Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No fue mi culpa por Liyis

[Reviews - 144]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Lo se, me tomo un tiempecito pero ya aqui tengo el capitulo, como dije es en otros tiempos asi que disfrutenlo.

Lovis ;D

Mi cuerpo tiembla y mi corazón late con algo de desespero, pero no se cuál es la emoción que me ataca en estos momentos. ¿También contaran los regalos? O ¿Es solo la frase de todos los años?

 

Entro a su habitación algo aturdido, su cabeza le punzaba y sentía mucho dolor en su pecho. Se acercó al pequeño escritorio que decoraba su habitación y tomo de la silla su chamarra negra, se la puso abrigándose y protegiéndose con aquella prenda, aun estando techado se puso la capucha. Se sacó los tenis que portaba  y froto sus pies con la alfombra, es sus pies se llegaban a notar pequeños moretones.

Se mantuvo quieto un momento y noto los mechones claros de cabello que se pegaban en sus ojos y llegaban a taparlos. Frunció el ceño. Levanto su mano y tomo uno de los que reposaban cerca de su nariz ¿Cuándo fue la última vez que se cortó el cabello? Le molestaba tenerlo tan largo y no se sentía cómodo.

Se preguntaba si Eliot lo dejaría cortarse el cabello, pero lo dudaba bastante. Desde aquella vez en la que intento escaparse (que en realidad esas no eran sus intenciones) Eliot lo dejaba encerrado y sin contacto con el mundo y eso también lo lastimaba. Sentía que se asfixiaba.

Suspiro pesadamente y se sentó en su cama. Acaricio las sabanas duras a las que ya se les habían formado hoyos y bultos, nunca fue bueno lavando ropa.

Estaba aprovechando de ese momento en el cual no tenía esposas desgarrándole la piel. Separo sus piernas del lugar donde estaba sentado y se inclinó hacia delante, saco de debajo de su cama, entre el colchón, un libro grande que llevaba escondido.

Había comenzado a leerlo después de que termino con los libros de poemas y geografía, ahora había comenzado con historia. Se recostó en la cama para comenzar a leerlo, lo veía más como un cuento.

No paso más de una hora cuando se desesperó de que su cabello se pasara por sus ojos estorbándole en su lectura. Se puso de pie y dejo el libro en la cama. Se dirigió al baño y al entrar se observó en el espejo. Odiaba su rostro y el mismo no se reconocía al verse. Se acercó más al espejo y acaricio con sus dedos una marca morada que rodeaba su ojo la cual ya comenzaba a disiparse.

Al pasar sus dedos por esta, noto las manchas rojas que iba dejando en su piel. Se susto al verla y dio un paso con brusquedad hacia atrás, empezó a respirar agitadamente  miro sus manos.

Sus dedos eran lo más demacrado que tenía, sus uñas estaban rotas y algo despellejadas por lo que sangraban constantemente. Hacia el trabajo doméstico de la casa por lo que sus manos se lastimaban bastante.

Se sacó las vendas que llevaba en cada uno de sus dedos y las tiro al bote de basura. Abrió la llave de agua y se enjuago las manos esperando que pararan de sangrar, se secó y comenzó a abrir varios cajones con desesperación.

Tomo de entre todo una cajita de banditas y las saco todas en el fregadero. Con sus manos algo temblantes las destapo y comenzó a atarlas de nuevo a sus dedos.

-Se…se me acabaron- susurro cuando termino de sellar su dedo meñique.

 

Salió de su habitación y camino por el pasillo hasta el cuarto de Eliot, se pegó a la puerta y se asomó levemente a la puerta la cual estaba entreabierta, podía escuchar el sonido de la televisión y el agua de la regadera corriendo.

Bajo las escaleras procurando no hacer tanto ruido y se fue al recibidor donde quito el seguro que agarraba la ventana de lado de la puerta.

Se separó de ella y volvió a subir las escaleras. Mientras Eliot estuviera en la ducha no tendría ningún problema, no podría escucharlo. Paso sigilosamente por la habitación de Eliot ya que después de esta se encontraban el otro par de escaleras que lo llevaban a la habitación de sus padres, subió con la misma cautela y entro a la biblioteca.

Comenzó a abrir los cajones de aquel gran escritorio y revisando los estantes abriendo algunos libros. Si algo recordaba, es que el de pequeño guardaba su dinero entre los libros de la biblioteca ya que eran bastantes, era complicado saber en cuales estaban, pero había dejado de hacerlo desde que cumplió los catorce, y el dinero que había guardado no lo volvió a recoger, comenzando a ahorrar en su habitación.

Saco de un gran libro un par de billetes que le servirían bastante. Tomo una hoja de papel y comenzó a escribir algo en ella con un marcador que se encontraba por ahí, no tenía que hacer mucho. Empezó a doblar aquella hoja con varios movimientos hasta que creo un pequeño sobre y dentro de este metió los billetes.

Metió el sobre dentro de la bolsa de su chamarra y volvió a meter todas  las cosas en su lugar. Tomo el gran libro que había sacado de un estante algo alto y tuvo que estirarse de puntitas para poder ponerlo exactamente donde estaba pero en un tambaleo su cabeza le comenzó a punzar y se fue para atrás dejando caer el libro y el debajo de este.

Como odiaba cuando le daban mareos, su presión debería estar alta. Se volvió a poner de pie apoyándose del escritorio y prefirió dejar el libro en la mesa.

Se dio la vuelta y camino hasta la salida sobando su cabeza y en cuanto abrió la puerta para salir se encontró con nada más que Eliot en toalla observándolo con frialdad y furia en sus ojos.

El menor salto hacia atrás con pánico recorriendo en todo su ser al ver aquel hombre frente a él de esa manera, lo había asustado bastante.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto con todavía algo de paciencia en su voz, sus cabellos aún se encontraban mojados y escurriendo.

-Na-nada- dijo el menor tratando de recuperar el aire.

-Te he dicho que no puedes entrar-

-Perdón...-

Eliot lo miro sin inmutarse y tomo la muñeca de Adri jalando y sacándolo del lugar para cerrar la puerta y dejar al menor estampado y acorralado en el pasillo. Adri miro al mayor asustado y temblando, sin saber porque de esa reacción tan apresurada.

Eliot levanto la muñeca de Adri de donde lo tenía sujetado y bajo la manga que lo ocultaba.

-¿Sigues cortándote? Suicida- le pregunto con una sonrisa burlona.

-Suéltame- trato de alejar su brazo pero Eliot lo levanto con más fuerza y lo observo a los ojos.

-Tal vez quieras que te ponga las esposas también durante el día- sonaba más a afirmación.

-¡No!- grito y luego trato de zafarse, pero no era lo suficiente fuerte.

Eliot hiso que el menor se acercara más a él para poder verlo a los ojos –En ese caso más te vale que no estés planeando cosas estúpidas-

-No planeo nada-

Eliot metió su mano dentro de la bolsa de la chamarra de Adri y de este saco el pequeño sobre que había hecho hace un momento.

-¿Entonces qué es esto?-

-Alto…- no termino de decir la frase ya que Eliot lo había empujado ligeramente quitándolo del camino, pero lo suficiente para hacer que el menor se tambaleara. Abrió el pequeño sobre y saco de este los billetes observándolos con algo de enojo.

-¿De dónde sacaste esto?- se dio la vuelta refiriéndose a los billetes.

-Son… son míos-

-Déjate de idioteces- desarmo el sobre y observo lo que tenía escrita aquella hoja, pero apenas había logrado leer el primer renglón cuando el menor le arranco la hoja de las manos. –Maldito…- farfullo dispuesto a alcanzar al menor para volvérsela a quitar, pero Adri se bajó las escaleras corriendo.

Lo más probable es que se hubiera encerrado en su habitación. No tenía bastantes ganas de pelear con él, así que solo bajo con calma para cambiarse.

Adri llego hasta su cuarto y comenzó a levantar sus sabanas, registrar en su ropa y en cualquier lugar donde sospechaba que podría tener algo de dinero, no era muy cuidadoso con sus cosas por lo que esperaba encontrar una buena cantidad por ahí.

Al final alcanzo a tener lo suficiente en monedas y algunos billetes. Armo con rapidez la carta y metió las cosas dentro de este. Salió de su habitación con algo de velocidad y bajo las escaleras hasta el recibidor, se acercó a la ventana, la abrió ligeramente y saco el sobre el cual cayó al piso.

Era fácil solo tenía que dejar que Kamil lo encontrara y ella iría a comprarle la cajita de banditas, una vez que regresara mientras Eliot no estuviera se las podía dejar. Ya hace bastante que la niña sabia donde vivía. No tenía idea de cómo lo había descubierto, debió seguirlo alguna vez o algo por el estilo.

Se quedó observando la ventana un momento y luego se dio la vuelta. La sala era un completo desastre, los amigos de Eliot habían estado ahí la noche anterior y él sirvió como el sirviente del lugar. Una de las razones por las cuales su cabeza le molestaba bastante.

Le pareció bastante raro cuando el chico de cabellos rubios había dejado de molestarlo. No sabía porque había pasado pero no se iba a detener a preguntar.

Comenzó a recoger los trastes donde habían metido las frituras, recoger las migajas de la alfombra iba a ser lo complicado.

Otra de las constantes interrogante que lo tenían perdido era Héctor ¿Que había pasado con su primo? No sabía que era lo que le había sucedido, ni siquiera recordaba si aquella vez lo había visto o solo lo había imaginado, pero pensaba que lo había imaginado, ya que si hubiera sido verdad, no seguiría atrapado en ese infierno.

Escucho un grito llamándole desde el segundo piso, era Eliot y parecía bastante molesto. ¿Qué había hecho ahora? Dejo las cosas como estaban y subió escaleras arriba, la voz venia de su habitación, entro con algo de cautela y observo al mayor que lo miraba furioso.

-¿Qué mierda es todo este desorden? ¿Y dónde está la hoja? ni creas que se me ha olvidado- Eliot estaba de pie observando todo el lugar desacomodado. Una vez que se había cambiado, regreso a saldar cuentas con ese mocoso.

-En-enseguida lo arreglo-

-Comienza- se hiso a un lado dejándole espacio al menor para que comenzara, este se acercó con algo de miedo y humillación y se agacho para recoger los papeles que estaban regados por el piso.

Eliot lo miraba con burla, miro alrededor una vez más y luego bajo la mirada, noto unas hojas que estaban tiradas bajo sus pies y se agacho para alzar una de ellas, ya que le pareció curioso. Adri se detuvo un momento y observo al mayor, no reconocía aquella hoja que llevaba en sus manos.

Elato noto que era un calendario, un calendario viejo que llevaba ahí años, solo basura, iba a tirarlo de nuevo cuando noto los garabatos con marcador rojo que marcaban una fecha en específico “9 de agosto” abrió los ojos con sorpresa, esa fecha era la de su cumpleaños. Las letras rojas formaba la pequeña oración de “un año más viejo”.

Dejo aquello y puedo observar otras letras rojas que marcaban otra fecha. “12 de abril” el cumpleaños de Adrián, esa fecha se quedó grabada en su mente y entonces recordó, ya estaban a 12 de abril, el cumpleaños de Adrián era ese día.

El menor solo lo miraba con curiosidad, no sabía que era lo tenía ese papel como para que Eliot le prestara tanta atención. Adri ni siquiera recordaba la fecha, en esos momentos ya tenía 16 años.

Eliot miro al menor un momento, no podía creer que ya fuera unos años más grande, había olvidado cual era la edad del menor. Arrugo la hoja en sus manos y se dirigió a la puerta.

-Más te vale limpiar todo-

Adri espero a moverse hasta que lo vio fuera de su habitación y luego continúo arreglando, aunque seguía teniendo curiosidad de que era lo que tenía esa hoja.

 

Cuando termino de arreglar su habitación bajo las escaleras y término de arreglar la sala. Se quitó su chamarra y levanto las mangas de su playera, le molestaba su cabello pero no tenía nada para agarrárselo. Entro al cuarto de lavado y de este saco la aspiradora para quitar las migajas de la alfombra. También lavo  algo de ropa y sus zapatos. Se dedicó a limpiar por completo la casa. Limpio las ventanas, aspiro los sillones, lavo todos los platos, trapeo el piso y cada uno de los escalones.

Su cabello continuaba molestándole. Si continuaba de esa manera se iba hartar. Dejo limpiar los pasillos cuando se cansó, todo eso era bastante cansado y su estómago había comenzado a rugir.

Se dirigió a la cocina y abrió unos de los estantes de hasta arriba. Encontró  una caja con avena, eso podía servir. Vacío un poco de leche de cartón que había estado fuera del refrigerador, en un platito y luego hecho algo de avena. Podía comerlo como si fuera un cereal ya que no sabía hacerlo de otra manera y la había dado algo de miedo prender la estufa con la quemadura que tenía marcada.

Se sentó en la mesa y apenas se había metido la primera cucharada a la boca cuando vio a Eliot bajando las escaleras, con el estilo de vestuario que el sabia, era para salir a algún lugar.

-¿Te… te vas a ir?-  pregunto con algo de duda al haber abierto la boca.

Eliot lo miro un momento pero sin responderle saco las esposas de uno de sus bolsillos y se dirigió hacia el menor y tomándolo de la muñeca lo saco de la cocina y lo arrastro hasta la manija del sillón. Con un movimiento rápido lo tiro al piso y mientras el menor trataba de ponerse de pie, le sujeto la muñeca con aquel pedazo de metal.

Adri no dijo ni hiso nada. Solo se removió, tratando de acomodarse mejor pero en esa posición le era bastante complicado.

 

Eliot salió de la casa y se metió al auto, comenzó a conducir y unos minutos después paro en una casa ajena donde se vería con unos compañeros. Miro por la ventana, la casa era enorme y muy bien decorada. Regreso su vista al frente y observo sus manos. Apretó con fuerza sus manos sobre el volante y puso una mueca.

-Me jode…- susurro al aire.

 

Adri se quedó en el mismo lugar por horas y lo único que realmente lo molestaba es que no había terminado su avena. Apretó con su mano la alfombra a sus pies y sus ojos se comenzaron a inundar.

Los golpecitos por la ventana lo hicieron parar su llanto, levanto la mirada y vio a Kamil por la ventana sosteniendo el sobrecito y dándole una sonrisa, con una señal de manos le hiso entender que iría por la banditas.

 

Pasaron unos cuantos minutos y la niña regreso. Abrió la ventana sin el seguro y se acercó a Adri.

-¡Hola!- le dijo de una manera muy alegre –Traje lo que me pediste ¡curitas!-

-Gracias- la niña le enseño la cajita de banditas. – ¿Puedes subir? A mi habitación, déjalas en el baño-

-¡Sí!-

La niña subió las escaleras, de acuerdo a las instrucciones que le había dado Adri para llegar a su cuarto y dejo la caja de banditas en el baño. Después regreso pero cuando llego al pie de la escalera vio el plato en la cocina donde Adri había estado comiendo hace unas horas, corrió hasta él y lo tomo y con un poco más de cuidado, se acercó a Adri y se sentó para que ambos comenzaran a comer.

-Ya no tienes más ¿verdad?-

-No, lo siento-

-No importa. Oye te traigo yo algo- Kamil saco de la bolsa de su vestido una paleta -¡¡Aquí tienes!!-

Adri tomo la paleta –Oye son de tus dulce ¿no? Debería de venderlos, no regalarlos, te daré el dinero la próxima vez-

-No, me des nada, no sabía cuál era tu sabor favorito  y te traje una que sobro, mira dame- la niña le quito la paleta de las manos y le saco la envoltura, luego se la volvió a entregar –Cómela-

Adri la miro algo extrañado y probo la paleta.

-¿Y qué tal? ¡Mi hermano las hace!-

-Esta rica, ¿de qué es?-

-¡Caramelo!-

-Me gusta mucho el caramelo…- le sonrió.

Kamil lo observo con los ojos abiertos, no lo veía sonreír tanto, sus labios se curvaron y luego sonrió mostrando sus pequeños dientes con algunos espacios vacíos de los diente de leche para luego saltar y abrazarlo.

 

Cuando el día fue terminando Eliot salió de la casa donde se había reunido con Adén, el rubio termino citándolos a todo en algún antro de por ahí que había rentado para festejar las ganancias de la inversión, los autos que ellos proporcionaban en su empresa serian de los mejores desde esos momentos.

Estaba algo cansado por lo que entro a su auto comenzó a conducir, era las 11 de la noche, esta vez quería llegar algo tarde, no tenía muchas ganas de encontrar a Adrián despierto.

Estaciono su auto cuando llego a su hogar y bajo del auto con algunas cosas en sus manos.

Abrió la puerta y entro al recibidor, camino un poco hasta la sala y dejo las cosas sobre el sillón, prendió las luces y observo a su hermano, sentado a sus pies y durmiendo. Completamente dormido. Eliot se agacho a sus pies y paso su mano sobre el rostro del menor sin llegar a tocarlo, comprobando si se encontraba dormido.

Tomo de nuevo las llaves y abrió la esposa que lo mantenía prisionero. Lo tomo entre sus brazos y lo cargo. Tomo las cosas que estaban en la mesa y siguió caminando hasta subir las escaleras.

Entro a la habitación de Adri y lo dejo en su cama. Lo cubrió con las cobijas y justo en el buro que estaba alado de la cama, dejo dos pequeñas cajitas y una hoja, Eliot tomo un marcador rojo que se encontraba en el piso y rayo algo sobre esa hoja.

Cuando termino se levantó y se zafo un poco la corbata, miro al menor un momentos dormir y luego se dio la vuelta, apago las luces de la habitación y cerró la puerta procurando no hacer tanto ruido para luego marcharse a su habitación.

 

El sol empezó a pegarse en el muro de su habitación y el sonido de los pajaritos cantando lo obligo a despertar. ¿Qué hacía en su cuarto? ¿Cuándo había llegado? Se sentó en la cama, tallándose los ojos y con su cabello despeinado y miro todo a su alrededor confundido.

Desvió su mirada hasta su buro y abrió los ojos con sorpresa.

Había sobre este una cajita de curitas, la tomo sin saber que hacia ahí, luego vio una segunda cajita de color azul, sin nada más, la destapo y encontró un collar de una llave dorada. Saco la cadena de la caja bastante confundido, observo la hoja que estaba alado de esos regalos y después de unos minutos de procesarla sus ojos comenzaron a llenarse con lágrimas.

“Un años más…”

Notas finales:

Bueno hojala les haya gustado, me costo trabajo, no tenia ideas pero al final logre lo que queria. Se que les causo impacto pero ni yo me entiendo.

Espero comentarios, tratare de contestals los que todavia no contesto.

Actualizare pronto, ya regresando, asi que besitos.

<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).