—No entiendo por qué llevas solo el abrigo y nada abajo- Jongin levantó los hombros como si esa fuera su única opción.
—Es la forma más rápida de absorber la energía del sol. Ésta puede hacer maravillas ¿Lo sabías?-
—Claro que sí tonto, soy arquitecto-
—¿Arquitecto? ¿Qué es eso?
— ¿Es en serio? No me cabe en la cabeza como es que sabes sobre “follar” y no sabes cosas tan básicas como esto o la TV- Kyungsoo puso los ojos en blanco y miró al cielo pidiendo paciencia a Dios en modo de broma. JongIn lo miraba atento, como pensándoselo.
—¿Te digo la verdad? Yo tampoco me lo explico.- Kyungsoo quedó atónito un momento, sin saber qué decirle. Porque su genio era el más raro que le había tocado en toda su vida.
—A ver, a ver, ¿Me estás diciendo que no sabes por qué sabes lo que sabes?
—¿Eh?
—Ahora que lo pienso, no has tenido otro dueño antes que yo, ¿Dónde has aprendido lo que sabes?
—Yo pienso que de mi vida pasada o qué se yo.
—¡Por favor! ¿Vida pasada? Si ustedes los genios ni siquiera tienen eso. Su existencia es tan imperecedera como la de los personajes de los mitos populares. Y si existieran para ustedes las vidas pasadas, te juro que tú no hubieras tenido.
Fue al final de la última frase que Kyungsoo cayó en cuenta de todo lo que estaba diciendo, el volumen de su voz fue disminuyendo hasta terminar en un hilo. Sus grandes ojos miraron al genio con culpa. –Hey, no quise…-
JongIn pudo odiarlo e incluso desearle mal por decirle esas crueles palabras a él, quien solo poseía la ilusión y el sueño de ser un humano. Quien no tenía más ambición en su existencia que poder sentir sobre su cuerpo lo que alguna vez recordaba haber experimentado en un sueño. El sentirse vivo era mucho más para JongIn que ser alguien perteneciente a una realidad paralela, coronándose el rey de un lugar que, paradójicamente lo convertía en súbdito y fiel sirvo del dueño de éste, quien era su dueño a fin de cuentas.
—Hay cosas que simplemente no me cuadran, como por ejemplo, que un día hace mucho tiempo, yo abrí los ojos por la mañana luego del sueño, y resultó que no recordaba nada coherente de mi pasado. En mi memoria nadaban escenas inconclusas sobre algo que puede ser incluso un sueño... Es un espacio dentro de mi linea de tiempo que no me explico. Supongo que en ese lapso de tiempo que no recuerdo, aprendí todo lo que sé y que, no fue suficiente ese transcurso para aprender todo lo que te pregunto ahora.- A pesar de sentirse profundamente herido por lo que le dijo anteriormente Kyungsoo, JongIn hizo un esfuerzo por abrirse y comentar a su dueño algún aspecto sobre su existencia para que pudiera comprenderlo antes de juzgarlo. Kyungsoo se dio cuenta de éste gesto y se arrepintió de haber sido tan duro con un alma enormemente perdida en sus recuerdos. Tampoco tuvo valor para responderle o darle alguna palabra de consuelo porque era la primera vez que se enteraba de algo así. Un genio con pérdida de memoria ¿Qué rayos le pasaba al mundo?, ¿Qué es JongIn exactamente? pensó intrigado. Concluyendo finalmente que su genio era total y completamente un enigma. Kyungsoo Le daba miradas veloces de soslayo a quien anteriormente ha ofendido y no sabe cómo pedirle perdón sin correr el riesgo de cagarla más.
—Tal vez tengas razón y lo de la vida pasada sea todo producto de mi imaginación en tiempo de soledad. Pero si pudieras responderme una pregunta que me ronda desde ese día… ¿Qué pasa si en mis recuerdos a veces aparezco yo siendo un humano? ¿He ido al colegio, sabes?-
Sin darse cuenta, habían caminado cerca de quince minutos en dirección al oriente. JongIn hizo ademan para que se detuviera justo al frente de un campo abierto, junto a un muro de roca de un metro de alto que parecían punto de referencia en medio de la llanura. JongIn comenzó a subirlas y al ver que Kungsoo dudaba, tendió su mano para ayudarle.
—Es la ruina de un fuerte- JongIn había cambiado el tema pero el más bajo no podía sacarse de la cabeza aquellas palabras sobre los recuerdos de su genio.
JongIn se paró de un salto sobre la maltrecha pirca que aun tenía restos de resbalosa nieve, era tan ágil que Kyungsoo se sintió un abuelo al no poder mantener el equilibrio, derrotado terminó por sentarse a su lado, mirando con expectación como su genio lentamente se desabotonaba el abrigo.
Tan agudo y ligero como el mismo. Kyungsoo comenzó a impacientarse ante tal inocente y descarada actitud. JongIn miraba el débil sol de invierno con fascinación y de pronto cerró sus ojos mientras sus hábiles dedos iban por el tercer botón, el culpable de revelar su ombligo al mundo. Aunque todo el mundo eran tan solo los ojos de Kyungsoo.
—¡¿Tienes que quitártelo todo, hace frío no crees?!- Cuando Kyungsoo reaccionó de la conmoción, habló en contra de sus deseos malvados, fingidamente sobresaltado.
—Bueno. Tal vez puedas mirar a otro lugar si no quieres ver- JongIn no le dio mayor importancia al hecho, es decir, era tan fácil de solucionar. Claro, Kyungso simplemente podía voltear y fin del problema, ¿No es cierto?. Si no fuera porque su dueño se moría de ganas y una horrible morbosidad le inundaba todo lo que se llama cuerpo por verlo por ver resplandecer su figura al absorber la energía del sol y entrar en calor.
Pero él mantendría intacto su orgullo así que se cruzó de brazos y miró al suelo, con sus mejillas quemando. Y no fue hasta el momento en que sintió el abrigo caer y rozar su muslo, que su mente se desligó de la razón y pensó que era un puto castigo del cielo tenerlo a su lado sin poseer las agallas para darle una simple y rápida miradita, echándole la culpa a todo lo que había acontecido ante ellos y el nacimiento de una vergüenza y arrogancia imposibles por su parte.
Lo revolucionario de este hecho fue que para Kyungsoo significó una revelación, ya que aceptó por primera vez para sí mismo que le tenía unas monumentales ganas a JongIn, a su genius loci y que de ninguna manera eran unas ganas comunes y corrientes. Podría decirse que era auténtico deseo por JongIn.