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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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—Pero;

—No, lo siento, no estoy interesado.

Suho respondió frío y cortante mientras se daba la media vuelta al tiempo que la joven, una de tantas que lo había citado en lo que iba del año, se echó a llorar en un modo silencioso, ocultando lo que pudo de su rostro con una de sus manos mientras la otra estrujaba la carta de amor que se había tomado el tiempo de redactar y decorar. Tal vez esperó piedad o algo de compasión, pero Suho no dirigió su mirada atrás en ningún momento. Solo siguió caminando de vuelta a la cafetería. De hecho rió un poco repasando la reciente escena en su cabeza.

—¿Qué pasó? —interrogó YiFan al verlo llegar.

—Nada interesante. ¿Me invitas un poco de ese emparedado? Me dio hambre en el camino.

{*}

—Pium, pium, pium. ¡Badom!

Cinco chicos rodaban y saltaban por todo lo que alcanzaba a cubrir el césped del patio trasero, jugando cada uno con sus sables de luz a representar una usual y muy casual pelea de Guerreros Jedi y Señores Oscuros.

—¡Ven al lado oscuro, Yixing! ¡Aquí encontraras la verdadera fuerza! —gritó KyungSoo. Pero el mencionado en cambio dio un salto, evitando el ataque de Luhan.

—¡Jamás!

—¡Ustedes siguen el sendero equivocado! ¡Vuelvan!

Baekhyun dramatizó su dialogo mientras aparecía por detrás de sus oponentes; Soo y Lu, junto con Minseok dándole a ambos un último golpe y acabando el juego. Los dos cayeron al suelo cubriendo sus dizques heridas con ambas manos, perdiendo sus ojos en la nada.

—Yo superaré la muerte...

—La generación de los Sith aún no termina...

Y así fue como fallecieron Luhan y KyungSoo.

—¿Sabían que Yoona se le confesó a Sehun?

—¡CÁLLATE, LUHAN! ¡LOS MUERTOS NO HABLAN! —gritó Tao desde su silla— Si van a verse como idiotas al menos háganlo bien.

—Que aburrido eres, ¡todo porque te mueres por jugar pero te da vergüenza!

El menor enrojeció y volvió a hundir la cabeza en el cómic que anteriormente estaba leyendo con tanta dedicación. Estaban en lo cierto, Tao amaría jugar tan infantil con los demás, pero en diferencia al resto mantenía un grado mucho mayor de orgullo y terquedad.

—Aja, aja. Mejor deja de molestar y sigue hablado de tu platónico.

—¡Sehunnie! —chilló Luhan rodando por el suelo.

—¿Sehunnie? —preguntó el resto al unísono.

—¡Sí! ¡Ese será el apodo que le pondré cuando seamos novios!

—Luhan...

—¿Sí?

—Mejor hazte el muerto.

El mencionado frunció el ceño y se levantó del piso seguido por KyungSoo, acomodándose junto a los demás que iban colocándose en la mesa redonda del jardín. Todos dejaron sus armas a un lado y se sentaron en las blancas sillas.

Las tardes en casa de Yixing eran divertidas y prácticamente semanales. No importa cuánto odiaran salir de sus casas. ¿Quién se niega a una tarde con los suyos? Aunque evites hacer el ridículo antes los vecinos y mantener tu imagen del joven perfecto, se sabe que el simple hecho de estar junto a estos inadaptados trae esa mala-buena suerte.

Y aun así te encanta.

{*}

—¡Kim, de nuevo hablando mientras doy mi explicación! —El maestro gritó enojado al ser la cuarta vez que en veinte minutos que repetía lo mismo a ese molesto alumno que no se callaba cuando se le ordenaba, sea por las buenas o las malas maneras.

—Pero si estoy comentando sobre lo que está diciendo, amo este tema.

—¡Yo no nací ayer, Kim! ¡Y, Zhang, me decepciona de usted!

—¡Pero si yo no dije nada! —reclamó Yixing.

—¡¿Y ahora se atreve a levantarme la voz?!

—Relax, profe. No sabe cuánto nos interesa la revolución industrial pre-europea.

—¡Es todo, salgan de si salón de clases en este preciso instante!

Ambos salieron del aula. Uno con la cabeza agacha mientras el otro despidiéndose con la mano provocaba risas en sus compañeros y más ira maestro, de esa que se iba acumulando y en algún momento explotaría, momentos como esos. Pobre Yixing.

—¿Eso era necesario? —preguntó el chino al estar los dos solos en el pasillo.

—Sí, eso pasa si te metes conmigo. —Chen se sentó en el suelo, apoyando su cuerpo en la pared y dejando caer sus parpados al punto de casi dormirse.

—No considero que patearte por accidente y manchar tu pantalón por accidente sea meterme contigo, Jongdae.

Falta de compasión y sentido común. ¿Acaso no sabía que esos gritos también iban dirigidos a su promedio de notas? Al parecer la baja de puntos era algo de lo que no tenía necesidad de preocupase, ya que seguro debía importarle poco o nada como para que después de ser regañado de esa forma se haya quedado dormido en medio del pasillo. Y para colmo que incluso durmiendo el maldito se veía bien. ¿El estatus interfiere también el sueño y la apariencia al practicarlo?

—¡Hey, no seas tarado y levántate!

—¡Joven Zhang, no me obligue a llamar a sus padres!

Al parecer las paredes que dividían el pasillo del salón no eran tan gruesas como esperaba Yixing. Solo le quedó quedarse callado hasta el término de la clase de historia y volver a ocupar su asiento en cuanto el profesor se hubo retirado. También sería interesante mencionar que Chen se despertó justo en al momento de despedir al maestro con una sonrisa de comercial entrando triunfante al aula sin remordimiento alguno.

«Si Jongdae se cayera accidentalmente por las escaleras... 
Crees que llamarían a los padres del culpable???»

Eso fue lo que mandó Baekhyun a Tao escrito en un papel doblado en cuando vio a su amigo volver junto a su compañero de carpeta. Este último pensó un momento y se lo devolvió con una respuesta escrita seguida de lo que el anterior había puesto

«Quién dice que se tienen que enterar? 
Él es tan él, que pudo haberse distraído al ver su reflejo en sus zapatos con exceso de lustre y no haber notado con lo que tropezó antes de irse de cabeza por las escaleras»

{*}

Al sonar la campana para el receso los grupos salieron como ya era costumbre.

—Aun no me creo que no hiciste nada. —Baekhyun soltó un comentario al aire dirigido a Yixing, aunque este no lo tomó en cuenta y siguió comiendo su manzana con la mirada perdida entre su zapato derecho e izquierdo, buscando saber de qué era aquella mancha en el piso. Tal vez de aderezo, tal vez jugo.

—Yixing, el mundo está aquí arriba.

—¡Ah! Hola. —Sonrió fingiendo que recién llegaba a la conversación y apoyó sus manos sobre la mesa, estudiando a los demás con la mirada.

—Creí que tú tomarías el papel del atrevido chico soy bien macho y no me importa interferir con los superiores y le gritarías. El desgraciado te metió en un lío.

El chino suspiró. —Baekhyun-ah, a diferencia de ustedes,  yo creo que esos inalcanzables —hizo comillas con los dedos— son como nosotros.

—¿Y eso qué tiene que ver con que te griten por su culpa?

—Que ustedes me reclaman solo porque son ellos. Si hubiera sido uno de ustedes eso sería una broma de mal gusto y punto.

El más pequeño de la mesa asintió. Entendía lo que su amigo intentaba expresar. KyungSoo mismo se había planteado esa teoría en algún momento. La cólera que Baekhyun y Tao compartían por esta gente; el complejo y admiración de Luhan; la irrelevancia que representaban para Yixing; inclusive el miedo que él mismo y Minseok mantenían hacia ellos.

Solo eran diferentes puntos de vista.

{*}

—A veces pienso que no tienes corazón, ¿sabes?

—¿Por qué?

Chen no captó la idea que le quería expresar Sehun con aquel comentario. ¿Acaso comprarse un paquete de chicles era descorazonado? ¿Acaso el uso de la máquina de golosinas estaba mal visto?

—Si quieres te invito, pero solo uno, sé cómo comes y no quiero quedarme sin provisiones.

—¿Ah?

—Viene la clase de geografía y a la maestra la aturden estas cosas.

—¿Ves? Descorazonado. —sonrió irónico el menor.

—No me puedes prohibir hacer una travesura, no eres mi madre.

—En realidad me refería a tu modo de venganza sobre; ehm... —pensó un segundo— Bueno, no me acuerdo como se llama, pero te viste como un desgraciado.

El mayor soltó un sonoro y bien pronunciado «Ja» al tiempo que recibía su cambio de la máquina. Dio vuelta y camino con lentitud de regreso a la cafetería con su amigo siguiéndolo por detrás, acomodándose a la velocidad del contrario.

—No soy malo, solo me mantengo en donde debo.

—No crees que ellos califican como personas, ¿o sí?

—Sí lo hacen, solo que no me interesa.

Dieron vuelta en la esquina de la enfermería bajando por la escalera a la primera planta.

—¿O es que a ti te importa?

—No es eso, solo que;

—Listo, caso cerrado, no hay nada de qué hablar. Aunque en relidad nunca hubo nada de qué hablar. —Sehun sonrió por lo bajo.

—Ya me imagino.

—¿Qué cosa?

—Tú cayendo por unos de esos nerds. —anunció burlón.

—¡Wow, wow, wow! Detente ahí, amigo. No me opongo a ser la ilusión de alguno de ellos, digo, soy hermoso, es casi imposible evitarlo; pero que me predigas un futuro así es cruel, en exceso.

—Yo solo decía. No son tan aburridos. Incluso me parecen divertidos cuando se ponen a imitar diálogos de sus raras sagas en medio del receso. ¿No los has oído?

—Sí, pero no me parece nada que deba admirar.

Sin darse cuenta ya estaban en la entrada del comedor común. Justo desde la puerta se podía ver a todos los estudiantes que les tocaba el descanso en ese horario, sentados. Todos riendo y compartiendo en sus respectivas mesas, en su debido orden. Jongdae sintió unos segundos como sus aires de superioridad se elevaban y dilataban de una forma exquisita, pero fue interrumpido por la voz ronca del más alto.

—Mira, ahí están.

Sehun señaló con la cabeza a seis chicos que ocupaban un espacio en el fondo de la cafetería. Chen volteó con discreción, fijando disimuladamente su mirada en cada uno. Podría decirse que esa era la primera vez que se detenía a verlos, y no le pareció exactamente desagradable lo que vio. Es cierto, para con lo que él tenía experiencia ninguna de ellos era la gran cosa, pero tampoco se quejaría si tuviera que observarlos por un rato más. Claro que esos pensamientos se los guardaría para sí mismo. No se atrevería a mostrar debilidad o simpatía por las personas del fondo de la escala. Jamás mientras mantenga un sano juicio y una mentalidad superior.

—¿Y qué tienen?

—Exacto, nada.

—¿Los estás defendiendo o me parece? —Sehun suspiró con la respuesta. Era imposible tratar con el mega ego de su amigo y su complejo de poder absoluto sobre toda raza viviente.

—Yo nunca, jamás, en ninguna circunstancia —resaltaba cada palabra con un particular énfasis— Me enamoraría de ellos.

—Nadie hablo en plural. Si quieres puede ser solo uno. —se burló el alto.

—Serás idiota. —bisbiseó Jongdae— Te aseguro que no puedo llegar a tener nada en común ellos, veo una posibilidad nula.

—Es una de las pocas veces que te escucho usar palabras de más de tres silabas. —se burló.

—¿Vas a seguir molestando a mi bello ser o ya podemos ir a sentarnos? Con nuestro grupo.

—No quiero, estoy aburrido.

—Ajá, ¿y mirar cerebritos te divierte?

—No es eso... Pero mantengo mi teoría, terminarías estando con uno de ellos bajo las circunstancias correctas.

—Y tú no te cansas de decir incoherencias.

—Vamos, será divertido.

—¿Ah? Explícate, me mareas más que Jongin intentando explicar trigonometría.

El menor tiró de la muñeca de Jongdae hasta estar junto a la barra, dándole un mejor rango visual de los vigilados. Pero, ¿por qué? Hasta donde sabía Sehun disfrutaba de su lugar por encima de los demás.

—Te reto.

—¿A qué? ¿A golpearte hasta que recuperes la razón?

—No, tarado. Me quiero divertir.

En su  mente Chen colgaba una nota, un recordatorio sobre qué debía tener un nuevo sistema de conversación. El actual no le permitía entender los disparates que uno de sus mejores amigos lanzaba por la boca.

—¿Me explico?

—Sí, por favor.

—¿Quieres hablar con alguien nuevo?

—No, estoy feliz con los que hablo ahora.

—Creí que eras más interesante.

Intentó matar a su amigo con la mirada. Ni él tenía permitido hablarle a sí al gran Kim Jongdae, nadie en realidad. El alma de la fiesta y el mismo organizador de ellas no era en ningún sentido alguien no interesante, mucho menos aburrido.

—Habla, ¿qué propones? Dilo antes de que me arrepienta de escucharte.

—Solo es un experimento. Que tan interesantes —hizo comillas con los dedos— pueden llegar a ser —apoyó su cuerpo en la pared— Erigirías uno y sería nuestro conejillo de indias a largo plazo.

—¿Uno? Creí que dijiste que sería divertido. Yo quiero mi propia presa.

—De acuerdo, elige.

—¡Espera! ¿Por qué te estoy habiendo caso? No gano nada.

—¿El simple hecho de tenerlos entre tus dedos no es suficiente? Cuando llegues a ese punto tus venganzas se volverían más interesantes, y yo sé que tú sabes que todos saben que te encanta eso.

Ese fue un buen punto, y con eso se ganó a Chen.

—De acuerdo. Quiero al chico de la soda, me tiene miedo, será fácil de controlar.

—Buena elección.

—¿Y tú?

—Yo me voy por Luhan.

—¿Y Luhan es...?

—Es que va en frente de mí. Oí por ahí que se enamoró de este cuerpecito.

Ambos rieron, intercambiaron miradas y sin más se dieron la mano. Sellaron el trato.

{*}

—¡Nos vemos luego!

Minseok, KyungSoo y Luhan se despedían con la mano mientras se alejaban en dirección a sus casas. Ya que vivían por la misma zona no había problema en que se acompañaran hasta cierta parte del camino para luego separarse. ¿A quién le gusta caminar solo mirando el suelo?

—Yo creo que también voy avanzando, no quiero estar fuera demasiado tiempo.

Tao sonrió y se dio la vuelta en la dirección opuesta. Él si se iba solo todos los días. Su casa era un lugar totalmente privado y envuelto en el anonimato. Sus destructivos amigos tenían prohibido ir y romperle todo. Solo quedaron Baekhyun y Yixing, solos en frente de la entrada del su instituto. Y ya era hora de separarse.

—Yo me voy, no te olvides de traerme los cuadernos de;

—Puedo ir por ahí. —interrumpió el mayor.

—¿Qué?

—Quiero ir a pasear un rato por ahí. No es molestia, ¿no?

—Supongo que no.

Yixing se puso en marcha por el camino que pertenecía a su ruta. Pasaron varios minutos en silencio. Tal vez alrededor de quince minutos de tranquilidad absoluta.

¿Tranquilidad absoluta? Eso no va con Baek.

El castaño vigilaba de reojo. Las ganas de molestar no se le habían quitado y ¿qué mejor que descargarlas con tu amigo? Y lo bueno es que él sabía que Yixing estaba consciente del por qué lo acompañaba. Era más que obvio, eso de quiero ir a pasear por ahí jamás había salidos de la boca del mayor. Lo más común es que ni bien le ofrecieran esa idea este armara un lío y se negara a salirse de su ruta.

Que-buen-amigo.

—¿En serio no te cansas?

—Tengo ganas de fregarte la paciencia y como soy uno de tus mejores amigos esto solo será una broma de mal gusto y lo dejarás pasar, ¿no?

—No creí que te molestaría tanto.

—No te defiendes, no los juzgas. Ya estás como Luhan.

Yixing detuvo su andar. Ya estaba ligeramente hastiado de las opiniones tan vagas de todas las personas de su grupo. En su opinión solo eran gente. Podían sentir dolor, alegría, molestia, podían dar una opinión menos superficial de la que daban a conocer siempre. Solo era cuestión de adentrarse más a fondo en aquellos caóticos pensamientos.

—Te planteo algo.

—¿Qué cosa? —el pequeño miró desconfiado.

—Tú crees que ellos son una basura andante; yo pienso que son como cualquier ser humano. Así que te doy la oportunidad de probarme que estoy equivocado.

Baekhyun analizó las palabras ajenas unos segundos, pero no entendió en lo más mínimo.—Explícame. —pidió con los ojos fijos en el más alto.

—¿Te interesa una apuesta?

—Suena interesante.

—Esto es lo que propongo, tú demuestras que son unos malditos y yo que son buenos.

—¿Cómo?

Yixing sonrió de lado. —¿Quieres tener un par de amigos nuevos?

—Mhn... No me haría mal extender mi círculo social.

—De acuerdo. Solo hace falta elegir el blanco.

—Yo digo que decidamos uno por el otro, sería más justo. ¿No crees? —Levantó una ceja, confiado en que Yixing era tan inocente como para aceptar.

—Baek, sé que no eres ningún santo, podrías mandarme a YiFan o Jongdae. Pero acepto el riesgo, me gusta que pongas las cosas interesantes.

—Que bien me conoces. —rió un poco, satisfecho con la respuesta.

—En fin, yo te elijo a Chanyeol, se sientan juntos. No debería ser difícil que entables amistad y además lo tendrás que ver todo el tiempo, avanzarás rápido. —extendió su mano esperando la aprobación al trato.

Baekhyun arrugó los labios, él se había propuesto evitarlo hasta el día de la graduación. —¿Qué ganó con esto?

—Mi colección de historietas Star Trek.

—¡Hecho! —Le dio el apretón correspondiente lleno de euforia, sellando el trato.

—Ya que ya nos dimos la mano... —sus ojos se volvieron oscuros y achinado, más de lo que le correspondía— No creo que te importe tratar con Junmyeon y su club de fans.

—¿Qué?

—¡Me tengo que ir, se me hace tarde!

Salió huyendo antes de recibir cualquier reclamo. La próxima vez que Yixing ofreciera su reputación en bandeja de plata debería recordar verificar todas las condiciones del trato antes de aceptar y quedarse en medio de la acera mirando como su amigo corría como un loco de atar agitando los brazos y riéndose del infortunio que le traía al otro.

Sí, debería recordar.


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