RECUERDOS. 01
No quería regresar a la fiesta, aún no. Tenía mucho en qué pensar.
Diez años…
Tanto tiempo enamorado de la misma persona, sonrío, se sentía tan ridículo. Entonces vino a su mente, ese día, el día en que se dejó vencer por sus sentimientos. El día en que ya no pudo más…
Cuatro años atrás, un día de invierno, frío, gris…
“News había llegado a la ciudad de Osaka para dar uno más de sus conciertos, ya habían perdido la cuenta de los que llevaban ese mes, se sentían realmente cansados. Extrañamente, durante los conciertos, ese cansancio se transformaba en energías, como si el público les contagiara de vitalidad, y entonces se transformaban por completo.
Sin embargo, durante esa gira, Yamashita había estado demasiado callado y distante, más de lo usual. Ya no había bromas ni juegos. Había llegado a su límite, ya no podía más, tenía que hablar con él, con Nishikido, o moriría de tanto peso en su corazón.
Todos los días, desde que la gira había iniciado, se preparaba para hablar con él, practicaba incluso sus diálogos, pero al tenerlo en frente, se paralizaba…
Esta vez, estaba decidido, ese día hablaría con él, sí o sí.
Esa noche había salido al balcón, tenía mucho en qué pensar y el viento helado bien podía ayudarlo a enfriar su cabeza.
-¿Qué haces aquí?- La voz de Nishikido lo había sobresaltado –Será mejor que entres o vas a resfriarte.- Seguía recargado en la baranda, mirando el paisaje nocturno que la ciudad les regalaba. –Hace frío, al menos ponte un sweater, ¿quieres?
-Si mamá, ya voy…- contestó divertido, seguía dándole la espalda. Entonces lo sintió a su lado. Ladeó ligeramente el rostro para mirarlo, Ryo tenía la vista perdida en el cielo… al verlo, su corazón comenzó a latir tan fuerte que tuvo que llevarse una mano al pecho para intentar sosegarlo…
-¿Estás bien?- preguntó Ryo preocupado. –Hace tiempo que te noto, no sé, extraño…
-Estoy bien…- aseguró Yamashita, aunque el otro no le creyó.
-…hummm…- se acercó al alto cantante, hasta quedar a pocos centímetros de su rostro, lo miraba fijo, Yamashita no pudo evitar sentirse nervioso. -Entonces no me dirás.- aseguró.
-……- suspiró pesadamente –es… es Kazuya. Debo trabajar con él y la verdad… no estoy muy seguro…- mintió. ¿Por qué? Esta era su oportunidad, ¿por qué dudaba?
-Sólo estás estresado…- dijo Nishikido antes de comenzar a caminar hacia la habitación. Pero justo en el momento en que cruzaba el umbral unas manos lo aferraron y le hicieron volverse casi violentamente. Se sorprendió.
-Tú podrías ayudar a relajarme…- lo tomó de la cintura y lo acercó más a su cuerpo, entonces lo aferró y lentamente lo besó.
Ryo no se resistió, tal vez la sorpresa se lo impidió. Poco a poco comenzó a corresponder el beso, pasando los brazos por el cuello de Yamashita, intensificando el beso cada vez más.
Cuando se separaron, ninguno dijo nada, Yamashita tenía todo un discurso que había preparado para ese momento pero ahora no lo recordaba… Fue Ryo quien rompió el silencio.
-Vaya manera la tuya de destensarte…- dibujó una sonrisa ladina –No quiero ni imaginar cómo te pones durante las audiciones… eso es presión…- decía en tono burlesco. Con la mirada pícara y la sonrisa ladeada.
Yamashita sonrió ante el comentario. Ryo nunca le había parecido más atractivo… no pudo evitarlo y se acercó para volver a besarlo…”
Ese había sido su primer beso con él. Inconscientemente se llevó la yema de los dedos hasta sus labios, a pesar del tiempo no podía olvidar los besos de Nishikido… sabían tan diferente… sus besos sabían a canela. Sonrió. No, los besos de Nishikido sabían a tierra mojada, siempre que lo besaba, recordaba las noches de lluvia, de cuando era niño y se sentaba en la ventana a ver las gotas caer para luego aspirar tan hondo ese aroma… le gustaba que le llenara los pulmones…
-Así que aquí estabas…- la voz de Kamenashi lo volvió a la realidad. –Creí que me habías dejado botado, ¿sabes?- le dijo divertido, sentándose a su lado y recargando la cabeza en el hombro de Yamashita.
-Claro que no, ¿cómo crees?- intentó sonreír.
-¿Estás bien?- ladeó el rostro para mirarlo a los ojos. –Nishikido, ¿verdad?- lo miraba fijo.
-Odio que me conozcas tanto…-volvió a sonreír antes de bajar el rostro. Por un segundo, Kamenashi tuvo la seguridad de que lloraba. Buscó su mirada pero, Tomohisa la esquivó hábilmente. –Será mejor que nos vayamos…- Se levantó, lo miró desde su nueva altura y le tendió una mano, pero Kamenashi no la tomó. Lo miró fijo.
-No le dijiste que ya no estamos juntos, ¿cierto?- Yamashita dejó caer la mano al mismo tiempo que su rostro. Sólo negó. –Debiste decírselo.
-¿Con qué objeto?
-Ese es tu gran problema…- se levantó con la manos en los bolsillos, se giró y lo miró juguetón. –Deberías pensar menos, y actuar más, YamaPi.
-¿Qué?- preguntó con el ceño fruncido, confundido.
-¡Arriesgate, Tomo-chan!- ahora le miró dulce… -Sabes, sino fuera por Nishikido, seguro hubiera podido enamorarme de ti.
-Kame…- susurró.
-Bueno, eso y si fueras, no sé… más alto, menos arrogante, y más rebelde, tal vez…. Y sólo tal vez… lo nuestro hubiera funcionado…
Yamashita intentó acercarse pero, en ese momento, Kamenashi corrió. Sintió culpa.
Lo sabía, Kamenashi había sufrido por su culpa. Porque el pequeño intérprete se había entregado completamente, no quería pensarlo pero, era inevitable, Kamenashi se había enamorado, y él… él seguía pensando en Nishikido Ryo. Suspiró resignado.