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¿¡Sigue mi ritmo!? por AliceNya

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Notas del capitulo:

Pues aquí les va el lemon y una escena final algo graciosa. ¡Disfrútenlo!

PoT no es mío, es de K. Takeshi :3

Luego de la derrota de Tachibana y la lesión que le produjo Kirihara, tuvieron que arreglárselas prácticamente solos para poder pelear en el siguiente partido, donde sus rivales serían ahora los chicos de Rokkaku. Se jugaron los 5 partidos y pudieron ganarlo 3-2, aunque ya tenían el pase para los Nacionales. Con el buchou en el hospital, todos trataban de que el ánimo no decayera, por lo que iban a visitar al capitán seguido para darle ánimos, pues deseaban de corazón que se recuperara para las Nacionales.


- ¿Crees que se recupere a tiempo? –preguntó Ibu mientras salía con sus compañeros de la habitación del hospital.


- No lo sé, él es muy fuerte pero lo que le hizo Kirihara es muy grave –respondió Kamio con un suspiro.


- Akira… –comenzó Ibu murmurando para que sólo lo escuchara Kamio–, si algo así te pasara yo… –y se quedó un poco pensativo.


Kamio se sorprendió mucho por el comentario de Ibu, pues no había escuchado algo así desde que perdieron el partido de dobles. Con el ajetreo de los partidos con Rokkaku y la lesión de Tachibana, no habían tenido mucho tiempo fuera de las canchas por lo que Ibu seguía comportándose como lo hacía usualmente, sin dar muchas muestras de cariño a su pareja. “Tal vez ésta es su manera de decirme que me quiere”, se dijo Kamio con una sonrisa en su interior.


- Shinji, contigo a mi lado sé que nada me pasará –respondió en voz bajita, pues sus compañeros todavía seguían con ellos. Aun así, pudo distinguir un leve rubor en las mejillas de Ibu, el cual se lo guardó en su memoria.


Ya era tarde para todos, por lo que se despidieron y se dirigieron cada uno a sus casas, aunque claro, Ibu iba a acompañar a Kamio a su casa ya que sólo estaba un poco más lejos que la suya. Además, no se iba a perder la oportunidad de pasar un poco de tiempo con él. Estuvieron conversando todo el camino acerca de la situación de la escuela y en la mejora de Tachibana, y de lo que harían si ganaran los Nacionales. Rieron un poco imaginándose a sus amigos/rivales de la Seigaku siendo aplastados y a la Rikkai siendo humillada después de la paliza que recibieron por parte de ellos.


- Basta Shinji, jajaja, ya no puedo parar de reír jajaja –decía un Kamio bastante más alegre. Los comentarios de Ibu no pretendían realmente causar gracia, pero su personalidad inexpresiva hacía que el sarcasmo sonara divertido.


- Es bueno verte reír, hace mucho que no te veía tan alegre como ahora, lástima que ya estamos cerca de tu casa y yo tengo que regresarme… solo –eso último lo dijo aunque también murmurando, más bajito para que su compañero no viera la tristeza que lo embargaba.


- ¿No quieres entrar?


- ¿Estás… seguro? –preguntó Ibu como respuesta a la pregunta del pelirrojo.


- Claro, no hay nadie en casa. Mi hermana mayor se fue de excursión y mis padres me dejaron cuidando la casa ya que aprovecharon para viajar a Hokkaido. Pensaron que era buena idea que me quedara ya que saben que pasamos a las Nacionales y todavía tenemos entrenamiento–respondió Kamio sin darle mucha importancia –. Pasa –añadió sonriendo.


Muy pocas veces había entrado a la casa de Kamio, y éste se ofreció a prepararle algo para la cena. “Vaya, qué amable de su parte. No tenía nada que hacer hoy y la verdad es que regresarme sólo me fastidia, ya que tampoco hay nadie en mi casa”, se dijo para sí mientras soltaba un bufido. Parecía que Kamio no sólo usaba sus habilidades para el tenis, sino que también en la cocina era muy rápido, por lo que no pasó mucho tiempo hasta que cenaron. Conversaron de cosas irrelevantes, terminaron de cenar y todo iba con normalidad, hasta que Ibu le dijo algo al pelirrojo que lo tomó por sorpresa.


- ¿Recuerdas lo que te dije cuando perdimos en dobles? –preguntó seriamente Ibu.


- Bueno, hablamos de muchas cosas…


- Sabes a lo que me refiero.


- Lo sé –dijo cortamente Kamio. “Estoy listo para elevar nuestro ritmo, en el tenis y… entre nosotros dos”. Esas fueron las palabras de Ibu y no se le habían olvidado al pelirrojo.


- Siento no haberlo demostrado en estas últimas semanas, hemos estado muy ocupados y mmm… –no pudo terminar de hablar, pues Kamio lo había silenciado con un beso.


- Ya sabía yo que no podías ser tan frío ahora que somos pareja jiji.


- ¿Eso crees? –lo retó Ibu.


- Claro. Con los demás no había problema, creo que no notaron nada con tantas cosas en la cabeza jeje.


- Entonces…


Kamio no se lo vio venir, un Shinji con una mirada llena de deseo lo abrazó con fuerza y apretó los sus labios contra los suyos. No conocía esa parte de su pareja, no sabía que tenía tanta pasión guardada dentro de sí, pero empezó a sentir ese calor que le era compartido por su compañero. El pelirrojo decidió dejarse llevar, ya que se sentía demasiado a gusto en los brazos del albino.


- ¿Sigues creyendo que soy frío? –preguntó al separar sus labios.


- Sólo no lo seas conmigo –respondió Kamio, rindiéndose ante las caricias de su pareja.


No pudo más con ese tono de voz, alzó al pelirrojo entre sus brazos y éste enrolló sus piernas en él, pues no quería que hubiera espacio alguno entre ellos. Ya había ido una vez a la recámara de Kamio, por lo que lo llevó cargado hacia allá, sin dejar de besarlo y teniendo cuidado de no caerse ni lastimarlo. Al llegar a la cama, echó al pelirrojo y se puso encima de él, tal como el pelirrojo lo había hecho el día en que se dijeron lo que sentían por primera vez.


- Akira… –susurró Ibu mientras besaba el cuello de su compañero. Kamio sentía que iba a derretirse con cada beso que le daba su pareja, y que poco a poco empezaban a ser más fuertes pues el albino no puedo aguantarse y lo mordía suavemente, haciendo que Kamio diera débiles gemidos que empezaron a excitarlo.


Los besos de Shinji querían recorrer el cuerpo de Akira, por lo que la ropa empezaba a molestarle. Dejó entrever un bufido que, en opinión del pelirrojo, era tan propio de él que no pudo evitar sonreír al darse cuenta de sus intenciones. Le desabotonó cada botón de su camisa, dándole un beso en cada lugar donde había desabotonado. Al momento de haber acabado con todos, no pudo evitar mirar fijamente ese pecho tan bien formado, por lo que no resistió darle una lamida desde donde comenzaba el pantalón de su pareja, pasando por su pecho, su cuello, y su oreja, donde le susurró: Quiero hacerte mío.


- E-Estoy listo… Shinji… –respondió el pelirrojo con voz temblorosa, pues la forma en que el albino le había dicho eso terminó por derretirlo. Sabía que Ibu cumpliría con lo dicho.


Se sacó el polo para sentir el contacto con la piel del pelirrojo, sin embargo, el abrazo duró poco, ya que las ganas que tenía de avanzar lo estaban atormentando por dentro. Se dirigió hacia donde estaba el único botón de su pantalón, hizo lo mismo que con los botones de la camisa y besó muy cerca de donde se encontraba su miembro, que por cierto, ya estaba hecho un bulto que suplicaba salir.


- Shinji, por favor, por favor hazlo… –decía Kamio, quien necesitaba que le calmaran ese dolor.


- A tus órdenes –respondió Ibu.


Bajó el cierre de su pantalón, se lo sacó y lo tiró a un lado, acarició ese bulto que se asomaba por encima de su ropa interior, la cual no tardó en sacarla también. Sujetó el miembro de su compañero y empezó a masajearlo, con lo que Kamio no tardó en dar gemidos que daban cuenta de lo excitado que estaba y lo necesitado de aquello.


- Oh Dios, Shinji… Ahh…  –el pelirrojo lo estaba disfrutando, pero Ibu no quería que eso terminara ahí, por lo que sin pensárselo dos veces, metió el miembro de su pareja en su boca y comenzó a succionarlo. Los gemidos de Kamio se intensificaron aún más, y eso excitó más al de cabello violeta, quien lo hizo cada vez más rápido y fuerte, lo chupaba con tantas ansias que Kamio no pudo más y se vino en su boca. Ibu se lo tomó todo, no tenía ninguna vergüenza; amaba al pelirrojo.


- ¿Te gustó? –preguntó el albino, aunque conocía la respuesta sólo viendo la cara de placer que todavía tenía su compañero luego de venirse.


- S-sí… Me siento como si estuviera hirviendo…


- Nadie dijo que había terminado –le dijo haciendo sonrojar al pelirrojo.


- Lo sé –alcanzó a responder, quien se incorporó un poco para poder besarlo –, te quiero, Shinji.


- Y yo a ti, mucho –dijo Ibu, quien le correspondió el beso, incorporándose también para sentarse en la cama –. Por cierto, Kamio… Creo que no te había dicho lo bien que luces desnudo –murmuró aun sabiendo que el pelirrojo lo oía.


- ¡Shinji!


- No te avergüences, ahora me toca a mí –dijo seriamente, pero en un tono de voz tan sensual que volvió a encender las ganas de Kamio de que lo tomara de una vez. Shinji no necesitó pedir permiso, recostó nuevamente al pelirrojo en la cama sólo que esta vez hacia abajo y, cuando se hubo sacado el pantalón y la ropa interior, levantó un poco el trasero de su compañero, quien en ese posición, entendió lo que quería hacer, por lo que ayudó a su pareja y se inclinó para él, para que pudiera lamer su entrada. Los gemidos empezaron nuevamente.


- Shin… ji… Ah ahhhh…


El pelimorado metió el primer dedo, sujetando con la otra mano el trasero de su pareja. Al meter el segundo, las arcadas de Kamio, producto del dolor, se intensificaron más, pero éste estaba dispuesto a soportar lo que sea. Esto logró excitar más a Ibu, quien ya con el tercer dedo en la entrada de su compañero, empezó a dilatarlo mientras marcaba un ritmo suave para que Kamio se vaya acostumbrando. Cuando los gemidos de dolor se convirtieron en gemidos de placer, Ibu empezó a mover sus dedos más rápido, a los que el pelirrojo empezaba a sentir como se derretía de tanto placer.


- Vamos Shinji, sabes lo que quiero… –le dijo provocativamente Kamio, quien estaba más que listo para la verdadera acción.


- Después no te quejes, que tú mismo lo pediste –y con estas palabras, no pasaron ni cinco segundos cuando Ibu ya había metido en un solo movimiento su miembro dentro del pelirrojo, el cual sintió como se partía en dos pues no esperaba que su miembro fuera tan grande.


- Vaya que te lo tenías guardado –dijo Kamio entre gemidos y jadeos, pues el albino no había desperdiciado tiempo en hacerlo suyo.


De tanto vaivén, ambos empezaron a aumentar el ritmo, pues querían venirse ya, especialmente Ibu quien se moría de ganas por venirse dentro del pelirrojo. Kamio se encontraba fuera de sí, realmente estaba disfrutando el momento y se lo hacía entender a su pareja con tantos gemidos que hacía pronunciando su nombre y pidiéndole más, por lo que Shinji no dudó en complacerlo.


- Kamio, ya no puedo… voy a venirme dentro de ti… –con esto, Ibu atrajo hacia sí el trasero de su compañero con fuerza para entrar al estado de éxtasis y llenar a Kamio con todo su líquido. Como se encontraba detrás del pelirrojo, luego del orgasmo se tumbó en la espalda de su compañero para abrazarlo mientras Kamio también se venía, esparciendo su líquido en las sábanas y éste tumbándose en la cama.


- Gracias, Shinji –susurró Kamio mientras tenía a su compañero abrazándolo encima de él.


- ¿Por qué? –respondió un poco sorprendido, dándole besos en la espalda y en el cuello.


- Porque ya soy completamente tuyo y eso me hace feliz –le dijo Kamio volteándose para mirar a su pareja, a quien besó en los labios y luego sólo siguió sonriendo.


- Me gusta verte sonreír. Yo no sirvo para eso, así que sonríe por mí –con esto y una cara algo seria, se puso de costado, poniendo el rostro del pelirrojo contra su pecho quedándose dormido en un instante.


- Shinji… –“tal vez no sonrías, pero el rubor de tus mejillas siempre te delatará”, pensó. Así, se quedó también dormido, aunque a la mañana siguiente tenían que levantarse temprano.


Menos mal, la alarma de su cuarto aún seguía programada…


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Le habían prometido al capitán ir a visitarlo, por lo que cuando llegaron al hospital juntos, vieron al resto de la Fudomine, al buchou en la camilla y a An mirándolos fijamente sin saber por qué, hasta que la hermanita de Tachibana se rió por lo bajo para luego caminar hacia ellos pasando por el costado de la pareja.


- Chicos, creo que no se han dado cuenta pero han entrado con las manos juntas –susurró bajito para que sólo ambos pudieran escucharla.


- Ah –fue lo único que dijo Ibu con su usual faceta inexpresiva. El que se alarmó un poco más fue Kamio, pues la verdad era que Ibu sí se había dado cuenta pero quería ver hasta donde se percataba el pelirrojo, y además ya le importaba un comino el resto del equipo– Está bien.


- Etto… –empezó Kamio tratando de explicarse ante el resto del equipo, pero no encontraba palabra alguna– debo ir por una barra de chocolate –dicho esto y sin soltar la mano del pelimorado, salieron rápido para ‘comprar la barra’ y que no vieran la cara de vergüenza de Kamio.


- Ya era hora, ¿verdad chicos? –decía An a los compañeros de su hermano con una sonrisa cómplice en el rostro.


- ¡Pues sí! ¡Por fin! ¡Menos mal! –respondieron varios, incluyendo el capitán mientras todos reían con la escena que había hecho la pareja.


“Algún día les diré que todos ya lo sabíamos” pensó An, caminando de nuevo hacia el lado de su hermano quien le guiñó el ojo, casi leyendo los pensamientos de su hermanita…

Notas finales:

He aquí el fin del fic, espero les haya gustado y ya saben que pueden escribirme n_n Gracias por haber llegado al final de esta historia :)

¡Nos vemos pronto!

Alice.


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