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Punto de quiebre por malugr

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El muy sereno y siempre calmado sebastian lo habia conseguido, Su victima ahora suplicaba ser engullida en un solo bocado.

 Sus brazos me rodearon y levantaron mi cuerpo desnudo, Nuestras bocas ahora se besaban con fiereza, buscandose la una a la otra, cegado por un inexplicable frenesi mordi su labio y nuestro beso se tiño de rojo. Este cordero, tambien puede hacerte sangrar.

 Sebastian avanzo unos pasos, mientras aun me cargaba y una vez frente de el largo meson de la cocina, me dejo con suavidad en el piso y con un rapido movimiento me puso de espaldas a el. Una de sus manos sujeto mis dos muñecas y sus labios recorrieron mi nuca hasta que su lengua subio por mi oido. 

 - Ayudame con esto 

 Su mano desocupada acaricio mi cuerpo y luego dejo sus dedos frente a mi boca, inmediatamente la abri. mi lengua jugueteo entre ellos, los lamia y chupaba para asegurarme de que quedaran bien ensalivados, sabia perfectamente para que los utilizaria. 

 Separo su mano de mi boca y levanto mi pierna derecha dejando que descansara sobre el meson, ahora tenia una vision perfecta de mi trasero. Su brazo izquierdo presiono mis muñecas contra mi espalda y supe que queria que me inclinara hacia adelante, sumisamente obedeci.

 

 La ventana frente a nosotros dejaba ver una perfecta luna llena que brindaba una iluminacion deliciosamente tenue, gire mi rostro hacia el y pude ver sus ojos deleitandose con la vista, levanto su mirada que se encontro con la mia, se lengua recorrio la herida en su labio que aun sangraba y suavemente sus dedos se deslizaron en mi culo.

Senti como su pecho se recostaba sobre mi espalda, su lengua recorrio mi hombro, subio por mi cuello y se detuvo en mi oido, con lo que pude escuchar su respiracion, cada vez mas agitada.

 De pronto mis suaves gemidos comenzaron a llenar la habitacion, mi cuerpo se tenso de nuevo y ahora estaba incluso mas excitado que antes de correrme. 

 Sus dedos se movia despacio pero firmemente dentro de mi, como si conociera mis carencias, como si mi cuerpo le gritara exactamente que lugares tocar. Poco a poco su ritmo aumentaba y mis gemidos le daban a entender lo mucho que disfrutaba de su tacto. 

 La respiracion de sebastian se volvio cada vez mas fuerte y entonces senti como levanto su cuerpo y retiro los dedos que me penetraban. 

 - No puedo aguantar mas

 Su mano mano libero mis muñecas que ya comenzaban a doler y con una rapidez increible Sebasitian se deshizo de su cinturon, luego desabrocho el pantalon que cayo rapidamente al suelo, casi como si supiera lo apurados que estabamos. Ahora su mano bajo la parte delantera de su boxer y su enorme miembro quedo al descubierto. 

 Totalmente erecto el pene de sebastian era todo un espectaculo digno de admirar, pero mi mente no tenia permitido entrar en detalles, en este momento mi cuerpo gobernaba todo mi ser y un solo deseo gobernaba todos mis sentidos. Sentir a Sebastian en lo mas profundo de mi. 

 Con una tecnica exquisita, habia conseguido que cada parte de mi implorara por el, y ahora que su grueso miembro se abria paso dentro de mi era mayor el placer que el dolor.

 Comenzo a penetrarme suave y delicadamente una vez estuvo completamente dentro de mi, senti su calor que estaba enloqueciendome. Sebastian subio la intensida de las embestidas y mis gemidos comenzaban a descontrolarce.

 - M... Mas... Porfavor...

 Como si algo se accionara dentro el sus manos tomaron mis caderas y la fuerza con la que me embestia hizo que mi cuerpo se retorciera. Mis ojos desorbitados y mi mente en blanco, mis manos buscaban de donde sujetarse pero sentia que a mi alrededor todo se movia. 

 Con una de sus manos sebastian lucho con el nudo de su corbata para aflojarlo, el calor que emanaba de nuestros cuestros estaba por ahogarnos. 

 Las gotas de sudor bajaban por su cara, sus expresiones que estaban totalmete dominadas por el placer, me provocaron un espamo, el estaba completamente fuera de si y yo estaba a punto de venirme otra vez.

 Senti como su cuerpo se inclino subre el mio nuevamente y el sudor que transpasaba su camisa, empapo por completo mi espalda. besaba mi cuello mientras me prenetraba cada vez mas profundo y me embestia cada vez mas fuerte. 

 Tan cerca de mi oido podia escucharle gemir, aunque mas bien parecian rugidos fuertes y profundos que salian de su pecho como si se tratara del animal mas salvajemente excitado.

 - Me correre dentro de ti.

  Sus besos en mi cuello poco a poco se transformaron en mordiscos, yo pase una de mis manos por detras de su cabeza sujetando su cabello con fuerza. El calor, el placer, el dolor, todo se acumulo en un solo sitio y en un ultimo estallido comence a venirme. Sebastian mordio mi cuello hasta que senti como sus dientes atravesaban mi piel en un intento por ahogar sus porpios gemidos. Su semen caliente se disperso tan dentro de mi que senti que me quemaba.

 Su cuerpo se relajo tanto que dejo su peso sobre mi, senti como me aplastaba pero estaba tan sumergido en mi propio extasis que poco me importo. Senti sus besos en mi cuello, justo en el lugar donde me habia mordido, lo rozaba dulcemente con sus labios y de nuevo mi piel se erizo. 

ahora el silencio de la habitacion estaba lleno de nuestras despiraciones agitadas trantando de calmarse y de los fuertes latidos de ambos corazones.

 No se cuanto tiempo estuvimos asi, hasta que sebastian se incorporo, y luego me tomo para ayudar a que me pusiera en pie, la espalda me molestaba un poco. 

 Frente a frente sus manos sujetaron mi rostro y me beso con la fuerza suficiente como para estremecer mi cuerpo y la gentileza adecuada como para estremecerme el alma. mis piernas flaquearon.

 - Estoy muy cansado, ha sido un dia con muchas emociones.

 - Lo se.

  Recogi mi toalla del suelo mientras sebastian recogia su ropa. Inmediatamente camine hacia mi dormitorio mientras abria la puerta senti su respiracion entre mi cabello.

 - Buenas noches, ciel. -Murmuro y senti su aliento en mi nuca.-

 - Buenas noches, sebastian.

Me lance en la cama deseando dormirme tan rapido como pudiera, antes de que la razon volviera a mi y comenzara a pensar en lo que acababa de suceder. El reloj marcaba las 3:52 am. El tiempo en brazos de Sebastian, habia volado.


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