Capítulo 5: Un nuevo plan
Gotas de sangre corren de tus brazos ensangrentadas, mirar como aquella gota caía de tu cuerpo entumecido era mi delirio, mi perdición....mi locura, sé que he caído en lo profundo del abismo pero ya no había nada más que hacer que seguir el camino que escogí, sin arrepentirme.
Jugué con muchas personas y ahora tengo una presa frente a mis ojos, a ti quien me ha mirado varias veces, ¿Crees que realmente me conoces? Debo decirte que no sabes nada de mí, nadie sabe algo de mí, no me engañarás con facilidad.
Akashi al día siguiente se me acerco con el trabajo, yo solo lo mire desde mi puesto.
-Tienes muchos secretos Kuroko Tetsuya.
Me susurro cuando estuvo cerca, lo miro sin entender.
-No sé a qué te refieres Akashi-kun, por cierto ¿No estuvo mal lo que escribí en el trabajo?.-le pregunte con leve interés, debía fingir.
-Estaba perfecto.-lo oí decirme, por lo menos no menosprecio mi trabajo. Conociendo su ego sería capaz de hacerlo.
Kuroko estaba leyendo como siempre un libro ignorando la clase. A veces sentía la mirada del pelirrojo en él pero la ignoro, no iba a intimidarse por es, no era tan débil como esos idiotas que tenían como compañeros.
Recordó la información que le trajo Nijimura ayer, pero no las leyó porque se entretuvo con este en sexo, suspiro para sí mismo, por lo menos su cadera no le dolía, ya que ayer se perdió el entrenamiento, el azabache había ido para informarle de algunas cosas de la familia de Akashi, ahora que iba a las empresas Kuroko, muchos empleados le tenían respeto ya que en las reuniones hablaba con tanta confianza y seguridad en el tema.
Muchos al principio se negaban pero al verlo se sorprendieron mucho, pero se ganó el respeto que debía tener como jefe de la empresa. Solo tenía un problema con todo eso era la familia Akashi que quería la empresa.
Nunca ha habado con el padre de Akashi pero tampoco es como si él quisieron hacerlo. Miro la ventana aburrido no entendía porque nadie le entretenía ni sus víctimas, bueno algunos si por forcejar.
"Quiero matar ahora mismo" pensó viendo el cielo despejado, aunque podría hacerlo pero sería problemático que alguien lo describiera, por eso siempre mataba de noche o en lugares fáciles de esconderse, además no llevaba ropa de repuesto.
[Esto es aburrido]
-Ni que lo digas-susurro bajo hablando con las voces lo entretenían un poco.
Al tener la hora de almuerzo, tomo lo que trajo antes de irse de la sala antes de ser agarrado por unos de los chicos arcoíris, suspiro relajado al estar en la azotea, solo como él quería.
-Debería hacer algo con esos chicos.
[Matarlos es una opción pero aun no es el momento]
-Eso lo sé-le respondió un tanto frustrado ya que le molestaba sus presencias.
[Que tal seguirles la corriente, es mejor tener a tu enemigo cerca que lejos ¿no?]
-Cuando quieren dan buenas respuestas.-dijo con una sonrisa ya pensando en cómo quitarse esos molestos de él, comió con tranquilidad su simples origiris.
Los días pasaron, empezó a llevarse bien con toda la generación de los milagros, Akashi le era molesto bastante para su gusto. Él era un chico antisocial y muy reservado, esos chicos que ahora lo veían como su amigo lo dejaron un poco más tranquilo apegándose al plan que tenía, no le gustaba estar con la gente.
Sus ansias de matar le ganaron un día. Se hizo ver por los estudiantes, atrapo a un chico que era agradable a la vista y guapo. Hablaron y uno que otro coqueteo. Kuroko sonrió al ver que lo tenía en su trampa, unos dos días después de eso, le pidió que lo esperara después del club para irse juntos pero que no le contara a nadie, los padres del joven no iban a estar
Cuando iban caminando hacia la casa fe aquel chico, la conversación se iba subiendo un poco de tono, al llegar a la casa del joven que ya no recordaba el nombre, comenzaron a besarse, Kuroko lo disfrutaba porque sabía que iba a venir después. Luego de terminar el sexo el chico cayo dormido, Kuroko esperó para el instante asegurarse que el contrario estuviera dormido antes de levantarse e irse hacia la cocina para agarrar un cuchillo bastante filoso, sonrió.
-Es la hora del show.-dijo antes de volver a donde estaba su presa, sin remordimiento lo apuñalo muchas veces escuchando los gritos de agonía que salían de su víctima, no se cansó con eso, lo descuartizó, le apuñalo varias veces en el rostro dejándolo irreconocible. Al ver lo que hizo sonrió satisfecho, borro toda evidencia de que haya estado allí, tomo sus cosas y se fue de ese lugar sin olvidar dejar su marca característica cuando mataba a alguien.
Al llegar el día siguiente se notificó la muerte de aquel chico cuando su familia volvió y lo vieron fe esa manera, Kuroko lo supo por los rumores que habían en Teiko.
Aomine le hablaba pero no le ponía atención a lo que le decía, pensaba en cómo conseguir irse por un tiempo, pero ahora que lo pensaba podía utilizar a esos agobiantes chicos, sonrió leve.
Los años pasaron, creo la persona perfecta que necesitaba para que su plan fuera completo, ahora que estaba en su tercer año en Teiko creo a una persona amante del baloncesto, callada, reservada con falta de presencia y con poca resistencia, se hizo amigos de la generación de los milagros, mando a Nijimura irse de allí y que se fuera de Japón por un tiempo para que buscara lo que él quería, el azabache cumplió la orden sin molestarse en decir nada.
Conoció las verdaderas personalidades de los chicos, renuncio cuando tuvo oportunidad de hacer haciendo creer a todos que se sentía inútiles. Pero era al contrario su plan estaba yendo a la perfección.
Pronto todo ira como él quiere. Mato a tantas personas en esos años que cada vez era más sangriento o más sádico.
La compañía que controlaba era la más famosa más que los de Akashi, conoció otra personalidad de Akashi, debía admitir que comenzaba a divertirse con sus juguetes.
Su plan era perfecto para luego tener que matar a sus propios juguetes en cualquier momento que él quiera, después de todo son desechables para él pero sentía un extraño sentimiento en Akashi Seijuurou ¿Qué era eso? No lo sabía.
Pero tampoco quisiera averiguarlo