan los ojos, el hombre rubio ¡Estaba ahí!

 

- “No puede ser… ¡Es él!” – Se volteó – “¿Será que me vio? ¿Me habrá visto?” – Se tapaba el rostro – “¿Y si es él el cliente? No, no puede ser… no lo creo… ¡No puede serlo!”

 

La puerta se abrió y cerró. Riki se levantó de golpe, su corazón brincó igualmente cuando los ojos azules y los suyos chocaron.

 

- Buen día.

 

- ¿Eh…? – Desvió la vista – Buen día…

 

- “Te encontré por fin” – Sonrió internamente el ojiazul.

 

El vehículo dio marcha y el Mink se preguntó cómo haría para preguntarle el nombre. Si se lo preguntaba de frente, se daría cuenta de que la vez pasada no le hubo prestado la más mínima atención. Una mala manera de iniciar una relación. Ya no quería continuar cometiendo errores con el muchacho.

 

- “¿Por qué Dios…?... ¿Por qué de todas las personas del mundo tenía que pararme éste hombre tan malasangre?” – Sentía que las manos le temblaban – “Por suerte tengo bastante cambio hoy… me fijaré muy bien para que no deje nada en los asientos… y por más que curiosidad que tenga no le haré preguntas ni comentarios. También tengo que evitar mirarlo, lo que sé me costará porque realmente es un hombre muy atractivo… Cielos…  ¡¿Por qué a mí?!” – Estaba que se jalaba los cabellos, frustrado.

 

- Esto…

 

- ¡! – Tuvo un respingo – Dígame… señor.

 

- Los papeles que me entregaste el otro día… eran documentos muy importantes.

 

- … ¿En serio? Que bueno que no se perdieron entonces.

 

- Así es – Asintió – Y eso fue gracias a ti. No tuve la oportunidad de agradecértelo la otra vez. En verdad me salvaste el pellejo.

 

- Ah, no fue nada – No pudo evitar esbozar una sonrisa nerviosa.

 

- También…

 

- ¿…Eh?

 

- …Quería excusarme por mi comportamiento. Ese día estaba algo estresado. No fue mi intención portarme tan grosero.

 

- Eh, no, no… no es para tanto. Lo entiendo perfectamente… - Estaba nervioso ante el hecho de que aquel hombre se estuviera disculpando - “No puedo creerlo, me ha dado las gracias y se ha disculpado… definitivamente no es un mal hombre” – Su corazón latía a mil por hora – Pienso que por más mal que nos sintamos, debemos evitar que eso afecte nuestra relación con las demás personas.

 

- Mmm ciertamente, tienes razón – Su comentario lo llenó de una sensación muy grata - Entonces ¿Todo arreglado? ¿Sin resentimientos?

 

- Claro, no hay problema.

 

Se dirigieron unas sonrisas. A pesar de que Riki era en extremo conversador con sus clientes, en aquel instante quedó completamente mudo y sin tener idea de que decir o de qué hablar. Los minutos pasaban y el deseo de retomar la conversación se acrecentaba. ¡Cuanta ironía! Ahora que quería, no sabía de qué hablar.

 

- “¿Y si le comento del clima? No… eso está demasiado chafo… tampoco me viene a la mente ninguna noticia reciente que pueda comentar y no creo que sea fan de los deportes… con las mujeres es más sencillo, siempre puedes halagar su peinado o su ropa, en cambio con un hombre… si le pregunto algo como eso podría molestarse…” – Lo miró de soslayo y su corazón se estremeció – “…Pero ¿Cómo no halagar un rostro tan hermoso? Tal vez debería encender la radio… jum…”

 

- ¿Puedo preguntarte una cosa? – Inició Iason.

 

- ¡! Claro…

 

- ¿No sentiste en ningún momento curiosidad por saber que decían esos papeles?

 

- Pues si… lo que no se sabe se quiere conocer.

 

- ¿Y por qué no abriste el sobre?

 

- Porque si estaba cerrado era porque no todo el mundo podía leer su contenido.

 

- Por lo visto eres bastante honrado.  

 

- Así me criaron.

 

Al rubio le agradó aquello del moreno.

 

- Era un nuevo proyecto que quería exponer a la compañía. Pudiste abrirlo y no hubiera habido problemas. Lo cerré para evitar extraviar alguna hoja.

 

- Conque era eso.

 

- Pero es bueno saber que eres digno de confianza… Dime ¿Te gustaría tener un trabajo más lucrativo?

 

- ¿Cómo podría? Soy estudiante, apenas pude conseguirme éste con lo poco de mi experiencia. Sé manejar y tratar con la gente, lo que es más que suficiente para el trabajo.

 

- Te ofrezco ser mi chofer. Es igual a éste trabajo, sólo que ganarás muchísimo más dinero y al único que tendrás que llevar y traer… será a mí.

 

Riki se permitió un par de segundos para pensar.

 

- ¿Está usted hablando en serio? ¿Y por qué me lo propone?

 

- Ya te lo dije, me has demostrado que eres de fiar y perseverante. Eso no se encuentra tan fácil… ¿Qué dices? ¿Aceptas?

 

Los corazones se aceleraban sin saber el uno del otro. No sabía que conllevaría, pero Riki estaba seguro de algo: Quería continuar viendo a aquel hombre rubio las veces que le fueran posibles.

 

- Está bien. Acepto – Mantuvo la mirada al frente.

 

El Mink se sintió aliviado.

 

- Entonces acabas de hacer un trato con Iason Mink – El rubio le extendió la mano – Espero que no me decepciones.

 

- Le aseguro que Riki siempre da lo mejor de sí – Afirmó tras estrecharla.

 

De aquella manera, supieron como se llamaban sin tener que preguntárselo el uno al otro.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

Ajá! Muy buena esa jugada por parte del rubio ¿Qué sucederá ahora que Riki se ha vuelto su chofer? A todos muchísimas gracias por haber leído y si se animan a dejar su opinión, (las cuales son muy importantes, no se cohíban en comentar lo que sea xD) Hasta el siguiente capi! Besotes!! Bye Bye!!     

 

 

 


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