“Tu sonrisa, tus labios, tus cabello, tus ojos, tu inocencia, todo TÙ, es mío, mío y de nadie más, porque yo te descubrí, yo te vi primero, tú fuiste y serás lo que llaman “mi primer amor”… recuérdalo, oponerse no es una opción, Tetsuya.”
Akashi Seijuurou
-+-+-Akashi POV-+-+-
Siempre eh estado solo, soy hijo único y mis padres, por su trabajo, casi nunca están en casa, al único que puedo considerar mi amigo es a Midorima Shintarou, el hijo de un socio de mi padre, siempre hemos estado juntos, desde muy pequeños y aunque él siempre ha estado a mi lado, aquel sentimiento de soledad aún sigue latente en mi… o eso sentía, hasta que lo conocí, aquel día fue la primera vez que una sonrisa se posó en mi rostro…
Era un sábado, ese día cumplía los 7 años, yo estaba sentado en la cama de mi habitación, dando un leve suspiro un poco triste, pues en aquella fiesta que había preparado mi madre para mi séptimo año de vida, Shintarou no iba a venir, porque había surgido un problema con la salud de su abuela y aunque mi madre haya invitado a muchos niños para que “me conocieran” creía que ninguno iba a llamar mi atención, “Solo son niños ruidosos a los que solo les importa jugar y hacer mucho ruido.” Pensé.
-Seijuurou, baja que los invitados te esperan – dijo mi madre después de abrir la puerta de mi habitación con una leve sonrisa en su rostro.
-Ya voy – dije levantándome de la cama, para después caminar detrás de ella, bajar la escaleras, salir al jardín y toparme con un montón de niños ruidosos, suspire y vi cómo se acercaban hacia mí y mi madre algunas de sus amigas.
-Qué lindo niño, feliz cumpleaños – decían algunas revolviendo mis cabellos o jalando suavemente mis mejillas, otras me presentaban a sus hijas o hijos, aunque no le di mucha importancia. Luego de estar casi una hora sentado en una silla cerca de la mesa del pastel viendo como los demás niños jugaban con los globos, en el brincolín, o corriendo por ahí; me aburrí, así que decidí ir a mi lugar favorito del jardín, aquel lugar me gusta mucho, porque es muy pacifico, allí hay un gran y hermoso árbol con unas preciosas flores adornándolo y debajo de este hay una acogedora banca para disfrutar de una buena lectura o descansar calmadamente, al llegar ahí note a un niño que leía un libro muy concentrado, sentado en dicha banca y ocultando su rostro en el libro, “interesante” pensé, pues ver a un niño leer en una fiesta no es tan común, luego le reste importancia y me senté a su lado para así poder disfrutar de la hermosa vista y calma que me brindaba aquel frondoso árbol, estuvimos ahí sentados en silencio unos cuantos minutos, hasta que una voz ajena rompió aquel silencio.
-Kuroko!! – grito un niño de cabellos castaños casi naranja, acercándose a nosotros acompañado de otro de cabello gris y mirada algo fría, aunque en su roso se posaba una sonrisa.
-“Ruidosos” – pensé al verlos, y rápidamente gire mi rostro al otro lado apartando la mirada, tratando de ignorarlos, hasta que una voz muy dulce llamo mi atención y me hizo voltear…
-¿Qué sucede, Ogiwara-kun, Nii-chan?- les pregunto el niño sentado a mi lado, apartando aquel libro de su rostro para dejar ver a un hermoso niño de apariencia angelical, su piel era blanca similar a la porcelana, de cabellos celestes y grandes ojos del mismo color, haciendo juego con sus cabellos, y que me recordaban al cielo, brindándome así la tranquilidad del mismo, sus labios eran rojos como una dulce y deliciosa manzana que tentaba el hecho de darle una mordida, aquel me recordó mucho a una muñequita de porcelana…”Lo quiero para mí, no, será mío”.
-Vamos a jugar al brincolín!! - dijo el castaño con una gran sonrisa, sacándome así de mis pensamientos.
-De acuerdo – dijo el peliceleste cerrando el libro y levantándose de la banca, revelando así su pequeña estatura que lo hacía ver aún más adorable, “Tan pequeño, tan vulnerable”, sin saberlo una sonrisa se adueñó de mi rostro acompañada de un leve sonrojo.
-¿Puedo ir con ustedes? – dije sonriendo mientras miraba fijamente a aquel que me cautivo, y al mismo tiempo haciendo que estos tres fijaran su mirada en mí.
-Claro – dijo sonriendo levemente el de cabello gris.
-Bien, entonces, vamos!! – Volvió a gritar el castaño empezando a caminar junto con el de cabellos grises, mientras que yo iba junto al de ojos color cielo, mirándolo fijamente mientras caminábamos – Y…¿Cómo te llamas? – pregunto esta vez sin gritar, girando su cabeza para mirarme con sus ojos color café-naranja, sin parar de caminar.
-Akashi Seijuurou – dije apartando mi mirada del peliceleste, para después mirar serio al castaño.
-¿Eres el que cumple año hoy? – pregunto el pelicastaño señalándome, a lo que asentí serio.
-Entonces…- dijo el de ojos con orbes color blanco mirando al castaño y al peliceleste paulatinamente y asintiéndose entre los tres – FELIZ CUMPLEAÑOS!! – luego gritaron los tres al unísono, parando el caminar para verme y levantando las manos con sonrisas en sus rostros. Acto que me hizo feliz y con una leve sonrisa le dije “Gracias”.
-Pues yo me llamo Ogiwara Shigehiro – dijo el castaño retomando el caminar y con sus dos manos recostando su cabeza hacia atrás.
-Yo soy Kuroko Chihiro, su hermano mayor – dijo el de cabello gris caminando de nuevo junto al castaño y señalando con su dedo a quien caminaba a mi lado.
-Y yo soy Kuroko Tetsuya, mucho gusto – dijo el más pequeño con una pequeña sonrisa en su rostro mientras me miraba y estiraba su pequeña mano para que la estrechara.
-El gusto es mío, Tetsuya – dije mirándolo fijamente con una leve sonrisa en mi rostro para luego estrechar su manito, correspondiendo el saludo, mientras me decía a mí mismo algo que me inquieto un poco…
“Pronto te conoceré mejor… Mi Tetsuya, Mío…”
Continuará…