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Punto de quiebre por malugr

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Me ardían los ojos, no se cuanto tiempo había pasado desde que había caído en la arena pero me sentía cansado, agotado de todo aquello. Sentí sobre mí el peso de mis decisiones y recordé la vez en el coche de Sebastián, lo ansioso que estaba por saber como iba a terminar toda aquella locura pasional, ahora no me pareceia nada poético.

Yo había sido siempre un habido lector y despreciaba las novelas de finales felices, eran tan fáciles de predecir, tan aburridas de leer y de contar; por el contrario los dramas dónde todo lo que podía salir bien al final resultaba una tragedia, eran para mi todo un deleite, pues aquí lo tienes ciel, una playa vacía y un corazón roto, nada en el mundo hubiese sido más apropiado.

Me había levantado y cathy me esperaba con el coche a la orilla del camino. Subí en silencio a la parte trasera.

- ¿Hay algo que pueda ofrecerle amo ciel?

- No, gracias.

- ¿Iremos a las pistas? El amo Sebastián arreglo que se le consiguiera un vuelo a Londres en cuanto usted lo disponga.

- Seguro que lo hizo, pero me apetece pasear un poco.

- ¿Tiene en mente algún lugar amo?

- Si, más o menos...

Luego no hubieron más palabras, ella condujo y yo me dedique a ver por la ventana. Muchas personas bromeando por los caminos, parejas sonrientes y aunque sabía que eran sólo mujeres tratando de complacer a sus dueños, sentí envidia. De nuevo me abrazo aquel deseo de tenerle cerca. Todo debía terminar y aún así me empeñaba en postergar lo inevitable, no importa como lo veas ciel, hay un vuelo que debes tomar.

De pronto habíamos llegado, las terrazas.

Tomamos el elevador y pronto estuvimos arriba, tal como recordaba el sitio, mesas llenas de grupos divirtiéndose, mujeres que iban y venían con bandejas y una maravillosa vista, la verdad es que parecía una extensión del cielo, pero algo faltaba... Aquella mesa, estaba vacía. Camine entre la multitud con una nostalgia abrumadora, recordé que aquella vez el estaba de espaldas con una mujer en sus piernas ¿Cuan diferentes hubieran sido las cosas si no hubiese dormido con aquel tipo del bar? ¿Sebastián, me doleria menos despedirme de ti estando en Londres?

Tome asiento y encendí un cigarrillo.

- ¿Algo de beber amo ciel?

- Cognac...

- En seguida.

Entiendo que a estas alturas ya no tenía ningún sentido pensar en lo que pudo haber sido, sobre todo porque ¿Que otra cosa podíamos esperar? No importaba en que lugar del mundo estuviésemos, no podíamos cambiar lo que éramos, dos hombres, un tío y su sobrino, un crió de dieciocho y un adulto de treinta y dos... En fin.

- Su trago amo.

- Gracias, puedes sentarte si quieres. Se que es una molestia esperar de pie.

Ambos sonreimos y ella se sentó frente a mi. De pronto no me pareció tan mala idea algo de compañía, pero Sebastián tenía razón, cathy a penas me veía, ahora que era un amo era muy reservada.

- No tienes porque estar tan callada.

- Lo siento, por lo general no se habla con los amos.

- A Grell le hablas bastante.- Sonreí y note como se sonrojaba.-

- El amo Grell es diferente...

- ¿No deberías odiarle por tenerte aquí atrapada?

A pesar de la dureza de mi Pregunta ella sonreía tierna, como si solo de pensar en Grell el rostro se le iluminara.

- Amo ciel, yo tenía 16 años cuando un traficante humano me consiguió en la calles y me trajo como mercancía a esta isla para venderme. Desde entonces estuve con muchos amos algunos regulares, otros horriblemente crueles, el último que tuve me golpeó violentamente hasta que mi rostro quedó deformado por la hinchazón y los morados, asqueado por mi apariencia decidió donarme como pública y deshacerse de mi pero por alguna razón terminé en manos del amo Grell que me cuido hasta mejorar y me consiguió un trabajo para que tuviese algo parecido a una vida, me dio un propósito. Desde los 12 hasta los 16 años fui una prostituta en la calle, desde los 16 hasta los 18 fui solo un pedazo de carne para los amos, ahora con 19 duermo abrazada al único ser humano que me ha valorado ¿como podría odiarle? Que más da si estamos en esta isla o en el fin del mundo, descubrí que el es mi hogar y si no suena muy atrevido de mi parte, yo le amo, más que a nada, hoy y siempre.

Me sentí francamente sorprendido... No sólo por su honestidad, pues no era para nada asunto mio, sino porque además no podía evitar recordar que Sebastián había dicho que Grell planeaba llevarla con el, que en verdad se había enamorado. Tal vez Sebastián tenía razón, tal vez hay amores que si pueden surgir de la adversidad. La rosa que florece entre la maleza.

- No suena atrevido, de hecho me parece genial.

La voz vino de detrás de cathy, era Grell que al perecer la había escuchado. No pude evitar sonreír conmovido por la forma en que el la beso mientras ella trataba de esconder su apenado rostro.

- ¿Que tal ciel, puedo sentarme?

- Claro.

- Que extraño que sigas aquí.

- ¿Porque lo dices?

- Vengo de casa de Sebastián

mi pecho brinco dolorosamente.

-... 

Permanecí en silencio y el se acomodo en su silla, al parecer se dio cuenta de mi expresión.

- El dijo que seguro ya estabas en pista. Estaba casi ebrio y eso que a penas eran las 12 y algo.

- El bebe bastante.

- No así, algo lo está jodiendo. Supongo que es el hecho de que su sobrino-amante lo odie.

Levanté mi mirada y el estaba viendome con profunda seriedad ¿como carajo sabía eso? De nuevo leyó la expresión en mi rostro.

- fuera de aquí soy algo así como un guardaespaldas de Sebastián, también somos buenos amigos así que conozco algo de la historia. Yo también estuve el día del hotel, cuando te encontró con Tonny.

- ¿Tonny?

- JA! Sebastián no te lo dijo? Tonny es el nombre del tipo con el que dormiste, es un traficante humano, ese día tuvimos que llegar al hotel varios de nosotros pues el fulano Tonny tenía a sus hombres fuera. Fue un verdadero Escándalo esa mañana en el hotel.

- No sabía nada de eso...

- Pues así fue, el estaba digamos probando la mercancía antes de venderla. Incluso ha vendido personas aquí, por eso lo identificamos. Sebastián decidió que al venir estaríamos todos a salvo, sobretodo tu, si Tonny ya te había prometido como mercancía seguro trataría de recuperarte.

Estaba tan confundido, no podía entender lo que decía.

- Te equivocas, Sebastián me dijo que...

- ¿Que te trajo para castigarte? Si eso es lo que el dice ¿pero en realidad no te castigo o si? Está únicamente protegiendote, claro que estaba frenéticamente celoso, pero al saber con que tipo estaba lidiando fue más su preocupación así que decidió traerte aquí para alejarte de los problemas.

Me sentía mareado ¿podía ser que Sebastián había estado cuidandome?

- Sebastián te dijo eso?

- El no lo haría, es un hombre muy orgulloso. No se disculpa, no llora y no se deja ver ebrio y lamentándose, pero hoy en su casa, al verlo así, me di cuenta de que no sólo debe gustarle follar contigo, debe sentir algo más.

Cerré los ojos e imaginé a Sebastián sentado noche tras noche ahogandose en alcohol tratando de encontrar una solución para todo. Mientras yo jugaba a ser el ganador, tu me cubrías de las balas. Tuve que hacer un esfuerzo para que mis ojos no se llenaran de lágrimas.

- No sirve de nada, Sebastián y yo no podemos seguir con esto, no hay finales felices en historias como la nuestra.

- No pretendo ser cupido, ese no es mi maldito trabajo, pero el debía estar listo para largarse a América y esta en toalla en el piso de su cuarto con un par de botellas vacías y por otro lado tu ya debías estar en pista, esperando tu vuelo a Londres aunque a juzgar por los vasos de Cognac, hoy no te marcharas ¿Que No es obvio que se están esperando el uno al otro?

Grell me miraba divertido, como si nos estuviésemos ahogando en un vaso de agua y sentí ganas de ver las cosas tan claras como el, pero no podía, sabía que tener cerca a Sebastián una última vez no era más que dar un paso atrás.

- Hay cosas que no deben ser. Por eso debo irme hoy.

- Muy bien, es tu decisión.

- No lo digas como si fuese mi culpa lo que sucede, esto no es un romance de quinceañeros.

Grell se levantó de la mesa.

- Yo tengo que irme ciel, pero dejame que te diga algo sobre los romances... Lo único que en realidad hace falta es tener cojones para no dejarlos perder.

- No sabes todo lo que estaría en riesgo si no desistimos de esto.

- Pues no se tu, pero a mi me encantan las apuestas altas. en fin cada quien a lo suyo, de cualquier forma Sebastián decidió irse mañana, aún tienes una noche, solo por si quieres jugar una última carta.

Luego de besar a cathy se marchó. ¿Jugar una última carta? Claro que lo habría hecho hace unos meses, pues si yo quería algo solo lo tomaba y al aburrirme lo desechaba, pero ahora he comprobado que no me canso de Sebastián. Luego de haber sido un bastardo manipulador toda mi vida ahora tenía que anteponer todo a mis propios deseos, estaba luchando conmigo mismo para hacer lo que se supone es correcto, vaya mierda, quizás me estoy haciendo viejo.

Bebí unos Cuántos tragos más hasta que cathy me aviso que ya eran las 4, sentí los efectos del alcohol así que decidí que ya era tiempo de levantarse a caminar.

- Dejemos este lugar, quiero ver la playa antes de marcharme y luego Iremos a las pistas.

- Si amo.

Tenía pensado largarme a eso de las 6, la verdad es que con cada minuto que pasaba mi voluntad flaqueaba más y por un lado quería que Sebastián se rindiera, que no intentara encontrarme; pero por el otro quería que apareciera y sin darme cuenta comencé a buscar su rostro entre las personas a la orilla de la playa con la esperanza de que me hiciera cambiar de opinión "quedate ciel" me pregunto si sería capaz de irme si le escuchara decir algo así.

doble mis pantalones hasta las rodillas y camine por la costa con mis zapatos en la mano y el agua cubriéndome los tobillos, no veía playas así tan seguido por lo que sin duda debía recorrer al menos un pequeño espacio de la Isla, esta playa en particular me gustaba, entre más avanzaba menos personas habían y cuando estuve solo con cathy frente al calmo mar, también me quite la camisa. me sentía con fiebre y algo de dolor de cabeza, no sabría decir si era a causa del alcohol o si era por todo el drama de la mañana. No preguntaba por la hora, solo veía el horizonte y sabía que cuanto más maravilloso y colorido se volvía el cielo se acercaba más la puesta de sol, al final la oscuridad sería mi señal de partida. Ya no faltaba demasiado.

- Amo quizás deberíamos ir regresando, antes de que sea muy oscuro.

- Ve yendo cathy y prepara el coche, iré en unos minutos.

Pronto estuve solo frente al naranja brillante de un día que agonizaba, el sol moría en el horizonte y parecía que se hundía en el inmenso océano mientras se iba apagando. cerré mis ojos y respire la fresca brisa que predecía a la noche, acariciaba mi cuerpo y movía mi cabello, era el final del día más agitado de mi vida y trate de sentir alivio por eso, Trate de convencerme que estaba haciendo lo correcto pero ya no tenía fuerzas para pelear conmigo mismo "si quería ir con el, si le deseaba y si hubiese querido hacer las cosas de otra forma, haber aprovechado el tiempo e intentar ser más honesto con lo que siento. Que supieras que quizás es tarde, pero que si, si te pertenezco y que olvidarte va a ser un acto de suicidio emocional que me tomará cientos de noches" está es mi verdad y muere con esta puesta de sol. Al abrir mis ojos, solo había oscuridad.

Comencé el camino de vuelta al coche, era un poco difícil ver por donde se iba pero fui con cuidado y decidido, sentí la fina arena en mis pies mojados y estaba como despidiéndome pero algo me distrajo...

A varios metros de mi una luz comenzó a acercarse, era una linterna. Cubrí mis ojos con una mano intentando enfocar quien la llevaba pero no podía ver ¿sería cathy?  No, ella no es tan alta. Mientras la figura se acercaba note sus anchos hombros y mi corazón comenzó a acelerarse, no era posible... ¿pudiera ser cierto, acaso eres tú? Caminé intrigado y algo Emocionado hacía la luz, con pasos decididos y entonces pude ver su rostro...

- Hola ciel.

- ¿Tonny? 

Es imposible, ahora sentía pánico, si era cierto lo que Grell dijo este tipo es muy peligroso. Mi cuerpo se paralizó.

- Ah, ya te dijeron mi nombre. Supongo que luego del milagroso rescate de Sebastián te contó la historia, es una pena que ese infeliz me haya hecho perder tanto tiempo, pero no importa, aquí estas.

Me miraba complacido y lleno de odio.

- Sebastián sabrá si me haces algo y...

- Supongo que lo sabrá y en realidad estoy ansioso, aún tengo las marcas de sus golpes, pero la próxima vez que lo vea no estaré medio dormido.

Tonny avanzó y me Sujetó dolorosamente fuerte por la quijada, luego saco un Arma y sentí el frío metal del cañón en mi pómulo.

- Si tu maldito amante trata de jugar al héroe nuevamente, voy a matarlo como a un perro, de tres tiros en la cara.

Mi cuerpo entero se entumecio de dolor y angustia, mi garganta estaba seca. Tonny se puso tras de mi mientras aún me apuntaba con el arma y otro hombre salió de las sombras sujetando la lámpara en el suelo.

- Ahora ciel, te quiero presentar a un amigo, alguien que quería conocerte desde hace tiempo.

- Al fin te encuentro solo.

- Usted... ¡Maldito viejo desgraciado!

El arma tras de mi se apretó más a mi cuerpo.

- No seas irrespetuoso ciel, después de todo ahora eres su esclavo personal.

- Esa mierda es pura basura, si ya tengo un dueño usted no puede tocarme.

El anciano se acercó a mi y su rostro estuvo tan cerca que sentí náuseas.

- ¿Lo dices por Sebas? Solo en esta isla eres suyo, pero mañana cuando subas a mi avión y te lleve lejos de aquí, serás mi propiedad. Haré que te tatuen mi nombre... klaus York, así todos sabrán a quien le sirve tu culo. tendremos que pasar la noche aquí, pero no te preocupes yo veré que lo pases bien.

- Lo llevaré a su cabaña sr York y estará listo para complacerlo.

- No voy a dejar que lo hagas viejo maldito, te matare si me pones una mano encima.

Entonces note que tenía un rejo en la mano lo levantó y el cuero chocó con fuerza contra mi mejilla, sentí la piel abrirse con el azote y pronto algo de sangre comenzó a resbalar por mi cuello. Gruñi por el ardor y sentí como levantaba mi rostro.

- Que Sebastián se haya negado a donarte y haya rechazado el exquisito regalo que le hice solo habla de lo muy buena perra que debes ser, así que esta noche vas a mostrarme lo que pueden hacer esas jóvenes caderas y mañana saldrás de aquí siendo mi puta personal, por el resto de tu vida.

Mi mejilla palpitaba de dolor pero luego de oírle levante mi rostro le miré a los ojos y escupi el maldito rejo que tenía mi sangre. El anciano rió.

- Llevatelo Tonny y preparalo.

Mientras me apuntaba con su fría arma, Tonny empujó mi cuerpo apartandome de la playa y llevandome al camino. Ahí estaban dos coches, el maldito anciano subió al primero y Tonny siguió empujandome para hacerme entrar al segundo. Luché en la puerta tanto como pude y de pronto pude notar que, era el coche de cathy... Estaba bastante lejos pero yo lo conocía, y sabía que era el de ella, pero estaba sin luces y apagado ¿estas ahí adentro cathy, puedes verme? ¿Podría ser que la atraparon también? sentí un fuerte golpe que me dejó sin fueras y pronto estuve casi desmayado en el asiento.

"Si tu amante aparece, lo matare como a un perro"  No vayas a venir Sebastián, por dios no se te ocurra aparecer. Fue la primera vez en mi vida que temí más por otra persona que por mi, la primera vez que no fui egoísta.


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