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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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El amanecer en la casa de KyungSoo fue silencioso. Sus padres habían decidido que necesitaban una charla entre hombres y se habían permitido salir a pasear y pasar tiempo de calidad juntos. Lo único que se percibía por los pasillos eran los maullidos del gato de KyungSoo.

Los medicamentos y pastillas que su madre le había dejado para ayudar con la resaca reposaban sobre el escritorio de la habitación de KyungSoo. El reloj estaba a pocos minutos de marcar el medio día y ninguno de los tres chicos parecía dar señales de levantarse. Seguían con la cara pegada a la almohada mientras que Tao, Luhan y KyungSoo, los únicos que no necesitaban confesarse, los custodiaban con las miradas imperturbables.

—¿Crees que algún día despierten?

—Solo nos queda esperar... O actuar. —Tao salió del cuarto siendo seguido hasta la puerta con los ojos por los otros dos. No tardó mucho en volver. Traía un par de armas perfectas para la ocasión en cada mano— ¡LEVANTENSE DE UNA MALDITA VEZ! —gritó el más alto al tiempo de que golpeaba aquella espátula contra una cacerola.

Los golpes metálicos inundaron el ambiente en cuestión de segundos. Los tres chicos dieron un salto en su lugar, empezando los quejidos al instante. Minseok y Baekhyun parecían a punto de llorar mientras se cubrían los oídos con ambas manos y hundían sus cabezas en las almohadas.

Yixing imitó los síntomas.

Tao detuvo la tortura cuando estuvo seguro de tener por completo la atención de sus adoloridos y adormitados amigos.

— ¡¿Qué es lo que te pasa?! —exclamó Baekhyun, siendo callado por sí mismo al notar la jaqueca que le causaba escuchar su propia voz.

—Ustedes nos deben una muy buena explicación.

Minseok y Baekhyun no entendieron la razón del ataque. Lo único que su nublada memoria procesaba era que, aunque el maquillaje hubiera desparecido de sus rostros, la ropa entallada e incómoda seguía marcando su piel con los ajustes aquí y allá.

—¿Ahora de que hablan? —preguntó Minseok con un tono de voz casi imperceptible, ya que este por fin había captado que con resaca no era conveniente hacer escándalo.

—Que ustedes casi fornican ayer.

Esa oración sonaba tan lejana a lo que ellos bajo su propia naturaleza hubieran hecho.

—Veo que sus mentes están vacías, así que los iluminaré con una historia que me he preparado para narrarles. —anunció Luhan.

Y así empezó, Luhan decidió enumerar los hechos por orden de gravedad.

Yixing fue el primero en recibir una explicación de lo sucedido. Le contaron como lo habían encontrado en el piso, con Junmyeon, arrancándose las ropas y con ese abrumador olor a licor. Luhan comentaba que nunca en su vida hubiera querido ser testigo de cómo a su mejor amigo se le fue casi arrebatada la virginidad bajo el efecto del licor en tales circunstancias. Que estaba decepcionado, pero todavía así, por el cariño que le tenía a Yixing, solo lo dejaría pasar con una explicación razonable.

Y Yixing no quería mentir, no a Luhan, pero confesar que se había dejado llevar por un instinto que no sabía que existía dentro de él e incluso aprovechado de la ausencia de sentido común de Junmyeon por un revuelto de emociones y sensaciones que volaron cuando este aprisionó sus labios tan salvaje y desmedido de sus actos.

—No recuerdo haber hecho eso, solo... mi memoria llega hasta que entré a aquella habitación algo mareado. —esas fueron las palabras más falsas que Yixing pudo haberle dicho a Luhan.

Los demás suspiraron y creyeron en la confesión.

—Vas tú.

Baekhyun iba en segundo lugar, ya que por lo menos aun estando sobre una cama en medio del acto cuando el resto lo encontró, este seguía con toda su ropa puesta.

A cada avance del relato el pequeño sentía como su memoria se atoraba en esas extrañas bebidas y luego solo era un borroso conjunto de sonidos e imágenes. Intentar recordar hacía que su cabeza doliera y su estómago se revolviera más de lo que yaestaba al imaginarse con Chanyeol en una cama a punto de dejar ir su pureza como si de cualquier cosa se tratara.

Quería desaparecer, haberse negado a ir al rescate de Yixing y no tener que sufrir por una gran equivocación que hubiera terminado mal si sus amigos no hubieran estado ahí para salvarle el trasero, literalmente.

—Juro que no me volveré a presentar en sociedad nunca más, me cambiaré el nombre e iré a vivir con la familia de Tao a China. —Baekhyun se dejó caer de espaldas al colchón mirando un punto fijo en el techo.

—Minseok, acércate.

Él hizo caso, tembloroso. Era el tercer lugar en la lista, pero aun así no esperaba ser el mejor o el más sano. Tenía un mal presentimiento y sospechaba que lo que él creía un sueño por demás gráfico se despegaba un poco de lo imaginario.

Y ahí su rostro palideció. El gato caricaturesco con el que había tenido un sueño arrebatado de hormonas era en realidad Jongdae. Lo tenía todo entre sus recuerdos, todo se movía lentamente y la temperatura era elevada. Temía que las marcas que en sus sueños fueron tan reales estuvieran dibujadas en su piel. Ya revisaría eso cuando estuviera de vuelta en su casa.

—¿Eso es todo?

KyungSoo asintió a la pregunta de Baekhyun, quien poco a poco iba recuperando el habla. Ni uno de los tres se sentía bien.

Tao, después de un rato, cuando estos ya dieron por perdida su razón de vida y decidieron levantarse de la cama con la vergüenza posada sobre sus hombros, les alcanzó a cada uno un vaso de agua con una pastilla. Eso, según la madre de KyungSoo, les quitaría luego la acidez que les subía por el estómago, ahogando consigo una noche imborrable.

—Creo que ya tengo que irme. —susurró Yixing al terminar de pasar el agua.

Minseok y Baekhyun coincidieron con la idea.

Fue una despedida plagada de bochorno. Baekhyun se preguntaba si esa era la famosa caminata de la vergüenza de la que tanto había escuchado en la televisión. Sí, seguro que esa era, en ninguna otra situación los ancianos sentados en sus pórtico te señalan con tan poco disimulo y te advierten que tu aroma es parecido al que se siente al entrar a un burdel. ¿Cómo era que esos vejestorios sabían de eso?

Ninguno tardó en llegar a sus casas. Saludar y correr a sus habitaciones fue lo que hicieron, evitando las felicitaciones de sus madres con respecto al nuevo alcance en su vida social.

—Esto está mal.

El espejo era la peor compañía. Esas manchas rojas que adornaban la piel de Minseok no eran buenas, dolían. Sus clavículas estaban decoradas con besos tatuados.

Baekhyun solo encontró una, pero a diferencia de Minseok, le atravesaba el cuello. No se explicaba como su padre no lo había notado cuando entró a la casa, ni el mismo la había sentido. Tendría que robar luego un poco de maquillaje a la señora.

Y Yixing en realidad no se sorprendió demasiado, sentía el punzar en su torso desde hacía buen rato. Los hematomas viajaban desde sus hombros hasta su vientre.

«Estúpido Junmyeon, estúpido alcohol, estúpido yo.»

{*}

A juzgar por la luz que se colaba por la ventana, la mañana había llegado, y analizando el silencio, seguro los invitados se habrían ido hace horas.

Sehun, con frío y un casi imperceptible dolor de cabeza, abrió los ojos. Estaba sobre la isla de su cocina abrazando un cucharón. Posó los pies en el suelo. Andaba descalzo y no esperaba encontrar a los demás mejor. Más bien tenía que encargarse de algunos. ¿Por qué siempre él? Tenía que necesariamente ser él quien se cruzara con esas rarezas durante las fiestas. ¿Se debía a que era el anfitrión en la mayoría? Sí, tenía que mantenerse en sus cinco sentidos para vigilar que nadie se lanzara del segundo piso.

Nunca tuvo problemas con el licor, la resaca no le afectaba, al menos no tanto como al resto de su grupo. Solo un pequeño mareo y nada más, pero eso no implicaba ser la niñera de nadie ni el confidente de ninguno.

Sehun caminó tranquilo a lo que supuestamente era la sala de su casa. Ahora más bien se veía como un depósito de basura descartable. Ahí, durmiendo a medio pasillo estaba Kris. Seguro no habría cabido bajo la mesa.

Lo empujó con una de sus piernas, haciendo que este se quejara y removiera en su sitio.— Hey, despierta. —ordenó el menor.

—Aún no... —murmuró YiFan en respuesta abrazándose más a sí mismo.

—¡Despierta maldita sea!

Y no, no se levantó.

Sehun volvió a la cocina. Si no se levantaban por las buenas lo harían por las malas. Se posicionó en medio de la sala de estar, ahí estaba seguro que toda la casa podría escuchar.

Comenzó a dar golpes entre el cucharón y la olla que su madre recientemente se había comprado. Al instante escuchó varios quejidos y por ahí unos chillidos. No tardó en ver algunas siluetas acercándose hacia su persona, ninguna de ellas se veía feliz por el dulce buenos días que Sehun les había ofrecido.

—Esperen, falta uno, y esta vez no es Chanyeol. —Sehun analizó a las cuatro bestias que le aproximaban— ¿Dónde está Kai?

El menor dio unos golpes más a la olla, sin hacer caso al dolor que les transmitía al resto, pero aun así no hubo respuesta. ¿Por qué no lo oía? ¿Había en serio algún lugar dentro de esa casa en dónde no se escuchara todo ese bullicio? Ah, esperen. Sí existía ese lugar.

—Chen, revisa el baño. —ordenó soltando un suspiro.

El pequeño asintió a regaña dientes. Caminó a la habitación a la que le indicaron. Ahí se encontró con un cuerpo. Era Jongin dormido y sentado en el inodoro. Su cabeza se apoyaba sobre el lavabo, se abrazaba a sí mismo, siendo envuelto por varias tiras de papel higiénico.

—¡Kai, levántate! —Chen luchó contra su odiosa jaqueca y aguantó el sonido de su grito retumbando en su cabeza. Su amigo dio un salto, arrugó el ceño y abrió los ojos con fastidio.

Después de una pequeña discusión sobre el respeto a la resaca ajena, Jongdae llevó a Kai a la sala junto al resto del grupo. Ahí Sehun anunció que la hora de limpiar había llegado inevitablemente. Sus padres llegarían antes del almuerzo y la casa debía volver a su estado original. La idea no le emocionó a ninguno, pero aceptaron el reto. Limpiando o no, sus cuerpos ya no podían estar más adoloridos.

YiFan moría por dentro, el alcohol no le caía bien en lo absoluto, pero aun así se puso a recoger la basura del piso. Todos los vasos descartables y botellas ya vacías las iba llenando en una bolsa de plástico que el dueño de la casa le había proporcionado.

Mientras tanto Jongdae junto a Jongin y Chanyeol se dedicaban a devolver los muebles a sus lugares. No tardaron demasiado, la casa no estaba en sus mejores condiciones, tal vez debían darle otra pasada con la escoba y perfumar ciertos espacios, pero aceptable para un grupo de seis chicos que no sirven para nada cuando se trata de quehacer doméstico.

—Sehunnie, hemos llegado.

Una voz femenina anunció su llegada. Todos dieron un salto de los sillones, donde se habían empezado a dar un momento de ocio. La madre de Sehun entraba sonriente con dos bolsas plásticas colgadas en sus brazos, una en cada uno.

—Mis lindos niños, ¿cómo la pasaron, se divirtieron?

La mujer era bastante animosa mientras se tratara de los amigos de su hijo. Era la parte entretenida del matrimonio que conformaba, su esposo aunque igual de amoroso, era mucho más callado y discreto.

Les dio un abrazo conjunto a todos, quienes se acercaron a saludar.— Mi niño hermoso, ya me pongo a hacer el almuerzo. ¿Los chicos se quedan a comer?

—No lo sé, ¿qué dicen ustedes?

Desenredaron sus brazos, esperando una respuesta. Kris se negó, tenía que volver a su departamento. Los demás si aceptaron quedarse a comer. Solo serían ellos con la mujer, ya que el padre de Sehun había vuelto a su oficina ni bien dejó a su esposa en la casa.

Despidieron al más alto en la puerta mientras que los cinco que quedaron recluidos en la cocina, viendo como la señora de la casa ordenaba sus compras.

—Ahora, empiecen con los chismes, quiero saber todo. —mencionó sonriendo ampliamente.

—Bueno. —inició su hijo— Algunos se divirtieron bastante... —dijo lanzándole unas miradas penetrantes a dos de los presentes.

—Esto me huele a gato encerrado. —murmuró la señora.

—¿Cómo huele un gato encerrado? —Jongdae intentó levantar el ánimo con una broma, la mujer siempre se reía se sus chistes, desde pequeño, pero esta vez parecía más concentrada en la mirada de Sehun sobre él.

—La familia Oh da miedo. —susurró Chanyeol soltando un suspiro.

Sehun dio una seña con la cabeza para que los chicos lo siguieran. La madre de este solo sonrió y continuó con su labor con la comida. Todos subieron las escaleras a la habitación, justo después de ser propinados con un trozo de chocolate que la señora les entregó.

Sí que era consentidora.

En fin, cuando llegaron al cuarto se tendieron en la cama, el olor a licor aún no se había ido por completo, pero por lo menos dejaba respirar. Sehun anunció tener algo que contar. No esperó a la respuesta, solo lo dijo conciso, directo y sin anestesia.

—Chanyeol, casi te acuestas con tu compañero de asiento, y Chen, creo que tú también ibas por el mismo camino con Minseok.

—¡¿Qué?!

Ese chillido le atravesó la medula a los otros tres presentes en la habitación. Suho y Kai se quedaron con los ojos abiertos. No dijeron nada, solo se sentaron a preciar como a Chanyeol y Chen les daba vuelta la cabeza, no recordaban en lo absoluto nada de lo que el menor les explicaba. En algún momento de la narración pusieron en tela de juicio la veracidad de sus palabras, pero al ver incluso a Kai y Suho perplejos se terminaron de convencer de que eso no era ninguna broma de mal gusto.

—No, no, no, no. Sehun, si me estas jodiendo te juro que te mueres después de esto. —amenazó Jongdae.

—No te estoy bromeando, ayer pasaron cosas raras, de lo que estoy seguro es ustedes casi parten en dos a esos chicos por la mitad. Aunque aún intento recordar porque estaba durmiendo en la cocina y Kai estaba en el baño, y no sé por qué Suho estaba desnudo en medio del pasillo.

—¡Debes estar jugando! ¡Eso es imposible!

A ese punto, ni Jongin ni Junmyeon aguantaron la risa. Se dieron por explotar en carcajadas. Sehun también dejó escapar una sonrisa burlona. Los dos amigos se revisaban los brazos y cuellos entre sí en busca de evidencia, no encontraron nada, eso tranquilizó un poco el susto, pero aun así seguían alterados.

—La cerveza les volteo el cerebro. —rio Suho.

—¡Chanyeol a punto de darle a alguien! —se carcajeó Kai.

—¡Alguien a punto de darle a Chen!

—¡Hey, eso ya es mucho! ¡¿Desde cuándo Minseok podría darme a mí?!

Las burlas siguieron llegando. La masculinidad de Jongdae seguía poniéndose en duda por Junmyeon, al igual que Jongin anunciaba que Chanyeol había sido curado de su asexualidad.

{*}

YiFan había tomado el autobús. No duró mucho el trayecto de vuelta a su departamento, pero vaya que el viaje lo había dejado peor de lo que ya había salido de la casa de Sehun. Era tan insoportable el dolor en su cabeza y la acidez que inundaba su estómago. Las náuseas subían hasta su garganta. Aguantó todo lo que pudo hasta llegar a la puerta del departamento. Colocó la llave en la cerradura con dificultad. El residuo del sabor del alcohol seguía en su boca. Y así, sin más, todo se venía.

Kris corrió al baño, lanzándose en la tasa del inodoro. Sentía como sus tripas se le iban ahí. No era una sensación agradable ¿Cuándo iba a aprender que no debía tomar más de una botella de cerveza? Su estómago era débil, desde niño, y eso no cambiaría aun entrenando a sus tripas a quedarse quietas.

Al levantarse limpió su boca con una de sus mangas y tambaleándose se lanzó al sillón. Sentía su propio aliento, era horrible. El sonido de la puerta cerrándose retumbó en sus oídos. No tenía fuerzas para pelear con su compañero, todo lo contrario, quería que el estorbo le sirviera su sopa casera y lo dejara en paz. Pero claro, no era como si Tao de la nada se le fuera ser gentil con él. No, lo más seguro es que para lo único que se le acercaría fuera para burlarse de su estado y luego ponerse a escuchar música a todo volumen.

—El desgraciado haría eso. —susurró YiFan.

—¿Quién desgraciado?

—Tú, ¿quién más?

—¿Y se puede saber que hice yo ahora?

—Existir.

Tao no estaba de humor para aguantar berrinches. Ya tenía suficiente con lo que había tenido que lidiar en la mañana, sin contar que en el camino de regreso discutió con un señor que sin lugar a dudas le quería sacar el celular del bolsillo dentro del autobús. Este sujeto lo negó todo hasta que Tao se hartó y bajó del transporte tres paraderos antes de su destino.

—Espero te atropellen.

YiFan se levantó de golpe, dispuesto a seguirle el ritmo en la discusión que se habría. Sin embargo en medio de este rápido movimiento las náuseas volvieron. Salió corriendo al baño, de nuevo.

—Esto es más que asqueroso. —se dijo a sí mismo todavía de rodillas en el suelo frente al escusado.

—Ni me lo digas. —el menor se había asomado, apoyándose en el umbral de la puerta, tendiéndole una toalla con la mano— Levántate, te prepararé algo, no quiero que sigas ensuciando mi hermoso suelo.

 

Notas finales:

Aviso:

Bueno, yo venía a decirles, que al parecer eso del "cameo" les pareció interesante. Pues ahora yo me voy a explicar mejor. Si están interesados en que un personaje lleve su nombre es muy simple. Solo tiene que dejarme un comentario dirigido al que ustedes piensen es el mejor personaje. Por ejemplo:
"De: Nombre
Para: Kim Jongdae 
Chen de mi corazón, tú todo sensualote solo te quería decir... ¡¿Por qué no le diste a Minseok?! Yo sé que tú lo amas..." 
Etc, etc. Los personajes los iré agregando mayormente a mitad de las vacaciones o inicio de clases. Van a tener cierto peso los que queden para el inicio de clases, como un personaje secundario. Necesito alrededor de cinco. Es todo, espero les guste esta dinámica. Hasta pronto. Bye.

[Si lees esto después del 30/11/15 el cupo ya está cerrado]


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