No contaba con que lo despidieran al día siguiente. Definitivamente no esperaba que JungSoo lo llamara a su despacho apenas llegó y le entregara una carta.
—Fírmala y me la traes devuelta después de empacar tus cosas— KyungSoo quedó en blanco. Supo inmediatamente de qué se trata el asunto y su pena y frustración fueron notorias. ¡Era injusto! ¡Todo era culpa de los genius loci! Obviamente si decía eso lo mandarían directo al hospital psiquiátrico, así que con mucha frustración firmó el maldito papel y se lo entregó.
—B&H llamó esta mañana y contrataron otra oficina de arquitectura para el proyecto, muchas gracias KyungSoo, puedes recoger tus cosas e irte— Kyungsoo miró con ojos entrecerrados a KangIn que reía estrepitosamente. Claro, Jungsoo no lo podía escuchar pero la risa llenaba toda la sala y toda la oficina, y toda la cabeza a punto de estallar de Kyungsoo.
—Es extraño, que suelas mirar a otro lado cuando te hablo. Deberías mirar directamente a la cara de tus jefes en el futuro.
Kyungsoo le imitó todo el trayecto de vuelta al departamento de Sehun. “Deberías mirar a tus jefes, si claro. Menudo estúpido”
Estaba tan enfadado con el mundo. Primero, no tenía donde quedarse esta noche debido a la inundación de todo el piso donde vivía y ahora que no tenía trabajo, obviamente no tendría sueldo ni como pagar la mierda que ha dejado SuHo en todo le piso y menos el arriendo. Bien, era cierto que era parte de sus planes dejar el departamento pero ¿y por mientras que hacia? tampoco quería ser carga de Sehun y llegar a su casa a lidiar con Luhan quien, recientemente había descubierto su secretoy en un arrebato de celos lo había mordido. Él era el genius loci más peligroso que había conocido y, sinceramente le tenía miedo aunque no quisiera admitirlo.
Ahora, Kyungsoo era el “ex arquitecto auxiliar” de un gran bufete, había tirado a la basura el trabajo de ensueño para alguien que acababa de titularse, en fin. Estaba harto de la gente, harto de los genius y lo más grave era que sus ahorros daban pena debido a sus gastos compulsivos.
Por eso, debido a su miserable situación y a pesar de Luhan, no le quedó otra que pasar dos días en el hogar de Sehun, días que fueron una pesadilla gracias al genio de su amante, un puto celoso que no lo dejaba en paz.
Al tercer día estaba decidido a recorrer cada rincón de la ciudad con el fin de encontrar un departamento con un precio que el pudiera pagar con lo poco de dinero que contaba.
***
—Esta propiedad está a 150 dólares la renta mensual, no está ubicada en un mal barrio, tampoco está en tan mal estado. Es espaciosa para una persona, de hecho tiene dos habitaciones, pase a verlas si usted gusta.
No era un mal lugar, de hecho, era mejor de lo que hubiera esperado. Después de visitar cerca de diez casas en renta, y desecharlas debido a sus genius loci, esto era lo mejor que había encontrado y por favor, el precio era bajísimo, pero lo mejor de todo era que no había rastro del alma de la casa, seguramente era un tímido, de esa clase que no le gusta mostrarse y que suelen gustar de la soledad. ¡Magnifico!.
—Sr Kyungsoo es mi deber decirle lo que pasó en esta casa para que nadie quiera vivir en ella. Hace diez años alguien murió aquí.
—No hay problema, me quedo con ella.
Los ojos de la corredora de propiedades se inundaron de algo parecido al miedo y la confusión, pero como pudo, esbozó su mejor sonrisa.
—Está bien, Hoy mismo puede empezar a usarla… ¡luego de efectuar el pago claro jajaja!
Arreglado lo del pago, Kyungsoo recordó que no le quedaba nada más que una mesa de dibujo, unos planos sucios, una pequeña televisión roja vintage que adoraba y otros cachibabes que logró salvar a duras penas luego que SuHo se las arreglará para que el departamento tuviese una cuenta millonaria de agua y que un día, sin aviso, forzaran la puerta y le embargaran. .
El embargo a sus bienes le había golpeado duro, Kyungsoo era esa clase de persona que se apegaba demasiado a los objetos materiales y no lo veía como algo malo. El verdadero problema de Kyungsoo era que él no se apegaba a las personas, nunca lo había hecho y nunca lo haría.
Esa era una razón por la cual aun en sus 24 años no conseguía novio o novia, tenía a Sehún pero… pero él no contaba como eso. No visitaba a sus padres, no tenía amigos, y sus ex compañeros de trabajo y universidad habían sabido ignorarlo. Estaba solo. Solo con sus genius loci.
Tal vez fuera porque Kyungsoo tenía extrañas manías, una de ellas era coleccionar reglas de medir, sus favoritas eran las de madera de todos tipos, colores y texturas. Aunque su favorita era el cartabón de madera de cedro, y no porque fuera una reliquia familiar ni mucho más, era porque le obsesionaba el hecho de no acordarse donde la había conseguido. En fin. KyungSoo era más freak de lo que alguien que puede ver el “alma de las casas” antropomórficamente puede ser.
Comenzaba a anochecer cuando Kyungsoo finalmente terminó de instalarse en su nuevo hogar temporal. Se preparaba un ramen instantáneo calentando agua en una olla vieja que había en la casa, el cuarto que usaba era el único que no estaba vacío, a pesar de estar ocupado solo con Kyungsoo, una mesa, una tele y el futón para dormir en el suelo.
Prendió el televisor para no sentirse tan solo. A esa hora daban el noticiero y a Kyungsoo no le gustaban las noticias, él quería ver su dorama. Malhumorado dio el primer bocado de fideos calientes, concentrado más en su cena que en la tele. Entre bocado le pasó como sutil brisa por su cabeza la idea que el genius loci de su nuevo hogar rentado tenía que estar en alguna parte de la casa, y él no se tomó la precaución de conocerlo antes de rentar. “Si aún no se ha mostrado, debe ser tímido eso es todo” Pensó intentando auto convencerse de una idea que estaba lejos de ser la más acertada según su experiencia. Ya que un genio tímido generalmente es torpe y miedoso, debía estar observándolo constantemente y por equivocación botar algún artefacto o incluso el genio, asustado, ha de intentar asustarlo a él con cortes de luz o crujidos en las maderas. Pero nada de nada. Esto hizo que Kyungsoo comenzara a pensar demasiado en si su nuevo genius loci fuera un psicópata demente o algo por el estilo. Sintió un leve pánico que se fue acrecentando a medida la hora avanzaba y el sueño comenzaba a apoderarse de él. ¿Y si mientras dormía lo mataba? Técnicamente eso no era posible ya que él era ahora su dueño por lo tanto hacerle daño era antinatural. Aun así, Kyungsoo temblaba al pensar todas esas cosas bizarras sin tener control de su mente.
Dos horas más tarde Kyungsoo estaba aterrorizado, no contaba con que era sábado y ese día no pasaban el drama si no que noche de cine y justamente de terror. Tenía miedo hasta de ir al baño y para aliviarse se le ocurrió una gran idea.
—¿Hola?
—Sehun. Habla Kyungsoo.
—Ahhh. Hola ¿Pasa algo?- Sehun era tan frío por teléfono. En realidad era bastante normal su reacción ya que ellos no solían llamarse demasiado.
—Ya he encontrado una casa para vivir, está como a treinta minutos de la tuya…
—Ah, pues bien.
—Sí.
Ok, la conversación no estaba yendo bien y Kyungsoo se sintió ridículo. Sobre todo porque no podía decirle: “Bueno estoy que me cago del susto puesto que el ánima de mi nueva casa no ha aparecido aun y temo que sea algo demente”
— ¿Saldrás esta noche? — Bien, justo lo que necesitaba. Alabado sean todos los santos del mundo entero, pensó Kyungsoo.
—No ha salido nada bueno para hoy ¿Tienes planes?.
—… No, no saldré, pero ahora debo cortar. Nos vemos.
Kyungsoo quedó solo, confundido y sintiéndose un miserable rechazado ¡¿PENSABA SEHUN QUE EL ERA TAN IMBÉCIL COMO PARA QUE SE CREYERA ESA MIERDA?! No podía ser, Sehun, quien jamás le rechazaba nada e incluso corría a sus peticiones, ahora le ignoraba sin compasión ¡Cuando él más le necesitaba! Se mordió las uñas pensando con quién podría estar en este momento.
—Key, debe estar con ese puto de Key, ¡o peor aún Baekhyun! — Mientras se comía los sesos Kyungsoo no se imaginaba que tras la ventana, por el hueco que dejaba la cortina alguien le observaba. Alguien que estaba muy curioso de conocerlo.
—No puedo más ¿Cuántas ETS se contagiará esta noche? Y yo que tanto me cuido. Maldito Sehun, le prohibiré la entrada a mi precioso cuerpo. Nadie rechaza a Kyungsoo, ¡nadie¡.
La tenue luz del cuarto alumbraba débilmente el rostro pálido de Kyungsoo, sus ojos grandes brillaban en torno a la televisión que ahora miraba con atención. El ánima pensó que sería una extraña clase de humano que no dormía por las noches, se dio cuenta que el nuevo propietario temblaba de pronto y se sobresaltaba cuando la pequeña pantalla se teñía de rojo. El genio, ingenuamente pensó que su hogar no sería satisfactorio para él. Se sintió mal.
Porque la casa era el cruel espejo en el que se veía obligadamente todos los días y que no la quisieran le hacía sentir profundamente rechazado, y le hacía desear con todas sus fuerzas salir de una vez por todas del mundo en el que se veía atrapado desde hace años
Esa noche no puso un pie dentro dentro de la casa y Kyungsoo, una vez terminada su película, no pudo dormir debido al frío que de pronto empezó a hacer dentro.
—Puta aislación, ¿No que las casas antiguas eran de mejor calidad? — A las 7:00 a.m las ojeras de Kyungsoo le hacían parecer un panda. Realmente no pudo pegar un ojo en toda la noche y se sentía con un ánimo terrible.
La luz del sol era la causante de que el no pudiera intentar dormir ya más, Pero, a pesar de los cálidos haces brillantes que se colaban entre las persianas, la casa no lograba calentarse y Kyungsoo no tenía ni la más remota idea de aquel extraño suceso. Sin embargo empezó a sospechar una vez salió al patio de la descuidada casa con el fin de descubrir qué tipo de aislación tan mala había.
No, no. De ninguna manera eso tenía que ver con la aislación térmica, el frío estaba siendo manipulado por alguien que pasó fuera la noche. Kyungsoo rodó los ojos al ver un cuerpo encogido dormitando en la esquina de dos muros de la casa que se encontraban y formaban una estancia hacia el exterior cubierta por el exceso de alero de una típica casa tradicional con tintes modernos. El chico temblaba aun cuando parecía estar dormido. “Al menos él pudo dormir” Pensó Kyungsoo malhumorado. Es que ciertamente, en enero hacía un frío de los mil demonios, tuvo suerte de pasar a la intemperie una de las noches más “cálidas” del duro invierno.
—Eh, tú. —Kyungsoo zarandeó el cuerpo del chico con uno de sus pies. Cuando hubo el otro reaccionado, el dueño de casa retrocedió algo intimidado por los profundos ojos negros del joven. —Tu… acaso eres…—
— ¿Espera, me has tocado? ¡Joder, me estás hablando! — La mayoría de los genios reaccionaban de esa forma cuando descubrían que Kyungsoo podía verles y hacerles sentir como personas a fin de cuenta. Se impresionaban muchísimo y era ahí cuando comenzaba su calvario. Él no quería tener absolutamente nada que ver con un ánima, menos si eran un poco locas como Suho. Él solo quería vivir tranquilo luego de todos los problemas que ha tenido por culpa de su extraño don. Pero era verdad que se sintió muy aliviado de que el genius loci se viera como un chico normal que no inspiraba ni una pizca de maldad.
—Sí, puedo verte, oírte, tocarte, ver cómo te mueres de frio y sentir frío yo también dentro de la casa que está congelada gracias a tu estupidez.— El joven se sorprendió unos instantes y luego entrecerró los ojos molesto, obviamente. Después de todo, ¿Quién era él para hablarle de ese modo? Ni diablos le importaba a Kyungsoo en todo caso, él pensaba que esa era la única forma de tratar a esos seres, porque si no se encariñaban y eso era malo, muy muy malo.
—Esto debe ser un mal sueño— El chico se dio de cachetadas para despertar pero nada, seguían los dos mirándose algo confundidos.
—No es un sueño, desde que nací yo puedo verlos merodear en cada casa que he vivido, y realmente no es para mí algo satisfactorio, así que por favor coopera en que nuestra convivencia sea llevadera y… ¡¿Qué haces?!— Kyungsoo, sobresaltado intentaba quitarse al chico que, desde su posición se precipitó sobre las rodillas de Kyungsoo abrazándolas con tanto fulgor que el rostro se le puso colorado.
—Estoy tan feliz, tan tan feliz. Podría morirme ahora de júbilo gracias a usted— Kyungsoo no entendía nada, el chico no dejaba de repetir lo feliz que se encontraba en palabras como de otra época, con frases que le dejaban la cara hirviendo en vergüenza. El comportamiento de ese genio ya se estaba volviendo extraño y Kyungsoo se preguntaba si era su Karma que cada genio que encontraba fuera más loco que el anterior. —En serio, he rezado tanto por este momento y por fin, has de ser tú, solo tú.
—E- espera por favor, ¿Qué diablos dices?
—Has de ser tú, gracias, ¡Gracias!
—¿Yo qué? No te entiendo en absoluto, por favor para de abrazarme, me lastimas.
—¿No comprendes lo feliz que estoy?, ¡tú has de ser quien me saque de esta miseria!
—No… no puedo hacer eso, en serio.
—No me mientas