Hasta que él duerma
Por Katsumi Kurosawa
Capítulo 8
Apellido
Estás estudiando el apartamento que compartes con tu amigo Taehyun en Inglaterra.
Te sientes raro… sientes cómo tu corazón se acelera de una forma desconocida.
Te sientes feliz, no sabes por qué y te parece que te estás volviendo loco. Intentaste escapar tres veces del gorila que te persigue. Tal vez sí estás loco…
Mamá te ha llamado y te ha dado la noticia de que te quedarás más tiempo allá por rebelde. Dos años más que se te hacen eternos…
Pero aquel extraño sentimiento ha hecho que abstengas el aliento, los ojos se te llenan de lágrimas y se te escapan un par. Las limpias con cuidado porque no quieres que el castaño de de cuenta.
¿Qué es esa felicidad sin razón?
—Hyung —susurra Taehyun enfocando sus bellos ojos caramelo en tu libro—. ¿No estás pensando muchas cosas? No pones atención a tus estudios, mañana tenemos el examen… Dios, ya son las tres de la mañana…
Taehyun tenía Razón. Si querías regresar debías mantener un buen promedio aunque odiaras tanto estudiar.
…………
Una semana tiene tu bebé.
Es lo más hermoso que has visto jamás…
Lo acaricias mientras duerme. Hay una fiesta en su honor, organizada por SeungRi… está tan emocionado y te da rabia pensar que quien debería estar en su lugar es otro.
Pero que importaba eso si habías prometido olvidarlo.
SeungRi lo mira también. Y es que es tan hermoso, rubio, delicado, parece un regalo tuyo, como si fuese su hijo… de cualquier manera tenía los rasgos de su familia aunque no muy notados aun.
— ¿Cómo dices que va a llamarse? —pregunta casi aislado de cualquier cosa exterior.
—SeungJi… —le respondes mirando su expresión encantada imposible de imaginar.
— ¿Por qué? —lo sabe, lo sabes, todos lo saben ya, aunque no hayan conocido al pequeño.
—Los nombres, ya te lo había dicho, no me hagas repetirlo—miras a un lado.
—Lee SeungJi —susurra mientras acaricia sus hermosos cabellitos dorados.
—Kwon —lo miras algo molesto.
—No, Lee, porque le daré mi apellido— te quedas sin palabras en lo que él le dice cosas bonitas al bebé— Serás el heredero de mi fortuna, quizá no es tan grande como la de los Choi, pero es algo…
Su apellido. De cualquier manera sería de la familia de Seung…
—Vamos a hacer la fiesta ya, es tarde y aprovechar que el pequeño SeungJi está dormido, mejor… —musitas sin ganas de separarte de él.
Van a decorar la cabaña. De todas maneras SeungRi ha dejado de hacer sus fiestecitas sin sentido y sólo hace los cumpleaños y las fiestas para reunir a los amiguitos de Gangnam. También ha dejado de invitar a sus “amiguitas” a sus fiestas y ha aprendido a integrarse a un ambiente íntimo que sólo los amigos de verdad provocan.
Quizá maduró más desde que comenzó a trabajar de lunes a viernes, casi sin ver a su madre y pasar los fines de semana contigo. Se maneja tan bien sólo que aunque sus padres pudieran controlarlo, no podrían con la independencia pronunciada del pelinegro.
Uno que otro globo, los refrescos y las botanas están ahí. Los tragos han sido disminuidos gracias a los regaños que propinaste.
La fiesta sería agradable.
Todos comienzan a llegar desde las ocho de la noche. Daesung y Minzy son los primeros, dejando los regalos en la mesa y dándote las felicitaciones.
Mino, Jinwoo y Chaerin llegaron después. Llenaron de risas la casa, comieron botanas y todos adoraron al pequeño SeungJi.
Incluso podías ver ese pensamiento de cada uno, brillar en sus ojos… ese pensamiento que incluía a Seunghyun con el parecido del bebé.
Alguien más toca la puerta cuando el resto se ríe de un chiste sobre Mino y Jinwoo.
No ves quién es, puesto que SeungJi ha comenzado a llorar al escuchar al eufórico Mino y corres a calmarlo.
Lo traes en tus brazos cuando miras a la nueva invitada. Nunca la habías visto pero intuyes quien es…
—Aquí estás Ji… quiero presentarte a una amiga de la infancia… —te dice SeungRi en lo que la chica se sonroja al ser llevada del brazo hasta ti—. Ella es Park Bom
Te quedas estupefacto. No sabes como reaccionar… te ves tentado a darle una media sonrisa en lo que ella se enfoca en tu bebé.
—Qué hermoso es… —susurra mirándolo con sincera atracción.
—Es mi hijo —le dice SeungRi de una manera orgullosa y convencida, a lo que te dan escalofríos.
Ella sólo sonríe como confirmando que realmente sabe que es de Seunghyun, pero no lo menciona.
—Es una preciosura —dice, se acerca y lo mira mejor.
Es realmente un pastel… dormido nuevamente en tus brazos, como si sólo con tu contacto fuera feliz…
Es tan maravilloso y aterrador sentir como una persona depende de ti…
La joven se incorpora a la fiesta, la cual transcurre sin ninguna novedad y con mucha diversión.
Sin embargo nuevamente alguien toca a la puerta ¿Es el día de las sorpresas? No te imaginas quién es…
Vas a abrir. Tienes a SeungJi en brazos puesto que cada vez que lo dejas en su cuna, llora.
— ¿Sí? —le preguntas al hombre de unos aparentes cuarenta y cinco años, cabello negro y porte elegante, muy elegante.
Has tenido que preguntar porque se ha quedado estupefacto mirándote y al bebé. Ese hombre se te hace muy familiar, su cara bien parecida la has visto en otra parte pero ¿Dónde?
— ¿Tu eres Kwon Ji Yong? —susurra después de un casi paro cardiaco.
—Sí –le dices simple aunque algo desconfiado.
—Soy Choi Hyun Suk —suelta mientras sientes caer en el total vacío.
El padre… el padre de Seunghyun, frente a ti y SeungJi está presente.
Te quedas callado, serio, helado…
No sabes que decirle, tus piernas se hacen de mantequilla derritiéndose al sol. SeungJi abre los ojitos, sin llorar, mira a su alrededor y se encuentra al señor encantando la vista a este.
— ¿Puedo cargarlo? —susurra y tú se lo pasas delicadamente.
El hombre lo mira. Lo escudriña, sonríe mientras toma una de las pequeñas manitas de tu hijo y tú no sabes donde meter la cabeza.
— ¿Qué haces aquí, Tío? —el susurro de SeungRi ha sido tan claro que te volteas a verlo. Supones que él sabe que aunque tengas esa cara de iceberg, ruegas por ayuda de salir de semejante situación.
—Vine a conocer a tu hijo, tengo que autorizar que le des el apellido ¿No? Soy tu tutor legal—musita el señor Choi acariciando la carita de tu bebé—Pero aunque me mientas no soy tonto, este niño no es tuyo.
Aquello de alguna manera dolió. No sabes por qué pero así es… ¿Qué es lo que tiene ese hombre que te hace flaquear? ¿Será acaso su increíble parecido con su hijo? No sólo su parecido físico, también su presencia es similar.
Esa sonrisa tranquila, casi tonta… el desgraciado de Seunghyun es su vivo retrato…
—Me recuerda mucho cuando cargaba a Seunghyun —concluyó su argumento y notas como la molestia de SeungRi es como una enorme aura negra.
—Pero lo será —susurra el sobrino apretando los puños—, lo quiera Seunghyun o no, mientras yo esté aquí, seré su padre…
Aquello, mas que un acto de nobleza hacia ti, sonó como un acto de venganza a su primo. HyunSuk sonríe… de momento a otro, te ha parecido que a él se le pasó por la cabeza que SeungRi era idéntico a su tía.
No dices nada. No te incumbe esa discusión tío y sobrino aunque hablen de tu hijo.
SeungJi está muy a gusto con el nuevo individuo y es muy extraño que ni siquiera llore.
HyunSuk te lo roba mientras saluda a todos los presentes quienes se han quedado petrificados al mirarlo ahí, justo a él y con el bebé en sus brazos.
—Eres jovencito muy atractivo —te dice a la ligera cuando regresa de repartir saludos en lo que te ruborizas y mantienes tu cara de piedra— y por lo que me cuentan, valiente y tenaz.
—Gracias —es lo único que se te ocurre contestarle.
—Hicieron una buena elección…
Te quedas tonto. ¿Qué es lo que quiso decir el viejo?
— ¿Quiénes? —lo miras entornando los ojos.
Él mira a SeungJi, mientras lo arrulla suavemente, luego se detiene y te mira.
—Seunghyun y SeungRi —y vuelve a concentrar su atención en el pequeño—, por elegirte.
Aquello te molesta; mucho. Miras al pelinegro quien en la ventana ve el mar sin mirarlo.
Aquel semblante molesto sigue presente y a la vez se ve triste…
El señor te devuelve a tu hijo como si le costara separarse de él.
Se ha quedado dormido nuevamente, esta vez te da la impresión de que no despertará. Así que lo depositas en su cuna.
Cuando vuelves a la sala, ni SeunRi ni el señor Choi están ahí.
Te da mala espina.
Los buscas en el patio trasero. No están ahí.
Vas al pórtico y vez a SeungRi sentado en el pórtico y al tío en una de las mecedoras.
— ¿Cómo supiste que no es mío? —le escuchas decir mientras te escondes tras la puerta.
—Porque ya sé de todas tus “aventuras” y no eres descuidado —el tono divertido del tío es tan extraño que te dan escalofríos. ¿Cómo puede tomarse todo a la ligera?
El pelinegro chasquea la lengua. Parecía ser que nunca se llevó bien con ese hombre
—Además, ese niño es definitivamente un Choi… tiene “eso” de los bebés de nuestra familia… ¿Sabías que descubrimos lo de “la chico de la playa”?
SeungRi se quedó tenso.
— ¿A que te refieres, viejo?
—Tu tía descubrió a Seunghyun—murmuró—, ella sabe de Jiyong aunque no sepa ni como se llama… lo intuyó, es muy desconfiada.
—Lo sabía… Seughyun me lo contó antes de irse… yo estuve tras todos sus intentos de escape. No puedo creer que su homofobia los hiciera cometer tal… crueldad.
—Sí. Tu tía y yo no estamos bien… estamos por separarnos y… esto de Seung se nos vino encima como una bola de nieve—le cortó suavemente—. No pude defender Seung… fui un cobarde… pero también me dio miedo… soy un hombre tradicional. Ahora sé el resultado del capricho y necedad de tu primo.
Tus piernas tiemblan. Te da rabia… quisieras correr… quisieras también acercarte y desgajarle la cara a golpes a uno de los dos, después escogerías a cual… mas no respondes y te resignas a seguir escuchando la conversación.
— Sabes una cosa… autorizaré el apellido porque…
La voz del señor es interrumpida por el insistente timbre del móvil del chico.
— ¿Sí…?—responde pesadamente—Ah… Hola… cuanto tiempo sin escucharte… creí que te olvidaste de mí—algo de fastidio hay en su voz— ¿Cuando vuelves, hyung?—pronto su silencio es tenso— ¿Dos años más?—le escuchas decir verdaderamente sorprendido— Pero ¿Qué se cree la tía…? Así que serán cuatro años los que estés allá… bien… no importa… ¿Llamas sólo por eso? Eres raro Seung… je… Claro… Ciao…
—Ya sabes por que lo autorizo —sonrió— ¿Te parece bien, Jiyong?
Te quedas helado.
Te asomas por la puerta ya que no te queda de otra, el señor Choi simplemente sabía que estabas ahí. Miras al menor de los hombres quien, asustado, calla y no dice más.
No pides una explicación.
No la quieres.
Sin embargo ya sabes que él no está en un lugar cercano. Intuyes que en el extranjero… también sabes que no lo volverás a ver en mucho tiempo.
Estás muy triste.
Ya ni sabes por qué.
Pasarán unas semanas antes de que el pequeño SeungJi tenga el apellido.
Tus tutores se presentaron. El señor Choi está muy feliz.
Te acercas a firmar en el espacio que te corresponde y ves a SeungRi sonriendo también…
Sin embargo hay algo raro en su sonrisa que te inquieta. Un toque de esos que dicen sin decirlo “haré lo correcto” y obviamente es bastante extravagante en SeungRi.
Te da miedo.
En aquel momento él se acerca a firmar.
Ves el bolígrafo deslizarse lentamente con una letra que no era la de él. Lo sabes porque muchas veces lo has visto escribir.
Entonces firma:
Choi Seung Hyun
Continuará