-Tetsuya – Llamo al peliceleste una voz familiar para él y con un tono algo molesto.
-A-Akashi-kun – dijo Kuroko sorprendido y algo nervioso al ver al niño más alto que el, de cabellos rojizos y ojos heterocromaticos, uno rojo como sus cabellos y el otro de un tono dorado muy hermoso, ojos que lo miraban fijamente y de una manera fría - ¿Q-qué haces aquí? – dijo el más pequeño bajando su cabeza tratando de evitar aquella mirada tan penetrante.
-No tengo porque contestar – dijo arrogante y con media sonrisa en el rostro el más alto mientras se acercaba al peliceleste, para luego tomar su mentón y levantar su cara haciendo que se vean fijamente a los ojos y posar un suave beso en los labios de Tetsuya, él cual no hizo más que cerrar sus ojos y no oponerse, ya que hacerlo no era una opción.
-Tetsuya, eres mío, recuérdalo. – Dijo apartando su mano de la carita de Tetsuya y mirando fijamente aquellos ojos azul cielo – Te veré mañana. – agrego, para después desviar su mirada hacia un pelirrojo alto, que miraba aquella escena sorprendido o más bien celoso y curioso, oculto detrás de un árbol no tan lejos de ahí.
-Ja –sonrió satisfecho, miro de nuevo al pequeño de ojos color cielo que estaba con su mirada hacia abajo, y poso una leve sonrisa en su rostro, después revolvió los cabellos celestes del pequeño con su mano derecha cariñosamente, para después girarse y caminar hacia un auto negro que lo esperaba, subirse en dicho auto y marcharse, dejando a un confundido y cabizbajo Tetsuya; y a un confuso, dudoso y celoso Kagami sentado con sus manos en las rodillas detrás de un árbol.
-¿Quién era aquel? ¿Por qué beso a Tetsuya? ¿Por qué Tetsuya no hizo nada? ¿Por qué estoy escondido en este árbol? – eran algunas de las preguntas que se formulaba a si mismo Kagami, mientras recordaba lo sucedido hace unos minutos, y como termino allí para presenciar aquel momento.
+*+*+*+ Flash-back +*+*+*+
Ambos se encontraban en la gran puerta del parque, cerca de un sendero de árboles y bancas.
-Entonces nos vemos el lunes, Kagami-sensei – dijo Tetsuya en un tono divertido; luego de haberse brindado una sonrisa entre ellos.
-Jajaja, entonces nuestra primera clase será el Lunes – dijo Kagami rascándose la nuca y devolviéndole el balón a Kuroko.
-Hasta el Lunes – dijo el peliceleste con una leve sonrisa en su rostro y despidiéndose agitando su mano.
-Hasta el Lunes – le respondió Kagami con una sonrisa y también agitando su mano.
Ambos se giraron, caminando cada quien por el camino a sus respectivas casas, Kuroko metido en sus pensamientos porque por fin alguien jugaría baloncesto con él, miraba distraído y con una leve sonrisa el balón que sostenía entre sus dos manitos, cuando escucho su nombre, y reconoció la voz de quien lo llamo, su sonrisa cambio a una expresión de sorpresa y un poco de miedo.
Kagami al igual que Kuroko estaba metido en sus propios pensamientos, pensando que había encontrado a un lindo angelito y que sería muy feliz al tener que verlo todos los días, bueno casi todos; lo que más le gustaba del pequeño eran sus ojos, su inocencia se reflejaba en ellos y al recordarlo se giró queriendo verlo una vez más, pero al hacerlo, vio a un Kuroko cabizbajo y a un pelirrojo acercándose a él, al ver esto sin pensarlo se escondió detrás del árbol que se encontraba a un lado de él, sus celos hicieron su aparición cuando aquel niño de cabellos rojos le dio un beso en los labios a Tetsuya, y su enojo creció cuando el de ojos dispares aparto la mirada de Kuroko y se quedo viéndolo fijamente con una mirada fría a él, cosa que le sorprendió un poco porque supuestamente estaba escondido, pero un escalofrío recorrió su cuerpo cuando este le envió una sonrisa algo sádica para luego volver a posar su mirada en el más pequeño y revolver los cabellos celestes del mismo como quien diciendo “Él es mío, aléjate”, eso estremeció a Kagami y al mismo tiempo lo lleno de dudas, las cuales lo inquietaban mucho.
+*+*+*+ Fin Flash-back +*+*+*+
Luego de aquel recuerdo, con la esperanza de poder ver a Tetsuya y correr a preguntarle por aquel pelirrojo de mirada fría, Kagami se levantó de su posición y saco su cabeza por un extremo de aquel árbol, encontrándose con que Kuroko ya no se encontraba allí. Suspiro dudoso y se dirigió a su casa con la idea de que Tetsuya le respondería todo aquello el día en que se verían de nuevo y aquellas dudas ya no rondarían por su mente como hormigas sobre un pastel, transformando así las preguntas en respuestas que calmarían sus dudas.