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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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He estado viendo a Jongin… y no te lo dije, y lo siento. Eres mi mejor amigo y lo que tú pienses en lo más importante del mundo para mí. —lo dijo suave, sin verlo a los ojos.

No fue exactamente que se ofendiera, incluso si Tao lo pensaba un poco, el reaccionar como lo hizo no estuvo bien. Se levantó de golpe de la silla del escritorio de Soo, miró a todos lados y tomó su mochila mientras le decía que tenía que irse. KyungSoo no lo siguió, lo más probable es que su mirada siguiera clavada en el gato durmiendo en su regazo. Tao quería explotar, sin querer lo hizo con KyungSoo. Era su mejor amigo y una inusual impotencia lo invadió cuando escuchó el nombre de Kai dentro de la oración, sintió miedo y pánico. Tal vez solo se estaba reflejando en él. Se recordó niño, se recordó enamorado de YiFan y lo mucho que se le rompió el corazón. No confiaba en Jongin. Él no era YiFan, pero Tao cruzando la calle solo sentía que se le estrujaba el corazón, pensando en cómo había dejado a la persona que más quería en el mundo sintiéndose mal en su cuarto. El sol estaba molestándolo, quería llegar rápido al departamento, quería escuchar canciones tristes y dormir hasta que las energías para reconsiderar su reacción fuera la suficiente.

Iba a ser un día muy intenso, así lo dijo el horóscopo en el periódico.

Había subido el sol, hacía cierto bochorno y Junmyeon mantenía la ventana de su cuarto abierta. Él y Yixing pasaban mucho tiempo en su casa. El menor insistía en que su madre, mientras más lo viera se volvería más insoportable con respecto a su relación. El coreano había ido muy pocas veces a la casa Zhang, probablemente solo dos, y en la última la señora de casa había dicho por lo menos tres «querido Jun» para dirigirse al muchacho. Yixing enrojecía de la vergüenza y se lamentaba no haber nacido avestruz para enterrar la cabeza en la tierra de alguna de las macetas de su madre. Su madre estaba emocionada con su primer novio.

—Mientras más preguntas hago, suenas cada vez más extraño. —Junmyeon tenía una forma de reírse bastante sobria, se cubría la boca con la diestra mientras dejaba que su torso de agitara con la carcajada que contenía.

Muy a diferencia de Yixing, que podía dejarse reír con todo el aire de sus pulmones.

En la última hora, Junmyeon había estado escuchando sobre Yixing. Se había enterado de que en China los niños eran muy molestos con Luhan, que Yixing había dado su primer beso con una prima a sus nueve años y sobre sus sueños de infancia de ser profesor. Lo miraba interesado en todo lo que decía, hablaba muy mezclado y de a ratos se estresaba con que tuviera era manía de repetir «ehm, ah» cada que se olvidaba de qué hablaba, o sea casi todo el tiempo.

—¿En serio te fuiste de cara? —apretó los dientes el mayor para no ser demasiado evidente en que estaba al borde de quedarse sin oxígeno.

—¡Ya no te quiero contar nada! —se quejó el otro, ocultando su cabeza en la almohada que tenía sobre las piernas.

Estaban sentados en el suelo del cuarto de Junmyeon. Por lo menos dos horas hubieron pasado desde que decidieron iniciar con el ridículo juego que Xing ofreció —y ahora se arrepentía—, preguntas y respuestas. Hacía algunos días que se les había metido la idea de que necesitaban un poco más de base en su relación. Necesitaban conversar más.

—No seas así, baboso, es gracioso. —el mayor dejó de reír, o por lo menos de hacerlo tan público— Yo nunca me he ido de cara contra un muro con la bici.

—No fue mi culpa, me enseñaron a no caerme, no a frenar cuando me lanzara de la bajada de una colina que acababa en un muro publicitario. —recordó el dolor casi como si lo estuviera viviendo, se retorció un poco y empezó a hacer muecas— Es imposible que no te hayas caído de la bicicleta.

—No te miento, aprendí en una tarde o menos, —Jun encogió los hombros— yo le enseñé a Chen ya que su papá no tenía tiempo.

—No me imagino a mis padres tan separados de mí. —dijo pensando en Jongdae.

Pasaron dos segundos antes de que Yixing se diera cuenta de que se le había salido uno de sus pensamientos en un murmullo. Levantó la cabeza, esperando que el mayor no lo hubiera notado.

—Lo siento, fue sin querer…

—No me afecta que menciones a mis padres. —Junmyeon lo estaba mirando, ahí sentado frente a él con esa sonrisa tranquila, no expresaba ni una cosa ni otra— Mi madre siempre ha sido distante, parece no querer hablar conmigo, y mi padre es casi un mueble. Si me afectara no habría sobrevivido a mi pubertad.

Poco idealizaba a Yixing, Junmyeon lo veía como una persona normal, con chispa y determinación —palabra que aprendió a usar cuando empezó a salir con él—. Era extraño, durante sus primeros dos años de preparatoria encerrado entre su grupo y las niñas menores que lo miraban de lejos, nadie lo había intentado conocer a fondo desde sus amigos.

—¿Eras muy unido a Siwon Hyung cuando eran niño?

Esos días los mensajes de Jongdae se mantuvieron a un mínimo. Dos o tres por día para preguntar si estaba al día en algunas clases, pidiendo referencias a de lugares a los que habían ido juntos antes. Sabía que Sehun, Kris y Chen podía estar muy en desacuerdo con sus decisiones, sobre todo este último, pero igual que con la declaración tan espontánea de Sehun, era ese acuerdo de paz que los mantenía unidos, incluso si no hablan de lo que ocurría.

Se necesitaban, de una forma cursi y boba.

—Sí, éramos inseparables. —Se le escapó una sonrisa por el borde de su boca— Me resentí mucho cuando él decidió irse y dejarme solo con mi madre.

Chanyeol y Kai, por otro lado, se estaban comportando muy normal con él. El más alto recurrentemente iba a visitarlo, conversaban de cómo les había ido durante la semana, de lo próxima que se sentía la universidad y si ya había decidido qué hacer cuando cerrara el año y llegaran los exámenes de aplicación. Comían juntos, miraban televisión y Chanyeol —a sabiendas de que nadie más lo hacía— le preguntaba si todo le iba bien saliendo con Yixing.

—Creo que hemos hecho las paces silenciosamente antes de que se fuera de nuevo a Estados Unidos. Nos estamos escribiendo, me pregunta muchas cosas, sobre cómo estoy, si como bien. Yo trato de poner de mi parte, mi personalidad ya es bastante necia.

Junmyeon adivinaba que Jongin, tal vez y solo tal vez, no estaba hablando mucho con él y necesitaba compañía. No le preguntó qué le pasaba, si él quisiera decirle algo, sabía que podía. Después de todo, había sido con Chanyeol el incidente con la incontinencia verbal de Suho.

—¿Necia? Has abierto un diccionario últimamente. —Junmyeon arrugó la boca, haciéndose el ofendido.

—Paso más tiempo contigo ahora, se me pegan tus palabritas raras.

—Raras dice, ¡son las más normales del mundo!

—No si eres amigo de Sehun. Será bastante vigilador —la falta de vocabulario se le escapada inevitablemente— pero para los estudios es bruto.

Yixing se echó a carcajear, contagiando al contrario y haciendo que mostrara sus dientes. Rieron juntos.

Junmyeon no quería arruinarlo, lo pensaba mucho y le daba vueltas. Desde que hubo anunciado que estaba en una relación sus visitas a casa de sus amigos se redujeron, no lo llamaban, no por separarlo, sino porque no habían reuniones. Algo estaba ocurriendo y Junmyeon tenía ese mal presentimiento de que algo estaba por explotar. No sabía qué hacer para cuando llegara el momento en el que brotara la respuesta a la curiosidad que lo molestaba, ¿en qué estaban metidos los chicos?

—Somos muy diferentes.

—Todas las parejas lo son, no tenemos que ser idénticos tampoco.

No sabía nada. Era tranquilidad la que le abrumaba por encontrar nuevamente esa parte de él que desapareció cuando Siwon se mudó. Tranquilidad con un pequeño susurro en recordatorio, pues aunque tenía la serenidad de que Yixing estaba a su costado, hablando y hablando, estaba muy consciente de que algo ocurría y no le estaba interesando averiguarlo.

—No me refiero a eso… De verdad debe ser un circo esto de vernos salir. —le sonrió el menor.

『⭐』

«Esto sí es una mamada al costado del resto de mis idioteces».

Baekhyun estaba caminando, sus hombros estaban tenso, al punto de dolerle el cuello. Era impresionante, por fin entendía de lo que Luhan se quejaba cuando llegaba al salón después de estudiar la noche entera en casa, cosa que él nunca había hecho en su vida. La forma en la que sostenía su nuca, esa horrible expresión la tenía Baekhyun ahora. Le dolía el cuerpo de tanto cargar metidas de pata.

Tenía el celular en la mano, deslizaba los dedos, entrando y saliendo de la pestaña de mensajes. Miraba el nombre del contacto y se le aceleraba el paso, respiraba, miraba a otro lado e intentaba convencerse de que no estaba haciendo idioteces de nuevo, ¡ya había hecho suficientes de aquí al próximo milenio!

Recordaba claramente que él le pidió su número, él también le habló primero. Y sus mensajes eran pocos. Solo saludos preguntar si tendrían tiempo en fin de semana para verse. Acordaban horas y para estudiar, aunque en realidad no hablaban mucho de sus clases. Baekhyun miraba la pantalla del celular y se sentía mal.

Tenía ganas de conversar con él.

Dobló una esquina, dos esquinas y cruzó una calle. Ja, Bakhyun en la calle, una tarde en la que el sol estaba bien puesto en el cielo y en la televisión por cable pasaban Harry Potter, empezando desde la Piedra Filosofal. Hasta su mamá se sorprendió, casi y le da dinero para que no volviera en unas horas. Su hijo saliendo a caminar, qué emoción.

Tocó el timbre, cuando sin darse cuenta ya estaba frente a la puerta. Para cuando el ding dong resonó se le ocurrió que tal vez llamar antes hubiera sido una buena idea. Igual ya era tarde.

La puerta se abrió lento, no tenía mirilla ni ventanas en torno a la entrada, no había forma de que Chanyeol adivinara quien estaba tocando la puerta. Y vaya suerte la del pequeño, el más alto estaba por decidir ir a casa de Junmyeon a pasar la tarde.

—¿Baekhyun? ¿Qué haces aquí? —su voz se cortó, estaba en pijama. Pantalones a cuadros, sandalias y una camiseta negra, desteñida. Estaba despeinado, probablemente ni bañado estaba.

Atontado y confundido, genial.

—Yo vine…

Tragó saliva. El dolor en su cuello estaba más presente que nunca.

—Vine a decirte algo.

Chanyeol en esos días —cuatro, porque él sí los contó— estuvo refugiado en su habitación, comiendo sobrantes de pizza y faltando a clases con la excusa de haber pescado un resfriado. Su padre lo dejó quedar sin más preguntas y enviando un mensaje a sus amigos para pedirles foto de las pizarras. Junmyeon y Jongin afirmaron que le harían el favor, el resto texteó alguna bromas sobre que él era un germen en sí, luego cesó la charla.

—¿A decirme algo? —¿Que estás enamorado de mí, por ejemplo?

«Solo preguntaré, si es sí, bien, si es no, me voy corriendo a casa de Minseok a ver si alcanzo a La Cámara Secreta». Ya era ¿media hora caminando? Le pareció notar que había roto su marca personal, estando bajo el sol y mantenerse convencido de que sus ganas de ir eran racionales. ¿Habían pasado dos días? Tal vez o cuatro. Entre clases tenía la mirada perdida y la mente le volaba en recuerdos, lo cacheteaban, de ida y vuelta.

—Quería… Yo quería… —por primera vez desde que conoció a sus amigos, Minseok sobre todo, Baekhyun sintió unas extrañas ganas de llorar, como si todas las mentiras le pesaran— Quiero disculparme contigo, por todo lo que te hice, soy una horrible persona y te hice daño una y otra vez sin darme cuenta, —su voz era apresurada, le latí el corazón en los oídos— soy muy egoísta y tú fuiste tan bueno conmigo, no te merecías nada de eso.

—¿Baekhyun? ¿Qué estás diciendo? —Chanyeol se asustó un poco, al mayor se le atropellaban las palabras y miraba para todos lados, como en una de esas películas en las que hay un millón de enfoques de la misma persona, de todos los ángulos posibles, rápido— ¿Estás bien?

—¡No, déjame terminar! —exclamó tenso, más que antes, deteniéndose unos segundos en el aire— Yo… siento haber apostado contigo el año pasado. Soy un completo idiota… Quisiera ser tu amigo… Porque a pesar de que yo no soy una buena persona tú sí. —Baek estaba pálido, recuperando el aire y la sensación de poder sobre sus temblores.

Esperó de todo menos eso.

—Tú, ¿quieres ser mi amigo? —murmuró confundido— Esto acaba de sonar muy tonto, ahora que lo pienso. —su rostro era inexpresivo, estaba casi muerto.

Chanyeol no entendió ni una palabra de todo el discurso, pero seguía enamorado de Baekhyun, de su energía explosiva, y asintió con la cabeza, dejándola caer de lado luego. Quería ser más que su amigo, pero si no podía serlo, al menos podría llegar a entender por qué Baekhyun no lo quería de esa manera.

『⭐』

Cuando terminó de besarlo, Minseok se sintió en gravedad cero. Sus pies estaban fuera de órbita, y no importó cuanto deseara moverse para salir corriendo, sus piernas se atornillaron a la acera. Tenía la boca semiabierta de la impresión, solo un poco, sus labios despegados uno del otro. Sus ojos perdidos y Jongdae mirándolo.

¿Qué… acabas de hacer?—si era un juego, era el más cruel de todos.

Yo… —el menor tragó saliva— No tengo la menor idea.

Echó a caminar, era lento pero Minseok aceleró los primeros pasos para ponerse a la par con Jongdae. Estaba avanzando hacia el parque que se atravesaba. Era pequeño, tan solo un par de personas paseando a sus perros. Casi no se sentía el ruido de la avenida que subía a tres cuadras de ahí. Los pensamientos de Minseok rebosaban, gritaban. Los de Jongdae jugaban a atraparse, a tropezarse y decidir qué idiotez decir primero para arruinar el momento, como siempre lo lograba.

Sí, te besé. —las manos en sus bolsillos y el cabello bien arreglado.

¿Estás burlándote de mí?

No.

El menor, con los pensamientos revueltos, estaba recordando cuando pensaba en que la sonrisa de Minseok era extraña. Cuando aún creía que sus ojos eran feos. Trató de adivinar porqué dejó de sentirlo así. Al inicio del año pasado él no significaba nada para él. Ahora lo había besado y tenía un cosquilleo en el estómago. Sus encías eran agradables a la vista, igual que su cabello sin peinar. Se preguntaba a qué pensaría Minseok de él si lo viera con sus gafas de pasta gruesa.

¿Yo te…?

No me preguntes eso. —le pidió, mordiendo un poco el interior de sus mejillas— Y sí, sé que es idiota decirte que no preguntes cuando te acabo de besar sin permiso, pero no sé ponerle nombre a lo que me ocurre.

La caminata se estaba llenando de flores, el decorado y las flores eran pequeñas. La mamá de Minseok cultivaba las mismas en el patio.

Si digo que me atraes suena muy físico, si digo que me gustas se escucha muy débil y si digo te quiero, me estoy comprometiendo demasiado. —su voz era suave por primera vez desde que se conocieron.

Estaba sonrojado, pero su mirada era la misma. Kim Jongdae lo había besado y aunque había sido solo presión y tan rápido, el aire se le escapó de los pulmones al mayor. Mucha información al mismo tiempo, apenas y procesaba lo que estaba ocurriendo. Ya se sentía como Baekhyun cuando vio geometría analítica por primera vez en clases.

Van tres veces de besarnos.

Claro que no era lo mismo, en ese momento no se trataba de encontrar puntos en un plano, aquí era comprender por qué Jongdae lo había besado, sabiendo que gustaba de él de una forma muy tonta y evidente.

—¿Qué? —Minseok arrugó la cara, se le subió el espanto hasta los pelos que hasta sintió que los cabellos se le erizaron. Estaba rojo de la impresión. Ya sentía como empezaba a sudar, vaya patada a su memoria, al recuerdo de las marcas en su piel.

Qué impuro todo, debía persignarse.

En la fiesta de Halloween, creo que bebimos mucho, y nos besamos.

—¿Sabías de eso? Dios, ahora todo es más bochornoso aun.

—¿A ti quién te lo dijo? —el menor mordió su labio inferior, un poco, ya no sabía ni de qué hablar o con qué distraer al contrario mientras siguieran caminando y lograra ordenar lo que quería decir, o siquiera empezar a saber lo que quería decir— A mí me lo dijeron en discurso los chicos, Suho no dejaba de burlarse.

Soo y Tao. —respondió Minseok, soltando aire.

Ya estaban a mitad del parque. Jongdae dejó de caminar, se detuvo junto a una de las bancas del parque. Se dejó ir y tomó el lado derecho. El mayor lo siguió y se colocó en el opuesto. Estaba en silencio.

Después de estas cosas lo normal es que si hay algo entre los dos, podría decirte si quisieras estar conmigo formalmente.

El corazón le fue a mil, ¡era Kim Jongdae el que le estaba diciendo esas cosas! Se aterró, se sitió bien, enamorado y asustado. Todo en menos de diez segundos, todo daba vueltas, pero iba más lento de lo usual. Veía todo moverse en cámara lenta, con una paciencia increíble. Y entonces recordó a Luhan, parado a mitad del salón de clases con Sehun, su imposible más intenso, diciéndole que lo quería. Por primera vez entendió por completo lo que le pasó por la cabeza antes de irse y desaparecer del aula.

Si no puedes decir que te gusto, no creo que debas decir nada. —le dolió un poco el corazón— A mí sí me gustas. Pero ni yo, ni Baekhyun ni Tao me perdonarían si dejo que juegues con mis sentimientos así

Jongdae sonrió pequeño, relajándose un poco.

Estoy complicado.

No eres el único.

Sí, últimamente Jongdae estaba notando que no era el centro del universo. Lo iba a decir, pero prefirió morderse la lengua, no quería repasar la escena luego y sentir que pudo haber evitado algunas estupideces. Algunos momentos deben ser perfectos.

Quieres… ¿Tú quieres salir conmigo?

O acercarse a ello.

—¿Salir salir o salir de salir? —medio segundo después y Minseok notó su idiotez— Eso acaba de sonar muy tonto, y supuestamente soy yo el de buen vocabulario.

Salir de empezar a vernos por ahí. —Jongdae jugaba con sus dedos, su cabeza caído— No estoy jugando. Pero tampoco quiero hacerlo luego. —Sentados en la banca, Minseok no sabía que esa semana no era el único tonto enamorado y emocionado por una persona que no sabía qué sentía y ni siquiera necesitaba saberlo.

Me encantaría.

Se estaba arriesgando.

—¿Seguro que estás bien? Te vez un poco ido —le preguntó Jongin a Jongdae mientras le servía el vaso de agua que le pidió apenas puso un pie en su casa, tan engreído como siempre—Tu mirada está perdida.

Jongdae sonrió— Sí, me siento bien.


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