Miro las hojas que tenía encima de la mesa con cansancio.
-No otra vez-Dijo mientras apoyaba su cabeza en la mesa.
Suspiro y junto fuerzas para levantarse, agarro los papeles y salió de la sala de delegados. Camino pesadamente al patio y recorrió rápidamente con la mirada el lugar.
-Te encontré –Dijo mentalmente el rubio caminando hacia el gran árbol donde estaba sentado un pelirrojo.
Castiel disfrutaba del sol mientras escuchaba música cuando de repente unas hojas cayeron en su regazo sobresaltándolo un poco. Abrió los ojos molesto y se enojó aún más al ver a Nathaniel delante suyo con gesto irritado.
-Qué demonios quieres delegado-Pregunto enojado Castiel mientras se sacaba los auriculares.
-Tienes que firmar tus justificantes de ausencia-Contesto cruzándose de brazos –
-No quiero, piérdete-Cerrando los ojos –Me tapas el sol.
-Entonces no sigas faltando a clases-Susurro masajeándose la frente, le estaba dando dolor de cabeza.-
-Yo hago lo que quiero con mi vida-Grito cabreado
-Entonces no pierdas tu tiempo viniendo aquí-Agarro las hojas del regazo del pelirrojo y las rompió tirándoselas en la cara-¡Idiota!
-Como te atreves-Dijo mientras se paraba para golpearlo, pero no vio que una de sus zapatillas estaba desatada haciendo que pise el cordón y caiga sobre el rubio.
La cabeza de Nathaniel impacto fuertemente contra el suelo desorientándolo. Castiel sin dudarlo agarro la camisa del rubio levantando el puño pero lo bajo al instante al verle la cara.
-¿Oye estas bien?-Pregunto intentando no sonar preocupado.
Las mejillas de Nathaniel se encontraban sonrojadas, su cabello alborotado, sus ojos se encontraban brillantes y respiraba forzosamente. Sintió sus mejillas arder pero rápidamente sacudió su cabeza y acerco su mano a la frente del delegado.
-Estas hirviendo –Susurro sorprendido.
Se incorporó y saco rápidamente el teléfono de su bolsillo, marcando un número. No pasaron ni 5 minutos y escucho unos pasos apresurados detrás de él.
-Castiel! –Grito Sucrette cargando sus mochilas, una vez cerca, vio a Nathaniel sobre las piernas de él. -¿Qué paso?
-Estuvimos por pelear, pero me caí sobre él y no se movía-Dijo mirando al rubio que seguía respirando costosamente.- Tiene mucha fiebre.
Sucrette puso su mano sobre la frente del rubio y la retiro rápidamente, estaba muy caliente.
-Llevémoslo a su casa- Mirando a Castiel con seriedad.
Con ayuda de Sucrette logro colocarlo sobre su espalda y salieron del instituto hacia la casa del rubio que se quedó dormido. Una vez que llegaron tocaron el timbre pero nadie contesto.
-Busca en su mochila-Dijo Castiel.
Sucrette hizo caso y busco en la mochila de Nathaniel hasta encontrar las llaves. Llevaron al rubio a su habitación y lo acostaron en su cama.
-Bien, ya nos podemos ir-Dijo Castiel mientras agarraba su mochila y la colgaba en su hombro.
-¿Qué? -Pregunto sorprendida la chica mirándolo con los ojos muy abiertos- ¡No podemos dejarlo solo! Tiene mucha fiebre.
-No es asunto mío-Le contesto molesto.-Yo no soy niñero de nadie.
Sucrette estaba por regañarlo cuando de repente escucharon un fuerte ruido provenir del patio de la casa. Rápidamente se dirigieron allí donde había un gran jardín con un árbol y una mesa a juego con sillas cerca de una parrilla. Se acercaron al árbol y encontraron una gran rama tirada en el suelo.
-¿Cómo se rompió esta rama? –Pregunto Sucrette mirando a Castiel.
-Yo como voy a saberlo-Inquirió el pelirrojo- Solo algo muy pesado podría quebrarlo, pero no hay nada por aquí, me voy a mi casa.
Castiel se dirigió a la puerta de la casa y vio entrar a Amber.
-Castiel?-Pregunto la rubia sorprendida.- ¿Qué haces aquí?
-Tu hermano esta con fiebre y junto con Sucrette lo trajimos aquí-Contesto pasando por al lado de la rubia y se fue.
-Yo debo irme, cuida de Nathaniel- Dijo Sucrette mirando seriamente a Amber.
Sin darle tiempo a contestar salió de la casa cerrando la puerta.
-Quien se cree esa para darme órdenes a mí-Gruño mientras subía las escaleras, fue a la habitación de su hermano, se asomó por la puerta y vio que dormía.
-Seguro está bien-Dijo despreocupadamente mientras encogía los hombros y se dirigía a su habitación.
Afuera en el patio, del árbol salió una chica de cabello marrón con reflejos blancos.
-Eso estuvo cerca-Susurro arrodillada en el pasto, recordando lo que paso hace unos minutos.
Flash Back.
Cupido se encontraba delante de ella y le sonreía de una manera un tanto rara.
-En este cuaderno se encuentra la información del chico-Dijo entregándoselo.
Miro la tapa y vio que un nombre se dibujaba y luego desaparecía, solo ella pudo verlo.
-Nathaniel-Leyó mentalmente Nala para luego preguntar -¿Cuándo debo dirigirme a la tierra?
-Ahora
Y sin darle tiempo a preguntar algo, la diosa fue envuelta en una brillante luz y desapareció.
Fin del flash back
-Maldito Cupido- Dijo mientras se levantaba y miraba el árbol que amortiguo su caída- Lo siento
Con un movimiento de mano la rama caída volvió a su lugar. Al caer presintió que alguien se acercaba y rápidamente con su magia, se metió dentro del árbol.
Recordó que Zeus le devolvió sus poderes, pero tenían prohibido usar aquellos que manipulen a los humanos. En ningún momento soltó el cuaderno que le dio Cupido, lo abrió y en la primera hoja aparecía una foto de Nathaniel.
-Supongo que aquí vivirá -Susurro volando rápidamente hacia la única ventana abierta de la casa.
Vio al rubio sobre la cama y sonrió pero su sonrisa desapareció al instante. Se acercó a la cama y vio que respiraba trabajosamente y gotas de sudor bajaban de su frente.
-Este chico tiene fiebre- Pensó pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz detrás de la puerta.
-Nath me voy a dormir a la casa de Charlotte, mamá y papá tienen una cena y llegaran tarde- Escucho pasos alejarse y luego una puerta cerrarse.
Suspiro aliviada y miro de nuevo a Nathaniel.
-Tu estas volando de fiebre y tu familia te deja solo –Dijo cruzándose de brazos- Si no te recuperas no podré hacer mi trabajo.
Puso su mano en la frente de rubio y una luz verde brillo.
-Con esto será suficiente-Dijo mirando al rubio que comenzaba a respirar normalmente y su cara dejaba de estar roja. Se sentó en el borde de la cama y abrió el cuaderno amarillo para saber más del rubio y de su pasado.
Castiel caminaba tranquilamente por el parque rumbo a su casa, no pensaba volver al instituto. Recorrió con la mirada el lugar y vio que no había mucha gente así que decidió acostarse debajo de un árbol. Cerro los ojos y dejo que el sol lo calentara, inconscientemente recordó la cara del delegado cuando cayó encima de él, sus mejillas sonrojadas, su ojos vidriosos y su boca entreabierta, se veía realmente adorable y lindo. Abrió sus ojos y se reprendió mentalmente al pensar de esa manera del delegado. Escucho un ruido sobre él y luego algo crujir, miro hacia arriba, arrepintiéndose al momento.
-AHHHH
Sentía el cuerpo adolorido y entumecido, lentamente abrió los ojos que los había cerrado y lo fijo en el cuerpo que se encontraba encima de él que intentaba incorporarse.
-Auch, eso dolió -Escucho que decía la chica encima suyo de larga cabellera negro azulado amarrado en dos coletas altas y de ojos verdes, vestía un short negro con una remera violeta, en su mano derecha sostenía un cuaderno.
-Quítate de encima-Gruño Castiel adolorido.
La chica intento levantarse pero un dolor agudo en su tobillo izquierdo hizo que cayera sobre el césped. El pelirrojo miro el tobillo y vio que estaba rojo. Acerco su mano y toco levemente la piel recibiendo un gemido de dolor de ella.
-Seguro te lo torciste al caer- Dijo Castiel levantándose del suelo.- ¿Cómo demonios subiste hasta allá?
-No es de tu incumbencia –Susurro mirando seriamente a Castiel.
-¡Casi nos matas! -Le grito cabreado- ¡Si no hubiera estado yo, estarías frita! Sé más agradecida.
-Gracias- Agradeció bajito pero fue escuchado por el pelirrojo.
-Te ayudare a ir a hasta tu casa –Dijo acercándose a la ojiverde que miro hacia otro lado.
-Yo no tengo casa –Le dijo sorprendiendo a Castiel.-
-¡Como que no tienes casa! –Le grito enojado.
Castiel vio cómo se humedecían los ojos de la chica y suspiro.
-No es necesario que me cuentes, te llevare a la mía –Dijo mientras la ayuda a pararse.
Ayudo a que se subiera a su espalda y comenzó a caminar hasta su casa.
-Un deja vú- Pensó el pelirrojo al recordar cuando cargo al delegado a su casa.
-Ingenuo- Pensó mientras sonreía triunfadoramente.- Nadie se resiste a mis lágrimas.
Flash Back
Vio como la luz envolvía a Nala e hizo que desapareciera.
-Ten-L e dijo Cupido entregándole un cuaderno rojo.
-Espera- Dijo antes de agarrarlo para luego preguntar molesta- ¿Y cómo lo encontrare? A Nala la hiciste desaparecer sin darle tiempo a preguntar.
-El cuaderno te guiara a él-Contesto tirándole el cuaderno.
Rous lo agarro en el aire pero fue tarde cuando se dio cuenta de su error.
-¡Eres un…!- Pero la luz la envolvió desapareciéndola.
En unos segundos se encontraba sobre la rama de un árbol.
-Ese maldito bebe me las pagara algún día -Pensó furiosa
Escucho voces a lo lejos y vio a unos niños entrando en el parque, rápidamente hizo que sus alas desaparezcan y su vestimenta cambie por un short negro, una remera violeta y zapatillas. Miro la tapa del cuaderno y el nombre de Castiel brillo en rojo y luego desapareció. Abrió el cuaderno y vio en la primera página una imagen de Castiel.
-El cuaderno te guiara a él-Imito la voz de Cupido haciéndole burla- ¡Pues yo no lo veo!
Unos pasos hicieron que mire hacia abajo.
-Bingo-Pensó.
De repente la rama debajo suyo crujió haciendo que se asustara y se inclinara demasiado y cayera.
-AHHH
Fin del Flash Back
En el instituto Lysandro recorría toda la escuela buscando su libreta
-¿Donde la abre dejado?-Pensaba mientras caminaba por los pasillos.
Se encontró con Iris, Violeta, Alexy y les pregunto si habían visto su libreta pero ninguno la vio.
Decidió ir al patio y se sentó en una banca de allí e intentar recordar donde la había dejado, tan sumido estaba en sus pensamientos que no escucho los ruidos detrás suyo.
-No, no, no, no-Escucho una voz.
Giro su cabeza y se encontró con una chica de largo cabello negro arrodillada en el suelo, cerca de los arbustos, llevaba un vestido negro hasta las rodillas y unas sandalias blancas. Se levantó de la banca y se acercó a ella
-¿Necesita ayuda joven dama? -Pregunto viendo como la chica se sobresaltaba para luego mirarlo con sus brillantes ojos rojos.
-N-no-Contesto rápidamente mientras seguía hurgando entre los arbustos ensuciando todo el vestido.
-Permítame ayudarla- Volvió a insistir- Seria muy descortés de mi parte no hacerlo, señorita…
Vio como en su mirada estaba la duda.
-Usagi, mi nombre es Usagi- Se presentó- ¿Y tú eres?
-Un gusto señorita Usagi, mi nombre es Lysandro-Contesto cortésmente.- ¿Qué esta buscando?
-Perdí mi cuaderno-Dijo mientras se paraba y sacudía su vestido – Y no logro encontrarlo y es muy importante para mí.
-Me pasa seguido, si me permite la ayudare.
-Estoy segura que debe estar por aquí en este patio- Dijo mirando el lugar.
-Entonces pongámonos a buscarlo- La animo Lysandro buscando entre los arbustos.
Usagi se quedó mirando a Lysandro y se apresuró a buscar el cuaderno. Si ese chico lo encontraba y miraba su contenido iba a querer saber porque tenía cosas anotadas sobre una persona.
-Esto es culpa de Cupido –Pensó frunciendo el ceño.
Flash Back
-Bueno, solo quedas tu Usagi-Dijo Cupido acercándose a la diosa del Sol y la Luna.
-Pudiste haber sido más gentil con mis amigas–Le contesto sin intención de agarrar el cuaderno verde.
-¡Ayer ustedes no fueron para nada gentiles con los humanos!- Le grito arrojándole el cuaderno al igual que hizo con Rous, pero a Usagi se le resbalo de las manos.
Al igual que a todas, la luz la envolvió y desapareció aterrizando sobre unos arbustos.
-Pude haber aterrizado peor-Pensó incorporándose, miro alrededor y vio que se encontraba en un gran patio y delante había un enorme edificio. Escucho un fuerte ruido y muchas voces provenir dentro del lugar. Rápidamente cambio su vestimenta por un vestido negro y sandalias blancas e hizo desaparecer sus alas. Vio a muchos jóvenes salir del edificio y espero a que no salieran más. Suspiro y decidió ver la información del cuaderno.
-Eh?-Dijo cuándo se dio cuenta de que no lo tenía en las manos.-
Rápidamente comenzó a buscar entre los arbustos haciendo mucho ruido.
-No, no, no, no-Decía desesperadamente sin encontrarlo.
Fin del Flash Back
Siguieron buscando hasta que sintió su mano chocar con algo duro.
-La encont… ohh-Dijo desanimada al ver que no era su cuaderno.-Este no es mi cuaderno
-Es mi libreta-Escucho decir a Lysandro que se acercó a ella- También la había perdido.
-Ten- Se la entrego.
Usagi se acercó al único árbol del patio y se sentó en el mirando el cielo y las ramas moverse por el viento.
-No se desanime señorita-Intento animarla sin mucho éxito.
Usagi siguió mirando el cielo entre las ramas hasta que algo llamo su atención.
-¡Ahí esta! –Grito mientras se levantaba y señalaba las ramas.
Lysandro miro donde señalaba y pudo ver que un cuaderno se encontraba atorado entre las ramas.
-¿Cómo llego ahí?- Se preguntó mentalmente, quiso preguntarle pero cuando giro su rostro la vio trepando el árbol.- ¡Es peligroso señorita!
-Estoy bien- Grito cuando llego a la rama y comenzó arrastrarse hacia la punta para agarrar el cuaderno- ¡Te tengo!
-¡Cuidado! –Escucho como la rama debajo de ella cedía a su peso y se partía haciendo que caiga.
Cerró fuertemente los ojos pero no sintió el impacto contra el piso. Fue abriéndolos lentamente y se encontró con que estaba en los brazos de Lysandro.
-¿Se encuentra bien?- Se notaba en su voz que estaba preocupado.
-S-si- Susurro.- Gracias
Lysandro la dejo en el suelo.
-Eso fue muy peligroso señorita Usagi, pudo lastimarse- Reprendió suavemente Lysandro.
-No me lo puse a pensar, lo siento- Pidió disculpas sinceramente.
Miro el cuaderno que tenía entre sus manos y el nombre de Lysandro brillo en la tapa. Sorprendida lo abrió rápidamente y vio la imagen que había.
-Es él –Pensó mirándolo a los ojos bicolores que también tenía la fotografía del cuaderno.
-S-señorita Us-sagi- Escucho que la llamaba tartamudeando un poco.
Vio como desviaba la mirada mientras la señalaba, desconcertada se miró el vestido y vio que estaba roto, tenía una abertura desde el borde hasta llegar casi a las caderas. Avergonzaba se cubrió con el cuaderno.
-D-debio engancharse a la rama cuando caí- Dijo rápidamente completamente ruborizada.
Lysandro se quitó su larga chaqueta y se la dio.
-Pontela- Dijo recibiendo una mirada confusa- Te cubrirá el vestido.
-P-pero- El albino la interrumpió
-Mi hermano tiene una tienda de ropa, estoy seguro que podrá arreglártelo.
Dudo unos segundos pero luego asintió y salieron del instituto rumbo a la tienda. Ella podría arreglar el vestido con su magia pero después recordó que él es el chico que Cupido le asigno, apretó el cuaderno en su pecho. Quería leer cual era el oscuro pasado que obligo a su corazón a no amar de nuevo.
En los aposentos de Zeus.
El dios miraba desde su asiento tres enormes cristales donde se veía a Nala sentada leyendo un libro junto a Nathaniel que dormía, en otro a Rous siendo cargada por Castiel y en el último a Usagi caminando por la ciudad con Lysandro.
-Esto no solo servirá para curar los corazones de esos chicos, también servirá para que ustedes vuelvan amar a los humanos- Dijo haciendo desaparecer los cristales.