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SOUL por MallowSJ

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Notas del capitulo:

¡Infinitas gracias a quienes han leído y comentado!

Me he tardado con todo ésto  lo de la copa américa y que chile haya salido campeón cuando nunca gana nada que, aun estoy ebria (?) ok no. Pero si hay mucho ambiente festivo que hay que aprovechar ¿No creen :c? jajaja

Pasando a otro tema, perdón si las he confundido con el estilo freak de narración donde a veces me poseen los personajes y empiezan a insultarse, o cuando fumo unos porros como que mis personajes se drogan también (??) 

Ya, que van a ensar de mi con esto xD 

 

ñeñeñe adiós y gracias otra vez.

 

 

Jongin se sintió un monstruo en cuanto vio el estado de su hogar, el que dejó abandonado por un simple ataque de ira y que ahora veía convertido en un verdadero Iglú. Realmente no lo podía creer… era impresionante, era como si todas las cosas que le sucedían o que él hiciera estuvieran destinadas a joder la vida de Kyungsoo.

Recorrió cada rincón de la casa buscando a su dueño, atormentado por la idea de que finalmente él hubiera decidido marcharse. Estaba nervioso hasta la medula, sus manos temblaban  y sus ojos desbordaban pánico porque Kyungsoo simplemente no aparecía.

De pronto está parado ante la última puerta que le faltaba, el pequeño cuarto de la cocina, el que  a Kyungsoo gustaba tanto ya que siempre estaba ahí preparando  alguna comida deliciosa para ambos. JongIn tenía una imagen de Kyungsoo en la cocina pelando patatas, tarareando alguna canción mientras lavaba los platos o haciendo palomitas ultra dulces para él. Pero casi se va de espaldas cuando por fin abre y se encuentra con la imagen de un Kyungsoo encogido sobre sí mismo en un rincón, sus labios eran morados y su piel estaba pálida como un papel. 

—KYUNGSOO! ¡DO KYUNGSOO!

El más bajo  levantó la cabeza al instante,  para mirarlo con unos ojos tan desconsolados que JongIn se sintió morir.  El genio cayó de rodillas frente a él, intentando calmarse. Intentando descubrir cómo fue que las cosas terminaron de ésta forma. Con sus dedos acarició la mejilla de su dueño, tan frágil, tan blanca como no había visto ninguna. JongIn pensó que era suave y entre toda la palidez emergió un tímido sonrojo.

—Kyungsoo, Kyungsoo, pe-perdón, estaba en medio del bosque, y  ha nevado tanto… toda la nieve sobre mí, No pensé…perdón. Te sacaré de aquí, vamos- Jongin se giró y lo levantó sobre su espalda. Tenía que encontrar un lugar cálido  pero rápido, ya que la casa era puro hielo y, aunque  seguramente afuera haría menos frío que adentro, estaba todo cubierto con un manto blanco y sería inútil llevarlo ahí en su estado actual.

 JongIn estaba desesperado.

—JongIn…

— ¡Kyungsoo!

—No me… dejes solo otra vez. Hace mucho frío.

—No, no lo hare.

De pronto, JongIn notó cómo el hielo bajo sus pies comenzaba a derretirse, era de esperarse que la temperatura de la casa  con él dentro se normalizara poco a poco. Aliviado, posó a Kyungsoo sobre unas mantas en el suelo,  él rápidamente fue a su lado para quitarle la ropa mojada.  El genio se fue desnudando al mismo tiempo y como si fuera la misión más importante de su vida,  permanecía con una  estricta  concentración. Porque mientras se preocupaba por Kyungsoo, tenía una parte de sí  trabajando para volver la casa a una temperatura agradable para el cuerpo humano, y que posibilitara el derretimiento y evaporación de toda humedad.

El genio se apresuró en cubrirse en mantas almohadas o lo que fuera y rodearlo con sus brazos procurando tener su cuerpo bien pegado al de Kyungsoo, con el fin de traspasarle de su calor corporal.

- Manten caliente el hogar, nuestro hogar…- Kyungsoo permanecía con los ojos cerrados bajo los brazos de su genio, quien bien sabía que con el frío los humanos deliraban, sin embargo,  fue tanta su emoción al escuchar esas palabras, que sintió deseos de abrazarlo tan fuerte como fuera posible. Y lo hizo, lo abrazó como nunca había abrazado a nadie en su vida. JongIn no pudo verle la cara desde su posición pero se habría maravillado al ver la que expresión de Kyungsoo cambió a una sonrisa.

***

Cuando el dueño despertó, el cuarto olía a rocío mañanero. Era frescura combinada con una confortable sensación de calor en todo su cuerpo, Kyungsoo sintió que la vida era hermosa y maravillosa aquella mañana. Tal cual el primer día de vacaciones cuando te despiertas luego de haber dormido diez horas y a tu lado, en la cama,  tienes a tu…

Esperen.

—QUÉ.

Kyungsoo quedó en shock en cuanto se descubrió durmiendo sobre trapos con JongIn abrazándole por la espalda. Desnudos y empalmados. Si, empalmados.

—DIOOOS. Qué me has hecho ahora- Se comenzó a pellizcar la cara y  los brazos frenéticamente, separándose al mismo tiempo de JongIn mientras se cubría el cuerpo (especialmente su parte baja) con una manta.

—No hagas tanto escándalo, estaba durmiendo.

—¡POR QUÉ ESTAMOS SIN ROPA! — JongIn rodó los ojos sin sorprenderse ante la reacción de su dueño. Después de todo era un poco exagerado, ¡Vamos! era muy exagerado.

—Que malpensado eres Do Kyungsoo.

— ¡Oye Tú! ¡¿Dónde has estado?! ¡La casa ayer era un congelador! Y respóndeme por qué estamos desnudos—Kyungoo estaba histérico. No paraba de hacerle preguntas a su genio quien, muy calmado daba un bostezo y se rascaba la cabeza mirándolo hasta con un poco de diversión.

—La forma más rápida de calentar un cuerpo es despojándose de las ropas húmedas— JongIn se levantó sin ningún pudor por su desnudez y fue a verificar el estado de la casa. Aún había unos charcos pero nada de qué preocuparse.

— ¡¿Acaso te fuiste a dar un baño a un glacial?! Oh ¡Tapate pro favor!- OK, Kyungsoo estaba enojado, pero tenía su buena razón, después de todo pudo haber muerto si JongIn hubiera tardado un poco más en llegar a casa la noche anterior.

—No fue mi intención, de verdad…

El más bajo bufó malhumorado, desviando su mirada del escultórico y moreno cuerpo de su genio, avergonzada. Finalmente se cruzó de brazos, teniendo su cara completamente roja y se puso serio como un muerto.

— ¿Dónde te metiste esos tres días?

—¿Perdón?

—Dime

—Fui al bosque de las ánimas que queda como a media hora de acá

—¿Y quien te autorizó para que te fueras? No quiero que nunca más lo hagas.

JongIn lo miró estupefacto, alzando una ceja con indignación. Él se fue un momento para dejar a Kyungsoo respirar, para dejarlo en paz unos días consigo mismo y calmar las aguas. Jamás fue su intención hacerle mal o que todo sucediera de esta forma.

—¿A ti qué mosca te picó?

—Ninguna, es solo prevención porque contigo cerca o lejos debo cuidar mi vida.

—Sí, seguro— El moreno rodó los ojos, de pronto había dejado de prestarle atención a Kyungsoo y se fue a inspeccionar los vanos para cerciorarse  que las bisagras funcionaran bien luego del congelamiento.  

—Será mejor que  te vistas. Tenemos que salir a tomar un poco de sol hasta que deje de estar húmedo acá dentro

—No voy a ninguna parte.

—Oh, no te pongas así.

—Que no.

-Escucha, casi te da hipotermia anoche y acá aún está demasiado mojado todo para un humano. Así que tenemos dos opciones para que la casa vuelva a ser habitable. La primera es que yo vaya a calentar mi cuerpo naturalmente con el sol. La segunda, y cien por ciento efectiva  es que follemos acá mismo, tú eliges.

—Creo que iré a vestirme.

 

El rostro del mayor instantáneamente se tornó rojo como un tomate y su corazón casi  sufre de infarto porque JongIn era tan malditamente sucio al decirle esas cosas estando desnudo frente a él. Teniendo ambos un problema de proporciones en su bajo abdomen que Kyungsoo no tuvo más opción que pararse casi corriendo e ir a esconderse a algún lugar cerrando con pestillo la puerta tras de sí. Aun sin estar seguro si JongIn, su genius loci omnipresente dentro de la casa, podía saber lo que estaría haciendo con su “Pequeño Kyungsoo” entre las manos en lugar de vestirse.

Notas finales:

ñeñeñe


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