196?
Era una agradable sensación, un cosquilleo que empezaba en tu estomago cada vez que estaban juntos. Y quizá no ayudaba de mucho que siempre estuvieran juntos.
Los días eran especiales, sin importar lo que pasara porque siempre estabas junto a él. Tu hermano, tu alma gemela en el buen sentido de la frase.
¿alma gemela significaba que estaban destinados a estar juntos? Una vez escuchaste a tu madre estafar a alguien por teléfono con esas tonterías, pero aunque sabes que no son mas que un montón de palabrerías se quedaron grabadas en tu mente.
Y ahora cada vez que veías a Stan pensabas en eso. No seria raro que quisieras pasar toda tu vida junto a él ¿verdad?
el lazo que los unía como hermanos (gemelos) era fuerte y el destino que les esperaba se veía prometedor en tus pensamientos.
"Los gemelos misterio, surcando el mar en stan o´ war. Buscando tesoros y misterios"
Sin duda era algo prometedor, un sueño que te gustaría hacer realidad junto con tu hermano. Pero de vez en cuando te invadía la duda ¿Que pensaba Stan sobre eso? No eras el único que quería estar siempre juntos ¿o si?
La duda a veces te mantenía despierto, pero preferías callarte con respecto a eso. Porque si preguntabas y recibías una negativa de tu hermano... simplemente no estabas preparado para afrontarlo.
Sin embargo aunque quisieras dejar el tema en el olvido tu gran y molesto cerebro siempre te lo recordaban.
—Basta cerebro, deja de pensar en eso...
—Jaja eres el único que pelearía con tu cerebro. -Escuchar su voz de pronto te hizo dar un pequeño salto. —Stanley que demonios?!
—¿Que ocurre cerebrito? Parece que tienes problemas para dormir. -te dijo mientras asomaba la cabeza por un lado de tu cama, te acomodaste en la esquina de la cama sintiendo las paredes como un escudo que te defendían de.. ¿él?
—¿Porque no estas dormido? -preguntaste evitando mirarlo.
—Lo estaba pero tu charla con tu gigante cerebro me despertó. -te respondió subiendo hasta tu cama sentándose a tu lado. Evitaste su mirada en una mezcla de sentimientos. ¿Había escuchado las cosas vergonzosas que estabas hablando contigo mismo?
—Hey ¿Que pasa? ¿Stanford? -inclino su cabeza buscando tu mirada. —¿Es por lo que paso esta tarde? Mira ya te dije que Cranpelter es un idiota, no deberías dejar que te afecten sus comentarios. Cuando tengamos nuestro bote seremos tu y yo contra el mundo por siempre!
—Lo prometes, que estaremos juntos siempre?... -susurraste y cuando él te vio fijamente tus mejillas enrojecieron. ¿Acaso lo habías dicho o pensado? —Ah.... B-bu... yo.
—Lo prometo. -te dijo mientras su mano tomaba una de las tuyas. —Prometo que siempre estaremos juntos.
—¿De verdad? ¿Prometes que no vas a dejarme? -sentías la necesidad de confirmarlo, querías saber si no era solo el impulso del momento ya que conocías lo impulsivo que era Stanley.
—Prometo que jamas voy a dejarte... A cambio tu prométeme que nunca vas a dejarme. -te pidió.
—Te prometo que nunca voy a dejarte. -se lo prometiste y él te abrazo como respuesta.
Pero tu, Stanford Pines rompiste tu promesa cuando dejaste que tu padre lo echara de casa.
Si, estabas enojado porque había arruinado algo importante para ti. Pero cuando lo viste en la calle pidiendo tu ayuda... le rompiste el corazón.
Cuando escuchaste el auto de Stanley arrancar sentiste también como un pedazo de tu corazón te dejaba. Bajaste las escaleras rápido e intentaste hablar con tu padre para hacerlo recapacitar, pero cuando él tenia una idea no podías hacerlo cambiar de opinión.
—Lo siento Stan, lo siento... -esa noche no pudiste dormir... ni la noche siguiente.