-o- Want –o-
Así es, una vez más de genio y Aioria tenía que soportarlo. Como cuando eran niños, Milo seguía con su mismo problema existencial… el que Camus pasara mucho tiempo con Shaka
-"¿Estas seguro que no fue a dormir a su templo?”- Preguntó el castaño medio aburrido
-“¡Te estoy diciendo que no!”- Gritó Milo zarandeándolo por los hombros
-“No es para tanto, de seguro fue cuando estabas durmiendo”- Escorpio lo soltó
-“¿Enserio? ¿Y me quieres explicar por qué no esta ahora en su templo?”
-“Milo, esos ataques de celos que te dan cuando Shaka y Camus están juntos, no te van…”- Gruño Aioria
-“¿Cómo quieres que reaccione? Piensa en una persona a la que amas, ¿Te gustaría que durmiera con alguien que no fueras tú?”- Aioria se sonrojó y apartó la vista, la verdad es que tenía razón… pero no debía pensar en esas cosas
-“Me resulta difícil creer, que aún sigas celando de Shaka”- Murmuró
-“Aioria, créeme, si él no se involucrara tanto en mis asuntos, seguro que me valdría ma…”
-“Ya te entendí… no sigas…”- Interrumpió antes de que Milo dijera una mala palabra, luego el escorpión caminó de un lado a otro y el castaño no puedo menos que expresar lo que estaba pensando –“¿No qué tú y él eran amigos?”
-“Eso fue hace tiempo”- Respondió sin dejar de caminar
-“Pero lloraste su muerte”
-“Hablando de eso… ¿Tú recuerdas algo sobre el otro mundo?”- Preguntó mirándolo –ya se había detenido-
-“No y cada vez que lo intento, me duele la cabeza… ¿Crees que alguien más se acuerde?”
-“Más bien, la pregunta seria… ¿Alguien se podrá acordar si quiera que estábamos muertos?”- Puso una mano en su barbilla como si así lograra pensar mejor
-“La verdad es que lo dudo, todos actúan como si nada hubiera pasado… ¿Por qué será?”
-“A mi me parece que… ¡Un momento! ¡Estábamos hablando de Camus!”- Gruño Milo fulminando al castaño con la mirada
-“Te recuerdo que tú cambiaste el tema”- Dijo apretando los dientes
-“Decía que antes lo apreciaba”- Dijo omitiendo el comentario del castaño
-“Contigo, TODO es antes”- Murmuró con voz cansada su compañero –“En fin…”- Suspiró –“¿Se puede saber que te hizo cambiar de opinión?”
-“Su cercanía con MI Camus”- Respondió sentándose en la cama
-“¿Ahora es «tú Camus»?”- Preguntó incrédulo
-“Siempre a sido mío…”
-“Me das flora Milo; así que mejor me voy a molestar a Shura o haber que hago… nos vemos después”- Se levantó y salió de la habitación del escorpión cerrando la puerta
-“Vaya amigos que tengo”- Murmuró recargando su brazo en sus piernas y sosteniendo su barbilla con las manos
… … … … … …
-“¿Así que… piensas que yo puedo darte las respuestas que buscas para calmar tu sufrimiento?”- Preguntó Shaka con una sonrisa burlona, sentado a las afueras del jardín de sus sales gemelos (NA: el mismo lugar donde estaba sentado en la lucha de las doce casas)
-“No lo dije y lo sabes”- Contestó Milo con fastidio. El santo de escorpio había ido a buscarlo aquella tarde, para que le aclarara algunas dudas y si era posible, pedirle de la manera más «atenta»… que se alejara de Camus
-“Pero lo pensaste”- Esta vez la sonrisa fue mayor cuando el escorpión apartó su rostro para concentrarse en otro punto de la habitación
-“Solo quiero saber la razón de que Camus encuentre más paz y confort en ti que en mi”
-“Eso se debe a que soy un ser pasivo y siempre estoy en estado de vanidad”
-“Ya lo sé, eres un vanidoso, presumido y pretencioso”- Rió mirándole por fin; pero para su gran desgracia, no pareció molestarse
-“El escorpión hablando de su veneno”- Dijo Shaka sabiendo que eso haría enojar a Milo
-“No quiero discutir contigo… ¿Podemos solo hablar?”- Pidió con «amabilidad»
-“Eso estamos haciendo”- El santo de Escorpio lo miró con desesperación –“De acuerdo, sígueme”- Se levantó de su lugar de meditación y se fue con Milo a su pequeña sala Hindú, se sentó de un lado e invitó al escorpión a hacer lo mismo –“¿Y Bien?”- Su compañero suspiró y fue directamente al punto que quería tratar con él
-“¿Por qué Camus siempre parecía más interesado en ti?”- En su voz había tristeza, no cabía la menor duda… y no es que Shaka lo disfrutara; pero tenía sus motivos para ser así con Milo
-“Te diré lo que quieres oír. Él se interesa más en mi, porque sabe que soy un ser perfecto, encantador, muy atractivo y le doy mucha paz… Me quiere, no hay duda de eso”
-“¿Y se supone que eso es lo que quiero oír?”- Preguntó apretando los dientes y fulminándole con la mirada
-“Niégalo”- Milo no respondió, solo se mordió levemente el labio mientras apretaba los puños por debajo de la mesita
-“¿Cuál es la verdad?”
-“Camus siempre ah estado enamorado de ti”- Contestó soltando un fuerte suspiro y notando de pronto cierta intranquilidad en él mismo –“No tiene ojos para nadie más y su corazón late, diciendo a cada palpitar «Milo»”- Es escorpión se relajó y lo miró de manera diferente mientras trataba de asimilar las palabras
-“¿Entonces… me ama?”
-“Y mucho”- Respondió con otro suspiro. Shaka comenzaba a sentir una extraña punzada que no le estaba gustando nada…
-“¿Por qué si me ama tanto, pasa más tiempo a tu lado?”
-“Él está tratando de encontrarse a sí mismo, quitarse tantas culpas y no cometer el mismo error que su maestro… después de todo, la historia entre un Escorpio y un Acuario se repite sin cesar. ¿Jamás te preguntaste la razón de que Armiéns no te dejara acercársele y a mi si?”
-“Ese tipo no tiene nada que ver, estoy seguro que detrás de todo esto hay un secreto…”- Dijo otra vez enojado
-“Así es; pero solo lo conocíamos cuatro personas aparte de los involucrados, después solo lo conocía yo… ahora lo sabe Shion, Dohko y creo que Camus lo sospecha…”
-“¿Me lo contarás?”- Shaka soltó un suspiro y abrió los ojos para Milo, este se limitó a mirar hacia otra parte de la habitación
-“Si pudiera destruirte por el daño que me has hecho, lo haría”- Le dijo con frialdad
-“¿Daño? ¿Yo?... ¿Cuándo?”
-“Olvídalo”- Respondió con otro suspiro, puso ambas manos a la altura de su pecho mientras cerraba los ojos y llenaba sus pulmones con todo el aire que le era posible acumular… luego inflaba sus mejillas y lo soltaba
-“¿Shaka?”
-“Te lo diré Milo, para que comprendas el motivo de que Camus siempre me visite a mi y no a ti”
-“De acuerdo… suéltalo”- Dijo extendiendo las palmas de sus manos y cerrando y abriendo varias veces en puño
-“Estar contigo es un motivo de dolor”- Comentó soltando otro suspiro
-“¿Qué?”- Las cejas del escorpión se fruncieron mientras miraba la mesa y pensaba en esas palabras… jamás lo había visto de esa manera
-“En ti ve su sufrimiento y no puede perdonarte, aunque te ame tanto. Camus trata día tras día, noche tras noche, liberarse de aquél fantasma tuyo que le hizo daño… y no obtiene resultados… incluso llega a preguntarse el motivo por el cual no pueda perdonarte y lo llama «Mi don y mi maldición»
-“No tenía idea…”- Su mirada que estaba en posada en el santo de Virgo, regresó a la mesa –“Shaka… es que no entiendo…”- Sus cejas volvieron a ceñirse mientras le miraba –“¿Cómo es que una persona que ama tanto, no pueda perdonar algo tan simple?”
-“¿Tan simple?”- Rió con desgana –“Explícame tú, ¿Cómo es que una persona puede lastimar al ser más importante de su vida?”
-“Yo no sabía lo que sentía por Camus”- Murmuró
-“No te mientas a ti mismo Milo, la tarde que lo descubriste te oímos Mu y yo cuando se lo contabas a Aioria…”
-:-:-Flash Back-:-:-
El pupilo de Aioros se encontraba nadando en el lago, cuando salió a la superficie se dio cuenta de que Milo seguía sentado en la orilla, abrazando sus propias piernas y mirando hacia la nada… si él no le conociera bien, diría que se sentía miserable…
-“¿Por qué estas tan triste?”- Le preguntó sentándose a su lado
-“No lo estoy amigo”- Respondió suspirando
-“Claro que si…”
-“Que no…”
-“Que si…”
-“No…”
-“Si…”
-“NO”
-“¡SI!”- Milo ya no respondió y ocultó su rostro entre sus brazos que seguían abrazando sus piernas –“¿Qué te pasa?”- Le preguntó Aioria poniendo una mano en su hombro
-“Solía pelear con Camus ¿No te acuerdas?”- Sollozó
-“¿Con qué eso era?... Debes echarle mucho de menos Milo…”- Dijo con tristeza el castaño
-“Si… algo… bueno… mucho… Me siento incompleto”- Balbuceó secando sus lágrimas con los dedos
-“Eso si que es grave… Pero debes alegrarte Milo”- Sonrió –“No puedes estar así toda tu vida ¿Qué vas a hacer si no regresa?”
-“¡NO LO DIGAS!”- gritó poniéndose de pie de brinco y cerrando su puño –“Él volverá, yo lo sé”- Aioria se puso también de pie y miraron ambos el cielo –“Lo siento aquí”- Señaló su corazón –“Camus volverá como lo prometió y podremos estar juntos, ya lo verás… Mi corazón me lo dice… Mi Camus tiene que volver…”- Aioria carraspeó, Milo puso sus ojos en los de él y con una mirada del castaño, se dio cuenta de lo que había dicho.
Su sonrisa se borró, algo se movió en su estomago y sintió sus mejillas encenderse… percibiendo en su pecho los latidos acelerados de su corazón. Entonces volvió a sentarse en el piso tratando de encontrar coherencia en sus propias palabras
-“Milo, ¿Estas conciente de lo que dijiste?”- Preguntó el castaño. El escorpión se mordió un labio enfocando aún más su mirada en una pequeña roca… Y entonces, todo tuvo sentido. Por fin encontraba las respuestas que estaba buscando desde hacia tiempo… Como el porque lo quería más a él que a Aioria, porque siempre le decía que lo quería, la atracción que tenía su frente para con sus labios, la ternura que le inspiraba… el deseo de protegerlo… TODO… todo estaba dicho ya en aquellas palabras.
De pronto comenzó a reír con el cosquilleo en su estomago y el calor en su cara. Aioria se le quedó viendo sin entender ninguna de sus acciones, y para su gran asombro, su amigo se levantó de un brinco, le tomó ambas manos y le grito
-“¡Ya lo sé!...”- Risas –“¡Me gusta!... ¡Yo quiero a Camus de una forma más profunda!... Ese niño tan hermoso… ese pequeño ángel corazón de pollo… ¡LO ADORO!”
-“¿Estas seguro?”- Preguntó sonriente el castaño
-“Mucho… ¡Lo quiero!”- Gritó mientras seguía riendo, soltó las manos de su amigo y se tiró al agua todavía riendo. Aioria también casi se muere de la risa y siguió a su amigo.
Mu y Shaka escucharon todo –estaban escondidos detrás de unos arbustos-, claro que el pupilo de Virgo tuvo que cerrarle la boca al carnero para que no gritara de la emoción…
-:-:-Fin Del Flash Back-:-:-
-“Tienes razón… ya lo sabía”- Murmuró Milo incapaz de mirar de nuevo a Shaka
-“Camus ya te quería, es solo que… sus sentimientos por ti tuvieron que ser enterrados…”- En ese momento, tocaron la puerta. El escorpión solo se limitó a suspirar y dejar caer su cabeza en la mesa, Shaka le miró sintiendo pena y se levantó para abrir la puerta, sintiendo como su corazón daba un brinco dentro de su pecho –“Camus… hola…”
-“Shaka, ¿Estas ocupado?”- Se escuchó la voz del santo de acuario, y en ese momento, el corazón de Milo también dio un brinco, levantó la cabeza mirando hacia donde estaba -Camus no lo había visto porque la puerta lo tapaba-
-“Estoy con Milo”- Contestó abriendo más la puerta para que pudiera verlo. Los ojos del santo de acuario y los del escorpión se encontraron… y de nuevo, Shaka sintió esa punzada –“¿Quieres pasar y tomar té?”- Camus le miró ahora
-“Si… gracias”- Respondió embozando una muy leve sonrisa, entrando en la sala hindú y sentándose a un lado del lugar que ocupaba el rubio –es decir, entre Shaka y Milo-
-“Ahora regreso”- Y el santo de Virgo salió. El de acuario soltó un suspiro, había aceptado entrar porque quería estar con su antiguo amigo… aunque como bien sabía, no podían estar juntos…
Ni Milo, ni Camus dijeron palabra alguna, tampoco se atrevieron a mirarse… El primero comprendiendo a su antiguo amigo, el segundo sintiéndose incomodo...
Y es que desde que resucitaron, era la segunda vez que se veían…
Continuará…